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Aurora Pérez

Capítulo 1 interdisciplina: Familia y pediatría

El niño, la familia, el pediatra

La familia como matriz de la humanización

El medio natural por el cual se genera, organiza y mantiene la vida del humano es la trama
familiar. El ser humano nace con un alto grado de indefensión fáctica, con muchas áreas
inmaduras, es una unidad incompleta. El nacimiento extrauterino marca formalmente su
reconocimiento como individuo.

Al separarse del cuerpo de la madre él bebe no está habilitado ni siquiera para sobrevivir por
sus propios medios. Entonces deberá ir acuñando procesos en el nivel de lo psíquico y en esto
consistirá su humanización progresiva. La misma se produce en el intercambio del bebe con su
entorno. Del interjuego a satisfacer con el medio proveedor surgirá el poder preservar la vida,
instalándose así las bases del psiquismo temprano. El desarrollo y su maduración es de orden
postnatal. El adulto en contacto con el niño mantiene un ligamen con él y este con aquel. El
ligamen se traduce como un vínculo a modo de cordón umbilical. Con este vínculo se inicia la
estructuración del órgano mental. Aunque morfológicamente sea un individuo, para sobrevivir
necesita del otro, tiene que depender. La placenta biológica intrauterina queda ahora
transformada en una placenta igualmente real.

La trama intima de la placenta familiar que lleva a la estructuración humana está formada por
un conglomerado emocional que usa como elemento la fantasía y que se estructura en una
relación calificada, el vínculo entre sujeto y objeto.

La relación va proveyendo al sujeto de modelos de resolución de sus necesidades físicas y


psíquicas. Así la trama familiar se convierte en un laboratorio metabolizador emocional
permanente de cuya eficacia dependerá el mantenimiento y preservación de la salud y cuyo
fracaso instalará la enfermedad mental o física, eventualmente la muerte la locura.

La metabolización emocional transcurre tanto dentro del sujeto como en el campo


interpersonal al dirigirse al objeto, que recibe la demanda, la elabora dentro de sí, la decodifica
y le da una resolución posible. Al resonar con la angustia de muerte transmitida, provee su
respuesta según la propia codificación de esa emoción, devolviendo tranquilizacion. Este es el
operar de la placenta familiar que sutilmente promueve como logro la paulatina maduración
del yo, lo que a su vez permitirá su progresivo desarrollo.

La familia, a través de estos mecanismos, permite hacer de un animal acosado por mandatos
biológicos inapelables, e irresolubles por si, un bebe humano, con vivencias de plenitud y vida,
gracias a otro humano que resolvió su necesidad y permitió así la transformación. Esto funda la
llamada “naturaleza social” del hombre. El grupo familiar es la matriz humana del progresivo
proceso de humanización.

El hecho de que el grupo familiar se mantenga en intima interrelación se debe a una


comunidad de intereses. Esto nos enfrente con otra función placentera de la familia.
La familia como matriz de la individuación

La estructura familiar está constituida por dos sistemas en convivencia estable que modelan
entre si una relación continente-contenido. El continente está constituido por la pareja
parental, núcleo original. El contenido está representado por los hijos, grupo pediátrico. Estos
deben de auto-contenerse y contener. El contenido debe acceder al logro de su individuación.
Todos deben poder seguir viviendo bien y resolviendo sus necesidades evolutivas.

El sistema continente debe contenerse a sí mismo para continuar su maduración, en este


periodo son más lentos.

El sistema contenido va haciendo su desarrollo y maduración en forma mucho más acelerada.

Esta configuración plantea características especiales. Presenta un vector simétrico y otro


vector de básica asimetría. Este fenómeno de prolongada interrelación de ambos sistemas, es
lo que permite la consecución de los complejísimos procesos interhumanos que conducen al
armado evolutivo del órgano mental.

El trasfondo de la crianza es una situación asimétrica en relación de dependencia. El


continente parental posee un movimiento de rotación sobre sí mismo. Afirmando la
individuación en cada uno de los sexos. Tiene además otro movimiento de rotación alrededor
del contenido, los hijos, lo cual provee a los padres de la gratificación de ser adultos
cuidadores.

El contenido tiene un movimiento de rotación sobre su eje luchando por su integración.


Presenta también otro movimiento de rotación alrededor de la pareja parental.

Así, la trama familiar es muy dinámica, tiene carios ejes de movimiento y dos velocidades de
maduración. El faro es dar vida, mantenerla y preservarla. El grupo humano tiene una
convocatoria esencial, ser el odre que provee la realística vivencia de la no finitud biológica, y,
se perenniza al trascender más allá de la muerte individual a través de sus creatividades. La
familia es un organismo vivo al servicio de mantener la vida y preservarla en cada uno de sus
miembros. Tiene como funciones humanizar es individuar y yugular la inmediatez.

La dinámica microscopia de esto es el establecimiento y desarrollo de vínculos entre los


miembros del grupo. La individuación proveniente del sistema de crianza será el producto de
la dependencia útil ofrecida por la placenta familiar para que, desde la dependencia extrema al
nacer, se articulen las formas de individuación.

La situación asimétrica permitirá el desarrollo pleno de los procesos de identificación con las
figuras parentales. El sutil modo como se instrumente a sí mismo en el interjuego microsocial
sea el resultado de los circuitos de metabolización de las emociones.

La familia asume la tarea mesiánica de preservar lo impreservable. Las longitudales


metabolizaciones evolutivas de plenitud proveen bienestar. Si las emociones y situaciones no
son bien resueltas esta actúa dentro de la unidad biológica como una noxa. Cuando la trama
familiar no alberga, no metaboliza, no transforma adecuadamente, la atmosfera familiar se
enrarece, se intoxica y comienza a aparecer la enfermedad.
Grupo familiar matriz del psiquismo

Haya características del ser humano como ser vivo y otras como individuo de una especie que
proporcionan la necesidad de un armado de lo familiar. La vulnerabilidad biológica tiene como
trasfondo la …, para el progreso de lo vital se hace necesaria la existencia de un espacio
propicio que contrarreste la posibilidad de perecer. El grupo familiar es uno de estos espacios.

La incompletud e inmadurez al nacer como la carencia de un psiquismo desarrollado plantea la


necesidad de recurrir para la supervivencia a ser complementado por adultos de la especia, lo
que fundamentaría la presencia de un entorno ecológico adecuado como el que ofrece el
grupo familiar.

El infante humano no nace con un aparato psíquico capaz de lidiar por sí mismo con la
angustia. Es el grupo familiar el que se encarga de complementarlo a través de la instalación
del vínculo temprano y proponiéndose, así como matriz extrauterina.
Berenstein:

Los vínculos familiares

Introducción

La familia es una producción humana, por lo tanto, básicamente simbólica, y es una vez un
factor de humanización que tiene a su cargo transmitirla.

La definición de familia, basada en los vínculos de parentesco tal como se la conoce hoy, tenía
antiguamente matices distintos. Solo hacia el siglo XIX se reúnen las ideas corresidencia y
consanguinidad para definir lo que luego llamo en psicología social, la familia nuclear y el
parentesco como el conjunto de vínculos estables con precisas denominaciones como se
conoce actualmente.

Lo simbólico es de naturaleza compleja y su perdida reduce la cualidad humana hasta convertir


a las personas en un conjunto más cercano a lo estrictamente biológico.

La concepción de la familia como un conjunto de personas y la de estas como conjunto de


órganos a tratar por separado es lo que caracteriza a las familias con ese tipo de
funcionamiento donde el contacto y el vínculo entre sus miembros es registrado como choque
transformándose en fuente de profunda ansiedad y peligrosidad para los yoes.

La falta de límite entre un yo y otro ajeno puede estar sustentada en la vivencia de fusión
porque nunca se han separado o de invasión por intolerancia a la separación.

También los términos del lenguaje pueden perder su unidad. Hay familias con funcionamiento
regresivo donde pareciera darse el proceso inverso: en lugar del progenitor-padre se halla un
pater diferente de un genitor. Semejante evolución pudiera sugerirse también respecto del
papel materno. En muchas familias hallamos también la separación entre genitor y una mater.
Esta peculiaridad etimológica de la palabra progenitor contiene la marca con la cual la cultura
distingue dos tipos básicos de vinculo.

Vínculos de sangre y de alianza

Toda familia contiene el conflicto nunca resuelto entre dos tipos de vínculos: los de sangre y
los de alianza.

Los vínculos de sangre circunscriben el parentesco sobre el hecho de base biológica. Los
vínculos de alianza denominan aquellos entre los cuales el parentesco se basa en compromisos
recíprocos entre las personas.

La relación de pareja matrimonial participa de las cualidades propias de toda alianza y además
tienen un intercambio especial dado por la relación sexual. El pasaje de parentesco de sangre a
vínculos de alianza implica el pasaje de la fantasía de ser un hueso y una carne. La mezcla de
sangre forma parte de los ritos por los cuales dos amantes representan el intercambio.

El parentesco reúne un conjunto de denominaciones con grados permitidos y prohibidos.


Sangre es una marca como lo es el nombre propio, aunque se le otorgue sentido de real o
verdadero. Su importancia es de orden identificatorio. Es una dificultad poder aceptar que el
niño se constituye como hijo a través de la matriz identificatoria familiar y no solo a través de
la biología-sangre.
El prototipo del vínculo de sangre es la relación madre-hijo y por extensión se llama vinculo de
consanguinidad al de los hermanos entre sí.

El prototipo de vinculo de alianza es la relación de tipo matrimonial basada en la circulación de


algún tipo de ley enunciada desde el lugar del hombre-marido-futuro padre y aceptada en su
interioridad por la mujer-esposa-futura madre que ha de renunciar a la ley del propio padre
después de haberla transferido sobre aquel, quien ha de enunciarla distintamente.

Estos dos tipos de vínculos familiares parecen ser la exteriorización de un rigor y poder
clasificatorio entre un hecho natural y un hecho cultural y genérico.

La estructura familiar es un elemento intermedio entre lo sociocultural y lo altamente


individual, y trata de armonizar ambas instancias y mediar a su vez en el conflicto latente que
tiene lugar entre los vínculos de alianza y los de consanguinidad y que remite al conflicto de
aniquilamiento y subsistencia.

Los productos culturales basadas en una consanguinidad que podemos llamar ampliada están
asociadas a tendencias aniquilantes y contrarias a la subsistencia del humano.

El vínculo de alianza tiende a fundar a la familia. Ello asegura al yo un sustituto de aquello que
carece y se compromete a dar, a devolver de alguna manera aquello que otro necesita.

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