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Drenes interceptores longitudinales

Generalidades

Los drenes interceptores longitudinales se diseñan e instalan para cumplir una o dos funciones:
cortar la filtración en taludes o abatir el nivel freático. En terrenos inclinados es común que el agua
subterránea fluya a la superficie, siguiendo el nivel freático una configuración similar a la del
terreno. Cuando se realiza una excavación en ellos para alojar una carretera, se produce un flujo
que tiende a saturar y debilitar el talud y la cama del corte. Ese flujo puede ser interceptado por
un dren longitudinal colocado al pie del talud o cerca de él (Figura 5.50). Con esta finalidad se ha
construido la mayoría de los drenes longitudinales en las carreteras colombianas.

El otro uso muy común de estos drenes es el abatimiento del nivel freático (Figura 5.48). Esta
necesidad es muy frecuente en terrenos planos en los cuales el nivel freático se encuentra muy
próximo a la superficie del terreno natural.

Cualquiera sea el caso, es importante separar los sistemas de drenaje interno y superficial. En ese
orden de ideas, el dren se deberá sellar en su parte superior para impedir que se infiltre el agua
superficial. Lo ideal sería construir una cuneta impermeable sobre el dren. Si ello no resulta
posible o el dren no se encuentra en el pie del talud sino en medio de éste, como el dren izquierdo
del esquema de la Figura 5.4, se debe sellar su parte superior con un suelo impermeable bien
compactado, en un espesor no menor de 30 cm (Figura 5.51).

Cuando el terreno sobre el cual se construya el dren sea blando y húmedo, se deberá colocar
material filtrante en el fondo de la zanja en un espesor suficiente para garantizar una solera
estable que proteja la tubería y permita brindarle la pendiente establecida por el diseñador.
Alternativamente y para no profundizar demasiado la zanja, se podrá colocar rajón en el fondo
cubriéndolo con material filtrante o, también, la solera se podrá construir con un concreto pobre.
Constitución de los drenes longitudinales interceptores

En su versión más común, el dren consiste en una zanja rectangular de profundidad adecuada,
provista de una tubería perforada en su fondo y rellena con un material filtrante (Figura 5.51). El
agua colectada por la tubería fluye por gravedad hacia una caja o cañada donde su descarga
resulte inofensiva. Normalmente, el relleno se envuelve con un geotextil, el cual evita la
contaminación y la obstrucción del material filtrante, al retener el suelo adyacente a la zanja.

Los requisitos de calidad del agregado de relleno de la zanja y del geotextil son los mismos que se
les exigen para la construcción de los drenes laterales de base, motivo por el cual resultan
enteramente aplicables los criterios indicados en el numeral 5.3.2.3.1. Se debe tener en cuenta, de
todas maneras, que la dirección del flujo de agua en los sistemas de control de agua subterránea
suele ser distinta a la prevaleciente en un sistema de drenaje del agua infiltrada en el pavimento.
En los drenes interceptores, la filtración se produce a través de las paredes y el fondo de la zanja
(si éste no se ha revestido), en tanto que en la mayoría de los drenes colectores longitudinales y
transversales el ingreso de agua ocurre por la parte superior. Esta diferencia debe ser considerada
en el instante de diseñar los drenes.

En los últimos años se han venido utilizando geodrenes con tubería de panel y un tubo perforado,
como sistemas alternativos a los drenes convencionales para el drenaje longitudinal de
intercepción (Figura 5.52). Los geodrenes son geocompuestos prefabricados que tienen un núcleo
constituido por una estructura reticular (geo-red), cuyo diseño permite el flujo de agua través de
su estructura, el cual está recubierto con un geotextil no tejido. El geotextil cumple la función de
filtración, reteniendo las partículas de suelo y permitiendo el paso de los fluidos. La geo – red, por
su parte, es el medio drenante encargado de transportar el agua que pasa a través del filtro hasta
una tubería circular perforada de drenaje instalada en la parte inferior del elemento, la cual
descarga en el sitio previsto por el diseñador.

Entre la ventajas que ofrecen los geodrenes prefabricados respecto de los drenes tradicionales
está el hecho de que requieren de anchos de zanja mucho menores, no requieren ni de un
material de relleno filtrante muy elaborado ni de solera y los tiempos de construcción son más
cortos. Salvo prescripción en contrario, el relleno de la zanja se deberá realizar con una arena
gruesa de río cuyos requisitos de calidad y granulometría se ajusten a lo indicado en las Tablas
630.1 y 630.2 del Artículo 630 de las Especificaciones Generales de Construcción de Carreteras del
INVÍAS. Se debe tener mucho cuidado al colocar el relleno, pues una compactación excesiva puede
ocasionar combaduras y fracturas en el núcleo planar del geodrén.

Los geocompuestos a emplear en la construcción de los drenes longitudinales interceptores


deberán cumplir los requisitos básicos indicados en la norma ASTM D 7001 o los que establezca la
especificación particular, hasta el instante en que el INVÍAS promulgue una especificación general
relacionada con ellos.

Dren interceptor longitudinal simple

Considérese el caso de un flujo no confinado de agua freática sobre una frontera impermeable
inclinada y dirigido hacia un dren interceptor, como se ilustra en la Figura 5.53.
Dimensionamiento del dren interceptor longitudinal

Localización de la zanja

La elección de la localización de la zanja depende de varias consideraciones (Referencia 5.39):

1) Las funciones por cumplir: si el dren está destinado a contribuir en la estabilidad del talud
de corte, es preferible ubicar la zanja lo más cerca del pie del talud y, eventualmente y si
no se genera más inestabilidad, debajo de la cuneta. En el caso de drenes múltiples, la
ubicación y la profundidad del dren superior (o los drenes superiores) se debe establecer
por tanteos, teniendo en cuenta la intención de impedir el afloramiento de agua en la cara
del talud, como se establece en el ejemplo del numeral 5.4.3.3.2.
2) 2) Las disposiciones existentes o previstas para la berma y la cuneta: si existe una cuneta
revestida en buen estado, es conveniente conservarla. Si la berma es muy angosta, no es
aconsejable colocar bajo ella un dren de poca profundidad.
3) 3) Las facilidades para el mantenimiento o la reconstrucción futura: si hay riesgos de
colmatación del material filtrante, es preferible localizar el dren bajo la cuneta

5.4.3.4.2. Ancho y profundidad de la zanja

El dren deberá ser capaz de trasladar el caudal que le es descargado desde el talud. Su ancho
dependerá, fundamentalmente, del procedimiento de excavación (manual o mecánico), del tipo
de dren y de la profundidad de la zanja. Si el dren se construye con material filtrante y tubería, el
ancho corriente es de 45 centímetros (en la Nota Técnica No. 6 del Ministerio de Obras Públicas se
recomendaban 50 centímetros), en tanto que si se construye con un geodrén podrá ser del orden
de 20 centímetros.

En cuanto a la profundidad de la zanja que se construye al pie de la calzada, es evidente que entre
mayor sea, más eficiente será el dren, pero el costo de ejecución aumenta exponencialmente con
la profundidad. En el país se ha considerado tradicionalmente que, en secciones corrientes, una
profundidad aproximada de 1.50 metros por debajo de la subrasante resulta suficiente para
mejorar la estabilidad del talud y aumentar la capacidad portante de la subrasante (Referencia
5.39). Sin embargo, lo procedente es que ella permita abatir el nivel freático lo necesario para que
el suelo de subrasante trabaje en condiciones de equilibrio y no sufra saturaciones que puedan
afectar desfavorablemente su comportamiento y el del pavimento.

La resistencia de los suelos de subrasante, en especial los finos, se encuentra directamente


asociada con sus condiciones de humedad y densidad. Cuando el nivel freático se encuentra muy
cerca de la superficie (Nota 1), puede controlar la humedad de la subrasante y, por lo tanto, sus
condiciones de respuesta ante las cargas del tránsito.

Por la impermeabilidad superficial que genera, la construcción de un pavimento previene


razonablemente los cambios de humedad en la subrasante debido a la lluvia y a la evaporación.
Ello se traduce en una distribución relativamente estable de la humedad bajo la calzada, en
especial a medida que se aparta del borde del pavimento.

debido a la acción capilar, es frecuente encontrar condiciones de saturación parcial por encima de
la tabla de agua. La distancia que puede ascender la humedad sobre el nivel freático debido a este
efecto difiere según el tipo de suelo. La presión en el nivel de la tabla de agua es la atmosférica y
va disminuyendo en la zona capilar a medida que se incrementa la altura ella. Se produce entonces
en el agua una tensión llamada succión matriz, la cual es resistida por las atracciones moleculares
generando compresión en el suelo. Por lo tanto, cuando la tabla de agua está cerca de la
superficie, ejerce una influencia controladora sobre la humedad de la subrasante y, bajo esta
condición, la succión del suelo está relacionada con la posición del nivel freático.

Capacidad de la tubería y espaciamiento entre desagües

Como en el caso de los drenes laterales de base, al diseñar el dren interceptor longitudinal se
asume que todo el flujo es transportado por la tubería. Cuando en la zanja se coloca un agregado
muy permeable alrededor de los tubos, esta consideración trae como resultado diseños
conservativos que brindan un factor de seguridad contra el asentamiento de material en los tubos.

En relación con la tasa de flujo que puede interceptar la tubería y la capacidad de flujo de la
misma, resultan aplicables los conceptos indicados en el numeral 5.3.3.3.2. Para determinar la
separación máxima entre desagües, se aplica lo pertinente del numeral 5.3.3.3.6.

Las Especificaciones Generales de Construcción de Carreteras vigentes en el INVÍAS no contemplan


la colocación de tubos en los drenes interceptores longitudinales. El diseñador del sistema de
drenaje subsuperficial se podrá ajustar a esta situación, siempre que considere que las
características de granulometría y de permeabilidad del agregado previsto para el relleno de la
zanja y las condiciones de ésta permiten evacuar correctamente el caudal máximo recibido por el
dren sin necesidad de la tubería. En caso contrario, deberá recomendar su instalación, de acuerdo
con las características físicas y de capacidad descritas en los numerales 5.3.2.3.2 y 5.3.3.3.2, y
elaborará la especificación particular correspondiente.

Requisitos de los drenes horizontales

Los requisitos básicos para que un dren de tipo prescriptivo se comporte satisfactoriamente, son
los siguientes

1) El diámetro del dren debe permitirle transportar el máximo flujo sin alterar
significativamente el terreno adyacente o desarrollar excesivas presiones en su descarga
2) 2) El dren debe permitir la entrada de agua en sus orificios y descargarla en su salida sin
una pérdida significativa de flujo por re-infiltración en el terreno
3) 3) La tubería debe ser suficientemente resistente y rígida, de manera que se pueda
instalar con la longitud y la orientación deseadas y que pueda soportar la presión del
material circundante sin deformación ni colapso
4) 4) La longitud perforada o ranurada de la tubería debe estar diseñada para impedir el
ingreso de suelo o, en su defecto, debe ser protegida con un filtro apropiado
5) 5) Los drenes se deben instalar de manera que puedan ser objeto de un adecuado
mantenimiento durante la conservación normal de la carretera.

Los drenes “diseñados” deben cumplir las misma funciones y, además, deberán ser capaces de
lograr el abatimiento deseado en el nivel freático

Tipos de drenes horizontales de tubería

Algunos tipos de drenes horizontales de tubería se muestran en la Figura 5.67. De ellos, los que
considera el Artículo 674 de las Especificaciones Generales de Construcción de Carreteras del
INVÍAS se ajustan a la clase D de la figura. La diferencia entre los tipos 1 y 2 de dicha clase, es que
el primero consiste sólo en una tubería de PVC perforada, con fondo impermeable, insertada en
un orificio autosoportante, mientras en el segundo la tubería está forrada con un geotextil no
tejido, cuya finalidad es impedir la acumulación de sedimentos en las perforaciones de la tubería.
Por lo general, el filtro de geotextil no es muy recomendable, por cuanto tiende a taparse con
rapidez y su limpieza o reemplazo sólo se puede lograr con la remoción completa del dren. Sin
embargo, si la erosionabilidad interna de los suelos es tan elevada que origine flujos de lodo o
limos hacia el interior del tubo, su colocación puede resultar necesaria.

En los años en que se inició la instalación de los drenes horizontales, las tuberías utilizadas eran
metálicas, pues no existía un material alternativo adecuado. Más tarde se implementó el uso del
PVC, con lo que superó el problema de la excesiva corrosión de las primeras, aunque se
presentaron otras dificultades por cuanto su flexibilidad daba lugar a roturas y a giros en espiral
durante la instalación. Sin embargo, con los avances en la tecnología, los plásticos se fueron
haciendo más rígidos y, por lo tanto, más apropiados para la construcción de drenes de gran
longitud, lo que ha convertido su empleo en rutinario por parte de la mayoría de las agencias
viales.

1 Desde el punto de vista de la estabilidad, resulta más eficiente instalar los drenes a lo largo de
pie del talud que a mayores elevaciones.

2 La estabilidad se incrementa con el aumento en la longitud de los drenes, pero sólo hasta el
punto en que ellos cruzan la superficie de falla. En el talud modelado, la superficie de falla se
encontraba a 50 metros de la superficie del talud.

3Al aumentar la separación entre los drenes se reduce el incremento en el factor de seguridad.

4) En todos los casos, el efecto es mayor cuando la relación (kh/kv) es más baja.
5) 5) A igualdad de condiciones internas, los taludes empinados requieren más drenes que
los tendidos para alcanzar el mismo nivel de estabilidad.

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