Claude Debussy y la estética simbolista de D.M. Gonzales de la Rubia El movimiento simbolista en la música tuvo su nacimiento en Francia en el siglo XIX y Claude Debussy es el principal representante musical de esta corriente. El objeto de esta nueva tendencia era de “Ataviar la idea con una forma sensual”. Evocar lo onírico, etéreo, la imaginación y alegorías. Busca atraer nuevamente la atención a las leyendas y mitos. Wagner concluye con sus obras la etapa del romanticismo y a la vez sirve de brecha para esta nueva corriente inquieta y fascinada por lo desconocido. Debussy comparte este interés por lo oculto, mágico, espiritual, pero; al igual que otros artistas reconocerán su admiración por Wagner pero un repudio por todo lo que lo germánico significo en esos días. Debussy buscaría nutrirse de distintas fuentes para luego impresionar al mundo con sus creaciones, que mas tarde serían considerados como claros reflejos de esta época. El Prélude á l’aprés-midi d’un faune estrenada el 22 de diciembre en el auditorio de la Sociedad Nacional fue un éxito. Levanto críticas constucctivas y ciertas despectivas como es de esperarse en casi todas las manifestaciones artísitcas. Pero, sin duda su composición no solo reflejo su singular estilo compositivo sino un ejemplar dominio técnico. Debussy buscaba reflejr con su música impresionas más que emociones, como quedó claro en su Prélude, estrendo el 9 de diciembre de 1900. Dícese pues que la música de Debussy es de origen visual, no literario, y de ser literario, no de una literatura discursiva sino evocadora de imágenes. Un recurso muy importante para sus composiciones fue el silencio, silencios que sugerían dejarse llevar por la imaginación. Este recurso tomó gran protagonismo en Pelleas et Méllisande.