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Antonio Gramsei LA FORMACION DE LOS INTELECTUALES Version al espafio) de Angel Gonzélez Vega EDITORIAL GRIJALBO, S. A. ‘Mésaco, D. F., 1967 coueccion 7) LA FORMACION DE LOS INTELECTUALES ‘Titulo de Ja obra original en italiano: ANTOLOGTA DEGLI ScRITTT Version al espafiol de Angel Gonziilez Vega, de la edicién de Editori Riuniti, Roma, 1963. © 1963, by Ealtori Riuniti, Roma. D. R. © 1967, sobre 1a wersin espafiola por Editorial Gri- halbo, S. A, avenida Granjas, 82, México, 16, D. F. ‘PRIMERA EDICION Reservados todos los derechos. Hste bro xo puede ser re- Producido, en todo o en parte, en forma alguna, sin permiso. INDICE Pag. NOTA EDITORIAL ...:...:c00006 Bee LA VIDA DE GRAMSCI «55... Beeereecienccisiar | PEIMBRA PARTE see 19 1 La formacién de los intelectuales ..........00065 21 Pluralidad de situaciones de los intelectuales ur- banos y rurales, 32, 2 El Partido Comunista 3. El funcionarismo SEGUNDA PARTE . 1 Cuestiones preliminares de filosofia . Conexiones entre sentido comin, religién y filo soffa, 64.—Relaciones entre ciencia, religién y sen- tido comin, 64. 2 Problemas de filosofia ¢ historia .....20-...e26. 85 La discusién clentitica, 85—Fitesofia e_ historia, 86.—Importancia histérica de una filosofia, 87.— El filésofo, 88—Lenguaje, idioma y sentido co- fnin, 89—Estructura ¥ supraestructura, 99— Pragmatismo y politica, 100. TERCERA PARTE... +. 103 1 Arte y cultura .......0. 105 Regreso a De Sanctis, 105.—Arte y lucha por una nueva civillzacién, 106—EI Arte docente, 110— Criterfos de la critica literaria, 112.—Criterios metédicos, 114—La manifestacién lingUistica de Ja palabra escrita y oral y las diferentes artes, 145.—-Algunos criterios sobre cl juicio “literario”. 120.—Criterios metodolégicos, 122. 2 En Ia bisqueda del principio educative . Tita 3 La organizacién de la escuela y la cultura ...... 139 4 Sobre el concepto de’ lo nacional Popular ...... 15h Ne eeeieeeciet Con ef thtulo La FORMACION DE Los IN Lectuates publicamos, en realidad, una seleccin de textos de Antonio Gramsci dados a la luz por Editori Riuniti, de Roma, en una antologia de los trabajos teéricos y politicos del autor. Esta antologia es, a su ves, una seleccién de lo que con toda justicia se ha denominado “ese monu- mento del pensamiento, Los cuadernos de la eir- cel, de Antonio Gramsci”. Hemos preferido dar a este volumen el ti- tulo mencionado —que corresponde al capitulo que abre la obra—, porque la esencia de todos ellos, tan variados por el tema y aparentemente tan disimiles por su contenido, es una: entre los objetivos de la lucha a la que Gramsci entregd su vida, ¢ informando a todos ellas, se encuentra en la ciispide el lograr una transformacién del hom bre que haga de-él wn verdadero Hombre. Y ello s6lo seré posibie cuando, mediante y tras las trans- formaciones econdmicas y sociales absolutamen- te necesarias en el seno de la sociedad, cada uno de sus miembros se haya convertido en un ser plenamente consciente, -culturalmente formado, que domine, si no todos, st los fundamentos ge- nerales y esenciales ‘de las conguistas de la cien- cia; es decir, cuando todos los hombres scan, en verdad, y no en el sentido exclusivista que la so- ciedad actual impone, intelectuales. En el pensamiento de Gramsci, todos los hom bres pueden llegar a ser verdaderos intelectuales porque yu hoy, en mayor o menor grado, lo son, La divisiéu del trabajo en manual ¢ intelectual no establece una barrera que haga initil ¢ im- Pida la participacién del pensamiento aun en los trabajos més toscos y clementales. Gramsci es ex- plicito en este sentido, y a él hemos querido ate- nernos fielmente al llevar al lector de lengua es- patiola una seleccidn de textos riguisimos en pen- samientos ¢ ideas, de uno de los pensadores més honestos y profundos de nuestro mundo intelec- tual contemporénco. E.G. La vida de Gramsci Antonio Gramsci nacié en Ales el 23 de enero de 1891. Su infancia fue diira, pero no desgraciada. Su fa- milia era bastante pobre; el padre, Francisco, con sus mo- destos ingresos de empleado del Registro tenia, que mante- ner a la mujer y a siete hijos. Todos buscaban, por con- siguiente, aportar alguna ayuda: la madre, cosiendo y rea- lisando otros trabajos; los hijos buscando, desde mucha- chos, ganar algo. “Yo comencé a trabajar cuando tenia once afios —confiesa Antonio en una de sus carlas— ganando mis nueve liras at mes (lo que representaba wn Rilogramo de pan diario) por dies horas de trabajo en la jornada, incluida la maiana del domingo, moviendo li- bros de registro que pesaban més que yo; muchas noches, oculténdome de todos, Noraba porque me dolia todo ef cuerpo. Ni siquiera mi madre conoce toda mi vida y las adversidades que past.” A las fatigas de la miscria se unian para el equetio ‘Antonio los sufrimientos de la enfermedad; va desde chico era fragit y delicado de salud y padecia una defor- macién fisica. Sin embargo, era de naturaleza cordial; jugaba de buen grado con los demds muchachos y se ex- tasiaba con suefios de viajes Wenos de aventuras; en sus cartas recuerda siempre con nostalgia y ternura los afios de la infancia, Bien pronto revelé singular disposicién para los es- tudios; frecuentd con éxito la escuela pitblica cn Santu Lussurgio, donde una aldeana lo tenia a pensién por cin- co livas al mes, y, después, el liceo Carlo Dettori, en Ca- 9 gliari. El 30 de septiembre de 1911 obtwo el titulo de bachiller y marché a Turin para ingresar en la Facultad de Letras de su Universidad. Asi termina cl periodo de la formacién juvenil de Gramsci, cuyo factor més importante es, sin duda, la ex- beriencia directa de su isla, Cordeita, y la problemética que tal realidad le suscitaba. 2Por qué Cerdeita era po- bre y atrasada y, en. cambio, otras regiones de Italia es- taban en desarrollo y progresaban? “Fmaginemos ta Cer- defia —decia a menudo ef joven Gramsci a sus amigos— como un campo fértit y ubérrrime, alimentada su fertili- dad por un venero de agua subterrénea que viene de un lejano monte. De repente veis que la fertilidad desapare- ce y donde habla hermasas mieses solamente brota la hier- ba del sucto. Indagdis la causa de esta desgracia, pero no a encontraréis si os limitéis a buscar en vuestras parce- las, si no orientéis vucstra busqueda hacia el monte de donde Hegaba el agua y descubris entonces que, algunos Rildmetros més lejos, 1 malvado 0 un egoista cortd el agua que alimentaba ta riqueza de vuestro campo.” Este es ya el elemento primordial del problema que $e afrontaré y resolverd con su nuevo planteamiento de la cuestion meridional Gramsci vive en Turin miscrablemente con una beca, J trabaja para completar sus ingresos. “He vivido duran- te wn par de aiios —escribe a su hermana— fuera del nundo, como en sueitos. Vivi cerebralmente, no con el corazén. Pero he trabajado, he trabajado para vivir, cuan- do para vivir deberix haber descansado, habernte divert do. Dos aitos en que no ret nunca, pero tampoco Horé ju més.” Lloga a ser uno de los alumnos predilectos del pro- fesor Bartoli y positiva promesa para la ciencia de la lin gitistica. “Uno de tos mayores «remordimientoss de mi ida intelectual —cscribid més torde— es el profundo: do- lor que proporcioné a mi buen profesor Bartoli, de la Universidad de Turin, quien estaba persuadido que yo 10 era el arcéngel destinado a edesterrar» defi fos neograméticos.” Paralelomente a los estudios, en aquellos afios se acer- c6 al movimiento obrero turinds. Después de pocos meses de.estancia en Turin se afilié a la agrupacisn socialista lo- cal yf es encargado de organizar una sociedad obreva de so- corros mutuos. Colabora en ef periddico socialista de la agrupacién y, poco a poco, comienza a encontrar alguna respuesta a los problemas que su experiencia sarda le ha- bia planteado y que le surgen de nuevo. Es él quien en Ig1t propone a los socialistas turineses postular como cart- didato a Gaetano Salvemini, el mas destacado represen tante del movimiento meriodionalista. Ya en aquellos aitos comienza a entrever que la tinica solucién a ias contradiciones de la sociedad italiana es ta revolucién protetaria, “A menudo jévenes estudiantes y obreros saliamos en grupo de las reuniones del Partido —nos cuenta Gramsei— atravesando las calles de la chu- dad, silenciosas a aguellas horas, mientras los tiltimod noctimbulos se detenian a mirarnos de sosiayo porque, olvidados de nosotros mismo, con los dnimos ain encen- didos de pasién, continudbamos nucstras discusiones en- tremescladas de terribles propdsitos y sonoras carcaja- das, galopando por et reino de la quimera y de los sue- ivamente a El 11 de noviembre de 1914 hace su idltimo examen susiversitario, Es ef momento en que definitivamente re- ssuelve su eleccién entre la carrera cientifica y la actividad revolucioneria, Ast culmino el segundo periodo de la vida de Gramsci: la ctapa de su formacién cultural. Durante la guerra, la actividad politica de Gramsci aumenta on intensidad. En la practica ya es wn “revolu- cionario profesional.” Es redactor del Grido del popolo, semanario socialista de Turin; muy activo en la agrupa- cién, multiplica sus contactos con los obreros de las fa~ bricas. Al desfoudarse, con la guerra, la IT Internacio- nal, busca conocer, a través de publicaciones ilegales en MW todos los idiomas, las posiciones de Lenin y los bolchevi- ques. Alconso, asi, a captar la importancia de las confe~ rencias de Zimmerwald y de Kienthal, donde precisamen- 42 danzé Lenin la consigna de la transformacién de la gue- rra imperialista en guerra civil. Educa a los cwadros obreros turineses en la polémica contra el reformismo y ré- Pidamente se convierte en el mds querido de los dirigentes socialistas de Turin. “Le rodean los jévenes y se le acer- con los obreros més inteligentes y activos, y no sdlo so- cialistas, sino anorquistas y catdlicos. Su lugar de trabajo en la organizacion obrera citadina y ta bohardilla donde habita, comienzan a convertirse en la Meca de un peregri- naje ininterrumpido. De tal forma que, cuando en julio de Ipl? se personan en Turin dos representantes del Go- bierno de Kerenski, los mencheviques Goldenberg y Smirnov, fueron recibidos por una grandiosa manifesta- cién de apoyo a Lenin. ¥ en agosto del mismo afio, luego de la fallida insureccién de los obreros turineses, donde en cinco dias de lucha armada cayeron quinientos traba~ dores, Gramsci es elegido secretario de la agrupacién de Turin. Asi completa su experiencia préctica de revoluci nario y organizador, que ume a la madura formulacién del onélisis de la sociedad italiana +y de Ia lines de lucha ¥ que acentica cada ves més su polémica de enfrentamien- to con la direccién del Partido Socialista, Es decir, llega a L’Ordine nuovo. Con la publicacién de L’Ordine nuovo —gue se inicié el IP de mayo de 191p— se cierra el periodo de la forma- cidn de Gramsci y se abre el de su plena madurez. “Cuan do en el mes de abril de 1910 decidimos entre tres 9 cua~ tro, o cinco (nuestras discusiones y deliberaciones deben existir asin, porque fueron recopiladas y transcritas en magnificas copias, particularmente las orales; isi, sefio- rest, las orales... ;para la historia!), sniciar la publica- cién de la revista LiOrdine nuovo, ninguno de nosotros ~—0 quisds ninguno— pensaba en cambiar la faz del mun- do, ni en transformar el cerebro ni el corazdn de Ia huma- 12 nidad, ni en abrir un nuevo ciclo en la historia, Nadie de nosotros —quiads nadie, aunque alguno fantaseaba so- bre seis mil suscriptores en unos cuantos meses— acari- claba ilusiones doradas sobre el buen éxito de la empresa. sQuicnes éramos?, squé representébamos? xDe qué nue- va palabra éramos portadores? ; Ay de mi! El tnico sen- fimiento que nos unia en nuestras juntas era el suscitedo por la difusa pasién por una vaga cultura proletaria; que- riamos hacer, hacer, hacer. Nos sentiamos angustiados bor falta de orientocién, inmersos en la agitada vida de aquellos dias que sucedieron al armisticio, cuando pare- ria inminente Ia hecatombe de la sociedad italiano. ;Ay de mi! La tinica palabra nueva que se suscité en las reu- niones fue acallada.” La palabra nueva era la de los consejos de fébrica, es decir, ia de la bisqueda por descubrir las formas origi- nales, italianas, del poder obrero: Ia fibra de acere de nuestra revolucion. ¥ habia sido sofocada por la pres cia de Tasca que, en cambio, concebia wna “revista de ¢ tura abstracts, de informacién abstracta.” De ahi la necesidad de un golpe de Estado a la redaccién que debia hacer de L'Ordine nuovo el periédico de los consejos de fébrica. “Togliatti y yo urdimos el golpe de Estado a la redaccién: el problema de las comisiones internas fue ex- Plicitemente planteado en el niimero siete de la revisto: ta noche antes de escribir ef articulo hablamos explicado al compaiiero Terracini su contenido y él nos manifest su plena conformidad en lo tebrico y en lo préctico. El articulo, con la conformidad de Terracini y la colaboracién de Togliatti, tuv0 un éxito imprevisto. Togliatti, Terra- cini y yo fuimos invitados a celebrar conversaciones en Jos cireulos educacionales, en las asambleas de fébrica; Jas comisiones internas nos invitaron a discutir en rewsio- nes vestringidas sobre créditos y cobranzas. “Continuamos. FL programa de desarrollo de tas co- misiones internas Uega o ser ef problema central, se con- vierte en lo cidear de L’Ordine nuovo; se planteaba como 13 el problema fundamental de ta revolucién obrera, era el problema de la «libertad» proletaria. L'Ordine nuovo, para nosotros y para quienes nos seguian, se convirtid en el éperiédo de los consejos de fébrica»: los obreros —y esto podiamos afirmarlo— querian los consejos de fabri- ¢a. 8¥ por qué los obreros se apasionaban por L’Ordine nuovo? Porgue en los articulos del periédico se encontra- ban a si mismos, vetan reflejado lo mejor de si; porque sentian que los articulos del periddico insinuaban su mis mo espirity intimo de busqueda. ”zCémo pudimos legar a ser independientes? ¢Cémo pudimos alcanzar a ser nosotros mismos? Porque los articulos de L'Ordine nuo~ Yo mo cran fria ornamenta intelectual, sino que surgian de nuestra discusién con los mejores obreros, porque re- flejaban los sentimientos, la voluntad, la verdadera fa- sidn de la clase obrera turinesa que hablan sido provoca- dos y puestos a prueba por nosotros; porque los escritos de L’Ordine nuovo cran casi como elevantar acta» de los acontecimientos reales, vistos como momentos del proceso de intima independisaciin y expresin de st por parte de la clase obrera. Por eso los obreros qucrian a L’Ordine nuovo.” De tal modo, 1Ordine nuovo se convirtié en el cen- tro del movimiento obrero turings, su gufa y sostén en la gran huelga de abril de 1920, durante la ocupacién de las fabricas en septiembre de 1920 y en la fracasada huelga de abril de 1921. En el curso de estos aiius se acentuaron, cada ves mas, sus polémicas con la direccién det Partido Socialista ~masimalistas y charlatanes por un lado y reformistas por el otro—, y se elaboré un programa que se situé como base de la renovacién del Partido Socialista Italiano. Este es ya un programa comunista y el mismo Lenin lo sefalaba como el tinico que correspondia a los principi de la IIT Internacional, “En io que respecta al Partido Socialista Haliano, el IT Congreso de ta LI Internacional considera sustancialmente justa la critica al Partido y las 14 propuestas précticas publicadas en la revista L’Ordine nuovo del 8 de mayo de 1920 coma propuestas al Conse- jo nacional del Partido Socialista Italiano en nombre de la seccién turinesa de dicho Partido, propuestas que corres- Ponden plenamente a todos los requisitos fundamentales de la III Internacional. El If Congreso de la HI Interna- cional invits, por consiguiente, al Portido Socialista Ita- Fiano, a convocar @ wn Congreso Extraordinario del Par- tido ‘para examinar tales propuesias y las decisiones de Jos dos congresos de la Internacional Comunista, @ fin de rectificar la linea del Partido y de depurarle —y, sobre todo, a su grupo parlamentario— de los clementos no co- munistas.” La suerte de la eritica gramsciana al Partido Soc lista y el fracaso de todas las tenlativas por st renova- cidn interna inevitablemente tentan que desemibocar en la fundacién de wn nuevo Partido, leninista y auténticamente revolucionario, el Partido Comunista. Esto sucedié, como es sabido, em Liorna el 21 de enero de 1921. - Pero al igual que L'Ordine nuovo nacid inicialmente sobre la base de wn compromise, que cn parte lo paraliz. el nucco Partido nace wnido al ala maximalista de Bo) diga que, de momento, no le permite ejercitar plenamente ss funcién, La lucha contra Bordiga y su tendencia con- ‘cluye solamente en el III Congreso, habido en Lione en enero de 1926. Mientras tanto, el I Congreso del Partido Comunista Italiono, celebrado en marzo de 1922, decide cnviar a Gramsci « Mosct en calidad de representante del Parti- do en la Internacional Comunista,. Ahi termina usa de las elapas més intensas ¥ creadoras de Ia actividad de Grams- Gis la de los “consejos” y la de ta creacién del nuevo Partido de la clase obrera, y comicnza un periodo, no me- nos importante, de experiencias internacionales. Gramsci perinanece en Mosc hasta la primavera de 1923. asistié al IV Congreso de la Internacional, que condend la tendencia sectoria y dogmética de Bordiga; 15 obtuvo una experiencia profunda del nuevo Estado so- cialista y del Partido Bolchevique, canocid a la mayoria de los dirigentes de la revolucién. En esta época conoce ¥ se casa con Giulia Schucht, con la que tiene dos hijos, Delio y Giuliano. En la primavera de 1923 se traslada a Viena, desde donde seguir mejor le evolucién de la si- tuacidn italiana. Sugiere el titulo det nuevo periédico det Partido, L’Unita, que inicia su publicacién ei 12 de febre- ro de 3924. El titulo es ya un programa y lo explica en wna carta enviada desde Viena: “...La clase obrera, el Partido de Ja clase obrera, no podrén Uevar a cabo su tarea histérica si mo ponen por dclonte, si no tienen el acierto de asestar sun golpe mortal al fascismo; no podrén plantearse la edi- ficacién de un corden nuevo», de un Estado obrero, sino sabemos conguistar y conservar como el bien supremo, la unidad. Unidad dela clase obrera en torne al Partido, unidad de los obreros y de los campesinos, unidad det Norte y del Mediodia, wtidad de todo el pueblo italiano en lo lucha contra el fascisino.” En las elecciones politicas de abril de 1924, Gramsci es elegido diputado. Regresa a Italia y vuelve a su pucs- to de trabajo y de lucha. Dio el primer golpe al bordi- guismo en lo conferencia ilegal del Partido celebrada en Como, en mayo del mismo afio; gana at Partido para ef conocimiento de la naturalesa de clase del fascismo, plan- tea Ia politica de unidad de todas las fuerzas progresivas contra el fascismo. Porticipa activamente en las reunio- nes del Aventino, es decir, del grupo de diputados de di- versos corrientes politicas que, después del asesinato de Matteotti, se rehusan volver a la Cdmara. Sostiene la necesidad de la huelga general politica y de la transforma cién del Aventino en el nico Parlamento legal, en “An- teparlamento”, y se esfuerza por ampliar la base del Postido absorbiendo a los elementos de la fraccién inter- nacionalista del Partido Socialiste Italiano; toma contacto con otras fuerzas politicas +, entre tanto, prepara al Par- 16 ido para el paso o Ia ilegalidad. En realidad, el 3 de enc- ro de 1925 Mussolini anunciard las leyes de excepcién, La actividad de Gramsci continiia febrilmente en L'Unita, en ef Parlamento —donde vuelve a entrar des- pués de las manifestaciones de inpotencia det Aventino— xy sobre todo en las organisaciones del Partido, en cada fabvica, en cada lugar de trabajo. En ese periodo se pre- para el III Congreso del Partido, que se celebra clandes- Hnamente en Lione en enero de 1926. Las tesis elaboradas y aprobadas en este Congreso —las famosas “tesis de Lio- ‘ne"— marcaron la derrota definitiva del bordiguismo y constituyeron la plataforma de la politica ulterior del Par- tide Comunista, Haliano. La noche del 8 de noviembre de 1926, Gramsci es arrestado por la policia fascista. Concluye asi el intenso perlodo de su lucha directa contra el fascismo y for crear un gran frente tinico antifascista. Comiensa desde ese mo- mento su peregrinaje de cércel en cércel, primero en es- pera del proceso, nego para cumplir Ia condena. El pro- ceso se inicia el 28 de mayo de 1928 y se cierra el 4 de junio con la condena de Gramsci a 20 aitos, 4 meses ¥ 5 thas de prisién, Es ef tltimo periodo de ta vida de Grams- ci, que concluye con su muerte. Condenado a morir len tamente por las penalidades de la vide cercelaria —él, ‘ya tan débil y minado en lo fisico—, apartado de la rea- Tidad + de la vida politica, disponiendo de pocos libros revistas, dedica algunos afios a te meditecién, o le cons- truccién de ese monumento del pensomiento, su obra Los cuadernos de la circel. Primero estuvo en la cdrcel de Turin, luego en Civi- tavecchia », por siltimo, cuando estaba moribunda, en sna clinica de Formia. Murié el 27 de abril de 1937 en ls cli- nica Quisisana, de Roma, uta semana después de que, debido a condonaciones y annistios, acababa de cumplir ts condena. Editor Riuniti Ww PRIMERA PARTE La formacién de tos intelectuales El Partido Comunista El funcionarismo, Capitulo 1 La formacién de ios intelectuales 2Son los intelectuales un grupo social auténomo e in- dependiente, o todos tos grupos sociales tienen sus pro- pias categorias de intelectuales especializados? T pro- blema es complejo por las diversas formas que ha asumido hasta ahora el proceso histérico real de Ta formacién de has distintas categorias intelectuales. Las mis importantes de esas formas son dos: Primera) Todo grupo social que surge sobre la base original de una funcién esencial en el mundo de la pro- duccién econémica, establece junto a él, orginicamente, uno o més tipos de intelectuales que le dan homogeneidad no s6lo en el campo econémico, sino también en el so- cial y en el politico, El empresario capitalista crea con- sigo al técnico de la industria, al docto en economia poli- tica, al organizador de una nueva cultura, de un nuevo derecho. Es preciso sefialar que el empresario representa un producto social superior, caracterizado ya por cierta capacidad dirigente y técnica, es decir, intelectual. Ade- mis de en su esfera de actividad ¢ iniciativas, debe po- seer determinados conocimientos técnicos en alguna otra, al menos en la mds préxima a la produccién econdmica. Debe ser un organizador de masas, organizador de la “‘confianza” de los inversionistas en su administracién, de los compradores de su mercancia, etcétera. Si no todos los empresarios, si un micleo selecto, re- 2. querido por la necesidad de establezer las condiciones més favorables para la expansién de su clase, debe poser tuna aptitud adecuada de organizador de Ta sociedad en general, desde sus multiples instituciones de servicios hasta el organisino estatal. Y en todo caso, tiene que te- ner la suficiencia para seleccionar y elegir a los “encar- gados” o empleados especislizados a quienes confiar esta actividad organizadora de las relaciones generales al mar- gen de la administracién. Se puede observar que las acti- vidades de los intelectuales “organicos”!* que toda clase nueva establece consigo y que forma a To largo de su desarrollo progresivo son, por lo demés, “especializa- ciones”” de los aspectos parciales de la actividad primaria del nuevo tipo social surgido de Ia nueva clase. También el sefior feudal? posela una competencia téc- nica especial: la militar; la crisis del feudalismo se inicia desde el momento en que la aristocracia pierde el mono- polio de la capacidad técnico-militar, Pero la formacién de los intelectuiales en el mundo feudal —y en el clasico que le precedié— precisa de un examen particular, ya © Mientras no se especifique lo contrario, todas las notes son del editor italiano. 1 E1 “intelectual orgénico” es otro de los conceptos funda rentses orgiaaioe por rams. Th IntlectialoFrsnico em zegin sus propias palabras, ol que emerge “sobre el terreno a Snigencias de tuna funcisn ‘ecesaria en el campo de la produe- ‘idm econémica”. Asi, por ejemplo, el empresario capitoista crea consigo al téenico de Ta industria. ete. A su vex, el obraro insti- fuye sl organizador sindical, sl revolucionario profesional yy también, a orgenizadores de una nueva cultura, etcétera. 2 De feudo, Eran Tlamados “feudsles” Tos bienes concedides por el rey 0 por loz grandes sefcres a sus fieles, en pago de los servicios prestados de carter militar. En el foudo, el sefor tenia todos los poderes, El feudo se caructerizaba, también, por lun tipo particular de economia que buscaba produeir en sus dominios todo lo que le era necesario. Por eso, los inteccambios feran limitadisimos, y los campesinos se hallaban_indisoluble Iente ligados a la tierra que cultivaban, on condicién de siervos de Ta geba. El sistema feudal se difundis en Europa, por los franceses, en el siglo vin, y_ silo fue definitivamente barrido por la via de la revolucién burguess, 22 que su aparicién y desarrollo se producen por caminos y medios que han de estudiarse concretamente, Es de advertir que la masa de los campesinos, aunque cjerce una funcién necesaria en Ia esfera de la produccién, no crea intelectuates propios, orginicos, y no asimila nin- giin tipo de intelectuales tradicionales, a pesar de que otros grupos sociales extrajeron muchos de sus intelec- tuales de esa misma masa campesina y de que la mayoria de los inttelectuiales tradicionales son de origen campesino. Sequida) Yin Ia historia, todo grupo social “funda- mental” ® que brota como expresién de la nueva estruc- tura en desarrollo —la que a su vez surge de las prece- dentes estructuras econémicas— ha encontrado, hasta ahora, las categorias intelectuales preexistentes, que mas bien se mostraban como representantes de una continui- dad histérica ininterrumpida hasta para las mds compli- cadas y radicales transformaciones de las formas sociales ¥ politicas. La mis tipica de estas categorias de intelectuales ts la de los eclesiisticos. Esta categoria monopoliz6 por Ia go tiempo —toda una fase histérica simbolizada en parte! por este monopolio— algunas actividades importantes: la ideologia religiosa 0 sea, la filosofia, y la ciencia de la época, y con ellas la escuela, Ia ensefianza, la moral, la jus- ticia, la beneficencia, etc. La categoria de los eclesidsticos se puede considerar la jerarquia intelectual orgdnica- ‘mente ligada a la primitiva aristocracia de la tierra y es- taba juridicamente equiparada con ella, repartiéndose el ercicio de la propiedad feudal y el disfrute de tos pri- vilegios estatales enlazados a la propiedad. Pero el mo- nopolio de la supraestructura por parte de los eclesidsticos __* Esenciales son los grupos de la sociedad (dases) que his- térleamente se encuentran en disposicién de asumir el Poder ¥ la direccién de las otras clases, como, por ejemplo, Ta burgue= ‘ia y el proletarlado, + El Medievo, es decir, el periodo que ve, aproximadamente, desde Ia caida del Imperio Romano (476 d. de C.) hasta el des ‘utbrimiento de América en 1492 23

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