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Como trates a los animales, te trataran a ti

(96 Soy Espiritual)

Seguro ya conoces el dicho que dice: “Trata a los demás como quieres que te
traten a ti”. Podríamos añadir también la expresión: “Como te comportas con
los animales, se comportarán contigo”. ¿Qué quiere decir esto? Que, por
ejemplo, los niños no solamente aprenden a dar un buen trato observando la
manera en la que nos relacionamos con los demás, sino que también aprenden
observando la manera en la que lo hacemos con los animales.

No olvides que si te ven golpear a un perro harán lo mismo con sus hermanos
o compañeros de la escuela o si te observan que abandonas a un animal
porque es viejo y está enfermo quizás lo recuerden cuando tú llegues a
lavejez…

¿Cómo tratar a los animales?

Hablaremos específicamente de los animales de compañía, conocidos como


“mascotas”, ya que hacerlo más general en solo un artículo sería pecar de
pretenciosos. Así, empecemos por los animales de compañía más habituales,
los perros.

Los perros nos dan su amor incondicional, nos son fieles y nos protegen
de cualquier peligro. No se lo pensarían dos veces antes de dar la vida por ti
si interpretaran que con ello pueden salvar la tuya.

Las personas tenemos una “obligación ética” con los perros y debemos
devolverles el cariño que nos regalan de manera desinteresada. En última
instancia, si no valoramos esta deuda, valoremos el comportamiento más
inteligente: cuidar aquello que es mejor para nosotros y sin duda, los perros, lo
son.

En primer lugar, debemos protegerlos porque son seres vivos y cuando los
llevamos a nuestro hogar adquirimos una responsabilidad con ellos. No
olvidemos que tienen sentimientos, sufren y disfrutan, y necesitan cariño, tanto
como la comida o el calor en invierno.

Trata a los animales como quieres que te traten a ti

No hace falta que te pongas en el lugar de tu mascota o que tengas la


experiencia de dormir en una caseta y comer pienso, sino de entender que un
perro o un gato no son un peluche que se deja en una estantería y se
observa de lejos nada más.
La atención y cuidados que ofrezcas a ese animal definirán el estado
de salud y de ánimo que tenga. Si bien algunas personas solo cumplen con
las necesidades básicas (comida, bebida y abrigo), otras les dan a sus
mascotas un gran amor incondicional y las eligen antes que a las personas.

Al comprender que se trata de seres vivos al igual que nosotros y que por ende
tienen sentimientos, ya deberíamos entender cuál es la mejor manera de
tratarlos. El juego, las caricias o sus “pequeñas delicias culinarias”
pueden ser una buena manera de agradecerles su compañía y cuidados.

La enseñanza que damos al cuidar a los animales

Tu hijo ha insistido e insistido y por fin has accedido a regalarle un perro. Puede
que lo hayas comprado o lo hayas adoptado de un refugio (en este último caso
te darás cuenta de lo agradecido y fiel que puede llegar a ser al rescatarlo de
allí), pero lo importante es cómo lo empiezas a tratar a partir de este
momento.

Como seguramente ya sabrás, todo lo que haces es copiado por tus pequeños.
Lo bueno y lo malo. Si muestras compasión, cariño y protección hacia el
recién llegado, ellos harán lo mismo. Si en cambio lo maltratas, lo tienes
atado en un espacio reducido y apenas le arrojas un trozo de carne cuando te
acuerdas… ¿Qué crees que harán tus hijos con él o con los demás perros?

¿Te agradaría que al crecer tus niños se conviertan en personas agresivas con
otros seres (humanos y animales)? Por supuesto que no. Entonces, para
empezar debes explicarles que las mascotas no son un juguete que dura unas
semanas y luego se olvida en un cajón. Los animales no se merecen el
olvido, aunque solo sea porque ellos siempre nos recuerdan.

Asuman la responsabilidad entre todos los miembros de la familia y cuídenlo


como si fuera un integrante más. No eduquéis a un perro con castigos o
golpes, queredlo y ofrecedle aquello que necesita. Si no estáis dispuestos a
tener esa responsabilidad durante toda la vida del animal, olvidad la idea
de tener una mascota.

Ignorar las necesidades de los animales de compañía porque “son


inferiores” es una manera de discriminar y constituye otra de las lecciones
que estarás impartiendo a tus hijos. No hay razón alguna para excluirlos de tu
vida ni hacerles lo que nunca desearías que te hicieran a ti.

“La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por el
modo en el que trata a sus animales.”

– Mahatma Gandhi –

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