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UNIDAD 1:
Los elementos de un grupo tienen propiedades físicas y químicas similares, y los que se
encuentran dentro de un período tienen propiedades que cambian en forma progresiva a
través de la tabla.
Elementos de transición d: los elementos del grupo B (con excepción del IIB) de la
Tabla Periódica se conocen como elementos de transición d o en forma más
sencilla, elementos de transición o metales de transición. Se consideraban como
transición entre los elementos alcalinos (que forman bases) de la izquierda y los que
forman ácidos en la derecha. Todos ellos son metales y se caracterizan por que
tienen electrones en los orbitales d. Los elementos del grupo IIB (zinc, cadmio y
mercurio) no son metales de transición d por que sus últimos electrones penetran a
orbitales s. Suelen estudiarse junto con los metales de transición d, por que sus
propiedades químicas son similares.
Propiedades periodicas:
Radio atomico: hay dos formas comunes de definir el radio atómico. Podemos
definirlo como la mitad de la distancia que separa los núcleos de dos átomos unidos por un
enlace covalente, en cuyo caso tenemos el radio covalente, reov. °
bien, podemos definirlo como la mitad de la distancia que hay entre los núcleos
de dos átomos de moléculas vecinas, conocida como radio de van der Waals, rvdw
Adicionalmente, en el caso de los elementos metálicos es posible
medir un radio metálico: la mitad de la distancia que separa los núcleos de dos
átomos vecinos en el metal sólido
Energía de ionización: es la energía necesaria para que un átomo aislado en
estado gaseoso pierda un electrón.
Es decir que es el cambio de energía que ocurre cuando un átomo en estado gaseoso acepta
un electrón para formar un anión.
Radio ionico: La noción de radio iónico puede entenderse a partir del radio atómico. El radio
atómico es la distancia media existente entre los núcleos de dos átomos vinculados a través de
un enlace covalente. En el caso del radio iónico, se trata del radio que existe después de que el
átomo ha obtenido o cedido electrones. Por eso este radio está asociado a los iones.
Un ion, como vimos, tiene carga, que puede ser negativa o positiva. Su origen se encuentra en
la tendencia de los elementos químicos a asemejarse al gas noble que se halla más cerca. Las
sustancias con carga positiva se conocen como cationes, mientras que las sustancias con carga
negativa son los aniones.
Electronegatividad:
la electronegatividad de un elemento mide la tendencia relativa
del átomo a atraer los electrones hacia él, cuando se combina químicamente con
otros átomos para formar un enlace químico. Las electronegatividades de los
elementos se expresan en una escala llamada escala de Pauling (0-4)
Los elementos con grandes diferencias de electronegatividad tienden a reaccionar
entre sí para formar compuestos iónicos. El elemento menos electronegativo cede su
electrón (o electrones) al elemento más electronegativo. Los elementos con
pequeñas diferencias de electronegatividad tienden a formar enlaces covalentes
entre sí, es decir, comparten sus electrones. En este proceso, el elemento más
electronegativo atrae más a los electrones.
Carácter metalico: Un elemento se lo considera metal cuando cede facilmente sus electrones
y no tienen tendencia ganarlos ; son poco electronegativos
Ecuacion de Schodinger:
El modelo de la estructura atómica más avanzado, según la mecánica cuántica, se
basó en los trabajos de Louis de Broglie, quien demostró que, así como las ondas
electromagnéticas se pueden tratar como flujos de partículas (fotones), las
partículas en movimiento pueden exhibir propiedades similares a las de las ondas.
Por tanto, era igualmente válido imaginar los electrones como partículas o como
ondas. Utilizando esta dualidad de partícula-onda, Erwin Schrodinger desarrolló
una ecuación diferencial parcial para representar el comportamiento de un electrón alrededor
de un núcleo atómico. Esta ecuación, que presentamos aquí para
un átomo con un solo electrón, muestra la relación entre la función de onda del
electrón, ψ, y E Y V, las energías total y potencial del sistema. Los términos de segunda
diferencial representan la función de onda a lo largo de cada una de las
coordenadas cartesianas x, y y z; m es la masa de un electrón y h es la constante
de Planck.
El número cuántico principal (n) describe el tamaño del orbital, por ejemplo: los
orbitales para los cuales n=2 son más grandes que aquellos para los cuales n=1.
Puede tomar cualquier valor entero empezando desde 1:
n=1, 2, 3, 4, etc.
El número cuántico del momento angular orbital (l) describe la forma del orbital
atómico. Puede tomar todos los valores naturales desde 0 hasta n-1 (siendo n el
valor del número cuántico principal). Por ejemplo si n=5, los valores de l son:
I = 0, 1, 2, 3, 4.
Siguiendo la antigua terminología de los espectroscopistas, se designa a los
orbitales atómicos en función del valor del número cuántico secundario, l, como:
l = 0 orbital s (sharp)
l = 1 orbital p (principal)
l = 2 orbital d (diffuse)
l = 3 orbital f (fundamental)
Los orbitales s son simétricos esféricamente alrededor del núcleo atómico. A medida que
aumenta el número cuántico principal, el electrón tiende a encontrarse más lejos del
núcleo; es decir sí un orbital 3s tiene la misma forma pero
es mayor que un orbital 2s.
El número cuántico magnético (ml), determina la orientación espacial del orbital. Se
denomina magnético porque esta orientación espacial se acostumbra a definir en
relación a un campo magnético externo. Puede tomar valores enteros desde -l hasta
+l. Por ejemplo, si l=2, los valores posibles para ml son:
ml=-2, -1, 0, 1, 2.
El número cuántico de espín (s), sólo puede tomar dos valores: +1/2 y -1/2. Indican
el sentido de la rotación del electrón sobre su eje, como las ajugas del reloj o en
sentido contrario.
Atomos plurielectronicos:
Para poder describir este tipo de átomos, utilizando niveles de energía y funciones de onda ψ
tenemos que conocer los distintos niveles de energia que van ocupándolos electrones; y para
esto necesitamos saber:
- principio Aufbau: Los electrones están distribuidos en los orbitales del átomo
(construcción progresiva). Esta sencilla idea propone que, cuando todos los electrones
de un átomo están en el estado basal, ocupan los orbitales de más baja energía, con lo
que minimizan la energía electrónica total del átomo. Así, la configuración de un
átomo puede describirse con sólo agregar electrones uno por uno hasta llegar al
número total requerido .El orden exacto de llenado de los orbitales se estableció
experimentalmente, principalmente mediante estudios espectroscópicos y
magnéticos, y es el orden que debemos seguir al asignar las configuraciones
electrónicas a los elementos.
- El principio de exclusión de Paulii. Según esta regla, en un átomo no puede haber dos
electrones que tengan sus cuatro números cuánticos idénticos. Así, sólo puede haber
un orbital con cada conjunto de tres números cuánticos en un átomo, y cada orbital
sólo puede contener dos electrones.
- La regla de Hund: al llenar un conjunto de orbitales degenerados, se deberá maximizar
el número de electrones no apareados y dichos electrones tendrán espines paralelos.
Al llenar orbitales de igual energía (los tres orbitales p, los cinco orbitales d, o los
siete orbitales f) los electrones se distribuyen, siempre que sea posible, con sus
espines paralelos, es decir, desapareados.
Ejemplo:
La estructura electrónica del 7N es: 1s2 2s2 2px1 2py1 2pz
El calor liberado hacia el entorno (en una reacción exotérmica) aumenta la entropía del
mismo, en tanto que la absorción de calor (en una reacción endotérmica) origina una
disminución de la entropía del entorno. De esta manera, podemos determinar si una
reacción es espontánea a partir de la entropía y de los cambios de entalpía de la reacción
misma.
A diferencia de la entalpía, que normalmente se tabula como valores relativos
(por ejemplo, entalpías de formación), la entropía se analiza en términos absolutos. Por
tanto, incluso los elementos tienen un valor de entropía definido. Se
toma como punto cero el estado de un cristal perfecto de la sustancia en el cero
absoluto de temperatura. Podemos calcular el cambio de entropía estándar de
una reacción de la misma forma que el cambio de entalpía:
∑S ( reacción) = "∑S(productos) - "∑S( reactivos)
Los cambios que favorecen la espontaneidad, por tanto, son un aumento de entropía y una
disminución de entalpía en la reacción. Si ambos factores se dan en
una reacción química específica, entonces sin duda la misma será espontánea en todas las
condiciones. Si la reacción llevase a un aumento de entalpía y a una disminución de
entropía, entonces sería no espontánea en todas las condiciones. Muchas reacciones
pertenecen a las otras dos categorías: una disminución tanto de entalpía como de
entropía, o un aumento de ambos factores. En estos casos, la espontaneidad de la
reacción depende de la temperatura. Esta dependencia se manifiesta en la función que
combina los factores entálpicos y entrópicos, la energía libre de Gibbs, G. La relación es ∆G
= ∆H - T∆S, donde T es la temperatura en grados Kelvin.
Para que se produzca una reacción química espontánea, debe haber una disminución de la
energía libre (es decir, ∆G debe ser negativo). Los factores tanto entálpicos como
entrópicos dependen de la temperatura, pero es el factor entrópico el que se multiplica
directamente por la temperatura Kelvin.