Está en la página 1de 1

Serafín, un pingüino estudioso y adivino.

Su especialidad era averiguar a que grupo pertenecía un animal.


Podría ser anfibio, mamífero o ave, un pez, un reptil… ¿quién sabe?
Serafín nos decía que era mamífero un león, y que siempre sería ave un lindo
gorrión.
Un día llegó una enorme ballena limpiando su cuerpo cubierto de arena: “Serafín,
por favor, ¿soy mamífero o pez? Es que a veces ocurre que me siento al revés”.
La ballena nos cuenta sus características: dos pilones para respirar pero
capacidad para nadar bajo el agua durante horas, que amamanta a sus
crías, que nacen vivas de su barriga…

¿Vosotros qué pensáis? Serafín concluirá que aunque viva en el mar, la


ballena es un mamífero.

Después hablará con él un caballito de mar, con dudas existenciales


sobre si es caballo o pez.

A continuación veremos llegar a una pingüina como él, preguntándose si


será ave o pez.

Serafín le dirá: “tu eres un ave, pones huevos, querida ¿qué duda cabe?“
Por último, Serafín tendrá que clasificar al animal más difícil de todos:
un ornitorrinco que llega desde Australia, muy cansado de tanto nadar.

La duda existencial del ornitorrinco es muy complicada de resolver: no


sabe si es ave, mamífero o pez.

Y es que tiene pico de pato y pone huevos pero alimenta a sus crías con
su leche. ¡Y además puede nadar y bucear como un pez!

El pobre ornitorrinco quizá está un poco triste: “parece que me hicieron


con las sobras y por eso tan pocos conocen esta obra”.

También podría gustarte