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FACULTAD DE INGENIERA
INDUS TRIAL Y DE S IS TEMAS
J UNIO 2 0 1 1
COMENZO : 0 1 -0 7 -2 0 1 0
TERMINA : 3 0 -0 6 -2 0 1 1
RR. No . 8 9 6 -2 0 1 0 -R
2
A. Indice........................................................................................... 2
B. Resumen ...................................................................................... 4
C. Introducción................................................................................. 5
D. Parte teórica o Marco Teórico........................................................ 7
E. METODOS . ...............................................................................166
F. RES ULTADOS . .........................................................................166
G. DIS CUS ION ...............................................................................167
H. REFERENCIAS .........................................................................167
- BIBLIOGRAFIA. ......................................................................167
I. APENDICE ................................................................................168
ANEXOS ...........................................................................................171
4
B. RESUMEN
C. INTRODUCCION
CAPITULO I
EL ES TADO
1 .1 E L T E R M IN O “E S T A D O ”
Cuantos Estados, cuantas denominaciones ejercieron y ejercen
todavía una autoridad soberana sobre los hombres, fueron y son
repúblicas o principados”.
Esta breve frase, escrita hace 5 siglos por el celebrado autor
florentino, es una de las que más consenso ha provocado entre los
estudiosos del Derecho Constitucional.
El acuerdo se centra en reconocer al pensador peninsular la
paternidad del término Estado en el sentido en que hoy es utilizado. El
tratamiento en conjunto de las repúblicas y de los principados, reinos o
imperios, era para la época toda una revolución. No eran totalmente
diferentes los fenómenos. Uno y otro se configuraban e conceptos y
reglas que podían aplicarse indistintamente. Poder, soberanía, cohesión
9
1
) Machiavello Machiavello, Nicolás. “El Príncipe”, Lima, Ed. Azul,
2002.dfdfdsfdsfdsfdsfdsfdsfdsfdsfdsffd
10
1 .3 LAS D E F IN IC IO N E S D E O N T O LO G IC AS
Son las que explican al Estado por los fines que debe de realizar o
las metas que tiene que perseguir. La búsqueda de la libertad en la
concepción de E. Kant, como norte de la Organización es un ejemplo de
este tipo. La prosecución del bien común como fundamento esencial de la
reunión de los seres humanos en un Estado, propio de la concepción
aristotélico-tomista, es otro de los casos en los que se sostiene la
existencia de la organización por el fin que se persigue.
El propio Luis Sánchez Agesta precisa que es la definición de
MAURICE HAURIOU la que da entre las modernas definiciones la idea
más clara de una de carácter deontológico al conceptuar que el Estado es
del régimen que adopta una nación mediante una centralización jurídica y
política que se realiza por la acción de un poder político y de la idea de
república como conjunto de medios que se ponen en común para realizar
el bien común. Y continúa el profesor español comentando la definición de
HAURIOU. Hay en este concepto una serie de alusiones a elementos que
hemos de ver analizados en otras definiciones Centralización jurídica,
poder político, etc. pero importa destacar el elemento que define ese
carácter finalista del concepto la realización del bien común.
Sobre la teoría de la institución - fundación' del maestro francés,
dice por su parte HECTOR GONZALES URIBE, que hay que tener en
consideración el elemento axiológico sobre el que se b n las
instituciones. No basta que se explique su existencia la función que
realizan; es necesario que se justifiquen en una instancia superior de
estimativa jurídica y moral.
Pero el propio GONZALES URIBE postula una definición
deontológica, puesto que él concibe al Estado como 1, sociedad total;
2, que establece y mantiene el orden jurídico en un territorio determinado;
3, está dotada de un poder supremo, que tiene el monopolio del poder
físico coactivo y asegura una unidad de decisión y acción; 4, respeta y
garantiza la estructura pluralista de la sociedad; y persigue fines valiosos.
12
2
) Ferrero Ferrero, Raúl. “Formación del Estado”, Lima, Ed. Universitario, 2006.
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los vencidos sus reglas y los obligan a respetar el orden instaurado por
ellos. Esta corriente responde en alguna medida a un criterio naturalista
de opresión de los débiles por los fuertes. Para los sostenedores de esta
teoría, como lo precisa JELLINEK, el Estado descansa en una ley natural
que el arbitrio humano no puede evitar.
KELSEN responde con propiedad a este postulado, negando el origen
del Estado en el resultado del conflicto. El profesor austriaco aduce: /la
teoría que pone el origen del Estado en el choque bélico de dos grupos no
puede negar seriamente que esos grupos, antes de encontrarse, poseían
ya una organización coactiva de tipo estatal, lo cual vale principalmente
respecto de las hordas nómadas guerreras
Este raciocinio es completamente lógico. No pudo haber conflicto de
bandos sin la existencia previa y organizada de ambos, o, cuando menos
de uno de ellos, el que respondiendo a su autoridad atacaba o imponía a
terceros las condiciones que estimaba convenientes.
Sin embargo no se puede desconocer que algunos Estados, inclusive
en la era actual, han tenido su origen en el conflicto bélico, como
resultado de la imposición del vencedor, por lo que algún sustento tiene
esta teoría, pero no es un explicativo original -del fenómeno del Estado
genéricamente considerado.
Un ejemplo de lo afirmado es el caso del estado yugoslavo, (ya
disuelto), conformado por acuerdo de las potencias vencedoras en la
primera guerra mundial. Aquí, el origen de esta organización fué el
resultado de un conflicto bélico, de la imposición por la fuerza.
Lo mismo sucede en el caso del Estado de Israel, funda como resultado
de la segunda conflagración universal. Este segundo caso se diferencia del
primero -no obstante- en la preexistencia de un sentimiento nacional pero
ello no obvia que el inmediato origen haya venido envuelto como resultado
de un conflicto.
Nótese sin embargo que fueron otros estados preexistentes los que
decidieron la -creación de estos dos nuevos países. En consecuencia, esta
44
3
Pérez Serrano, Nicolás. “El Estado dinámico”. México. Ed. Horizonte, 2002.
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CAPITULO III
EL TERRITORIO
BIDART CAMPOS, coincide con esta apreciación del profesor alemán. Nos
dice que parecería que hasta la época moderna, en que los estados
delimitaron dicho espacio territorial con fronteras fijas, el territorio no
llegó a ser considerado doctrinariamente como elemento del Estado.
En esta época moderna donde se da la conjunción de elementos que
hacen posible el Estado como modo de organización política tal cual la
entendemos el día de hoy.
La conciencia nacional por la que los hombres se entienden como
parte de un colectivo humano y en tal razón con su propia identidad
común, distinta a la de otras agrupaciones sociales, comienza a hacer
germinar la idea que es a estas comunidades a las que el suelo
en que viven y del cual deben extraer recursos para la satisfacción de sus
necesidades. Este derecho deben protegerlo como comunidad nacional. El
gobernante, cualquiera que sea su forma de designación tiene la
obligación de mantener este patrimonio. De defenderlo. No se discute en
este primer momento la forma en que el gobernante accede al poder, pero
si que tiene la obligación de gobernar bien a su comunidad.
Hay aquí una quiebra con respecto a la concepción de la Edad
Media. El hombre era súbdito de un Señor que detentaba el poder y este
Señor era el titular de la tierra que él gobernaba y de la cual podía
disponer. La defensa que podía hacer de ella era realizada en razón de su
propio interés, pero no del deber de mantenerla para la comunidad a la
que él conducía.
MARTIN KRIELE dice: 'El Estado moderno esta marcado ta
fuertemente por el principio de la jurisdicción territorial que se ha perdido
costumbre de aplicar el concepto de "Estado" a las órdenes medievales,
reservándolo para el Estado moderno.
La nueva concepción culmina con la aceptación plena del rol del
territorio en la conformación de la organización política.
A partir de allí se entiende que el territorio es necesario para la
conformación del Estado. No obstante, KELSEN, discute inicios del siglo
XX esta creencia. Para él el territorio no era condición para esta
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Alaska o Hawai, si puede ser pensado sin las islas Fidji o sin cualquiera
de sus posiciones de ultramar. En esta determinación de un espacio como
territorio, su vinculación a esa sociedad y a ese poder a través de la
historia, será determinante para considerarla incluida o excluida de esta
categoría.
Los sitios excluidos son objeto del Estado. Un objeto especial y
valioso, pero objeto al fin.
El brasileño PINTO FERREIRA dice en esta línea; *El territorio del
Estado está dividido comúnmente en dos clases, a saber, el territorio
político y el territorio comercial. El territorio político es el más importante.
En él se ejerce la dominación del Estado a su plenitud y también allá se
distinguen el territorio metropolitano y el colonial.
Vamos luego a tocar el tema del territorio colonial. Ahora nos
detenemos en este punto. Ese territorio comercial al que alude el autor
brasileño es sin duda objeto del Estado. No esta integrado a él. Le sirve
por una serie de consideraciones, pero no es parte del Estado mismo. Las
posesiones están sin duda en esta condición y por ello pueden ser y son -
de corriente- negociadas por las potencias como parte de su activo.
El tratadista italiano PAOLO BISCARETTI DI RUFFIA a su vez
señala que 4a expresión territorio del Estado se adopta, a veces, en un
sentido más amplio, incluyendo las posesiones que no constituyen "parte
integrante del Estado"; más bien están solamente sometidos a su plena y
entera soberanía" (como, por ejemplo, se ha afirmado respecto a las
diversas colonias adquiridas sucesivamente por Italia), no dependen, por
tanto, en forma de auténtico elemento constitutivo, sino que son
pertenencia exterior y separada, cuya adquisición o pérdida, no aumenta,
ni disminuye, la verdadera configuración estatal.
En estas expresiones hay una diferencia en la concepción de
Coloma con aquella formulada por el profesor PINTO, pero hay una
coincidencia en cuanto a que hay espacios o lugares bajo dominio de un
Estado que no tienen la categoría de territorio y pueden por tanto
considerarse como objeto de dominio.
93
Es quizá por ello que Israel, al reunirse después de casi 2000 años de
diáspora insiste en reunirse en un territorio que ellos reclaman como
suyo. No era imaginable Israel en una isla del archipiélago malayo. Aún
con todas las dificultades que le ha significado y le todavía hoy
esa posición, han entendido que esa pequeña área al pie del Mediterráneo
es "propia" del estado judío. Igualmente, los palestinos luchan por ese
territorio. No se imaginan una solución con una concesión territorial fuera
de este lugar.
En la situación actual de las realidades jurídicas e internacionales,
ha de estimarse que el territorio no es mero límite o es
elemento constitutivo del Estado' apunta el varias veces citado PEREZ
SERRANO y agrega consideraciones sobre el gran valor sentimental y
político que entraña para la unificación del pueblo como materialización
de la Patria.
También los autores peruanos clásicos suscriben esta teoría. Así,
RAUL FERRERO REBAGLIATI, escribe que el territorio "es un elemento
necesario para la subsistencia del Estado, el cual se dividualiza
geográficamente, por virtud de la permanencia de un pueblo en un suelo"
(Teoría del Estado, 113) JOSE PAREJA PAZ SOLDAN a su vez señala que
el territorio es uno de los elementos constitutivos y esenciales del Estado.
A su vez, el profesor argentino CARLOS FAYT cree que toda esta discusión
"se origina en pretender fijar una relación general entre el Estado y el
territorio, entre el todo y una de las partes constitutivas, sin advertir que
necesariamente desarticulan la estructura y ya no es el Estado sino el
Poder, la población o el Derecho quienes presentarán un campo relacional
o funcional en conexión con el territorio. En primer lugar, el Estado es
una forma de organización política, no una organización económica
geográfica. El territorio es un elemento de esa organización política, no un
objeto económico.
El territorio es elemento constitutivo del Estado moderno que lo
considera a igual nivel que la población, y digo así, porque, como veremos,
en una situación límite, en primer lugar el pueblo se en defensa de
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Estado mismo, pero esta no puede entenderse como condición "si ne qua
non" para la formación o existencia del pueblo de un Estado.
Casos ha habido en la historia en que los Estados formaron por
acuerdos de poder y aún entre comunidades o nacionalidades que no
tenían esa voluntad corporativa a la que alude el profesor alemán. El caso
de Yugoeslavia, en la que se fundieron servios, croatas, dálmatos,
montenegrinos, etc. o la propia Unión Soviética donde los estados
balcánicos formaron parte de ese estado grande y su pueblo fue parte del
pueblo soviético, pero en ambos casos la falta de integración paulatina de
una Nación, provocó el estallido de la organización apenas se hubo
debilitado el poder que les mantenía unidos.
En cuanto a la posición que señala que los vínculos que unen al
pueblo de) Estado son resultado de una formación natural ya se ha
descartado en el capítulo anterior que el propio Estado sea una formación
natural y por lo mismo, los pueblos que los conforman no pueden ser
entendidos así.
Los que han empujado estos conceptos, como lo señala HELLER, en
su libro "Teoría del Estado", lo han hecho más con fines de propaganda
política que con respeto a la verdad. No hay en la actualidad y se podría
decir casi sin temor desde que hay Estado una de estas organizaciones
que haya sido conformada solamente por individuos de una raza. Primero,
porque como se ha explicado por el citado autor alemán. r Es cosa que no
puede estimarse científicamente determinada de manera definitiva si
existen tales razas naturales, es decir, si los caracteres transmitidos por
herencia, y cuales de ellos, son determinados por el germen y no por el
medio.
Y más cercano a nosotros en el tiempo, CARLOS FAYT nos recuerda
que: "El valor no absoluto sino relativo de los genes determinantes
de las diferencias raciales, se comprobó mediante la investigación de los
grupos sanguíneos. El resultado de esa investigación demostró que no
existen diferencias fundamentales entre los grupos sanguíneos de los
hombres de diferentes raza.
106
3 .2 EL PUEBLO
Conviene comenzar este capítulo recordando y reiterando el valor de
lo señalado por JELLINEK en su Teoría General del Estado/:+Los
elementos particulares del Estado se condicionan mutuamente y por esto,
sólo es posible aislar a uno de ellos de un modo hipotético ya que cada
cual tiene como supuesto a los demás.
En este aislamiento hipotético debemos precisar además, que
queremos definir y explicar el concepto pueblo del Estado, no de la nación
ni de una organización religiosa, sino de ese fenómeno que se llama
Estado.
Son 5 los principales criterios a partir de los cuales se ha tratado de
explicar este concepto: Uno, de vinculación jurídica, de nexo político,
un tercero que recoge el fenómeno de la voluntad del ser humano, uno
cuarto que entiende al pueblo del Estado como una formación natural y
finalmente un quinto que alude a una combinación de factores de tipo
sociológico-cultural.
La primera concepción es formulada por KELSEN, aún cuando, en
la misma dirección pero con menor intensidad y con la poco
importante suma de otros factores, es postulada también por DEL
VECCHIO.
El profesor austriaco llega incluso a proponer que lo que se entiende
por pueblo, no es en realidad sino la suma de actos que interesan a un
orden jurídico determinado, no interesando la persona lo realiza sino
simplemente el efecto que puede tener ese hecho en el jurídico
imperante.
E1 pueblo de un Estado, no es otra cosa que la unidad una
pluralidad de hechos de conducta humana, que constituye el contenido de
las normas del Derecho. Unidad, a su vez, que ha sido creada por el orden
jurídico... esta asociación no se compone, en realidad, de hombres
considerados en cuanto tales, sino de ciertos actos, acciones y omisiones
realizados por cada hombre, y puesto que la asociación significa lo que ha
de ser vinculado en una unidad, se identifica con dicha vinculación, ya
109
700 arios, las dos poblaciones no sólo se han vuelto extranjeras una para
otra, sino totalmente desemejantes. La raza, tal como entendemos
nosotros los historiadores, es pues, algo que se hace se deshace. El
estudio de la raza es capital para el docto que se ocupa de la historia de la
humanidad. Pero no tiene aplicación en política. La conciencia instintiva
que ha presidido la confección del mapa de Europa no ha tenido en
cuenta la raza, y las primeras naciones de Europa son aciones de sangre
esencialmente mezclada.
En cuanto al concepto denominado secundario de "raza" que señala
que esta no es sólo explicable por factores genéticos, sino también por
razones climáticas o de alimentación, o territoriales, tampoco merece
mayor comentario y no ha contribuido, por similares argumentos a los
expuestos en relación a lo genético, a la conformación del pueblo de un
Estado de manera concluyente.
La segunda corriente mencionada señala que el pueblo es en
realidad un conjunto de actos a los que un orden jurídico determinado les
acuerda valor.
"Si se considera que el Estado es un orden normativo -señala
Kelsen- el elemento que contiene el concepto de "pueblo estatal" no es,
propiamente, la unidad de una pluralidad de hombres, sino de acciones y
omisiones humanas, pues el hombre no esta sometido en la totalidad
espiritual y física de su ser al poder del Estado; el estatal no afecta
sino a determinadas direcciones y aspectos de su conducta".
El hombre forma parte del pueblo del Estado solamente tanto
que está sometido al dominio estatal, en tanto que su conducta constituye
el contenido del orden jurídico. Por esta razón no todos los hombres que
se encuentran en el territorio de un Estado forman pa rt e de l m is m o .
Nosotros no aceptamos las premisas de este pensamiento, lo que ha
sido señalado en páginas anteriores y es por lo mismo que no podemos
concordar con esta conclusión.
Que el Estado no regule la actividad total -sino sólo en parte- del
individuo, no quiere decir que no pueda hacerlo y ese sujeto tiene entidad
114
para el Estado aún en los actos que no se encuentran regulados por él,
incluso podría afirmarse que esta concepción que comentamos parte de
desconocer el principio del derecho liberal de establecer que todo lo que no
está prohibido esta permitido, y bajo este supuesto no hay acto que
estuviera fuera del derecho, otra cosa sería que el sistema jurídico tuviera
que hacer una premisa específica para cada actividad. este no es
definitivamente el caso, el hombre pertenece al pueblo del Estado por una
cuestión de poder, conozca o no el orden jurídico lo acepte o no, estén o
no catalogados sus actos en un sistema legal. Lo que hoy no esta
reglamentado puede estarlo mañana y lo que mañana llega ser ley puede
ser derogado el mes siguiente. El hombre -como parte del pueblo del
Estado- sigue teniendo vinculación constante y permanente, principal
personal con el centro de poder. El cambio de la legislación no modifica su
situación. No se forma, en resumen, el pueblo del Estado como
consecuencia única de las leyes.
La otra vertiente del idealismo estatal, que propugna que cada
nación tiene un alma y un rol que cumplir en la historia y que por lo
mismo esa alma o esa idea constituye el pueblo del Estado, ha sido ya
descartada en páginas anteriores siguiendo las lecciones de la historia y
las observaciones del presente. No siempre las naciones constituyen
Estados y cuando lo hacen no es la motivación que a ello los conduce,
sino la del autogobierno. BELLER rechazó esta pretensión, señalando que
el pueblo "no puede ser considerado como una formación del espíritu. No
es, en modo alguno, un ente "puramente espiritual y menos aún puede
afirmarse de él que sea una "comunidad y como toda comunidad espíritu".
Como en toda realidad social -continúa el profesor alemán- en el pueblo,
también, el dualismo naturaleza espíritu sólo puede concebirse
dialécticamente.
No es el pueblo una idealización, es una formación que se da en la
historia como resultante de diversas variables que se n por el factor
del poder. 'Es más, un pueblo que en un momento determinado pudo ser
reconocido por determinada característica puede, por los más diversos
115
3 .4 EL PODER
KARL LOWENSTEIN, es el más notable de los escépticos y en su
trabajo "La Teoría de la Constitución señala: "el poder político, como todo
poder, puede ser conocido, observado, explicado y valorado sólo en lo que
concierne a sus manifestaciones y resultados. Sabemos, o creemos saber,
lo que el poder hace, pero no podemos definir su sustancia y su esencia.
Es verdad que se trata de un fenómeno difícil de asir de explicar.
El poder se encuentra en prácticamente todas las organizaciones sociales
y hasta, podría decirse, en las relaciones interpersonales.
El poder del Estado es sin embargo, uno especial, el poder político.
No obstante, para llegar a esta especie, debemos primero de estudiar el
género. Como dice PINTO FERREIRA, 'el poder es un proceso social, un
hecho objetivo de la convivencia de los hombres, un fenómeno específico
de la sociabilidad.
117
orden por ellos dispuesto. Este orden puede basarse sobre una serie de
normas previsibles, o sobre la libre determinación, hasta arbitraria, de
quien ostenta el poder. En este caso, el único orden será el de la
superioridad del poderoso que no responde ante nada y que determina lo
que desea, pero aún así hay un orden rudimentario; el la posición del
dominante y de la posición de los dominados.
Es por eso, que todas las reuniones de personas con un fin más o
menos permanente, cuentan con un poder que las ordena, que las
cohesiona, que busca el cumplimiento de ese fin y decide los
comportamientos de los miembros en atención a ese fin; por muy pequeño
que éste sea o por muy intrascendente que parezca. Un de fútbol de
barrio, o la cofradía de los cargadores del anda de una imagen sagrada;
todos ellos necesitan de un orden y ese orden reclama poder que lo
haga posible.
JELLINEK decía: Toda unidad de fines en los hombres necesita la
dirección de una voluntad. Esta voluntad, que ha de cuidar de los fines
comunes de la asociación, que ha de ordenar y ha de dirigir ejecución
de sus ordenaciones, es precisamente el poder de la asociación. Por esto,
toda asociación por escasa fuerza interna que posea, tiene un poder
peculiar que aparece como una unidad distinta de la de sus miembros.
Hay sin embargo una pregunta que siempre esta presente en las
investigaciones sobre el poder y ésta es si puede considerarse que puede
hablarse del poder si no hay fuerza o coacción.
No cabe duda que la fuerza, entendida en el sentido lato que hemos
referido en este trabajo, está presente en todo poder. La capacidad de
inflingir algún daño a quien se resiste a cumplir es parte del poder. Un
católico puede tener terror a la excomunión y actuar en consecuencia con
los mandatos de la iglesia para evitar que ella se produzca. De la misma
manera un alumno en el colegio se comportará conforme dictados del
maestro para no merecer un cero de calificación. En estos dos casos se
ejemplifica que la fuerza componente del poder no tiene que entenderse
como la fuerza física. Sin embargo, si esta aparente carencia de violencia
se analiza más allá, se puede llegar a encontrar que la excomunión está
vinculada a la reclusión de una persona en el infierno por toda la
eternidad, lo que conlleva el peor de todos los castigos físicos. El
sufrimiento sin final. De igual manera la expulsión del alumno del colegio
conlleva el acto físico de prohibir su ingreso. En tér mediatos puede
considerarse siempre un temor a un acto físico aun cuando la motivación
cercana y primeramente imaginable esté referida a un problema de
valoración.
La fuerza física, como se ha manifestado, está siempre presente aun
cuando el poder más perfecto trate de recurrir a ella menos posible por
la reacción que provoca. Un poder bien equilibrado será el que tiene fuerza
bastante para vencer toda resistencia, pero que no necesita utilizarla
prácticamente para conseguir acatamiento.
Por el contrario, será un poder imperfecto aquel que no tiene autoridad y
que se limita a la pura fuerza.
Para ser efectivo el poder ha dé contar con dos condiciones, como lo
señala el profesor español Pablo LUCAS VERDU: La coerción material y/o
institucional. O sea, mediante la fuerza, o a través de medios jurídicos
institucionales, que en definitiva, si es necesario, recurren a la primera.
131
del Estado, o sea, que mandarán y prohibirán no lo que les plazca por su
sola voluntad o capricho, sino que mandarán y prohibirán lo que la ley les
autorice a mandar y prohibir.
Vale decir, las posibilidades de mandar y el poder se ntran
limitados por acuerdos previos al dictado de la nueva n. Este acuerdo
previo es la principal fuente de legitimidad de quien en el poder. El
poder que tiene lo tiene en virtud o en consecuencia de ese mismo
dispositivo. La autoridad del gobernante proviene de esta norma
impersonal, o encuentra en ella un principalísimo afluente.
En el poder de derecho, la voluntad de quien manda ha e
encuadrarse en ese sistema jurídico. Si no sucede esto, el gobernante
pierde legitimidad, por cuanto las personas obedecen a quien manda en
razón de la posición que ocupa en esa estructura. La gente acepta el
orden, corno un fenómeno que debe darse para que la sociedad marche y
consiente en que alguna persona decida en virtud de un acuerdo cuyas
cláusulas se establecen a través del derecho.
El poder de derecho da un marco de previsibilidad a la gente a la
que somete. El gobernante tiene que ceñirse a las facultades que se le han
otorgado y los gobernados saben que pueden hacer todo aquello que la ley
no les prohíbe y pueden dejar de hacer todo aquello que la norma no les
manda. Las decisiones de quienes ostentan el poder han de plasmarse -
por lo demás- en instrumentos jurídicos.
Dentro de la concepción de la igualdad entre los hombres de la
dignidad de los seres humanos no cabe otro poder que el poder de
derecho. Es por eso que hoy todos los gobiernos aspira a consolidarse
dentro de esta clasificación.
El poder de derecho esta referido al uso mismo del poder. A la
manera de su ejercicio. A la forma cómo se conduce el bernante desde
su encumbrada posición y a la manera cómo procura la obediencia para
sus determinaciones.
Puede darse una disconformidad entre lo que dice la ley o lo que se
establece en el sistema y el actuar del gobernante. Si en la sociedad está
142
potestad estatal hace que esta potestad sea monopolizada por la fuerza
política que se erige en dueña del Estado.
En este caso, al asumirse una posición completamente dogmática,
la posibilidad de crítica real no existe por cuanto es tomada como un
desafío al poder mismo, cuyo cambio de titular se rechaza de plano.
En un sistema de poder cerrado el cambio de gobernante no existe sino
cuando es aceptado por el propio titular del mando. Fuera de esto no-es
posible pensar en ello dentro del sistema mismo.
Una monarquía absoluta real, un gobierno sustentado en una
concepción comunista -como el de la Cuba de Castro- una dictadura
totalitaria sostenida sobre cualquier pretexto, son sistemas de poder
cerrado. El cambio no puede producirse al interior del sistema. Las
críticas son tomadas como subversión y dan lugar a las más severas
penas. Dentro de su propia lógica no hay campo ni espacio para el cambio
de titular del poder. Este ha de pertenecer siempre a quien actualmente lo
posee o a quien él designe.
Por el contrario, el sistema democrático es el prototipo del poder
abierto. A su interior la crítica es asumida por la mecánica del mismo
sistema, como una de las fuerzas que lo mueven; que les permite ser más
eficaz y que da lugar al diálogo permanente que debe h entre
gobernantes y gobernados.
Sin embargo, esta actitud no es fácil. Hay una tendencia señala
GUGLIELMO FERRERO, que indica que "los que detentan el poder aspiran
a conservarlo, primeramente para ellos mismos y a continuación para
aquellos a quienes desean transmitirlo cuando, lo más tarde posible, se
vean obligados a renunciar.
No hay nada que repugne más a un poder, sea el que fuere, que el
hecho de saberse precario.
Esta tendencia es claramente manifiesta en los poderes cerrados.
Los dictadores retrasan todo lo que pueden su salida del poder y motivan
con ello -en muchos casos- situaciones sumamente violentas, como el
caso, ya que se ha mencionado a Cuba, de Batista ayer y.
148
Por otro lado cabe señalar que la Constitución del Perú de 1979
consagra un sistema de poder abierto, al institucionalizar la democracia y
al señalar, como hace en el Preámbulo que el poder nace del pueblo como
consecuencia de una libre y periódica consulta. La introducción de la
reelección y otros mecanismos que figuran en el documento de 1993
denuncian- por el contrario- el desarrollo de una vocación por un sistema
de poder cerrado.
Esta calificación atiende a los grados de concentración del poder. En
la medida en que el mismo esta monopolizado por una sola persona, la
que naturalmente delega alguna de sus funciones en razón de la
imposibilidad de realizarlas personalmente todas, se h de un poder
centralizado.
La delegación en este caso no implica la pérdida de la titularidad del
poder el que puede reasumirlo en el momento que crea conveniente aún
cuando no hubiera estado decidiendo sobre esa materia. Por otro lado,
también se puede hablar de un poder concentrado cuando el poder de la
autoridad mayor es concluyente sobre la persona que lo ejerce
inmediatamente, aun cuando la competencia en sí sea de la autoridad
menor.
Pero la desconcentración se da fundamentalmente cuando el poder
se ostenta por autoridades de distinto origen, que responden a su propia
base; que no dependen en cuanto sus competencias, de lo que señale la
autoridad central. Ellos pueden hacer u ordenar hacer tina serie de cosas
y tomar diversas decisiones y hacerlas cumplir con su fuerza en
caso de incumplimiento. En los Estados, esta fuerza ha de ser
proporcional a las competencias, porque de ser mayor, tentación del
desconocimiento de la autoridad principal resulta muy grande.
Al depender de distintas autoridades el poder central menos
presión sobre los gobernados los que así sienten menos el yugo. De esta
forma, al acercarse el poder al pueblo hay una más estrecha relación entre
gobernantes y gobernados y un mejor control así como la posibilidad de
un mejor gobierno.
150
comunidades, 'Cuya finalidad es ser el vínculo quo une a toda otra serie
de grupos o asociaciones.
En el Perú, la Constitución de 1979 consagró este carácter
descentralizado del poder. Las regiones como expresión de un pode
cercano al pueblo que responde con criterios de interés propio do cada
zona y a valores no siempre compartidos por los detentadores del poder
central y los municipios, con sus propias competencias para el gobierno
comunal, son una muestra de esta descentralización del poder. Decimos
descentralización porque en las atribuciones específicas encargadas por la
Constitución a estos entes, no cabe la ingerencia del gobierno central.
El artículo 261 enumera los asuntos de salubridad, vivienda, obras
públicas, vialidad, agricultura, minería, industria, comercio, energía,
previsión social, trabajo y educación, en los que actúan con autonomía.
Las municipalidades, por su parte, tienen su ámbito señalado en el
artículo 255 de la misma Carta.
De la misma forma y no sólo en referencia al poder político, la
Constitución consagra el pluralismo económico y organizacional de la
sociedad con lo que garantiza niveles de autonomía en campos en
que no ha de inmiscuirse la descentralización del poder no se da sólo en
lo político, sino también en los otros campos.
diversas modalidades por las mismas. Los límites al poder, desde esta
perspectiva, vienen dados por el constante reclamo de de estas
instituciones que al ampliar cada vez más su esfera de acción,
circunscriben o enmarcan más estrechamente la actuación del poder
estatal. Si el poder ingresa dentro de este campo que asumen las
instituciones como propio,,como consecuencia de su propia evolución, sin
justificación aceptable, estará pasando otra vez los linderos de su ejercicio
y la deslegitimación puede estar a la vista.
Si la sociedad está integrada y sus demandas son canalizadas por el
sistema, el rechazo y la repulsa es muy probable. Si, el contrario, la
sociedad está dividida y los valores del sistema jurídico no son
compartidos por sus habitantes, la trasgresión del derecho no será
interpretada como causa de pérdida de legitimidad.
Por ejemplo, si en los Estados Unidos o en cualquier potencia de la
Europa de fines del siglo XX el gobernante actúa contra el derecho, es
posible que haya trasgredido también los límites del poder y por lo mismo
deje de detentar éste: Si esto sucede en alguna nación africana o
latinoamericana la consecuencia no necesariamente es la misma.
El límite que el derecho pone al poder es, en consecuencia, expresión de la
realidad misma que obliga al que lo detenta a detenerse en sus confines,
porque si lo transgrede puede provocar tal reacción en los gobernados que
los lleve a alzarse contra él y a derrocarlo. Hay una de auto
restricción.
IHERING, lo señala así: '`El motivo que determina al Estado a
inclinarse ante la ley es el mismo que impele al individuo a auto
dominarse: el egoísmo y el interés personal...E1 poder estatal sujeta al
derecho porque está convencido que a eso lo lleva su propio interés. El
orden sólo está verdaderamente garantizado donde el Estado respeta lo
que él mismo ha establecido...Semejante política exige el inio sobre sí
mismo, y, como pasa con los individuos, sólo puede adquirirse este
autocontrol como consecuencia de una práctica constante en el
transcurso de los siglos.
158
del poder sin cura del derecho o de otra consideración. La razón de Estado
propuesta por Maquiavelo deja libre de toda atadura las manos del
gobernante para hacer todo aquello que considere conveniente para su
comunidad y que no tiene más límite que la respuesta positiva a la orden
de él emanada.
GONZALES URIBE, al comentar la organización consecuencia del
pacto social, señala que el Estado surge de él corno "una especie de Dios
mortal, que puede usar a su arbitrio el poder de todos con el fin de
asegurar la paz, la defensa comunes...La soberanía nace, de esta manera,
con carácter de absoluta. No tiene ningunos límites
Legítimos.
Ya hemos visto que esto es así en el plano puramente fáctico. Los
límites al poder se pueden hallar en la realidad misma y en el sistema
jurídico en tanto ese sistema jurídico una parte de la realidad y no una
entelequia superestructural sin anclaje en las convicciones sociales
E. METODOS
En cuanto a los métodos, debemos señalar lo siguientes:
F. RES ULTADOS
1. Se consiguió aceptación e impopularidad en la escena política.
2. Los gobiernos democráticos, estableció estabilidad del Estado, la
mayor parte de los sectores sociales se caracterizó por el constante y
permanente impopularidad del Estado.
3. El Estado Peruano consiguió estabilidad, en todo los sectores de la
vida económica del País.
4. La definición de la línea política del Estado contra el nepotismo y
corrupción trajo como consecuencia la victoria de la táctica y
estrategia para combatir con mayor precisión a la corrupción.
5. La corrupción es el enemigo de nuestro Estado en los últimos años,
en donde se cometieron asesinatos, desapariciones y violaciones de
derechos humanos, lugares donde no ha llegado el Estado.
6. Los Presidentes se caracterizó por el mayor índice de
impopularidad en donde el Estado brilla por su ausencia.
7. Un balance general de nuestro Estado moderno nos permite
concluir que todos los acontecimientos, relativos a la corrupción y
167
H. REFERENCIAS
- BIBLIOGRAF IA
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2006.
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2008.
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Universitario. 2006.
18. Vladimir Elich, Lunin. “El Estado y la Revolución”, Lima, Ed. Pekin.
2002.
169
I. APENDICE
170
171
CUADRO No . 01
ANEXOS
172
CUADRO No . 02
P e rú P B I p o r Ac tivid ad Ec o n ó m ic a - 19 90
Serv icios
Gubernamentales
6.7%
Otros serv icios
C omercio 25.9%
13.5%
C onstrucción
electricidad, agua
7.50%
Agricultura, caza
y silv icultura
13.4%
Pesca
Fuente : INEI M anufactura
M inera 1.3%
22.1%
9.6%
Fue nte : INEI
CUADRO No . 03
Comercio
14.3%
Otros serv icios
32.9%
Construcción
electricidad, agua
7.3%
CUADRO No . 04
1995 – 2000
Efecto sobre el
Ingreso medio 2000 -5.7% -7.5%
Gini inicial
Corrupción Corrupción
Decil Población Normal
Nivel 1 Nivel 2
Más pobre 5268432 55.3 87.0 103.6
2 5257490 129.0 129.0 129.0
3 5255874 217.7 217.7 217.7
4 5258611 350.7 350.7 350.7
Más rico 5254557 848.4 848.4 848.4
Total 26294964 320.1 326.4 329.7
Gini 49.0% 46.6% 45.3%
Fue nte : INEI
CUADRO No . 05
1991 – 2000
15.0 -30.0
-20.0
10.0
-10.0 %
%
5.0 0.0
0.0
5.0
Fu e n t e : INE
174