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La Influencia Francesa en Venezuela PDF
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COLECCIÓN
FRANCIA
La influencia francesa en Venezuela
Marisa Vannini de Gerulewicz
© 1ª edición 1965 Universidad del Zulia
© 1ª edición 2018 Fundavag Ediciones
© Marisa Vannini de Gerulewicz
Federico Prieto
Corrección
Alberto Márquez
Diseño de la colección y diagramación
fundavag@gmail.com
Teléfonos:
+58 4241474668
La influencia francesa
en Venezuela
Marisa Vannini de Gerulewicz
PRESENTACIÓN
7
Romain Nadal
Embajador de Francia en Venezuela
VEREDICTO 9
* La primera tentativa de piratería de que tengamos noticia fue llevada a cabo por un galeón francés el
25 de julio de 1528 contra Cubagua. Los franceses fueron derrotados y vivieron algún tiempo prisione-
ros en la isla. Uno de ellos llamado Jacques Fain, en 1533 intentó regresar acompañando al corsario Al-
** Véase Juan de Castellanos, Elegías…, Canto IV, estrofa 16. También Gerónimo Benzoni, en su dis-
cutida Historia del Mondo Nuovo, recuerda al «noble sacerdote francés Castigliani» (2.ª ed., Venecia,
Otro francés que en el temprano siglo XVI tuvo contacto con los mares venezolanos fue Domingo Bar-
tolomé, que quiso renovar la aventura del milanés Luis de Lampiñán y preparó una «tartana» para
«pescar perlas y sacarlas de mucho fondo o de donde los negros no pueden llegar», la cual no tuvo éxi-
to, según confirmó Simón de Bolívar, contador (Archivo General de Indias, leg. 2, lib. I, folio 137).
14 en buena parte, la política de Richelieu, Mazarino y Luis XIV, quienes no po-
dían permitir el engrandecimiento de los Habsburgos, pertenecieran estos
a la línea alemana o a la línea española) atacándola en los mares del Nue-
vo Continente, asaltando sus puertos, persiguiendo sus flotas: filibusteros,
bucaneros (palabra de origen francés) y piratas fueron el azote de los es-
tablecimientos españoles en América durante buena parte del siglo XVII.
Los franceses Grammont y El Olonés son personajes característicos de es-
ta época. De sus andanzas quedó un refrán, ampliamente comentado por
Arístides Rojas: «Peor que el Olonés fue el inglés», y las ruinas de algunas
poblaciones que perdieron para siempre sus riquezas, como San Antonio
de Gibraltar.
Los filibusteros franceses tienen una corta pero fulgurante actuación en
nuestro país. Más que Nau (cuyas referencias pueden encontrarse en Ha-
ring o Arístides Rojas), Francisco Esteban Grammont de la Motte merece un
estudio detenido, porque los historiadores se limitan a mencionar algunas
de sus andanzas por el lago de Maracaibo y la jurisdicción de Trujillo, sin po-
ner debidamente de relieve sus hechos en el país. Grammont no es pirata
vulgar. Representa directamente la política del gran cardenal Richelieu y de
su sucesor Mazarino. La araña empurpurada había envuelto en los hilos de
su red a casi todo el mundo y ni los escondidos rincones de la provincia ve-
nezolana escapaban a sus cálculos. El 5 de junio de 1678 avistó Grammont
las costas de Coro.1 Gibraltar fue tomada, saqueada e incendiada. El 24 de
agosto, con 425 hombres, emprendía el camino de Trujillo. El 31 la atacó y el
16 de noviembre la incendió como lo puntualiza Mario Briceño Iragorry. Ya
en 1677, como refieren antiguos documentos conservados en la Sección de
Encomiendas del Archivo General de la Nación, en Caracas, se había apo-
derado de Valencia y por Cocorote y Guama había amenazado a la Nue-
va Segovia de Barquisimeto. En este mismo año también fue amenazada la
costa de Caracas por el marqués de Maintenon. A fines de 1677 los france-
ses atacaron a Santo Tomás de Guayana, y en 1682 ocuparon Trinidad e in-
cursionaron por el Orinoco. Todavía en 1686 Grammont, acompañado de
un tal Lorencillo, inquietaba la costa caraqueña.
A medida que nos acercamos al final del siglo XVII, se va perfilando una
mayor influencia de lo francés, fundamentalmente política y administrati- 15
va, que arrinconará viejas esencias peninsulares y estará precedida por un
breve período de influencia anglo-holandesa. En efecto, durante la Guerra
de Sucesión española la superioridad incontrastable de la marina anglo-ho-
landesa reducirá la actividad comercial franco-hispana, interrumpiendo las
comunicaciones normales entre las metrópolis y sus dependencias ultra-
marinas. Esta situación llevó a la Corona española a entregar el tráfico con
el Perú a los navíos franceses, y Luis XIV fijó el puerto de Saint-Malo como
centro de dicho comercio. Baralt anota al respecto:
Hízose por los habitantes de aquel lugar tan activa la contratación que muy
pronto inundaron las comarcas de América con mercaderías francesas a pre-
cios más moderados que los de las españolas; por lo que anuladas las exporta-
ciones de la Península, próximo a ser destruido enteramente el comercio y aun
la dependencia de las Colonias, se apresuró la Corte de Madrid a revocar su per-
miso y aun armó una Escuadra para arrojar a los franceses de los mares del Sur.
3. Archivo General de la Nación: «Gobernación y Capitanía General». Tomo XXXI, folio 53.
4. Véase Héctor García Chuecos, Siglo XVIII venezolano, Caracas-Madrid, Ed. Edime.
6. José Torre Revello en El libro, la imprenta y el periodismo en América durante la dominación españo-
la (Buenos Aires, 1940) recuerda, entre otros: Año 2440, La France libre, Des droit et devoirs de l’hom-
8. Según Diego Barros Arana en Historia Jeneral de Chile, t. VII, págs. 505 y 506, la edición francesa de es-
ta obra, publicada en 1770, se titulaba, L’an 2440, rêve s’il en fut jamais y el autor se llamaba L.S. Mercier.
9. Véase Julio Febres Cordero, Tres siglos de imprenta y cultura venezolana, Caracas, 1959.
10. Archivo General de la Nación: «Gobernación y Capitanía General», tomo XLVI, folio 113.
11. Véase Héctor García Chuecos, Siglo XVIII venezolano, Caracas-Madrid, Ed. Edime.
12. Como General de la Francia revolucionaria, en 1792 Miranda se apoderó de la ciudad de Amberes.
13. Alberto Zum Felde, El problema de la cultura americana. Buenos Aires, 1943, págs. 124 y 128.
14. Rafael María Baralt, Carácter nacional, Primer libro venezolano de literatura, ciencias y bellas artes,
15. Pedro Emilio Coll, «Notas sobre la evolución literaria en Venezuela». El Cojo Ilustrado, 1º de febre-
ro de 1901.
17. Gazeta extraordinaria – Buletín del lunes 22 de junio de 1812, Año segundo de la República, firmado
18. Véase el Folleto ilustrativo de la «Exposición de encajes, mantillas y abanicos de las familias cara-
19. Comte de Ségur, Mémoires, Souvenirs, Anécdotes, París, 1844. En Rusia se encontraron el conde
20. Para las obras citadas y para una completa bibliografía de las obras escritas por franceses en Vene-
21. Archivo General de la Nación, Reales Provisiones, Tomo XV, folio 412.
22. Véase Adolfo Dollero, Cultura de Venezuela, Caracas, 1933.
36 23. Rousseau en Venezuela by Mariano Picón Salas, Reprinted from Philosophy and Phenomenological
24. Véase José Antonio Calcaño, La ciudad y su música, Caracas, 1958, pág. 197.
25. Atala o Los amores de dos salvages en el desierto. Escrito en francés por Francisco Augusto Chateau-
briand y traducida de la tercera edición nuevamente corregida por S. Robinson, profesor de la lengua es-
pañola en París, año de 1801. (Véase Pedro Grases, La primera versión castellana de Atala, Caracas, 1956).
26. En 1832 se publicó en Caracas la traducción de Domingo Navas Spínola de la Ifigenia en Aulide de
Racine. Se había perdido todo rastro de esta edición. La recogió, afortunadamente, la compilación de
Cayetano Vidal y Valenciano, Teatro selecto antiguo y moderno, nacional y extranjero, Barcelona, 1868.
(Véase Pedro Grases, Domingo Navas Spínola, impresor, editor, y autor, Caracas, 1956).
27. Véase José María Vargas, Obras completas, Caracas, 1958, vol. I.
28. Andrés Eloy Blanco, en Vargas, el albacea de la angustia, Ed. M.E. Caracas, 1947, dice que Vargas, a
los 23 años (1809) traducía el Contrato social: «(habla Vargas) – Ignorancia es coloniaje! Y los gobernan-
tes españoles lo han comprendido muy bien. A ellos les precisa tenernos como a islas… Todo esto no
los puede explicar el librito que estamos traduciendo. En su primer estado de libertad, el hombre vive en
una situación de esclavitud… – Goloso, casi egoísta, saca del pecho el manuscrito. Es el «Contrato So-
cial» traducido por él para leerlo en tertulias clandestinas, en rincones de sabanas o recodos de río, en al-
tas horas de la noche, a los iniciados cumaneses. Bien sospecha el violento Gobernador Escudero que el
Doctor Vargas anda en tapujas y lecturas; pero la condición médica de éste le hace siempre justificado y
resbaladizo. Ya la traducción está concluida y allí está, para el repaso. – Esto, el libro, es la salvación».
31. Humboldt, Viajes a las regiones equinocciales del nuevo continente, tomo IV, págs. 212-13.
32. Francisco Depons, Viaje a la parte oriental de tierra firme. Véase también Pedro Grases, Temas de
33. Joaquín Gabaldón Márquez, Muestrario de historiadores coloniales de Venezuela, Caracas, 1948,
págs. 359.
34. Véase Ángel Grisanti, «Profesionales de la medicina en Cumaná y Guayana», El Universal, 31 de ju-
lio de 1962.
35. Héctor García Chuecos, Siglo XVIII venezolano, Caracas-Madrid, Ed. Edime.
36. Véase José Antonio Calcaño, La ciudad y su música, Caracas, 1958, pág. 139.
37. Véase Juan José Churión, El teatro en Caracas, Caracas, 1924, págs. 161-166; José Antonio Calcaño,
Y Cecilio Acosta:4
No hay en los tiempos modernos un país más admirable que Francia, principian-
40 do por su importancia industrial, agrícola y fabril, y acabando por la distribución
proporcional de su riqueza: y es menester ir a ella, especialmente a París, pa-
ra conocer que allí es donde han alcanzado sus más brillantes triunfos las cien-
cias y las artes, tiene su asiento la cultura social y el espíritu reina. Se va a París
como se entra a su casa, por el agasajo de su brillo, pero además es la gran me-
trópoli de la civilización. Todas las ideas que viajan, todas las ideas que cunden,
todas las doctrinas que florecen, todos los libros que enseñan, de donde salen
es de Francia.
Fourreil, A. de
Mecanismo de la lengua francesa, y tratado de pronunciación…
Destinado para el uso de la clase de francés por su Catedrático. Caracas, Imp.
de Valentín Espinal, 1848 (2.ª Ed.)10
Domínguez, Rafael 11
Método simplificado para aprender a leer bien el francés en quince lecciones.
Valencia, Imp. de Juan d’Sola, 185?
Ahn. P.
Nuevo método práctico y fácil del idioma francés.
Adaptado al castellano por G. A. Ernst13 Caracas, Alfred Rothe – Leipzig, Imp. de
Bür Hermán. 1865
Calcaño, Juan Bautista14 43
Tratado de pronunciación francesa, escrito con vista de lo que traen sobre la
materia los profesores Gonzardi, Chantreau, Noël y Chapsal. Maracaibo, Imp.
del Estado, 1871.
Saldías, Eulogio S.
Vocabulario marítimo español-francés-inglés, para uso de los alumnos de la Es-
cuela Náutica de Venezuela. Caracas, 1887.
Coronación de los estudios del francés son las obras escritas en es-
te idioma por venezolanos, que aparecerán en su mayoría en la época de
Guzmán Blanco; sin embargo, ya desde antes algunos poetas componen
versos en francés, y es representativo Rafael Agostini, quien reúne su pro-
ducción romántica en lengua francesa, española e italiana en uno de los
primeros libros venezolanos de poesía, seguramente el primero compues-
to de versos trilingües: Chants d’Inistoga ou Echos du Désert, part R. A.
de H. citoyen de Venezuela. París, Dauvin et Fontains, 1852. R. A. de H. es
pseudónimo de Agostini, de cuyo apellido, además, el título «Inistoga» es
un anagrama.17
En las bibliotecas particulares y en la Universidad de Caracas se fue-
ron introduciendo varias obras didácticas en lengua francesa que a falta
de buenos textos en castellano, eran aprovechadas por profesores y estu-
diantes. Ya para 1815 el doctor Hernández, catedrático de Medicina, traía a
sus costas al país y explicaba a los alumnos la Anatomía y la Fisiología de Bi-
44 chat, la Química de Chaptal o Lavoisier, la Botánica de Firardin y la Nosolo-
gía quirúrgica de Richerand.18
Fruto de los estudios de la lengua es también la traducción y publicación
local de textos franceses de enseñanza, que empieza un poco más tarde.
Sin ánimo de agotar la materia, y solo para dar una idea de la actividad ve-
nezolana en este campo, damos una lista, por orden de edición, de los que
hemos conseguido hasta 1900:
Burlamaqui
Elementos de Derecho Natural. Traducción del latín al francés por Barbeyrac,
y al castellano por D. M. R. García Suelto. Caracas, Imp. de Devisme Hermanos,
1826.
Destutt de Tracy
Elementos de ideología. Caracas, reimpresos por V. Espinal, 1830.
Caracas, reimpresos por 2.ª vez por V. Espinal, 1834.
Holbach
La moral universal. Traducida del francés por D. Moreno. Caracas, Reimpresa
por V. Espinal, 1833.
Anónimo
Nuevo compendio de la mitología… Traducido Del francés. Caracas, reimpreso
por V. Espinal, 1834.
Delamarche
Usos de las esferas y de los globos… Traducción y anotaciones por Felipe Larra-
zábal. Caracas, Imp. Damiron, 1835.
Lacroix, S. P.
Tratado elemental de aritmética. Traducido del francés por José Rebollo y Mora-
les. Caracas, reimpreso por V. Espinal, 1839 (varias reimpresiones).
Masson
Enciclopedia de la juventud. Traducida del francés por don L. Arcaza. Caracas,
Reimpreso por T. Antero, 1839.
Delariviére
45
Nueva lógica clásica. Traducida del francés por Rafael Acevedo19 Caracas, Imp.
de V. Espinal, 1841.
Burnouf
Método para estudiar la lengua latina. Traducido por M. A. Carreño20 y M. Urba-
neja. Caracas, Imp. Boliviana por Dionisio García 1849, Caracas, Rojas Hermanos
Sucesores, 1890 (2.ª Ed.)
Therou (Abad)
Catecismo razonado… Traducido por M. A. Carreño y M. Urbaneja. Caracas,
Imp. de V. Espinal, 1849.
Levi, Álvarez
Física popular. Traducida del francés por el Lic Juan de la C. Carreño.
Caracas, Imp. Carreño Hermanos, 1854.
Burnouf
Elementos de gramática latina… Traducción del francés por Juan Vicente Gon-
zález (2.ª Ed.) Caracas, Rojas Hermanos, 1862.
Sabatier
El amigo de los niños. Traducido por D. Juan Escoiquia. Caracas, Imp. de la Con-
cordia, 1872.
Claretie, Jules
Historia de la Revolución Francesa de 1870 a 1871. Traducida del francés por Do-
mingo Santos Ramos. Caracas, Imp. de Espinal e hijos, 1876.
Legendre, A. M.
Elementos de geometría. Traducidos del francés. Caracas, Imp. de Alfred Rothe,
1879.
Fridensberg, Adolfo
Higiene y educación de la primera infancia. Trad. del francés y arreglada a los
usos de Venezuela. Caracas, Imp. Soriano e hijos, 1879.
46 Legendre, A. M.
Elementos de trigonometría. Traducido del francés. Caracas, Imp. de Alfred Ro-
the, 1880.
Lacroix
Álgebra. Traducida al castellano por don José Rebollo y Morales. Caracas, Rojas
Hermanos, 1881.
C. (F. J.)
Compendio de Historia Sagrada para la enseñanza primaria. Escrito en francés y
traducido al español por unos aficionados. Maracaibo, Picón e Hijo, editores tip.
«Los Ecos del Zulia» 1886 (2.ª Ed.). Maracaibo. Impr. Americana, 896 (5.ª Ed.). Ma-
racaibo, Hermanos Belloso, 1919 (8.ª Ed.).
Anónimo
Compendio de Historia Sagrada. Traducido del francés por Soledad Hurtado.
Barquisimeto, tipografía de B. Hurtado, 1888.
Rendu, Ambroise
Compendio de la historia eclesiástica. Vertido al español para uso de los cole-
gios. Caracas, Imp. «La Religión», 1897.
Paredes, Antonio 21
Consejos e instrucciones sobre el arte de la guerra, traducido del francés y mo-
dificados para hacerlos especialmente aplicables en las naciones de la América
del Sur. París, Imprenta Hispano Americana, 1897.
Boirac, Emilio
Curso elemental de filosofía. Traducción por
el Dr. Juan Vicente Camacho. Caracas, Imp. Bolívar, 1899.
LA INFLUENCIA FRANCESA A TRAVÉS 47
DE LECTURAS Y TRADUCCIONES
Y hablando del Magüey de la Trinidad (vox populi, vox Dei) dice Luis Del-
gado Correa en Mosaico:
En una de las pencas de la mata más próxima al magüey escribieron en torcidos
caracteres dos nombres: Lamartine y Dumas.
De fines del siglo XVIII y principios del XIX datan las traducciones del fran-
cés hechas por venezolanos, en su mayoría de obras culturales o sociológi-
cas. De esta clase en la época romántica hemos encontrado solamente De
la democracia en Francia, obra traducida y refutada por un publicista libe-
ral, Madrid, 1845, Imprenta Andrés y Díaz.23 En efecto, desde 1835 los vene-
zolanos parecen preferir la traducción y publicación de novelas románticas
francesas y muchos de los que desde principios del siglo XIX hablaban y
leían el francés, se vuelven ahora traductores, unos por vagas inclinaciones
literarias, otros por necesidad:
Mi destino es traducir
por un módico jornal
novelas de munición
ya de Paul, ya de Balzac24
Por cierto que malas lenguas
dicen que suelo dejar
en Vascuence25 medio tomo
y en francés la otra mitad
Dirá Pedro Emilio Coll en 1900.33 Pero parece que en tiempos anteriores,
tal costumbre ya se había establecido. Muy pronto, los aficionados lecto-
res venezolanos se transformaron en escritores del género romántico, pen-
sando con razón que tal moda (decadente ya) no era difícil de imitar. Hacia
1854 «El Estudiante» da Lecciones de poesía romántica.34
¿Quieres, Andrés, hacerte celebérrimo?
Pues dedícate al género romántico.
NOTAS
1. Véase Alberto Zum Felde, El problema de la cultura americana, Buenos Aires, 1943.
pano-americano en general. Esa divergencia señala para nuestro romanticismo otros rumbos: el ro-
manticismo americano no es una versión esclava, pues actúa en él el filtro americano y transforma la
nueva tendencia. El europeo intenta rescatar el pasado: Víctor Hugo mira al ayer y resucita la época de
Carlos V. El americano se mira en los pozos de las quebradas y bajo la bóveda vegetal canta sus amo-
5. Juan Vicente González, Mirabeau, orador y hombre de estado. Liceo nocturno Juan Vicente Gonzá-
8. Véase Leal, Idelfonso, Historia de la Universidad de Caracas (1721-1827), tesis doctoral inédita.
9. Aunque tengamos noticias de otras obras y ediciones, nos limitamos a enumerar las que hemos po-
10. La primera edición data de principios de 1828, Caracas. El nombre del autor (se trata sin duda del ya
11. Puede ser el Dr. Rafael Domínguez que más tarde, en 1860, fue auditor de guerra del Ejército Cen-
12. Quizás se trate del licenciado Juan José Mendoza, que fue ministro de Relaciones Exteriores en
13. El doctor Ernst, además de varias obras científicas, publicó en 1890, el Primer curso de alemán se-
14. El doctor Juan Bautista Calcaño y Paniza (1825-1915) era catedrático de francés de la Universidad
Central de Venezuela.
15. Los doctores Carreño y Palenzuela fueron también autores de un Método de la lengua inglesa pu-
16. El Dr. Núñez de Cáceres fue uno de los más eruditos humanistas venezolanos: dominó ocho len-
guas, entre vivas y muertas, escribió métodos de alemán, francés, inglés e italiano, además de dos
17. Véase José E. Machado, Escarceos bibliográficos en «Boletín de la Biblioteca Nacional», 1-1-1925 y
18. Leal, Idelfonso: Historia de la Universidad de Caracas (1721-1827), tesis doctoral inédita.
19. Se trata probablemente del político venezolano Rafael Acevedo que fue ministro de Hacienda y Re-
20. Quizás Manuel Antonio Carreño (padre de Teresa Carreño) autor del Manual de Urbanidad.
21. Aunque publicada en Francia, reseñamos esta obra por ser de autor venezolano y por la gran acogi-
22. Gonzalo Picón Febres, La literatura venezolana en el siglo diez y nueve, Caracas, Empresa el Cojo,
23. Dice Pedro Grases (Rafael María Baralt, Caracas, 1960) que el autor de la obra es Guillermo Guizot,
y el traductor, Rafael María Baralt. Se trata del famoso historiador, ensayista y hombre de estado fran-
cés François Pierre Guillermo Guizot (1787-1874). En los textos venezolanos es frecuente llamarlo sim-
plemente Guizot (por ejemplo, El Cojo Ilustrado, 1º de enero de 1899). Baralt, aunque antigalicista en el
60 léxico, era profundo conocedor de la lengua y de la literatura francesa. Publicó también un ensayo so-
bre Chateaubriand.
24. Indudablemente se refiere a Paul Féval padre (1818-1887); el hijo (1860-1929) se hizo famoso des-
pués. Nos consta que las obras de Féval se publicaban en Venezuela, pues hemos encontrado El hijo
del diablo en la traducción de Don Gregorio Urbano Dargallo, Caracas, Tip. Rómulo García, 1903 (3 to-
mos). De una referencia en la portada se comprende que anteriormente se había publicado otra obra
suya, El Jorobado.
25. Probablemente usa vascuence en su segunda acepción: vascuence, 2, fig. y fam. Lo que está tan
26. Manuel Bretón de los Herreros, La política aplicada al amor. «Mosaico», Caracas, 1854.
27. Aunque Joseph Mery haya sido periodista de gran valor, fuera de Francia se le conoce más por sus
novelas, que han sido traducidas a varios idiomas, y algunas de las cuales hemos encontrado en la Bi-
blioteca Nacional.
28. Ni esta lista ni las que siguen, fruto de investigaciones personales en las bibliotecas, pretenden ser
completas.
29. Tenemos noticias de que Los misterios de París fueron representados en Caracas antes de 1853,
por una referencia que les hace Daniel Mendoza en Los críticos en Caracas («Mosaico», 1853).
Dice Humberto Cuenca (Imagen literaria del periodismo, México-Caracas, 1961) que fue este el primer
30. Sabemos, por varias referencias, que también se tradujo y publicó Los tres mosqueteros, pero a pe-
31 bis. Durand, René. «El más lamartiniano de los escritores venezolanos: Francisco Aranda Ponte». El
33. Pedro Emilio Coll, «Notas sobre la evolución literaria en Venezuela», El Cojo Ilustrado, 1 de febrero
de 1901.
35. Véase Ricardo Archila, Luis Daniel Beauperthuy, revisión de una vida, Caracas, 1954.
36. Véase Ramón Díaz Sánchez, Guzmán, Caracas, 1952, pág. 172.
38. El estilo pompadour tuvo una nueva aceptación en el siglo XIX: peinado pompadour, crinolina pom-
padour.
39. Véase El Diario de la tarde del 14 de agosto de 1846.
40. También Gallegos, en La Trepadora, se burla un poco de las atildadas Alcoy, que llamaban al abue- 61
lo gran papá, y Antonia Palacios en Ana Isabel, una niña decente, describe a un gran oncle venezolano
41. Aún existe, en Caracas, una tienda de artículos infantiles llamada «El bebé de París».
42. El Venezolano, Caracas, 13 de enero de 1823. Reproducido en La doctrina liberal. Tomás Lander. Vol.
IV, págs. 23-24. Colección «Pensamiento político venezolano del siglo XIX». Ed. Presidencia de la Repú-
44. Véase Ángel Rosenblat, Buenas y malas palabras, 2.ª serie, págs. 149-155, Caracas, 1960.
45. Véase Ángel Rosenblat, Buenas y malas palabras, 1.ª serie, págs. 192-195, Caracas, 1960.
46. Véase José Antonio Calcaño, La ciudad y su música, Caracas, 1958, pág. 235.
47. «Mosaico», Caracas, 1854. Probablemente se trata de Gerónimo Pompa, quien en 1863 tradujo del
Aún en nuestros días son muy pocos los que, al salir de viaje para Euro-
pa, no hacen de París la primera etapa, no pudiéndose sustraer a su atrac-
ción; lo confirma Henríquez Ureña:
París es, sobre todas las ciudades, la que mejor sienta a nuestras inclinaciones
intelectuales y artísticas. Es difícil de concebir un hispanoamericano para quien 71
la atmósfera de París en diciembre o en cualquier otro mes, aun en verano, pue-
da carecer de alegría o estímulo.
90 1. Véase Ramón Díaz Sánchez, Guzmán, Caracas, 1950; José Antonio Calcaño, La ciudad y su música,
Caracas, 1968; Mariano Picón Salas, Literatura venezolana, México, 1952, págs. 168-169.
2. Véase la Carta de Pedro Emilio Coll a Mariano Picón Salas (París, 10 de enero de 1939); Pedro Grases,
3. Véase Mariano Picón Salas, Literatura venezolana, México, 1952, pág. 167.
4. Émile Bergerat (1845-1922) escribió obras dramáticas (Une amie, Pére et mari), novelas (Bébé et Cie,
La Vierge) y adquirió especial renombre por las amenas crónicas que publicó en los más importantes
diarios y revistas de París bajo el seudónimo de «Caliban», que todavía resuena en la prensa bogota-
na (El Tiempo).
5. Todavía hoy las obras de la baronesa de Staffe son leídas en Caracas, y la Biblioteca Nacional tiene
9. Ya estaban en auge las cenas de Año Nuevo, iniciadas por el mismo Guzmán Blanco, que dio oficial-
mente la primera.
11. Bagatela es un italianismo que arraigó en Francia, muy usado por los autores galicistas. La Bagatela
13. Periódico satírico y de caricaturas, tenía una máxima de Beaumarchais: «Alabado por unos, censu-
rado por otros, burlándome de los tontos; desafiando a los perversos, me apresuro a reír de todo… por
14. Foete con el valor de látigo, ya era palabra incorporada al habla venezolana desde hacía mucho
tiempo.
15. Eduardo Carreño en Vida anecdótica de venezolanos (3.ª Ed., Caracas, 1952, pág. 190) dice que Ale-
16. El Bon Marché era una publicación de tipo comercial-literario, auspiciada por un establecimiento
18. Este «Cyrano» quizás sea más bien producto de la influencia de Rubén Darío, con quien también vi- 91
no la influencia francesa.
19. Pedro Díaz Seijas, Historia y Antología de la literatura venezolana, 3ª Ed., Caracas, 1960, pág. 342.
20. Las empresas editoriales tuvieron importancia en la América Hispánica en la primera parte del si-
glo XIX, pero decayeron a partir de 1880; las ediciones de libros americanos impresos en París, Madrid,
21. El poeta hispano José Heriberto García de Quevedo, venezolano de origen, pues había nacido en Co-
ro, conocido por sus versiones del francés, inglés e italiano, y autor entre muchas otras de las composi-
ciones Qu’est que la vie y Dans la naissance du Prince Imperial recibió en Francia la Legión de Honor.
22. Varios de estos autores han publicado extensa y valiosa obra en París.
23. Nombra a: Juan de Dios Villegas Ruiz, Alberto Conturier, Acosta Ortiz, Ríos Llamozas, Carlos Pedro
24. Véase Antonio Reyes, Presidente de Venezuela, Caracas, 1955. No hemos podido hasta ahora en-
27. Teresa de la Parra, Ifigenia (diario de una señorita que escribió porque se fastidiaba), Caracas, Las
30. Antonio Paredes, Cómo llegó Cipriano Castro al poder, prólogo de R. J. Velásquez, Caracas, 1958.
31. Mariano Picón Salas, Viaje al amanecer, Caracas, 1956, págs. 39-46.
(31 bis) René Durand, El más lamartiniano de los escritores venezolanos Francisco Aranda y Ponte.
32. Nicanor Bolet Peraza, Artículos de costumbres y literarios, Barcelona, 1931, págs. 181-189.
33. Véase el segundo capítulo de este estudio: La influencia francesa en Caracas, II El Romanticismo.
34. Carlos Arriens, enviado extraordinario del presidente Rojas Paúl llegó a Cantaous, casa madre de la
Congregación, el 25 de abril de 1889, para pedir el envío a Venezuela, bajo protección del Gobierno na-
35. Más tarde, las Hermanas tomaron a su cargo el Hospital Vargas (1891), el Hospital Militar (1891), el
Manicomio (1901), el Lazareto de Leprosos (1902), el Hospital de San Juan de Dios en La Guaira (1903), la
Clínica Santa Ana (1931), la Policlínica (1952). En Valencia se pusieron al frente (1890) del Orfelinato fun-
dado por don José Gregorio Febres Cordero y crearon en (1891) el Colegio Nuestra Señora de Lourdes.
En Barquisimeto se encargaron del Hospital desde 1896, y fundaron un Colegio en 1904. En Puerto Ca-
92 bello abrieron en 1892 el Colegio del Sagrado Corazón. Quién sabe por cuáles ocultas influencias se lla-
mó Tarbes el lugar donde nació el gran ciudadano mariscal Juan Crisóstomo Falcón.
36. Hasta hace algunos años, la enseñanza era impartida casi completamente en francés.
37. Véase las palabras pronunciadas por altos funcionarios venezolanos y franceses en ocasión de la
38. Hasta 1936 las alumnas que se graduaban en «San José de Tarbes» recibían un Certificat d’Études,
reconocido en Francia, que le era entregado por el ministro del Gobierno francés.
41. Desde el descubrimiento de América fueron muchas las obras generales escritas y publicadas en
Francia que en algunos tomos o en algunas páginas trataban de Venezuela: Joannes de Laet, L’histoire
du Nouveau Monde…, 1640; Pierre F. Charlevoix Histoire de l’Isle Espagnole ou de S. Domingue (escrita
en 17??); A. F. Prévost, d’Exiles, Histoire générale des voyages. 1747; Jacques Nicolas Bellin, Description
géographique de la Guyane, 1763; Alexandre O. Oexmelin, Histoire des Aventuriers filibustiers… 1775;
aux îles de Trinidad, de Tobago, de la Marguerite et dans diverses parties de Vénézuéla, 1813; Gaspar T.
Mollien, La République de Colombia, 1824; Ségur, Mémoires ou Souvenirs et Anécdotes, 1824; Guillau-
me Lallement, Histoire de la Colombie, 1826; Malt-Brun, Dictionnaire géographique…, 1831; Henry Ter-
naux, Voyages…, 1837; Sabín Berthelot, Rapport sur les travaux géographiques… exécutés par M. le
Colonel Codazzi, 1840; Alcide D. Orbigny, Voyage dans les deux Amériques… 1853.
Para una biblioteca más extensa véase el Catálogo de la exposición de libros de geografía e historia de
Venezuela, Caracas, agosto de 1946; para las obras publicadas a partir de 1800, Manuel Segundo Sán-
chez, Bibliografía venezolanista, Caracas, 1914; y para las más recientes María Luisa Blay, Contribución
42. Manuel Segundo Sánchez, en su Bibliografía venezolanista, Caracas, 1914, da una extensa y casi
completa relación de los libros extranjeros atinentes a Venezuela publicados o reimpresos desde el si-
glo XIX. Nosotros nos limitamos a reseñar, entre los editados en la segunda mitad del siglo, los que no
aparecen en su bibliografía o aquellos aún no traducidos, que hemos podido leer y en los cuales hemos
encontrado datos de importancia que queremos señalar a los traductores, con la esperanza de que al-
gún día estas valiosas obras venezolanas vean la luz en su versión española.
43. Véase Jenny de Tallenay, Recuerdos de Venezuela, traducción y prólogo de René Durant, Caracas,
1954.
46. Fueron los doctores Guillermo Michelena de Maracay, Eliseo Acosta de San Sebastián, Francisco 93
Delgado Jugo de Maracaibo, Gaspar Marcano de Caracas, Francisco E. Bustamante de Coro, Luis Rodrí-
guez de Caracas, Manuel Carreyó Luces de Barcelona, Juan Díaz Rodríguez de Caracas, Hermógenes
Rivero S. de Caracas, Eulogio Velásquez de Mucuchíes, Francisco La Cruz de Jajó, Santos A. Domini-
ci de Carúpano, Antonio M. Piñedo de Barquisimeto, José A. Dávila de Mérida. Véase Manuel Landaeta
(47 bis) A la popularidad de D’Annunzio en Venezuela nos hemos referido en Gabriele D’Annunzio a tra-
48. Lisandro Alvarado, La poesía lírica en Venezuela, a fines del siglo XIX (trabajo de incorporación a la
Academia Venezolana).
51. Pedro Díaz Seijas, Literatura venezolana, Caracas, 1960, pág. 342.
1. Véase El Cojo Ilustrado hasta 1915 y Cultura venezolana, 1918-1931. Director José A. Tagliaferro.
2. El tango argentino, en todas sus evoluciones, llegó a Venezuela a través de París, y lo atestiguan des-
de principios de 1900 los artículos de escritores venezolanos como Francisco Pimentel y Ricardo Jo-
sé Castillo.
5. Actualidades, 5 de enero de 1919. Director Aldo Baroni. El segundo número será dedicado a Italia.
7. Camille Pitollet (nacido en 1874) era un escritor e hispanista francés conocido en España y América
por sus ensayos sobre temas españoles y sus traducciones al francés de las obras de Cervantes, Lope
8. Actualidades, Primera época, Caracas, 1917-1919. Director Aldo Baroni, y Segunda época, 1921-
10. Parece haber tenido especial éxito La Atlantide de una novela de Pierre Benoit (El Universal, 1922).
11. Mariano Picón Salas, Ensayos escogidos, Santiago de Chile, 1958, págs. 179-183.
12. Antonello Gerbi, La disputa del nuevo mundo, Fondo de Cultura Económica, México-Buenos Aires
1960, recuerda entre otros a Buffon, Montesquieu, Jean Bodin, Antonio Joseph Pernety, Delisle de Sa-
les, el Abate Roubaud, Voltaire, Marmontel, Rousseau, Chateaubriand, Joseph de Maistre, Ballanche
14. Teresa de la Parra decía que el romanticismo era originario de América: «Sobre las convulsiones de
la Revolución francesa, bajo el ritmo acelerado de Napoleón, comenzaba a nacer el Romanticismo. Era
una ráfaga que parecía venir de aquí, de América, traída por Chateaubriand y a la cual el extraordina-
rio viaje del barón de Humboldt por las regiones equinocciales acababa de dar nuevo impulso y nuevas
15. El texto reproducido en El Cojo Ilustrado, 1.º de febrero de 1899, es el siguiente: «Texte et illustra-
tions, tout concourt á faire de ce périodique qui date de plus de sep ans une des publications les plus
importantes de l’Amérique du Sud. Les poémes s’ y marient élégamment aux proses et les articles
d’actualité aux travaux scientifiques et artistiques. Aucun evénement important n’ y est oublié, et los
derniéres modes de París, les grandes succés des premiéres y trouvent des chroniqueurs d’élite. L’aris-
tocratie intelletuelle vénézuelienne n’a, graceau Cojo, rien á envier á la presse parisienne las plus raffi-
née. Signalons entre autras la lettre de Paul Bourget á Matilde Serao, les commentaires de Zangwill sur
Cyrano commentés á leur tour par César Zumeta, une revue des revues d’Europe et d’Amérique trés 107
compléte, et felicitons le directeur de l’ilustration vénézuélienne M. Irigoyen d’avoir resolu á Caracas
16. Véase Cultura Venezolana, septiembre de 1921. Buscando el camino (ensayos y prosa poética), fue
17. Hay referencia al discurso que Zérega Fombona pronunció en esta oportunidad y en el cual habló
LIBROS
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REVISTAS Y PERIÓDICOS
Las fechas entre paréntesis indican los años consultados para este trabajo.
PRESENTACIÓN 7
VEREDICTO 9
I. LA ILUSTRACIÓN 11
INTRODUCCIÓN 13
LA INFLUENCIA FRANCESA EN EL PENSAMIENTO POLÍTICO 21
LA INFLUENCIA FRANCESA EN LA LITERATURA 30
LA INFLUENCIA FRANCESA EN LA VIDA SOCIAL Y COSTUMBRES 33
NOTAS 35
II. EL ROMANTICISMO 37
LA INFLUENCIA FRANCESA EN EL PENSAMIENTO POLÍTICO 38
EL ESTUDIO DEL FRANCÉS 40
LA INFLUENCIA FRANCESA A TRAVÉS DE LECTURAS Y TRADUCCIONES 46
LA INFLUENCIA FRANCESA EN LAS LETRAS VENEZOLANAS 52
CONTRIBUCIÓN DE LA COLONIA FRANCESA ESTABLECIDA EN VENEZUELA 55
LA INFLUENCIA FRANCESA EN LA VIDA SOCIAL Y COSTUMBRES 56
NOTAS 57
BIBLIOGRAFÍA 107
LIBROS 108
REVISTAS Y PERIÓDICOS 113
118
TÍTULOS PUBLICADOS