Adán y Eva

Adán y Eva vivían en el Jardín de Edén, y Dios y Jesucristo venían a conversar con ellos. En el jardín había muchos árboles, y Dios les
dijo a Adán y a Eva que podían comer de los frutos de todos ellos menos de uno.

Este era el árbol del bien y del mal. Si comían el fruto de este árbol, sabrían lo que era bueno y lo que era malo, pero tendrían que
abandonar el Jardín de Edén. Si no comían, podrían permanecer siempre en el Jardín de Edén; pero Dios les dijo que podrían escoger
según su voluntad.
Un día llegó Satanás, el diablo, al Jardín de Edén y le dijo a Eva que podía comer del fruto del árbol del bien y del mal. Eva le dijo que
Dios les había pedido a ella y a Adán que no comieran de él.

Satanás dijo a Eva que el fruto era muy bueno y que la haría sabia, que la haría saber la diferencia de lo bueno y de lo malo. Eva escogió
comer de ese fruto.
Eva le dijo a Adán que había comido del fruto y que tendría que abandonar el jardín. Luego le dio a Adán de la fruta y él comió.

Dios vino a ver a Adán y a Eva; pero como ellos no habían obedecido, se asustaron y corrieron a esconderse.
Dios habló con ellos y les preguntó si habían comido del fruto del árbol del bien y del mal. Le contestaron que Satanás les había dicho que
comieran, y ellos habían comido.
Dios les dijo que debían abandonar el Jardín de Edén; no podrían vivir más allí, así es que Adán y Eva se fueron de Edén.

Adán y Eva tuvieron que trabajar mucho para obtener sus alimentos. Envejecieron y sabían que algún día tendrían que morir.
Adán y Eva supieron lo que era bueno y lo que era malo. Tuvieron hijos y a veces eran felices, y a veces estaban tristes.

Génesis 4:1; Moisés 5:2, 11

Dios dio mandamientos a Adán y a Eva, y les dijo que oraran a El. Le dijo a Adán que le ofreciera sacrificios, para lo cual Adán mataba un
animal y lo quemaba en un altar de piedra.

Moisés 5:4–5

Un ángel visitó a Adán y le dijo que algún día Jesús sacrificaría su vida por nosotros. Dijo que ése sería su regalo para nosotros. Los
sacrificios ayudaron a que Adán y Eva pensaran acerca del sacrificio de Jesús.