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VIVE EN EL FINAL
Yo me atrevo a decir que cada uno aquí diría “Sí” a la afirmación de las Escrituras: “Con
Dios, todas las cosas son posibles.” (Marcos 10:27)
No creo que tú estuvieras aquí si no creyeras en Dios, y el Dios para el que todas las
cosas son posibles. Pero quizás nosotros nos detenemos justo ahí, y separamos al
hombre de Dios; y mi propósito es mostrarte que no somos dos, que somos Uno, – que
Dios efectivamente se convirtió en hombre, para que el hombre pueda convertirse en
Dios.
Así que dejadme, ahora esta noche, daros mis razones para mis afirmaciones. Vamos al
Evangelio de Juan y se nos dice que: “La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros.”
(Juan 1:14) Bueno, esa es una mala traducción. La palabra traducida por “entre” es la
preposición griega “en”, “dentro”. “La Palabra se hizo carne y habitó dentro de nosotros”, –
“en nosotros”. (Juan 1:14)
Juan usó el plural “nosotros” para la naturaleza de la que nos componemos; que la
Palabra de Dios, que es definida en las Escrituras como el poder creativo y la sabiduría de
Dios, no se puso en alguna persona entre los hombres, pues entonces ese supuesto uno
habría avanzado, y no más; pero Cristo, para salvar a todos, no hizo a este o a ese
hombre su habitación, sino que “habitó en nosotros.”
Esa misma Palabra creativa que creó el universo y lo sostiene, ¡habita en nosotros! Por
tanto, “con Dios todas las cosas son posibles” (Marcos 10:27), y por tanto con el Hombre
todas las cosas son posibles. Así lo afirma en un libro Mateo: “Con Dios todas las cosas
son posibles”; pero en Marcos él afirma: “Todas las cosas son posibles para él,” queriendo
decir el hombre, “el que cree”. ¿Puede creer el hombre?
Así, esta Palabra creativa está en nosotros. Bueno, ¿qué es esta Palabra creativa? ¡Es tu
propia maravillosa imaginación humana! Eso es Cristo en el hombre. El hombre es todo
imaginación, y Dios es el hombre, y existe en nosotros, y nosotros en Él. El cuerpo eterno
del hombre es la imaginación, y eso es Cristo mismo; el divino cuerpo Jesús; nosotros
somos sus miembros.
Así, cuando tú dices “Yo soy”, ese es Él. Ahora, ¿puedes creer que tú eres ahora el
hombre que te gustaría ser, aunque en el momento de tu asunción la razón lo niegue y tus
sentidos lo nieguen? ¿Puedes concebir realmente una escena que, si fuera verdad,
implicaría el cumplimiento de tu sueño? Simplemente imagínala. Ciertamente puedes
imaginarla, pero el problema es: ¿la creerás? ¿Creerías en la realidad de la cosa
imaginada?
Bueno, primero, mientras yo asumo que lo soy, déjame pensar en mis amigos – aquellos
que realmente se regocijarían conmigo si fuera verdad. Déjame imaginar que los estoy
viendo con mi ojo mental. ¿Cómo me ven ellos? Si lo que estoy asumiendo es verdad,
ellos deberían verme como yo me estoy viendo a mí mismo; y si son amigos, ellos
deberían regocijarse conmigo. Así, déjame ahora asumir que estoy viendo reflejado en la
cara de un amigo eso que, si yo lo viera, implicaría que él ve en mí eso que yo he
asumido que soy. ¿Funcionará eso? ¡Inténtalo! Yo te digo, por mi propia experiencia
personal, que funciona.
Como se nos dice en Corintios: “¿No te das cuenta que Jesucristo está en ti?” a menos,
por supuesto, que dejes de someterte a la prueba.” (Segunda Corintios 13:5, traducción
de Moffatt) Ahora somos retados. Él dice: “Ven, ponte a prueba y ve.” (Segunda Corintios
13:5, Moffatt)
Bueno, así es como yo me pongo a prueba a mí mismo. Si Cristo está en mí, y todas las
cosas son posibles para Cristo, entonces yo debo descubrir quién es Él. Bueno, yo le he
encontrado como mi propia maravillosa imaginación humana; y a causa de que él habita,
– no sólo en mí, habita en nosotros, – todo es posible para cada uno en el mundo. Y, así,
ayudas más al hombre diciéndole quién es Cristo. Tú podrías darle todas las cosas en el
mundo que él necesite; volverá por más mañana a menos que sepa quién es Cristo.
¿Cómo te sentirías si ahora tú fueras la persona que tú quieres ser? ¿Cómo verías el
mundo si las cosas fueran como tú deseas que sean?
Ahora, esto es lo que quiero decir por “vivir en el final”. Robert Frost, justo el año antes de
que partiera de esta esfera, escribió esta historia para la revista Life, y él dijo: “Los Padres
Fundadores no creyeron en el futuro,” – ¡qué choque, que ellos no creyeron en el futuro!
“Ellos se creyeron en él.” Dijo: “Nosotros estamos siempre imaginando por delante de
nuestra evidencia”, y lo más creativo en un hombre es creerse en una cosa. Ellos no
tenían evidencia para apoyar su reclamación de la democracia, estaban bajo un rey,
cuando echaron al rey y comenzaron a simplemente construir un concepto del futuro. No
creyeron que el mero paso del tiempo podría traerles ese sueño; ellos se creyeron en él, y
esos hombres creyeron implícitamente en la Palabra de Dios. Y creyeron que si yo sé lo
que quiero cuando rezo, y creo que lo he recibido, lo habré recibido. Bueno, si ese
precepto es cierto – literalmente cierto – para ser aceptado literalmente y cumplido
literalmente – bueno, ¿entonces qué estoy yo haciendo no creyendo?
Si imaginar crea la realidad, ¿qué estás imaginando? Pues si Cristo es el único poder
creativo en el universo, y yo lo identifico con mi propia imaginación, entonces mi
imaginación está creando la realidad. Así que ¿qué estoy imaginando?
Así, yo digo, vive como si fuera verdad – exactamente como si fuera verdad. Ese pasaje
de Shakespeare – nos han enseñado desde el estado primitivo que lo que es, fue
deseado hasta que fuera. Aquí lo encontramos en César: “El que es, fue deseado hasta
que lo fuera.” (Julius Caesar, de W. Shakespeare) Él no nació César, el rey; sino que fue
una ambición cumplida, porque él fue deseado para ello. Él lo deseó, vivió en el estado; y
todo se reajustó para conformarse a ese estado al cual él fue fiel.
Así, se nos dice en las Escrituras: “Yo mato y Yo hago vivir; Yo hiero y Yo sano.”
(Deuteronomio 32:39) – Yo creo la bendición; Yo creo las maldiciones; pero ahora yo debo
elegir la vida. Elige las cosas agradables, pero no digas que hay otro creador; pues si hay
otro creador, entonces estamos en conflicto. Así que mi propia imaginación puede
convocar cosas desagradables si yo habito en ellas, o cosas agradables; pero no puede
haber dos dioses. No puede haber dos creadores. Y si yo puedo encontrar a ese Creador
e identificarle con mi propia maravillosa imaginación humana, entonces yo no puedo
“escurrir el bulto”. No me puedo volver hacia nada y culparlo por las cosas que están
sucediendo en mi vida.
¿Hay algo en este mundo que no fuera primero imaginado? Nómbrame o señálame una
cosa en este mundo, que ahora se considere real, que no fuera primero sólo imaginada.
Lo que ahora está comprobado fue una vez sólo imaginado. Por lo tanto, esta es una
afirmación verdadera: “Todas las cosas fueron hechas por Él” (Juan 1:3), y Él es tu propia
maravillosa imaginación humana. Toda la realidad objetiva es únicamente producida a
través de imaginar. Las ropas que lleváis, las sillas en las que estáis sentados, esto en lo
que estamos ahora colocados, todo fue una vez sólo imaginado.
Ahora esta noche, descubre exactamente qué es lo que tú – no lo que “ellos” piensan que
deberías querer –, lo que tú quieres. No pidas permiso a nadie. No necesitas permiso de
nadie; sólo necesitas tu propia decisión. ¿Qué quiero yo? Ahora, ¿cómo sería si fuera
verdad? ¿Qué sentiría yo si fuera verdad? Ahora captura el estado de ánimo, y trata de
dar a ese estado de ánimo toda la vividez sensorial de la realidad – todos los matices de
la realidad –, y luego duérmete en él igual que si fuera verdad. Y luego espera lo
inevitable.
¿Quién sabe lo que estás imaginando? Nadie lo sabe; pero tú puedes sentarte e imaginar,
y nadie puede impedirte hacerlo; ¿pero puedes dar realidad al estado imaginado? Si
puedes, sí, un puente de incidentes aparecerá en tu mundo y tú pasarás a través de una
serie de acontecimientos llevando al cumplimiento del estado imaginado. Pero no
atribuyas causalidad a ningún paso físico que lleve hacia el cumplimiento de él.
Imagínate teniendo un maravilloso negocio, y luego viene el día en que un edificio está en
venta y tú no tienes un penique para ello, y un total – no un total extraño, pero un hombre
llega y te pregunta de una manera bastante amistosa, “¿Va usted a comprarlo?” Y
sabiendo que tú no tienes un penique, le dices como si fuera de amigo a amigo: “¿Con
qué?” Y entonces él dice: “Bueno, yo tengo dinero. Está sólo en el banco sin producir
nada.” Tú dices: “Bueno, yo no tengo garantía.” Pero él dice: “Te he observado. Eres una
persona honesta; tus familiares son honestos – pienso que lo son. ¿Le gustaría que yo lo
comprara para usted y enviara a mi abogado para pujar por usted? Si ellos supieran que
yo estoy pujando, ellos saben que yo tengo dinero, me pujarán al alza; y así lo obtendré al
precio más bajo, consiguiendo un abogado que represente a más de un cliente, y ellos no
sepan a quién representa, y él pujará por él. ¿Está dispuesto a tomarlo,
independientemente del precio?” Y tú dices, “Sí, lo tomaré, pero yo no tengo garantía.”
“Todo lo que necesito es su firma de que simplemente pagará el seis por ciento sobre
cualquiera que sea el precio, y luego reducir ese principal en un periodo de diez años.
¿De acuerdo?” “Sí.” “Bueno, entonces firme esto, y veremos si podemos comprarlo.”
Ese día posees el edificio, ¡y no tienes un penique cuando tú posees el edificio ese día!
Sólo tenías tu firma en un trozo de papel. Al final de los diez años repagas al hombre su
principal; lo reduces cada año pagándole el seis por ciento del principal restante, y
reduces el total al final de los diez años.
El hombre muere veinte años después y te deja 150.000 $ en metálico, libre de impuestos
y un par de casas, muchas pertenencias personales. Mientras tanto, tú continúas en ese
negocio y lo multiplicas y multiplicas; y ese año era 1922-1923. Ahora estamos en 1968.
Ese edificio – estoy hablando fácticamente – de 1924 no existe ahora. Él pagó sólo
50.000 $ por él. Fue repagado y repagado. Un banco hace tres años compró la propiedad
– el edificio estaba dañado – por 840.000 $ en metálico, y sin ganancia de capital, – de
50.000 $ a 840.000 $. Mientras tanto el negocio se ha expandido por todas las demás
islas, de modo que hoy no podrías comprarlos por 15.000.000 $. ¡Todo con la
imaginación! Y esto se remonta a la imaginación que precedió a la oferta de este hombre
para comprar el edificio; pues el joven, viendo este edificio y manteniendo el pensamiento
de que los actuales propietarios engañaron a su padre, y a través de engaño le echaron
de una sociedad – una sociedad juvenil. Y el fue movido – no a obtener venganza, sino a
demostrar que él realmente tenía algo dentro y podía tener éxito a pesar de este engaño.
Así que cada día el veía en esa marquesina, no su nombre, sino el nombre de su propia
familia; y lo veía con su ojo metal, porque tú no podías tomar su nombre y trasliterarlo y
hacer que se leyera el nombre de la familia de este hombre, pero él lo vio. Con su ojo
mental él vio ese nombre, lo cual si fuera verdad implicaría que la familia lo poseía. Lo
hizo cada día, dos veces al día, durante dos años, y entonces vino esto súbitamente – de
la nada, y todo se hizo posible. Hoy ellos están por todas las islas y no tienen socios.
Nunca han admitido ningún socio, nunca vendieron una pizca de acciones fuera de la
propiedad familiar. ¡Todo con la imaginación!
Ahora, yo sé de lo que estoy hablando, porque yo soy un miembro de esa familia. Estoy
hablando de mi propia familia. Esto no es habladuría. Yo lo sé. Mi segundo hermano,
Victor, fue en cuya imaginación todo empezó a brotar. Y él aún lo trabaja todo con la
imaginación. Él sabe lo que quiere, y luego, después de haber decidido en sí mismo: “Eso
es lo que yo quiero, y eso es bueno para el negocio”, entonces, con su ojo mental, se lo
apropia, y luego deja que las cosas sucedan.
Como se nos dice en las Escrituras: “La visión tiene su propia hora fijada, madura,
florecerá; si tarda, entonces espera, pues es seguro, y no será tarde.”
Habakkuk 2:3 (Traducción de Moffatt)
Leed eso en el Libro de Habakkuk. Aquí está la verdadera traducción de ese pasaje en
Habakkuk.
Así que, cuando sepas lo que tú quieres, permanece fiel a esa asunción; y la asunción,
aunque de momento sea negada por tus sentidos y negada por la razón, si persistes en
ella, se materializará en hecho. ¿No se nos dijo que Dios llama a las cosas que no son
vistas como si fueran vistas, y entonces lo no visto se convierte en visto? (Ver Romanos
4:17) Él llama a todo de lo no visto a lo visto de esta simple manera, pues Él es el poder
resucitador.
Así, si yo asumo que Yo soy, no tengo que tener evidencia para sustentarlo; yo asumo
que Yo soy. ¿Soy qué? Bueno, yo lo nombro, y habiéndole dado un nombre, dado forma,
dado definición, permaneciendo en ello, lo resucito. Y si se requieren mil personas para
ayudar al nacimiento de ese estado, mil personas jugarán sus papeles, y yo no tengo que
salir y buscarlos, más de lo que mi hermano tuvo que salir y buscar a este hombre. Él no
habría sabido dónde empezar a buscar a uno el día de la venta. Por lo que a él respecta,
lo había hecho con su ojo mental, y permitió que todo sucediera, y lo tomó como una
broma. Realmente pensó que era una broma, y le dijo a este hombre: “¿Me está usted
tomando por tonto?” Y él dijo: “No.” Él dijo: “Bueno, entonces espere. Déjeme llamar a mi
padre. Él está comiendo.” Le llamó por teléfono; dijo: “Papi, ven. Deja todo y ven.” Y luego
dijo: “Ahora dígale a mi padre lo que me dijo a mí.”
Esa fue una amistad de por vida. Así, cuando ese hombre murió, mi hermano Victor no le
debía nada. Tanto le gustaba la amistad y el sentido de la decencia que tenía con mi
hermano Victor, que le dio 150.000 $ en metálico y libre de impuestos, y las casas; todo
libre de impuestos. Y ese edificio que él compró por 50.000 $ fue vendido hace tres años
al Banco de Nueva Escocia. Lo derribaron y construyeron una preciosa estructura, pero
pagaron a nuestra familia 840.000 $ por ese edificio, y no había ganancia de impuesto de
capital. Todo fue simplemente gratis.
Así que yo sé de lo que estoy hablando. Todo lo que necesito de tí es la aceptación. ¿Lo
creerás? ¿Creerás que “con Dios todas las cosas son posibles” (Marcos 10:27)? ¿Creerás
que todas las cosas son posibles para el hombre?
Podría contarte innumerables historias de esta naturaleza. De modo que yo digo: Habita
en el final. El final es donde nosotros comenzamos, pues si yo he visto mi nombre en la
marquesina, ése es el final. Yo no espero a que el incidente tenga lugar en mi trabajo para
moverme de uno a otro a otro, llevando a eso. Yo habito en el final. Así, si voy al final
mismo, ¿cómo sería si fuera verdad?
Un caso de salud: no cómo va a ponerse mejor, sino que tú vas al final, y le dices a
alguien que no esté bien – en tu ojo mental tú les dices: “¿Sabes? Yo nunca te he visto
mejor aspecto”, y tienen que decirte: “Nunca me he sentido mejor.” Bueno, ahora, eso es
una confirmación de lo que tú estás viendo. Pero tú puedes decirme: “Yo no puedo oír a la
gente.” ¡Oh sí, puedes! Puedes oír cualquier cosa que quieras oír. No tienes que oírlo
audiblemente.
Escucha en este mismo momento. Tú puedes no ser capaz de silbar una melodía. Quizás
no puedes llevar una melodía de ninguna manera. No puedes tocar un instrumento, no
puedes silbar, no puedes cantar. Bueno, ¿puedes imaginar ahora que estás oyendo El
Himno de Batalla de la República? ¡Escucha! ¿No puedes oírlo? ¿No puedes aumentarlo
a mil voces, a diez mil voces? ¿Lo oíste en el funeral del senador Kennedy? ¿Lo viste en
TV? ¿No era conmovedor cuando el órgano empezó a sonar, y súbitamente esa
encantadora voz cantándolo, y todo se hizo – bueno, el mundo entero de la TV se llenó de
él. Dudo que hubiera muchos ojos secos cuando el continuó cantando El Himno de
Batalla de la República. Bueno, yo no puedo cantar; puedo silbar una melodía; pero
puedo ahora mismo estar aquí y escuchar y oír todo brotar. Si intento imitarlo con mi voz,
no podría hacerlo, pero puedo oír su voz como él lo cantó. Tú puedes oír la voz de
cualquiera, puedes oír la voz del locutor. Esta noche, solo, puedes oír mi voz, y puedes
poner en mi voz lo que quieres oír, y yo, sin tú saberlo, me encontraré diciéndotelo. Algo
sucederá para confirmar lo que estás oyendo.
Así, tú puedes hacer esto para bien o para mal. Te aconsejo: Hazlo para bien. Pero la
elección es tuya. Puedes herir y puedes bendecir, pero no hieras. Utiliza tu imaginación
siempre amablemente en nombre de los demás. Pero decirte que no podrías hacerlo para
herir es estúpido, pues tú puedes herir. Depende enteramente de ti.
Así que imagina lo que tú quieres, cree que lo tienes y ve cómo funciona en el mundo.
Aquellos que se mofan de ello, déjalos mofarse. Dentro de cinco años, cuando tú estés en
la cima, ellos pueden estar trabajando para ti, y pueden incluso haber olvidado que se
sentaron en la misma audiencia contigo cuando tú oíste y creíste, y ellos también oyeron,
pero no creyeron, y así tú te moviste y ellos se quedaron atrás. Así es la vida.
Pero hay sólo un poder creativo en el universo. Las Escrituras mencionan ese poder como
Dios, Jesucristo, el Señor – el mismo Poder. Porque no hay dos dioses, no hay dos
señores, hay sólo Uno. Y ese único Cristo habita en nosotros. Él no se apropió de un solo
hombre, como los sacerdotes del mundo enseñan. Ellos te cuentan de un solo hombre, y
singularizan a un hombre que difiere de todos los hombres. Él no está habitando en este
hombre o en ese hombre. Su deseo fue salvar a la humanidad, y así Él habita en
nosotros; no en ese hombre particular. Él no se convirtió en ese único hombre, habitando
en un solo hombre. No dejes que nadie te diga que el Cristo en ti difiere del Cristo, y
déjales que nombren a cualquier hombre que quieran. Él no puede diferir.
Si hay un Cristo aparte de ese Cristo que es crucificado dentro de nosotros, y que se
eleva y continúa elevándose en la humanidad, es un falso Cristo. Y los maestros que
enseñan sobre un Cristo diferente externo, objetivo, son falsos maestros. Cristo está
dentro, y Él se eleva dentro. Así que sal y ponlo a prueba. Ponlo a prueba extrema. Cristo
en nosotros, no “ahí fuera”, es la esperanza de la gloria.
Así, esta es la palabra de la que yo hablo; y la palabra, por cierto, su verdadera definición
es “significado”. En el principio había significado para todo, y el significado estaba con
Dios, y Dios mismo era el significado (Juan 1:1) Hay un propósito, hay un plan detrás de
todo. Él lo planeó todo como ha salido, y como será consumado. Y el propósito de todo
ello es despertar en nosotros, de modo que nosotros y Él sean uno. Así que Él
efectivamente se convirtió en nosotros para que nosotros podamos convertirnos en Dios.
Parece increíble, pero es verdad. Ese es el propósito de la vida: tomar a la humanidad y
levantarla hasta Dios, de modo que se convierta en Dios. Así, Él se convirtió en hombre,
para que el hombre pueda convertirse en Dios.
Hay un amigo mío en Los Ángeles, y este hombre fue despiadadamente abroncado por
sus superiores y le dijeron que él no servía para nada, y estaban considerando prescindir
de él. Iban a echarle. Bueno, ese hombre no tenía apoyo fuera del trabajo y tenía una
familia. Él se lo contó a mi amigo. Bueno, mi amigo vive según esta ley; de modo que él le
dijo: “Muy bien, sigue tu camino.” No le dijo lo que él iba a hacer.
Se sentó tranquilamente en su escritorio y oyó al hombre decirle que le elogiaban más allá
de toda medida por algo que él había hecho. No pasaron 48 horas y ellos tuvieron una
completa inversión de su actitud hacia este hombre en su elogio por algo que hizo en el
mundo de la publicidad. Pero el golpe dejó su marca, y él le dijo a mi amigo: “Sí, ellos lo
han reconsiderado, pero yo no me siento cómodo en el trabajo, porque ellos no podían
haber dicho las cosas desagradables que dijeron y olvidarlas; de modo que volverá, y voy
a abandonar. No tengo dinero. Voy a darles notificación en dos semanas. Voy a pedirles
que me den una de las dos semanas, que yo pueda rehacerme y quizás ausentarme unos
días y simplemente poner mis pensamientos en orden.”
Bueno, al final de las dos semanas él no tenía trabajo. Mi amigo, – cuando él le contó lo
que iba a hacer, – sabía que él no podía aspirar a abandonar y no trabajar, de modo que
él le vio lucrativamente empleado y ganando un veinticinco por ciento más que en el
actual trabajo. Él se ausentó la segunda semana. Cuando él volvió al final de la primera
semana, vino al despacho de mi amigo y dijo: “Sólo ayer obtuve la oferta, y empiezo el
lunes. No pierdo ni un día de sueldo y empiezo con un veinticinco por ciento más de lo
que recibía en el anterior trabajo.”
Así que, si precedes tu visita con un acto imaginario, ellos te verán como tú te ves a ti
mismo. Si tú vas sabiendo que no eres bueno, ellos te verán exactamente de ese modo.
Pero si vas con la asunción de que las cosas son como tú deseas que sean, ellos van a
verte de ese modo. Y ésta es la vida.
Ahora, ¿qué proclamación más grande puede hacer alguien que proclamar que él es
Dios? Y cuando Él lo proclamó, ellos dijeron, “Está blasfemando, pues aquí hay un
hombre, ¡y el hombre proclama que él es Dios!”
El décimo capítulo de Juan: “Y él dijo, '¿No está escrito en vuestra ley, Yo digo que sois
dioses, hijos del Altísimo?'” (Juan 10:34)
Si Él les llamó dioses a quienes la Palabra de Dios vino, ¿dirías tú del que Él ungió y
envió al mundo que está blasfemando? ¿Conoces alguna declaración más grande en el
mundo para un hombre que identificarse él mismo con Dios y caminar como si lo fuera, y
no estar avergonzado de admitirlo? Él no va alardeando sobre ello, sino que él sabe en su
corazón que es uno con Dios, pues si su imaginación es Dios – y él imagina –, ¡entonces
ese es Dios! Y si él imagina un estado y viene a pasar, entonces él conoce el poder
creativo que es Dios. No tiene que alardear sobre ello ni estar avergonzado de ello. Él
duerme en un noble estado, porque él es uno con Dios.
Bueno, deja que cada uno tome esa actitud y el mundo cambiará – no será golpeado;
pero puedes tomar al mundo entero, si ellos se sienten esclavos, y darles el mundo, ellos
lo querrán de nuevo mañana. A menos que un hombre tenga autorrespeto, tú puedes
darle todo el dinero del mundo y no significa nada. Eso vale para el individuo, vale para
una familia, vale para una raza o pueblo, vale para una nación. Como nuestro anterior
Presidente Hoover dijo: “El surgimiento y caída de las ideas determinará el surgimiento y
caída de los hombres, el surgimiento y caída de las naciones, el surgimiento y caída de
las comunidades.”
Así que dime la idea que una comunidad mantiene de sí misma, y te diré de esa
comunidad. Pero ahora cambia esa idea de sí misma y cambiarás a esa comunidad. Deja
que una familia se sienta importante en sí misma, – no tiene que tener un antecedente.
¿Quién tiene un antecedente? Así, tú retrocedes suficientemente lejos, y casi todo el
mundo que ahora reclama una importancia estaría avergonzado de ese antecedente.
Así que no retrocedas, empieza justo donde estás. Y no pagues a nadie para mirar tu
árbol genealógico, porque vas a pagarles para olvidarlo. Simplemente, de inmediato,
comienza ahora mismo y asume la dignidad que es Dios. Ese es tu antecedente real; es
Dios; y así que ¡asúmelo!
Y, entonces, con esa asunción, – y si tienes hijos – yo espero que tú infundas eso en el
niño. Infúndelo en todos dentro del entorno y hazles sentir importantes.
Muy bien, ¿quién tiene algún antecedente? En cuanto a mi respecta, yo rehúso aceptar la
aristocracia de ningún ser en este mundo, aparte de la aristocracia del Espíritu. ¿Qué otra
aristocracia? Dadme la aristocracia del Espíritu, pero no me vengas con ninguna
descendencia física. Yo no soy un animal. No soy un caballo, donde tú lo desarrollas por
un caballo tras otro. ¡Yo soy Dios! ¡Todos somos Dios! Tú no puedes remontarte más allá
de Dios. De modo que si ese es el comienzo de todos nosotros, bueno, entonces esa es
nuestra raíz, y así proclámalo ahora. En cualquier momento, proclámalo, y tú te
encontrarás limpio de cualquier cosa que pudieras tener aunque el árbol genealógico lo
mantenga. Tú no tienes ningún árbol genealógico.
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