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HISTORIA DE LA
GLOBALIZACIÓN
Orígenes del
orden económico mundial
T ítulo original:
H istoria de la globalización. O rígenes del orden económico mundial
D .R . © 1996, F o n d o d e C u l t u r a E c o n ó m i c a d e A r g e n t i n a , S .A .
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C arretera P icach o-A ju sco 227; 14200 M éxico, D. F.
IS B N 950-557-219-0
A. F.
1 P. K en nedy, ob . cit.
participación y representatividad de los principales actores so
ciales. La concentración del poder desencadenó graves enfren
tamientos entre la corona, la nobleza y las nuevas fuerzas socia
les. Los alzamientos contra la autoridad real respondieron a
diversos factores. En algunos casos, al recorte de las mercedes
de la aristocracia, la Iglesia y las provincias anexadas por la
Corona. En otros, al cercamiento para el uso de la C orona de
tierras comunales, a las penurias económicas agravadas por una
carga exagerada de nuevos impuestos para financiar los cre
cientes gastos militares del Estado nacional y a los conflictos
religiosos.
En muchos casos, las revueltas manifestaron una resistencia
al cambio. En otros, el reclamo de nuevos espacios de poder y
participación de las fuerzas sociales emergentes. El desarrollo
dei antagonismo entre el absolutismo m onárquico y la partici
pación en el ejercicio del poder nacional influyó decisivamente
en el desarrollo político e institucional de las potencias atlánti
cas. La resolución de esta cuestión fue esencial para la estabili
dad política de los emergentes estados nacionales y, consecuen
temente, para movilizar el potencial de crecimiento abierto por
el desarrollo del capitalismo comercial y la expansión de ultra
mar. La estabilidad institucional se convirtió en un factor endó
geno de desarrollo y en nueva fuente intangible del poder.
El desarrollo del capitalismo mercantil y la expansión de ul
tram ar agravaron las disputas dinásticas por el dom inio de Eu
ropa y contribuyeron, pues, a la centralización del poder en el
Estado nacional. Estos conflictos fueron acom pañados por un
cism a religioso dentro del cristianism o y un extraordinario
avance en el conocimiento científico.
La interacción entre los planos de la cultura, la religión, la
política y la economía impulsaron nuevos factores endógenos
del crecimiento económico. Estos, a su vez, sustentaron inédi
tos elementos intangibles de poder. El reparto, entre las poten
cias atlánticas, del dominio del espacio europeo y del emergente
orden mundial se fue asentando, en una compleja red de com
ponentes tangibles e intangibles del poder. La guerra movilizó
recursos de dimensión desconocida hasta entonces y se convir
tió en un ejercicio de organización y movilización de fuerzas de
creciente sofisticación técnica.
Al m ism o tiempo, la expansión de ultram ar asoció cada
vez m ás estrechamente el crecimiento del comercio internacio
nal con el tejido económico, social y político de cada espacio
nacional. Aparecieron, de este m odo, factores endógenos del
crecim iento que fueron ganando im portancia a lo largo del
Primer O rden Económico M undial. Surgieron nuevas redes,
eslabonam ientos y relaciones entre la actividad directamente
vinculada al tráfico comercial y su financiamiento con la pro
ducción interna de manufacturas y alimentos. La política de
los estad os nacionales comenzó a ser, crecientemente, política
económ ica. Vale decir, decisiones públicas orientadas a prote
ger el m ercado interno, apoyar la actividad em presaria, res
p ald ar con la fuerza la conquista de nuevos m ercados, fom en
tar la industria naval y vincular la creciente oferta de dinero
con el desarrollo de la producción dom éstica y las exportacio
nes. El desarrollo del mercado de capitales y las nuevas for
m as de organización de las empresas por acciones fueron otros
cam bios cruciales respaldados y fom entados por el poder polí
tico. La transform ación de las posiciones hegemónicas entre
las potencias atlánticas descansó, en gran medida, en la apti
tud de sus respectivos estados nacionales para asumir y des
em peñar tam añ as responsabilidades.
Lo mismo sucedió con la ampliación del conocimiento cien
tífico y sus aplicaciones tecnológicas a la producción y la nave
gación. Entre los siglos X V I y XV III, se produjo una revolución
espectacular de los paradigm as científicos y la visión del mundo
de los pueblos europeos. Sus aplicaciones tecnológicas a la pro
ducción de bienes y servicios afianzaron la hegemonía europea
en el escenario mundial. Las políticas públicas en Holanda,
Gran Bretaña y Francia contribuyeron decisivamente en el avan
ce de la ciencia y el desarrollo tecnológico.
C ada vez m ás, la dimensión endógena del desarrollo incor
poró sutiles contenidos culturales y políticos. Tales como la es
tabilidad institucional (fundada en un reparto estable del poder
entre la Corona, la nobleza y los emergentes sectores urbanos),
la tolerancia religiosa y la empatia del poder político con los
intereses privados responsables de la producción, y el comercio.
Los contenidos endógenos del desarrollo generaron factores
intangibles del poder. El territorio y la población subordinados
a una misma soberanía conservaban una importancia decisiva,
pero el poder se asentaba ahora en una compleja madeja de
relaciones entre estos componentes tangibles y aquellos intangi
bles. La insuficiencia de los primeros explica la rápida declina
ción del protagonism o portugués y, poco después, del de H o
landa. La de los segundos, la decadencia de España.
Francia y, sobre todo, Gran Bretaña fueron las únicas dos
potencias atlánticas que contaban con un gran potencial de
recursos m ateriales y hum anos, y pusieron en marcha los pro
cesos endógenos del desarrollo y los factores intangibles del
poder. Al final del Primer Orden Económ ico M undial, eran
las dos potencias dom inantes en el escenario europeo e inter
nacional.
Las transformaciones que dieron lugar a la construcción de
la hegemonía de Europa en el transcurso del Primer Orden Eco
nómico M undial abarcaron todo el continente y todos los pla
nos de la realidad. A lo largo de tres siglos las disputas dinásti
cas, el cisma religioso, la centralización del poder y la participa
ción, la Revolución del conocimiento científico y de las ideas
sobre el hombre y la sociedad modificaron radicalmente la rea
lidad de Europa y conform aron el emergente sistema interna
cional.
N ada semejante ocurría en el resto del mundo. De este modo,
se comenzó a abrir la brecha entre el desarrollo y el subdesarro-
lio, y a sentar las bases del reparto del poder en e! emergente
orden mundial.
La formación del Primer Orden Económico M undial se de
cidió, en primer lugar, en el escenario europeo. Las transform a
ciones en las sociedades europeas y el reparto del poder dentro
del continente decidieron el curso de los acontecimientos. D es
de principios del sig lo XVI, la historia de Europa comenzó a ser
historia mundial.
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P a r t e 1. E l e s c e n a r i o m u n d ia l e n l a s v ísp e r a s
DE LA EXPANSIÓN DE EUROPA
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