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La historiografía venezolana, por lo menos hasta la fecha en que Carrera Damas escribe su obra,

muy poco ha hecho respecto a los problemas metodológicos que se derivan de la Historia
Contemporánea en el sentido y con la dificultad que le estamos dando. Por otro lado, se advierte
que al tratarse de la historia de lo contemporáneo en la historiografía venezolana, toda la
problemática metodológica tiende a refundirse en la cuestión de la objetividad; entendida ésta
como «imparcialidad». De allí que se genere una confusión conceptual que ha persistido, como
prueba del escaso nivel crítico de las consideraciones metodológicas hechas sobre el problema. La
verdad es que tanto la «objetividad» como la «imparcialidad» son conceptos diferentes, por lo que
resulta poco afortunado confundirlos; se puede ser imparcial sin ser objetivo, en tanto que la
imparcialidad puede ejercerse sobre la base de un conocimiento no objetivo. Como es el caso del
conocimiento histórico. Mal entendido el concepto de «imparcialidad» como premisa indispensable
para lograr la «objetividad» o, peor aún, confundiendo ambos conceptos, es por lo que se les llega
a colocar como barrera o muros infranqueables para abordar el conocimiento histórico de lo
contemporáneo. Es decir, una objeción fundamental para la validez de sus estudios o, en todo caso,
habida cuenta de que quien escribe historia contemporánea la escribe sobre sí mismo y en su propio
tiempo histórico. De ese Revista Mañongo Nº 32, Vol. XVII, Enero-Junio 2009 PP 89-105 104 modo,
«la objetividad» y la «imparcialidad» nunca serán sus mejores aliadas; ya que es imposible ser
objetivo e imparcial cuando se escribe sobre sí mismo. La historiografía venezolana revela una
actitud muy peculiar para asumir el conocimiento histórico de lo contemporá- neo: podría resumirse
ésta como un marcado contraste entre la actitud asumida al respecto durante el siglo XIX y la que
ha prevalecido en el siglo XX y hasta el XXI. Durante el siglo XIX los historiadores se preocupaban en
preservar las fuentes producidas en su tiempo, a los efectos de que ellas servirían a la posteridad;
como efectivamente lo ha sido. La historia de la Venezuela decimonónica sería escueta, si no
hubiese privado entre nuestros antepasados aquel instinto de preservación documental. Bolívar,
Miranda y Guzmán Blanco resultarían magistrales ejemplos de ello. Con la entrada del siglo XX se
abandona el cultivo del conocimiento histórico de lo contemporáneo. La influencia del positivismo
que se introduce en Venezuela resulta determinante; sobre todo por esa enfermiza persecución de
la objetividad y por temor de sus propios actores a ser condenados por sus hechos. Al historiador
de gran parte del siglo XX, le parece más cómodo entenderse con un lejano pasado que para nada
comprometa sus posiciones ideológicas y hasta sus intereses. Por ello resulta imperioso verificar o
más bien considerar la problemática metodológica con clara referencia a la historia de lo
contemporáneo. Es posible afirmar que la conciencia del peligro que encierra el cultivo de la historia
de lo contemporáneo, y de la imperiosa necesidad de ese cultivo, se halló radicada hasta finales del
siglo XX en la historiografía venezolana. Bibliografía Carrera Damas, Germán. (1964). Cuestiones
historiográficas venezolanas. Caracas. Venezuela. Ediciones de la Bibliografía de UCV. LA
ENSEÑANZA DE LA HISTORIA: ALGUNOS HISTORIADORES VENEZOLANOS Saydith Reyes PP 89-105
105 Prats, Joaquim. (1997) La Selección de contenidos históricos para la educación secundaria;
Histodidáctica: Enseñanza de la historia/Didáctica de las Ciencias Sociales. Página de Dr. J. Prats.
Barcelona. Rojas Parra, Elsy. El Aprendizaje de las Ciencias Sociales y el Nuevo Diseño Curricular.
Autodidáctica; Barquisimeto – Venezuela. Revistas: Acedo de B. Maria de L. (2004). Plan de
Enseñanza: Historia para el Historiador Principiante para la Educación Media; Nueva Serie. Vol.4.
Caracas – Venezuela. Brizuela, Eduardo Gabriel; Enseñanza de la Historia Contemporánea de
Venezuela en las nuevas tecnologías en educación; http/ www.edu.ar / revista
/numero18/historia/.htm. Caracas- Venezuela. Medina Rubio, Arístides (1994). De la Historia y su
enseñanza. Revista Mañongo. Nº 2. Valencia-Venezuela Zuloaga, Argenis Rafael (2005). Boletín de
la Academia

Carrera Damas en su momento en el sentido de la necesidad de desarrollar los


estudios de historia de la historiografía venezolana con sentido crítico y sistemático, la evaluación
historiográfica constituye todavía un aspecto poco considerado en los estudios históricos
venezolanos.

Cosa bien extraña si consideramos la importancia del estudio historiográfico como paso
indispensable de toda investigación histórica con sentido crítico y por la autoridad académica e
intelectual de quien, sin duda, es el fundador de los estudios universitarios de historia de la
historiografía venezolana. Porque aunque no compartamos del todo algunas opiniones y criterios
de don Germán, presentes en buena parte de su producción intelectual, justo es reconocer que
sus consideraciones sobre los problemas que han caracterizado el devenir de los estudios
históricos en Venezuela, lo convierten en el historiador contemporáneo que más ha aportado al
esclarecimiento, orientación y comprensión de este asunto. dores de Venezuela”, en Primer Libro
Venezolano de Literatura, Ciencias y Bellas Letras. Caracas, 1895, pp. I-XII; Diego Carbonell:
“Escuelas de Historia de América”, en Germán Carrera Damas, Historia de la Historiografía
Venezolana. Textos para su Estudio. Caracas, Universidad Central de Venezuela, 1961, pp. 80-145;
Luis Correa: “Los Estudios Históricos en Venezuela”, en Boletín de la Academia Nacional de la
Historia. T. XX, Nº 77 (Caracas, enero-marzo de 1937), pp. 179-184; Mario Briceño Iragorry:
“Nuestros Estudios Históricos”, en Introducción y Defensa de Nuestra Historia. Caracas, Monte
Ávila Editores, 1972, pp. 17-28; Ramón Díaz Sánchez, Evolución de la Historiografía Venezolana.
Caracas, Ministerio de Educación, 1956 (Colección Letras Venezolanas, 3); y los siguientes textos
de Germán Carrera Damas, Historia de ka Historiografía…, primera edición de 1961 y segunda
edición de 1985; Cuestiones de Historiografía…, pp. 26-53; Metodología y Estudio de la Historia.
Caracas, ENCIBA, 1969, PP.89-116 Y 209-255; Historiografía MarxistaVenezolana y otros Temas.
Caracas, Universidad Central de Venezuela, 1967, pp. 13-68 y 101-156; y Jornadas de Historia
Crítica. Caracas, Universidad Central de Venezuela, 1983, pp. 111-139. Y por eso ya es tiempo de
que se analicen y discutan sus planteamientos a la luz de los progresos sufridos por la disciplina en
las últimas décadas del siglo XX y primera del XXI, con la mayor objetividad posible y fuera del
apasionamiento con que normalmente se ha ejercitado la crítica académica en Venezuela. Ahora
bien, la poca importancia que le daba al análisis historiográfico ya había sido detectado por el
propio Carrera en la década de los años 1960, como bien lo prueba la siguiente consideración de
este historiador: Lo escaso o incipiente …de los estudios historiográficos entre nosotros,
constituye una afirmación difícilmente controvertible. Carecemos en la actualidad de estudios que
nos permitan conocer, de manera orgánica y crítica, las corrientes evolutivas de la Historiografía
venezolana. No implican estas afirmaciones la ignorancia o el menosprecio de algunos trabajos
realizados en la materia, los cuales tenemos a la vista. Sin embargo, bien puede decirse que ellos
son paisajes historiográficos de excesiva generalización, que no están basa dos en cuidadosos
estudios documentales de toda la obra, o de su parte más significativa, de los autores tratados. De
esta manera es obvio que se abren demasiadas brechas a la crítica, y que la clasificación de los
autores en las diversas corrientes historiográficas suele ser, cuando no dudosa, imprecisa, pues se
halla basada en el estudio de unas pocas obras, o de su pensamiento en un momento dado. En
suma, nos faltan estudios que versen sobre la obra de un autor, y que permitan, por lo tanto,
seguir la evolución de su pensamiento y precisar el verdadero contenido y el real significado del
mismo.6 6 Germán Carrera Damas, Historia de la …Op.Cit., p. XVII. En la segunda edición de esta
obra, el autor sostiene que la caracterización formulada originalmente en 1961 con relación a la
historiografía venezolana, aún reconociendo los avances que se habían producido en la disciplina,
era válida “…no sólo para el

Sin duda alguna la conmemoración del bicentenario de la independencia es una gran oportunidad
para reevaluar la ruptura con España y el comienzo de la historia contemporánea de Venezuela. El
análisis desapasionado y objetivo del conjunto de razones que propiciaron la independencia del
país, y la valoración de las consecuencias que produjo en su evolución política y social, podrá
ofrecer, a la luz de recientes investigaciones desarrolladas en el campo de la Historia, nuevas
miradas que permitirán ampliar el conocimiento de este proceso desde la perspectiva de la
continuidad de la historia. Es el momento de establecer un amplio debate en el que participen
todos los sectores de la sociedad, que parta del principio que en historia no existen verdades
absolutas, sino complejos procesos que evidencian, en sus contradicciones y diferencias, la
enorme riqueza de las acciones humanas en el tiempo. Se trata de independizar la historia de
Venezuela de la pesada carga ideológica puesta al servicio de proyectos políticos y aventuras
militares consolidadas por la historiografía patria. Así como rediscutir la utilización de la historia y
su divulgación en la formación escolar de los venezolanos, lo que permitirá redefinir y actualizar
desde nuestro presente conceptos surgidos de la conformación de la República como las nociones
de nacionalidad, ciudadanía y democracia. La intensión es ofrecer a los todos los venezolanos una
visión más amplia, que trascienda el localismo tradicional; diversa, donde se vean reflejados todos
los representantes de la sociedad venezolana, e incluyente, que propicie el encuentro de los
venezolanos a partir de la aceptación de sus diferencias, pues la comprensión renovada del pasado
es una manera segura de entender el presente y proyectar el futuro.
https://es.wikipedia.org/wiki/Germ%C3%A1n_Carrera_Damas

Germán Carrera Damas (Cumaná, 28 de mayo de 1930). Profesor Titular III (jubilado) de la
Escuela de Historia de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de
Venezuela. Maestro en Historia de la Universidad Nacional Autónoma de México, revalidó la
licenciatura y obtuvo el doctorado en su Escuela, de la que fue director. Fundó las cátedras de
Historia de Historiografía Venezolana y de Técnicas de Investigación Documental. Desempeñó
la Cátedra Simón Bolívar en la Universidad de Cambridge, Inglaterra. Inauguró la Cátedra
Simón Bolívar en las universidades de Colonia, República Federal Alemana y Nacional
Autónoma de México. Desempeñó la Bacardy Family Chair for Eminent Scholars en la
Universidad de Florida, EE.UU. Como experto colaborador de la UNESCO, es presidente del
Comité Internacional de Redacción de la Historia General de Ámerica Latina y miembro del
Buró del Comité Científico Internacional Encargado de la Redacción de la Nueva Versión de la
Historia del Desarrollo Científico y Cultura de la Humanidad.
En su obra descatan El Culto a Bolívar, Entre el bronce y la polilla, Historia de la historiografía
venezolana. Textos para su estudio, Una nación llamada Venezuela (proceso sociohistórico de
Venezuela,1810-1974), Aviso a los historiadores críticos y Elogio a la guía.

GERMÁN CARRERA DAMAS: El historiador cree


que la democracia venezolana padece una
"indigestión"
Por Venezuela Real - 2 de Septiembre, 2007, 16:58, Categoría: Cultura e Ideas
SANDRA BRACHO
EL NACIONAL
02 de Septiembre de 2007

Pretenden sustituir la República por un remedo de monarquía


EL AUTOR DE EL CULTO A BOLÍVAR sostiene que en los niveles más íntimos del
inconsciente colectivo de algunos venezolanos todavía acecha la figura de Fernando VII.
Advierte que "estamos a las puertas de una perversa trampa política, cuyo objetivo
global es la demolición de la República"

Germán Carrera Damas roza ya los 77 años, pero es como los buenos vinos: mientras
más edad acumula, mejor se pone. La lucidez de este historiador de cultura enciclopédica
–autor de El culto a Bolívar y también de Elogio de la gula (la gastronomía es otra de
sus pasiones)– hace que cualquier interlocutor que se le oponga opte por agazaparse
para escuchar la clase magistral que dicta después de escuchar cada pregunta. El
profesor jubilado de la Escuela de Historia de la UCV y ex diplomático emite un dictamen
contundente: "Estamos a las puertas de una perversa trampa política, cuyo objetivo
global es la demolición de la República". Para él, sin embargo, el sistema inmunológico
de esta sociedad tiene suficiente fuerza como para resistir la embestida.

"¿Sabía que Venezuela es una de las más viejas democracias del mundo?
La Segunda Guerra Mundial produjo tres grandes democracias. Una, la del Japón, país
teocrático. Otra, la de India, con su división de castas. Y la de Venezuela, con su atraso
esencial y su caudillismo. Pero subsiste. La democracia venezolana está viva. Sólo
padece una indigestión". Carrera Damas se parece a esos satélites que toman fotos
desde el espacio: mira en perspectiva.

–Usted ha dicho que la obra máxima de la sociedad venezolana no es la Independencia,


sino "la formulación del proyecto nacional y su implementación". Esa aseveración resulta
curiosa en un país acostumbrado a rendirle más culto a los héroes militares que a los
civiles.
–Se ha cultivado una confusión entre dos grandes valores, que son independencia y
libertad. La realidad es que uno puede ser independiente y no libre.

Por ejemplo, Venezuela era independiente durante el mandato de Juan Vicente Gómez
y no era libre. Era independiente en el gobierno perezjimenista y no era libre. Venezuela
es independiente ahora y hay duda de que sea libre. Esa confusión lleva a una
tergiversación de la historia. En este momento, por ejemplo, es difícil que el nivel de
libertad que existe entre nosotros sea comparable al que exista en alguna colonia
francesa, inglesa u holandesa del Caribe, porque ellas tienen sistemas jurídicos que son
respetados. Y no son independientes, son colonias o parte de un Estado. En el caso de
Venezuela, la Independencia fue un hecho no militar, por supuesto que los militares
pusieron aquel aspecto fundamental que fue la lucha, pero los hombres que lograron
hacer del movimiento una doctrina más que una aspiración fueron esencialmente civiles.

–¿Y Bolívar?
–El propio Bolívar, en tanto contribuye decididamente, no está actuando como militar,
sino como un político, como un hombre que está inmerso en esta concepción de lo que
es la civilidad. Recuerde: era redactor de constituciones; crítico de constituciones. Si
algún hombre concibió siempre la espada dentro del código fue Bolívar, aunque a él le
molestaban mucho los congresos porque le creaban dificultades para manejar la guerra.
La Independencia es la creación de condiciones para el ejercicio de la libertad. Abolida
la monarquía, se establece la República. Y la República es el ámbito de la libertad.
Establecer la República liberal democrática era una tarea mucho más difícil y prolongada
que la Independencia misma. Porque la Independencia, en última instancia, podía
resolverse por la vía de la fuerza. La libertad sólo es posible por la vía de la evolución
de la sociedad y nosotros éramos profundamente monárquicos.

El único Gobierno que los venezolanos hemos defendido ha sido el de Fernando VII.
Persuadir a los venezolanos de que ellos representaban la fuente fundamental de la
nacionalidad y, por tanto, de la legitimación del Poder Público fue lo que hicieron los
hombres que trabajaron por la República liberal democrática. Pero eso cuesta. Todavía
hoy, en los niveles más íntimos del inconciente colectivo venezolano, está un poquito
Fernando VII al acecho.

–Usted también ha señalado que, bajo la máscara de una reforma constitucional, se


pretende adelantar una conspiración antirrepublicana. ¿La República va a salir ilesa de
esta embestida? –No es que va a salir ilesa: la República está vigente. Está vigente en
el espíritu de los venezolanos, en su recuerdo, en su capacidad de resistencia. ¿Por qué
digo yo que lo que se quiere es demoler la República? Porque la República es un sistema
sociopolítico que se basa en una noción que es una abstracción: la nación. ¿Y qué es la
nación? La nación es la forma como se expresa la soberanía popular. Usted no puede
reunir a 26 millones de venezolanos para preguntarles qué piensan sobre determinado
tema. Se crea una abstracción que representa a ese conjunto, a esa sociedad.

La nación está vinculada con la República. ¿En qué sentido? En que todo poder necesita
ser legitimado. Cuando imperaba la monarquía, era la voluntad divina. Pero, una vez
que abolimos la monarquía, ¿cómo vamos a legitimar al poder público? Se recurre a una
abstracción: la nación. Pero esa nación está concebida de tal manera que sus valores
son fundamentales. ¿Cuáles son esos valores, que se han definido a través de dos siglos
o más? Son libertad, propiedad, seguridad (en el sentido de estado de derecho) e
igualdad. Cuando se va contra esos cuatro valores lo que se está procurando es demoler
la República.

–¿Y con qué sería sustituida la República?


–Ante lo que sucede hoy, caben tres posibilidades de manipulación de la opinión pública.
Una: que el follaje de la reforma encubra el propósito continuista, lo que permitiría
consentir en alguna poda del proyecto de reforma para favorecer el logro del propósito
continuista. Dos: que el propósito continuista distraiga del objetivo global de la reforma,
es decir, la demolición de la República, y facilite su instauración. Tres: que la perversa
trampa política le permita al régimen militarista-bolivariano ganar en los dos tableros.
Por un lado, si se logra el propósito continuista, se logrará también el objetivo global de
la reforma, porque, como ha ocurrido durante los nueve años de régimen militarista-
bolivariano, para éste la Constitución no es un mandato ni un impedimento. Por otro
lado, si se logra el objetivo global de la reforma, es decir, la demolición de la República,
el propósito continuista siempre será realizable, por vía de hecho o mediante una
posterior enmienda de la Constitución.

Como consecuencia, la República está amenazada de ser demolida y de ser suplantada


por un régimen dictatorial militar que podría volverse de índole dinástico, como ocurrió
en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y como ocurre en Cuba. Dictadura y
democracia son absolutamente antitéticas.

Aquí estamos en vías de restablecer un remedo de monarquía, que es lo que hay en


Cuba. ¿Quién eligió al sucesor en Cuba? ¿El pueblo? No. Ese es un tipo de Estado
autoritario de clara estirpe dinástica. No se ha inventado ninguna nueva forma coherente
de organización de régimen sociopolítico diferente de esta contraposición entre una
monarquía y una República.

FICHA PERSONAL:
· DOCTOR EN HISTORIA, PROFESOR JUBILADO DE LA UCV

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