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La libertad de cátedra y la literacidad.

La libertad de cátedra es un derecho subjetivo del docente. En segundo sentido, es una garantía
institucional que propicia, la enseñanza, la investigación y la inculcación a los discentes. La libertad
de catedara no ampara aquellos actos de propaganda política dentro d elos claustros
universitarios.

Podemos, en primer lugar, concebir la libertad de cátedra como


“... la libre expresión y difusión de pensamientos, ideas y opiniones a
través de la enseñanza, ejercida como saber organizado por profesores
y en relación con alguna disciplina académica. Se configura, en efecto,
como una expresión concreta –entre otras que se hallan en el texto
constitucional– de la genérica libertad de pensamiento concebida como
la producción, transmisión o recepción de opiniones, creencias o
contenidos científicos1.

Como se aprecia, para este autor la libertad de cátedra consiste


en la libre expresión y difusión de las ideas y pensamientos, pero a
través de la enseñanza y en ejercicio de la respectiva disciplina
académica, por lo que se restringe al profesor propiamente dicho.

Por otro lado, la libertad de cátedra, lo mismo que la libertad de enseñanza


derivan de la libertad más amplia de pensamiento y de expresión.

“...la libertad de cátedra o libertad científica se fue


gestando desde mediados de la segunda mitad del
siglo XX contra el Estado por su pretensión centralizadora
y monopolizadora del proceso de creación
y transmisión del saber. Se configuró, por ello, como
un reducto de autonomía del profesor-funcionario,
que pretendía reafirmar su inmunidad frente a las
injerencias del Gobierno”

VALOR JURÍDICO TUTELADO


El valor jurídico que tutela esta libertad es la libre, permanente y
eficaz investigación, exposición y transmisión de los contenidos
científicos de los profesores universitarios.
Garantiza la transmisión de la ciencia y de la investigación
científica, por lo que busca evitar que exista en la sociedad una ciencia
oficial, única o estatal.
Como tal es una libertad propia de todo régimen democrático
que parte del principio de que no existe una única y sola verdad, que
la verdad sólo se puede alcanzar dando la máxima libertad posible a las
personas para que, libremente, sin ninguna imposición externa y
particularmente del Estado busquen la misma.
La libertad de cátedra garantiza la autonomía ideológica de la
universidad, puesto que no puede ser compelida a enseñar una ciencia
estatal u oficial, porque ello sería contradictorio respecto a la búsqueda
de la verdad que es uno de sus objetivos y atentario de su autonomía

1
SALGUERO, Manuel. La libertad de cátedra y derechos de los centros educativos. Editorial Ariel, Barcelona, 1997,
pág. 48.
política o de gobierno.

Tal y como lo expresó el Lic. Rodrigo Facio:


“Una Universidad donde se coartara el derecho de
exponer o a contradecir cualquier idea, dentro de los
cánones de la mayor compostura en la palabra, sería
una Universidad no más de nombre. Porque en la
libérrima discusión de todas la ideas y todos los
principios descansa la condición del progreso
científico, y la seguridad de que todos los hombres
sean respetados en su conciencia y su dignidad
individuales” (…) El día en que la universidad estuviera
al servicio de un poder político, o de una
confesión religiosa, o de una tendencia anti-religiosa
mutiladora de la integridad de la vida interior, o de
un sectarismo doctrinario, o de una distinción social,
ese día sería pese a las brillantes apariencias y a las
frases elaboradas con que se pretendiese disimularlo,
el de la liquidación de la vida espiritual creadora en
la institución y, por ende, el de ella misma”2

La libertad de cátedra la ostenta, por tanto, todo profesor


universitario público o privado independientemente de su
denominación o ubicación en el escalafón docente, más concretamente,
no es una libertad exclusiva del catedrático propiamente dicho.
Es decir, es una libertad que ostenta todo profesor universitario
titular de una cátedra, entendiendo por ésta, todo puesto docente en las
universidades públicas y privadas, comprende, en suma, a todo el
profesorado universitario sean éstos catedráticos o simples profesores
universitarios.

La universidad, por definición, tiende a la búsqueda de la verdad,


a la investigación y al desarrollo de la ciencia independientemente que
sea una universidad pública o privada, de tal suerte que la libertad de
cátedra es extensiva a las universidades privadas por igual.
Finalmente podemos decir que la libertad que nos ocupa, no sólo
es propia de todo profesor universitario en la forma que lo hemos
expuesto sino que, también, es una garantía de la universidad como
institución y de manera particular de las universidades estatales, a las
que, por consecuencia, el Estado no les puede imponer una ciencia
oficial, porque tal acto además de negar la libertad de cátedra, conlleva
a una lesión a su autonomía de gobierno.

El contenido de la libertad de catedra son: 1) “…aquella libertad que habilita al docente para
resistir cualquier mandato de dar a a su enseñanza
una orientación ideológica determinada, es decir,
cualquier orientación que implique un determinado
enfoque de la realidad natural, histórica o social
dentro de lo que es el amplio marco de los principios
constitucionales hace posible (…) La libertad de
cátedra es, en este sentido, noción incompatible con
la existencia de una ciencia o doctrina oficiales” 3.

2
Obras de Rodrigo Facio. Documentos Universitarios. Editorial Costa Rica.
San José, 1977, págs. 33 y 34.
2) Una segunda idea se refiere al método para transmitir dichos
conocimientos, ingrediente que se conoce usualmente como libertad
pedagógica. Significa lo anterior que, así como al profesor universitario,
le asiste el derecho a la libertad de investigación, también le asiste el
derecho de escoger los métodos pedagógicos que estime más
conveniente para transmitir su ciencia y sus conocimientos. El profesor está facultado para desarrollar su
actividad en la
forma que estime más conveniente, aunque con sujeción a criterios
serios, objetivos y técnicos. 3) La tercera idea, ya adelantada por lo demás, se refiere a que esta
libertad no se reduce al hecho de simplemente expresar ideas o
conocimientos, lo que es algo propio de la libertad de pensamiento y de
expresión, sino que demanda que la actividad se produzca de una manera
sistemática e institucionalizada de ahí que esté referida a la cátedra
universitaria que, por definición, cumple con dichos requerimientos.
La cátedra universitaria es metodología, es estructuración del
conocimiento, es razonamiento y argumentación, es la búsqueda y la
transmisión de la verdad de una manera organizada.
Por tanto, la libertad de cátedra no está referida a la mera emisión
de ideas, pensamientos y opiniones fuera de la cátedra universitaria, o
sea, de manera no organizada, como por ejemplo la conferencia o la
opinión de cualquier tema en otra sede, ya que ello es propio de la
libertad de expresión que tiene toda persona por su condición de tal. “La libertad de cátedra no protegería la
emisión de
opiniones que no guardaran relación con la materia
impartida y fueran, únicamente, expresión de opciones
ideológicas cualesquiera pronunciadas con
ánimo proselitista o denigratorio”4. En efecto, no sería parte de la libertad de cátedra el deseo de un
profesor universitario de llevar a cabo la publicación de sus ideas o
posiciones sobre un tema específico en un boletín de la universidad, o
en un periódico de circulación nacional. 4) Finalmente, la libertad de cátedra está referida a la materia
impartida por el profesor universitario, esto es, que no puede hacerse
extensiva a otros temas o ramas del saber por más que sea del agrado del
docente, porque el ejercicio de esa libertad debe referirse exclusivamente
a la materia objeto de su enseñanza como profesor universitario.
“La libertad de cátedra toma como contenido
específico la protección de los profesores en su actividad
cuando ésta es ejercida de forma sistemática y
organizada, y en relación con una disciplina académica
institucionalizada”5.
Supone la libertad de cátedra el derecho de expresar las ideas y
convicciones científicas que asume cada profesor en el ejercicio de las
actividades docentes, específicamente en la programa de la asignatura a
cargo del docente universitario.

La libertad de catedra y la libertad academica6 surge en Francia con posterioridad a la revolución


francesa con la consitucion de 1804. Los liminetes son la consitucion, las instituciones politicas

3
Citada por RODRÍGUEZ COARASA, Cristina. La libertad de enseñanza
en España. Tecnos, Madrid, 1998, págs. 197-198.
4
EMBID IRUJO, Antonio. Las libertades en la enseñanza. Tecnos, Madrid,
1983, pág. 291.
5
Salguero, op. cit., pág. 75.
6
la libertad acadmeica implica de una parte, el derecho a crear instituciones educativas y la
creación de los planes de estudio en base a la autonomía acadmecia. La libertad de enseñanza
democráticas, el respeto a la libertad de conciencia, de pensamiento y opinión de los discentes, el
plan de estudio insitucional, el RIT, El reglamento interno insitucional (el horario, el método, los
principios y la didáctica) y la exigencia aptitudinal y la disciplina.

Conversatorio Universitario.-

implica que los padres eligan donde sus hijs estudien. la formación religiosa y moral que desean
para sus hijos

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