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El medio natural por el cual se genera, organiza y mantiene la vida del humano es la trama
familiar. El ser humano nace con un alto grado de indefensión fáctica, con muchas áreas
inmaduras, es una unidad incompleta. El nacimiento extrauterino marca formalmente su
reconocimiento como individuo.
Al separarse del cuerpo de la madre él bebe no está habilitado ni siquiera para sobrevivir por
sus propios medios. Entonces deberá ir acuñando procesos en el nivel de lo psíquico y en esto
consistirá su humanización progresiva. La misma se produce en el intercambio del bebe con su
entorno. Del interjuego a satisfacer con el medio proveedor surgirá el poder preservar la vida,
instalándose así las bases del psiquismo temprano. El desarrollo y su maduración es de orden
postnatal. El adulto en contacto con el niño mantiene un ligamen con él y este con aquel. El
ligamen se traduce como un vínculo a modo de cordón umbilical. Con este vínculo se inicia la
estructuración del órgano mental. Aunque morfológicamente sea un individuo, para sobrevivir
necesita del otro, tiene que depender. La placenta biológica intrauterina queda ahora
transformada en una placenta igualmente real.
La trama intima de la placenta familiar que lleva a la estructuración humana está formada por
un conglomerado emocional que usa como elemento la fantasía y que se estructura en una
relación calificada, el vínculo entre sujeto y objeto.
La familia, a través de estos mecanismos, permite hacer de un animal acosado por mandatos
biológicos inapelables, e irresolubles por si, un bebe humano, con vivencias de plenitud y vida,
gracias a otro humano que resolvió su necesidad y permitió así la transformación. Esto funda la
llamada “naturaleza social” del hombre. El grupo familiar es la matriz humana del progresivo
proceso de humanización.
La estructura familiar está constituida por dos sistemas en convivencia estable que modelan
entre si una relación continente-contenido. El continente está constituido por la pareja
parental, núcleo original. El contenido está representado por los hijos, grupo pediátrico. Estos
deben de auto-contenerse y contener. El contenido debe acceder al logro de su individuación.
Todos deben poder seguir viviendo bien y resolviendo sus necesidades evolutivas.
Así, la trama familiar es muy dinámica, tiene carios ejes de movimiento y dos velocidades de
maduración. El faro es dar vida, mantenerla y preservarla. El grupo humano tiene una
convocatoria esencial, ser el odre que provee la realística vivencia de la no finitud biológica, y,
se perenniza al trascender más allá de la muerte individual a través de sus creatividades. La
familia es un organismo vivo al servicio de mantener la vida y preservarla en cada uno de sus
miembros. Tiene como funciones humanizar es individuar y yugular la inmediatez.
La situación asimétrica permitirá el desarrollo pleno de los procesos de identificación con las
figuras parentales. El sutil modo como se instrumente a sí mismo en el interjuego microsocial
sea el resultado de los circuitos de metabolización de las emociones.
Haya características del ser humano como ser vivo y otras como individuo de una especie que
proporcionan la necesidad de un armado de lo familiar. La vulnerabilidad biológica tiene como
trasfondo la …, para el progreso de lo vital se hace necesaria la existencia de un espacio
propicio que contrarreste la posibilidad de perecer. El grupo familiar es uno de estos espacios.
El infante humano no nace con un aparato psíquico capaz de lidiar por sí mismo con la
angustia. Es el grupo familiar el que se encarga de complementarlo a través de la instalación
del vínculo temprano y proponiéndose, así como matriz extrauterina.
Berenstein:
Introducción
La familia es una producción humana, por lo tanto, básicamente simbólica, y es una vez un
factor de humanización que tiene a su cargo transmitirla.
La definición de familia, basada en los vínculos de parentesco tal como se la conoce hoy, tenía
antiguamente matices distintos. Solo hacia el siglo XIX se reúnen las ideas corresidencia y
consanguinidad para definir lo que luego llamo en psicología social, la familia nuclear y el
parentesco como el conjunto de vínculos estables con precisas denominaciones como se
conoce actualmente.
La falta de límite entre un yo y otro ajeno puede estar sustentada en la vivencia de fusión
porque nunca se han separado o de invasión por intolerancia a la separación.
También los términos del lenguaje pueden perder su unidad. Hay familias con funcionamiento
regresivo donde pareciera darse el proceso inverso: en lugar del progenitor-padre se halla un
pater diferente de un genitor. Semejante evolución pudiera sugerirse también respecto del
papel materno. En muchas familias hallamos también la separación entre genitor y una mater.
Esta peculiaridad etimológica de la palabra progenitor contiene la marca con la cual la cultura
distingue dos tipos básicos de vinculo.
Toda familia contiene el conflicto nunca resuelto entre dos tipos de vínculos: los de sangre y
los de alianza.
Los vínculos de sangre circunscriben el parentesco sobre el hecho de base biológica. Los
vínculos de alianza denominan aquellos entre los cuales el parentesco se basa en compromisos
recíprocos entre las personas.
La relación de pareja matrimonial participa de las cualidades propias de toda alianza y además
tienen un intercambio especial dado por la relación sexual. El pasaje de parentesco de sangre a
vínculos de alianza implica el pasaje de la fantasía de ser un hueso y una carne. La mezcla de
sangre forma parte de los ritos por los cuales dos amantes representan el intercambio.
Estos dos tipos de vínculos familiares parecen ser la exteriorización de un rigor y poder
clasificatorio entre un hecho natural y un hecho cultural y genérico.
Los productos culturales basadas en una consanguinidad que podemos llamar ampliada están
asociadas a tendencias aniquilantes y contrarias a la subsistencia del humano.
El vínculo de alianza tiende a fundar a la familia. Ello asegura al yo un sustituto de aquello que
carece y se compromete a dar, a devolver de alguna manera aquello que otro necesita.