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LA LECTURA:

La lectura es una actividad que consiste en interpretar y descifrar, mediante la vista, el valor fónico de una
serie de signos escritos, ya sea mentalmente (en silencio) o en voz alta (oral). Esta actividad está
caracterizada por la traducción de símbolos o letras en palabras y frases dotadas de significado, una vez
descifrado el símbolo se pasa a reproducirlo. La lectura es hacer posible la interpretación y comprensión de
los materiales escritos, evaluarlos y usarlos para nuestras necesidades.

Teoría del Calórico:


La teoría del calórico fue un modelo con el cual se explicaron, durante un tiempo bastante prolongado, las
características y comportamientos físicos del calor. La teoría explica el calor como un fluido hipotético, el calórico,
que impregnaría la materia y sería responsable de su calor.

Para Lavoisier,[1] las moléculas de todos los cuerpos de la naturaleza están en un estado de equilibrio, entre la
atracción que tiende a aproximarlas, y la acción del calórico, que tiende a separarlas. Según su mayor o menor
cantidad de calórico, los cuerpos son gas, líquido o sólido.

El calórico se difunde entre los cuerpos, pasando de uno a otro por contacto, incluso entre los seres vivos. Las
quemaduras producidas por congelación se explicaban porque el calórico causaría los mismos daños en la piel, tanto
al entrar en el cuerpo como al salir.

El calórico se haría visible en las llamas, que estarían formadas en su mayor parte por dicho calórico
desprendiéndose de los cuerpos. Las distintas sustancias presentarían distintas solubilidades para el calórico, lo que
explicaría su distinto calor específico.

La teoría del calórico fue ampliamente aceptada, ya que incluso explicaba los experimentos de Joule sobre la
equivalencia entre calor y energía, interpretando que al frotar un cuerpo, se romperían las vesículas microscópicas
que contienen el calórico, liberando calor. Sin embargo, la teoría fue perdiendo adeptos, al no poder explicar
diversos problemas, como la masa nula del calórico, por lo que fue abandonada a mediados del siglo XIX.

Fiebre Puerperal – Semmelweis:


Se denomina sepsis puerperal o fiebre puerperal a un proceso infeccioso septicémico y grave que afecta a todo el
organismo y que desencadena una respuesta inflamatoria general, que puede afectar tanto a las mujeres tras un
parto o un aborto como al recién nacido. Esta infección era muy habitual en los partos hospitalarios de mediados del
siglo XIX debido a la falta de higiene del personal que los asistía.

IGNÁC SEMMELWEIS tal vez no sea muy conocido; sin embargo, lo que hizo ha beneficiado a la mayoría de las
familias modernas. Nació en Hungría, en la ciudad de Buda (actual Budapest), y en 1844 obtuvo el título de médico
en la Universidad de Viena (Austria). En 1846, al asumir el cargo de ayudante de un profesor en la Primera Clínica de
Maternidad del Hospital General de Viena, Semmelweis se enfrentó a una espantosa realidad: más del 13% de las
mujeres que daban a luz allí morían de una enfermedad conocida como fiebre puerperal o fiebre del parto.

Había diferentes teorías sobre la causa de esta enfermedad, pero ninguna parecía resolver el misterio. Todo esfuerzo
por reducir el número de muertes había sido inútil. Angustiado por tener que ver a tantas madres sufrir una muerte
lenta y dolorosa, Semmelweis se propuso encontrar la causa de la enfermedad y prevenirla.

El hospital donde trabajaba Semmelweis tenía dos clínicas de maternidad separadas y, curiosamente, la tasa de
mortalidad de las madres en la primera clínica era mucho más elevada que en la segunda. La única diferencia entre
las dos clínicas era que en la primera aprendían estudiantes de medicina, y en la otra, estudiantes de comadrona o
partera.
A principios de 1847, se topó con una pista clave. Su colega y amigo Jakob Kolletschka murió de una infección en la
sangre tras sufrir un corte durante una autopsia. Cuando leyó el informe de la autopsia de su amigo, se dio cuenta de
que algunos aspectos coincidían con los de las víctimas de fiebre puerperal. De ahí que pensara que alguna sustancia
“venenosa” —como él la llamó— de los cadáveres estaba infectando a las pacientes, causándoles la enfermedad.
Los médicos y estudiantes, que con frecuencia hacían autopsias justo antes de ir al pabellón de maternidad, habían
estado transmitiendo sin darse cuenta la enfermedad a las mujeres en los exámenes previos al parto o durante este.
La mortalidad en el segundo pabellón era más baja porque las aprendices de partera no realizaban autopsias.

Semmelweis enseguida estableció una estricta norma de higiene, que incluía lavarse las manos con una solución de
cloruro de calcio antes de examinar a las embarazadas. Los resultados fueron sorprendentes: la tasa de mortalidad
descendió drásticamente del 18,27% en abril al 0,19% a finales de ese año.

Al final se reconoció a Semmelweis como uno de los padres de la técnica antiséptica moderna. Sus investigaciones
ayudaron a demostrar que material microscópico puede provocar enfermedades. Dejó su huella en la historia de la
teoría microbiana de la enfermedad, que se ha llegado a considerar “la contribución más sobresaliente a la medicina
y a la práctica médica”. Es interesante que, más de tres mil años antes, la Ley mosaica, que formaría parte de la
Biblia, ya había dado consejos prácticos sobre la correcta manipulación de los cadáveres.

Definición de Gravitación Universal:


La gravitación universal es una de las leyes de la física que estudia la atracción que existe entre dos
cuerpos. Uno de los momentos más importantes de la historia en cuanto a la Física es el descubrimiento de
Isaac Newton con la Ley de la Gravitación Universal.

En la ley de Newton nos explica que todos los cuerpos se atraen por una fuerza que es proporcional al
producto de sus masas y, además, es inversamente proporcional al cuadrado de la distancia de sus centros.
Es la fórmula que os hemos comentado en el apartado anterior.

La ley de gravitación universal es una ley física clásica que describe la interacción gravitatoria entre
distintos cuerpos con masa. Ésta fue presentada por Isaac Newton en su libro Philosophiae Naturalis
Principia Mathematica, publicado en 1687, donde establece por primera vez una relación cuantitativa
(deducida empíricamente de la observación) de la fuerza con que se atraen dos objetos con masa. Así,
Newton dedujo que la fuerza con que se atraen dos cuerpos de diferente masa únicamente depende del
valor de sus masas y del cuadrado de la distancia que los separa. También se observa que dicha fuerza
actúa de tal forma que es como si toda la masa de cada uno de los cuerpos estuviese concentrada
únicamente en su centro, es decir, es como si dichos objetos fuesen únicamente un punto, lo cual permite
reducir enormemente la complejidad de las interacciones entre cuerpos complejos.
HIPOTESIS E HIPOTESIS AD HOC
Una Hipótesis es aquella explicación previa que busca convertirse en conclusión a un determinado asunto.
Las hipótesis pueden contener información relevante, digna de estudio por los que buscan resolver una
situación, son clave fundamental para una investigación o análisis, ya que a partir de ellas pueden surgir
nuevas teorías y respuestas al objetivo en cuestión, las hipótesis que puedan surgir de un suceso
cualquiera pueden ser verdaderas o falsas, dependiendo del contexto en las que se usen, las hipótesis
pueden representar una herramienta para un veredicto.

En filosofía y ciencia, una hipótesis ad hoc es una hipótesis propuesta para explicar un hecho que
contradice una teoría, es decir, para salvar una teoría de ser rechazada o refutada por sus posibles
anomalías y problemas que no fueron anticipados en la manera original. Filósofos y científicos se
comportan de manera escéptica ante las teorías que continuamente y de manera poco elegante realizan
“ajustes ad hoc” o “hipótesis ad hoc” ya que estas son con frecuencia características de teorías
pseudocientíficas. Gran parte del trabajo científico recae en la modificación de las teorías o hipótesis ya
existentes, pero estas modificaciones se diferencian de las modificaciones ad hoc en que los nuevos
cambios proponen a su vez nuevos medios o contraejemplos para ser falsificados o refutados. Es decir, la
teoría tendría que cumplir con las nuevas contenciones junto con las anteriores.

Algunas hipótesis no son suficientes por sí solas y requieren que se las ponga en conjunción con otras, que
tienen un carácter instrumental o auxiliar, y a las que se denomina “hipótesis auxiliares”. Estas hipótesis
cumplen el papel de premisas adicionales, y se supone que deben cumplir dos requisitos, que son:

- Ser falseables.

- Ser contrastadas con anterioridad o con independencia de las hipótesis fundamentales.

De no cumplirse estos requisitos, se dirá que se trata de una hipótesis ad hoc. O en otras palabras, es un
enunciado irrefutable destinado a “blindar” a la hipótesis principal para salvarla de la falsación.

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