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NI REPRESIÓN NI DEPORTACIÓN: DERECHOS E INCLUSIÓN PARA TODOS

Los hechos de violencia institucional de los últimos días nos convocan a


expresarnos públicamente en defensa de la garantía de los derechos humanos.

Como militantes, repudiamos categóricamente la represión y criminalización de la


protesta social como respuesta a los reclamos de los sectores más vulnerados de
nuestro pueblo, en este caso en la Ciudad de Buenos Aires.

El pasado 7 de agosto, en Villa Lugano fueron asesinados Jonathan Mareco y


Brian Ayaviri, en un "operativo" de la Policía Federal Argentina. El 22, en Zavaleta,
fueron asesinados Gabriel Vaca y Mario Gustavo Ruíz, por dos policías de civil. El
23, en Lugano, la Gendarmería y la Policía Metropolitana desalojaron a las
familias cuyo derecho a la vivienda digna es sistemáticamente vulnerado por el
Gobierno de Mauricio Macri y reprimieron salvajemente a vecinos, militantes de
derechos humanos y legisladores de la Ciudad de Buenos Aires que fueron al
lugar a apoyar a los vecinos, quienes, desesperados, tuvieron que salir a defender
la dignidad de sus barrios, ante la represión policial y mediática. En estos días
vuelven a la carga las escuelas de periodismo que privilegian a la fuente policial.

Repudiamos enérgicamente los hechos de violencia institucional cometidos por la


Gendarmería, Fuerza a cargo de Sergio Berni, Secretario de Seguridad de la
Nación, y por la Policía Metropolitana, a cargo de Guillermo Montenegro, Ministro
de Justicia y Seguridad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Además,
rechazamos los discursos estigmatizadores de los migrantes, expresados por el
Secretario de Seguridad de la Nación, que desconoce los avances de nuestro país
en materia de integración de los pueblos, como la Ley de Migraciones (25.871),
promulgada en el año 2004.

El conflicto habitacional no es una demanda exagerada de ningún vecino: es la


deuda pendiente de una democracia de 30 años. Exigimos que el Gobierno de
Mauricio Macri resuelva de una vez por todas la situación de miles de vecinos y
garantice su derecho a una vivienda digna. Los sectores más vulnerados de
nuestro pueblo son la palanca de cambio de los tiempos electorales. Por eso se
reprime a quienes protestan: así se pretende sumar votos de quienes piden “mano
dura” en nombre de una supuesta desigualdad de derechos.

Esta historia viene desde lejos. La impunidad para los genocidas, vigente durante
décadas, fue la peor escuela para la violencia institucional de las Fuerzas
Armadas y de Seguridad. Por eso siempre dijimos que los casos como el de
Luciano Arruga, Andrea Viera, Walter Bulacio, Alan Tapia, Facundo Rivera Alegre,
Lautaro Bugatto, Sebastián Bordón y tantos otros están enmarcados en una
práctica con órdenes y responsabilidades. Ninguno de ellos fue víctima de una
bala policial perdida: fueron víctimas de la violencia institucional de la democracia.
No podemos permitir que se intente justificar la violencia de la Policía
Metropolitana y la Gendarmería en el recorte reproducido por una parte la prensa,
hecho por las fuentes oficiales de las Fuerzas represivas. Mientras hay un
proyecto nacional de inclusión social que recupera y amplía derechos, y una
convocatoria a la participación política, cuyo principal destinatario es la juventud, la
Metropolitana y la Gendarmería tienen como principales víctimas a esos mismos
jóvenes.

Basta de violencia institucional. Ni un paso atrás: ni deportación ni represión;


derechos humanos para todos y todas.

H.I.J.O.S. Capital en la Red Nacional


Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio
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