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MARÍA ANGÉLICA ILLANES OLIVA

La batalla de la memoria
E nsayos históricos de nuestro siglo

C hile , 1900-2000

P lan eta / A riel


Este libro corresponde al volum en XXI
de la Biblioteca del Bicentenario

© M. A ngélica Illanes
Inscripción N° 125.319 (2002)
Derechos exclusivos de edición en castellano
A C arlos, D a fn e y Ju lieta
reservados para todo el m undo
© Editorial Planeta Chilena S.A. A m i g e n e ra c ió n
Santa Lucía 360, 7" piso, Santiago (Chile)
© G rupo Editorial Planeta

ISBN 956-247-287-6

Diseño de portada: Patricio A nd rad e


Fotografía de la dem olición del muro
del ex C uartel Terranova de Villa Grimaldi
(archivo de la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi)
C om posición: Salgó L tda.

Prim era edición: abril de 2002

Im preso en Chile por


Im prenta Salesianos

N in gu na p arte de esta publicación, incluido el diseño de la cub ierta, p ued e ser


rep ro d u cid a, alm acen ad a o tran sm itida en m an era alguna ni p o r ningún m e­
dio, ya sea eléctrico, quím ico, m ecánico, óptico, de grabación o de fotocopia,
sin p erm iso previo del editor.
INDICE GENERAL

Introducción 11

El acontecimiento 17

I. Germinaciones 21

Lápiz contra fusil. Las claves de un nuevo siglo. 23

Tradición y modernización de la clase obrera chilena 43


Erótica social 57

II. A justes 75

El regreso de la patrona 77

Fuerzas A rm adas, medicina y servicio social en Chile.


El caso de una contrarrevolución multi-disciplinaria
1924-1932 101

El cuerpo del pueblo y el socialismo de Allende


(Frente Popular) 123

III. Temblores, Cataclismo y Revisionismo 133

Apocalipsis en el sur. Chile, 1960-1973 135


La caída del mito de la "diferencia" 163
Reforma + Revolución 177
IV. Post-modernismo 189 IN T R O D U C C IÓ N

Historiar esta historia.


Temprana crónica de la post-dictadura. 191
Juego a dos columnas 205 1
Lautaro: paradigm a para un neoliberalismo desatado 217
La película Fahrenheit 451, basada en la obra del novelista estado­
unidense Ray Bradbury, m uestra el problema de la represión de
V. De desgarramientos y esperanzas 225 la memoria cultural de la hum anidad, a través de la quema gene­
ral de todos los textos producidos a lo largo de su historia. Dicha
El ritual del interrogatorio 227 incineración se hace a nombre de la construcción de una sociedad
Desaparecidos en el m ar 237 feliz sustentada en el olvido de su escritura. No obstante, surgen
grupos que se resisten a dicha represión cultural y que se reúnen
Epílogo 249
en los bosques y lugares apartados y asumen la tarea de apren­
derse cada uno un texto, adoptando el nombre de su autor y el
título de la obra y grabando en la m em oria, frase tras frase, la
trama de su escritura. Cada una de las personas de la resistencia
son los "hom bre y mujeres libros" que encarnan los textos arroja­
dos al fuego del olvido. Así resguardan la m em oria para el tiem ­
po de una nueva libertad; este sería el m omento en que recitarían
a las nuevas generaciones dichos libros, para que éstas los re-es­
cribiesen.

A pocos días del golpe militar de 1973, la noche de la ciudad dor­


mía. Pero muchos de sus habitantes trabajaban recogiendo, selec­
cionando y preparando los nombres que arrojarían en distintos
puntos al amanecer. Estos serían recogidos a prim era hora, por el
camión basurero que los llevaría al vertedero del anonimato co­
lectivo.
Después de recoger sus carnets, brazaletes y papelería de todo
tipo y de dejarlos junto a un canal, varios jóvenes que habían es­
tado ocupados en aquellos afanes de auto-limpieza nocturna, se

11
12 MARÍA ANGÉLICA ILLANLS LA BATALLA DE LA MEMORIA" 13

sintieron aliviados. Habían adquirido el anonimato que protege­ .nado tesón, ha llevado adelante estos años la lucha por los dere­
ría sus vidas. Luego una délas mujeres del grupo tomó el bus que chos y la justicia. Es la:batalla de la memoria la que, a .través de
la llevaría por Vicuña MacEenna hacia la plaza Italia. diferentes expresiones de sus textos culturales, recupera a cada
Entonces lo vio: un cuerpo yacía tirado en medio de la aveni­ . momento una fracción de nuestra libertad mutilada. Es esta bata­
da, brazos abiertos en cruz. Paradero 5. Bajó. Allí estaba aún: cor­ lla la que moviliza los- miembros paralizados del miedo, la que
pulento, solitario, desnudo, asesinado, frío. Anónimo. hace circular el oxígeno de la creación crítica entre una fracturada
—¿Quien eres?— le preguntó. - colectividad que a menudo se reúne al calor de su fogata . La
Recorrió su cuerpo con sus manos, leyendo la forma de su batalla de la cultura como memoria es, al parecer, la política para
figura; auscultó su pulso; puso su boca sobre el borde de la suya, la democracia futura. Ella está en plena lucha por la re-escritura
su oído izquierdo sobre el suyo; se hundieron sus ojos en sus ojos ■ de los textos que se guardaron en la memoria viva de los bosques
y conoció la caverna de su luz. Al fin ella dibujó Pedro sobre su de los personajes de Ray Bradbury y en la memoria viva de todos
frente. La máscara de ese rostro se estampó e n el de ella, quien los que decidieron aprenderse y encarnar los cuerpos torturados
desde entonces busca apasionadamente la re-escritura de su his- y mutilados y arrojados al anonimato de una avenida, de una
toria. f o s a c o m u n , d e u n m a r b r a v ío .
Hemos visto la presencia incansable de las agrupaciones de
derechos humanos, re-escribiendo la memoria de Chile en las ca­
3 lles, en los escenarios, en los Tribuna les, en los medios de comuni­
cación. Hace algunos años se construyó un parque-memorial en
Desde una perspectiva hist'oriográfica, podríamos decir qüé des­ el que fue uno de los peores recintos de torturarle la dictadura: el
de hace algún tiempo se lía desencadenado en Chile lo que po­ Cuartel Terr anova o Villa Grima Idi. La editorial Planeta, con por­
dríamos llamar la "batalla de la memoria" . Batalla cultural que sigue fía, publicó El libro negro de la justicia chilena, censurado y perse­
a la omnipotencia de la represión; una batalla necesaria, cuya dia­ guido por ese poder del estado. Hace poco se exhibió la película
léctica confrontad onal tiene el poder de romper la parálisis Venda de Gloria Camiroaga, que lleva a poéticas imágenes la
traumática provocada por la acción de las armas, posibilitando la memoria de un grupo de mujeres sobrevivientes de la tortura.
restitución del habla de los ciudadanos, re-escribiendo su texto También se han inaugurado dos exposiciones de Guillermo
oprimido, especialmente cuando estas armas han violado brutal­ Nuñez, el destacado pintor chileno, ex-detenido y torturado, cu­
mente su cuerpo. Vivimos este interesante momento histórico yas obras pictóricas escriben la memoria negada en un lenguaje
cuando las distintas lenguas buscan ser restituidas a las corrien­ desgarrador y profundamente humano, que más que sumirnos
tes del1texto cultural histórico de la sociedad, condición y medi­ en la desesperanza, nos llena de luz. Se hacen continuas
ción de la libertad recobrada. ' . ' movilizaciones para la recuperación de la casa de José Domingo
En nuestra historia reciente, tan profundamente traumatiz'áda Cañas, ex cuartel Oyagüe, centro de tortura y desaparición de
por la omnipotencia del poder armado, la política no ha sido más prisioneros. En esta línea trabaja también el taller "Las historias
que él templo construido para calmar los apetitos y tentaciones que podemos contar", que busca recoger la memoria de la vida e
de los señores y los guerreros. ; ideales de los que fueron muertos por el terror de Estado.
Es, a mi juicio, la cultura de la memoria, la que con. un apasio- ' Cuento aparte es el notable acontecimiento de la detención
14 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 15

de Pinochet en Londres y su posterior declaratoria de reo, a partir siste sólo en llevar a los tribunales a los responsables? Creo que
del cual se desató una seguidilla de batallas de memoria, que cul­ ésta constituye una primera fase de nuestra batalla, la más
minó con una entrega de una supuesta lista, por parte de las fuer­ desgarradora, humana, justiciera e imprescindible. Pero debemos
zas armadas, de los "arrojados al mar" (diciembre del 2000). En entrar, a mi juicio, en una segunda fase y preguntarnos: ¿Qué es lo
este fenómeno se vieron comprometidas no sólo las agrupacio­ que sus cuerpos mutilados encarnaban? O, para decirlo de otro
nes de familiares de detenidos desaparecidos y de derechos hu­ modo, ¿cuál era el proyecto que mataron en sus cuerpos? ¿Cuál
manos en general, sino que se diseminó hacia todas las institucio­ era la biografía colectiva del obrero Pedro, arrojado en el parade­
nes del Estado. Si bien el gobierno quiso darle el carácter de "diá­ ro 5 de Vicuña Mackenna?
logo" a esta memoria reactiva, lo interesante fue el debate que Esta batalla, al mismo tiempo que realiza el acto de la re-es-
ello generó y las acciones que sigue provocando. critura de la memoria, debe dar a conocer las claves de su trama,
La lista de iniciativas en torno a la memoria es enorme, Pero abrir el debate acerca de su contenido, reabrir el proceso de su
no ha sido fácil; cada una de ellas ha sido fruto de una lucha. Los historicidad. Porque, ¿qué sacarían los hombres-mujeres libros
personajes de Bradbury pensaban que apenas llegasen los tiem­ de Ray Bradbury con recitar la memoria de su escritura si las nue­
pos de mayor libertad, los textos memorizados podrían ser re­ vas generaciones no son capaces de reconocerla y leerla? ¿Que
escritos y nutrir nuevamente el pensamiento crítico de la huma­ sacaríamos si la nueva generación solo puede darle a Pedro un
nidad. Se equivocaban. La dialéctica histórica en general y nues­ entierro digno y ponerle su negado nombre sobre una lápida?
tra historia en particular, nos enseña que cada nueva fase es una Hay una tendencia, representada en algunos discursos de
dama joven de rostro muy sonriente, pero que arrastra las pier­ abogados de los derechos humanos, de separar el hecho de la vio­
nas de su antigua vejez, con temor a caer a cada paso. lencia corporal cometida, respecto del proyecto histórico que di­
Desde todos los flancos, usando todas las estrategias, desde chos cuerpos encamaban. ¿Es separable?
el gobierno y la oposición, a través de la amenaza y la persuasión, Desde mi propia perspectiva historiográfica, nuestra batalla
y, especialmente desde el diálogo expiatorio institucional, entre de la memoria debe entrar, sin miedo, a perder la inocencia y en­
civiles y militares, se ha intentado poner vallas y obstáculos a la trar a este debate. De lo contrarío, corremos el riesgo de parali­
re-escritura de la negada1memoria de Chile a nombre de un futu­ zamos en la culpa histórica del pasado, asumiendo incluso ex­
ro feliz. Sin embargo, todos los obstáculos han sido impotentes. piaciones seudo-religiosas, como aquella declaración de un re­
La porfía del "retorno de lo reprimido" se hace históricamente cientemente elegido diputado por el norte cuando dijo, en un pro­
incontenible. En el curso de su despliegue, esta memoria ha ido grama televisivo de amplia audiencia, que debemos "pedir per­
re-escribiendo los títulos y los nombres olvidados, mientras ha dón por no haber creído en la propiedad privada ni en el merca­
ido y va abriendo el escondite del bosque camino de la ciudad, do". Es decir, trata de dar el ejemplo a través de esta acción de
recogiendo las vidas humanas desde los vertederos del anonima­ "pedir perdón", y al hacerlo, otorga equivalencia a la muerte co­
to. Al llegar al corazón de la urbe, ha clamado y clamará por jus­ lectiva desatada por el terror de Estado, con el proyecto de expro­
ticia. piación de la propiedad privada de algunos medios de produc- .
Sin embargo, mía pregunta asalta la inquietud. ¿Consiste la ción implantada históricamente en Chile a partir de los años 1960.
batalla de la memoria sólo en la recuperación de los nombres, en la Declaraciones como ésta muestran la relación entre proyecto his­
reivindicación de cada uno de los violados y asesinados? ¿Con­ tórico político y terror; pero más claramente aún, delatan la reía-
16 MARÍA ANGÉLICA 1LLANES

don histórica que existió entre el proyecto de cambio de la estruc­ EL ACONTECIM IENTO
tura de la propiedad y el genocidio. Esta relación constituye/ a mi
juicio/ una de las claves de nuestra historia contemporánea.
Así, creo que, junto con la condena de la matanza terrorista
de Estado de la dictadura, es necesario re-escribir y enseñar el
ideario cultural, el proyecto de sociedad que fue negado a través
de la quema de libros y a través de la masacre colectiva. Impor­ E n la lejanía de su refugio agazapado, el acontecimiento, vive, es­
tantes iniciativas se han comenzado a hacer en ese sentido, te­ pera y engorda su momento histórico.
niendo que mencionar, al menos, los ensayos de Tomás Moulián Hasta su audaz aparecimiento, la historia se creía segura, pi­
y Alfredo Jocelyn-Holt, los estudios históricos de Gabriel Salazar sando el suelo del devenir sobre "los porfiados hechos", que se
y Julio Pinto, entre muchos otros. Debemos continuar en este ca­ presentan en su exterioridad simple y manifiesta, se encadenan,
mino. Porque, si no se enseña ese proyecto, si no se le re-escribe, juegan o chocan entre sí, sin que nada amenace el horizonte de su
si no se debate crítica y abiertamente en torno al ideario social y cotidianeidad. Hacen su "noticia" sin que se note demasiado su
político que esos textos y esos cuerpos mutilados representaban, mayor o menor espesor. Pueden incluso pasar inadvertidos a quie­
la-batalla cultural no tiene sentido ni significación futura. nes los viven, porque ocurren al lado de la vida diaria casi sin
Porque la batalla de la memoria consiste en esto: en reconstruir afectar el propio ritmo de su ir y venir.
-a través de la re-escritura crítica de la memoria- nuestra perte­ Pero los hechos son las manifestaciones exteriores de algo más
nencia a algún proyecto histórico capaz de reunir las piezas de profundo y oculto: el proceso histórico, que teje la trama de una
nuestra fracturada tribu, reagrupando nuestras fuerzas para tan­ narración compleja que articula los actores, sus representaciones
tas otras batallas que habrán de seguir . Sólo de este modo los y los propios hechos; todos ellos se conjugan en una significación
jóvenes que cayeron -soñadores de un mundo mejor- cobrarán de sentido histórico, configurando el camino que ha tomado el
vida, al paso que retomaremos la hebra perdida de nuestra devenir. Nada lo detiene en su transcurso; el proceso es un dina­
historicidad. mismo auto-impulsado por medio de una apasionada relación o
En suma, la batalla de la memoria es, hoy día, la "batalla de a través de una lucha entre sus factores constitutivos.
Chile". Sin embargo, en su trayecto va generando y liberando una
energía que se acumula en alguna parte: en aquel misterioso y
desconocido lugar donde se cría el "acontecimiento".
¿Qué es este acontecimiento que se cultiva en el transcurso
energético del proceso histórico? Es la pregunta de este texto.
El acontecimiento es, de una u otra forma, en mayor o menor
medida, una revolución; una ruptura sistémica — en el sentido de
la dialéctica hegeliana—, o al menos una discontinuidad —al de­
cir de Foucault—, hendiendo la fisura de un corte cronológico, la
marca de una nueva fase. ' ■]■■■■'’■, ■. \
Al acaecer, el acontecimiento porta la clave significativa que
19
LA BATALLA DE LA MEMORIA
MARÍA ANGÉLICA ILLAMES
18

ción deja a la intemperie a la sociedad ante su propia precarie­


ha desatado su energía acumulada: porta una "diferencia" que dad, interrogando su pasado y su futuro. Movimiento sísmico
produce una acción de ruptura que desarticula el continuo del que, aunque deja en pie mucho de lo construido por generacio­
proceso histórico, haciéndolo perder el hilo de su transcurso. nes, es una invitación a construir lo nuevo sobre el nostálgico ci­
¿Cuál es, en qué consiste esta diferencial miento de sus ruinas.
Consiste en que en el acontecimiento acontece el "ser colecti­ ¿Dónde podemos ver el acontecimiento en nuestra historia
vo". No se trata de un ser abstracto, sino del rostro histórico de contemporánea?
un colectivo social que rompiendo su individuo, se reconoce en el El siglo XX ha sido, casi en su totalidad, un acontecimiento en
grupo. El acontecimiento es la emergencia de lo colectivo en la sí mismo. Por una parte, en su diferencia utópica, ha escenificado
plenitud de su figura. Figura extraña, otra, que sólo puede saber­ la emergencia del pueblo y de las masas urbanas a la vida públi­
se y reconocerse a sí misma en el acontecimiento, que consiste en ca, ha estallado en revoluciones sociales, ha abierto las compuer­
la puesta en escena, en la postura frente al espejo del sí mismo de tas del privilegio, legitimando la democracia, ha plantado la ban­
un colectivo histórico. Extrañada de sí la sóciedad se puede mi­ dera de la igualdad de oportunidades y relativizado el sagrado
rar en el acontecimiento y volver a conocerse en aquellos rasgos principio de la propiedad, ha llegado a la luna... Por otra parte, en
que hasta entonces permanecían difusos. El acontecimiento es su rostro antí-utópico, ha estallado mil veces en guerras mundia­
una claridad. les y locales, ha matado a los defensores de la justicia social, ha
El acontecimiento arrastra consigo los elementos del proceso fascistizado y militarizado el poder, ha devastado la tierra sub­
histórico del cual se alimentó; al mismo tiempo, tiene la capaci­ lunar... En todos estos acontecimientos, la sociedad del siglo XX se
dad de romper ese continuo, escenificando una discontinuidad o ha estremecido y mirado a sí misma con admiración y horror, ha
un nuevo proyecto de sociedad. Desde esta perspectiva, el acon­ tenido que interpretar y re-interpretar el texto de su pasado y su
tecimiento es un texto cultural completo, cuya lectura y descifra­ futuro,, ha tenido que construir lo nuevo.
miento permite vislumbrar algunos de los rasgos más relevantes Desde esta perspectiva, somos, chilenos de este territorio de
del pasado y del porvenir. El acontecimiento es, pues, una mani­ fin de mundo, fin de siglo, fin de milenio, un acontecimiento glo­
festación sintética y sincrética de la temporalidad histórica: pasa­ bal y local. No nos queda otra que miramos ante el espejo de no­
do, presente y futuro. El acontecimiento es un signo. sotros mismos.
En el acaecer del acontecimiento pugnan entre sí, en un con­
fuso juego de máscaras, las fuerzas de la conservación y del cam­
bio, de la opresión y de la emancipación, definiéndose incierta­
mente los destinos más importantes de una sociedad, colectiviza­
da en el campo de batalla de una lucha quizás fundacional.
Inmersa en el acontecimiento, el colectivo social despierta a su
historia y su memoria, viéndose sometida ya a la inseguridad y la
negación a lo desconocido, como a la esperanza y deseo de un
nuevo posible. El acontecimiento es un mito.
El "acontecimiento como diferencia" es un terremoto de gra­
do variable, dentro una escala de 6 a 9, cuya manifiesta presenta­
I
Germinaciones
I LÁ PIZ CONTRA FUSIL
LAS CLAVES P E U N N U EV O SIGLO.
•>
' SANTIGO-IQUIQUE, 1900-1907

1. Santiago : presagios en u n comienzo

E l anuncio de la llegada del nuevo siglo a través del disparo de


fusiles apostados en la Plaza de Armas de la capital, repugnó a
los obreros demócratas y así lo estamparon en su texto: deseaban
que fuesen los últimos disparos que presenciase el pueblo chile­
no. Por su parte, miles de representantes de este pueblo que se
hallaban allí reunidos, gritaron su sueño estratégico: "¡Viva la fra­
ternidad universal, viva la unión de los obreros, viva la libertad,
viva la democracia, paso al siglo X X !" 1.
Muchas fiestas populares diseminadas... Era un siglo que
advenía diferente; presagiaba un nuevo protagonismo: el del pue­
blo. Así lo había expresado el partido demócrata en el acto que
había organizado: "el siglo XX nos pertenece y si los padres de la
patria se sacrificaron en el siglo XIX para romper las cadenas que
nos aprisionaban, sus hijos siguen la huella de Francisco Bilbao,
que gritó a la faz del mundo: ¡Igualdad i fraternidad!, grito que se
ha seguido repitiendo (...) propagando por todas partes la igual­
dad del derecho que a todos los proletarios nos asiste en el repar­
to de la administración pública." Un siglo "que trae para el pue­
blo días de luz eterna — la ciencia y la ilustración— días de paz y
de riqueza, por la abolición del Militarismo i por la independen­
cia económica que efectuará el proletariado"12.
La nueva lucha popular sería ínter-generacional. Buscaban a
sus hijos; había que unir las piezas de la gran cadena que a lo
largo del tiempo había construido la historia de los oprimidos.

1. La Democracia, arí. "La entrada". Santiago, 6 de enero, 1901.


2. Ibid., 24 de febrero, 1901. "El partido democrático en el siglo xx".

i
LA BATALLA DE LA MEMORIA 25
24 MARÍA ANGÉLICA ILLANES

Pero no se trataba de la confrontación de dos "enemigos" cla­


Desde el extremo de este siglo, se debía tirar con fuerza de ella,
ramente distintos y capaces de reconocer trinchera propia: la elite
hasta arrancar sus raíces. Llamaban a la juventud a despertar: la
construía su ejército con los miembros del propio pueblo. El fusil
gran tarea secular comenzaba: "Ven ardiente juventud, ven sin
empuñado por éste en defensa de la elite constituyó la clave de la
dilación a conquistar el ideal deseado: la redención de los escla­
defensa del régimen de poder en el nuevo siglo, fenómeno que se
vos. El siglo que comienza es nuestro siglo. Despierta, juventud,
realiza a través de la colonización interna de las fuerzas sociales
despierta. / No hagas caso de los que digan que es utopía la com­
potencialmente productoras de infidelidad.
pleta emancipación humana; que es una quimera la completa
El otorgamiento de fusil al pueblo reclutado era no sólo una
igualdad social entre los hombres. Son políticos mercaderes, ser­
vía de apropiación del "enemigo", sino también consistía en do­
viles aduladores del poderoso los que tal afirman. En tiempos
tar de poder a su cuerpo: poder de su cuerpo como fierro erecto,
pasados, creíase una utopía la realización del estado social en que
como grito alzado, como golpe de talón en taco, como giro auto­
hoy vivimos. Las mejoras obtenidas en nuestras continuas luchas,
mático de miembros. Un cuerpo-pueblo hecho máquina armada,
garantizan el triunfo de nuestros ideales, dé verdadera libertad,
instalada al lado de la Casa del Poder. De este modo, la interven­
de completa emancipación. (...). / Despierta, juventud, despierta.
ción sobre su cuerpo era no sólo disciplina; principalmente con­
Oye el poderoso gemir de las víctimas de la tiranía del pasado
sistía en el otorgarle poder corporal para extraerle poder mental;
siglo, al que precedieron dieciocho centurias de aún más horrible
en entregarle poder físico individual para extraerle poder social.
servidumbre; son nuestros padres que claman por nosotros,
Se trataba de la fundación de su cuerpo como fusil erecto, pene
conjurándonos a que luchemos para no llegar al estado miserable
mecánico no precisamente para el amor.
en que ellos vivieron, vejados por la esclavitud de que fueron víc­
La ira de Recabarren no tenía límites: "El atentado más infa­
timas; esclavitud que nos legaron y de la que es preciso emanci­
me que se lleva a cabo en estos momentos es el cumplimiento de
pamos, acabando de romper las cadenas que nos aprisionan. /
la odiosa ley del servicio militar obligatorio. / Cuando se aprobó
Despierta, juventud, despierta,/ El siglo que comienza es nues­
esta ley la fustigamos con toda la energía que nos fue posible,
tro"3.
pero, lo confesamos verdaderamente, nunca comprendimos los
Era el optimismo obrero finisecular, afirmación de certidum­
desastrosos efectos que está encaminada a producir entre las cla­
bres y triunfalismos, de nuevo orgullo de clase.
ses trabajadoras. / Desde hoy, cuando se efectúa esa inscripción
Sin embargo, este optimismo estaba envuelto en nube obscu­
en todo el país, juramos vengarnos de los miserables que han aten­
ra. Esa juventud popular que supuestamente debía forjar la nueva
tado tan temerariamente contra lo que más apreciamos: la liber­
aurora, era masivamente reclutada en cumplimiento de la Ley de
tad i los derechos que nos otorga la Constitución". Ante la acción
Servicio Militar Obligatorio, ley que debutaba en el país. Esta ley cons­
de esta ley la burguesía se presentaba ante los ojos de Recabarren
tituía uno de los golpes estratégicos más certeros dado por el régi­
"como una enorme furia que se abalanza sobre nosotros en estri­
men contra el movimiento obrero y tendría gran repercusión en la
dentes convulsiones para devorarnos con su eterno apetito de
historia del siglo. De este modo, si bien el pueblo se aprestaba a la
sangre popular"4.
lucha secular, el régimen se preparaba en su propia defensa.

3. Ibid., Santiago., 14 de abril, 1901, "Despierta juventud'', firmado por A. 4. Ibid., 3 de febrero, 1901. "El Servicio Militar Obligatorio".
-Ramírez del Castillo.
26 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 27

El discurso de Recabarren denota un sentimiento de derrota diana! Vestido, aseado, pronto, mi teniente. ¡Los rezagados! ¡Al
sufrida entre sus propias filas. A juzgar por numerosos textos de calabozo! Un, dos, armas al hombro, march... Vida automática y
la época, el pueblo se enroló gustoso en el Ejército, deseando epi­ servil, soldado. Toque de rancho. Es malo el rancho, soldado, pero,
sodios de gloria, de bandera y de patria, con paga de $10 men­ además, tu rancho asegura un sueldo de hasta mil, el gozo del
suales y vestido de uniforme, fusil y bototo (dejando atrás su jefe. Qué asco tanta inutilidad. Tanto que darías a la sociedad en
"patipelao" pasado peonal), factores suficientes para parir otro las artes, las industrias, los oficios, la ciencia, el espíritu puesto en
hombre: adicto/institucional y desadaptado de clase. Los diri­ acción del progreso; en vez de eso, bestia, bestia. Soldado, "tenedlo
gentes demócratas supieron ver que el servicio militar obligato­ presente: todo el que haya pisado el cuartel lleva en sí el germen
rio era una vía a través de la cual la clase dirigente haría de los de su desdicha, principalmente por una falsa idea del mando i de
soldados "verdugos de sus propios hermanos de trabajo"5. la obediencia, que hacen de vosotros probables candidatos para
El nuevo siglo se sustentaba, por una parte, sobre esta arma el despotismo o el servilismo." Hasta el modo de mirar os pro­
estratégica, el fusil, mecanismo de cooptación del pueblo por par­ graman y no eres libre de hacerlo a voluntad... autómatas, os matan
te de la elite, destinado, en buena medida, a reprimir la amena­ la inteligencia y el sentimiento. Es para que podáis matar mejor, y
zante avanzada del movimiento obrero que se aprestaba a con­ para que se os mate mejor, soldado. Y todo en nombre de la pa­
quistar una cuota de poder en la república. Como contrapartida, tria, su negocio particular. "No, jóvenes, no continuéis sometidos
el arma que empuñará el movimiento obrero será el lápiz. Arma a tan bárbaras instituciones: no seáis vosotros el azote de los hom­
erecta, conectada a la corriente iracunda de su mente, de su vo­ bres de bien, no contribuyáis al sometimiento a un estado de co­
luntad y de su utopía. sas tan anómalo e inmoral". "Sublévate, soldado, vosotros y no
Este lápiz apuntó hada el pueblo-soldado: ellos sois los dueños de la fuerza. Servid a vuestros padres, a vues­
"¿Qué hacéis, pobres parias del cuartel, supeditados a vues­ tros hermanos i a vuestros amigos: ellos constituyen la patria de
tros jefes en todos vuestros juveniles anhelos? ¿No ha sonado to­ la paz, que es la única patria aceptable"7.
davía para vosotros la hora de razonar un poco sobre vuestra triste A cada paso los historiadores podemos reconocer en los tex­
situación personal i sobre el papel que presentáis ante la socie­ tos sociales de principios de siglo un hecho claro: la confronta­
dad? ¿Tenéis ojos y no veis que están defendiendo la causa de un ción política de clase se ha entablado en Chile. Nuestra pregunta
puñado de políticos, falsificados con el nombre de patriotas?"6. central y la intención de este ensayo es aproximarnos hacia una
El texto demócrata trata de objetivar la mente de los soldados: mayor clarificación acerca del carácter que asume esta confronta­
sacándoles el jefe de la conciencia, criticándoles los procedimien­ ción de clase, situando la masacre de Santa María — hecho
tos militares del cuartel; retándoles por la sumisión a que se so­ cúlmine— en el ámbito de esta comprensión.
metían, pareciendo borregos, cuando ellos eran semilla fecunda. En primer lugar, esta confrontación se define como un en­
El jefe acariciaba al perro, guardián del sultán; pero azotaba al frentamiento entre dos proyectos políticos de construcción de
soldado, vasallo del sultán. / ¡Todo el mundo de pie, que sonó la poder, sustentados y activados por las esferas directivas de las
clases opuestas. Se trata, a nuestro juicio, de la confrontación de
dos universos legales, normativos, respecto del modo de ordena-
5. Ibid
6. íbid., 21 de abril, 1901. "A los soldados", firmado por L.F. 7. Ibid
28 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 29

miento y jerarqúización de las clases sociales en la sociedad. Nos ca y su ordenamiento significativo es intervenido, tanto por parte
referimos a la dicotomía clásica sobre la cual se ha construido la del Estado/elite, como por parte del movimiento obrero, expre­
civilización occidental: dicotomía que otorga poder y superiori­ sión de la confrontación, refundación y modernización de las re­
dad a la mente que se identifica con el amo y que establece la laciones de poder en la sociedad.
inferioridad del cuerpo, que se identifica con el esclavo8.
Cada uno de los dos proyectos que se enfrentan en Chile a
partir de inicios de siglo —el de la elite en el poder y el del movi­ 2. IQUIQUE: LA INTERVENCIÓN POPULAR DEL CUERPO BURGUÉS

miento obrero— trabajará interviniendo sobre el orden y signifi­


cado de los elementos de esa dicotomía. Iquique, puerto y ciudad principal, desde donde a principios de
El movimiento obrero intenta otorgar poder racional, men­ siglo XX se extrae la mayor riqueza de la república, atrayendo gen­
tal, intelectual, moral a su clase, a partir de lo cual busca superar tes de todas latitudes, disfruta su bohemia cosmopolita, su ex­
su inferiorización histórica y fundar su nueva superioridad. Su tranjerismo, su babelismo lingüístico. Iquique es la superación de
texto representa el lápiz ilustrado puesto al servicio del pueblo, Latinoamérica o de la pampa que habita en el cholo, el indio, el
enseñándole, moralizándolo. A su vez, este lápiz popular trabaja­ roto. La pampa es el aire denso de lo real, del trabajo, de la ira del
rá reivindicando a su cuerpo como "trabajo" y como productor esfuerzo; Iquique es la liviandad del placer y el juego.
de la riqueza y el progreso, pero negándolo como instinto, como La elite iquiqueña tildada de "sociedad", construía su hábitat
fuerza bruta, ámbito de la tradicional inferiorización del pueblo.9 social en torno a la plaza Prat, al club, a los salones de juego y al
El movimiento obrero busca instalar al pueblo en el término su­ teatro. La lúdica urbana de los señores consiste en pasear su ojal
perior de la dicotomía, esperanzado de fundar, así, su nuevo po­ en la flor de la plaza y en bailar cintura torcida en el club, espe­
der y advenimiento. rando su whisky escocés. Parte de su "mundo" quedaba inscrito
Por su parte, la elite en su expresión estatal, se dirigirá hacia en la prensa local, la que publicitaba sus viajes, recibiéndolos y
el pueblo interviniendo también la dicotomía: paradojalmente en despidiéndolos, excitando los chismorreos en tomo a sus eventos
vez de inferiorizar el cuerpo del "esclavo" para justificar su do­ de sociedad. Esta elite construía su poder local en tomo al muni­
minación, le otorga'poder (bélico) al cuerpo del inferior para su­ cipio, cuyos cargos detentaban los criollos notables vinculados al
bordinar su mente. El Estado hacía, así, del cuerpo del pueblo, salitre inglés, los que mantenían al edilato en bancarrota, termi­
cuerpo propio sin clase propia. Por su parte, la intelectualidad obrera nando el pago de rentas por patentes en las arcas del banco acree­
cuestiona la “superioridad de los amos”, descalificando su capacidad dor, Eran "sus" pequeños y locales espacios de poder, indis­
directiva o el supuesto “natural poder de su mente”. putados e indisputables.
Vivíamos, pues, en nuestro país, un momento importante de A su alrededor pululaba una dase media criada en torno al
la historia de la civilización occidental: cuando la dicotomía clási­ boliche y al comercio de toda índole, que no se restaba de los
placeres lüdicos y sociales, especialmente realizados en los loca­
les de sus sociedades de socorros mutuos que protegían los aza­
8. Véase Aristóteles, La Política. res de su nuevo estar. Resaltaban las sociedades de señoras, las
9. Por eso los dirigentes obreros hacían campaña permanente contra el al­
coholismo, la prostitución y todo aquello que pueda definirse como "vicios del que a través de rifas y eventos sociales, juntaban caudales para la
cuerpo". beneficencia y el hospital.
30 MARÍA ANGÉLICA ILLANES
LA BATALLA DE LA MEMORIA 31

La plaza Condell era el espado público de reunión de la clase taba y seguía los pasos de la cotidianeidad del estar-ahí y que no
popular y de obreros que salían a airear sus noches en familia. tenía en sus miras crear opinión crítica o hacer denuncias que
Allí eran vigilados permanentemente por individuos en ronda, incidieran en una suerte de "cambio".
armados de gruesos garrotes: la "policía secreta" que tenía poco El Pueblo, por el contrario, saca a luz, devela, rompe el secreto
de secreta y mucho de excreta: se olía a distancia. Su presa favori­ de los documentos, de los actos del municipio, con el objeto de
ta eran los forasteros, a quienes se apresaba y fichaba bajo cargo apropiárselos el pueblo iquiqueño y encontrar los fundamentos
de sospecha. La secreta policía rondaba, además, todos los aloja­ para el ejercicio de su crítica y de su soberanía en el habitar local.
mientos, posadas, hoteles, agencias de vapores, controlando nom­ “El Pueblo, verdadero defensor de los derechos de todos y para
bres y datos de los recién llegados y sus movimientos. Profilaxia todos, inaugura hoy un proceso público, que como consecuencia
local preventiva: ordenamiento o control del espacio social ha de traer la exhibición al desnudo de los que hasta hace poco
transhumante10. formaron la mayoría municipal, aún imperante." Ofrece, así, El
La tendencia de los diversos grupos sociales era constituirse Pueblo al pueblo los documentos en los cuales se constatan los
en sociedades particulares, en salones estanco que intentaban cons­ escándalos y los negociados del poder local . Describe el diario
truir una suerte de identidad ante los desafíos de la superviven­ popular a "Iquique por Dentro y por Fuera", desbancando las
cia y de la transitoriedad. figuras estatuarias del poder en la localidad, destapando sus
No eran ajenos a este fenómeno los trabajadores estables de vergüenzas y sus humos, para que el pueblo "abra sus ojos"12.
Iquique, los que desde la década de 1880 se habían ido organi­ La iniciativa de Osvaldo López forma parte de la avanzada
zando y conformando sociedades obreras de socorros mutuos11. de fin de siglo del periodismo popular en Chile por romper una
Desde el punto de vista del movimiento social, Tarapacá tenía fisura, abrir un hueco y emerger un texto popular propio, en el
gran potencialidad. Pero este movimiento, con expresiones campo del espacio social local de circulación y reproducción del
societarias ya consolidadas y que había protagonizado batallas discurso. La prensa constituye la textualización física de un pen­
en tiempos de la guerra civil, eran sociedades más bien samiento que "circula", ocupando un lugar visible, externo, ca­
endogámicas. llejero, en el seno del habitar local. Esto constituye sin duda un
Con el objeto de quebrar el particularismo societario obrero y hecho incisivo en el campo de la constitución del pueblo como
abrirle un horizonte social, político y nacional, se instaló en Iquique escritura, expresión de una voluntad de poder.
en 1898 el conocido periodista Osvaldo López, con el arma revo­ Estamos, así, en presencia de un importante momento de re­
lucionaria finisecular: el lápiz popular o el periódico El Pueblo que volución civilizacional, consistente en el acto de inversión por
salió a la luz pública el 20 de diciembre de 1898. La publicación parte del lápiz popular, del orden y jerarquía de los términos de
de este periódico produjo un inmediato quiebre en la acompasada la dicotomía clásica, identificando a la elite o la burguesía como
intrascendencia local, fomentada por los principales diarios un cuerpo al que hay que desnudar, al que hay que desinflar, pin­
iquiqueños, tales como El Nacional y La Patria: prensa que disfru­ chándolo con la punta aguda de la pluma. Un cuerpo en exhibi­
ción para el conocimiento de sus malformaciones por parte del
médico/pueblo.
to. El Pueblo, Iquique, 31 de diciembre, 1901.
11. El tema está estudiado en Julio Pinto, Trabajos y rebeldías en ¡a pampa
12. El Pueblo, Iquique, 14 de septiembre de 1899: "Proceso Público".
salitrera. Universidad de Santiago, Santiago, 1999.
32 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 33

López interioriza a ese cuerpo —llama a la municipalidad blicaba las denuncias de los trabajadores, hacía justicia difundien­
"burricipalidad"— mandándola al rincón de los burros o de los do el abuso, noticiaba para la historia su esfuerzo en la pampa,
castigados y exhibiéndole sus miembros y prostituciones. López, legitimaba su vida en ese pedazo desierto de planeta; El Pueblo
a nombre de la "comuna autónoma", viene a democratizar el po­ era su poder-de-habitar.
der local con su prensa y su lápiz, con los que irrumpe a pertur­ Como todos los periodistas populares de la época, López lu­
bar la ciudad privada, libido de los señores, para fundar la ciu­ chaba contra bravos vientos y mareas. Era un porfiado de las le­
dad racional, democrática, la ciudad política, moderna; la ciudad tras y los tipos, era su misión, su apostolado. Sólo a garrote y
al servicio del pueblo. cuchillo pudieron abatirlo. Temporalmente.
De este modo y, en segundo lugar, esta confrontación de cla­ Un domingo 29 de octubre de 1900, en pleno centro y vía
se finisecular queda claramente expuesta en la acción de López pública de Iquique, a López lo asaltaron y apuñalaron varios
en Iquique, es decir: López ha venido a instalar al pueblo en la encapuchados, en un claro intento de asesinarlo y acallarlo. López
ciudad de la razón y de la mente; viene a construir la superiori­ fue a parar al hospital gravemente herido, pero no faltó quien
dad del pueblo en el seno de la dicotomía clásica y a entregarle, retomara la pluma para fustigar la barbarie y ensalzar las luces y
correspondientemente, las llaves de la nueva ciudad, quitándole la civilización: la prensa, "madre casi divina", sembradora de vir­
a la elite la exclusividad en el poder local. tudes, "savia de la democracia", escribió. ¿Cuál era el motivo que,
López había participado en la fundación y redacción de prác­ a su juicio, explicaba el alevoso hecho criminal? Los tiranos y go­
ticamente todos los periódicos populares fundados hasta enton­ biernos comunales que desfalcan las arcas, dijo, tiemblan ante la
ces en el país: La Razón, La Igualdad y El Demócrata de Santiago, El Prensa Popular14. El asalto sufrido por el editor de El Pueblo fue
Pueblo de Valparaíso y El Demócrata de Concepción. No existien­ expresión del costo que significaba la "crítica popular" instalada
do, en ese momento, ningún periódico popular en Iquique, a pe­ en un espacio alimentado por el adulo y el laisserfaíre. López era
sar de las varias sociedades de obreros, López habría de provo­ la osadía de la escritura de denuncia y eso costaba caro, hasta la
car, con El Pueblo, una ruptura importante. Las dificultades y sin­ vida o al menos, la herida. ¿Quiénes fueron sus autores? Las in­
sabores de su salida a luz cada semana eran muchísimos: sólo dagaciones populares llegaron a establecer los culpables: la poli­
contaba con el apoyo o el financiamiento de la misma clase obre­ cía de Iquique15. 1
ra. Tres sociedades lo apoyaban: la Gran Unión Marítima, la Pro­ Al cicatrizar la herida, la sangre del entusiasmo periodístico
tectora de Trabajadores y la de Panaderos L\ Pero quienes hacían el de López recorrió con mayor fuerza su cuerpo. Muchos lo habían
mayor aporte al periódico eran los trabajadores de la pampa, los
que continuamente hacían llegar sus pesos y se preocupaban por
la vida, salud y permanencia de ese lápiz popular. 14, Ibid., 12 de noviembre, 1899. "El crimen del domingo 29 de octubre y la
El Pueblo, efectivamente, se había diseminado por la pampa. prensa."
Semanalmente llegaba, en las distintas estaciones de ferrocarril, a 15. Se inició un proceso judicial para lo cual se tomó detenido a Tomás
Marincovic, a quienes los ofendidos designaban como autor de las lesiones, y a
manos de sus numerosos corresponsales en las distintas oficinas,
Froilán Guzmán, agente de la policía secreta. "El resultado general del sumario
tejiendo una red comunicativa Iquique-Pampa. El periódico pu-13 arroja fuertes presunciones de culpabilidad como autor del delito contra el pro­
cesado Marincovic, pero no prueba plena ni suficiente como para condenarlo."
("Proceso contra Tomás Marincovic por las lesiones inferidas a don Osvaldo
13. Ibid., 26 de octubre, 1899. "Contestemos" López y Carlos Lazo) En: El Pueblo, Iquique, 31 de octubre de 1901.
34 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 35

visitado en el hospital, cientos de cartas de adhesión, numerosas Dos amos con inicial P mayúscula, que no eran sino sólo uno,
reuniones se habían producido entre los trabajadores de la pam­ reinaban en las 80 oficinas existentes en 1903: el Patrón y el Pul­
pa para condenar el hecho y enviar dinero para apoyar la publi­ pero. Lo que pagaba la mano del primero, lo quitaba la mano del
cación de El Pueblo. Esa cuota de sangre derramada había desper­ segundo y así configuraban la simbólica vuelta circular de la P:
tado las energías y las conciencias. López retomó el lápiz, dando semi-círculo que sale y vuelve a su inconmovible y única vertica­
inicio a una nueva etapa: con el apoyo de muchos y con el objeto lidad.
de consolidar el periódico obrero de Iquique, se formó la Sociedad La noticia del asalto al redactor de El Pueblo levantó la ira de
de la Prensa, la que quedó constituida por trabajadores accionistas un lápiz desconocido de la pampa: la del poeta popular Rosario
de Iquique y de las diversas oficinas salitreras. Calderón. Su escritura irrumpe desde la oficina Virginia, para de­
En suma, la ofensiva civilizacional popular había dado una dicarle a López sus primeras quintillas, definiendo su propia es­
batalla en esta lucha por la inversión de los términos de la dicoto­ critura como de "palabras sencillas", siendo "mis ideas miopes",
mía. De ella salía herida, pero incólume. La lucha se propagaría y disculpándose, así, ante los lápices eruditos de la ciudad. " El
proseguiría. Pueblo con sus lecciones / ilumina la conciencia", versea Calde­
rón, "siempre dice la verdad / sin abrigar cobardía; / Y así la
razón está / en verdadera armonía / con lo que es legalidad"17.
3. L a P ampa : la nueva bandera de C hile Calderón busca otros lápices populares entre las oficinas de la
pampa; llama a los antiguos poetas de Atacama, su tierra, a poner
La pampa es un horizonte pálido que mide su lejanía siguiendo su canto y su lápiz en defensa del periódico popular y su editor.
la huella. De trecho en trecho es una aparición mística de humos De inmediato le responderá, desde la oficina North Lagunas, otro
viajando a la intemperie; de pronto es sólo el silbato del ferroca­ lápiz de poeta popular que, saludando el reencuentro con Calde­
rril, atravesando, entre oficinas, el espacio/tiempo. Desde los años rón, sale también en defensa de Osvaldo López. Es el poeta
posteriores a la guerra del Pacífico se veía hormiguear en la pam­ Casiano Aguirre, "un roto atacameño", tal como él se define, "po­
pa salitrera a miles de trabajadores, entrecruzándose sus nacio­ bre yo en mi destino / y no anhelo distinción / ni me pongo en
nalidades andinas. Interminablemente recorren la piel seca de la* parangón / de inteligencias propicias", dice, cuyo lápiz también
pampa, asentándose al fin en sus costras, para hacerlas estallar empuña para gritar: "Viva El Pueblo y sus cajistas/ viva el valien­
en milpedazos, escarbando luego su herida y acopiándola como te Editor; / y viva el trabajador / que honrado existe a la vista"18.
su objeto de mercado en venta a "la oficina" por pocos pesos. Era Calderón continúa llamando el lápiz de los poetas populares,
la "gente de la pampa", conformada por "los particulares": esto estimulando al de su compadre y amigo de su padre, Felipe Mar­
es, los calicheros, los barreteros y los carretoneros. cial Garcés, de la oficina Cataluña. "¿Qué ha hecho usted el mate­
Y luego estaba la "gente de la máquina" que' trabajaba en el rial / que en otro tiempo tenía?", le versea a la distancia, extra­
proceso de elaboración del salitre, como carpinteros, herreros,- ñándole mucho su silencio, le dice, ante los hechos que están ocu-
m ecánicos, fogoneros, chancheros, ripiadores, chuvadores,
retiradores, güincheros; en total, unos 30.000 obreros16. 17. R. C., "Quintillas populares", Oficina. Virginia. El Pueblo, Iquique, dic.
12, 1899.
18. C.A.E. "Cantares pampinos de un roto atacameño", ElPueblo, Iquique,
1 6 .Ibid. 19 de mayo, 1900.
36 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 37

rriendo. Y le aclara el deber que él cree le cabe en la hora a los Todos los acontecimientos, nacionales y locales, estarán bajo
poetas populares19. la vigilancia de sus lápices, trazando para nosotros la huella de
Al llamado de Calderón el poeta Garcés saca su voz, recono­ su propia evolución histórica en el seno de la sociedad que les
ciendo la antigua amistad y lazo familiar que los une, anuncián­ toca vivir, en torno a lo cual van construyendo su identidad.
dole su despertar: "hoy que mi cerebro empieza / a inspirarse Una construcción que, a todas luces, va señalando el camino
lentamente". Y "con el ardor más ferviente, le dice,/ marchemos del cuestionamiento al sistema social y los aparatos de poder
los dos de frente / en la más completa unión. / Y armados de la imperantes en Chile, a medida que es ese mismo sistema el que
razón / batamos heroicamente/ a esa canalla insolente / indigna protagoniza actos de abierta ruptura con el pueblo. Como el in­
de compasión. / / Es deber de todo hermano / poner al frente su tento de asesinato del editor López. Sin embargo, el quiebre deci­
pecho / y defender el derecho / del honorable artesano"20*. sivo se produce a raíz de la matanza de los huelguistas del carbón
La trilogía de lápices populares ha establecido su red de avan­ y de los astilleros en Valparaíso en 1903: punto de partida de una
ce y su estrategia. Otros muchos los secundarán, abriendo el pe­ relación con el poder de las elites que se hará progresivamente
riódico El Pueblo una sección especial para la "Poesía Pampina". irreconciliable. La conciencia de los estragos que ya causa el mili­
La escritura de su canto es su herramienta de lucha; acción que se tarismo, tan temido por los demócratas del 900, es expresión ma­
empapa de calificativos de combate, de heroicidad y osadía. La nifiesta en la poesía de Calderón:
poesía es su milicia y su campo de batalla, a través de la cual Nunca se sacian los ambiciosos / aunque millones ten­
exhiben los poetas obreros su pecho al frente y al desnudo. gan por miles; / los salvaguardan con los fusiles, (...) //L o s
Estamos en presencia de un interesante fenómeno de inter­ muy pillastres son poderosos / con el apoyo de fuerza arma­
conexión entre dos tipos de escritura popular; la del artesano y su da; / la que de / obreros siendo formada / no puede hacerles
órgano moderno de expresión, la prensa, y la del poeta popular paz ni concordia. / / Esa entidad del militarismo, / son los
que escribe desde la tradición de la lira campesina. Ambas escri­ esbirros de los feudales (...) //E n Valparaíso, Coronel, Lota /
turas se ponen al servicio de una nueva causa común: la de la se han visto casos horripilantes, / siendo culpables / los go­
razón obrera. Tanto el periodista artesano como los poetas popu­ bernantes / que asesinaron tantos obreros. / Pueblo chileno
lares encarnan, a su distinto modo, esta nueva figura y 'gesta po­ y proletariado: / ya véis a Riesco cómo ha cumplido, / alhajo
pular de la civilización, en busca de la fundación del poder de la pueblo que lo ha elegido, / pues lo acaricia con bayonetas. /
razón obrera. / De esa hecatombre tómese nota / para escribir la futura
historia
El año 1903 el pueblo obrero ha abierto sus ojos. La poesía
19. "Compadre, haré referencia / de cuál es la propensión / de mi humilde
inteligencia. / Quiero ser en mi existencia / útil a mis semejantes / de los po­
popular de Tarapacá ha dejado la memoria de su ira y desenga­
bres ignorantes / que oprime la burguesía / adule mi poesía / con protestas ño, de su denuncia y su compromiso creciente con la causa del
delirantes. / / Espero que usted persista / también con el mismo tema / y a proletariado nacional.
ningún burgués le tema; al contrario, usted resista, / apoyando al periodista /
El periódico El Pueblo y su editor Osvaldo López continúan
que defiende al proletario / del proceder arbitrario / de todo rico pudiente; /
Eso hace el hombre valiente / y también humanitario". (Rosario Calderón, Ofi­
cina Virginia, en El Pueblo, Iquiqne, 7 de julio, 1900)
20. Oficina Cataluña, Felipe Marcial Garcés, El Pueblo, Iquique, 28 de julio, 21. "Musa Pampina". "Para El Pueblo", Rosario Calderón, Oficina Buena­
1900. ■’ ventura, julio, 1903. El Pueblo, Iquique, 18 de julio, 1903.
38 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 39

rompiendo la calma y el status quo del discurso oficial de Iquique. ca se han paralizado,/ apurando sus dolores,/ sin arribar al cal­
Nuevos poetas se han ido incorporando, sumando a la ira de los vario,/ los cristos, los redentores. / / Marcha sereno al martirio,/
poetas pampinos, el sarcasmo y combatividad propia del poeta si en tu sendero se puso:/ ¡nada importa sucumbir/ cayendo so­
urbano, especialmente Francisco Loayza, acerca de quien escribe bre el escudo!..."24.
un poeta: "Hoy, como ayer, te veo grave y fiero / esgrimir, con La noche del 20 de julio de ese año de 1906, la imprenta de El
bravura, de tu idea / la retemplada lanza que chispea, / y es ruda Pueblo fue envuelta en llamas. Humo para asfixiar los lápices ira­
y más temible que el acero. / / Como ayer, siempre invicto, cual cundos. Porque claramente el lápiz era un arma; un arma que si
guerrero / que se siente crecer en la pelea, / lanzas tu verbo a bien no mataba cuerpos, derribaba pedestales; que si bien no en­
quien, viril desea, / cual tú, luchar también cual el primero"22. terraba cuerpos, ensuciaba poderes; que si bien no atravesaba
Efectivamente, Loayza fue una gran guerrero del lápiz y del carnes, punzaba, afilado, mentes; que si bien no provocaba gri­
verbo. Quizás su bravura llegó hasta eclipsar la de los poetas po­ tos, rompía el silencio de los indiferentes.
pulares de la pampa, hacia el año 1906; Extrañado, entonces El lápiz era un arma que en vez de provocar pánico y estam­
Loayza los insta de nuevo a levantar sus lápices en son de comba­ pida, atraía y juntaba; era eje y no huida; núcleo y no cáscara;
te: "Tú, poeta, que subyugas / con tus estrofas soberbias, / estrofas punto de encuentro de corazones desperdigados.
que toma el pueblo / como banderas de guerra; / / tú, poeta, tú En medio de los destrozos carbonizados y el aire de cenizas,
que puedes / hipnotizar a la gleba, / ¿será posible que ahora / tu Loayza, poeta, se despide del pueblo, instándolo nuevamente al
espíritu desfallezca?". sacrificio, al "crucificio" y a la redención.
Loayza llama a los poetas populares porque éstos eran "los Escucha, pueblo, mis versos... / Yo soy tu poeta franco, /
conductores naturales de las masas, eran sus poetas, los que can­ soy de tu propia materia; / yo mis estrofas arranco / del fon­
taban su sentir y los educadores de su espíritu de conciencia críti­ do de tu m iseria.// ¡Basta ya de mansedumbre ... / De la
ca. Eran los anunciadores de la razón, sus profetas. Estamos ante gran causa al servicio / hay la vida que ofrendar; / tienes,
una interesante fase histórica en que la razón se hace a sí misma pueblo, que luchar, / luchar hasta el sacrificio. / / No temas a
desde la poesía, la que, con su seducción propia, penetra y abré 'la la opresión, / a los castigos extremos, / que entre martirios
razón, la sensibiliza y despierta. Una época en que se cree que la supremos / viene toda gestación. / ¡Bandera de redención /
fuerza de esta energía crítica dada como expresión integral com­ flamea sólo en retazos! / El ave sale del huevo / cuando éste
puesta de fe, sentimiento, poesía y pensamiento era por sí sola queda en pedazos!..."25.
capaz de producir la unidad de los trabajadores, unidad capaz de Bastante se ha discutido acerca de este tema del "sacrificio"
horadar las estructuras de la sociedad establecida"23. obrero en 1907. Creo que es necesario hacer una distinción entre
Y así, levantándoles a los poetas el ánimo de lucha, Loayza la idea de sacrificio como "entrega" y la idea de sacrificio como
los vuelve a instar al cumplimiento de su misión salvadora. "Nun­ "costo de una lucha" necesaria. Esta última es la idea de Loayza
al llamar al sacrificio a los obreros y que también está presente en

22. "Soneto" {A Francisco A. Loayza), Guillermo Vargas, El Pueblo, Iquique,


15 de m arzo, 1906. 24. "Alientos", Feo. A. Loayza, Iquique, abril 19,1906. El Pueblo, abril 19,
23. M. A. Illanes, "El Poemario", en: Poemario Popular de Tarapacá. 1899- 1906.
1910, Lom, Dibam, Santiago, 1998. 25. "¡Escucha!", Feo. A. Loayza, El Pueblo, Iquique, 21 de julio, 1906.
40 MARÍA ANGÉLICA 1LLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 41

la poesía pampina de esos años. Se trata de la necesidad del sacri­ se ha dictado en el monte Sinaí del salitre y que se levanta al vien­
ficio del cuerpo para fundar la superioridad de la mente y la ra­ to de los rostros, proclamando la occidental superioridad de la
zón como la vía para la salvación. El esquema es el "civilizacional razón del pueblo. Texto que los congrega, que es eje, fuerza cen­
occidental y judeo-cristiano". trípeta que los conduce, texto enarbolado a la entrada de las puer­
De ahí la referencia permanente que hace la poesía popular a tas de la ciudad, voceando su razón fundacional para una nueva
la figura de Cristo. Porque niegan la posibilidad de que se funde sociedad en el corazón de la plaza27.-
la razón popular de modo espontáneo: requiere del Calvario/ del Este es, a mi juicio, el sentido del pecho abierto de Briggs: el
"dolor, del sufrimiento, de la sangre y de la muerte, para dar como de la negación de un cuerpo obrero vilipendiado a través de los
fruto lo nuevo, la redención, la igualdad y la felicidad. Fenómeno siglos, cuerpo instrumento de su inferiorización y de su esclavi­
y proceso que también está presente en la naturaleza: después de tud. Por el contrario, el Texto del Pueblo enarbolado en el mástil
la muerte, el fruto; después del invierno, el verano; después de la de la escuela Santa María significa el acto de la fundación de su
noche, el día. Cristo encarna, más que una verdad religiosa pro­ poder o la nueva Ley de la emancipación de los esclavos.
piamente tal, una verdad natural. Unidad intrínseca entre un cristo-
ismo y un natural-ismo: su unidad significa un naturalismo virtuo­
so, humanista, en vista de una prometida salvación y de una so­
lución feliz. Cristo es la encarnación de la naturaleza como uto­
pía"26.
A pesar del incendio y de la partida de López y de otros re­
dactores hacia otros pagos, la prensa popular de Iquique no mu­
rió, siendo reemplazada por el periódico El Pueblo Obrero, que
renace el 18 de septiembre de 1907, día de la patria. Menor pre­
sencia tuvo en este periódico la poesía pampina; sin embargo, el
año 1907 Rosario Calderón y otros combativos poetas como el
poeta Sagasquino- (Delfín Concha), aguzan las puntas de los lápi­
ces de su escritura para denunciar los desfalcos salitreros de los
agiotistas al fisco, la carestía de la vida, la amenaza de huelga del
Congreso y, con especial ira, el proyecto propuesto al parlamento
de inmigración asiática. Entre las chispas de este aire crítico, los
ánimos tanto de los obreros como de las elites, están agitados.
En diciembre de 1907, el lápiz pampino ha terminado de es­
cribir su texto decisivo. Su Petitorio es la tabla de la nueva Ley que

27. Me refiero al Petitorio de los obreros salitreros en huelga en 1907. Ver


26. M. A.IÍlañes, "El Poemario", en: Poemario popular de Tarapacñ. Iquique, Eduardo Devés, Los que van a morir te saludan. Historia de una masacre. Iquique,
1899-1910, LOM, Dibam, Santiago, 1998 1907. LOM, Santiago, 1998.
TRADICIÓN Y MODERNIZACIÓN
DE LA CLASE OBRERA CHILENA
Elaboración cultural en la pam pa salitrera

Cuando hace poco más de un siglo/ navegaba desde Valparaíso a


Iquique el periodista popular Osvaldo López, a realizar, como
decíamos, su misión moderna — la fundación de ion periódico que
representase y fuese el vocero de las demandas populares—, su
diagnóstico era certero: Iquique y la pampa del salitre se consti­
tuían en un campo laboral y cultural en el cual era posible intro­
ducir un discurso político popular. López,venía a apropiarse de
dicho espacio, intentando construir desde allí una hegemonía
política obrera y popular en el gobierno de la ciudad y de la pam­
pa. La creación de su periódico El Pueblo, esto es, de su aparato
cultural, (20 de diciembre de 1898) se denominó así considerando
al "pueblo" en una dimensión amplia, especialmente en su acep­
ción de "ciudadano pueblo" destinado a ser educado para el idea­
rio del partido demócrata, partido popular de reciente formación.
Si bien el "pueblo ciudadano" era un concepto que se com­
prendía bien al vincularse con los artesanos de las ciudades y con
los trabajadores "crudadanizados" en la urbe y sus faenas aleda­
ñas, ¿cómo podía comprenderse la construcción de ciudadanía po­
pular en el vasto campo de la pampa del salitre, inmensa en el
horizonte de sus oficinas, de rostro silencioso planetario, disper­
sa, fracturada, social y culturalmente inorgánica y heterogénea?
La mayoría de sus trabajadores eran gañanes procedentes de la
provincia de Atacama y del altiplano perú-boliviano, los cuales
se trasladaban permanentemente de oficina en oficina y que en
su mayoría trabajaba a trato dinamitando y acarreando costras.
¿Cómo construir allí ciudadanía y política popular? ¿Cómo fun­
dar partido y política nacional y local?
44 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 45

Algunos estudiosos sólo han visto en la pampa un "obreris­ ro moderno y si este pampino tiene conciencia de clase, ¿cómo la
mo" puro/ enclaustrado/ sin relación con la cultura nacional, la cría y desarrrolla?
política formal y el Estado. Al parecer, este último es el plantea­ En suma, el campo socio-cultural y político-popular de la
miento que predomina respecto del movimiento social chileno en pampa se constituye en un dilema cuando lo tratamos de com­
el análisis latinoamericano. Por ejemplo, a juicio del argentino prender desde las categorías "puras" del proyecto moderno, ta­
Carlos Por tandero, en Chile se habría configurado un "obrerismo les como las de ciudadanía urbana o las de clase. Es necesario rom­
autónomo ", producto de una clase obrera criada como "masa per ese purismo, que es a lo que nos invita García Canclini en su
aislada" respecto de lo político- nacional- estatal, pensando ob­ obra Culturas Híbridas 29. Purismo que se organiza en función de
viamente en el ámbito de los trabajadores del salitre. Aislamiento pares de dicotomías opuestas y sin mediaciones entre sí. Según
que habría resultado, dice Portantiero, en la constitución de la García Canclini, para el caso latinoamericano, esta dicotomía ha
más poderosa relación entre trabajadores y cultura socialista en sido principalmente la de "tradición vs. modernización" y de "cul­
el continente"; no obstante, este obrerismo, a su juicio, se habría to versus popular", a través de las cuales se ha dificultado la com­
quedado enfrascado en un "corporativismo de clase", impidién­ prensión latinoamericana.
dole convertirse en partidos nacional-populares28. Hoy nos interesa, en cambio, la impureza, el pecado de la mo­
¿Se constituye el movimiento obrero de las salitreras como dernidad. Buscamos lo impuro, no porque hayamos renunciado
una masa aislada respecto del Estado y autónoma respecto de sus al conocimiento, por cuya senda ha transitado con bastante efica­
aparatos ideológicos, especialmente de la Iglesia? ¿Se construye cia la saciedad moderna, sino porque en dicha impureza intenta­
este movimiento como un obrerismo en ruptura con sus referen­ mos ahondar en las complejidades y profundidades de ese cono­
tes y aparatos políticos centrales y tradicionales? cimiento. Y, desde el punto de vista de Latinoamérica, se trata de
Por otra parte, si el campo socio-cultural del salitre fue el es­ legitimar la impureza de su mesticidad cultural, que yo preferiría
cenario de la configuración del clasismo enclaustrado al que alu­ denominar criollidad cultural. ( Porque, ¿acaso sólo los hijos de
de Portantiero, ¿cómo se constituyela "conciencia de clase" entre europeos han sido "criados" en América? ¿Acaso la "crianza" en
el pampino, tan disperso y disímil, tan gañán y poco trabajador en América —desde la conquista española— no es necesariamente
el sentido moderno o, en términos de la dicotomía sarmientina, mestiza, con la ventaja de que dicha "criollidad" nos permite ha­
tan bárbaro y tan rural y tan poco civilizado e ilustrado y cuya blar sin connotaciones biologistas ni clasistas?) A partir de esta
identidad, como ha establecido el historiador Sergio González, impureza criolla podemos quizás conocerla: en su tradición y su
era el de ser pampino más que cualquier otra identidad? A menu­ modernidad, en su yo y su otro; y, especialmente, desde su aquí y
do se ha postulado la existencia de algunas figuras anarquistas su afuera que la constituyen. García Canclini nos invita a pensar
que habrían liderado e intervenido exteriormente las masas, por Latinoamérica como una articulación compleja de tradiciones y
ejemplo, en la huelga de Santa María; no obstante, las últimas modernidades y nos invita a hacerlo en forma transdisciplinaria.
investigaciones del historiador Julio Pinto han desechado este Hoy día la revolución epistemológica de la post-modernidad y
planteamiento. Es decir, si el pampino es pampino más que obre­

28. J.C. Portantiero. "Gramsci en clave latinoamericana", en Nueva Socie­ 29. Ver Néstor García Canclini, Culturas híbridas. Estrategias pora salir y en­
dad, ¡n° 115, septiembre-octubre, 1991, p. 156 trar en la modernidad. Ed Sudamericana, Bs. As., 1995.
46 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 47

Latinoamérica confluyen: ambas se constituyen desde la realidad En general, el reencuentro de la historiografía con la literatu­
y el reconocimiento de su complejidad. ra y con la literatura popular, es decir, con los textos diversos que,
Desde esta perspectiva, parece especialmente interesante tra­ en la impureza de su Ínter reí ación, constituyen la cultura, ofrece
bajar en torno a una trans-textualidad dada por la interrelación la oportunidad a los historiadores de trabajar con la vida más que
entre historia y literatura. La primera, jugando en el campo de lo con la muerte, con el personaje más que con el documento, con la
socio-cultural colectivo y estructural, y la segunda en el campo memoria más que con el olvido e incluso con lo real más que con
de las subjetividades personalizadas, favoreciendo las mediacio­ lo ficcional. Pues, tal como dice Lukács, "la esencia de la
nes y los matices, penetrando en las-interioridades y en la vida. plasmación artística justamente consiste en que la imagen relati­
Mientras la historia es sin duda una disciplina que se empapó de va o incompleta de la realidad objetiva ha de causar la impresión
la modernidad cientificista y hasta purista, la literatura, a través de la vida, incluso de una vida concentrada, más intensiva y viva
de la libertad que le da la ficción, siempre ha podido escapar a los que la de la misma vida de la realidad objetiva"31.
cientificismos absolutos. En la interrelación entre ambas se está Vida- concentrada que denominaremos "encarnación". La en­
en el camino de la fundación de una nueva forma de conocimien­ carnación es, quizás, el verbo necesario para un nuevo conocimien­
to histórico-cultural: un conocimiento impuro o complejo, enrique­ to: histórico cultural, en el cual convive el sujeto y el objeto; don­
cido por la diversidad de los elementos que lo constituyen en sus de habita lo colectivo plasmado en un cuerpo que lo concentra y
múltiples redes e intermediaciones. Uno de los interesantes as­ lo "memorializa". La encarnación es donde lo general habita en
pectos de la poesía de los trabajadores de la pampa salitrera — de forma impura, particular y, por lo mismo, real.
la que ya hemos hablado— es que ella rompe con los esquemas Desde las aportaciones cognitivas de la poesía popular de la
conceptuales "puros" y simples con que trabaja el pensamiento, pampa, es decir, desde esta "impureza" del conocimiento, esta­
moderno. mos en condiciones de plantear que no hay allí "masa aislada" y
Al aproximarse al texto literario, la historiografía hace una que no hay "clase" versus "Estado". Que allí se elabora un pensa­
confesión de impureza. No es que en la literatura no esté presente miento obrero-popular desde un texto poético modernizado, pero
lo real-histórico, sino que este real es impuro: subjetivo, simbóli­ que emerge de la tradición popular cultural y política; que los
co, contradictorio, diverso, fragmentario: y en esto consiste justa­ poetas populares y su poesía pampina se dirigen persistentemente
mente su realidad, al decir de Lukács30. ¿Qué mejor ámbito, enton­ hacia lo político nacional en vista de insertarse en sus destinos.
ces, para ejercer el pecado de la modernidad que buscar la rela­ La vinculación al Estado y a lo político y a los partidos "his­
ción entre literatura e historia? De manera más radical aún, un tóricos" como el mismo texto popular los llamaba, constituye una
campo para ejercer un doble pecado desde la perspectiva de la tradición del pueblo artesano en Chile desde la formación
modernidad, es darle un status cognititivo e historiográfico a la portaliana, cuando se impone un modelo autoritario civilista. A
literatura inculta denominada "poesía popular1'. La modernidad le fines de la década de 1870, se dicta la ley de sufragio masculino
otorgaba a dicha poesía un lugar específico, no sólo fuera de lo no censitarío, lo cual estimuló las orgánicas obreras y el ejercicio
cognitivo, sino también fuera de "lo culto moderno": en lo "fo­ de su ciudadanía y su adscripción a los candidatos que militaban
lklórico tradicional". en el liberalismo y radicalismo. Si la clase obrera y popular chile-

31. Georg Lukács, op. cií, p. 106.


30. Georg Lukács, La novela histórica, Ed. Era, México, 1966.
48 MARÍA ANGÉLICA 1LLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 49

na había de construir su "autonomía obrerista" — tal como se ha cíón. Es el momento cuando la prosa racionalista rechazó la lira
señalado— ésta se hará desde esta línea de tradición: política y popular y el mundo propio y heterogéneo que en ella habitaba.
partidaria, intentando encaminarse hacia las vías institucionales Momento histórico decisivo de nuestra historia social. Algo que­
del poder. Y es esta tradición la que expresa el poeta Calderón y el dó extraviado en el camino: un saber popular reprimido por la
resto de los poetas pampinos que se van sumando a la red de lengua de la razón eficaz.
voces de la pampa, educando su poesía y castigando al pueblo Aproximémonos a este fenómeno centrando nuevamente la.
que vende votos en tiempos de elecciones, ilustrando, moderni­ mirada en la poesía popular de Tarapacá, una fuente inagotable,
zando al pampino desde la doble tradición: poética y política. La a nuestro juicio, para el conocimiento de la historia, vida y pensa­
tradición y modernización se hayan profundamente imbricados miento de una fracción muy importante de la clase obrera chilena
en el movimiento obrero de la pampa y así lo manifiesta la poesía (habiendo llegado a constituir, hacia 1930, un 70% de la pobla­
pampina. ción trabajadora activa nacional). Esta, a través de su agitación y
Respecto del evidente proceso de "modernización" del obre­ su diseminación por el resto del país en cada época de recesión
ro de la pampa, a la luz de la poesía pampina publicada en el del salitre, fue maestra de generaciones de obreros, plataforma
periódico urbano, nuestra hipótesis es que el proyecto moderno del Partido Obrero Socialista (que derivó en el Partido Comunis­
ilustrado es procesado por el trabajador pampino desde la tradi­ ta de Chile) e inspiradora de la legislación social chilena.
ción, la que habita en el lenguaje poético. En el seno de este lengua­
je, la modernidad es apropiada y re-elaborada por el pueblo, resol­
viendo el problema de la imitación o la copia. Por su parte, lo 2
moderno, que a su vez habita en el lenguaje racionalista, no niega
inicialmente lo popular tradicional en la pampa de Tarapacá; por A un año de publicado el periódico El Pueblo de Iquique, Osvaldo
el contrario, la tradición constituye el vaso comunicante entre López, su propietario periodista, fue apuñalado como dijimos, en
ambos. Desde la tradición y el lenguaje pre-moderno se prepara la plaza de la ciudad. Durante ese año el periodista popular ha
el camino del proyecto moderno. Es decir, el pampino educará, vulnerado la calma del discurso local, interrumpiendo su
será o hablará su "clase obrera" desde la lira campesina o popu­ cotidianeidad del "dejar hacer y dejar pasar" en materia de co­
lar y desde el complejo mundo que habita en dicha lira. rrupciones y abusos del gobierno local. Durante un año López ha
No obstante, hay un momento en que dicha transmisión en­ denunciado el mal gobierno y ha levantado la voz criticando las
tre lira popular y escritura racional se corta. ¿Es este el momento malas condiciones de vida y trabajo de los obreros del salitre. Ha
en que se funda el "purismo de clase" o el "clasismo enclaustra­ luchado por hacer circular sus páginas en la pampa, en espera de
do" con el que caracteriza Portantiero al movimiento social chile­ alianzas, corresponsalías y unidad de fuerzas.
no? A la luz del seguimiento que hemos podido hacer de esta El ataque al periodista, que lo tuvo al borde de la muerte,
poesía de la pampa en relación con la prensa ilustrada de Tarapacá, hizo brotar la poesía popular como una llama, que avanza infla­
creo que ese momento se dicta arbitrariamente por el discurso mando, abrazando, contactando la disgregación, la fragmentación
del intelectual orgánico moderno que reside en el aparato cultu­ y el silencio infinito y horizontal de la pampa. En diciembre de
ral obrero: es el momento cuando la "clase" se constituye desde 1899 ha brotado esta poesía popular de la pampa, como una mata
un único lenguaje, el cual niega el lenguaje donde habita la tradi- de raíz profunda y aroma conocido y como una espada punzante
50 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 51

reformadora del mundo, rompiendo el silencio de los ecos sin ¿Es Calderón un poeta popular tradicional o ha dejado de
límite. Con sus antiguas quintillas, cuartetas y décimas ella emerge serlo? Los conceptos de Calderón son ilustrados y modernos; no
como un poema épico y — como todo poema épico— surge a par­ obstante ellos están engastados en una poética tradicional y en su
tir del momento del reconocimiento de una crisis que "da cuenta condición popular. Como obrero y barretero del salitre Calderón
de la agudización histórica de las oposiciones sociales" 32, marcando el es "clase", como poeta Calderón es "pueblo", es campesino y es
punto de partida de un vasto movimiento crítico cultural en la tradición. Su lira popular entra a hacerse un espacio, voluntario­
pampa. samente, dentro del texto culto de la sociedad. Su modernidad
El poeta pampino despierta, remeciendo la memoria de la tra­ habita en la lira popular, con lo cual él puede hablar la moderni­
dición, para dar cuerpo a un nuevo liderazgo popular llamado a dad a su manera, prescindiendo de las normas de lo culto y de los
ser el vocero de la ética y de la conciencia de la sociedad y el intelectuales que las portan; subordina lo culto a la necesidad y
pueblo. Este liderazgo poético intelectual popular se presenta en prioridad de la expresión de sus sentimientos. Desde lopopülar
el barretero Rosario Calderón — acerca de quien ya hemos habla­ tradicional dice lo culto moderno.
do— , el que envía sus Quintillas Popidares desde la oficina salitre­ Calderón no sólo articula conceptos y sentimientos, sino que
ra "Virginia" al periodista López. Pidiendo excusas a "lo culto", aspira, como dijimos, a promover al interior de la pampa un am­
inicia su canto: plio liderazgo de intelectuales poetas obreros que respalden el
— Señor don Osvaldo López: / le dedico estas quintillas / de mis trabajo del periodista de Iquique, afirmando su hegemonía cultu­
ocurrencias torpes i son mis palabras sencillas / y mis ideas son miopes. ral en Tarapacá.
Se servirán disculpar ¡los lectores eruditos / ¿quéganan con criti­ —-Al fin compadre Garcés /M i actitud no se doblega / Invito a todo
car / estos humildes versitos i que yo pude combinar? colega / Que imitemos al francés; /Avasallando al burgués ¡ Que viola
Pues ellos van dedicados /a l honrado periodista ¡ que harto se ha nuestros derechos, no hallándose satisfechos / Con todos sus privilegios:
sacrificado / y la canalla maldita / casi lo hubo asesinado. . /para abolir sacrilegios j Opongamos nuestros pechos. Rosario Calde­
Valorando la labor de López, Rosaro Calderón agrega que el rón M
periodista Como decíamos, la lira popular está impregnada de moder­
Siempre dice la verdad / sin abrigar cobardía / Y así la razón está / nidad en 1900, ofreciendo desde ya su pecho contra la metralla del
en verdadera armonía / Con lo que es legalidad. burgués. Esta tradición modernizada, representada en el obrero
Avasalla a los bribones /que abusan de los obreros / con mil especu­ pampino Calderón, en vez de negar, afirma y despierta la tradi­
laciones / a esos necios usureros / de inaceptables acciones. ción poética de la generación anterior, enseñándole y adaptándo­
Finalmente, consuela el poeta pampino al periodista: la a las nuevas tareas y desafíos que habrán de enfrentar los poe­
— Ya caerán los tiranos j en Chile como en la Francia / Cuando el tas. La poesía popular busca constituirse en un campo magnético
pueblo, soberano / combatiendo la ignorancia / se haga valer por sus de la memoria, en una red, en un discurso articulador y hegemó-
manos. R.C.3233 nico, destinado a propiciar cambios y estimular rebeldías. Su tra­
dición poética es la vía de la comunicación del intelectual popu­
lar con las masas.
32. Ibid., p. 104.
33. Oficina Virginia, en £ / Pueblo, Iquique, diciembre 1 2 ,1 8 99.
34. El Pueblo, Iquique, 7 de julio, 1900
52 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 53

De este modo, la nueva tradición poética popular se apresta a portante en la construcción de un discurso hegemónico de crítica
salir al encuentro de la modernidad ilustrada representada por la cultural y de cambio político social. En esta dirección, plantea­
prensa obrera de Iquique, aún débil y desprotegida: el poeta po­ mos que la tradición es un factor impulsador de la modernización
pular con su lira campesina será el aliado del periodista moderno cultural del pueblo, constituyéndose en el fundamento de un dis­
e ilustrado, su coraza y su avanzada. La modernidad cultural de curso pedagógico y aglutinador del mismo, en el marco de su
la ciudad de Iquique y su prensa obrera, se ha de constituir desde desarraigo capitalista.
el apoyo que le brinda la tradición de la lira popular y su combate Este amplio movimiento reformador que se deja ver en el texto
crítico. Ambas se fusionan para fundar un tiempo y un espacio popular contempla a la sociedad en su conjunto y no nos habla de
cultural nuevo, para promover un vasto movimiento de reforma una clase enclaustrada. Decididamente no. La vinculación del
moral y ético-política en la sociedad en su conjunto y para el com­ movimiento de la pampa con lo político y el Estado, con la patria
bate, simultáneamente, de la clase trabajadora contra la burgue­ y la nación, con la religión, es un nervio central que cruza todo su
sía. El discurso popular y de clase se entrecruza en la pampa, la accionar y su poesía pampina, Lo que sí se va produciendo es un
tradición.ha de ponerse al servicio del gran desafío de humanizar distanciam iento con las orgánicas partidarias de la clase
la modernización. oligárquica, fundando otras propias, tales como el Partido De­
En efecto, a ello accede el antiguo poeta Felipe Marcial Garcés. mócrata. Pero ésta es una iniciativa que no nace en Iquique, sino
Muchos otros poetas populares responderán al llamado y con su en los centros de Santiago y Valparaíso, a la que se sumarán los
lira, irán construyendo una trenzada red de tradición y moderni­ pampinos. La poética de la pampa y el texto popular iquiqueño
zación en la pampa, articulando su heterogeneidad y su disper­ están muy comprometidos con los procesos eleccionarios y con el
sión. Entre dichos poetas se forma una suerte de cadena que va juego de cancha rayada por el Estado e inicialmente, por los par­
desde el eslabón compuesto por un mayor peso de tradición cam­ tidos liberales a los cuales atribuyen idearios democráticos. Su
pesina, hasta el eslabón que porta un mayor peso de moderni­ modernidad obrerista se halla imbricada a su tradición institucio-
dad, representado por Rosario Calderón. El primero no sólo va a nalista. Así, la poética de Calderón alecciona:
cantar a los valores regeneradores de la sociedad y las nuevas Para elegir Presidente / ha de ser hombre estadista / Demócrata y
reivindicaciones obreras, sino también a la fiesta de la Chaya, a la progresista / Diplomático y prudente ■ >
guerra de Independencia, a los héroes de Iquique, a sus amadas. El poeta clama: (...)
Es decir, la lira tradicional es multifacética y expresa en todas sus ¡Alerta hombres de trabajo, / Que ha llegado la ocasión / De salvar
dimensiones la vida del poeta y de los suyos. Por su parte, el poe­ la situación / Todos los del pueblo bajo f Debemos ser unionistas ¡ Que­
ta modernizado tenderá a dirigir su canto más bien hada los te­ remos gobierno en Chile / Demócrata y progresista" . ( Rosario Calde­
mas edificantes, dejando un menor espacio a los cotidianos. No rón , Oficina Virginia)
obstante, unos y otros conviven y no aspiran a negarse; por el Como resultado de esta interconexión textual entre tradición
contrarío. y modernización en la pampa, el periódico El Pueblo de Iquique
Nos atreveríamos a plantear que la poesía y los poetas popu­ se consolida como un notable aparato de hegemonía cultural de
lares en general y de la pampa salitrera en especial, hacia fines la clase obrera y popular pampina, conquistando un espacio en el
del siglo XIX y principios del XX, se incorporan a un amplio movi­ campo de circulación de la prensa de Iquique. En sus días de ani­
miento reformador de la cultura nacional, aportando una cuota im­ versario se publica la foto del editor López rodeado de sus poetas
54 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 55

pampinos; expresión de una alianza inédita de intelectuales or­ versos pampinos que a veces deparan sobre hechos diverti­
gánicos populares. Estos "soldados de El Pueblo", como se auto- dos... Como el espacio del periódico se hace estrecho tene­
denominan/ encaman la fusión entre tradición y modernización. mos con frecuencia el sentimiento de no dar cabida a los pro­
Una red de corresponsales en la pampa y una permanente defen­ ductos literarios con que se nos obsequia. Por otra parte, atra­
sa de sus poetas, hicieron vivir varios años a El Pueblo, apoyado vesamos un tiempo de lucha en que debemos mirar el bien­
sólo con recursos populares. A pesar del nítido avance hacia un estar que el pueblo anhela, el mejoramiento de todos (...). Por
mayor énfasis del discurso moderno y de clase, la fórmula que lo esto, pues, estimaremos a nuestros amigos de la pampa las
sustentó fue siempre la alianza entre lira campesina y texto racio­ noticias interesantes que nos envían; los reclamos justifica­
nal. Esta alianza la sostuvo tenazmente £l poeta Calderón cuando dos que necesiten hacer, más que sus apreciables produccio­
expresa abiertamente en 1905: Musa pampina. "A pedido de mi nes poéticas35.
honorable amigo y compadre Dn. Osvaldo López, he cogido la He aquí la emergencia del purismo moderno obrero: un puris­
lira popular para cantar a la memorable fecha del 14 de julio. Al mo que se expresa en el rechazo de lo popular por parte de lo
considerar que el extraordinario acontecimiento de la toma de la culto' y en la simplificación y el rechazo de la diversidad social
Bastilla ha sido esencialmente popular, es natural y lógico que los existencial en función de la lucha de clases. Lo culto moderno se
versos deben ser también en estilo popular. En consecuencia, de­ constituye en vista de una supuesta o real necesidad. Urgencia
cidí componer en décimas las estrofas ... Esta forma de versos es comprensible desde el punto de vista de la hora histórica y de la
la que gusta más a mis compañeros de trabajo, para quienes es­ acelerada transformación de todos los aparatos culturales obre­
cribo y nada me importa la crítica de los eruditos literarios"35. ros y populares dirigidos a apoyar la lucha de clases. No obstan­
El periódico sucesor de El Pueblo —incendiado, como dijimos, te, siempre asalta la duda si el pampino de carne y hueso, que
al parecer iñtencionalmente en 1906— se denominará El Pueblo había hecho su modernización obrera no sólo desde su experien­
Obrero, aparecido a los pocos meses del incendio y expresando en cia laboral, sino también desde su saber tradicional, constituía un
su nuevo nombre un giro bastante radical en su política, tendien­ obstáculo a las luchas que entonces se planteaban. Creo que no lo
te a afirm ar el concepto de clase como categoría central, era, aunque la poesía cantase también a la chaya y al fútbol.
homogeneizante y excluyente. De hecho, esa fructífera fusión entre En conclusión, en primer lugar, nos parece percibir, que este
tradición y modernización se termina: los nuevos intelectuales proceso de producción de modernización popular desde la tradi­
orgánicos de la modernidad ilustrada rechazaron el texto poético ción poética, se va autoelaborando en la pampa a través de gra­
popular de la pampa, negándoles un espacio en su periódico: daciones crecientes. El proceso va conduciendo hacia una com­
Recibimos con demasiada frecuencia en nuestra impren­ prensión más amplia pero también más simplificada del mundo,
ta los productos del ingenio agreste de la pam pa. Los en el márco de la agudización del conflicto social, de la explota­
pampinos tienen sus costumbres literarias y sienten verda­ ción obrera y del proyecto de revolución. El movimiento popular
deras necesidades de ejercitar su intelecto. (...) Sacan versos, chileno va adquiriendo, evolutivamente, su autonomía e identi­
pero algunos versos salen tirados de las mechas. ¡Qué le va­ dad obrerista. Esta evolución modernizante no necesariamente
mos a hacer! Echando a perder se aprende... Vemos entre esos tenía que negar lo popular tradicional.

35. Ibid., Of. La Perla, El Pueblo, 13 Tul., 1905. 36. El Pueblo Obrero, Iquique, 20 abril, 1907. "Abundancia de versos".
56 MARlA ANGÉLICA ILLANES

En segundo lugar, percibimos un voluntarismo superpuesto a ERÓTICA SOCIAL


este proceso evolutivo; el proceso de simplificación y purismo
fue históricamente fruto de decisiones políticas que se encami­
nan a ciertos objetivos excluyentes que repercutieron en todo el Dice la Locura: "Mi nacimiento no es obra ni del Caos, ni de Saturno, ni
sistema comunicacional y comprensivo de nuestra cultura. Es el de Júpiter, ni de ningún otro de esos dioses putrefactos de vejez.
momento de negación de la tradición o de negación de lo popular Hame engendrado Pintón (dios de los infiernos, de tas profundidades
desde la propia modernización criada y nutrida por dicha tradi­ de la tierra, fuente de toda riqueza), padre de los dioses y de los
ción. Momento decisivo, a mi juicio, para nuestra comprensión hombres ... Pintón, que hoy como antes, con un movimiento de
chilena y latinoamericana. cabeza pone patas arriba ¡as cosas sagradas y las profanas...

No me sacó mi padre de su cerebro no; yo tuve por madre a la ninfa de


la Juventud. Yo no he sido, como ese cojo Viücano, fruto de un enojoso
deber matrimonial, a mídiéronme el ser los besos del amor..."

E rasmo de R otterdam , Elogio d e la locura.

L a aproximación a la cultura y mentalidad de una sociedad y de


una época desde la categoría cuerpo, abre, a mi juicio, importantes
perspectivas para su comprensión, desentrañando una de las he­
bras de su configuración histórica. La categoría "cuerpo" ha cons­
tituido una clave a partir de la cual se han modelado ideológica­
mente sociedades en los tiempos del mito, de la razón y la reli­
gión, sirviendo tanto de arquetipo: de comprensión del mundo,
como fundamento cognitivo para el ordenamiento jerárquico de
la sociedad. Por otra parte, el cuerpo constituye una técnica de
poder, tanto como instrumento de conquista y dominación como
de rebelión y emancipación.
Como arquetipo y categoría de conocimiento e interpretación
del mundo, el cuerpo en sociedades basadas en el conocimiento
mítico, como la andina, estableció el principio de dualidad y
cuatripartición: derecha-izquierda; arriba-abajo, calificando a la
derecha y el arriba como superior y a la izquierda y el abajo como
inferior. Arriba estaba la cabeza y el mando, el inca y el guerrero:
abajo estaba el sexo y la casa, la mujer y la chacra. Principios
58 MARÍA ANGÉLICA ILLANES l a b a t a l l a d e la m e m o r ia 59

cognitivos corporales, arquetipo del orden cósmico, el que se apli­ las ventanas al fresco aire crepuscular del desenfado. Al respecto,
có como base del ordenamiento y jerarquización social del impe­ nos interesa indagar, en primer lugar, si el acto de inversión del
rio. orden de la dicotomía convierte a la categoría cuerpo en un factor
En tiempos del racionalismo griego clásico, el cuerpo fue deses­ revolucionario. Nos inclinamos a creer que sí.
timado como materialidad corruptible y como prisión y tumba Nos preguntamos, en segundo lugar, si esta revolución del
del alma, y fue ubicado en el orden de abajo, inferiorízado respec­ cuerpo oprimido emerge simultáneamente como rebeldía respecto
to del espíritu, la mente o la razón, entidades .superiores. de su doble opresión: es decir, como liberación sexual y como libera­
Aristóteles se encargó de otorgarle al hombre el arriba superior ción social. Por último, tenemos curiosidad por intentar recono­
de la mente, la razón y el mando y a la mujer y al esclavo el abajo cer las conexiones entre ambas rebeldías y calibrar la fuerza y
inferior del cuerpo, el útero, la fuerza física y la nulidad racional, potencia de su lucha conjunta. Sexo y miseria: esa es la cuestión.
justificación de su dependencia y servidumbre por determina­ Este ensayo trata dos temáticas, a mi juicio, relevantes para la
ción natural. * comprensión de los fenómenos de cambios culturales subterrá­
En tiempos del catolicismo se condenó el cuerpo y el sexo al neos que se estaban produciendo a principios de siglo y que re­
pecado y al dolor, se le cubrió del velo de la compasión y la mise­ percutieron en una sucesión de transformaciones:
ricordia y su vida se subestimó en función de la muerte y la vida En primer lugar, presentaremos las expresiones de liberación
eterna. Arriba se instalaron los caballeros, armados de cruz, ban­ sexual del cuerpo reprimido en Santiago del 900; centrándonos en
dera y espada; abajo los siervos y esclavos, condenados al arado el despliegue lúdico y colectivo de su deseo pasional, escenificado
y al músculo. Como arquetipo de la idea de "dos mundos", se en tomo a una plaza de toros.
concibió el cuerpo físico también en un arriba y un abajo; arriba el En segundo lugar, nos interesará mostrar cómo los intelec­
espíritu, el alma, el albedrío; abajo, las partes "deshonestas" (como tuales orgánicos del cambio revolucionario, construyen su hege­
dice Erasmo), el placer del sexo y las excreciones. monía desde la escenificación crítica de la corporalidad popular
En tiempos de la modernidad ilustrada, nuevamente se deificó desnuda y desgarrada. La utopía de emancipación social se elabo­
la cabeza, el macho y la razón y se inferiorizó el cuerpo hombros ra, ya no sólo desde la razón ilustrada, sino principalmente a par­
abajo, aunque abriéndose la posibilidad de su ascenso vía la edu­ tir de los cuerpos de la miseria, elaboración que se expresa bella y
cación. profundamente en la poesía social de principios de siglo.
En suma, respecto del cuerpo como modelo y categoría de Ambos fenómenos se interconectan significativamente, en
conocimiento, se elabora una total cosmovisión y una doble e in­ torno al acto y al hecho de la exhibición y protagonismo de los cuer­
separable opresión: sexual y social. pos prohibidos, alcanzando su presencia histórica un primer plano
Dicotomía del orden simple y vertical que, si bien induce a la real y simbólico.
fácil justificación y aplicación de la dominación, no deja de ser En suma, el cuerpo del 1900 sale a luz: se escenifica y teatraliza:
precaria e inestable, invitando a la inversión de los términos. Nos en la calle, en la plaza, en los templos, en la prensa, en la vida
inclinamos a pensar que la inversión respecto de la conceptuali- familiar, en la intemperie de la geografía, de la historia y de la
zación del cuerpo, constituye un hecho histórico que se presenta poesía. Allí se desnuda: como placer y dolor; como vida y muer­
en tiempos de cambios culturales y sociales; especialmente en los te; como movimiento y represión; bajo la expresión real y simbó­
inicios del siglo XX latinoamericano, cuando se comienzan a abrir lica de la sangre. Sangre que se hace espectáculo y se derrama en
60 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 61

la plaza pública —plaza del toreo y de la huelga— y que es em­ cuerpo, liberándolo de la pedagogía del pecado, abriéndose al
blema de sexo y revolución (también del poder y la dominación). deseo de placer.
El "cuerpo" se exterioriza y se pone en el centro de los discursos: "Nuestra sociedad se transforma. Nuevos elementos se com­
científicos/ políticos, sociales, religiosos, periodísticos, poéticos. binan en su seno", comentaba el diario El Chileno.
Se rom pen y develan los tabúes, al paso que las políticas Se trataba del acto del abandono del manto negro por mu­
institucionales se dirigen a intervenir su figuración. chas mujeres al acudir al templo, destapando el color, el calor y la
Podríamos quizás plantear que la cultura dominante vive la curva. Se trataba de que ya pocos se detenían en la calle al son de
confusión del des-ordenam iento jerárquico de sus pares las campanas de oración. Se relacionaba con el acto cultural del
dicotómicos (arriba/abajo; mente/cuerpo), consistente en la eman­ descolgamiento de crucifijos, de santos, de vírgenes y de su re­
cipación del cuerpo. Se desdibuja la verticalidad y se delinea el es­ emplazo por rollizos bustos y desnudos vientres pincelados por
bozo de una horizontalidad crítica y nueva, la que producirá, a famosos artistas parisinos e italianos. Se trataba del olvido del
partir del cuerpo, un nuevo conocimiento y una nueva razón. Se matutino Angelus y de la costumbre de la bendición de la comida
gesta una situación de cambio, como un proceso de revolución en en torno a la mesa patriarcal. Se trataba del abandono de la fogata
cadena que involucrará a toda la cultura y a todos los sectores familiar del rosario, al caer la tarde.
sociales. El arzobispo de Santiago, Mariano Casanova en su pastoral
Inspirándonos en Lotman37, plantearemos que este cambio de Cuaresma del 1900, llamó la atención sobre el cambio, hacien­
cultural consiste en la crisis de una cultura "sígnica", basada en el do un dramático llamado al regreso de las costumbres, al
control normativo y ritual, abriéndose la mentalidad de la socie­ disciplinamiento corporal en torno a la oración, el manto negro y
dad hacia una cultura de "naturaleza", de cambio rupturista y al temor al pecado 3S.
revolucionario. Nada, sin embargo, era precipitado; el cambio en el terreno
de la ritualidad era una gota de agua cayendo progresivamente,
un silenciamiento progresivo de cam panas, un olvido de
1. E l desbande del animal o el espectáculo del SEXO EN LA COMUNA persignaciones, un involuntario adormecimiento en el rosario.
AUTÓNOMA Una rígida cultura "sígnica" colonial se gravaba en la memo­
ria del olvido.
Despuntando el 1900, una progresiva ruptura con una serie de Por su parte, regresaba con ímpetu inusitado, una antigua
normas impuestas sobre el cuerpo y vigentes desde los tiempos cultura de "naturaleza".
coloniales, se hacía notar en la sociedad chilena. Esto se expresa­ Desterrados de Chile por los "padres de la patria" al forjarse
ba especialmente en una importante mutación histórica de la pe­ la República, los toros retornaron para abrir el siglo XX.
dagogía corporal, basada en el ritual religioso cotidiano, familiar Un enorme gentío popular les dio la bienvenida, acompañán­
y colectivo. La generación del siglo que advenía sentía el anhelo doles en su trayecto por los polvorientos callejones del oriente de
de levantar espaldas, de des-arrodillarse. Buscaba re-conocer su la ciudad. Un entusiasmo tremendo tensaba la redondez de los

38. "L a última pastoral del Arzobispo de Santiago. Las prácticas cristianas
37. Juri Lotman, Semiótica de la cultura de las familias". En El Chileno, Santiago., 13 de marzo, 1900.
62 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 63

ojos. Carruajes, coches de posta, gente a caballo y en bicicleta, A este redondel, que pronto será flamante "plaza de toros"
oficiales y soldados, chiquillos de todos los pelajes y una enorme asiste masivamente el pueblo; una masa semi-anónima, ordenada
cantidad de obreros, apretaban hombros siguiendo al toro. Co­ sobre la geometría arquitectónica del tablado, sobre el cual se
rrieron los animales a la improvisada Plaza de Toros, ovacionados . ubica, asimismo, el lugar diferenciado de las élites y autoridades.
desde los palcos y tendidos. Sobre la base de este ordenamiento social arquitectónico, el pue­
Lo más sabroso de estos nuevos días del 900 eran esos do­ blo puede desatar su libertad libidínal corporal: se sienta, se para,
mingos toreros o novilleros o el polvoriento camino a lo prohibi­ grita al amigo de más arriba, pisa los callos, lanza improperios,
do que conducía al frontón de Ballesteros en La Providencia. "Un sonrisas, galanterías, saboreando muslos la mirada hurgueteando
rincón donde hay algo prohibido y algo que no lo es, un pedazo polleras escaladoras, rozando el brazo el paso del busto; masa
de España bajo el cielo de Chile y un masaje del cuerpo y del liberada de las formalidades seculares, donde la risa y el grito
alma, bajo todo género de emociones refrescantes, espeluznantes encuentran, al fin, su escape permisivo.
o simplemente hilarantes", comenta El Chileno, el periódico de "No creemos que haya espectáculo más cómodo — co­
mayor tiraje entonces39. menta El Chileno— . Cada uno se está como se le antoja; habla,
Efectivamente, el alcalde de la autónoma comuna de La Pro­ ríe, grita y fuma cuando le da la gana; toma parte en los tiro­
videncia había permitido el toro. A modo de prueba de ensayo. teos de frases picantes sin siquiera conocer a sus interlocutores;
Autonomía de la comuna que rompía la normatividad decimo­ conversa con el vecino, a quien no ha visto nunca, como con
nónica secular que había prohibido los toros y otros juegos colo­ su mejor amigo; se sonríe con la primera buenamoza que en­
niales colectivos en nombre de la civilización y en contra de la cuentra a mano y ni ella se sonroja ni él lo toma como autori­
barbarie. La autorización del alcalde de la Providencia era mani­ zación para mayor atrevimiento; en fin, que se goza con el
festación de su nueva autonomía, aunque le pesara al Intendente, espíritu y se deleitan los sentidos. Todo esto era nuevo, ab­
al Gobierno Central o a los Padres de la Patria. solutamente original para nosotros.. .espectáculo lleno de sor­
El pueblo tras el toro, ovacionando la capa roja, revivía, se presas y de emociones fuertes, pero agradables42".
gozaba en su inconsciente de barro amasado con el semen de la En suma, este espacio lúdico es el lugar creado para la recu­
colonia o de la historia mestiza40. . f peración del lenguaje del sexo.
Los sombreros volaron por el aire al clavarse las banderillas, Esta moderna finisecular recuperación del sexo y del cuerpo
agitándose los coloridos quitasoles, entonando los músicos la era expresión del libre y colectivo afloramiento emocional, des­
marcha "Carmen". Gritos frenéticos. cargándose la nueva generación o los jóvenes, felices, de los pre­
"Una vaca salida del toril salió bravísima ... ¡siempre el juicios del siglo XIX que se despedía. Este había sido un siglo pe­
s e x o ! e s c r i b e El Chileno. Y agrega: "Las banderillas la pu­ sadamente normativo y prohibitivo respecto de la libido de los
sieron furiosa y dio numerosas y brillantes ocasiones de lucir cuerpos, habiéndose sumado a la normativa religiosa católica tra­
su arrojo y destreza al torero41". dicional, condenatoria del sexo, la reglamentación ilustrada e
imitativa del puritanismo inglés, del orden, compostura y estéti­
39. El Chileno, Santiago, 30 de enero, 1900 ca de los cuerpos. El nuevo siglo insinuaba la posibilidad de de-
40. En torno ai significado cultural hisp ano-a mer icano del toreo ver Carlos
Fuentes, El espejo enterrado, F. C.E., México, 1992.
41. El Chileno, Santiago, 30 de enero, 1900 4 2 .Ibid.
64 MARÍA ANGÉLICA ILLANES l a b a t a l l a d e l a m e m o r ia 65

bilitar la fuerza de aquellos dos poderosos discursos organizado­ permitido las corridas, había de antemano penado la muerte con
res: el de la ideología religiosa del "pecado de la carne" y el del la multa de los mataderos clandestinos.
discurso normativo civilizatorio propio del racionalismo y el No era extraño que el fenómeno modernizante del 900 se en­
puritanismo productivista en función del "deber". contrase con el toro de la Colonia y con el circo romano: se trataba
El toro, con su despliegue de cuerpo negado, excitado, sudo­ del nuevo fenómeno de la recuperación de las claves del cuerpo y del
roso, danzante, de arremetidas punzantes y copioso derrame de despliegue de su significado dado en el espectáculo: ámbito re­
sangre, herido de sexo, era expresión de este histórico proceso. fundador de lo colectivo. No obstante, este acto cultural de "recu­
No dejaba de ser lujurioso, para comenzar el siglo, volver a la peración del cuerpo" se inscribía ahora en una nueva concepción
Colonia: retornar la muchacha un siglo exiliada por la razón y la dehmundo, inversa a la de aquella de los tiempos pre-modernos
ilustración, descorriendo coqueta nuevamente su gran abanico, y ■coloniales. Esta recuperación del cuerpo ya no se hará en fun­
llameando sus ojos negros a la nueva intemperie; sentirse colecti­ ción del espectáculo de la muerte efectiva y productiva. La muerte
vamente los cuerpos tocándose en la música inolvidable, rodan­ será teatraíizada por los intelectuales gobernantes liberales y
do el polvo al fin y mordiéndose las carnes hasta sangrar. modernos: ella será sólo un simulacro para permitir el sexo o la
El frontón improvisado pronto pasó a ser Plaza de Toros. Esta recuperación de la emoción de los sentidos o del poder vital. Aún
primera Plaza de Toros chilena de la época republicana, que se más, el sexo o el animal será un actor que se disfraza de tal para
denominó Plaza-Circo Santiago, instalada en la frontera de la au­ hacer creer al pueblo de su falsa posesión.
tónoma comuna de la Providencia, se inauguró el domingo 18 de "Queremos decir, señala El Chilenot que en el frontón
marzo, acogiendo el entusiasmo de unas cuatro a cinco mil per­ García Ballesteros, donde sé eleva un murallón contra el sol y
sonas. el Senado de 1823, hay unos toros que no son toros del todo,
"Un conjunto precioso -—comentó El Chileno— enteramen­ y unos toreros que tampoco son toreros del todo y unas da­
te nuevo para nosotros, una imitación en pequeño de aque­ mas con mantillas a la cabeza que ponen banderillas con los
llos inmensos circos romanos que nos hace conocer la histo­ ojos y hacen capeaduras tras el abanico y bajo la pantalla del
ria43". quitasol rojo44".
Al toque de la banda de1música, el pueblo aplaude la salida Este no-ser-del-todo- era, supuestamente, la fórmula para re­
del Chiclanero y sus cinco toreros, precedidos por dos alguaciles cuperar el cuerpo negado por la República. El simulacro de la
montados, que piden al Presidente de la Plaza las llaves de la muerte del actor toro es el permiso del sexo en tanto cultura del
corrida. Empieza el baile al salir el'toro, que embiste furioso sobre coitus intermptus. Sexo sin muerte: sexo sin gestación, sexo sin
los jóvenes capeadores, quienes lo burlan con elegancia y gallar­ producción, lo que equivale a sexo por placer, una de las claves
día, hasta clavar banderillas. Luego le tocaba al m aestro culturales configurativas de la sociedad por venir.
Chiclanero: éste portaba espada, pero no mató. Y ante las cejas dé la ira del gobierno central por la osadía
Todo el mundo gritaba que se matara1al animal. Sin embargo, torera de la comuna de La Providencia que contravenía las leyes
no habría tal muerte: el alcalde de La Providencia, sí bien había de 1823 que habían prohibido las corridas, el alcalde Sánchez res­
pondió que: no son "corridas de toros", Sr. Intendente, sino sólo

43. Ibid. 44. Ibid.


66
MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 67

"simulacros"; además, no son toros, sino novillos...45. La insisten­ panoamericano/rural como barbarie de la cintura para abajo y lo
cia en la prohibición por parte del Ministerio del Interior desató inglés/parísino/citadino como civilización de la cintura para arri­
un interesante debate cultural. ba. El toro, las ramadas, la chaya, el carnaval, nos mantenían, se­
La defensa del toreo estuvo liderada por el diario El Chileno, gún los padres de la patria, en el reino maloliente de la cintura
católico observante, pero liberal, moderno y progresista: un buen para abajo.
representante de ese chileno medio que buscaba renovar su men­ Lo que justamente se deseaba en este principio de siglo XX
talidad sobre el nuevo siglo XX, percibido en general como signo era levantar paños y faldas oxigenando aromas cintura/abajo. No
de cambio. se trataba ahora de pecar, sino de unir las cabezas a sus piernas a
La tarea no era fácil. ¿Cómo defender el placer del toreo, ca­ través de las caderas; regresar la cultura "naturaleza", aprisiona­
liente de paño, pinchando la carne, chorreando la sangre, en ple­ da en la represiva cultura del rito y la ley . El toreo era el sexo
no reinado de la razón y el metal? Es decir, como defender racio­ rugiendo su deseo, irrumpiendo en la corriente del cambio, invir­
nalmente la barbarie? * tiendo las dicotomías jerarquiza doras, instalando al sexo, la risa
Si la transformación de la muerte efectiva en simulacro de y el placer en una clave central de la imaginación de la sociedad.
muerte, bastó para legitimar el toreo como espectáculo de lo co­
lectivo a los ojos de los modernos intelectuales autonomistas de
la Providencia, ello no sirvió para convencer al conservador go­ 2. E xhibición y emancipación corporal de la miseria
bierno central. Porque lo que ha construido el conservadurismo
decimonónico centralista no es la negación de la muerte en sí, En la nueva encrucijada del cambio del siglo XX, los cuerpos de
sino la negación del cuerpo y de la libido, la represión de la re­ pobres comenzaron a salir a luz. Se les abrieron las puertas de sus
unión y la risa popular, la abominia del sexo. Enormes esfuerzos, madrigueras, los conventillos, describiéndose con detalle la des­
recursos y una profusión de leyes prohibieron, a lo largo del siglo nudez de sus estómagos, la infección de su sexo, la T.B.C. de su
XIX, al pueblo reír autónoma y públicamente, como parte de la asfixia. El Doctor Grossi publicó El Mapa Patológico de Chile, dibu­
profilaxia de la educación para el deber46. Lo que se trataba ahora jando la geografía de su mal, bajándose la bandera nacional a
y una* vez más de re-imponer, era el camino y el imperativo pro­ media asta, bajo la declaración de "país mortífero".
pio de la civilización, como lo explican Freud y Mar cuse: en tanto Científicos, periodistas y poetas abrieron hospicios, hospita­
imposición del principio de realidad sobre el principio del pla­ les, ranchos y conventillos, develando las deformidades, infor­
cer47. mando las vaginas expulsando fetos azules, fotografiando la ha­
La cuestión de los toros sirvió para poner nuevamente al ta­ bitación de la anemia.
pete aquella polaridad sarmientina "civilización versus barbarie":
una suerte de vara de medida que había situado lo español/his­ Oh, la horrible vida de los conventillos!
El hambre lasciva y el dolor beodo!
Oh, la queja errante de los organillos!
45. El Chileno, 10 de enero, 1900
46. Ver M.A.Illanes, " Entre-muros. Una cultura autoritaria en Chile post­ Oh, los dolorosos tintes amarillos
colonial" Flacso, Doc. N° , 198 y "Azote, salario y ley. Disciplinamiento de la que en los rostros pone lafalta de todo!
mano de obra, minera. Chile, 1810-1850", Proposiciones, SUR, Stgo., 1992.
47. Ver Marcuse, Eras y Civilización, Ediciones Sarpe, Madrid, 1983.
68 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 69

Allí es donde pinta sus cuadros la anemia, Junto a este saber "científico", encarnado de pobres, surge tam­
y donde la tisis repleta sus filas... bién e inseparablemente, un nuevo conocimiento; revolucionario,
Allí es donde el hambre acosa y apremia . .. 48 que elabora su lenguaje desde dichos cuerpos, adquiriendo la for­
ma de una rebeldía radical. Esta alcanza su expresión más bella y
V íctor D omingo Silva
dramática en la poesía social de la época, la que adquiere una sig­
La fisura crítica del sistema adquiere una concreta visión física nificación propia en función de la escenificación de los cuerpos de
en los cuerpos escenificados de los pobres. A partir de estos cuer­ los sometidos, los que encarnan la rebelión y la salvación.
pos agonizantes en el barro de la patria, se comienza a "ver" la
realidad, otrora oculta. No es que la miseria fuese nueva: allí esta­ Soy carne fuerte por el Sol tostada,
ba, hace siglos: encerrada en el Hospicio, institucionalizada en el carne de pueblo en el taller vencida ...
Lazareto San José, adornando las escalinatas de los templos...; ella Llevo ante el mundo la cerviz doblada
formaba parte del rito religioso y de la normativa de la salvación. por un negro atavismo de la vida,
cual pobre bestia con sudor ungida
Hacia el 1900, la nueva generación de científicos de pronto
sobre el árido campo maltratada.
los ve como tales: como corporalidad humana sufriente, presa de
las plagas que "día a día roen las entrañas de nuestro pueblo". Y Yo soy la rebelión, soy la miseria
claman: "¡Felices de nuestros sabios poderes que ... dejan que las soy lafecunda y vigorosa arteria
partes de sus gobernados, en los campos y ciudades, vivan peor que huye de las sociales podredumbres.
que las bestias, en habitaciones inmundas y en lodazales pestífe­
Yo soy la apocalíptica campana
r o s !... ¡Pobre de nuestro pobre pueblo!"49.
que pregona las misas de la Mañana
Desde esta acción de des-ocultamiento y denuncia de la muer­
colgada como un Sol entre las cumbres!50
te de pueblo, se comienza a generar un nuevo conocimiento "cien­
tífico" del país, así como un nuevo imaginario de "nación" que
La carne abatida a la intemperie calcinante, la "bestia" será
producirá rasgaduras indelebles en las otroras rosadas mitologías
transformada en energía, en latido y movimiento, en luz de la
de patria. Esta patria, al espectáculo de estos cuerpos, deberá
nueva aurora. De carne devorada por Tánatos, pasará a ser carne
arrancarse las medallas, arrugar su bandera, constituyendo la
vital, Eros, germinadora y triunfante.
mortandad de pobres un "rubor para nuestro patriotismo". Para
los nuevos científicos, la verdadera patria se deberá encarnar en ¿Acaso la miseria y la necesidad o el cuerpo del pueblo no
los cuerpos de pueblo: o vivir en su salud o sucumbir en su pesti­ había constituido parte del discurso clásico del movimiento arte­
lencia y miseria. sano y obrero? No hay duda. Sin embargo, el cuerpo de pobres
fue, real o potencialmente, institucionalizado en las sociedades
48. Víctor Domingo Silva, "El Poema délos Conventillos", El Pueblo, Iquique,
de socorros mutuos, en vista de los objetivos de formación de la
15,18,22 octubre 1904, en: Poemario Popular de Tarapacá, 1899-1910, S. González,
A.Illanes, L. Moulián, (introducción y recopilación), lom, dibam, Univ. A. Prat,
Stgo., 1998, pg. 261, 50. "Canción de 3a Miseria", en: El Pueblo, Iquique, marzo 7, 1903, en:
49. Revista. Médica de Chile, Crónica, Año xxi, abril 1893, N°4, p. 162. Poemario popular de Tarapacá, op. cit.
70 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 71

clase obrera ilustrada,.como vía para la apropiación de las claves opresión en carne viva, como naturaleza sangrante, como erótica
del poder. Esta tarea emancipatoria, consistente en la fundación y del sacrificio salvífico. Frente a la cultura popular ilustrada insta­
apropiación de la Razón por parte del pueblo, supuso, a los ojos la esta cultura popular de "naturaleza": desnuda, iracunda, ener­
de sus intelectuales orgánicos, la educación de éste en el gética, destinada a realizar la química de su transformación
disciplinamiento de las pasiones y deseos del cuerpo, e incluso emancipadora.
en el desprecio de las mismas, levantando un arquetipo de traba­ Los esclavos se han puesto en marcha a la intemperie del
jador ilustrado, serio, responsable, reflexivo y crítico; es decir, un espacio-tiempo, dibujando una ruta dirigida hacia el origen.
modelo de "razón popular" para la educación y transformación Cuerpos dolorosos, caminantes hacia el fuego de su redención
del pueblo en sujeto con capacidad de mando sobre su destino, en busca de su sangre germinal, creadora de una nueva humani­
configurando una clase superior; siguiendo la misma lógica de la dad.
dicotomía jerárquica. En esto consistía dicha acción emancipatoria:
de apropiación por parte de la clase oprimida de las claves del Por inmensos caminos solitarios,
conocimiento que la conducirían a las esferas de lo superior y del Huyendo de ignorados campanarios,
poder. En este marco, como decíamos, el cuerpo y su necesidad Los peregrinos van, faltos de aliento, (...)
fue incorporado en la organización mutual, formando parte inse­
parable del proyecto social ilustrado en general. El horizonte, bajo el sol, se dora,
Superponiéndose a este ideario ilustrado, surgirá a principios Manchado por la sangre de una aurora
de siglo un texto nuevo, que busca la develación de los cuerpos Que se teme a la vez que se espera; (...)
de proletarios, como puro acto crítico, poético y revolucionario.
Estos cuerpos se conciben como la materia del nuevo conocimiento Sólo se oye el rumor sordo y la queja
social y como la energía rebelde que, en el movimiento fecundo De aquella muchedumbre que se aleja
de su rabia, creará una nueva sociedad. Con fatigas de mar hacia su cuna.

Miseria! Miseria! Si tú eres mi musa, En la sangre del sol busca su origen (...)
Si tú eres el alma de los versos míos,
Sé el dedo que se alza, que indica y acusa; Sus manos, impacientes de batalla,
y pon en los pechos que cubre la blusa Removerán la gigantesca hornada
Cóleras soberbias y empujes bravios. Donde alimenta el sol sus encarnados,
Y en la ruda apoteosis del incendio,
Miseria! Sé arranque. Sé nervio. Sé empuje.51 La plebe se alzará como un compendio,
De todos los sollozos ignorados.52
La poética social se sitúa y se comprende como aportación a
este cambio cognitivo respecto del pueblo, al que visualiza como

52. M anuel U garte, "Sol de Sangre", en: El Pueblo, Iquique, 27 o c t,


51. Víctor D. Silva, "Poema de los Conventillos", en op. cit. 1903, op. cit.
72 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 73

Esta Apocalipsis/ de la cual nacerá una nueva aurora/ es un califican como falsa, frente a la "verdadera religión": la de Cristo.
camino de sacrificio/ de "crucificio" histórico/ cuyo paradigma es Se da en este terreno, una clara confrontación entre una cultura
el calvario de Cristo/ elemento que está presente en la poesía so­ sígnica religiosa y una cultura de naturaleza, que el sacrificio del
cial de la época en general. Cristo es un cuerpo torturado por el Calvario transforma en utopía.
poderyun condenado cuerpo de la tierra como los esclavos y los
pobres que son también cuerpos sacrificados/ encarnación histó­ Nada sirve postrarse de rodillas
rica de todas las miserias. del santuario en las gradas para orar;
si calumnias se guardan y rencillas
Cristos, que vais por la vida en el fondo del alma sin piedad. (...)
sangrando de alguna herida,
muriendo de algún pesar; El credo de Jesús, con desenfado,
vagabundos, harapientos, * Hoy sus Ministros lo interpretan mal;
torvos; sombríos, hambrientos, Él fue pobre y murió crucificado,
sin dios, sin patria ni Hogar. (...)53 Predicando el amor, la libertad.55

Seres que, como el Cristo/ hacen de su carne y su dolor, ins­ En suma, los esclavos se ha levantado simbólicamente y pues­
trumentos de salvación y de emancipación de la patria o de la to en marcha hacia el sacrificio incendiario de la revolución, don­
humanidad oprimida: de se realizará el simulacro de su muerte, de la cual emergerá el
nuevo Sol.
Al que ayer era mísero esclavo, Quisiéramos concluir planteando la irrupción, en el seno de
hoy, altivo y soberbio se ve... la sociedad chilena de principios de siglo, de una cultura y men­
•¡es el Cristo que rompe los clavos talidad revolucionaria, definida, en importante medida, a partir
y destruye la cruz con sus pies! 54 del des-ocultamiento de los cuerpos otrora reprimidos u ocultos,
y de la manifestación de su risa y su miseria. A partir de esta
Porque su muerte sería sólo un simulacro de muerte; ella será escenificación histórica, se realizará el ritual erótico del simulado
el instrumento de la conquista definitiva de la vida. Su cuerpo, sacrificio, dejando correr su sangre, el semen del placer y de la
como el de Cristo, es el instrumento revolucionario. redención.
La reiterada referencia a Cristo y al Calvario como arquetipo Desde la práctica y la figuración de esta doble erótica sexual
del movimiento obrero, que, como decíamos, inunda toda la poe­ y social, se ha abierto una fisura capaz de resquebrajar las bases
sía social de la época, se plantea como alternativa crítica al de la cultura normativa, ritualista y jerárquica tradicional, al paso
ritualismo formal de la Iglesia, que los poetas y escritores obreros que irá instalando, poco a poco, las claves de una cultura de "na­
turaleza", sustentada sobre la desnuda presencia del cuerpo como
53. Armand Vasseur, "Musa au g u rar, en El Pueblo, Iquique, enero 26,1904, erótica sexual y como Eros germinal.. Una cultura de naturaleza
op. cit.
54. Hipólito Zuleta, "Canción Nacional Moderna", Taltal, septiembre 17,
1904, en: El Pueblo, Iquique, oct.l, 1904, op. cit. 55. Blanco, "La verdadera religión", en: El Pueblo, Iquique, oct. 5,1899, op. cit.
74 MARÍA ANGÉLICA ILLANES

con una doble dimensión: como sensualidad individual y como


utopía social, conectadas en una común corriente libertaria que
prefigura la subversión de los cuerpos oprimidos o la subversión
de las categorías de la dominación.

II
Ajustes
EL REGRESO DE LA PATRONA1

L as claves míticas

a) L a narración bíblica judeo - cristiana relata la "Anunciación"


como el momento de la transformación de la mujer María en Ma­
dre: destinada por la voluntad del Dios:Padre. Su útero intocado,
es decir, sin relación a hombre específico, estaba destinado a em­
barazarse de un Niño pobre, que encarna lo divino y lo humano,
produciéndose en el seno materno de María, la interconexión y
rearmonización entre ambos mundos: el mundo del Poder y el
mundo del no-poder, para la salvación de la humanidad. Ella es
el instrumento de esta mediación mítica.
b) "Ninguna madre digna de ese nombre puede permanecer
indiferente ante el peligro que nos amenaza, de retroceder al esta­
do de barbarie por la amplia e intensa propaganda que se hace de
las doctrinas socialistas (...). El mismo sentimiento maternal in­
tensifica el espíritu de caridad, haciéndolo extensivo no sólo a
sus propios hijos, sino también a los huérfanos que ella encuentra
a su paso (...) pues la madre forma parte de una vasta congrega­
ción, unida por lazos sobrenaturales"12.
c) "¿Qué es el ayer? Es el germen de una Humanidad que
aún no nace. Es el caos, el principio difuso, confuso, donde nadie
se orienta (...) ¿Qué es el Hoy? Es el período álgido de la discu­
sión de todos estos problemas. (...) los seres se debaten en una
lucha intelectual preciosa de la cual surgirá el porvenir. ¿Qué será
el mañana? La mujer redimida, madre de la Humanidad también

1. Este ensayo forma parte del proyecto Fondecyt N“ 1990052.


2. "La misión de las m adres", Patronato Nacional de la Infancia, citado en:
M.A.Íllanes, En el nombre del pueblo, del estado y de la ciencia, (...), Fundación
Interamericana y ONG Colectivo Atención Primaria, Santiago, 1993, p. 158.
78 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA
79

redimida. (...) El mañana es de la mujer porque ella es la que me­ menudo no ha sido feliz6: teorías que tienden a ocultar las relacio­
cerá en su seno los seres componentes de la Humanidad Futura nes sociales de poder históricamente construidas.
(...). Madre mujer, tu frente será el sol futuro. Tus labios hablarán Al respecto, Néstor García aclara que el concepto de "hibri­
tierno cantando la Paz de los Hombres. Tu regazo será el pecho dez" —y aquí reside, a nuestro juicio, su diferencia más notable
perfumado del Hombre creador de la nueva vida. ¡Nace, pronto, con los conceptos de mestizaje y sincretismo— "no es casi nunca
pues! El socialismo es tu cim a"3. algo indeterminado, porque existen formas históricas de hibrida­
ción. (...) Encuentro lógicas históricas que organizan las sucesivas
hibridaciones". Que dichos procesos de hibridación, dice, resul­
L as claves conceptuales
tan de "condiciones parcialmente pre-determinadas por los órde­
nes sociales". Habría una lógica ordenadora de los cruces: "noso­
Tal como nos propone Néstor García Candirá en Culturas híbridas tros construimos el orden que los contiene". Las pertenencias frag­
(1995), no podemos aproximarnos a una comprensión de Améri­ mentarias de los sujetos estarían "reguladas por órdenes sociales
ca latina sin considerarla desde lo que denomina su condición objetivos y en parte por ritos de los sujetos"7.
"híbrida", un compuesto de tradición y modernidad; fenómeno A partir de estas aportaciones conceptuales producidas en el
que él estudia en forma bella y sugerente principalmente en el campo de la teoría cultural contemporánea latinoamericana, la
campo de la producción y circulación de bienes culturales4. historiografía ■
— que algo sabe de lógicas de organización y orde­
Respecto del concepto de "hibridación", García Canclini lo namiento de procesos complejos dados históricamente— puede
asemeja al de mestizaje y sincretismo; no obstante, lo diferencia romper su aislamiento y entrar al camino transdisciplinario que
del primero por cuanto no quiere significar sólo procesos raciales nos propone García.
y del segundo, porque no quiere tratar sólo de fenómenos tradi­ Pero debemos confesar que el nombre "híbrido" aún nos pa­
cionales. Es decir, por hibridez propone una concepción amplia y rece algo extraño y con un dejo de rigidez. Sin dejarlo de lado,
contemporánea de la combinación y mezcla cultural entre tradi­ hablaremos simultáneamente de "articulación", concepto que
ción y modernidad5. dice relación con un amplio campo disciplinario: con arte o crea­
La pregunta que inmediatamente asalta — especialmente a los ción, coní fisiología y comunicación. Un concepto que significa
historiadores— se refiere al proceso de producción histórica de "unión de elementos diferentes" y conjunción de un elemento
esta hibridación. El concepto tiende a despertar cierta sospecha activo con otro (activo o pasivo) y que tiene diferentes movi­
por provenir de las ciencias básicas (biología y química), cuya mientos dentro de un límite. Es también una forma de comuni­
aplicación al ámbito de los procesos históricos socio-culturales a cación que no se expresa sólo a través de sonidos, sino a través
del cuerpo8.
La articulación es orden y organización y es, al mismo tiem-
3. Luis E. Rec a barren, "Femeninas" en: E! Despertar, Iquíque, 30,4,1914, re­
copilación de X. Cruzat y E. Devés, Recabarrm. Escritos de prensa, Ediciones Do- '
6. Basta recordar la influencia de las teorías darwinistas en sociología, his­
cu mentas, Santiago, 1986, tomo III, pp. 27-28. toria y política en el siglo XX.
4. Néstor García Canclini, Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de
7. "Figuraciones sobre culturas y políticas. Conversaciones con Néstor García
la modernidad, Editorial Sudamericana, Bs. As., 1995.
C." por R. Mier, M. Piccini y M. Zires, en:N . García C., op. cit., pp. XXI y XXII.
5. Op. cit, p. 15.
8. Versiones del término "articulación" en: Enciclopedia Salva t, Barcelona, 1984.
80 MARÍA ANGÉLICA ILLÁNES l a b a t a l l a d e l a m e m o r ia 81

po, flexibilidad, movimiento y estabilidad, individualidad y so­ muchos de los hermosos parajes en torno a lagos y volcanes, don­
ciabilidad, firmeza y fragilidad. Es interrelación y prolongación de otrora residían los "pillanes".
en el otro, no es un "en sí" puro. La articulación es un juego : de
poderes, de fuerzas, de sujetos, de actores; juego de combinacio­ "Se discutía en el país en aquellos años la conveniencia
nes, de mimetismos, de comerse al otro hasta llegar a conquistar de invertir fuertes sumas de dinero y de fomentar la inmigra­
su territorio. Pero, al mismo tiempo, cada uno de los elementos ción extranjera y sólo muy contadas personas pensaban en la ne­
que interactúan y se conjugan, mantienen los rasgos más impor­ cesidad de conservar la vida de sus connacionales, siendo que era
tantes de su identidad. universalmente reconocida y era un motivo de orgullo nacio­
En este proceso de articulación no hay pérdida de sujeto. Pero nal, la admirable homogeneidad de nuestra raza"9.
este sujeto no es El Sujeto consciente y poseedor de la verdad
moderna, sino que es un sujeto como una "presencia" histórica Estamos ante un cambio radical en términos de "legitima­
que de manera impura e híbrida ("tradicional-modernamente") ción" del pueblo: de dejar morir a dejar vivir. ¿Por qué este cam­
acciona esta combinación hacia un objetivo que tiene una deter­ bio de apreciación? Por otra parte ¿qué significado portaba este
minada dirección. concepto de "raza homogénea?
Éste estaba llamado a transformar la mentalidad de la élite:
significaba el cambio de mirada respecto del pueblo, a su promo­
D e pobres- naturales a raza - chilena ción desde un elemento "silvestre-natural" a una "raza huma­
na", perteneciente a la "especie humana". Este reconocimiento
La extraordinaria fuerza de la expansión modernizadora del siglo taxonómico le confiere el atributo de "homogeneidad" al pueblo
XIX, fue arrojando gentes a los caminos del valle de Chile. Se podía de Chile;, lo que implica que podría merecer un status de "seme­
ver al transhumante incansable, pululando por las cordilleras, arri­ janza" con la clase legítima. Era, pues, "raza propia", pertenecía a
bando a los puertos y ciudades, caminando siempre, en un movi­ la tradición propia: merecía vivir.
miento de viento cansado y remoto. Eran los "pobres de Chile", los El concepto de "raza" aquí, juega un rol positivo de legitima­
que producía la tierra del camino, los que anidaban en los hoyos de ción de los pobres-naturales. Viene a actuar como un concepto
arrabales de alquiler, los que colgaban de los cerros de Valparaíso, que trabajará por captar al pueblo hacia la élite aristocrática y
los que marchaban por la pampa inmensa del salitre. hacia la tradición, a nombre de la "raza homogénea", quitándo­
Para la élite, los pobres chilenos eran un hecho del destino, selo a su clase en lucha. En vez de ser un concepto excluyente,
un producto natural, un "pueblo-silvestre", como el humilde yuyo trata de incluir. Su reconocimiento "racial" significa el despér-
del campo en septiembre, que muere de frío a la llegada del in­ filamiento de las políticas de inmigración dirigida, así como el
vierno. Ellos no eran objeto de "políticas de población": éstas ha­ reconocimiento de lo propio. Por lo demás, tal como lo estaba
bían estado dirigidas hacia el fomento de la inmigración europea.
Era un sueño de la élite europeizar América, sueño de blanquearse 9. Sobre este tema ver Gabriel Salazar, Labradores, peones y proletarios, SUR,
ella misma y de atraer los europeos, importando con ello el color 1985. Me refiero también a mis trabajos: "Azote, salario y ley. Dísciplinamiento
de sus ojos y el secreto de su civilización material. A esta inmigra­ 9. Dr. Manuel Camilo Vial, "Monografía de la Gota de Leche de San. Bernardo".
Ponencia presentada al Primer Congreso de Gotas de Leche, Santiago, 1919.
ción se les entregaron en buena medida las tierras mapuches y Enfasis mío.
82 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 83

demostrando el caso argentino,, el inmigrante europeo podía ser los obreros del salitre en 1906 y 190710. ¿Era la pesadilla europea
un anarquista. Nuestro yuyo del campo era bueno; había que sal­ . que estaba en playa de América bajo la máscara inocua de su pa­
varlo de la muerte. lidez? •
Así, este concepto de "raza homogénea" o "raza propia" le Antes de esta rabia fue el hambre, la proletarización masiva,
confiere "poder de vida" a un gran segmento de la población que, la desintegración de madre-hijos, la carestía de todos los artículos
desde un estado previo de elemento natural biodegradable, ha de subsistencia luego de la guerra civil (1891). El capitalismo
pasado a constituir un problema político, desafiando al orden mercantil chileno estaba en pleno proceso de re/ acumulación en
social establecido. Al reconocerla como "raza propia" se le otorga un tiempo de avance internacional del capitalismo central en su
poder vital y se le apropia. Se trata de transformarlo en raza pro­ fase de imperialismo. Pronto la cesantía y la miseria generalizada
pia, sin clase propia. Restarle modernidad y re/inyectarle tradi­ fue muerte devastadora, produciéndose nuestro récord mundial:
ción. el de mortalidad infantil. Hacia el 1900 la población chilena tenía
En suma, el concepto de "raza" se define como un "valor agre­ un crecimiento negativo de población: morían más dedos que
gado" que sirve para homogeneizar e integrar, refundando órde­ nacían11.
nes tradicionales, rompiendo el moderno concepto de clase, de­ Ante el espectáculo de la sangre de un día de octubre de 1905
bilitando su potencial revolucionario. La legitimación del pueblo corriendo y tiñendo las calles y acequias, ante la visión, al ano­
como raza-chilena será el fundamento ideológico dirigido a una checer, de las mujeres y niños del pueblo en busca de los rastrojos
refundación de la unidad nacional, posibilitada a partir de esta de sus hombres, los señores meditaron la furia. Luego de premiar
nueva mirada hacia lo propio. a la policía y de felicitar a sus propios hijos que defendieron el
Este reconocimiento del pueblo como "raza propia" constitu­ orden desde el Club de la Unión, vislumbraron la necesidad de
ye el pilar sobre el cual se habrá de edificar la nueva hibridación recomponer los lazos patronales.
entre tradición y modernidad y sus rituales armonizadores. Para ello deciden acudir públicamente a sus señoras: a su frac­
ción de dase en tanto "sexo-neutral" y las llaman a realizar el rito
de re/armonización. Les solicitan que acudan a socorrer a las
L as señoras de los señores. S antiago, 1905 mujeres e hijos de los hombres caídos en la represión, mostrando
"una mano cariñosa capaz de perdonar. (...) Las Comisiones de
Si el pueblo de Chile eran "los pobres", "nuestros pobres", como señoras que fueren a llevar a los barrios apartados esos socorros,
los llamaba el diario conservador La Unión de Valparaíso hacia
1890, — queriendo quizás decir con ello que eran tan nuestros como
la zarzamora y como el zorzal del campo—, la élite se extrañó 10. Sobre la historia de estas huelgas ver: Mario Garcés, Crisis social y motin­
fles populares en el 900, ECO, Documentas, Santiago., 1991; Sergio Grez, De la rege­
cuando esos pobres se levantaron en huelga general en 1890, en
neración del pueblo a la huelga general, dibam, Stgo., 1998 Julio Pinto, "1890: un año
huelga minera del carbón en Lota y Coronel en 1903, cuando se de crisis en la sociedad del salitre", Cuadernos de Historia, N°°2, Santiago, 1982;
lanzaron cerro abajo en Valparaíso ese mismo año tras la huelga Eduardo Devés, Los que van a morir te saludan. Historia de una masacre. Sa?ita Ma­
de los lancheros y estibadores, devastando el puerto, cuando se ría de Iqitiquc, 1907, Ediciones Documentas, Santiago, 1988.
11. Respecto de la historia social de la salud y de los cuerpos de pueblo, ver
revolucionaron en Santiago en 1905, pidiendo el abaratamiento mi libro En el nombre del pueblo, del estado y de la ciencia, Fundación
de la carne, cuando se desencadenaron las huelgas generales de Interamericana y Colectivo Atención Primaria, Santiago., 1993.
84 MAMA ANGÉLICA 1LLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 85

harían por la tranquilidad pública más que todos los elementos En el sistema institucional caritativo cristiano, la función pro­
de que puede disponer la autoridad"12. pia del tratamiento de la escoria social se le'encargaba a "las sier-
¿Sobre qué lógica se apoyaba y se comprende esta petición vas de la caridad", aquellas que se definían por su relación corpo­
de los señores a las señoras? ral directa con los cuerpos de pobres en hospitales y asilos, curan­
Como se sabe, la tradición en el sistema occidental aristotélico- do supuraciones, limpiando olores, aseando excreciones, amor­
tomista consistía en un orden dicotómico amos/siervos, destina­ tajando carnes. Por fuera de estos asilos y en un escalón inmedia­
dos unos a la propiedad y otros al trabajo. Ordenamiento genera­ tamente superior, actuaban las "señoras", en torno a las parro­
dor de desigualdad, cuya escoria corporal se recogía en hospita­ quias y sus curas y, enviadas por éstos, organizando listas de
les de pobres, orfelinatos y asilos, financiados, en importante erogaciones, rifas a beneficio, colectas callejeras y "visitas" de
medida, por erogaciones particulares a través de las cuales la élite amabilidad y gentileza a las instituciones de recogida de pobres.
pagaba el cielo de su privilegio. Finalmente, en un tercer nivel superior, estaban los señores-
Hombres y mujeres de la élite católica, curas y monjas, filántropos, que adquirían este título de honor a través de su com­
actuaban en el seno de la caridad. Este no era un ámbito secunda­ promiso en dinero y /o por su trabajo en la administración de las
rio del sistema. Los cuerpos de pobres constituían una categoría instituciones de caridad.
política bastante clave, por cuanto en su relación con ellos se cons­ Así, en el modelo de la tradición occidental-cristiana, monjas
truía el equilibrio del sistema de desigualdad y la armonía del y señoras, curas y señores definían su rol caritativo en función a
reino de Dios en la tierra y en el cielo. La caridad constituía un un trabajo muy definido, según escalafones sociales y roles de
ámbito de permanente construcción de espacio, público, donde género: ello definía la cercanía o lejanía respecto de los cuerpos
interactuaba y se escenificaba la sociedad en su lógica de ordena­ de pobres.
miento. Cuando los señores llaman a sus señoras en Santiago de 1905
La caridad estaba cargada de roles de género, vinculados a pensamos que están apelando a esta tradición. Ellas van como
su vez con la pertenencia al escalafón social. ¿Como se construía seres sin don de mando, sensitivas, corporales, a participar del
social y sexualmente la relación caritativa con los cuerpos de po­ dolor de la otra, semejante a ella. Y van, al mismo tiempo, por ser
bres? Es decir, ¿cómo se ordenaban las relaciones sociales y de diferentes y señoras de ella, que es sólo sierva y cuerpo dolorido
género respecto del cuidado de su maltrecho cuerpo? de su destino, laborioso y sumiso.
Según Aristóteles —modelo filosófico de occidente—, muje­ Pero no van donde antes, a los recintos construidos por los
res y esclavos estaban más cercanos unos de otros, ellas por carecer señores para el ejercicio de la caridad institucional, donde traba­
de don de mando, aquellos por ser fundamentalmente "cuerpo": jan las monjas, sus amigas y servidoras de 1a-caridad. Ellas deben
ambos, en suma, por sufrir de inferioridad de razón. En este sen­ dirigirse ahora hacia un campo, desconocido, a hacer personal y
tido, eran semejantes. No obstante, la mujer-señora es superior al directamente el "trabajo sucio": entrar a la urbe de la sierva, el
esclavo por ser éste sólo cuerpo de trabajo, es decir, esclavo por mundo miserable donde ha estado sucediendo su moderna auto­
naturaleza, siendo ella, en cambio, libre13. nomía: el lugar donde ha ido cambiando su nombre, de sierva a
clase.
Tiempos de capitalismo moderno y de miseria generalizada.
12. Las Ultimas Noticias, Santiago, 24 octubre, 1905.
13, Aristóteles, La Política, Editorial Espasa-Calpe, Madrid, 1969, pp. 27-28. El sistema de equilibrio anterior hacía agua por todas partes. Había
86 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 87

que modernizarlo para aumentar su efectividad. Los señores con­ Las mujeres de los señores son el elemento de contacto entre
vocaban a las damas a jugar un rol más militante y directo enca­ los amos/siervos, denominados clases; ellas son las enviadas de
minado a restablecer los enlazamientos amos/siervos, como una los señores para avanzar hacia su nuevo campo de batalla: cami­
acción de "articulación" entre las entonces ya denominadas "cla­ nar el barro de la realidad, acercarse al territorio del "otro", llevar
ses": de re/armonización de clases en torno al orden aristocráti­ el rostro amable del poder a los barrios desconocidos, misterio­
co-caritativo. Las señoras son las llamadas a hacer, en la propia sos, peligrosos de la miseria. Ellas deberán realizar una nueva
casa de la mujer-pueblo, el rito de la neutralización de la trans­ conquista y colonización de América.
gresión y del restablecimiento del orden. "La sola presencia en el hogar del pobre de una dama dis­
Los señores, aunque católicos observantes, se han ido convir­ tinguida, aún cuando ella descienda de lujoso coche y luzca pre­
tiendo en guerreros modernos, sus manos ensangrentadas de ciosas joyas, desarma al más exaltado enemigo de la aristocra­
masacres colectivas. Lo decisivo es que han sido desenmascara­ cia"15.
dos por los obreros en la lucha de su rebelión. Se han disuelto los Un interesante juego se ha escenificado en la urbe latinoame­
vestigios de "equilibrio" entre tradición y modernidad en Chile. ricana y chilena de principios de siglo. ¿Cuáles son las piezas de
El arzobispo de Santiago Mariano Casanova insistía que era ne­ este juego a punto de echarse a rodar en el tablero de nuestra
cesaria la religión como base de la autoridad. Para ello era im­ historia contemporánea? La tradición y la modernidad.
prescindible restablecer los lazos entre ricos y pobres, debiéndo­ La tradición era la presencia de la patrona en su hogar, due­
se los primeros a la caridad y los segundos al re/aprendizaje de ña de la tierra de su inquilinato. La tradición era la "visitación"
la sumisión14. Pero los señores guerreros, además de comprome­ de la hermosa Señora a su indigno hogar, pobre y miserable.
tidos con la represión son desconocedores de la lengua para un Rodando la dama en brillantes tecnologías suntuarias, apuntan­
posible contacto con el pueblo. do hacia trincheras denominadas "enemistad": esta era su mo­
Las señoras, en cambio, constituyen un precioso depósito de dernidad.
tradición. Son sabedoras de lenguas que hablan en diminutivas, La señora aquí, más que ser una mujer en general, es repre­
son sonrientes de besos frescos y repartidoras de dulces; erguidas sentante de una élite, jugando, una vez más, un rol clave en la
como un castillo medieval, elegantes y bellas como la virgen del mantención del equilibrio en la sociedad desigual. Su rol de gé-
Carmen en procesión, cálidas como la casa patronal olvidada en nero/femenino es un papel cargado de sistema o del orden de su
su lumbre. clase. Las tecnologías de su modernidad juegan abriendo su avan­
Ellas, en cuanto rostro virgen de la tradición, habrán de pro­ ce y su admiración, brillando en el escenario de lo real-sepia,
tagonizar el juego mayor: avanzar, en traje sastre y taco alto, con mundo popular que ha sabido parapetarse en sus propios muros.
pulsera, anillo y collar en cuello, hasta romper el radio de la "ciu­ Ella es patrona y viene a restablecer la memoria y el título en el
dad propia", entrando a la periferia a poner banderas y a refundar tiempo de la clase, de la acción y de la prensa.
el antiguo patronaje.

14. Arzobispo Mariano Casanova, "Pastoral sobre la propaganda de las


doctrinas irreligiosas y anti-sociales", en: La cuestión social en Chile. Ideas y debates 15. Elvira Santa Cruz, "La caridad privada y las Gotas de leche", citado en
precursores. (1804-1902)/ recopilación de Sergio Grez, dibam, Santiago, 1995. M.A.Illanes, En el nombre del pueblo, del estado y de la ciencia (...) (1993), p. 157.
88 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 89

LOS G U ER R ER O S B L A N C O S Y SU EJÉR C ITO D E DAM AS Esta intervención de la bio/caridad, que se hace por el lado
de afuera del conflicto socio-económico y de los templos religio­
A requerimiento de labiopolítica occidental, los doctores han sido sos, pondrá en juego los elementos indirectos y neutrales: las se­
los primeros en "ver" y "medir" la mortalidad del pueblo chileno ñoras caritativas y los médicos científicos. He aquí el fundamen­
y sufrirán la vergüenza de encabezar, bajo la bandera de nuestro to de su alianza. Los médicos se yuxtaponen modernamente a los
país, las estadísticas mundiales de muerte infantil. Estos intelec­ sacerdotes y establecerán alianzas tácticas y estratégicas con las
tuales se sintieron responsables y comenzaron a asumir un rol aristocráticas y tradicionales señoras de élite, en su común tarea
organizador en vista de la adopción de medidas contra la morta­ de restablecer los lazos rotos entre las clases sociales. Ellos y su
lidad popular masiva, que se comienza a calificar como la nueva ciencia constituirán un nuevo rostro, m oderno, del poder,
"barbarie" en el seno de la civilización. Asimismo, los doctores implementando nuevas tecnologías de intervención. Ellos serán
jugaron el papel de divulgadores de las nuevas prácticas los elementos capacitadores de las señoras en su juego de copar­
biopolíticas desarrolladas en occidente y unlversalizadas a través tícipes en iniciativas de organización para la salvación biológica
de los congresos científicos. del pueblo y para la re/armonización social.
La biopolítica va logrando articular un discurso para una En suma, los doctores de las primeras dos décadas del siglo
posible re / armonización social, diseñado como política de inter­ XX, jugaron el rol de la necesaria modernización del sistema tra­
vención "salvadora" sobre el cuerpo del pueblo. Este discurso va dicional caritativo-cristiano, permitiendo una mayor eficacia del
a tener dos vertientes: laica y religiosa. La vertiente religiosa tuvo secular juego femenino de la mediación social, a través de la apli­
mucha fuerza en España y, especialmente en Latinoamérica cación de los nuevos métodos de la biopolítica.
— durante las primeras décadas del siglo—, donde se va a produ­ Expresión de esta acción organizadora conjunta fue la crea­
cir una interesante yuxtaposición y mutuo apoyo entre lo doctri­ ción en 1900 del Patronato de la Infancia que, a poco andar, mani­
nario religioso y la verdad científica. Mientras la ciencia ofrece festando el nacionalismo de su proyecto estratégico, completará
una efectiva "intervención" social, necesita a su vez de la movili­ su nombre: Patronato Nacional de la Infancia, siguiendo el modelo
zación de la caridad. francés. Una institución con una clara dimensión nacional, que se
' Tal como enfatiza Foucault, la biopolítica de intervención so­ fue construyendo como un proceso de articulación de iniciativas
bre los cuerpos constituye un método de control social en la mo­ particulares que se van sumando a lo largo del país.
dernidad, sirviendo de mecanismo de reordenamiento de un siste­ El trabajo del Patronato consistió inicialmente en mantener
ma en crisis16. Junto a esto se busca, a más largo plazo, la riqueza y dispensarios de alimentación para niños no-lactantes. No dio re­
seguridad de la nación a través de la estable reproducción de la sultados: "El exterminio de lactantes siguió su cauce ascendente,
clase trabajadora, diezmada por el desequilibrio bio/económico con un índice mortuorio de 42,5% de los niños nacidos entre 1909
del capitalismo. La biopolítica, la caridad y la nación se articulan y 1913. Este es el quinquenio fúnebre de la historia infantil de la
entré sí, constituyendo una trilogía ideológica capaz de actuar con capital de la república y tal vez del mundo civilizado"17. Se hacía
gran autonomía, al modo de un discurso-conocimiento-poder. necesaria la reestructuración del Patronato.

17. Alvaro Cobarrubias, "Estudio comparativo de la mortalidad de las Go­


16. Véase Michel Foucault, "Poder-cuerpo" en Microfísica del poder, Edicio­ tas de Leche y de la mortalidad en general". Ponencia al Primer Congreso Nacio­
nes La Piqueta, Madrid, 1991. nal de Gotas de Leche, Santiago, 1919.
90 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 91

Desde el año 1908 había comenzado a actuar en San Bernar­ meras Gotas de Leche del país y hemos visto nacer, así, la
do una nueva institución dirigida a la primera infancia, denomi­ primera escuadra salvadora de nuestra primera infancia, El
nada Gofa de Leche, sugiriendo su nombre la entrega de leche a número de sus elementos de guerra ha crecido con rapidez y
lactantes que no pudiesen tomar del pecho materno. Esta prime­ cada uno de ellos ha luchado cuerpo a cuerpo contra un ene­
ra iniciativa fue el fruto de la alianza de la caridad religiosa y de migo que llegábamos a tener por invencible"18.
la ciencia (monjas, señoras y médicos), decididos a luchar contra
la mortalidad infantil, , No era un ejército de botas sino de botes portando banderas
El éxito obtenido por esta institución pionera en Chile, indu­ blancas. Era una guerra contra monstruos devoradores de niños,
jo al Patronato Nacional de la Infancia a incorporarla a su iniciati­ surgiendo de las profundidades. Una guerra mitológica entre las
va, fundando, el año 1912, Gotas de Leche en todos los barrios fuerzas del bien y del mal en medio del caos primigenio.
pobres de la capital. Ello significaba un cambio radical respecto Era también un avance de fuerzas colonizadoras, navegando
del modelo caritativo anterior, que trabajaba sobre la recolección hacia tierras de conquista, para construir allí los nuevos templos
del niño abandonado. Por otra parte, en dichas Gotas de Leche se de la salvación del mundo, defendidos por su ejército blanco. Ejér­
prescindió de las monjas —que simbolizaban la caridad de asilos cito y blanquitud, cada uno hecho de la articulación entre caridad
y de cuerpos arrojados al abandono y la muerte— y se trabajó con y ciencia, del juego de tradición y modernidad, de su avance de la
las señoras visitadoras civiles, como expresión de la moderniza­ mano, unidos, fortalecidos, unos mirándose en el espejo del otro,
ción de la caridad: que ya no debía simbolizar la muerte sino la jugando a su guerra; sabiéndose nuevos actores de una trama
vida, abandonando el manto negro por las nutritivas mamaderas, antigua...
sustituyendo a la monja, recluida e infértil, por la figura de la
señor a-visitador a-madre.
La creación y puesta en exitosa práctica de esta nueva L as s e ñ o r a s v is it a d o r a s

institucionalidad asistencial se asumirá como una-"guerra": como


"una guerra por otros medios": El nuevo reconocimiento de la "raza" significaba la legitimación
del propio Útero del hijo del pueblo: la mujer popular.
"Cada nueva Gota de Leche es una barca salvavidas que La Gota de Leche sabe que la unidad madre/hijo, fundada
la caridad arroja en medio del tumultuoso mar, de ese mar sobre la relación natural del "amamantamiento", se ha roto entre
lleno de tempestades, de ese mar nuestro cuyas olas, hasta los pobres o la raza chilena. El niño proletario ha perdido el pe­
hoy casi invencibles, han arrebatado a millares los pequeños cho de su madre, proletarizado en las bocas de otros niños o en
cadáveres de vidas que se inician, de vidas que tienen el de­ las horas de su sequía en el trabajo. Ella, a su vez, ha perdido al
recho a la vida y que el país reclama con energía. Es necesario niño de su pecho, abandonado en la madrugada de la urbe, ali­
dar a cada barca todo el vigor para hacerla capaz de afrontar mentando hasta el anochecer el bacilo de su flaccidez.
las duras inclemencias del tiempo; estimular la noble, gene­
rosa y esforzada tripulación que, en lo más alto de los másti­
les, hace tremolar, llena de orgullo, el emblema albo y puro 18. Discurso del Dr. Luis Calvo Mackenna, cabeza médico-científica del
Patronato Nacional de la Infancia y sus Gotas de Leche, en la inauguración del
de la caridad y de la ciencia. (...) Hemos visto surgir las pri­ Primer Congreso Nacional de Gotas de Leche, Santiago 1919, p. 54._
92 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 93

La Gota de Leche pretende re/inducir la relación corporal "Hemos convocado a las señoras para solicitarles su concur­
madre-hijo del pueblo,, cumpliendo simultáneamente con ello so — dice uno de los hombres dirigentes del Patronato Nacional
varios objetivos: luchar contra la mortalidad infantil; reconstituir de la Infancia— y hemos reconocido la plenitud de sus derechos;
la raza-nación desde la célula primaria: la "familia"; finalmente/ con lo cual anticipamos, dentro de nuestra institución, la solu­
la reconsideración de la mujer popular como "madre chilena"/ ción a un problema que está revistiendo universal actualidad.
con la cual las señoras de la élite —en cuanto "madres/cristia- Dimos a la mujer un rol directivo en la acción y ejecutivo en la
nas/universales"— deberán restablecer lazos, intentando produ­ labor. Sin su abnegada cooperación, nuestros servicios tendrían
cir la alianza requerida entre las clases en pugna/ a través de la la frialdad y rigidez del mármol"20.
"neutralidad" de su sexo. El sexo femenino en tanto "señora" ha sido aquí objeto de
Rito de homogeneización en su mutua condición de "madres"; una suerte de negociación política con el sexo masculino al inte­
rito de neutralización de la transgresión "lucha de clases". Cere­ rior de la clase. Los señores le reconocen a ellas la igualdad por­
monial que ya no se realizará en los templos o en los asilos, sino a que ellas son, en estos momentos, una categoría "política" muy
la orilla del rio, donde nacen los crios/ en las cercanías del campo eficaz. Esta eficacia reside principalmente en su capacidad de
de batalla. movilidad "neutral" hacia lo real popular. Los hombres, con su
La mujer-madre-pueblo se halla a menudo en la habitación identidad guerrera, estaban incapacitados para toda acción polí­
de su clase. Será la señora la que acudirá a esa habitación/ tica de armonización social. Ellos le confieren a ellas un status
institucionalizando la práctica política más decisiva de la media­ moderno y a tono con las reivindicaciones del movimiento de
ción nacional neutralizadora: la visitación social con el objetivo del mujeres existente en Europa. Es decir, el discurso del hombre es
restablecimiento de la fidelidad social. "feminista", moderno: plenitud de derechos, rol directivo. No
"Nos demostraréis —les dice el doctor a las señoras—- como obstante, esta modernidad está hibridizada con la tradición fe­
esas cariñosas visitas vuestras al hogar del pobre, despierta la menina de abnegación, sentimentalidad y afectividad como defi­
gratitud de la adusta miseria y borran asperezas sociales que nición de mujer.
empiezan a sacudir el mundo entero"19. ¿Cuáles son los conceptos con que, por su parte, las señoras
El ritual de la "visitación" calma, suaviza, otorga la seguri­ justifican y comprenden su rol de visitadoras?
dad protectora de la patrona madre que le habla a nombre del Manteniendo el concepto principal de "deber-en-el-hogar",
padre bondadoso, del médico de la vida, despertando —se espe­ dicen, "debemos salir a trabajar, a sacrificarnos, a olvidarnos de
ra— la humildad del pobre ante su inmerecida visitación... nosotras mismas para querer,, no a nuestros íntimos, sino a mu­
¿Qué ocurrirá en el seno del sistema de las relaciones de gé­ chos y a algunos a quienes parecía imposible mirar con afecto;
nero-poder a partir de este nuevo rol de la caridad señorial? ¡tantas son las diferencias mentales y morales que descubrimos al
Esta práctica político/social del género femenino significa un ponernos en su contacto!"21.
salto en la consideración del sujeto "mujer" en el seno de la pro­
pia clase aristocrático-burguesa.
20. Discurso inaugural de Salustio Barros Ortúzar en el Primer Congreso de
Gotas de Leche, Santiago,, 1919, p. 82.
21. Sra. Concepción Valdés de Marchant, "Las comisiones de señoras y las
19. Dr. Luis Calvo Mackenna, op. cit. Gotas de Leche", en op. cit.
94 MARlA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 95

De manera que la visitación a las madres populares por las de los mismos roles de género tradicionales por parte de las mu­
señoras se percibe: a) como un deber tradicional y misional de jeres, reproducidos ahora en el espacio público-político: ellos,
prolongar y ampliar la maternidad particular a una maternidad aportan el conocimiento y ellas, el sentimiento.
general; b) como un "trabajo": concepto moderno, fruto de la tran­
sacción interna entre los géneros de una clase y ya bastante aleja­
do de la antigua idea de caridad. Este trabajo consiste en un "salir L a VISITACIÓN Y EL RETRATO
fuera" a tomar contacto con lo real, con el "otro" en su propia
urbe: acto moderno de aplicación de biopolíticas materno-popu- A nuestra llegada a la reducción mapuche en las cercanías de
lares. c) Pero, al mismo tiempo, este trabajo es un sacrificio: esa Temuco, en el verano de 1986, una niña pequeña corrió a la
tradicional obligación de olvidarse de ellas mismas, de no tener ruca asustada, gritando: ¡huincas, huincas! Calmada la niña,
razón, sino sólo sentimiento para simular y tratar de querer al iniciamos amena charla en torno a un ulpo de harina tostada,
que no se quiere. Acto a través del cual la señora, al mismo tiem­ junto a la noria de agua fresca. La abuela mapuche deseaba
po, proclama su diferencia. que le tomásemos una foto para estampar allí su alma. Se fue
Juego de tradición y modernidad; mayor peso específico de a preparar y luego apareció con un hermoso traje negro y su
la tradición respecto de la modernidad. La señora sale obligada manto colorido, abrochado en plata. Su trapilacucha colgan­
de su cascarón pre-moderno hacia la obligación del trabajo mo­ do del pecho y el collar de monedas plateadas sobre la frente.
derno. Rol de género que ella debe cumplir como pieza funda­ Entonces posó el momento ceremonial de su inmortalidad.
mental del tradicional orden social cristiano, modernamente ame­ Nuestro compromiso: era enviarle su alma o su foto de regre­
nazado. En suma, ella ha de realizar un trabajo moderno para so, para que se quedase con los suyos para siempre.
restablecer el orden pre-moderno.
¿Qué ocurre con la señora visitadora en el curso de esta expe­ La "visitación" pretende un doble objetivo, contradictorio y
riencia "laboral"? ¿Este trabajo la transformará en moderna? profundamente imbricado: el restablecimiento de la diferencia de
Por el momento, no. Si bien esta acción se percibe como la clases y el restablecimiento de las relaciones entre estas dos clases
gran "gesta heroica" de la madre-militante, ella la plañtea desde diferenciadas. Por ello acude la mujer-madre-señora a la mujer-
su rol histórico femenino subordinado. madre-pueblo, a establecerle de nuevo la diferencia y, al mismo
"Esta es nuestra obra —dice—, exige mucha abnegación. Los tiempo, a sanar los lazos rotos.
médicos le han aportado su ciencia. Los caballeros que la sirven Una se mirará en la otra. ¿Cómo se verán mutuamente? a) La
le dedican sus conocimientos, en administración, contabilidad, una mira en la patrona su inquilinato antiguo, recordando la me­
organización. Las señoras son las llamadas a darle lo que más moria de su subordinación; pero ahora, la patrona le está mos­
vale de todo: el amor de sus almas"22. trando mamaderas y chupetes y le habla de pechos sanos y fruc­
Al parecer, el reconocimiento del rol estratégico de la mujer tuosos, mientras mece a su niño bajo sus propios pechos: ambas
por parte de los hombres, ha inducido a nuevas reorganizaciones son madres de su hijo, b) La otra mira en la sierva su patronaje de
horas felices, recordando los tiempos del acatamiento; pero tam­
bién ve en ella un cansancio de mujer tempranamente envejeci­
da.
2 2 . Ibid.
96 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 97

Luego de la mirada, la señora visitadora le habla a nombre ye a la pólvora; la sociedad se civiliza con este ejército de faldas y
del interés público y de su responsabilidad de madre del niño- este armamento de mamaderas. A través de la articulación e hi­
pueblo. Le dirá que ella, la señora, en su propia condición de madre bridación tradición-modernidad escenificado en el ritual de la
también y en aras de la nación y la raza chilena, tiene la alta mir "visita", se está abriendo camino en Chile una nueva fórmula de
sión de inspeccionar el hogar, el niño y los pechos de la madre- relaciones entre poder-pueblo, destinada a reinstaurar el orden
pueblo. Le inculcará sus deberes de madre (dar pecho a su hijo) o transgredid o2L
la sustituirá con las mamaderas preparadas que le trae. La anti­ ¿Cómo percibe la mujer popular el nuevo reconocimiento que
gua patraña es ahora pecho moderno, técnico, llamada a cumplir le hacen la señora y el doctor, en su calidad de "m adre"? ¿Qué
la misión de la sobrevivencia de su hijo, si la madre popular no pasa con esta mujer proletaria que carga devastadoramente con
cumple. la crisis de subsistencia sobre su cuerpo? La documentación de la
La señora rompe la privacidad de lo popular que se ha con­ élite no nos muestra más que su silencio, pero su silencio se cuela
vertido abruptamente en espacio público; la biopolítica introdu­ por todas las palabras.
ce su instrumental hasta lo más íntimo de los cuerpos "tratados". Su silencio es, principalmente, su ausencia, es decir, su resis­
La señora, en su calidad de agente de esta biopolítica, entra tencia. Las señoras se quejan de que no acude regularmente a los
una y otra vez al rancho o al conventillo, inspecciona los objetos, controles de la Gota, que cuando la va a visitar, la guagua está
toca al niño de la otra mujer, se pasea por la habitación, habla a con la vecina. Lo cierto es que para la mujer-pueblo, ser madre es
loshermanitos e interroga a la mujer-pueblo sobre la producción un lujo: ella es proletaria. ¿Qué saben las señoras de esto?
de sus senos, sobre su hombre, si ha venido últimamente y cómo El médico de mujeres ha terminado por descubrirlo a través
se ha portado, si le ha traído plata. Se habla de sexo, como diría de sus investigaciones científicas: sabe dónde está la causa de que
Foucault. Si ha seguido las instrucciones del médico y que, si las cada 10 mujeres encintas, tres viesen interrumpido su embarazo
sigue y asiste a la Gota, recibirá premio. Finalmente, anota en su antes de los nueve meses. "Hemos podido comprobar que todas
libreta los puntos ganados y observaciones de comportamiento. se dedicaban a labores pesadas, que exigen trabajo intenso (coci­
Y reparte la maternal patrona caricias, dulzuras y así, "granjeán­ neras, lavanderas, empleadas de fábrica). Casi todas trabajaban
dose priméro las voluntades, llega a la conquista de las almas sin descanso hasta el día de su alumbramiento. En todas, las con­
suavemente, hasta conseguir, por fin, inocular en esos espíritus diciones de vida eran pésimas; algunas sufrieron traumatismos
ignorantes una clara noción de sus deberes sociales". La misión más o menos graves en sus ocupaciones. La deducción se impo-
estratégica de la señora visitadora se podrá cumplir: "disipar los
odios de dases y acallar las protestas airadas del proletario con
más eficacia y mayor éxito que la acción represiva de los gobier­
24. Sobre la experiencia europea en políticas sociales maternalistas (aun­
nos"23.
que corresponden básicamente a las políticas del estado de bienestar con poste­
La madre-soldado de la élite está sustituyendo al Estado, re­ rioridad a la segunda guerra) ver: G. Bock, "Poverty and mother's rights in the
formando su método de relación con el pueblo: la sonrisa sustitu­ emerging welfare States" y N. Lefaucheur, "Maternity, family and State" en: A
history ofwomcn. Toward a cultural identihj in the 20th.c., F. Thébaud ed., Harvard
Univ. Press, 1992. Para el caso latinoamericano y desde una perspectiva de los
derechos de las mujeres, ver Asunción Lavrín, Woman,feminism and social change
23. Sra. Elvira Santa Cruz, ib id. in Argentina, Chile and Uruguay, 1890-1940, Univ. of Nebraska Press, 1995.
98 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 99

ne, la causa del alumbramiento prematuro fue el trabajo excesi­ regreso de su patrona, su inspección, su interrogatorio y su dis­
vo, las malas condiciones de vida, el esfuerzo material intenso"25. curso.
—Por eso, señora, no puedo dar de mamar a mi hijo y lo dejo ¿Qué actitud asumió, al respecto, el hombre del moderno
con la vecina encargado. movimiento obrero?
— Mira, María. Mira este niño en la foto: éste es el retrato de El movimiento obréro expresó de inmediato su malestar y su
tu hijo. Es tuyo. Si en dos meses más está como este otro niño, rechazo. Sabía que la militancia científico/caritativa y aristocráti­
criado al pecho, robusto, sano, hermoso, recibirás premio. c o / femenina sería una importante cuña que se interpondría en
La madre-popular se queda extasiada. Jamás había visto una sus expectativas revolucionarias. En el periódico de la Federación
imagen del cuerpo de su hijo. Contempló sus ojos, su cuerpo des­ Obrera se va a denunciar a la caridad y a los Patronatos como una
nudo, sus brazos abiertos... acción engañosa de la élite aristocrática que intentaba dividir a la
"La propaganda del retrato —informa una señora— ha re­ clase obrera:
sultado superior a toda expectativa. Cada una de las madres de­ "Con estupefacción vemos que el pueblo se entrega ingenua­
sea que retraten a su hijo y trata de cuidarlo lo mejor posible. Uno mente en manos de la burguesía católica, del clero y de esa serie
de los mayores alicientes para la madre es el obsequio de un re­ de ladinos patronatos, escuelas parroquiales, gotas de leche, ins­
trato del niño"26. tituciones catequistas, etc. La masa popular se fanatiza y, en este
¿Qué vio la mujer en el espejo de su hijo? ¿Acaso no se miró estado, los usufructuarios de la religión les enseñan a las familias
sino a sí misma o su propia alma?27 ¿Vio quizás su identidad per­ proletarias a abominar de los centros donde se les da educación
dida, su rostro regenerado, su proyecto articulado en ese cuerpo social y de lucha de clases. Es necesario intensificar la educación
semejante: su propio hijo? ¿Acaso no se vio ella misma como la de las masas trabajadoras, a fin de que se den cuenta del peligro
señora, teniendo su hijo hermoso en sus brazos?28 La mujer "m a­ que para ellas significa el poder creciente y amenazador de la cla­
dre" trabajadora, cansada, exhausta, ama de leche ella misma de se capitalista de esta nación, si ésta continúa desorientando al
otros niños, sacará energías desde el fondo de su malbaratada proletariado y ganándolo para que traicione sus propios intere­
existencia. Se someterá a los tratamientos e indicaciones. Se per­ ses de clase"29.
mitirá el sueño de ser madre. Aceptará la visita de la señora, el Esa madre-pueblo que soñaba Recabarren que daría’á luz la
nueva y moderna "humanidad socialista", regresaba a la tradi­
ción religiosa y a la protección aristocrática. ¿Cuán sola la habían
25. Dr, C. Monckeberg, "Puericultura ante-natal". Enibid., p. 291. dejado en el sueño de la utopía?
26. Sra. Olga de Sarratea de Dublé, "Propaganda de la lactancia materna en Quizás esa madre-pueblo había sido inoculada con la nueva
las Gotas de Leche", op. cit.
27. Leemos en Elizabeth Grosz que desde tiempos antiguos, el alma es con­
hibridez entre tradición y modernidad. Tal vez en sus dos pechos
cebida como "copia" del cuerpo humano: una copia que es más etérea y menos descansaba el nuevo equilibrio del "orden social", re/instaurado
densa que el cuerpo físico, una analogía invisible pero material del ser vivien­ a través del ritual realizado por las señoras madres de la Gota de
te". E. Grosz, Voktile bodies. Towarda corpórea!feminism, Indiana Univ. Press, 1994,
Leche, las que a su vez encarnaban la nueva modernidad de su
p. 62.
28. "La imagen del cuerpo no es una imagen aislada, sino que necesaria­ tradición.
mente envuelve las relaciones entre el cuerpo, el espacio circundante, otros ob­
jetos y cuerpos y las coordinadas y ejes de horizontal y vertical. En sum a, es un
esquema postural del cuerpo" . Grosz, op. cit, pg. 85. 29. Federación Obrera, Santiago, 5 de enero, 1924.
FUERZAS ARMADAS, MEDICINA
Y SERVICIO SOCIAL EN CHILE
EL CASO DE UNA CONTRARREVOLUCION
MULTI-DISCIPLINARIA1924493230

L a primera ocasión en que las Fuerzas Armadas tomaron el poder


en Chile en el siglo XX, también ocurrió un día 11 de septiembre:
1924 y 1973, dos primaveras rotas por la invasión de fusiles y
metrallas en los espacios públicos antes ciudadanos. Ambos gol­
pes militares tuvieron como uno de sus objetivos principáles rea-
lizar una intervención política rad ical, en vista del r e /
disciplinamiento general de la sociedad y especialmente del mo­
vimiento obrero que vivía una fase decisiva de construcción de
su autonomía socio-política y de poder popular.
En este sentido, ambos poderes militares habrían inaugura­
do formas específicas de "dictaduras", definidas, siguiendo al
sociólogo Tomás Moulián, como una "poderosa aleación" entre
tres elementos: el poder normativo y jurídico (derecho), el poder
sobre las mentes (saber científico) y el poder sobre los cuerpos
(que Moulián identifica con el concepto de terrbr para 197331 y
que para el caso de 1924 habría que denominar disciplinamiento
biopolüico).
Respecto dé este tercer punto, el poder sobre los cuerpos, asal­
ta de inmediato la distancia entre ambas gobernabilidades auto­
ritarias. ¿Qué relación puede existir entre el terror como persecu­
ción, tortura y asesinato sistemático, formal, que trabaja constru­
yendo una sociedad cómplice en torno al silencio; y la biopolttica,34

33. Este ensayo forma parte del Proyecto Fondecyt N° 1990052


34. Sobre la definición conceptual y los tres elementos que compondrían
las dictaduras revolucionarias, ver Tomás Moulián, Chile actual: anatomía de un
mito, Lorm Arcis, 1997,
102 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 103

entendida como "la ciencia de las poblaciones, higiene pública, sionales, como fuerza armada civil paralela, ante el temor de un
pedagogía" y como el entrecruzamiento de todas estas discipli­ ejército socialista que había alcanzado el poder ese año.
nas cuyo punto de aplicación es el cuerpo3234? La única relación Ha surgido una veta' interesante a indagar. ¿Quiénes son y de
que pareciera existir entre ambos es la de una manifiesta oposi­ dónde surgen estos médicos que forman parte decisiva en la ini­
ción, como la que hay entre vida y muerte o como la que un cre­ ciativa de formar un ejército civil en Chile? ¿De dónde emana su
yente puede establecer entre el mal y el bien. legitimidad política para liderar un movimiento de esta naturale­
Es evidente que el alcance contrarrevolucionario de ambos za? ¿Qué significa en Chile la existencia histórica de una contra­
fenómenos es incomparable: mientras en 1924 se trataba de preve­ rrevolución profesional armada? ¿Qué carácter asumió y a qué
nir el ascenso del movimiento obrero y la rebeldía de un pueblo contradicciones históricas se vio som etida esta estrategia
en hambre, el golpe del 73 actuó para expulsar, a sangre y fuego, al biopolitica que fue capaz de conducir, a mediano plazo, a la crea­
proyecto popular histórico que había ya alcanzado el poder gu­ ción de un ejército civil dispuesto a enfrentar con las armas a un
bernamental. Esta diferencia decisiva marca otras profundas, lo proyecto socialista en los años 30?Nos interesa indagar en torno a
cual impide todo intento de análisis en paralelo. Está claro, para esta interrogante, instalándonos en el corazón del período 1924-
la mayoría, que no hay precedentes históricos en Chile para lo 1932, momento cuando se aplica una estrategia biopolitica de
que se vivió en 1973. No obstante, la perplejidad e incluso la sos­ importante alcance social.
pecha que embarga a la historiografía al respecto, llevan necesa­ El horizonte de esta pregunta sigue siendo, obsesivamente,
riamente a preguntarse por aquellos otros momentos funda­ el golpe armado del 73, sustentado sobre una alianza cívico-mili­
cionales de dictadura contrarrevolucionaria en nuestro país, tales tar radicalmente anti-socialisa. Está claro que las fuerzas arma­
como el de 1924-25. das del 73 no son las del 24; las del 73 son fruto de "la guerra
Los intentos por establecer similitudes a nivel del militaris­ fría". Pensamos que es más bien en el seno de segmentos de la
mo entre ambos períodos no bastan. Se ha hablado de "prusia­ sociedad civil donde se incuban fenómenos contrarrevolucionarios
nísimo" en las F.F.A.A.33, pero este prusianismo dio como fruto, de más larga data histórica en Chile. Y esta es la intriga que subyace
entre 1924-32, regímenes autoritarios de distinta ideología, tanto a este texto.
de derecha como de izquierda. Los estudiosos han centrado, en­ Nuestro tema se.instala, como decíamos, en uno de estos
tonces, su interés en un fenómeno posterior: el de las "milicias momentos fundacionales de contrarrevolución y revolución pa­
republicanas" o los "civiles en armas"34, fórmula creada en 1932, siva: el período que se abre entre 1924 y 1932: un período álgido
liderada en importante medida por médicos, junto a otros profe­ en cuanto a inestabilidad social, económica, política, que mantu­
vo a nuestro país en la frontera de una transición pro-revolucio­
naria. Nuestra pregunta central es: ¿en qué consistió este primer
32. Blandine Barret-Kriegel, "Michel Foucault y el Estado de policía", en: experimento chileno de contrarrevolución y dictadura; cuál fue
E. Balbier y otros, Michel Foucault, filósofo, Gedise editorial, España, 1999, p. 188
su carácter, qué agentes intervinieron y qué efectos tuvo? La pri­
33. Patricio Quiroga, "El prusianismo en las Fuerzas Armadas chilenas",
Ancles, N °l, septiembre, Santiago, 1984 mera imagen que surge es la acción de una política que se ha lla­
34. Respecto del tema, ver Verónica Valdivia, Las Milicias Republicanas. Los mado de "guerra por otros medios". Este "otros medios," cual
civiles en armas. 1932-36, Dibam, Santiago, 1992 y Carlos Maldonado, La Milicia fue principalmente la biopolitica, es el foco de nuestro análisis:
Republicana. Historia de un ejército civil en Chile. 1932/36. World University Service,
¿quiénes la proyectaron e implementaron? ¿cuánta carga autori-
Santiago, 1988.
104 MARÍA ANGÉLICA 1LLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 105

taria accionó? ¿Qué contradicciones afloraron en el curso de su no, la que apreció en el proyecto bio-político, una vía de "salva­
intervención? ¿Qué efectos produjo en la sociedad popular inter­ ción nacional", ante el estado de grave morbilidad y mortalidad
venida? ¿Qué fenómenos autoritarios incubó y reprodujo en el de la población que marcaba nuestro récord mundial e impedía
seno de la sociedad? contar con un pueblo sano para la defensa militar del país35, así
Al respecto, nuestra hipótesis principal plantea que en el pe­ como para el soporte de la producción nacional. Como resultado,
ríodo 1924-1932, el aparato gubernativo, militar y /o civil, que se en octubre de ese mismo año 1924, se creó el aparato estatal en­
instala para controlar el proceso de crisis social y económica ge­ cargado de la reforma asistencial y social: el ministerio de cuatro
neral, estuvo sustentado sobre una alianza de agentes civiles profe­ carteras integradas: Salubridad, Asistencia Social, Previsión Social y
sionales, específicamente, médicos y visitadoras sociales, que pro­ Trabajo, bajo la dirección del propio Dr. Alejandro del Río. Estába­
porcionaron el ideario y posibilitaron la aplicación del proyecto mos ante un hecho de trascendencia: se creaba, a través de la alian­
biopolítico con fines de ordenamiento social ampliado y de "sal­ za entre militares y médicos y a través de una doble estrategia de
vación nacional". En este sentido nos preguntamos acerca de cómo "guerra", de inducir por arriba la reforma socio-política en Chile,
se genera, qué carácter asume esta alianza interdisciplinaria, cómo la que se hizo texto en la nueva Carta Fundamental de 1925.
opera y a qué contradicciones se ve sometida. No obstante, cuando hablamos de biopolítica, es decir, de in­
tervención directa sobre los cuerpos, la "reforma por arriba" o la
"revolución pasiva" es una abstracción. Era necesario crear el
2 aparato que llevase a la práctica la biopolítica, conduciéndola hasta
L a a l e a c ió n de po d er e n t r e m ilitares , m éd ic o s y visitad o ras . la misma habitación e intimidad de los cuerpos a ser interveni­
1924-1931 dos.
De este modo, se creó en Chile el tercer factor de esta aleación
Desde finales de la primera guerra mundial, Chile vivía el quie­ de poder: la Escuela de Servicio Social, la primera Escuela de Servi­
bre de la espina dorsal de su economía, el salitre. La escasez de cio Social chilena latinoamericana y de habla hispana, por inicia­
recursos fiscales y la inseguridad general que vivía la sociedad tiva del mismo Dr. Alejandro del Río y dependiente de la Junta
ante la contracción general de la economía, a más de la continua Central de Beneficencia, organismo que en esta coyuntura comen­
afluencia de los ex trabajadores del salitre, unidas al fracaso polí­ zó a ser regida por el gobierno a través de sus nuevas reparticio­
tico del presidente Alessandri en dar cumplimiento a un nuevo nes ministeriales. El Servicio Social profesional que se fundaba
pacto ciudadano basado en la legislación social, formaba un pa­ en Chile, constituía, así, uno más de los aparatos culturales para
norama de crisis. En estas circunstancias, se produce el primer la intervención bio/asistencial a nivel nacional, destinada a apo­
golpe militar del siglo XX en Chile, que obliga la promulgación yar, en la base social, la vasta política de lucha contra "el trabajo
inmediata de la legislación social. de la muerte", que diezmaba al pueblo, especialmente a los ni-
El cuerpo médico de Santiago vio, de inmediato, la oportuni­
dad que dicha coyuntura ofrecía para instalar a nivel estatal y 35. En su discurso en la Asamblea Médica del 15 de septiembre de 1924, el
nacional su proyecto de construcción de un Estado Asistencial en capitán Fenner reveló los resultados de un estudio que establecía que "en nues­
tros conscriptos, o sea, en la población seleccionada de Chile, a los 20 años de
Chile. Este proyecto fue elaborado por el Dr.: Alejandro del Río,
edad sólo hay un 20% aptos en toda la acepción biológica del vocablo". Citado
apoyado por el cuerpo médico y presentado a la Junta de Gobier- en M.A.Ilianes, op. cit., p. 205
106 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 107

ños36. Es decir, se trataba de fundar una determinada 'le y de po­ mucho del caso europeo, con sus fundaciones profesionales
blación" que respondiese a las necesidades productivas, milita­ asistenciales ligadas a la nueva figura de estado de intervención
res y de orden, requerido por el modo de producción capitalista y social que surge durante la primera guerra y con posterioridad a
el estado nacional y que, por ende, asegurase la permanencia de ella. La similitud residía principalmente en la variable "guerra",
la organización social establecida. Desafío que marcará profun­ protagonizada por militares, médicos y visitadoras sociales, quie­
damente el proceso político social chileno en el curso del siglo XX. nes, usando un discurso guerrero, tomaban, conjuntamente, las
En suma, y siguiendo con las categorías de Tomás Moulián37, riendas del convulsionado orden social, impugnado críticamente
podríamos identificar en esta "dictadura revolucionaria" un do­ por el movimiento obrero.
ble movimiento: 1) de fusión o concentración por arriba del poder
de la "verdad" y de la fuerza, encamada en médicos-y-milítares
hechos Estado; y 2) de fisión concebida en un doble sentido: a) 3
fisión como un movimiento que podríamos vincular aquí con la La d e f in ic ió n D E L A A L IA N Z A IN T ER -D ISC IPLIN A R IA
idea de ruptura del núcleo que conformaba el orden cultural de
las relaciones de género, instando la clase dirigente masculina a ¿Cuál fue el carácter que asumió la relación y alianza entre la cien­
las mujeres de elite y clase media a salir trabajar en el campo de lo cia biomédica y el servicio social en Chile en la primera etapa de
público en vista de la intervención bio-polítíca; y b) fisión, enten­ su desarrollo?
dida también como diseminación de prácticas de poder en la base Algunos historiadores latinoamericanos ven esta alianza como
de la sociedad, interviniendo las fracciones, y las partes, dando una expresión más de las fundaciones, por parte de los médicos,
un combate cotidiano y cuerpo a cuerpo, intentando incorporar a de profesiones auxiliares a su propia labor, denominándolas para­
la sociedad civil en la lógica de la dictadura revolucionaria, ac­ médicas (tales como las enfermeras y matronas). En este sentido,
ción desempeñada por las Visitadoras Sociales profesionales di­ las Visitadoras Sociales, en palabras del dentista social argentino
seminadas por el barro de lo real. Exequiel Ander-Egg, habrían pasado a formar parte del equipo
El ejército de médicos-y-militares habría estado apoyado por del médico en calidad de "sub-profesionales: que les cumplieran las
un batallón de delantales femeninos que tomaron la función de funciones de brazos-extendidos y ojos-prolongados a los domicilios de
infantería de avanzada para efectuar una internación en el terri­ ¡os pacientes", con el objetivo de vigilar los tratamientos y enseñar
torio donde habitaban los cuerpos-de-pobres para ser coloniza­ la higiene y la puericultura38.
dos y conquistados. En vez de hablar de "sub-profesionales", quisiera entender la
Y en esta opción biopolítica, Chile no se habría distinguido alianza entre medicina y servicio social más bieíi, como una "am­
pliación disciplinaria"39. El saber médico tradicional, basado en

36. En 1908, las cifras de mortalidad infantil alcanzaba a 307 x 1000 niños
nacidos vivos, nuestro récord mundial. Al mismo tiempo, Santiago de Chile era
la ciudad con mayor mortalidad infantil del mundo: 502 x 1000 en 1900, cifra 38. Ander-Egg, Exequiel, ¿Qué es el Trabajo Social?, Humanitas, Buenos Aí­
calificada como "pavorosa". (Dr. Alfredo Commentz, Estadísticas de mortalidad, res, 1989, p. 120
natalidad y morbilidad en diversos países europeos y en Chile, en : A ctas del Primer 39. Para un análisis de este concepto ver Francois Ewald, "Un poder sin un
Congreso de Protección a la Infancia, Santiago, 1919, pp. 322-333). afuera", en: Foucaidt,filósofo (varios autores), Gedisa Editorial, Barcelona, Espa­
37. Tomás Moulián, op. cit. ña, 1999, p. 165.

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108 MARÍA ANGÉLICA ILLANES la BATALLA DE LA MEMORIA 109

el diagnóstico y tratamiento de la "enfermedad del cuerpo", bus­ Ella acude de modo diferente a como llegaba a la casa del po­
caba ahora "el cuerpo de la enfermedad", al que poco o nada co­ bre la señora caritativa. La Visitadora, por mandato del saber cien­
noce (especialmente tratándose de cuerpos de pobres), en tanto tífico, debe buscar las causas del mal, para curarlo, y para prevenirlo42.
que estos son "objetos" históricamente configurados en el seno Por otra parte, el método de investigación de dichas causas tam­
de "un lugar social y familiar" que le es desconocido. El Servicio bién le confería al Servicio Social un status "científico": utilizaba
Social profesional debía cumplir el papel de romper los límites ciertas técnicas precisas (encuestas, monografías, etc.) para recabar
institucionales de intervención biopolítica sobre los cuerpos de los datos sobre cuyas bases se podrían establecer las causales. En
pobres, siguiendo sigilosamente sus pasos, en busca de su histo­ busca de estas causas y premunida de estos métodos, acudía la
ria corporal, la que se intentaría conocer, colonizar y normar. Visitadora profesional (vestida de uniforme, a sueldo y tiempo com­
Según la recomendación de madame Leo de Bray C., directo­ pleto) al domicilio del otro, mandada por el médico, con el fin de
ra de la Escuela de Servicio Social40, el método de aproximación recoger los antecedentes sociales de su "caso clínico".
de las Visitadoras era el de los "detectives": el rastreo cauteloso Cada problema social se estudia como un caso médico y
de los pobres, internándose a sus territorios, ocultando su verda­ las etapas de su curación son: el establecimiento del diagnósti­
dera identidad y objetivos, disfrazándose del otro, aprendiendo co y el tratamiento. Para establecer el diagnóstico, la visitadora
su jerga, accionando las tecnologías femeninas de aproximación: procede mediante la encuesta, como el médico, pero en lugar
sonrisas, caricias, dulces... de tomar el pulso del enfermo, de hacerle sacar la lengua y
En una etapa histórica en que la autonomía del movimiento hablar en latín, procedimientos que Moliere ha inmortalizado,
obrero y el antagonismo de clase estaba a la orden del día, efectuar ella interroga a los interesados, sus parientes, patrones, médi­
un acto de- "aproxim ación" revestía un carácter contrarre­ cos, maestros de escuela, vecinos, propietarios, instituciones
volucionario y, por lo tanto, era uno de los objetivos estratégicos dt de las cuales forma parte el solicitante y llega así a conocer la
la bio-polítíca. De este modo, haciendo el camino inverso de la con­ situación económica, profesional, física, mental, moral de los
frontación de clases, ella acude a conjurar el mal o la enfermedad diversos miembros de la familia, su grado de instrucción, cos­
porque, tal como les había enseñado la directora de la escuela, "la tumbres, etc. Ella debe conocerlas al cabo de un corto tiempo
necesidad de atacar a este enemigo común de la humanidad aproxi­ mejor que sus más íntimos amigos y, muy a menudo, mejor
ma a los hombres"41. La enfermedad se constituía en el campo "neu­ que lo que ellos mismos se conocían antes de este examen43.
tral", era la bandera blanca que otorgaba el título para aproximarse Normada según las pautas del médico, ella deberá escribir su
a los pobres con el fin de atacarla, pudiéndo hacerle la guerra (la propio texto, considerando sus propias observaciones y percep­
guerra por otros medios) en su propio cuerpo, en su propio ran­ ciones. La Visitadora se halla ante el desafío de elaborar un saber
cho, con los suyos, en su vida, hasta alcanzar su "persona-otra", compuesto no solo de datos considerados objetivos, sino también
alejada y desconocida en su extrañamiento de pobre y de clase. de múltiples subjetividades, entendiendo que "la subjetividad se
construye en y a través de un conjunto de relaciones con las con­
diciones materiales y simbólicas mediadas por el lenguaje, lo cual
40. Maíle Leo Cordemans, Algunas consideraciones del Servido Social. Confe­
rencia dada en la escuela de S.S, el 31 de agosto de 1927. En: Sewicio Social, Año
II, marzo 1928, n” l, p. 4 42. Ibid., p.2
41. Ibid 43, Ibid., p. 3
110 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 111

requiere aceptar que toda relación social (de género, clase o raza, En este sentido, la Visitadora se define principalmente por
conlleva un componente imaginario"44. En este caso se trata de ser la portadora del habla dirigida al otro. Esta habla supone la
un saber subjetivo que, emanando del "orden doméstico" y de ruptura del saber recluso y mudo propio del profesional científico y
un juego de relaciones humanas concretas, podrá constituirse en su transformación en un saber comunicativo producido en claves
un nuevo saber elaborado, apropiado y escrito en el cuaderno de la vida cotidiana. En el curso de este proceso de traducción y
personal de la Visitadora y socializado por ella misma a través de apropiación de habla se posibilitó un espacio de autonomía
los textos que pone en circulación su propia disciplina profesio­ comunicativa y dialogante, una oralidad productora de un nue­
nal. Ella habría de ir, así, configurando una práctica con un impor­ vo saber acerca del otro que tendió a re-alimentar y a romper las
tante grado de autonomía en la producción de saber y cuyas in­ reclusiones del saber cientñifico. Porque la asistente social no de­
dagaciones y resultados no solo alimentaron la archivística de hos­ bía ser, les recomienda la directora de la Escuela, "la extraña que
pitales e instituciones, sino que circularon en discursos abiertos, desde la puerta de opiniones, consejos generales, vagos, optimis­
en congresos, folletos y revistas que, a su vez, alimentaron otros tas, que predica la moral, sino la buena vecina, la que conoce a
discursos y saberes (políticos, sociales y económicos) contribu­ Pedro, trae un remedio para la tos a Pablo, sabe del pololo de
yendo, desde la perspectiva que fuese, a un cierto grado de María, la que quiere ver progresar a la familia"...45.
"visibilización" del Chile real-popular. Es decir, es en el seno de esta oralidad que porta el habla,
Por otra parte, la aproximación biopolítica suponía una inter­ donde se potencia la posible aproximación al pueblo. Aproxima­
vención pedagógica sobre el pueblo que le persuadiera y enseña­ ción que ha utilizado la "vía corporal" cuyas claves le proporcio­
ra las normas profilácticas del cuidado de su cuerpo y los méto­ nó el hombre-médico para justificar su detectivesca búsqueda del
dos para atacar sus enemigos. El pueblo debía aprender la lengua desconocido otro, se ha realizado sobre la base de un diálogo en
de la higiene y la puericultura, conociendo las reglas de la conju­ la lengua de un saber cotidiano, es decir, anti-científico acerca del
gación de sus verbos y las normas de su gramática. En tanto "co­ otro. Se genera una dialéctica entre saber científico y saber oral
rrea de transmisión" médico-pueblo, la Visitadora ha de apro­ anti-científico, en torno a cuya práctica comunicativa se jugaba el
piarse del lenguaje científico, procesarlo y re-elaborarlo por me­ éxito de la aproximación. "Si la Visitadora Social ha establecido
dio de su propia Subjetividad, transformándolo en un lenguaje previamente relaciones amistosas con (la persona a tratar) y ha
oral, capaz de ser transmitido y comprendido por el otro pueblo. Es logrado convencerla que sólo desea sinceramente acudir en su
decir, ha de traducir el lenguaje científico en lengua vulgar. ayuda, le será mucho más fácil penetrar después en su intimi­
dad..."46. El desafío era llegar a establecer una relación horizontal,
penetrante, incisiva, domesticadora, con el objetivo de combátir
44. A esto habría que agregar la construcción de una subjetividad que em a­
el enemigo de la humanidad que se alojaba en el otro, reorgani­
na de esta relación "colonizadora" entre mujer Visitadora y pueblo (que, por lo
general adopta la forma concreta de mujeres populares) al modo como lo en­ zando la vida de este en torno a la norma y el orden de la civiliza-
tiende el feminismo post-colonial: una subjetividad emergiendo "en una com ­
pleja interrelación de identificaciones heterogéneas situadas en una red de dife­
rencias desiguales. En este sentido, habría que pensar el proceso de subjetivación
45. Mlle. Leo Cordemans Algunas consideraciones del Servicio Social. Confe­
en términos de una trama de posiciones de sujeto, inscrita en relaciones de fuer­
za en permanente juego de complicidades y resistencias". Gloría Bonder, Género rencia dada en la Escuela de S.S. el 31 de agosto de 1927. En: Servicio Social, año
II, marzo, 1928, N“ 1, p. 6
y subjetividad: avalares de una relación no evidente, en: Género y epistemología. Muje­
4 6 .Ibid.
res y disciplinas (S. Montecinos y A. Obach, compiladoras), LOM, 1999, pp. 35-36
112 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 113

ción y la biopolítica. Pero también en el seno de esta aproxima­ Chile, AMECH) dirigieron el movimiento de resistencia civil que
ción horizontal, se habría realizado la posibilidad del "encuen­ finalmente logró derrocar, el 26 de julio de 1931, el gobierno del
tro" con el otro y de comprensión de sus "razones", posibilitando general Ibáñez.
en la Visitadora el afloramiento de un discurso crítico anti-siste­ En su reemplazo, los líderes del movimiento anti-ibáñista pro­
ma. piciaron la candidatura de Juan Esteban Montero, una figura que
En suma, no vemos en el proceso de ampliación normativa y les era confiable por ser "independiente" tanto respecto de los
disciplinaria del S.S. sobre el cuerpo del pueblo, un acto mecáni­ partidos tradicionales como de las fuerzas armadas, las que tam­
co de extensión profesional de la medicina (al modo de un bisturí bién habían pecado de pretender ejercer poder corporativo y au­
o un rayo X), sino más bien una alianza inter-disciplinaria para la tónomo. Montero subió al gobierno; junto con él, el Dr. Sótero del
puesta en acción de redes de poder en la base con el fin de lograr Río (quien será luego uno de los fundadores de las milicias repu­
una acción de "aproximación"; proceso altamente complejo que blicanas) asumió la cartera del Ministerio de Bienestar Social46, que
se habría realizado a través de la conjunción 4el saber científico y jugaría un rol central en el manejo social de la crisis, a través de la
anti-científico dado en el contacto directo con el otro, contacto Oficina del Trabajo, bajo sus dependencias.
que habría potenciado el afloramiento de contradicciones en los ¿En qué consistió este manejo de crisis, en un momento his­
objetivos normativos, tórico en que el hambre era el gatillo de la reivindicación y con­
frontación de clase49? Esta habría de consistir en la puesta en ac­
ción de aquellos instrumentos propios de una blanca (y, en este
4 caso, civil) dictadura revolucionaria; la dirección técnica del saber
L a a l e a c ió n de po d e r e n tiem po de crisis . 1931-1932 médico, la defensa del aparato de orden jurídico y, especialmente,
el control sobre los cuerpos.
En la coyuntura de la crisis económica capitalista de 1930, la Respecto del manejo de los cuerpos de pueblo en hambre, la
estabilidad política se vio drásticamente comprometida. Con el política del Dr. Sótero del Río cambió respecto de la política clási­
cierre de las salitreras, miles-de obreros, los que representaban ca de recluir a los cesantes en albergues, foco de pestes y de co­
el 70% de la fuerza de trabajo del país, llegaban a albergarse a la rrientes revolucionarias. Se optó por la diseminación de la pobla­
capital47*, enarbolándose las banderas de la confrontación de cla­ ción cesante en edificios públicos y en los barrios populares, pa­
ses. En este momento crítico, los profesionales médicos (a tra­ gando el gobierno piezas de arriendo y organizando la ayuda en
vés de su nueva figura corporativa, la Asociación Médica de alimento y ropa a través de la creación de un Comité Central de

47. Según estadísticas de la Oficina del Trabajo, existían en el país 128.000 48. Nuevo nombre que Ibañez le había dado al Ministerio de cuatro carte­
personas cesantes inscritas en dicha Oficina a nivel nacional, a las que había que ras fundado por el Dr. Alejandro del Río
agregar 3 ó 4 personas término medio (componentes de un grupo familiar po­ 49. La caída de la dictadura de Ibáñez favoreció la recomposición de las
pular), lo cual hacía un total de 400.000 personas en la miseria, correspondientes fuerzas políticas en el campo popular: se rearmada Foch y vuelve a la legalidad
al 10% de la población chilena Adriana Izquierdo Phillips, Como se organizó la el Partido Comunista, reprimido por el régimen ibañista; los anarquistas se re-
ayuda a los cesantes y la participación que en ella correspondió a la Escuela de Servicio unifican en la Confederación General del Trabajo y crece el sindicalismo legal,
Social Elvira bAatie de Cruchaga, Memoria para optar al título de Visitadora Social facilitado en los años anteriores. Ver Serie Historia del Movimiento Obrero, n'16,
de dicha Escuela, Santiago, julio, 1932. Taller Nueva Historia, Cetra/Ceal, Santiago., s /f, p. 5
114 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 115

Ayuda a los cesantes50, dirigido por la Inspección General del Tra­ Escuelas de Servicio Social con todo su alumnado52, a más de la con­
bajo. O se intervenía sobre la emergencia del hambre o peligraba tratación, por parte de dicha Inspección General del Trabajo, de
el orden social. He aquí la disyuntiva: visitadoras sociales profesionales y de las Directoras las Escuelas
Eran días de suma agitación; después de la revolución de S.S. existentes. De modo que, en este campo de la política esta­
del 26 de julio, brotaba en el pueblo una obscura conciencia tal de emergencia, las Visitadoras Sociales jugaron un papel pro­
de sus derechos y el deseo de satisfacerlos de cualquier ma­ tagonista, dando un salto decisivo en su accionar en el campo de
nera, aún recurriendo a la violencia. Se puede decir que cuan­ la biopolítica, desde las instituciones asistenciales de la benefi­
do el Inspector General del Trabajo tomó la iniciativa de lle­ cencia, al ámbito del gobierno de la ciudad-de-pobres. A partir de
nar las justas necesidades de los cesantes, realizó no solamente este momento, el servicio social profesional quedaba oficialmen­
una obra altamente humanitaria, sino que llenó un fin de paz te adscrito a las políticas públicas de intervención social.
social. Únicamente sus colaboradores de la primera hora, El 2 de septiembre de 1931 se abrió la Oficina Central de Soco­
pueden darse cuenta cómo el hecho de v^r tan alta autoridad rros en la Casa del Pueblo. Las Visitadoras Sociales —directoras
preocuparse de asegurar, aunque fuera un mínimo de ayuda, de escuela, cuatro visitadoras profesionales contratadas53, a más
calmó la reivindicación de un pueblo entero que la miseria de una gran cantidad de alumnas— , no dieron abasto para aten­
habría podido llevar a los peores excesos"51. der la avalancha de "muchedumbres" que se agolpó en las de­
Este Comité Central de Ayuda a los Cesantes fue uno de los pendencias de dicha Casa, que casi no podía ser contenida por
aparatos donde se concentró el mando único social en tiempo carabineros, presentando por escrito sus solicitudes de socorro
de crisis, tomado por el estamento médico y técnico del Estado. (1.300 solicitudes en un día). Estas se anotaban en un fichero: base
A este Comité Central le correspondió la "dirección, organiza­ de datos de las visitadoras con la que posteriormente se dirigi­
ción y administración superior de los auxilios y recursos fisca­ rían a los domicilios a visitar a los demandantes y constatar su
les, municipales y particulares de cualquier naturaleza que fue­ verdadera necesidad.
sen destinados a los cesantes", así como el control de la cesantía La ciudad se dividió en dos sectores, separados por la Ala­
en todo el país, la distribución de trabajo, albergue y alimenta­ meda como eje central, siendo cada uno de ellos adjudicado a
ción. El aparato asistencial del gobierno otorgó a un organismo una Escuela de Servicio Social para su visita y control: a) el sector
de claro tinte oficialista el mando ejecutivo y supremo sobre los de la Alameda hacia el norte, comprendiendo Mapocho por el
recursos y el manejo a nivel nacional del problema social en tiem­ oriente y Brasil por el poniente, que correspondió a la escuela
po de crisis.
Será a esta institución oficial a la que se integrarán ambas
52. El año 1929 se había puesto en funcionamiento una segunda Escuela de
Servicio Social de orientación católica, la Escuela Elvira Malte de Cruchaga, de­
pendiente de la Universidad Católica. "Afortunadamente los cursos teóricos de
la escuela habían terminado y todas las alumnas con gran entusiasmo se dedi­
caron a la tarea de inscribir y visitar a los solicitantes. Fue admirable la labor
50. Decreto del 31 de julio de 1931 desarrollada con energía y entusiasmo, ocupando sus días de descanso en esta
51. Rosa Pellegrini, El servicio social y ¡os cesantes, Conferencia dictada en la tarea". Op. cit, p. 15
Escuela de Servicio Social, citada en Madame L. de Bray, El desarrollo del Servicio 53. Entre ellas, Elena Hott, de la escuela de la Beneficencia y Rebeca Iz­
Social en Chile, en Servicio Social, Año V, junio-septiembre, 1932, N“ 2 y 3, p. 241. quierdo, de la escuela Elvira Matte, cada una con un sueldo de $ 300 mensuales
116 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 117

Elvira Matte; b) el segundo sector que comprendía la Alameda tal de la crisis, preocupándose directamente de todo, desde la ali­
hacia el sur, fue otorgado a la escuela de la Beneficencia54. mentación hasta la vivienda, en el terreno mismo donde se en­
La participación del Servicio Social en la esfera pública se contraba la miseria y necesidad urbana capitalina.
realiza, así, sobre la base de una repartición bipartita del espa­ En el mes de febrero de 1932 quedaron definitivamente esta­
cio urbano, considerando la existencia de las dos escuelas de blecidos 30 centros de racionamiento ubicados en los barrios po­
Servicio Social existentes en el país (en 1929 se había creado la pulares, varios de ellos en parroquias. Estos centros repartían un
Escuela Elvira Matte, dependiente de la Universidad Católica), promedio diario de 61.000 raciones para adultos y 5.745 para gua­
las cuales sirven como parámetro para la división de la ciudad guas consistentes en quaker y azúcar.
intervenida. La crisis seguía desbordando los esfuerzos en el invierno de
Abarcar la ciudad, visitando a cada una de las familias cesan­ 1932. La caída del gobierno de Juan E. Montero y la toma del mis­
tes que demandaban solicitud, se hizo una tarea inmensa. El ejer­ mo en el mes de junio por la junta militar que inauguraba un
cito de visitadoras puesto en marcha no alcanzaban a más de 300 destello de República Socialista en Chile55, modificó la dirección e
visitas diarias. Constatadas sus necesidades a través de la "en­ intensidad del auxilio estatal al pueblo, en circunstancias de ha­
cuesta", se les entregaba a los pobres un "carnet" que les daba ber crecido el número de indigentes. La Junta Socialista decretó el
derecho a un ración (la Oficina de Socorros repartía 3.000 racio­ rescate de prendas de vestir y de instrumentos de trabajo, tanto
nes diarias) y les permitía pedir auxilio en la calle. Asimismo, el desde la Caja de Crédito Popular como de otras Cajas de Crédi­
"carnet" era un instrumento de "control de las personas que ne­ to57.
cesitasen ayuda para que esta no se malgastara..."55, es decir, un La nueva autoridad central-estatal-socializante les exigió a
instrumento de orden en el manejo socio-político de la crisis. las Visitadoras dejar de lado las visitas a domicilio, rompiendo
Una segunda fase de racionalización para el control social con los marcos tradicionales de su acción vigilante hacia los po­
de la crisis en el espacio urbano, queda señalada por la descen­ bres, requiriéndoles una acción inmediata y sin restricción res­
tralización del reparto y la atención directa de los racionados en pecto de las solicitudes de los cesantes. Se impuso la voluntad
"Centros de Reparto" instalados en las vecindades de la ciudad política gubernativa de una solución drástica e inmediata de la
pobre, que se dividió en sectores; cada centro a cargo de una emergencia, mejorando la calidad de la misma.
Visitadora.
Despuntando el día llegaban las Visitadoras al reparto de ali­
mentos, acogiendo nuevas solicitudes, atendiendo reclamos y 56. Entre el 4 y el 16 de junio de 1932 asume la República Socialista, bajo el
mando del General Marmaduque Grove, que toma una serie de medidas de
problemas de traslado a otras ollas según domicilio, visitando a
intervención en materia económica y de subsistencia social, siendo derrocada
aquellos que habían dejado de asistir al reparto, pasando encues­ por la Junta de Dávila, de tendencia ideológica opuesta a la primera, pero no
tas y confeccionando fichas y carnets. Es decir, estas Visitadoras menos intervencionista ante la crisis, la cual llama a elecciones presidenciales
Sociales llamadas "de barrio", secundadas por las dos Escuelas en el mes de diciembre de ese año.
57. El gobierno autorizó la restitución a sus dueños por parte de la Caja de
de Servicio Social, fueron un puntal clave de la organización esta­ Crédito Popular especies empeñadas hasta la suma de $150.000, aunque todo lo
que fuese útiles de trabajo se restituiría cualquiera fuese su valor. También se
decretó el rescate de prendas de Cajas particulares, aunque por una suma hasta
54. Op. cit, p. 7 $50 por familia. La demanda fue tal, que hubo de suspenderse por agotamiento
55. Op. cit., p.. 6 de fondos del gobierno (sep. L932). Rosa Pellegrini, op. cit., p. 244
118 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 119

En el mes de junio los Centros de Racionamiento duplicaron su sionales pasarán a integrar dichas Milicias59. Esto nos está insi­
entrega de raciones,, proporcionándose dos raciones diarias,, con nuando la estrecha relación entre el saber científico y el proyecto
una porción de carne y dos de pan. Se complementaron las ollas político, así como entre la intelectualidad que porta ese saber y el
parroquiales con nuevos repartos en edificios fiscales, llegando a compromiso político de esa inteligencia; finalmente nos muestra
135 el número de centros de reparto, centralizados en torno a la la relación entre la vía asistencial/ caritativa y la vía militar como
Inspección del Trabajo. Este organismo dispuso la unificación de un camino doblemente transitable, según la época y oportunidad
los Registros a cargo de una Visitadora Jefa de la Escuela de Ser- histórica, para alcanzar ciertos fines estratégicos de conservación
vicio Social de la Beneficencia, secundada por una visitadora de social.
la Escuela Elvira Matte5S. Es decir, el encumbramiento de la intelectualidad profesional
A nuestro juicio, la intervención histórica de un militarismo médica al poder político a través del golpe militar de 1924, le ha­
estatal de signo socialista fue un elemento clave para el control bría otorgado una participación directa en el poder gubernativo
social de la crisis, tanto por el hecho de haber aumentado nota­ del país, sirviéndole de escuela política y legitimándole como una
blemente la ayuda pública, como principalmente por haberla ex­ fuerza activa en el delineamiento de alternativas "reformistas-
presado en un lenguaje bastante similar al del movimiento obre­ conservadoras" en tiempo de crisis, hasta derivar en fórmulas
ro clasista y acompañado de un programa de reformas estructu­ militaristas (Milicias Republicanas) una vez expulsados del poder.
rales a mediano y largo plazo, todo lo cual habría contribuido a Es decir, en el seno de la biopolitica conservadora se ha forjado
producir una empatia entre el Estado-auxilio y el mundo popu­ un segmento civil militante anti-socialista que, una vez fracasada
lar. su "guerra por otros medios" opta por la "guerra sin otros me­
Como se sabe, de inmediato se organizó la resistencia a este dios".
gobierno socialista. Especialmente notable es la creación de la Una Por su parte, el Estado, sustentado en el proyecto biopolítico,
Tricolor, una milicia armada compuesta por los profesionales mé­ ha dado pasos decisivos en materia de intervención y política so­
dicos más conservadores y que habían tenido ingerencia pública, cial nacional en el seno de la emergencia. Y lo ha hecho no tanto al
la que posteriormente derivaría y se integraría a las Milicias Re­ modo de un aparato de intervención directo, sino mediatizado por
publicanas, es decir, a un cuerpo de "civiles en armas" que cons­ el Servicio Social profesional, cuyas mujeres organizaron el auxi­
tituiría el verdadero rostro de una sociedad que percibió el peli­ lio central y trabajaron en el barro mismo de la realidad popular,
gro de la "avanzada socialista" sobre el orden tradicional. Es de paliando la miseria con los recursos y a nombre del estado y con­
mencionar que integraron en 1932 esta Una Tricolor y en 1933 el tratadas por éste. Se va dibujando, así, el uso de género femenino
Estado mayor General de las Milicias Republicanas, entre otros, en el campo de la biopolitica gubernativa, posibilitando la avan­
el Dr. Sótero del Río, depuesto Ministro de Bienestar Social y el zada del Estado hacia el cuerpo social a intervenir.
Dr. Julio Schwarzenberg, uno de los directores de la Junta Central Pensamos que, en general, la crisis de 1930 y la amenaza de
de Beneficencia y director en 1920 de varias Gotas de Leche, entre
otros cargos. Junto con ellos, una legión de médicos y otros profe­

59. Sobre el tema de las Milicias Republicanas ver Verónica Valdivia, Las
milicias republicanas. Los civiles en armas. 1932-1936, Centro de Investigaciones
58. Op. cit., p. 14 Diego Barros Arana, Dibam, Santiago, 1992
120 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 121

desestabilización del status quo político y social, fue abordada y sus repercusiones en la economía y la sociedad chilena60. Y esto
con bastante eficacia desde el aparato de intervención biopolítico no constituye un asunto trivial. Su formación profesional no to­
estatal fundado en 1924, secundado por la acción directa de aquel caba, por lo general, temas relativos a la estructura de la econo­
nuevo estamento profesional, el Servicio Social que, con una ex­ mía. Su formación hacía énfasis, a lo más, en la legislación labo­
periencia de cinco años, se encontró disponible y preparado para ral, sustentada sobre la ecuación deberes-derechos en el campo
efectuar una intervención pública ampliada sobre el cuerpo po­ contractual del trabajo; sobre la base del cumplimiento de ambos
pular en hambre. La alianza inter-disciplinaria entre la medicina factores, se alcanzaba la mayor productividad y la armonía so­
y el servicio social alcanzó, a nivel estatal, la plenitud de su figura cial. Este esquema explicativo se viene ahora abajo. Las jóvenes
bélica, en circunstancia de existir un movimiento popular en alza visitadoras han de hacer otro diagnóstico de la realidad social en
y una cesantía generalizada. emergencia sobre la que les toca intervenir. Y así como han de
La intervención inter-discip linaria consistió en una aproxi­ quebrarse en parte sus esquemas "teóricos", también hubieron
mación individual, cautelosa y horizontal, en una primera etapa, de ser sobrepasados sus principios y mecanismos de interven­
pasando, en tiempo de crisis, a una diagramación total del espa­ ción prácticos, conociendo la impotencia de los mismos61.
cio social urbano, donde quedaron inscritos los cuerpos popula­
res en forma masiva, directa y vertical. Pensamos que estas dos
formas que adopta la contrarrevolución inter-disciplinaria de la 60. La Visitadora Social Adriana Izquierdo, que escribe la memoria para
medicina y el servicio social como biopolítica, se potenciaron obtener su título profesional sobre la participación de las Visitadoras en esta
crisis (documento en que nos hemos basado para escribir esta parte de nuestro
mutuamente, en una etapa decisiva de la historia social chilena,
estudio), comienza su texto buscando una explicación de la misma a través de
en la cual el autoritarismo político y social estuvo a la orden del variables netamente económicas. Dice al respecto: "La crisis mundial ha tenido
día. en nuestro país graves repercusiones. Por la escasa independencia económica y
por la incipiente industria nacional,... nuestro país no ha podido escapar a ella
Sin embargo, la biopolítica como reforma estaba sometida a
y sufre como el que más sus consecuencias. La falta de mercado para colocar
límites y contradicciones: estas dicen relación con el hecho de nuestros productos básicos, como el salitre, cobre, carbón y productos agrícolas,
que al aplicarse sobre los "cuerpos de pobres", revela la "pobre­ ha determinado el cierre de estas industrias que ocupaban más del 70% de nues­
za de los cuerpos", es decir, el orden y estructura ecónómica en tros obreros. Agregúese a esto la paralización de las fábricas que, no contando
con los mercados del norte del país que absorbían toda la sobreproducción, han
que estos son históricamente configurados. Por lo mismo, po­ tenido que cerrar y despedir a sus operarios. / Por otro lado, la bancarrota del
tencia discursos, prácticas y movimientos que ya no son contro­ Fisco que, no pudiendo contratar nuevos empréstitos, se ha visto en la imposi­
lados desde la biopolítica y esto habría sido lo que ocurrió en bilidad de realizar su plan de obras públicas que, según cálculos, daba ocupa­
ción a más de 80.000 personas. / Como en nuestro país no existe seguro alguno
Chile. La fuerza de lo económico afloró y la crítica al respecto se
de desocupación, todos se han encontrado ante la miseria, sin tener más que sus
impuso. propios medios para hacerle frente. Por este motivo el gobierno se preocupó de
Esto último lo podemos apreciar en el significado que adquiere estudiar el problema, el que ha sido y es discutido en innumerables proyectos y
para las visitadoras profesionales chilenas la experiencia de su comisiones sin que pueda llegarse a una solución satisfactoria. Entre tanto, lo
urgente era la ayuda inmediata, dar comida, casa y ropa al que sufría estas nece­
participación en el gobierno (a todo nivel) de esta crisis. Su masi­ sidades". Op. cit., p. 1-2
va incorporación a esta coyuntura les va a ampliar su visión de la 61. "Naturalmente el trabajo que ellas realizan (en estas circunstancias) no
realidad, permitiéndoles percibir el comportamiento de la econo­ es el que representa el verdadero concepto de Servicio Social, tratándose como
se trata de un estado de indigencia, cuyas causas no están en sus manos reme­
mía capitalista en esta fase de su crítica.desarticulación sistémica diar y a las que sólo puede aliviar paliativamente". Op. cit., p. 11
122 MARÍA ANGÉLICA 1LLANES

Esta experiencia les hace tomar contacto con una realidad cuya EL CUERPO DEL PUEBLO
miseria las sobrepasó, llegando a elaborar discursos críticos que Y EL SOCIALISMO DE ALLENDE
impugnaban la actitud indiferente de la elite, a nombre de un "sa­ (F rente P opular)
ber" emanado por el contacto directo, físico y material que la
Visitadora había tomado con los pobres en hambre. A partir de
este posicionamiento crítico ellas entran a refutar ciertos plantea­ S alvador A llende buscaba , a través del Frente Popular, cambiar la
mientos tradicionalmente esgrimidos por una clase social (la eli­ fotografía de Chile documentada en la primera página de su libro
te) respecto de otra (las clases populares): que "el pueblo es flo­ titulado La realidad médico social chilena (1939). La imagen que ilus­
jo", "que no trabaja porque no quiere", etc. Esta refutación la pue­ tra el libro muestra la contradicción entre el paso de irnos apura­
den hacer desde el momento que ha cambiado la perspectiva de dos e indiferentes zapatos de charol, y la presencia de los niños
su mirada: instalándola en la razón del otro-pobre, llamando "al abandonados a la intemperie de la ciudad.
orden" y a la disciplina a la aristocracia para el cumplimiento de Desde fines del siglo XIX, los intelectuales orgánicos y mili­
sus deberes cristianos. Finalmente, es interesante destacar que en tantes científicos, los médicos, han estado fijando detenidamente
estos discursos se enfatiza que la situación por la que pasan los su mirada en esta fotografía social de Chile. Trabajadores de la
trabajadores obedece a factores (económicos) sobre los cuales ellos enfermedad y de la muerte, desde hace tiempo han estado ago­
no pueden actuar y respecto de los cuales "no tienen culpa", biados por su oficio y se han visto sobrepasados en su esfuerzo:
percibiéndoseles, así, como "víctimas" de un sistema en el cual los cuerpos sin vida aumentando, arrasados en la impotencia.
estaban inmersos y atrapados. ¿Dónde anidaba tanta muerte?
Retomando nuestra pregunta acerca de la. diferencia entre Si bien los tratamientos científicos han fracasado, estos inte­
disciplinamiento biopolítico y terror, ella salta radicalmente a la lectuales han venido produciendo un nuevo conocimiento acerca
vista: mientras la primera consistió en salvar la vida de los cuer­ de la realidad chilena: un conocimiento corporal de Chile, fragmen­
pos intervenidos, el terror consistió en la muerte, la tortura y la tado en encuestas, estadísticas, estudios de casos, tesis de grado,
expulsión. No parece haber punto de contacto alguno. Sin em­ ponencias y artículos para revistas científicas.
bargo, quizás no seria Aventurado establecer una relación: aque­ Superando la fragmentación y la dispersión del nuevo conó-
lla dada por la fórmula establecida en el seno de la aleación del cimiento producido, Salvador Allende lo sistematiza bajo el con­
•poder basado en la conjunción entre aparato bélico gubernativo, cepto general de "realidad médico social chilena". Al mismo tiem­
profesionales civiles que dan los lincamientos estratégicos para po, saca a este conocimiento de sus compartimentos bio/científi­
el nuevo orden y, por último, la creación y uso de aparatos espe­ cos y lo constituye en un programa político de reforma nacional.
ciales para la intervención directa sobre los cuerpos. Conjunción Salvador Allende se constituye, así, a través de este texto ya clási­
de poderes y de agentes que militarán ejerciendo acciones co, como a través del cargo ministerial del cual este texto es su
contrarrevolucionarias de disciplinamiento social. Esta vía abrió, p ro gram a, en uno de los líderes m ás im p o rtan tes de la
legitimó y posibilitó una aproximación al pueblo hasta la intimi­ intelectualidad militante chilena de la década del 40 hacia ade­
dad misma de su vida, y a través de ella emanaron flujos de dis­ lante. Su compromiso queda en este libro claramente expuesto:
cursos y prácticas de poder tendientes a una moderna domestica­ hacer del conocimiento corporal del pueblo de Chile el más sóli­
ción popular. do armamento de la reforma social y política nacional.
A través del programa de reforma del Estado Asistencial que
124 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 125

a p re n d e rá en el Ministerio de Salubridad del Frente Popular, tos de raza63, salud y cultura se aprecia la confluencia en el idea­
Allende actúa como un intelectual orgánico, un médico político, rio de Allende de lo sanitario y lo ilustrado (cuerpo y razón), sín­
continuador de la figura y de la labor esbozada por el doctor Ale­ tesis que debía encarnarse en el Pueblo, categoría política central
jandro del Río el año 1925, fundador del Estado Asistencial en del Frente Popular.
Chile. Allende consolida este modelo de Estado, pero en una lí­ Especial interés para el nuevo gobierno y la persona de Allen­
nea de profundización democrática. Mientras el modelo de Esta­ de, adquirió el cuerpo del pueblo, diezmado por la tuberculosis, la
do Asistencial impulsado por el doctor del Río se instaló en Chile sífilis, el tifus exantemático y el alcoholismo. Todo esto era la cul­
bajo el signo del autoritarismo y el militarismo, el modelo que minación, ajuicio de Allende, de 120 años de abandono político y
impulsa el Frente Popular, uno de cuyos mentores principales fue económico, a lo largo de los cuales el pueblo, cansado, amenaza­
Salvador Allende, se asentaba sobre claves opuestas: los princi­ do, carente de república, había ido perdiendo su robustez. Este
pios liberales e ilustrados de la razón, la justicia, la igualdad y la cuerpo —tema central de este libro— había de transformarse, en
libertad republicana, * el ideario de Allende, en una clave que otorgaba sentido propio a,
¿Cuál era la misión de este nuevo Estado, según la percep­ su misión política.
ción de Salvador Allende? El cuerpo de pueblo tenía para Allende, una múltiple signifi­
Había llegado el momento, dice, de "devolver a la raza, al cación:
pueblo trabajador, su vitalidad física, sus cualidades de virilidad a) En primer-lugar, es un cuerpo que ha tocado. Ha escucha­
y de salud que ayer fueran su característica sobresaliente; re/ad - do la voz de sus años gastados, auscultando sus pulmones cansa­
quirír la capacidad fisiológica de pueblo fuerte, recobrar su in­ dos, bajando los harapos de su abdomen, hundiendo los dedos
munidad a las epidemias; todo lo cual habrá de permitir un ma­ en su vacío. Ha escrito su historia, narrando la clínica de sus do­
yor rendimiento en la producción nacional a la vez que una mejor lores y afecciones, generación tras generación. Ha entrado a sus
disposición de ánimo para vivir y apreciar la vida. Y, finalmente, habitaciones y levantado sus guaguas acunadas en canastas so­
conquistar para todas las capas sociales el derecho a la cultura en bre el lodo; ha redondeado los vientres de madres de pueblo, ha
todas sus manifestaciones y aspectos. Un pueblo vitalizado, sano mirado el fondo de sus ojos y leído dentro de su boca. El cuerpo
y culto, he ahí lá consigna a la cual debemos atenernos todos los de pueblo es, para Allende, su conocimiento personal é íntimo
chilenos que anhelamos ardientemente servir a la patria y que del mismo, su compromiso inclaudicable.
luchamos sin descansó porque el pueblo supere la etapa de ex­ b) En segundo lugar, el cuerpo del pueblo chileno constituye
plotación y de ignorancia en que ha vegetado"62. En estos concep­ un documento visible del estado patológico de la nación. Sin ne­
cesidad de recurrir a principios de alto vuelo ni menos a doctri­
nas crítico estructurales, dicho cuerpo constituye una materiali­
62. Salvador Allende, La realidad médico social chilena, (1939), Editorial Cuarto
dad o una textualidad que habla con una radicalidad propia que
propio, Santiago, 1999, p. 5, La higiene -la disciplina científica que subyace en este
texto- era concebida como el instrumento de intervención moderna del Estado no requiere fundamentación doctrinaria.
en una "sociedad de m asas", concebida com o un cuerpo asolado por enferme­
dades microbianas, propias de la sociedad industrial y urbana de principios del
siglo XX. El Estado-higienista era un estado científico autorizado por las políti­
cas metropolitanas centrales. Su misión consistía en preparar y contar con un 63. Considerada aquí la "raza" como pueblo-acción o como cuerpo-traba­
contingente de soldados en igualdad de cuerpos tanto para las tareas de la pro­ jo, es un concepto propio del lenguaje de la Higiene de la época y que no necesa­
ducción, como para las de la guerra, así com o en vista de una raza mejor. riamente tiene las connotaciones "racistas" de la eugenesia práctica.
126 MARÍA ANGÉLICA 1LLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 127

c) En tercer lugar, el cuerpo de pueblo es, al mismo tiempo, Allende abrirá su texto a un análisis de las condiciones de vida
un método: la estadística, la muestra, la casuística; el análisis po­ populares, entendiendo la economía no desde lo macro sino desde
sitivista que se .fundamenta en su carne. Es el texto de la institu­ lo micro, no desde la academia sino desde la existencia, no desde
ción y la "nación científica", la base de la producción del conoci­ el discurso sino desde el cuerpo.
miento social y económico, parámetros en que se fundamenta la ¿Consiste en esto su socialismo? ¿En qué se diferencia Salva­
idea de nación moderna. Este cuerpo ha alcanzado el foro inter­ dor Allende de un médico con sensibilidad popular, como por
nacional: la c'olumna comparativa de su mala vida y de su muerte ejemplo, el doctor Fernández Peña o la doctora Eloísa Díaz? ¿Existe
en las estadísticas científicas, figura bajo el nombre y la bandera en este médico político socialista algún atisbo de marxismo en
de Chile. esta etapa de su discurso y práctica política? ¿O consiste su socia­
d) Por último, este cuerpo es el fundamento de un programa lismo en una suerte de "positivismo socialista" que analiza lo dado
de reformas necesarias, urgentes, básicas, que no son suscepti­ y establece la cadena de sus causas y consecuencias, en busca de
bles de discusión; reformas de gran alcance social (previsión so­ soluciones globales al deplorable estado en que se haya sumido
cial ampliada, vivienda, alimentación popular, etc.), en torno a el pueblo?
las cuales Allende busca producir consenso, vinculándose con los En esta etapa de su vida y pensamiento, creemos que la lógi­
más elementales sentimientos de humanidad: «pan, techo y abri­ ca de Allende se enmarca en un positivismo científico sociológico
go», cual fue la grande y sencilla consigna del Frente Popular. "de izquierda". Positivismo, porque su análisis cae fuera de la
Este pueblo se constituye, pues, en una clave política al mo­ crítica ideológica y del análisis dialéctico de las relaciones socia­
mento de fundarse en Chile el Frente Popular en el poder. Es la les de producción capitalista; de izquierda, porque su foco de
materialidad de la existencia de este cuerpo y no la ideología - mirada y su motivación es el pueblo, al que considera víctima de
como diría Foucault-, la que construye las bases de un nuevo sa­ graves injusticias sufridas a lo largo de la historia chilena.
ber y de una nueva conciencia nacional. Si bien su razón y su Pero el pensamiento de Allende también se inscribe en
rabia podía ser desoída, su cuerpo miserable inscribía los rasgos parámetros de izquierda desde una perspectiva más estructural:
más profundos de la estructura social y política, así como las rela­ en cuanto a la definición de la relación entre los agentes económi­
ciones de producción del capitalismo nacional. Esta b io / cos y políticos, especialmente del Estado respecto del mercado. Ante
corporalidad popular constituye para Allende el saber acerca de un capitalismo que tiende a mercantilizar todos los factores de la
lo real; de ahí que su ideario se hace poco comprensible si no con­ producción y la vida, Allende se adscribe a la idea de extraer y
sideramos esta fuerte vinculación personal, científica y política salvar de esta "ley económica", al factor trabajo por el hecho de
con el cuerpo del pueblo, con su dolor y, especialmente, con su que los obreros debían entrar a la lucha en condiciones desfavora­
muerte. ■ bles. La ley debía compensar esta desventaja competitiva. Se trata,
La primera página del libro de Salvador Allende habla de esta así, de un pensamiento ligado a la tradición del "socialismo com­
muerte: "Por cada 10 nacidos vivos, muere uno antes del primer pensatorio" —con una larga data en la tradición moderna occi­
mes de vida; la cuarta parte antes del primer año y casi la mitad dental— . La necesidad de la "compensación" de injusticias entra­
antes de cumplir nueve años"64. Desde esta necrosis sociológica, ba ahora, a juicio de Allende, en una etapa de "verdad positiva",
comprobada en la práctica y difícil de ser refutada por los princi­
64. Salvador Allende, op. cit. p. 3 pios económicos, especialmente ante los acontecimientos de la
128 MARlA ANGÉLICA 1LLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 129

década de 1930, Frente alas generalizaciones abstractas de la cien­ la existencia de dos tipos de cuerpos, unos erguidos, fuertes y sanos
cia económica/ se legitimaba una certeza simple: la de la existen­ y otros curvos, débiles y enfermos. Esta constatación en la histo­
cia: "derecho tan supremo a vivir basado en un hecho real como ria de la moderna bío sociología, había legitimado las teorías de
es la vida misma"(p. 51)/ puntualiza Salvador Allende. la inferioridad de algunos colores de ojos, de pelos y de pieles
La principal institución que debía ser recreada era el Estado, respecto de otros; de ciertos pueblos y culturas respecto de otros;
fundado sobre este positivismo de izquierda y cuyo objetivo era el modo de pensamiento bien representado en la época en las teo­
igualitarismo compensatorio que debía partir por lo más elemen­ rías darwinistas-spencerianas.
ta l e irrefutable: los cuerpos. " (...) la igualdad de posibilidades Cuestionando esta lógica, el "positivismo de izquierda" de
biológicas constituye la idea matriz de un Estado/ cualquiera que Allende de la década de los 40, si bien llega a la misma descrip­
sea la forma política que adopte"(p. 51)/ declara Allende. Alcan­ ción y diagnóstico del bio-positivismo conservador, difiere fun­
zar esta igualdad constituye una de las definiciones importantes damentalmente en la determinación de las causas. Según dicho
del Estado en los años 40/ en busca de un nuevo pacto social: izquierdismo, éstas estaban relacionadas con el salario que deter­
sanador-protector. Cuerpo y Estado entrarán en una relación minaba las condiciones de vida de las clases trabajadoras. Su cuer­
simbiótica de mutuo reconocimiento/ definición e intervención. A po era la materialidad o manifestación científica de las estructu­
través de dicho "cuerpo" el Estado alcanza una materialidad real ras de la sociedad, especialmente de la estructura económica.
y también científica/ existencial y racional; por su parte/ a través El trabajador que observaba Allende en la década de 1940
de dicho Estado/ los cuerpos se levantan del barro de la naturale­ tenía su cuerpo en subasta. Vendía sus brazos en el andén del
za y alcanzan una escenificación cultural: formarán parte del sis­ puerto y ante el portón de la fábrica; caminaba la ruta paralela a
tema de signos/ normas e instituciones que rigen y articulan la la del mercader por la costa de Chile y dejaba en algún lugar,
sociedad. escondidos, su nombre y sus hijos. Así le ahorraba al patrón la ley
A través del libro que comentamos/ se puede apreciar cómo del salario mínimo, que ya regía en Chile y que lo fijaba en $10
este "proteccionismo corporal social" está en la base de la formu­ para el obrero soltero y en $15 para el obrero casado. "Doloroso
lación doctrinaria de Allende, constituyendo, a nuestro juicio, una es comprobar —denuncia Allende— que las oficinas salitreras
matriz de su pensamiento y de su socialismo. Más aún, en esta prefieren a los bbreros solteros, lo que trae como consecuencia
etapa de su incorporación al Ministerio de Salubridad del Frente que los casados, a fin de obtener trabajo, se hacen pasar por solte­
Popular, Salvador Allende constituye un constructor clave de este ros abandonando en las ciudades a sus familiares". El trabajador
modelo de Estado (social-asistencial) que, sin duda, contribuyó a era un mercader de su cuerpo y un traficante de su vida.
plasmar las relaciones entre pueblo y poder durante más de 30 Salvador Allende califica a esta situación de trágica y la com­
años en nuestro país, formando parte importante demuestra me­ prende como clave de un círculo de pobreza que mantenía al pue­
moria colectiva. blo en una condición crítica. Era necesario un concepto de protec­
Salvador Allende, a través de su Realidad Médico Social Chile­ ción al trabajador que lo considerase como familia, como pueblo
na, trata acuciosamente del cuerpo de pobres, otorgándole un ca­ chileno. Pero no se trataba de una protección para "dar", sino para
rácter "científico general". Recoge todo el conocimiento produci­ devolver a este pueblo las condiciones humanas perdidas en algún
do acerca de ellos y hace un recorrido minucioso por la geografía lugar y momento decisivo de nuestra historia. Devolverle los fru­
de sus dolores. La primera evidencia de su observación trata de tos abundantes que le habían dado vida y salud, devolverle su
130 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 131

mujer y sus hijos, devolverle su hombre y su padre, ayudarle a ras" que abortaban con todo tipo de instrumentos, perdiendo sus
recuperar su espalda erguida. Este estado-compensatorio al que se propias vidas. Su izquierdismo es también la develación de esta
adscribe Salvador Allende en los años 40, define un nuevo estado angustia que, rompiendo tabúes sexuales, sociales y económicos
de derecho: social y no meramente legislativo. El derecho del pue­ y, en nombre de la ciencia y el amor paterno, clama desde las
blo, garantizado por el estado, a recuperar su condición humana. mujeres del pueblo y desde las madres obreras. Esta "madre"
Paso a paso, a través de un minucioso recorrido por el cuer­ popular pasaba a constituir una categoría política de mucha im­
po, dibujando cuidadosamente los números y geografía de sus portancia para el Frente Popular, cuyo hijo el gobierno frentista
afecciones, Salvador Allende va reconociendo la "realidad social "legitimaba": sería su padre a través de políticas de colocaciones
chilena", desde la higiene hacia la medicina-social y la economía. en hogares e instituciones.
En el punto de su camino corporal, denominado "tifo exante­ Devolver al pueblo su salud y su vida era darle, en primer
mático", Allende habla de "clases sociales". La sangre de dos gru­ lugar, el pecho de su madre. Allende se preocupa extraordinaria­
pos: uno, dice, de "clases acomodadas (burguesía) y otro de clien­ mente de la posibilidad de entregar leche al pueblo, el alimento
tela de hospital (proletariado)" han sido enviadas al laboratorio. protector por excelencia. Se emprendió una vasta campaña, a tra­
Los resultados constataban que en cada "clase" anidaba de dis­ vés de los "bares lácteos", los "restaurantes populares" y los de­
tinto modo el tifo en su cuerpo. ¿Qué hacer con la desigualdad de sayunos escolares, para enseñar al pueblo a tom ar leche:
clases? Allende no las ve como sectores que deben luchar entre sí; chocolatada, en flanes y sémolas, en helados de frutas. Se le en­
la diferencia de clases, expresada corporalmente, era básicamen­ tregaba masivamente, como expresión de una inédita política co­
te un peso para el nuevo Estado del Frente Popular. lectiva y de masas que el Frente Popular deseaba inaugurar en
Allende calificaba a la sociedad chilena como "socialmente des­ Chile.
organizada" y aspiraba a su ordenamiento. Su idea de un orden so­ Así como Allende recorre el largo camino de los cuerpos para
cial se apoyaba también en un positivismo bío médico natural cen­ alcanzar el real conocimiento de los males de la sociedad chilena,
trado en la familia como cuerpo o célula de protección vital. Los este conocimiento será un puntal que orientará el trabajo de su
hechos corroboraban —según Allende— que en nuestra sociedad, vida: lograr la protección de todo el pueblo —y no sólo de los
no poseer familia era un camino a la muerte. "De los mortinatos, imponentes del sistema de seguridad social— , igualando a la so­
más del 48% son ilegítimos..." dice Allende, quien sale en busca de ciedad, en importante medida, desde las políticas bio/corpora-
un hombre para esa mujer soltera que no será sino su padre: el les. Allende busca construir Estado sistematizando la atención de
gobierno, que la protegerá a ella y resguardará a su hijo de la muer­ todos los organismos, evitando las pérdidas y la dispersión. Prac­
te. Ella conformará el objeto político bínominal "madre-hijo", cien­ ticaba un concepto de medicina social preventiva que tendía a
tíficamente reconocido y aceptado en las sociedades capitalistas elevar la calidad de vida del pueblo chileno, modernizando, de
occidentales para ser intervenido por el Estado. este modo, la sociedad en su conjunto.
El drama de miles de mujeres en Chile salió a luz: prostitutas, El pueblo de Chile fue incorporándose a este tipo de
sirvientas, en fin, mujeres que sobrevivían aquí y allá, fajando gobemabilidad y, especialmente, a la Caja del Seguro y sus insti­
úteros, escondiendo hijos entre parientes y abuelas. Allende reco­ tuciones de asistencia, a cuyos médicos la clase trabajadora entre­
ge esta desesperación en su Realidad Médico Social Chilena; encar­ gó la ciudadanía de sus cuerpos. Por su parte, los militantes anti
nada especialmente en la "angustia de cientos de madres obre­ Estado Asistencial dejaron de tirar bombas al Ministerio de Salu-
132 MARÍA ANGÉLICA ILLANES

bridad, como lo hicieron en la década del 20, y comenzaron a ocu­


par las oficinas gubernamentales. El camino en Chile quedaba
políticamente trazado en esta década de los 40 cuando el Frente
Popular, encarnado en su doble figura del Maestro (Pedro Aguirre
Cerda) y del Médico (Salvador Allende) intentarán fundar un
nuevo pacto pueblo-Estado en Chile.
A través de este libro, escrito hace poco más de 60 años
—verdadero patrimonio de la historia social y nacional de Chi­
le— Salvador Allende lanza el manifiesto de una gran voluntad
de transformación del curso de la historia de Chile: desde las for­
mas económicas de competencia y lucro irresponsable, hacia la
"cooperación y bienestar efectivo qüe abarque todas las capas po­
pulares y de clase media"(p. 5), declara. En este texto Allende
delineaba el proyecto y el camino de su lucha incansable e
III
inclaudicable, más allá de las fórmulas frentistas y partidarias, Temblores, Cataclismo
más allá de las tácticas y las estrategias, más allá aún de las pro­
pias tentaciones del poder. ¿Cuál era su inspiración? ¿Qué narra­ y Revisionismo
ba el mito de su verdad? ¿Cuál era la ira de su destino?
Era el pueblo chileno. No era el pueblo del pan y circo romano,
ni el bajo-pueblo de la colonia, tampoco el de la ilustración y de
las luces; no era el valiente roto chileno, ni el pueblo orgánico y
militante. Era simplemente "nuestro-pueblo", dice Allende, "nues­
tras clases trabajadoras", "nuestra raza": nuestro pueblo chileno
definido desde su más nítida realidad, su vida miserable, y desde
su única nacionalidad: el ser nuestro.
Qué duda cabe. Allende amaba al pueblo-chileno. Conocía el
ham bre de sus días. Lo soñó sano y m oderno, protegido
patriarcalmente por el Estado. Quizás todo su socialismo de en­
tonces consistió en ésto.
APOCALIPSIS EN EL SUR

E l h i s t ó r i c o t e r r e m o t o del 21 de mayo de 1960 ocurrido en Chile


fue la expresión física/ telúrica/ de la catarsis de un pueblo en una
historia límite. Y luegO/ aquella acumulación amenazante de las
aguas del lago Riñihue/ el expectante temor de su desborde/ la
tensa racionalidad en la tarea de su encauce y su irrupción al fin/
fue el símbolo/ la síntesis — en la dialéctica de la tierra y el agua—
de la historia de Chile en el segundo medio siglo. ¿Qué energías
atravesaban el cuerpo social chileno? ¿Qué corrientes subterrá­
neas emergían?
Los años 60 al 73 constituyen la culminación de un proceso de
emergencia y desbordamiento social que avanzaba ininterrumpi­
damente desde principios del siglo XX. Un nuevo actor se abría
paso en la historia de Chile: el pueblo, ya en su expresión de chale­
co y martillo o de cuello y corbata. A través de una larga lucha se
había organizado y concertado y se había mostrado como cuerpo
con identidad propia en el seno de la sociedad chilena: en las ca-
lleS/ en los mítines, en las huelgas. El pueblo organizado, formali­
zado, corporeizado, sentía históricamente su poder, tanto en cuan­
to llave maestra del funcionamiento de la economía como tam­
bién en cuanto fundamento del sistema democrático: sobre este
pueblo como mayoría descansaba la legitimidad del poder.
Al pueblo organizado en función del trabajo urbano y /o in­
dustrial, se incorporaron nuevos actores que pasaron a jugar un
papel muy importante en los años 60 al 73: los campesinos, los
pobladores, los estudiantes. Los dos primeros entraron a la histo­
ria social chilena imponiendo nuevos y más graves desafíos al
orden establecido: inauguraron la expropiación colectiva de la
propiedad privada o pública a través de las famosas " tomas" de
136 MARÍA ANGÉLICA 1LLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 137

sitios primero y de fundos después. Con banderas clavadas en sociedad y a la historia chilena. La derecha ha intentado "expli­
tierra flameando de madrugada y al son de la canción nacional, el carlo" a través de imágenes decadentistas de la democracia chile­
pueblo desposeído expresaba su voluntad de refundar la patria na que vinculan la emergencia del pueblo en el siglo XX con la
sobre el suelo originario, en el cual poder levantar su dignidad y caída al abismo: una visión aristocrática y nostálgica de la pérdi­
construir su propia identidad histórica y biológica. El acto de cor­ da de su poder1.
tar las alambradas se constituyó, en la mayor amenaza al status Se puede pensar, sin embargo, en la existencia de una especie
quo y en la más clara expresión del protagonismo popular. El con­ de mal presente en esa democracia, en el sentido del "m al" como
cepto de propiedad se relativizó y debió, forzosamente, enfrentar­ lo define Kant: como "la subversión de una relación"2.
se a la justicia (a la justicia como concepto y tribunal al mismo Los proyectos políticos del siglo XX se construyeron sobre el
tiempo). forzamiento del Estado capitalista en función de idearios que pre­
Los años 60 al 73 constituyen, por otra parte, el punto límite y tendieron potenciarlo más allá de su propia capacidad. Se le utili­
crítico de los proyectos políticos ilustrados que, desde los años 20 de zó, por una parte, como un medio para detener el desborde social
este siglo, habían servido de fórmulas de contención de ese des­ y evitar el comunismo; en su nombre se habló del pueblo sin que
borde. Transformando al Estado en instrumento de dicha conten­ en verdad pretendiese ser consecuente con las demandas de jus­
ción, el proyecto liberal democrático, radical, demócrata-cristia­ ticia social; se le invocó sin que pudiese ser el fundamento de Una
no y socialista (allendista), constituyeron todos distintas expre­ democracia plena. Por otra parte, se habló, en su nombre, de una
siones de un mismo fenómeno histórico de direccionamiento po­ vía democrática y pacífica al socialismo. En suma, al Estado capi­
lítico institucional de una antigua energía de despertar social por talista se le pretendió vestir de pueblo. Ese Estado fue simple­
la justicia y la igualdad. La historia de Chile del siglo XX es esta mente un medio que se usó tanto para detener como para impulsar
historia del encauce formal de la protesta social; proyecto en el el avance social. El pueblo, por su parte, se movilizaba incansa­
cual también se inscribió la izquierda chilena, derrotando tem­ blemente al ritmo contradictorio del discurso de la reforma y la
pranamente al anarquismo. Recabarren y Allende constituyen los revolución pronunciado desde un mismo Estado, el que podía
dos cabos o puntas de este proceso político evolutivo que fue la ser maleable a la voluntad popular que se expresaba en las urnas.
historia de la lucha pór la igualdad y la democracia social en Chi­ Así, con todas sus contradicciones, se vivía y se apreciaba la "de­
le. Este carácter pacifico-político que asumió el proyecto demo­ mocracia chilena".
crático chileno tuvo poco que ver con fuerzas armadas política­ No obstante, llegó un momento histórico en que la esquizo­
mente neutras y "profesionales", sino con esta opción política, frenia del sistema alcanzó un punto crítico. Ya era demasiado tar­
electoral, encauzada que se hizo del movimiento popular en el de para el cauce puramente institucional. A partir de los años 60
curso de su lucha y, especialmente, con esa carga de paciencia se comenzó a vivir el tiempo de la cólera. Se inició entonces el
histórica que tuvo la protesta social. momento histórico,^crucial, del "cansancio déla ley", cuando ésta
Sin embargo, la imagen de Recabarren en las puertas del Con­ ya no es capaz de seguir dando respuestas a las demandas y sus
greso Nacional, expulsado, y su suicidio en los años 20, fue qui­
zás el símbolo premonitorio del trágico sacrificio de Allende en
los años 70 al interior de la Moneda, el 11 de septiembre de 1973. 1. Ver Gonzalo Vial, Historia de Chile, Editorial Santillana, Santiago, 1981.
2. Ricoeur, Introducción a la Simbólica del Mal, Buenos Aires, Editorial
Suceso real y simbólico que ha desgarrado profundamente a la Megápolis, 1976, p. 42-43.
138 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 139

excusas burocráticas irritan la ira. Inscritos por años y años los los como los agentes mismos del fenómeno del desborde social,
pobladores en espera de viviendas, acudiendo los campesinos por ello quizás se habría producido de igual manera, pues este movi­
décadas a los juzgados y oficinas, al silencio de la ley responde miento tenía su historia, su fuerza propia potenciada desde hacía
un grito de desesperación en estas últimas y decisivas décadas. décadas y ya legitimada por un fenómeno ideológico y social ge­
"¿Para qué nos sirve esto?", suelen decir los pobladores que se neral que comenzó entonces a sobrepasar al formulismo político.
toman sitios mostrando sus libretas de pago de cuotas de la Cor­ La apertura discursiva y gubernativa democratizante no fue sino
poración de la Vivienda. la coyuntura favorable para una historia de liberación: "Chile ya
"¿Y qué ocurre cuando uno sufre la injusticia? ¿No hierve en despertó. Y lo viene haciendo a ritmo sostenido desde hace mu­
cólera y se irrita y lucha en favor de lo que le parece justo, sopor­ cho tiempo. Cada gobierno interpretó esta permanente ansia de
tando el hambre, el frío y todas las aflicciones de este género no abrirse camino. Cada vez más adelante y esto no tiene vuelta. El
cesando en sus generosos esfuerzos hasta haber triunfado o su­ ascenso es perpetuo y es irreversible. Este impulso fue particular­
cumbido o hasta que la razón calme nuestra cólera?...¿diríamos, mente irruptivo desde el Frente Popular hacia adelante. Más de
pues, que en el alma hay (además de la racional y concuspicible) 30 años que Chile camina sin tomar aliento. Y por eso las huelgas
una tercera parte, la irascible, auxiliar por naturaleza de lo racio­ y por eso las reformas... Chile está viviendo una revolución per­
nal, a menos que haya sido corrompida por la mala educación?"3. manente, con el agregado de que no acepta renunciar al sistema
Este grito de desesperación se vio sin duda estimulado por la democrático"4.
revolución cubana, por los "agitadores políticos" (como los lla­ Habría que especificar que este desborde del despertar no
maba la derecha), por los jóvenes — esos nuevos protagonistas de significó necesariamente actitud revolucionaria o disposición para
rebeldía— por la Iglesia, los profesionales — quienes asumen un la ruptura por la sublevación con armas de fuego. Históricamen­
renovado espíritu de responsabilidad social— entre otros. te en Chile este desborde quiere decir deseo y convicción de "sa­
Latinoamérica fue el nombre de un tiempo histórico que tenía el berse" con derecho a la propiedad y al poder. Por lo general, las
signo del pueblo. Todos los sectores sociales pusieron en ese signo armas que este pueblo emergente utilizaba no mataban. Eran las
su mirada; desde los años 60 en adelante los desposeídos se fue­ banderas clavadas sobre el suelo ocupado, los pies marchando
ron convirtiendo en sujetos históricos, reconocidos y legitimados por el camino o la ciudad, las rejás cerradas en las fábricas, las
por el discurso de la sociedad entera e incluso por las estructuras barricadas en las calles, el lienzo, la consigna y, finalmente, el voto,
de poder. en un momento histórico en que luego de siglo y medio de lucha
Esta revolucionaria conversión del pueblo de objeto político a política se había logrado —a punta de reformas y luchas— la lim­
sujeto histórico se expresa enChile en una progresiva presión so­ pieza y el término del comercio electoral.
bre el orden legal establecido, presión potencialmente capaz de .Qué papel jugaron en este fenómeno de despertar y movili­
desbordar cualquiera de los proyectos que se dieron en Chile desde zación social las ideologías? Sin duda uno decisivo. Ellas cumplie­
la segunda mitad del siglo. Si al final del período la derecha acusa ron el importante rol de nombrar y visibilizar las corrientes del "cam­
a los discursos partidistas revolucionarios (Congresos del Parti­ bio social": el laicismo, el marxismo, el social-cristianismo,
do Socialista), así como al freísmo y al allendismo identificándo-

. . 4. Luis Hernández Parker, periodista y comentarista político en revista


3. Platón, La República, Libro IV Ercilte, Santiago, marzo 11,1970.
140 MARÍA ANGÉLICA ILLANES l a b a t a l l a d e l a m e m o r ia 141

sistematizaron discursos que estremecieron el siglo XX. Ninguna raleza del año 60 buscaba al hombre. La machi contó que había
chocó entre sí frontalmente; más bien se complementaron mutua­ tenido visiones que le exigían sacrificios humanos. "Como en los
mente en torno a la idea de la justicia y la igualdad como razón. El antiguos tiempos —dijo— y esto lo saben todos los miembros de
dominado pasó a ser el principal "objeto" de la ideología para su la comunidad"5. Este sacrificio del niño mapuche fue el símbolo
legitimación como "sujeto". Este proceso de revolución histórica/ del entrecruzamiento de lo antiguo en lo nuevo, en una época
social/ ideológica formaba parte/ además, de un trascendente fe­ crucial que sonaba a despertar las energías y sueños de los tiem­
nómeno cultural antropológico que envolvía la humanidad en esas pos históricos. Este sacrificio humano simbolizó, también, el dra­
décadas: una discursividad crítica trabajaba horadando las estruc­ mático sentido de estas décadas de la historia de Chile.
turas de dominación de toda índole, en pos de la liberación inte­ El hecho de que la revolución cubana haya emergido desde
gral de los seres humanos. Marx, Marcuse, Sartre, Simón de el seno de los campesinos sin tierra (los guajiros), puso ante el
Beauvoir, Fromm, Teilhard de Chardin, Cortázar, García Márquez, escenario latinoamericano a este nuevo actor como potencial re­
Cardenal, Pablo Neruda, Gabriela Mistral* Nicanor Parra, los volucionario de cambio social. Todas las miradas se centraron, a
Beatles, Violeta Parra... cada uno dijo una estrofa de apasionado partir de los años 60, en el agro, como una de las estructuras más
inconformismo social por la liberación del hombre y la mujer. profundamente injustas y a sus proletarios y campesinos pobres
En América Latina y en Chile a este inconformismo se le iden­ como los más postergados de la sociedad.
tificó principalmente con una demanda por "justicia social". La En Chile, estudiosos, políticos progresistas y economistas re­
conciencia en tanto "conciencia de justicia" emergió con altivez, velaron ante el país la grave situación de la estructura agraria a
como la imagen de la razón (Absoluta y Final), prometida por la través de cifras impactantes de concentración de la propiedad, de
escatología de Hegel, el evolucionismo de Chardin y el optimis­ improductividad del latifundio y de exclusividad crediticia para
mo revolucionario de Marx. Se tenía una percepción histórica de los grandes propietarios6. Los estudiantes universitarios fueron
tiempo apocalíptico. Se decía que Fidel Castro tema la edad de al encuentro de campesinos y mapuches en sus trabajos de vera­
Cristo. no, alfabetizando y compartiendo sus apremios y problemas. La
En historia existe el tiempo de la energía social como potencia campaña parlamentaria del año 62 fermentó en el sur campesino,
y el tiempo de la energía social como liberación. Este último fue el especialmente entre los mapuches. "Recuperar la tierra usurpa­
histórico tiempo que comenzó en Chile en los años 60. "La Era da" y "La tierra para quien la trabaja" eran las consignas. La ur­
estaba pariendo un corazón; se moría de dolor..." gente necesidad de la reforma agraria era el tema que agitaba la
vida nacional y se transmitía como una onda convulsiva por el
territorio chileno. Así, una de las principales claves para la com­
2 prensión de las últimas décadas que construyeron nuestro tiem­
po es la cuestión de la propiedad de la tierra. Cuestión tan anti­
El niño mapuche de seis años, José Painecur, fue sacrificado por gua como la tierra y en Chile tan antigua como la guerra de Arauco.
su pueblo en 1960 frente a los mares desbordados de Puerto
Saavedra en la costa de Temuco, con el fin de calmar la furia des­
atada de la naturaleza. La machi repetía la letanía: "La sangre de 5. Ercilla, Santiago, 1960, julio 13.
6. Gran impacto tuvo el libro del economista chileno Jorge Ahumada, En
los animales es la que calma a los espíritus". Pero la ira de la natu­
Vez de la Miseria, aparecido en 1960,
142 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 143

Pero la antigüedad no quita la injusticia. Y en los años 60 lo anti­ Isla. Pertenecieron a nuestros antepasados. Ellos jamás las ven­
guo se entrecruzó plenamente con lo moderno: como magia/ como dieron a nadie. Por eso las recuperamos. Ahora sólo muertos nos
deseo/ como fuerza y como acción retomada. sacarán de aquí. Nosotros vinimos a la isla porque no teníamos
No fue/ pues, casualidad que el discurso contra el latifundio donde criar el ganado ni donde sembrar trigo. Y como las tierras
prendiera la mecha histórica de la lucha mapuche por recuperar son nuestras y aquí las ocupaba un usurpador, resolvimos recu­
su tierra. En éstos despertó el deseo antiguo, y en los años 60 fue­ perarlas". "Los indígenas están armados de carabinas, fusiles,
ron los primeros en protagonizar tomas de fundos en el sur de revólveres, puñales y garrotes. Las tenemos para defendernos
Chile, reclamando derechos a su tierra usurpada. Sin duda que el porque sabemos que hay gente mala que pretende arrebatarnos
concepto de "derecho" y de "usurpación" no tenía entre ellos el estas tierras que son nuestras"8.
aire ideológico que se propagaba en el discurso político, sino la El jueves 3 de mayo de 1962 un grupo de familias mapuches,
fuerza de su realidad. El concepto y la historia se encontraron en integrado por 72 personas, "resolvió hacerse justicia por su cuen­
el campo donde se protagonizaba la lucha-mapuche del 60. En ta e invadir el trozo de terreno que disputaban desde hacía 50
este pueblo que conocía el concepto como experiencia, se encar­ años. Los indígenas traspasaron los cercos que limitan su reducto
nó plenamente el despertar. El mapuche había ya dado su sangre con el fundo de 6.000 hectáreas de propiedad del doctor Raúl
por la tierra y llegaba la hora de proseguir la misma batalla. Po­ Cárrasco. Como supieron que las fuerzas policiales se acercaban
día quizás levantarse la guerra de Arauco del siglo XX: "En la no­ para desalojarlos, los mapuches hicieron fracasar la llamada "ope­
che del 26 de noviembre de 1961 una poblada mapuche prove­ ración sorpresa", planeada por carabineros al estilo de los anti­
niente de la reducción Millahue, destruyó los cercos divisorios y guos malones araucanos. A las 4 A.M. del viernes se retiraron a su
penetró en varias partes del fundo Chiguaigue. Se instalaron en reducto de Pueñil (...). El viernes a mediodía tuvieron un encuen­
una porción de 375 hectáreas del fundo de María Correa Larraín tro con carabineros. Estos usaron las culatas de sus carabinas; los
de Silva, ubicado en el departamento de Collipulli de la provin­ indios, chuecas y garrotes". "Martín Quintre Huenteleu, anciano
cia de Malleco"7. jefe mapuche mostró a los periodistas sus títulos de dominio so­
El 24 de enero de 1962 un grupo de 50 familias de las reduc­ bre 130 hectáreas. En Puñil solo cuenta con 30 hectáreas"9.
ciones indígenas de Rucarabi, Ranquilco, Pitracuicui, Trauco, "—Es cierto. La mayoría de nosotros pertenece al P.C., dice
Pangue, resolvieron iniciar la ocupación de los terrenos de la isla Reinaldo Vásquez Huenchupil. ¿Y qué le vamos a hacer?...Ellos
Ranquilco o Pangal, ubicada en el fundo Colhue, propiedad de son los únicos que nos ayudan. Los dueños de los fundos son
Carlos Larroulet. (Pangal era un oasis en medio de los ex arenales liberales, conservadores y radicales. ¿A quienes vamos a recurrir
de la improductiva región agrícola araucana de esa zona). "Cuan­ entonces?"10.
do los mapuches iniciaron la ocupación de la isla, desalojaron de "—El PC. apoya vivamente estos combates. Pero es falso que
allí los animales del propietario y pusieron a los propios. Rápida­ los comunistas estemos realizando una acción para azuzar a los
mente cortaron "ratonera" (una clase de pasto natural) y comen­ mapuches. Los campesinos y mapuches no necesitan órdenes ni
zaron a levantar sus rucas". -"Estas tierras son nuestras, dijo
Gumercindo Quilidao, presidente del Comando Indígena de la
8. Ibid, 26 enero, 1962
9. Ercilla, Santiago, 1962, Mayo 9
7. Ercilla, Santiago, 1962, Mayo 16. 10. Ibid, 1962, M ayo 16.
144 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 145

instrucciones para realizar lo que han hecho. Los comunistas apo­ discurso de agradecimiento por don Helberto Santibáñez Pinto,
yamos esta lucha valiente y les decimos: ¡Adelante por la con­ pequeño agricultor de Cuncumén cuando recibió de manos del
quista de la tierra! El pueblo araucano no esta solo. (...) Yo digo a Ministro de Agricultura la orden escrita que le permitiría retirar
los terratenientes que tienen razón para tener miedo, porque el de las bodegas del Banco del Estado 50 sacos de semilla de trigo y
gigante dormido ha comenzado a despertar!11. otros 50 de salitre para abonar su tierra"14.
''Alarma en la Iglesia por avance de la izquierda en el campo. La reforma agraria se convirtió en el nudo histórico de los años
En San Felipe (Los Andes), antes reducto de la derecha, Allende 60, en torno al cual comienzan a converger tensionalmente todos los
la superó en votos1112. proyectos políticos y las diferentes clases déla sociedad. Era, ade­
"La Iglesia abrió primer surco de la reforma agraria. Una llu­ más, un proyecto norteamericano para Latinoamérica que debía
viosa tarde del 26 de junio comenzó en el fundo Los Silos de Pirque, servir de compuerta a la revolución social y que se había pactado
la reforma agraria en Chile. Monseñor Manuel Larraín entregó continentalmente en el Acuerdo de Punta del Este.
las 180 has. de 'Los Silos' a los campesinos que lo trabajan. ¿Acaso era, pues, posible producir un consenso social-políti-
Secularmente la Iglesia Católica ha sido la organización más flexi­ co que hiciera de la reforma agraria un proyecto nacional similar
ble a la evolución de la historia en todas sus manifestaciones. La al que significó en los años 40 el esfuerzo por la industrialización
con oído más alerta a los vuelcos del tiempo y a sus fenómenos del país? De hecho, no faltaron las voces que trataron de darle
económicos, sociales y políticos. El tiempo avanza a favor de las este carácter al proyecto de reforma en el agro. Así lo declararon
masas. Fenecen en el mundo los regímenes políticos, los métodos el aristocrático presidente de la Federación Agraria, Juan Luis
jurídicos y los sistemas sociales que protegían a las minorías y se Bulnes Aldunate y el secretario general de la misma, Ernesto
expanden las doctrinas que protegen a las mayorías. La Iglesia Edwards, luego de su reunión en Chile con el senador norteame­
Católica quiere que pervivan en la sociedad las democracias so­ ricano Hubert Humphrey: "La Federación quiere un plan agrario
ciales que deben apoyar el perfeccionamiento del hombre en co­ que revista un carácter de empresa nacional, que afecte a todos
munidad. Tal es el motor que la impulsa no sólo a apoyar las re­ los chilenos, tal como se hizo en Chile para poner en marcha su
formas estructurales, sino a predicar con el ejemplo mediante el industrialización"15. Incluso el proceso de reforma agraria podría
auto-despojo de sus bienes para entregárselo a los pobres"13. agilizar el acceso y el uso del capital en el agro, modernizando la
"En Cuncumén, primeras semillas contra la hora nona. El vier­ entrampada economía capitalista.
nes 27 de abril último los pequeños campesinos de Chile comen­ Sin embargo, conocido es el hecho de que el proyecto de re­
zaron a recibir ayuda crediticia del Estado, por primera vez en forma agraria estuvo lejos de poder constituirse en un proyecto
todo el largo historial de nuestra vida independiente". político de consenso nacional y fue, por el contrario, el campo
"'Dios y la Virgen quieran que esta buena política siga adelan­ abierto para la pugna, la contradicción y la movilización social y
te, en bien de todos', fue la frase sencilla pronunciada como único política en Chile. El dique que pretendía construir esta reforma
agraria no era sino una acequia para ese río iracundo que desbor­
daba con fuerza las históricas aguas acumuladas de la injusticia
11. Luis Corvalán, Secretario General del P.C. Discurso en Cañete, Mayo,
1962.
12. Ercilla, 1961, Agosto 1. lá. Ercilla, 1962, Mayo 2.
13. Ercilla, 1962, Julio 4. 15. Ercilla, 1962, Enero 3
146 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 147

en tierra chilena. La intención por parte de sectores del poder, de ajusticiamiento en 1963? Como parte de un fenómeno general, en
separar el tema de la reforma agraria del problema de la propiedad Chile se vivía entonces — con una especial connotación histórica
agrícola fue la expresión más clara de la esquizofrenia que sufría y social— lo que podríamos llamar la "época de la conciencia
la democracia política. El tema de la reforma y la propiedad con­ dolorida". Un dolor por la pobreza y la miseria. Dolor y cargo de
tinuó disputándose y apuntando a la llaga mas dolorosa y senti­ conciencia por la condena que la sociedad traía sobre algunos al
da de los distintos proyectos históricos. En lugar de un consenso nacer. Rabia. Necesidad de purgar la culpa original del pecado
en torno al tema y acciones de la reforma agraria se auto-afirma­ histórico.
ron en su propia identidad las distintas clases sociales y proyec­ Falsedad, miopía, es ver en aquel emergente proceso chileno
tos políticos. sólo el papel jugado por "agitadores", "ideologías" o "intereses
Existen, pues, proyectos y reformas nacionales capaces de políticos". En Chile se vivía entonces una gran revolución ética que
crear consenso, pero que también pueden crear su polo opuesto y atravesaba por casi todos los sectores de la sociedad y que inspi­
producir la polarización social. Lo nacional po constituye una ga­ raba especialmente a la juventud. Una revolución ética en que la
rantía del consenso social. Un consenso posible descansa en su sociedad se culpaba de la desigualdad después de haber escu­
verosimilitud histórica, es decir, en la correspondencia de tiempo chado el grito igualitario en la sala de partos. Todo lo que ocurría
histórico entre reforma y cambio propugnado y las expectativas, después —la miseria, la ignorancia, el crimen— era culpa de las
realidad y necesidad de la sociedad objeto de esa transformación. estructuras de la sociedad. Fue desde esta "conciencia dolorida"
Ya era demasiado tarde para pretender modernizar y sólo dar se­ que se levantó con fuerza la "conciencia del cambio". Es inútil
millas y no tierras o para dar la tierra sólo como un ejemplo cris­ separarlas:
tiano. Había que tocar la propiedad a nivel general y ello, en sí "En Nuble la población activa equivale a un 34.5% del total,
mismo, era revolucionario, ya fuera con el nombre de cristiano o (es decir) sólo un tercio de los adultos trabaja con regu­
marxista, ya fuera como "revolución en las urnas", "en libertad" laridad...Nuble puede definirse como una región de sub-nutri-
o "con chicha y empanadas". Revolución que movilizó el conjun­ ción crónica y hambre oculto. El consumo de calorías per cápita
to de la sociedad, polarizándola. En Chile esta movilización ocu­ es de 1,896, en circunstancias que el mínimo normal debe ser de
rre cuando ya la ley no es capaz de encauzar el desborde, que es 2,700 calorías.... La desocupación aumenta diariamente. No se
cólera; cuando el Estado capitalista ya ha alcanzado históricamente crean nuevas fuentes de trabajo...Hace 23 años la situación era
el límite mismo de su equilibrio esquizoide: reformar sin dar, pro­ aún peor. En esa época nació Jorge del Carmen Valenzuela. Huér­
meter sin cumplir, tramitar sin solucionar, contener sin calmar. fano de padre a los 7 años, con antecedentes heredo-alcohólicos
familiares".
Duramente castigado por su padrastro, abandonó el hogar y
. 3 vagó por los pueblos alternando el trabajo con el vino. Valenzuela
se allegó a una viuda con cinco hijos, la que había sido notificada
Si en Chile habían ocurrido unos 50 fusilamientos a criminales, para que abandonase la casita que ocupaba en un fundo donde
¿por qué gran parte de la sociedad se estremeció e incluso hizo su marido muerto había sido inquilino. Jorge Valenzuela llevó a
"transferencia" con esa vida condenada, maldita, como fue la de la viuda y sus hijos a Nahueltoro, donde le prometió le construi­
Jorge del Carmen Valenzuela o el Chacal de Nahueltoro el día de su ría una "mejora", que al fin no pudo ser sino una cueva encontra­
148 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 149

da a la orilla del camino. Allí Valenzuela cometió "uno de los más de sus hijos, que está cesante y no tiene ropa para poder salir a
alevosos crímenes ocurridos en los últimos tiempos". Mató a la buscar trabajo, Habitan la miserable choza No. 59 de la población
mujer y a sus cinco pequeños hijos. Corría el año 1960. callampa "Club de Polo" armada con tablas de cajones que sir­
"El país entero se violentó contra la crueldad del crimen vieron de resguardo a una importadora de whisky. La choza so­
cometido...Nadie ha podido olvidar el brutal exterminio de las bresale del montón por su colorido: la fachada está a medio pin­
umitas y la guagua. La prensa comenzó a llamarlo "El Chacal de tar (la pintura no alcanzó para más) con el rojizo de la greda de
Nahueltoro". Fue necesario el empleo de la fuerza pública para Pomaire y dividida por líneas blancas que imitan ladrillos. Esta
dispersar los grupos que rodeaban la entrada de la cárcel y el sitio pintura es el mudo testigo de su sueño inalcanzable...: una casa
del suceso durante la reconstitución de escena. Cuando le pre­ de ladrillos, algo firme sobre lo cual enrielar su vida inestable"18.
guntaron: "¿Por qué tuviste que matar a los niños?", respondió: (Figura 1)
"¿Y qué iba a ser de esos pobrecitos? Mejor para ellos estar muer­
to s""16. ,
El año de 1970 se estrenó en Chile la película de Miguel Littin,
El Chacal de Nahueltoro.
"— ¿Por qué eligió este tema?
— Es un pretexto —respondió Littin—, para mostrar la socie­
dad chilena, cuestionar sus valores y desmitificarla a nivel popu­
lar. Al hacer nuestras encuestas en el campo, nos dimos cuenta de
que nuestros valores morales eran totalmente distintos a los del
personaje, a los de todo un sector del campesinado chileno. A to­
dos nos enseñan desde niños qué es el bien y el mal, la patria y la
democracia. A nivel popular, a nivel de Valenzuela y de los cam­
pesinos que inundan las cárceles chilenas, esos valores significan
una cosa totalmente distintado no significan absolutamente nada.
El latifundio chileno suele estar circundado por un cordón crimi­
nal que rodea los campos de trabajo, donde el campesino, des­
pués de trabajar de sol a sol, va a gastar su dinero bebiéndose
unos tragos y embruteciéndose poco a poco hasta perder con­
ciencia y noción de todo. En el fondo, el film cuestiona todo un
sistema jurídico y social"17.
"Annie Ángel López tiene 19 años, tres hijos y uno a punto F ig u r a L - Pablo Huneeus, el profesional mas joven de la CEPAL dirigió la
investigación sobre las callampas chilenas. De espalda, conversando con Annie
de nacer. No está casada. Convive hace cuatro años con el padre
Ángel López, a la que entrevistó Ercilla.

16. Ercilla, 1963


17. Ercilla, 1970 18. Erika Vexler, periodista de Ercilla.
150 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 151

Chile vivía el tiempo del desocuítamiento. Junto al espectáculo braban el horizonte inmenso de lo social. El pueblo pasó a ser
de los grandes escenarios donde se lucían públicamente desde razón o verdad. Los pasos, las canciones, los poemas, acudían
hacía décadas las organizaciones políticas/ sindicales/ gremiales/ hasta las cuatro pobres paredes de frío y hambre. Una suerte de
se desmontan ahora los cortinajes para mostrar detrás de los bas­ expiación histórica ocurría a través del acercamiento, de la pala­
tidores: la miseria/ el desamparo, la vida cotidiana como tristeza; bra solidaria y del compromiso por el cambio estructural.
las callampas, el barro de los pobres. (Figura 2)
Hoy le vi la cara al pueblo.
Le estreché la mano, reí con él, lloré con él
' 6Quién es el pueblo?
Es el ojo estupefacto y triste que de pronto me mira y
saca
un héroe de barro.
Es un corazón de greda y un ídolo de rojos geranios que
se echa a andar por mi patria.

...Sé que escribo para el pueblo porque mi palabra se ha hecho


hombre y este hombre se siente para siempre libre.
Escribir para el pueblo es crecer como un árbol de amplia copa,
envolveren raíces la tierra y el cielo.

Escribir para el pueblo es quedarse vibrando como un álamo al


amanecer, ardiendo como un bosque en el sur de Chile, entrando
F ig u r a 2 - 320 mil chilenos viven en las callampas. A siete minutos de San­ como lina lenta marea a la vida.
tia g o está el cinturón de miseria.

Escribir con la mano que hoy estrecha la mía, con la sonrisa


El pueblo pasó a ser el tema central de la sociedad chilena. Al que. me alienta, con el brazo compañero que se extiende sobre mis
nombrarse su presencia pobre, al estamparse su imagen blanca y hombros.19
negra con sus tablas, cartones y cordeles de ropa húmeda, el pue­
blo entró al texto, a la ciencia social y económica, a la prensa, a las Fue un tiempo de desnudamiento, de rasgarse las vestiduras
Cámaras, al aula universitaria. Pasó a ser una esencia en sí mis­ gastadas para descubrirse, para volver a igualarse en el cuerpo,'
mo: protagonista y protagonizado por el lenguaje de la sociedad para poder sumergirse en lo social, donde estaba la fuente de legi­
en general. Ya no residía sólo en el centenario discurso ilustrado timidad e identidad histórica.
de los políticos en disputa de votos de urnas. El pueblo estaba en
boca de amplios sectores, que desde todos los ámbitos rompían el
cascarón de la embrionaria vida de la individualidad y vislum­ 19. Fernando Alegría. ¡Viva Chile M.„!, 1972, Editorial Universitaria
152 MARÍA ANGÉLICA ILLANES la BATALLA DE LA MEMORIA 153

"Los curas chilenos colgarán sus sotanas". "Silencioso debut donde se esta gestando el futuro de tantas cosas"20. El sujeto popu­
de las monjas sin hábitos". "Los muchachos hoy no usan sota­ lar como signo impregnó a la Iglesia de un nuevo discurso que
nas". "Si debemos distinguimos del pueblo o de los demás, sea condujo a algunos sectores de ésta a plantearse en los años 70
por la doctrina y no por la vestimenta". (Papa Celestino I, año abiertamente por el socialismo, rompiendo incluso la tradicional
428). dicotomía ideológica entre cristianismo y marxismo. La Iglesia
La Iglesia como institución universal y la Iglesia chilena Joven, la toma de la Catedral, los Cristianos por el Socialismo, la
en particular comenzó a hablar entonces de "los signos de los Izquierda Cristiana, fueron todas expresiones históricas de ese
tiempos" — un lenguaje netamente apocalíptico— para expli­ revolucionario fenómeno de ruptura de la dicotomía absoluta, base
car la emergencia del pueblo oprimido como plan preconcebi­ sobre la cual descansa en buena medida cualquier statu quo.
do por Dios. Había llegado la hora de Hegel y Chardin, cuan­ Desde hacía décadas los trabajadores y empleados organiza­
do la historia coincidiría con el cielo. La Iglesia debía correr dos salían a las calles, espacio desde donde habían logrado entrar
— sin enredarse en sotanas— para alcanzar1al hombre que avan­ a la historia del país, gritando a voz en cuello sus más sentidas
zaba sin descanso, orgulloso del poder de su conciencia. Esta demandas y reivindicaciones. En esta última etapa de su andar
apuntaba crítica y horizontalmente hacia las estructuras de la callejero se les sumaron con una fuerza extraordinaria los estu­
sociedad y no hacia las "manzanas" como la fuente de todo diantes y su gran energía de futuro. El importante protagonismo
pecado. que tomó este actor social en la historia del período, expresa la
Si el acto de colgar las sotanas fue, en primer lugar, un nueva dimensión que ha adquirido la presión social.
desnudamiento, fue también el acto de vestirse de civil, en un ¿Cuál era el contenido, cuáles los elementos propulsores de
momento histórico en que el pantalón, la camisa y el pelo libre, este protagonismo joven? ¿Es que acaso agitadores habían sido
homogeneizaba a géneros, clases, generaciones y jerarquías. "La capaces de inyectar el veneno de la ideología en cerebros vírge­
Iglesia de Cristo no puede ser si no esta dentro de ella el mundo nes e inocentes? Simultáneamente y en forma coincidente con los
del trabajo" (Juan XXIII). A semejanza de la experiencia de los "cu­ importantes fenómenos movilizadores de la sociedad en su con­
ras obreros" en Francia, en Chile grupos de sacerdotes sintieron junto, la juventud vivía su propia revolución. Una rebelión que
entonces la necesidad de acercarse y vivir la experiencia de los estremecía su cuerpo, abría sus ojos y extendía sus brazos para
pobres, pobladores y obreros. El cura francés Pierre Rolland y el abarcar al hombre nuevo. Gritando epítetos contra las mentiras
cura chileno Renato Giavio realizaban en la población La Victoria de las verdades impuestas, contra los héroes aprendidos de me­
una práctica social religiosa que se propagaría a otras experien­ moria, rompiendo la caja de cristal que pretendía separarlos de la
cias renovadoras de la Iglesia pobladora. El Padre Renato Giavio historia... Los jóvenes se transformaban de objetos de la sociedad
vivía desde 1963 en La Victoria; no usaba sotana ("gracias a Dios adulta en protagonistas de su historia, libres, libertarios.
me la robaron"), almorzaba y comía, con las familias de la pobla­ Esta libertad encontraba su expresión en la actitud de su cuer­
ción ("si no me invitan me dejo caer") y aspiraba convertirse en po: coléricos, descuidados en el vestir y peinar, rabiosos para ha­
un cura obrero, para lo cual seguiría un curso de tornero o de blar, sacudiéndose eñ el baile con escandalosas piernas desnu-
matricero.
"La Iglesia tiene necesariamente que captar a los trabajado­ 20. Padre Pedro Castex, delegado episcopal para la zona sur de Santiago.,
res, que constituyen una nueva dimensión del mundo moderno, Vea. 1965, Nov. 25.
154 MARÍA ANGÉLICA 1LLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 155

das, acercándose al fascinante baúl del tabú sexual. Todo el piso de la sociedad": la Universidad de Chile. En septiembre de 1963,
de la sociedad parecía temblar ante esta desafiante postura juve­ hasta septiembre de 1968 asumió la rectoría del plantel el decano
nil. La virulencia que alcanza este movimiento de rebeldía joven de la Facultad de Filosofía y Educación, Eugenio González, hom­
frente a todas las estructuras establecidas, es la expresión más bre que encarnó en el pensamiento y la educación a ese tiempo de
viva, más real, del carácter y alcance que tenía esta revolución de revolución. "La Universidad, declaraba el nuevo rector, debe ser
principios que agitaba la vida del planeta. radicalmente humanista, pero sin menoscabo de la ciencia y la
En Chile la rebelión juvenil tuvo para muchos un cauce hacia tecnología". Planteó esta opción para la Universidad de Chile ante
donde dirigirse: la lucha por la justicia social, contribuyendo, ali­ uno de los debates más fuertes y ácidos entablado en esas déca­
mentando, así, las aguas del descontento. En una encuesta reali­ das: la pugna por la preeminencia entre, por una parte, las cien­
zada por la revista Ercilla a 1000 jóvenes entre 16 y 18 años el año cias naturales y, por otra, las ciencias humanas y el arte en la Uni­
1968, se les preguntó qué era lo que más les avergonzaba de ser versidad. González citó a Heisenberg; "En la ciencia el objeto de
chilenos. Respondieron que el subdesarrolló, la miseria, la explo­ la investigación no es la naturaleza misma, sino la naturaleza so­
tación, la dependencia21. Curiosamente sólo 31 de los 1000 milita­ metida a la interrogación de los hombres, con lo cual en este do­
ban en algún partido, mostrando gran consenso en el rechazo hacia minio — el de la ciencia natural— el hombre se encuentra enfren­
dichos partidos. Se alcanzaba a vivir un tiempo histórico en que tado a sí mismo". González agregaba que "si la forma más objeti­
los principios éticos de la justicia podían apreciarse desnudos de va de la actividad intelectual no es más que una expresión del
tiendas políticas. Los principios éticos aún vivían libres, se po­ hombre, es decir, una faceta del humanismo de nuestra época,
dían expresar en toda su magnitud, empapando a todos los sec­ nadie podrá pretender que la Universidad se desentienda... o co­
tores, convocando a lo más genuino y nuevo que la sociedad vie­ loque en condición subalterna en la jerarquía de sus preocupacio­
ja había engendrado: los jóvenes. nes... [a] las disciplinas del espíritu, la cultura, el arte, la filoso­
En 1968 se estrenó en Santiago la película del cineasta Alvaro fía"23.
Covacevic, New Lave. "Hay una frase clave en la película — dijo En relación al papel que debía jugar la universidad en el cam­
Covacevic— cuando uno de los muchachos dice: "Me cago en los bio social, González declaró en 1964 que "la Universidad no sólo
héroes y en las batallas famosas". Nadie hoy día quiere ganarse tenía que adaptarse al cambio social, sino que también debía con­
medallas. Tampoco quieren trabajar en una sociedad destinada a tribuir a promoverlo desde su propia esfera de acción constructiva
la infelicidad del hombre. En el fondo, es un problema de con­ y con la objetividad que es propia de su espíritu, a fin de alcanzar
ciencia; podría decirse que la juventud de hoy no quiere ganarse la forma de vida justa a la que el pueblo aspira". "La Universi­
la vida traficando con la vida de los demás"22. Practicaban un ra­ dad, decía, no es sólo un conjunto de organismos y servidos... es
dical humanismo. también —y debiera serlo prindpalmente— una persona moral,
Este humanismo que estremecía la conciencia de la juventud que toma conciencia de las fuerzas creadoras que aparecen como
encontraba también su expresión a nivel institucional en aquella impulsos ciegos de la voluntad colectiva"24. La conciencia como
instancia que fue definida entonces como "órgano y conciencia verdad: eso pretendía ser la universidad de la década de los 60.

21. Ercilla, 1968, Sept. 11. 23. Ercilla, 1964, Noviembre 4.


22. Ercilla, 1968, Sept. 4 24. Ercilla, 1964, nov. 4
156 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 157

Los estudiantes eran sus agentes y entraban a la lucha portando el proyecto democrático diseminaba su hegemonía, al paso que
dicha verdad, es decir, pronunciando la palabra del pueblo. mostraba la realidad de la vida popular y voceaba su necesidad y
A todas luces se vivía en Chile un momento —encolerizado y su demanda. El discurso democrático en los 60 se manifestó como
racional— que se resuelve en una proyección colectiva: cuando la un gran despliegue, como una marea y una ola que avanzaba e
conciencia de sí no es sino el encuentro con el otro. inundaba la vasta playa de la patria y penetraba los espacios y los
intersticios de la sociedad, que se agitaba en el deseo del poder.
¿Quién podía detenerlo, cuando incluso la Iglesia — la gran
4 institución elaboradora de discursos hegemónicos anti-socialis-
tas en el siglo XIX y XX — dio un viraje decisivo en los años 60,
La configuración de lo colectivo en base a la visibilización del pue­ poniéndose al lado de los desposeídos y echando las bases teóri­
blo a nivel local, nacional y latinoamericano, fue otorgando un cas para un encuentro entre cristianismo y socialismo a través de
contenido peculiar al proyecto democrático en los 60. Si este proyec­ una nueva teología, de liberación? Al mismo tiempo, como vi­
to había estado impregnado de profundización reformista en los mos, numerosos cuadros eclesiásticos desearon romper los már­
tiempos del Frente Popular y empapado de lucha gremial y genes tradicionales de su acción transformándose en curas y mon­
huelguística en los años 50, en los 60 va a ir en busca de su verda­ jas pobladores para participar de la gobemabilidad popular que
dero concepto: el gobierno del pueblo. Con esto el proyecto demo­ allí se desencadenaba.
crático alcanzaba su naturaleza y entraba a su fase revolucionaria. En suma, la hegemonía del proyecto democrático se presen­
Es el "gobierno del pueblo" la categoría que entró a configu­ taba como un factor de cambio que movilizaba a amplios sectores
rar el campo de lo público y la fuerza de lo colectivo. En nombre de la sociedad, sensibilizados con "el pueblo", acompañándolo
de la distribución social del poder para fundar ese gobierno po­ en su camino de fundación de gobemabilidad popular. El pro­
pular compitieron las candidaturas de Frei y Allende en el 64. yecto político democrático se escenifica en el afuera, constituyén­
Incluso antes de ser gobierno, ese gobierno popular-democrático ha dose en un imán atractivo de fuerzas sociales diversas y plurales,
instalado su práctica ciudadana en todos los campos y escenarios de partidos e instituciones otrora alejados del mismo, desencade­
de lo real: en las poblaciones, los campos, las faenas, las ciudades, nándose un proceso de cambio en cadena, que va desde las op­
las universidades, las familias y las iglesias; gobernaba en la mú­ ciones de vida personales hasta las colectivas.
sica, la poesía y la utopía. Gobernaba en el continente. A través de El momento de maduración de su hegemonía queda justa­
esta gobemabilidad social y cultural construía su hegemonía. Per­ mente marcado porque, poco a poco y crecientemente, ha ido ar­
tenecer a la sociedad y disputar una cuota de poder en ella, con­ ticulando una diversidad de proyectos en torno al suyo. La dise­
sistía en subirse al carro de la ciudadanía popular. Como resulta­ minación se va construyendo, en última instancia, en torno a-una
do, se va produciendo una nueva arquitectura social del cuerpo columna central capaz de constituirse en un programa y en una
físico y cultural de la ciudad y del campo, desdibujándose los voluntad política de fuerza mayor. .
límites otrora claramente trazados. Había llegado la hora de que el proyecto democrático entrara
En este escenario múltiple, fraccionado, disímil, flexible, mó­ a las grandes Alamedas.
vil, disperso y heterogéneo, y al mismo tiempo, articulándose en El sociólogo Tomás Moulián, dice que el proyecto revolucio­
torno a los discursos y proyectos tradicionales de acceso al poder, nario de la Unidad Popular no tenía asidero real /racional, que
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fue un sueño y un juego de palabras25. Y ello es cierto. El analista ción armada/ como dice hoy la derecha a través de Gonzalo Vial/
político o el sociólogo mira el proceso desde el proyecto racional sino con el objetivo de alcanzar el gobierno. Dicha gobernabilidad
o político propiamente tal. Sin embargo/ los historiadores sabe­ se desarrolló mucho durante la Unidad Popular, presionando al
mos que pocos procesos revolucionarios tienen clara racionali­ gobierno por avances mayores en el terreno de las expropiacio­
dad. La fuerza real del proceso es el deseo del poder o la ira del no- nes, por ejemplo, Pero no podríamos decir que esta gobernabilidad
poder que ya se había desencadenado previamente en Chile y, ade­ se desarticuló respecto del gobierno central. Al entrar el proyecto
más/ practicado a través de la gobernabilidad popular concreta democrático a la Moneda con Allende, permaneció allí, hasta el
en sus diferentes manifestaciones desde los años 60/ de la que sacrificio final, pues, como decía el cartel, el gobierno "es mío", o
hablábamos anteriormente. lo que es casi lo mismo, “el gobierno popular soy yo”.
La Unidad Popular en el gobierno constituyó la realización Pero la crítica anteriormente expuesta no sólo es refutable por
histórica de ese deseo y, desde esta perspectiva —que quizás pe­ su superficialidad, sino principalmente porque a través de ella se
que de historicismo hegeliano— ella no constituyó una derrota/ estaría avalando el golpe militar, en cuanto habría venido a resta­
sino una culminación. Éste es el sentido de un cartel que portaba blecer un orden previamente roto entre el gobierno de Allende y
un envejecido poblador en una de las tantas marchas que inun­ la propia civilidad de izquierda, evitando, no sólo la guerra civil,
daron por esos años la Alameda. Este cartel decía: "En este gobier­ sino el caos. A pesar de que hubo algunas posturas de movimien­
no hay colas, pero este gobierno es mío". tos políticos que plantearon, en un momento crítico, la separa­
Este "ser mío" el gobierno/ expresa el concepto ya madurado ción respecto de la línea del gobierno de la Unidad Popular, pen­
de un actor popular con deseo de poder y expresa/ al mismo tiem- samos que no hubo tal ruptura entre "pueblo" y gobierno26.
pO/ el sueño hecho realidad. Los problemas eran secundarios/ la Si bien el nuevo aparato militar anti-socialista ya estaba pre­
factibilidad era secundaria/ la vía era secundaria: lo principal era parado en toda América Latina desde los años 60, diez años antes
haber hecho andar la gobernabilidad popular a través de un ca­ de ser en Chile el pueblo gobierno, las fuerzas de la coerción tu­
mino que la había conducido al "gobierno mío". En esto consistía vieron la extraordinaria oportunidad de derrocarlo en el lugar o
la base real de la revolución. la trampa precisa: cuando el proyecto democrático-popular se
Una de las críticas más oídas y escritas respecto del gobierno instala en el mismo palacio de La Moneda. Pero tampoco la ac­
de la Unidad Popular se refieren al hecho de que, supuestamente/ ción coercitiva se desplegaría apenas se pusiese el pueblo la ban­
Allende no controlaba el proceso/ que éste se había escapado de da presidencial (aunque ganas no faltaron). Actuó en todo su des­
sus manos y que el poder estaba en manos de los trabajadores y pliegue de fuerzas militares sólo cuando el gobierno democráti­
sus dirigentes no dispuestos a acatar. co-popular ha mordido la fruta venenosa, madurando sus difi­
A pesar de que pudiese haber muchos "hechos" que confir­ cultades, permitiendo al militarismo aprovecharse de las debilidades
masen lo anterior/ ésta es una crítica superficial y ahistórica. La
gobernabilidad social y popular ya estaba potenciada en Chile
26. Faltó en Chile quizás la voluntad de control social que desplegó Fidel
antes de ser el pueblo gobierno/ pero no en vista de una revolu­ Castro después de la revolución cubana, ante la toma improvisada de fundos
antes de la reforma agraria, pero no podemos decir que en Chile ambos proce­
sos de gobernabilidad — social y gubernamental— no estaban profundamente
articulados y que había distintas formas para su manejo. Quizás en esto sí estu­
25. Tomás Moulián, Chile actual: anatomía de un mito, Ed. LOM, Arcis, Stgo., 1997. vo su debilidad.
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de un gobierno acosado, adquiriendo desde esta morbilidad su propia entrar al recinto sagrado y mítico del poder aristocrático resguar­
hegemonía, en alianza con el proyecto político aristocrético-burgués. dado por sus guerreros. La ira desatada contra los cuerpos de los
Es decir, el gobierno popular en La Moneda se constituye en prisioneros y torturados expresaba a cada momento este mensa­
el lugar, el momento y el alimento preciso para la reconstitución de je: qué se creían "éstos", pretender gobernarnos a nosotros, los
la hegemonía del proyecto político aristocrático-burgués y su tradicio­ legítimos emisarios de los dioses del poder. Había que matarlos,
nal combinación con la coerción. Porque fue la oportunidad his­ violarlos, hacerlos comer mierda, hacerlos mierda, para que apren­
tórica de disolver, no sólo el proyecto democrático, sino también el dan de una vez por todas "lo que es bueno", para que sepan lo
proyecto asistencialista que, desde los años 20, había estado ponien­ que les ocurrirá cuando se atrevan nuevamente a decir "este go­
do límites al capitalismo salvaje o a la acumulación sin restricción bierno es mío". Esa fue la pedagogía de las águilas negras.
y a la pura represión. Esto posibilitó uno de los principales logros Más allá de su lógica economicista, la clave política de este
del modelo económico neo-liberal que se instauró dictato­ proyecto neo-liberal consiste justamente en que restablece el or­
rialmente, el que alcanzó, recién después de los años 80, bastante den mítico de la alianza entre los dioses, los señores y los guerre­
estabilidad a partir de la millonada capitalización previsional ros. Este factor cultural y político del modelo económico es im­
obligada que entonces se impuso a la población y que se dirigió a portante, a mi juicio, para comprender su actual hegemonía: su
alimentar la empresa privada. arraigo tiene la fuerza de una mitología refundacional (facilitada
La burguesía / fuerzas armadas se vanaglorian del éxito eco­ por el trauma histórico de la pérdida de las claves del proyecto y
nómico del "modelo"; insisten en que éste es el factor decisivo a poder popular).
través del cual se ha de medir y valorar su "gobierno"; que desde La detención de Pinochet en Europa y la ira desatada de la
este ámbito la burguesía / fuerzas armadas han de pasar glorio­ derecha en Chile — que incluso logró el efecto de bloquear y ate­
samente a la historia, intentando, así, hacer del neo-liberalismo morizar las manifestaciones populares de alegría por parte de la
chileno una clave "positiva" para la compresión no sólo del pe­ mayoría anti-pínochetista del país— desenmascara el rostro de esta
ríodo dictatorial, sino de su proyección histórica, alcanzando su mitología; el señor y el guerrero son uno sólo, a pesar de la crisis
hegemonía a los regímenes políticos que heredaron y que conti­ asiática que asóla el mundo. ¿Qué importa la economía mundial
nuarán necesariamente su camino...'Todo "lo demás" quedará en ante el hecho del arresto del dios-guerrero Huitzilopochtli,
el olvido; fue un costo necesario. refundador de la estirpe de los señores?
Al respecto y desde una perspectiva histórica, creo que lo
decisivo es comprender el período de la dictadura y la hegemo­
nía fundante de la burguesía / fuerzas arm adas como "negati­
va", basada en un accionar tipo "águila n e g ra "27. ¿En qué consis­
tió este accionar? Consistió en la negación y expulsión violenta
del gobierno popular en la Moneda. Lo decisivo era derrocar ese "go­
bierno mío" que señalaba el cartel del poblador, el que había osado

27. Tipo de águila peligrosa y carroñera que se alim enta de anímales do­
mésticos.
LA CA ID A D EL MITO DE LA DIFEREN CIA

"La historia del período de los gobiernos de Frei y Allende es una


historia "política"; la historia del régimen de la dictadura de Pinochet
es una historia de crímenes"
J u lio S ilva S o l a r 28.

una pregunta recorría los cuarteles


A n t e l a fe r o c id a d d es a t a d a ,

de detención desde el primer momento del golpe militar, en Chi­


le: ¿de dónde surge esto? ¿Por qué no lo supimos? ¿Cómo fue
posible tanta irresponsabilidad por parte de la clase política diri­
gente de izquierda de no haberlo tenido claro y de no habernos
preparado para ello? ¿Dónde quedó el presunto con stitu ­
cionalismo y la obediencia de las fuerzas armadas chilenas a las
instituciones políticas civiles?
¿Estábamos frente a una anomalía dentro del proceso históri­
co chileno? ¿O se trataba más bien de una incubación progresiva
y solapada que en ese momento afloraba con una tremenda fuer­
za aniquiladora de la vida y de la democracia?
Preguntas que, en medio de la desesperada lucha por sobre­
vivir, no hallaban respuesta, ahondando la angustia y la desespe­
ranza; echando por tierra la confianza en la "razón-te órico-políti-
ca", hasta entonces fundamento del voluntarismo iluminista de
la izquierda marxista y la "vía chilena" al socialismo. A esta "vía
chilena" se le había narrado como una "excepcionalidad" históri­
ca nuestra. ¿De dónde surgía? ¿Cuáles eran los estatutos de sü ■
legitimidad histórica? ¿Era sólo retórica, una revolución de las
palabras, o uno más de nuestros tantos mitos, como ha insinuado
el sociólogo Tomás Moulián?29 ¿Cómo se entusiasmaron, más bien,

28. Intervención en la presentación del libro de Luis Moulián y Gloria Gue­


rra, Frei, biografía de un estadista utópico, Editorial Sudamericana, Santiago, 2000.
29. Moulián, Tomás, Chile. Anatomía de un mito. L O M , Santiago, 1998
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cómo se convencieron tanto, no sólo los chilenos de izquierda, dícional —de la cual obviamente y desde niños se habían nutrido
sino también muchos intelectuales europeos de reconocida talla, los líderes de la izquierda chilena y la ciudadanía en general—, la
acerca de la posibilidad y viabilidad de esta "diferencia chilena"? que justamente narraba el mito de Chile como "diferencia", como
¿En qué consiste, en general, el "mito de la diferencia" en Chile? orden institucional en sí, ante el cual se habrían rendido, una y otra
Las preguntas pueden acumularse indefinidamente, confun­ vez, todas las fuerzas e intereses, entre ellos, los militares?
diendo el timón de nuestra nave a la deriva. Entre todas ellas, ¿Qué respuesta podía ofrecer a tantos de aquéllos que queda­
reconocemos un denominador común: la perplejidad en torno a ron desnudos e indefensos, colgando de las preguntas de los apa­
la historicidad de lo acaecido en Chile: ¿de dónde?, ¿cómo?, ¿en ratos de tortura y colgando de sus propias preguntas: aquellas
qué contexto?, ¿cuándo y cómo opera? Lo acaecido no se sostenía Juanas, Manueles, Pedros y Rosas que fueron detenidos, muer­
en los discursos y esquemas conocidos. Esto se expresa bien en tos, desaparecidos, torturados, perseguidos con las fuerzas del
este "diálogo" que tienen los presos políticos de la dictadura en acero: máquinas / militares / metrallas?
la isla Dawson con el comandante que los va a "visitar": Asumir una postura crítica ante el mito supone, en primer
Vocero de los -presos: "Señor coronel:... tengo que decirle lugar, preguntarse- acerca de .quienes lo construyeron y en qué
que somos los representantes del gobierno legítimamente momento de la historia de un pueblo se narró, cómo se difundió
constituido.... Nosotros queremos que se nos devuelva la li­ y hasta qué punto fue eficaz la pedagogía social que lo enseñó.
bertad de inmediato..." Es un hecho evidente que el mito de la diferencia constitu-
Comandante-. "Ustedes han llevado al país a la destruc­ cionalista chilena no fue narrado por la historiografía del siglo XIX,
ción. Han roto lo que era Chile, han reemplazado a las figu­ cuyos principales cultores, Lastarria, Amunátegui, Barros Arana,
ras de la patria por monigotes extranjeros"30. Vicuña Mackenna, se identificaban con un ideario liberal bastante
Esta demanda y su "respuesta" no era sino el diálogo del ab­ crítico al modelo de ordenamiento portaliano de la república.
surdo, el mito narrado por dioses de intraducibies lenguas. El mito de la excepcionalidad constitucional y del orden re­
publicano chileno se narró en pleno siglo XX, especialmente hacia
la década de 1920-1930, en momentos en que el país atravesaba
1 por una profunda crisis económica y Apolítica, siendo obstruida la
reforma por la élite parlamentaria y habiendo sido golpeada la
¿Qué puede decir la historiografía de nuestro país ante esa extra- institucionalidad por sucesivos cuartelazos militares de signos
ñeza, un día de septiembre, de la invasión de nuestras calles y de políticos disímiles, pero todos bastante críticos del régimen polí­
nuestras vidas por ese "otro", uniformado en verde obscuro, bota tico oligárquico, y cuyas tendencias oscilaban entre un reformis-
y metralla al acecho de cada esquina, de cada noche; ante el descu­ mo conservador hasta un reformismo socialista. En estas circuns­
brimiento de un otro que ronda escondido dentro de autos y lentes tancias, un grupo de historiadores conservadores, encabezados
de vidrios oscuros? ¿Qué respuesta podían encontrar los presos por Francisco Antonio Encina31, construyen el mito portaliano de
políticos que incesantemente interrogaban a una historiografía tra-

31. Al respectó ver, Carlos Ruiz, "Conservantismo y nacionalismo en el


pensamiento de Francisco Antonio Encina, en: Renato Cristi y Carlos Ruiz, El
30. Sergio Bitar, Isla W, Editorial Pehuén, Santiago, 1995, p. 163 Pensamiento Conservador en Chile, Editorial Universitaria, Santiago, 1992
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la excepcionalidad histórica chilena, la que habría estado susten­ estructurales? Pienso que sí. Que en el transcurso del sigo XX, a
tada por un ordenamiento autoritario republicano, capaz de con­ pesar de haber existido afloramientos de corte revolucionario y
jurar la "anarquía" impuesta por los gobiernos liberales de la dé­ expresiones políticas militaristas y aún fascistas, las opciones po­
cada de 1820, los que supuestamente se habrían visto incapacita­ líticas institucionales tendían a imponerse, articulando, en mo­
dos de otorgarle estabilidad al país, siendo derribados por una mentos decisivos, a la mayoría de la ciudadanía.
seguidilla de cuartelazos dirigidos por caudillos. Quizás no sería aventurado plantear que un factor muy im­
Así, todos aprendimos, a través de manuales recitados de portante en este sentido fue la experiencia chilena de Frente Po­
memoria, que Chile se había dado un camino político propio; ca­ pular, única en América Latina, constituyéndose en un fenómeno
mino y destino señalado por la dupla O'Higgins-Portales. El mito bastante decisivo capaz no sólo de reforzar el mito, sino también
narró la heroica supeditación del militar Padre de la Patria a la elite de señalar y demarcar la ruta institucional del cambio a seguir.
aristocrática centralista, con el fin de conjurar la amenaza de una En efecto, ante las fuerzas populares aglutinadas en torno a un
guerra civil; y relató acerca del genio político de un autoritario "frente único democrático", la opción civil-militarista del gobier­
hijo' de la aristocracia que habría sido capaz de disciplinar a todas no de Alessandri (1933-38) se disolvió en 1936, en tanto que los
las clases de la sociedad, incluyendo a la propia élite, al pueblo y grupos de tendencia nazi recibieron triunfalmente al candidato
a los militares, en torno al imperio absoluto y majestuoso de la electo del Frente Popular, Pedro Aguirre Cerda. El fascismo, en
"ley": la Constitución de 1833. sus distintas expresiones, parecía "someterse" ante la fuerza y fi­
He aquí lo que nos brindaba nuestra genuina diferencia y lo gura institucional de la ley.
que nos otorgaba una marcada continuidad histórica, y que, a Por su parte, en el seño de esta experiencia y escuela política
pesar de algunos yerros cometidos, éstos no habían sido sino pe­ que fue el Frente Popular, un importante grupo de dirigentes y
cados veniales, incapaces de torcer nuestra identidad republica­ militantes socialistas, entre ellos Salvador Allende, tuvieron la opor­
na. tunidad de ejercer gobierno y de efectuar cambios bastante decisi­
El mito, como todo mito, sirvió para construir una determi­ vos desde los aparatos ministeriales, tanto en el campo de la refor­
nada identidad política refundacional, capaz incluso de otorgar ma social como en el modelo económico del país. Y, a pesar de las
sentido y de articular proyectos políticos disímiles; es decir, fue ' contradicciones, debilidades y fracturas que vivió el Frente Popu­
útil para establecer, en una época de convulsión histórica, aque­ lar en sus tres etapas de gobierno, pensamos que dicha experiencia
llas seguridades y certidumbres necesarias, tanto para el resguar­ tendió a construir una determinada relación pueblo-gobierno, ca­
do del ideario conservador, como también para garantizar la op­ racterizada por su crítica identificación y mutua definición.
ción político-institucional de las fuerzas del cambio. He aquí la Es esta identificación pueblo-gobierno la que es desgarrada
paradoja, quizás sólo comprensible desde una perspectiva en forma dramática y radical con el golpe militar de septiembre
mitológica. de 1973. Fue el momento del resurgimiento de la ira aristocrática
No obstante, pensamos que si bien el mito es un factor expli­ buscando la reedición de la alianza o'higginiana-portaliana para
cativo indispensable, no es suficiente. ¿Existió algún elemento la fundación de un nuevo orden sobre la base de la expulsión,
histórico/real capaz de actuar de fuerza argumentativa suficien­ persecución y asesinato de los liberales-socialistas en el gobierno
te, señalando la factibilidad de la opción político-institucional de y en importantes centros de poder. Y lo hicieron con un nivel de
Chile para avanzar en el terreno de la reforma y de los cambios brutalidad y odio tal, que se volvió incomprensible, tanto desde
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la perspectiva de la razón histórica como incluso desde la propia Con la responsabilidad de una nutrida investigación acumu­
narración mítica, que, como todo mito, había intentado conven­ lada, algunos(as) historiadores(as) de la generación de los ochen­
cer al pueblo que los dioses, los sacerdotes, los señores y los gue­ ta, entre los que me cuento, respondemos a las preguntas de los
rreros, velaban por su destino. torturados proponiendo que, respecto del siglo XIX:
Claro que el pueblo socialista había cometido un pecado im­ a) se desmitifique la figura de Bernardo O'higgins (el "Padre
perdonable: haber pretendido cambiar los héroes de la narración de la Patria") en tanto que expresa el modo de construcción de
mítica conservadora, intentando poner, en su lugar, los suyos pro­ orden político republicano sobre la base del autoritarismo dicta­
pios. He aquí el significado de aquel intraducibie "diálogo" entre torial y el crimen político a los opositores del régimen;
el comandante y los presos de la isla Dawson. b) que se extraiga de los textos escolares la denominación de
"anarquía" para el período post-o'higginiano y se reemplace por:
" período de lucha por la distribución del poder republicano en
2 Chile", fase que habría culminado con la Constitución de 1828,
texto que, emanando de un amplío consenso, fundaba una repú­
Un capítulo importante de la actual "batalla de la memoria" consiste blica unitaria descentralizada, articulando los intereses naciona­
en el acto de des-mitificadón; un remedio amargo pero necesario. les, provinciales y locales del país;
¿Qué es des/mitifícar? Lo entendemos principalmente como c) que el mito institucional portaliano sea traducido y ense­
el acto de sospechar 'de los dioses y los héroes, hurgando en el ñado a los niños como el golpe de fuerza armado que derribó la
lado oculto y contradictorio de su narrativa. constitución de 1828 e impuso una carta constitucional centralis­
Desde los años ochenta, un grupo de nuevos historiógrafos, en­ ta y autoritaria (1833) que, como toda constitución, le dio un de­
tre otros dentistas sociales, no menos perplejos que el resto de la terminado ordenamiento jurídico al país, el que favoreció la con­
sociedad anti-dictadura, trabajaron por develar algunos rasgos de solidación del predominio colonial aristocrático en tiempos de
este mito de la diferencia constitucionalista, que se ha venido devaluando. república. Y que la construcción del "impersonal orden portaliano"
Cada uno de estos historiadores ha hecho su aporte para la re/escri- se fundamentó, principalmente, en un moderno proyecto de ca­
tura de nuestra historia republicana del siglo XIX y XX32. pitalismo mercantil-financiero, alimentado del endeudamiento
social productivo y apoyado en un sistema de disciplinamiento
32. Entre los muchos historiadores de la nueva generación que han trabaja­ jurídico con carácter marcadamente punitivo. En este ámbito, no
do en esta línea habría que mencionar a : Gabriel Salazar, José Bengoa, Luis
será "el peso de la noche" la fuerza "natural" encargada de man­
Vítale, Jorge Núñez, Leonardo León, Sergio Grez, Julio Pinto, Mario Garcés, Pe­
d ro M ilos, E du ard o Devés, B ern ard o Subercaseaux, Vicente E sp in o za, tener el orden social aristocrático-capitalista, sino que este se im­
Maximiliano Salinas, Sergio González, Patricio Quiroga, Jorge Pinto, Micaela pondrá a través del castigo corporal del trasngresor de la ley el
Navarrete, Alfredo Jocelyn-Holt, Verónica Valdivia, Jorge Rojas, Sofía Correa,
capital, expresado principalmente en el decreto de juicio ejecuti­
Tomás Moulián, Luis Moulián, Carlos Sandoval, José Luis Martínez, Augusto
Samaniego, M. Angélica Illanes, por mencionar sólo a algunos... Quizás la histo­ vo o la prisión por deudas33. En palabras de Portales:
ria más importante en este período la han hecho artistas {cineastas, escritores,
pintores, fotógrafos, etc) y aunque la re-escritura de la historia ahora menos
que nunca nos pertenece privativamente a los historiadores, hablaré desde ellos. 33. Exasperado Portales por la demora que en el Congreso se daba a la
Todas las "desmitificaciones" aquí planteadas están avaladas por sus pacientes aprobación de esta ley de prisión por deudas, la decretó el 1 ° de febrero de 1837,
y específicas investigaciones. en circunstancias de "Estado de Sitio" en el marcó de la declaración de guerra a
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Nuestras vidas, nuestro honor, nuestras propiedades for­ que en el transcurso de dichos decenios se vivió en el país una
man los intereses más caros, cuya conservación esperamos persistente lucha contra el autoritarismo y el centralismo, lo que
de una sociedad constituida. se expresó en dos guerras civiles (1851-1859); y que los sectores
El ejercicio de los derechos políticos no satisface sino ne­ liberales e igualitarios lucharon incansablemente por las liberta­
cesidades muy secundarias, que podemos considerar nulas... des políticas negadas (de asociación, de prensa, de ampliación
si el interés individual, que es el resorte más poderoso del del derecho de ciudadanía, de fin de la pena de azotes y de muer­
corazón humano, no nos mueve a contribuir eficazmente a la te, etc.), destacándose el esfuerzo civil realizado por las socieda­
observancia de nuestras instituciones fundamentales. des de artesanos y obreros en el terreno de la organización y edu­
El bien de la nación jamás podrá ser buscado mientras el cación popular en vista de un proyecto social democrático.
bienestar individual no se asegure; y este precioso beneficio e) Que se incorpore a los textos escolares, el amplio proceso
de la civilización no puede concebirse sin el goce completo de descomposición familiar y de margínación económica que vi­
de la libertad civil. Esta libertad es debida exclusivamente a vió la sociedad popular chilena durante todo el siglo XIX, a la cual
las leyes que reglan la administración de justicia... para de­ se expropió y disciplinó en función del nuevo orden aristocrático
terminar, conservar y facilitar en su ejercicio los derechos que burgués de-la propiedad, considerada como privilegio exclusivo
más afectan nuestra condición social... El juicio ejecutivo... de la sangre y el dinero. Y que se escriba que durante todo ese
nunca podrá producir los efectos importantes de su institu­ siglo se conquistó nuevamente la América-chilena indígena, ex­
ción si la ley no es rigurosa con el deudor, si no le presenta en propiando "legalmente" sus pueblos de indios; y que la mal lla­
los sufrimientos personales una pena por su poca exactitud mada "Pacificación de la Araucanía" consistió en la expropiación
en el cumplimiento de sus compromisos34. armada de un pueblo que legítimamente vivía en su propia tie­
En suma, una combinación peculiar: tradición aristocrática y rra. y, al mismo tiempo, nuestra. Y que fue una invención muy
modernización mercantil-capitalista; fórmula sustentada sobre útil la del mito del "valiente roto chileno", conquistador del Pací­
una doble, rígida y castigadora verticalidad jerárquica de la san­ fico, vencedor imbatible en las lides de la patria, quien, después
gre y el dinero.. de entregar al Estado y a la élite y al precio de su sangre, riquezas
d) que, para la mejor comprensión dé los llamados "decenios incalculables de países hermanos, fue llevado a proseguir con la
conservadores", nombre impregnado de paz, de continuidad, de conquista de los mapuches, más hermanos aún, con la promesa
constitucionalidad, de armoniosa y homogénea centralidad del de tierras nunca otorgadas, quedando librados dichos "rotos" e
sistema solar nacional, se les narre "otro cuento" a nuestros hijos: "indios" a la miseria de los caminos, a la vida trashumante, mien­
tras se importaban europeos de ojos azules para el blanqueamiento
de la cultura y de la raza.
la Confederación Perú-boliviana. A juicio de Pedro Féliz Vicuña, "la prisión por
f) Que, por último, la guerra civil de 1891 no fue la rebelión
deudas señaló entonces la ruina de los principios proclamados en la primitiva de los constitucionaíistas contra la "dictadura" de Balmaceda, sino
revolución (de independencia)". Ver al respecto, M.A.Illanes, La dominación si­ la rebelión de una aristocracia que, tomando las armas, busca re­
lenciosa. Productores y prestamistas en la minería de Atacama, Santiago, 1992. A la
cuperar el control del gobierno-para-sí. Y que en su rebelión béli­
prisión por deudas habría que agregar la reimplantación, por esos años, de la
pena de azotes, así como otras medidas de castigo corporal coloniales y "repu­ ca elitista entusiasmaron al pueblo y a las provincias enarbolan­
blicanas". do la bandera de la "comuna autónoma" y sus "asambleas popu­
34. Boletín Sesiones del Congreso, Senadores, 1836, noviembre 16, pp. 329
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lares", bandera que una vez ganado el gobierno traicionaron, es­ sus reivindicaciones laborales y políticas. Pronto se inauguraría
pecialmente a través de la expulsión progresiva de los represen­ institucionalmente la matanza obrera (1903 adelante) bajo el prin­
tantes populares del ejercicio democrático del poder en las comu­ cipio de la defensa armada del "amigo interno", que no era otro
nas y asambleas comunales. que la aristocracia y burguesía que ejercían el poder. Desde enton­
¿Qué vemos, en suma? Vemos a un país cuya historia repu­ ces, allí acudían los soldados, como rompe huelgas, ante cada mo­
blicana ha sido una invención narrativa "pura y sin mancha". vimiento reivindicativo obrero; aparecían con sus metrallas, en­
Debemos sospechar de los bellos y grandilocuentes nombres y viados por el Estado, al llamado de cada empresario que los requi­
atrevernos a hurgar en "lo feo, lo sucio y lo podrido" de nuestra riese, constituyéndose en su "brazo armado" siempre que estu­
"Pequeña historia de Chile"35; quizás ello nos sirva como reme­ viese en juego el principio y el beneficio de la propiedad.
dio para la apertura de ojos ciegos. b) Consolidando su figura de cuerpo armado de base social
El "uso del cuento mítico" en el siglo XX, especialmente en el ampliada a nivel nacional y en tanto aparato de sustentación es­
seno de la izquierda, dice relación con la narrativa de la "prescin- tratégica de la economía y del Estado, las fuerzas armadas entra­
dencia política de las Fuerzas Armadas.". Al respecto, algunos ron al primer plano del escenario político del siglo XX. Emergieron
historiógrafos de los ochenta se toman la cabeza entre las manos. cada vez que decidieron "salvar a la patria" —ya bajo designios
¿Cómo es posible tanta ingenuidad? ¿Quién inventó tamaño cuen­ nacionalistas, fascistoides y /o electoral populistas—; allí estuvie­
to de hadas? Como decíamos anteriormente, esta creencia está ron, desde un 11 de septiembre de 1924 hasta 1932, al mando del
relacionada con la narrativa conservadora de la "excepcional gobierno, para salvarnos de las "enfermedades mortales" que nos
institucionalidad chilena" que sirvió de argumento a los proyec­ corroían como nación: médicos del fierro y del grito, de la patada
tos de distinto color político que pugnaban por abrirse paso en de caballo y filo de sable, de la "visita" nocturna y la cárcel. ¿Cómo
medio de la convulsionada historia del siglo XX. no haberlo sabido siempre? ¿Tanta es la miopía de los pueblos?
Pero ha llegado la hora de des-mitificar. Des/mitificar la his­ ¿Es tan poco evidente el acaecer?
toria del siglo X X principalmente supone "ver" la presencia del c) Sin embargo, la historia de la intervención militar en el si­
militarismo en todas las expresiones de su manifestación social y glo XX es una historia especialmente compleja. Hoy día, ante la
política. i luz que enciende la oscuridad de la muerte, surge fácilmente la
a) Recabarren "lo sospechó desde un principio". Mil novecien­ tentación de releer este siglo con la evidencia de una doble sim­
tos debuta con la promulgación de la Ley de Servicio Militar Obliga­ plicidad: 1) la que muestra la persistente represión histórica ante
torio 36 que supone la acción, desde el Estado, de la división al inte­ cualquier avance popular que afectara el beneficio y la propiedad
rior del pueblo entre obreros y soldados y la inauguración — con privada de los medios de producción y 2) la de la unión Fuerzas
los matices y el lenguaje propio de la época— del "enemigo inter­ Armadas - Estado - burguesía. Sin embargo, la pura coerción no
no", que no era otro sino el movimiento obrero en demanda de era una política suficiente ni'estratégicamente viable. El pueblo
era una fuerza productiva insustituible y efectivamente vivía en
35. Título de obra de teatro de Marco Antonio de la Parra. la más espantosa miseria. Por otra parte, ¿cuán efectiva era la re­
36. Tal com o dice Carlos Orellana en su libro El siglo que vivimos. Chile, presión ante un pueblo crecientemente embravecido?
1900-2999, (Planeta, Santiago, 1999, p. 16), el gestor de esta ley fue el general
Las Fuerzas Armadas se dedicaron a reprimir, pero también
alemán Emilio Korner, instructor militar y profesor de la Escuela Militar y de la
Academia de Guerra. a reformar y a mediar entre el pueblo y el capitalismo: el Estado
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Asistencial de 1925 fue —con el apoyo decisivo de los médicos— Máxima expresión de esta connivencia entre mito y realidad
fruto de un programa de "seguridad nacional" basado en una fue el gobierno de la Unidad Popular. Un "atrevimiento" derro­
intervención biopolítica sobre el pueblo tendiente a resguardar cado brutal y vertiginosamente: en un solo día se borró del mapa
su amenazada vida. Un doble discurso se instauró en la política y más de un siglo de proyecto democrático, a través de la furiosa
la cultura, alimentando una confusión y esquizofrenia popular acción de los restauradores del poder de los mayorazgos patricios,
identitaria: — "quien soy yo, "enemigo" o "amigo" del sistema? que regresaron a su vocación de cazadores y guardianes de sus
¿Porqué me cuidan y sanan? ¿soy yo el poder?" amos.
d) Desmitificar supone también reconocer que el movimiento Porque las fuerzas armadas no han sido constitucionalistas o
popular chileno había optado, desde mediados del siglo XIX, por in-constitucionalistas, sino simplemente obedientes o desobedien­
una vid política a la democracia social. Y en el siglo XX, este proyecto tes, sumisas o alzadas, tranquilas o rabiosas; y, salvo excepciones
fue obligando a la coerción a entrar en negociaciones y probó ser históricas puntuales, han demostrado haber sido amaestradas para
capaz de alcanzar electoralmente la casa de gobierno, a través de ladrarle al pueblo, a los pobres y a los vagabundos y para ser
la coalición política frente-populista a fines de la década de 1930. regalonas de amos, ricos y hacendados. Y, durante varias décadas
Pienso que la clara fisonomía que alcanzó este proyecto contribu­ fueron, además, adiestradas, bajo las instrucciones del señor del
yó en mucho a construir el imaginario político de la excepcionalidad imperio del norte, en el odio al cáncer m arxista. ¿De qué
del caso chileno para abrirse al cambio. Es decir, este mito no sur­ constitucionalismo podemos hablar cuando de régimen y lógica
giría del "comportamiento histórico" de las fuerzas armadas, sino militar se trata?
de la narración en tomo a la supuesta capacidad del proyecto de­ El golpe militar de 1973 y la ferocidad desatada ante nuestros
mocrático de ' negociar" con el campo puramente coercitivo y de ojos estupefactos, corresponde al momento histórico en que estos
hacerse paso hacia los aparatos del poder. Mitología bastante frá­ otrora perros guardianes de rebaño, se transforman en lobos sol­
gil, sin duda. ¿Tenía algún fundamento histórico? tados al descampado de la patria, haciendo del día noche y del
El proyecto democrático fue desarrollándose paralelamente al ciudadano libre un malhechor. El animal m itológico se ha
sistema militar y represivo del Estado burgués. La extraordinaria develado, aquí, plenamente, en su "naturaleza".
fuerza que alcanzó su acción social fue transformando al propio Con mucho esfuerzo el ciudadano,1 en la década del 90 de
Estado, el que de un puro guardián de mayorazgos, se fue con­ nuestro fin de siglo, logró contener, al fin, el horror. Pero no sin
virtiendo —con altibajos, disfraces y máscaras— en padre de sus temor y desconfianza: ya conoció la sed de la rabia.
hijos menores, dispuesto a abrir, las rendijas primero, las venta­ Obedientes, calmadas y de regreso a las casas de sus amos,
nas después y las puertas palaciegas finalmente, a sus demandas las Fuerzas Armadas no han entregado, sin embargo, el secreto
reformistas y luego revolucionarias. Proceso y evolución que tuvo de sus "presas" enterradas. -"¿Dónde están?" La pregunta se gri­
la posibilidad de convertirse en hecho real, histórico y que culmi­ ta sin descanso, en las plazas, en las marchas, en los escenarios,
na en 1970 con el gobierno popular, en los foros internacionales, en las agrupaciones de derechos hu­
En suma, mitos y realidades, narraciones y acciones, inven­ manos. Pregunta alzada en los rostros que flamean al viento con
ciones y opciones históricas concretas, tendieron a reforzarse sus ojos abiertos en blanco y negro estampados en carteles: ban­
mutuamente, empapándose los mitos de realidades y las realida­ deras a la deriva en busca del territorio donde fundar la patria
des de mitos. No es de extrañar tanta confusión. del porvenir.
REFORM A + REVOLUCIÓN
E n t o r n o a u n a h is t o r io g r a f ía d e l m o v im ie n t o d e

TRABAJADORES DURANTE EL GOBIERNO DE LA UNIDAD POPULAR

E n e l i n v i e r n o d e 1998 aparecieron en Santiago dos interesantes


libros sobre historia de trabajadores industriales. Uno de ellos
— escrito por un "dentista social" inglés, pero que se oculta bajo
seudónimo chileno— narra la epopeya de los trabajadores de los
llamados "cordones industriales" durante el gobierno de la Uni­
dad Popular37. El otro, escrito por dos historiadores y un dirigen­
te sindical, trata acerca de la historia de una importante industria
chilena — "Cristalerías Chile"— a lo largo de su trayectoria en el
siglo XX, desde la perspectiva de los trabajadores38. Ambas obras
buscan hacer una "historia desde abajo", es decir, desde los acto­
res obreros a quienes no se considera en la "historia oficial". Am­
bas se han escrito ante el trizado espejo de la Unidad Popular,
intentando, casi con desesperación el inglés, revitalizar las semi­
llas heroicas allí sembradas y perdidas, a su juicio, en el "refor-
mismo" del gobierno de Salvador Allende. Por su parte, los his­
toriadores y el sindicalista buscan, en el texto de Cristalerías Chi­
le, cautelosamente, anti-heroicamente, un rostro obrero de distin­
tas facetas, más humano e imperfecto, menos vanguardista que
lo que habría esperado Marx, pero igualmente revolucionario.
Al lanzamiento de ambas "historias desde abajo" asistieron
los trabajadores protagonistas, en especial aquellos que aporta-

37. Miguel Silva (seud.), Los cordones industriales y el socialismo desde abajo,
Santiago, 1998.
38. Jorge Rojas, Cinthia Rodríguez, Moisés Fernández, Cristaleros: recuerdos
de un siglo. Los trabajadores de Cristalerías Chile. Editado por el Sindicato N°2 de
Cristalerías Chile y el programa de Economía del trabajo, Santiago, 1998.
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ron sus testimonios/ así como también algunos sindicatos, profe­ este tema emerge el rostro más vital y explícito del compromiso
sionales y estudiantes; pero hubo una diferencia: mientras a la popular por el cambio de las estructuras de poder y de clase en
historia heroica de los cordones asistió gente de partidos de iz­ Chile.
quierda y fue comentada por un personero del MIR (Movimiento Al mismo tiempo, esta es también una temática privilegiada,
de Izquierda Revolucionaria), a la historia anti-heroica de- ya que la orgánica y experiencia de los cordones industriales es
Cristalerías Chile concurrieron también representantes de los pa­ una ventana iluminadora de la Unidad Popular en su más genui-
trones y fue comentada por el obrero que fue su interventor du­ na especificidad dentro de los procesos revolucionarios mundia­
rante la Unidad Popular y que entonces, respondiendo al llama­ les. Por otra parte, en ella se cruzan y manifiestan muchas de las
do del gobierno de Allende, llevó a cabo la gran "batalla de la contradicciones del proceso chileno.
producción". ¿Qué fueron estos "cordones"? Fueron asociaciones territo­
Ambas narraciones son trozos del espejo roto de nuestra ex­ riales industriales cuyos trabajadores coordinaron su lucha polí­
periencia de Unidad Popular, nuestro "espejo-enterrado", al modo tica y reivindicativa durante la Unidad Popular, que alcanzaron
de decir de Carlos Fuentes. ¿Podremos reconstruir sus piezas, gran nivel de organización al momento de tomar en sus manos la
desenterrarlo? Hoy día, intelectuales e historiadores chilenos se producción (cuando por diversas circunstancias hubo que
hallan ante esta encrucijada: penetrar en la memoria del trauma intervener las fábricas) y que incluso se articularon con poblacio­
que marca las huellas de nuestros días. nes aledañas en una acción ampliada, tal como fue el caso del
Cordón Cerrillos. Es decir, se trató de una vanguardia organiza­
da de la cual muchos esperaron un salto a la revolución armada.
2 No fue casual que las Fuerzas Armadas allanaran los Cordones
antes de dar el Golpe Militar, ante el grito de la derecha de que
La temática de los "cordones industriales" se refiere a una de las allí se armaba la guerra civil.
experiencias más importantes y exitosas de la Unidad Popular, Pero no había armas en los cordones industriales. Ellos fue­
aproximándonos quizás a una de las utopías más realizadas del ron la expresión, en su grado máximo, de la capacidad política de
socialismo chileno: aquella donde los trabajadores construyeron la ofganización obrera: el rostro más claro de la trayectoria histó­
un protagonismo con alta responsabilidad económica y política rica del movimiento social chileno.
colectiva en el proceso en marcha. Los "cordones" constituyen, ¿Cómo aborda esta historiografía la experiencia de los cordo­
pues, un tema muy central de la experiencia chilena de la Unidad nes industriales?
Popular y que configuró una de sus mayores peculiaridades. A partir de la intuición de que aquí se jugó uno de los aspec­
Esta experiencia nos permite corroborar, una vez más, la ca­ tos más relevantes de la Unidad Popular, su seudónimo-autor
pacidad protagónica de la clase trabajadora y del pueblo chile­ acude a los trabajadores y dirigentes que protagonizaron los he­
no, demostrada a lo largo de todas las fases de nuestra historia. chos, realizando un importante trabajo de recopilación testimo­
Su vocación forjadora de una nación libre, justa, democrática; la nial. Nuestra historia reciente debe hacerse en gran medida a partir
energía de su respuesta y capacidad de salir al paso ante los de la llamada "historia oral", la que recoge la voz y la vida articu­
desafíos más apremiantes de su proyecto político, así como el lando un saber propio: el testimonio. No obstante, cuando este
progresivo y voluntarioso desarrollo de su espíritu de clase. En testimonio se fractura una y otra vez, diseminándose en el mar
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de una multiplicidad de cientos de páginas, se produce un texto de vista del sentido que porta su textualidad, es negativo para la
caótico. El texto sobre los cordones industriales al que nos referi­ comprensión de la historicidad de la Unidad Popular.
mos es un texto caótico. ¿Pero qué importancia puede tener esto Entre este caos, emerge la luz, una hipótesis que pone un or­
fuera de ser un alcance metodológico? A mi juicio, la tiene. den rígido, orden propio de la lógica europeo-occidental: el texto
Un texto caótico sobre la Unidad Popular sirve de base o cons­ intenta explicar el carácter y el problema de la Unidad Popular en
tituye la narración misma del mito del caos que se ha construido términos de la existencia de una dicotomía habitando en el interior
respecto de dicha experiencia política social. La Unidad Popular de ella. Dicha dicotomía sería la de reforma versus revolución: re­
como "caos" ha sido una de las claves ideológicas que han busca­ forma por arriba, revolución por abajo; reforma promovida por
do ahondar el trauma de su memoria y al que los discursos polí­ Allende, revolución protagonizada por los trabajadores; reforma
ticos autoritarios acuden reiteradamente. Frente a dicho imperio del gobierno, revolución de los cordones industriales.
del "caos", estos discursos oponen la seguridad que brinda en el A mi juicio, cualquier visión sobre el proceso de la Unidad
inconsciente colectivo el concepto de "orden". La oposición caos Popular y sobre las relaciones sociales y políticas que allí se pu­
versus orden se tendió a reforzar en la prensa chilena durante los sieron en juego, es capaz de percibir que no caben en dicho proce­
meses de detención de Pinochet en Londres, especialmente a tra­ so las dicotomías y dualidades simplificadoras. De hecho, en el
vés de los fascículos del historiador conservador Gonzalo Vial, curso del mismo texto la dicotomía se desarticula a cada rato. Por
empecinado en demostrar que la Unidad Popular conducía al país ejemplo, allí se plantea que el gobierno se define por su postura
al caos y la guerra civil y que las fuerzas de orden habrían salva­ reformista; no obstante, respecto de la creación por el gobierno
do, epopéyicamente a la nación, de dicha catástrofe39. del "área social de la economía" se dice que ello produjo "la total
Hoy sabemos que un texto no es solamente un texto, sino que desarticulación del sistema capitalista" (p. 255). Me parece que
constituye un aparato cultural que construye significativamente no es posible simplificar dicotómicamente dicho proceso político
la visión sobre una sociedad. que es, sin duda, uno de los más complejos de nuestra historia y
El texto de Miguel Silva acerca del movimiento de trabajado­ que aún nos tiene "perplejos". Podríamos quizás hablar de "re­
res durante el gobierno de la Unidad Popular, es caótico en su volución cautiva", de "revolución en el capitalismo", de "revolu­
construcción, obstaculizando cualquier comprensión sobre aquel' ción desarmada"...
proceso popular chileno. Nos lleva de un punto a otro, nos mue­ Cualquier análisis o historia de los Cordones Industriales que
ve de un tema a otro, de un escenario a otro, nos marea en el considere: su paso al área social de la economía; las tomas y orga­
desorden de los hechos. A lo largo de sus casi 600 páginas nos nizaciones que generaron; las intervenciones y la gestión demo­
sumerge en la incomprensión del proceso y nos mantiene en la crático productiva que se desarrolló, etc.: todo ello forma parte
angustia de su oscuridad, dañando la experiencia y la compren­ de un proceso general y estructural de desencadenamiento de una
sión histórica de la Unidad Popular. No quiero decir que ésta sea revolución, que se desarrolló tanto desde arriba como desde abajo;
la intención del autor, que tiene las mejores. Pero desde el punto que vivió múltiples obstaculizaciones y-contradicciones, pero que
no emerge desde una dicotomía establecida al interior del régi­
men de gobierno planteada en esos términos de: reformismo gu­
bernamental vs. revolución opositora popular.
39. Gonzalo Vial, "Fascículos de Historia de Chile. La Unidad Popular", se
Esta hipótesis trabaja con el supuesto de que en dicha dicoto­
publicaron en el diario La Segunda, los días viernes de cada semana en 1999.
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mía descansa la causa de la caída de la Unidad Popular. Que el diseminándose por toda la sociedad, que se apodera de la revolución
reformismo de arriba habría impedido la revolución de abajo,, cautiva.
causando el derrocamiento. Peligrosa simplificación causalista, Por su parte, los partidos políticos se van haciendo cada vez
que, por lo demás, deja fuera toda intervención de la resistencia más autónomos del gobierno y son ellos los que están más próxi­
oligárquica y sus aliados imperiales y militares. mos a la dirección del movimiento de trabajadores. Pero son és­
Mi impresión es que no podemos hablar de un supuesto freno tos, también, tal como lo ha expuesto Joan Garcés, los que no sa­
del gobierno respecto del protagonismo popular obrero. En nin­ ben qué hacer frente al golpe de estado.
gún momento es posible observar una detención de este proceso A mi juicio, el problema de esta historiografía reside en que
de poder y de empoderamiento popular. Podemos ver que el go­ su temática debiera ser otra: la de por qué la revolución chilena
bierno a lo más fue ambiguo en relación al mismo, dubitativo y no se planteó por la vía insurreccional armada. Esto es lo que pena
temeroso, pero más bien el movimiento popular mantuvo la ini­ en el texto cuando a cada paso se habla de "reforma sin dolor".
ciativa viva hasta el final. ¿ La pregunta de por qué no se optó por.esa vía, ni antes, ni
El Programa de la Unidad Popular contemplaba el "poder durante, ni al final de la Unidad Popular es otro problema intere­
popular"; los "Comités de la Unidad Popular" tenían como mi­ sante a estudiar. Para abordar ese asunto no se necesita forzar la
sión y de hecho desencadenaron la democratización del poder de temática en una dicotomía propia del modo clásico europeo de
la sociedad a todo nivel, En el área de la salud poblacional, por pensar, que no permite comprender el complejo proceso y la his­
ejemplo, este poder se organizó impulsado simultáneamente des­ toria de los cordones industriales ni del gobierno popular.
de el gobierno y desde las bases poblacionales y sólo era frenado El tema de la historia de la Unidad Popular y de los cordones
— tal como también aparece en el texto— por la acción mancomu­ industriales debiera ser, más bien, el de la no-insurreccionalidad
nada de la Contraloría, los Tribunales y la policía enviada por armada de ¡a vía chilena. Tema que en realidad constituye la gran
dichos, tribunales, que en el texto se confunden con aparatos pro­ pregunta sobre la historia del movimiento obrero en Chile. Pre­
pios del gobierno. gunta que quizás pueda ser respondida a través de un plantea­
Mi hipótesis — que los mismos testimonios de los trabajado­ miento que hizo el personero del Movimiento Izquierda Revolu­
res presentados en el texto tienden a reforzar— es que durante la cionaria (MIR) que presentaba el libro de Silva (y que tendía a re­
Unidad Popular se desencadena un proceso revolucionario y una forzar mi argumentación): "Tú le achacas al MIR, le dice, el haber
lucha ideológica que, al contrario de lo que dice esta historiografía, optado por los pobladores y no por los cordones industriales. El
no logra transformarse en dicotomía simple, ni resolverse en opo­ problema es que éstos (los trabajadores industriales) estaban en
siciones claramente contrapuestas al interior del régimen de la la "batalla de la producción,..".
Unidad Popular. Creo que no logra instalarse la opresión de arri­
ba y la revolución de abajo. Por el contrario, se trata de un proce­
so de lucha revolucionaria que surge de las mismas condiciones 3
de la "revolución cautiva" en la que los sectores populares no
perdieron, hasta el final, la iniciativa, que el autor supone neutra­ Este problema nos sitúa ante uno de los temas centrales de la his­
lizada por el gobierno. Estamos lejos, durante la Unidad Popular, de toria del movimiento social y obrero chileno. Sin temor a pecar de
un “reformismo triunfante”. Más bien la dinámica del proceso va continuistas, los historiadores sociales nos vemos obligados a
LA BATALLA DE LA MEMORIA 185
184 MARÍA ANGÉLICA ILLANES

ron en el movimiento de trabajadores respecto de su proceso de


visualizar una línea y hasta una opción de continuidad en las
politización.
opciones políticas del movimiento popular. Continuidad que se
"Sólo con Allende en el poder — dicen los autores— se dieron
va construyendo al modo de un encadenamiento histórico, de una
genealogía utópica, como transmisión generacional de un pro- los primeros pasos en torno al tema de la cogestión. En diciembre
de 1970 se firmó un Acta de Acuerdo CUT40-Gobierno que por pri­
yecto político democrático trazado desde Francisco Bilbao y la
mera vez daba cabida a los trabajadores organizados para que
Sociedad de la Igualdad. Progresiva diferenciación de lo político po­
participaran en la dirección de las empresas que estaban bajo el
pular respecto de lo político oligárquico, diseñando un programa demo­
control del.Estado (Area de Propiedad Social y Mixta como fue el
crático propio dentro del sistema de partidos. Al mismo tiempo, el pro­
caso de Cristalerías Chile a partir de agosto de 1972). Dicho acuer­
ceso popular chileno ha de contemplar la heroicidad revolucionaria de
do contemplaba las Normas Básicas de Participación que creaba un
la lucha obrera antipatronal en el campo de la economía extractiva,
exportadora e industrial. El gobierno de la Unidad Popular fue, no la Consejo de Administración, los Comités de Producción y el Co­
derrota, sino la culminación de este doble prcesodreroico-democrático y mité Coordinador de Trabajadores. "Como en tantas otras em­
electoral. presas —dicen— la idea no tenía precedentes y no fue fácil apli­
La historiografía recién producida sobre la historia de los tra­ car el piincipio de la participación". En la planta de Padre Hurta­
bajadores de Cristalerías Chile — fábrica que también formó par­ do, el "Comando de la Unidad Popular hubo de exigir reuniones
te de los Cordones Industriales en tiempos de la Unidad Popu­ periódicas y las estructuras de participación no se consolidaban.
lar— nos presenta una visión no dicotómica de análisis del perío­ En enero de 1973 todavía no se creaban los Comités de participa­
do de la Unidad Popular desde la perspectiva vivida por estos ción por secciones, tampoco el Comité de Vigilancia ni el Consejo
de Administración." Así se los habría hecho ver el propio Allende
trabajadores industriales.
en su visita a la industria41. Una mayor politización y participa­
En su exposición temática referida al período 1970-73, allí se
nos muestra a los trabajadores haciendo realidad este "ser mío" ción se habría dado en la planta de Vicuña Mackenna, en el mar­
el gobierno de la Unidad Popular, acerca de lo cual ya nos referi­ co de su pertenencia a dicho Cordón, constituido por 17 indus­
mos. Acusaron a los patrones de boicotear la producción y gene­ trias del sector.
raron una huelga para que el gobierno decretase su requisición En general, esta historiografía muestra los aspectos contra­
administrativa, a lo que Allende accedió. Los autores muestran dictorios del movimiento de trabajadores en el campo del gobier­
que la requisición estuvo lejos de ser una "reforma por arriba"; no de la empresa, así como sus disensiones políticas respecto de
por el contrario, se habría producido una "revolución por arriba su apoyo o no al gobierno, lo cual parece más verosímil que aque­
lla dicotomía reforma versus revolución. No obstante, se muestra
y por abajo", es decir, impulsada simultáneamente desde el go­
también con claridad el fuerte y unánime compromiso de todos
bierno y los trabajadores, rompiendo la dicotomía simple arriba-
abajo. los trabajadores con la llamada "batalla de la producción", la que
El caso de los trabajadores de esta industria es particularmente alcanzó ribetes casi heroicos durante el paro patronal de octubre
interesante porque Cristalerías Chile tenía dos plantas: una en el de 1972; de este compromiso y desde esta coyuntura surgió justa-
sector poniente de Santiago, Padre Hurtado y otra en la avenida
Vicuña Mackenna, la que pasó a formar parte del Cordón Vicuña
40. Central Unitaria de Trabajadores.
Mackenna; lo cual nos permite visualizar los matices que se die­ 41. Jorge Rojas, op. cit., p. 143.
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mente la organización de los "cordones industriales": en apoyo camino. Ellos nos muestran la responsabilidad de los dentistas
del gobierno y no en su oposición. Aún más, es esta "batalla de la sociales a la hora de escribir la historia de nuestro tiempo, espe­
producción" la que determinó, para muchos dirigentes trabaja­ cialmente tratándose de la memoria de nuestros trabajadores, ac­
dores, su definición de "revolucionarios". Así lo planteó el inter­ tores sociales decisivos del siglo XX. Responsabilidad, con mayor
ventor de Cristalerías Chile, el obrero Alberto Muñoz: razón, a la hora de escribir la historia de la Unidad Popular, por­
"Porque esto no es cuestión de llamarse "revolucionario", que su narrativa será considerada, no tanto como un texto histó­
había que ser revolucionario. Y revolucionario para nosotros o rico, sino como un texto político que deberá necesariamente in­
para mi en ese momento, era el concepto de asegurar la produc­ sertarse en el campo de los discursos que hoy día debaten en tor­
ción, porque asegurando la producción nosotros producíamos no a su memoria.
botellas de leche. (...) Una de las medidas importantes del Presi­ Su memoria, más que perdida y enterrada, quizás anda des­
dente (era) darle medio litro de leche a los hijos de los trabajado­ terrada entre las piezas de sus fragmentos. Me inclino a optar por
res. (...) Entonces, ese era el objetivo y ese era mi predicamento y una historiografía que, reuniendo experiencias, se sostenga sobre
por eso peleábamos"42. su ordenamiento contradictorio. Me inclino por una historiografía
Así habló, 25 años después, este antiguo obrero Interventor de la Unidad Popular que busque comprenderla desde la amplia
de Cristalerías Chile en el lanzamiento del libro que narra la his­ perspectiva histórica del movimiento social chileno. Postulo, fi­
toria de sus trabajadores. En el lujoso Salón Ercilla de la Bibliote­ nalmente, una historia social que articule la heroicidad y la anti­
ca Nacional, ante los actuales representantes patronales, trabaja­ heroicidad del pueblo chileno, su lucha revolucionaria y su pro­
dores e intelectuales, Alberto Muñoz, cual fantasma que reapare­ yecto electoral; en suma, su reformismo y su revolución, así como
cía a las puertas de la ciudad reconquistada, levantó el antiguo la impura hibridación entre ambos términos. Solo así podremos,
discurso clasista del movimiento obrero chileno, su incansable con mayor sabiduría, conjurar la manipulación histórica que se
lucha histórica, su vocación socialista inclaudicable y su confian­ escribe por fascículos en la prensa de Santiago.
za en el advenimiento de un nuevo porvenir.
Su voz clamaba en el desierto de un salón lleno de escépticos
espíritus de fin de siglo. Pero en realidad no clamaba, simple­
mente recitaba su canto antiguo. Al observarlo con atención uno
podía ver en Alberto Muñoz a un gran trozo de nuestra memoria
colectiva y de la experiencia de la Unidad Populan Para algunos
constituye sólo una pieza de museo, para otros quizás puede ser
el rastro de la pieza mayor de nuestro espejo identitario.
Para concluir, quisiera decir que la lectura crítica y reflexiva
de estos dos importantes textos de la historiografía social chilena
contemporánea, constituye un estímulo para continuar en este

42. Testimonio de Alberto Muñoz, Interventor de Cristalerías, planta Al­


berto Hurtado, citado en Jorge Rojas, op. cit., p. 158.
IV
Post-Modernismo
(a la chilena)
: W ' .

HISTORIAR ESTA HISTORIA


TEM PRA N A CRÓ NICA DE LA POST-DICTADURA
CH ILE, 1992

1 . E l P a is a je

a ) A fu era :

Recorrer las calles de esta historia no es tarea fácil, estando el chi­


leno afanado en andar a velocidad estridente y mecánica, agaza­
pado tras vidriados escaparates muebles e inmuebles.
Los cuerpos se muestran, al caminar, en erecta postura. Es­
palda y frente derecha, sin las torceduras furtivas de cuellos escu­
driñando anteojos oscuros y antenas. A pesar del smog, un tre­
mendo alivio respira el cuerpo, ahuyentados los fantasmas que
presenciaban a carcajadas nuestras pesadillas. No es que nuestra
sociedad haya dejado de ser represiva. De ninguna manera. In­
cluso nuestros uniformados de verde proliferan día a día en las
calles de la "democracia" y arremeten con saña contra todo lo
que huela a manifestante. Pero hoy se ha ahuyentado el terror,
que alejó su deformidad espantado de la luz del día.
Los pasajes y callejuelas de tierra urbana se han quedado si­
lenciosas en "democracia"; sólo interrumpe el ruido metálico de
la pelota al caer sobre el techo de zinc. La historia es pura
cotidianeidad de escoba, de charla en la puerta y caminata de
feria cargando bolsa de papa y zanahoria en domingo.
Los murales se han descascarado. Descolorido. El nombre de
la "dictadura" ha chorreado su color negro. Los colores del "arco
iris" de la alegría que ya venía, destiñen en el charco del invierno.
El agua corriente del pavimento ha ido lavando las huellas de las
barricadas que antes ardían en las noches poblacionales y se han

1Q1
192 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 193

doblado para el recuerdo los lienzos y pancartas que vestían las 2. El M o v im ie n t o

marchas de la sociedad convocada a cambiar la historia. Enton­


ces se instaló la calma y el soñoliento cansancio del repliegue. Desde el golpe militar del 73 se nos ha impuesto la hegemonía
Por las calles de Santiago se vio pasar un día a los Reyes de del mercado como nuevo orden, pero éste no había surgido como
España. Nos dejaron la huella de su nombre en un parque y en sinónimo de paz social. En efecto, dicho reordenamiento mercan­
nuestro inconsciente colectivo agitado. Los mapuches los vieron,, til estuvo acompañado, durante la dictadura, de movimiento so­
al fin/ en sus fuertes, pero Alonso de Ercilla ya no estaba para cial (reprimido) y de organización popular en función de la sub­
narrarlo. sistencia. Por otra parte, el mercado tampoco había suplantado
totalmente al Estado: la figura del Estado-Padre vivía en la de un
Estado-Dictador que concentraba la protesta y se constituía en el
b) A d en tr o : referente levantado sobre el centro del escenario de un proyecto
social opositor de gran potencia movilizadora.
Ahora los pasos de una nueva ciudadanía han entrado a los re­ Al conquistarse "la democracia", se desplazo al dictador como
cintos: a la Moneda, a los ministerios y servicios públicos, al par­ monumento referencial, como centro del movimiento y la protes­
lamento, a las universidades, a la televisión y al municipio. Existe ta. Desapareció, por lo tanto, el proyecto sustentado sobre la pre­
un movimiento de presión desde lo informal a lo formal, desde la posición "anti", quedándonos sin preposición o sin proposición.
calle al "establecimiento". El sedentarismo institucional parece Emergió luego, en la plenitud de su figura, el mercado, habiendo
ser la cultura más propia de esta "democracia", especialmente éste conquistado tal funcionalidad, que ha sido capaz de diluir y
después de haberse vivido un largo callejeo histórico. arrastrar cualquier contento o descontento en flujo vertiginoso,
Los recintos cobran nueva vida cromática —habiendo que­ enseñoreándose de la historia.
dado "demodé" el gris anterior— y una mayor energía circula Si antes la categoría "movimienüsta" se gozaba en su hege­
por salas, corredores y secretarías. Se puede hablar. monía y su carácter "general" y "social", lo movimientista sufre
En las librerías han florecido las publicaciones aprovechando ahora su reducción a lo "particular", a lo "específico" y lo "espo­
el marketing de los "500 años". Una buena oportunidad para ad­ rádico". Imagen y expresión de este fenómeno lo constituyen las
quirir hermosas reediciones de textos documentales sobre el "des­ actuales "huelgas legales": grupos de hombres y mujeres a la in­
cubrimiento" y la conquista de América. temperie en una estrecha vereda de alguna calle adyacente de la
Se hacen muchos "eventos", casi todos enmarcados en los 500 capital, al son de pitos, cornetas, música y tambores, llamando
años. Quizás sea sólo eso: un dorado y envejecido marco de ador­ desesperadamente la atención de los apurados transeúntes, soli­
no, sosteniendo un espacio en blanco para el libre juego de la ima­ citando una moneda en un tarro de limosna ... movimientistas
ginación. En el marco, todo se sostiene, nada se rompe, nada se mendicantes, huelguistas solitarios entre el bullir del mercado y
agita. el quehacer de la sociedad cotidiana en Chile.
No han faltado algunos movimientos escurriendo por esce­
narios más centrales (marchas por los desaparecidos y los presos
políticos), los que son rápida y violentamente reprimidos. Tam­
poco han estado ausentes otros movimientos callejeros en el mar­
194 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 195

co de los 500 años, como aquel que tuvo lugar el 12 de octubre de no había ocurrido en dicha mesa en las tres ocasiones electorales
1992, cuando un grupo de mapuchistas o indigenistas se congre­ anteriores. La mayoría de los textos nulos anotaban su desencan­
garon en el cerro Santa .Lucía de Santiago y exhibieron imponen­ to: "soy jubilada"; "todos son ladrones"; "no estoy 'ni ahí'"; otros
tes figuras humanas en cartón negro y a tamaño natural, cada atravesaban con una gran cruz el voto de su rabia. Un testimonio
uno con un texto que decía: "¿Dónde están: las araucarias; los documental que quedará oculto tras la historia oficial electoral.
mapuches; los maitenes; los pehüenches; los tricahues...?" Y mar­ Esta historia oficial se escribirá con el triunfalismo de las fi­
charon por la Alameda, destacándose un joven, pecho al desnu­ guras políticas contando televisivamente sus respectivos triunfos
do, pelo tomado, montado al pelo sobre un caballo. Actitud alti­ partidarios, cantando alabanzas a la ciudadanía chilena, tan dis­
va de la raza mapuche en desafiante trote. Pero sin duda lo más ciplinada, tan ciudadana, tan votante y tan poco abstinente. Tan
relevante en este campo de la movilización ha sido protagoniza­ política. No obstante, no se podrá pasar por alto el primer núme­
do por mapuches que se han tomado algunas tierras en el sur: ro de un periódico que tituló a toda página: "Nulo a concejal".1
acción remanente de otra historia y que presagia despliegues de
m ayor envergadura. Efectivamente, hoy día el movimiento
mapuche alcanza una fuerza de carácter revolucionario, en de­ 3. L as C ategorías
manda de sus tierras amenazadas por el avance de la gran pro­
piedad privada. A este período se le ha denominado de "re construcción demo­
Pero, en general, la sociedad parece detenida. Se pensó que el crática". Es éste un concepto que nos remite necesariamente a otro:
carro electoral podría remecer al cata tónico. Pronto se alzaron a al concepto y visión de la "democracia" existente en Chile con
flamear lienzos blancos y azules, nombrando los candidatos mu­ anterioridad al golpe militar de 1973. Y éste es un tema que aún
nicipales. Las campañas se empaparon del aire y ambiente del no se plantea con el alcance que requiere. La comprensión de este
mercado, de sus ventajas de liquidación y buena oferta. Los co­ nuevo período "democrático" constituye un desafío para las cien­
mandos realizaron su quehacer electoral en las ferias, confundien­ cias sociales, por cuanto habrá que reconocer contenidos diferen­
do sus gritos partidarios con los de los caseros del pescado fresco. tes, e incluso opuestos, en los períodos democráticos pre y post
Con estos mismos caseros chocaban, en las calles estrechas, los dictadura. Las categorías con las cuales se construía la democra­
furgones con megáfonos anunciando las ventajas de la mercade­ cia "pre" han quedado, aparentemente, obsoletas, presionando
ría marina y electoral a la venta. Un sábado por la tarde se veía por instalarse otras en su reemplazo.
pasar caravanas echando a volar panfletos; en domingo, algún Las nuevas categorías tienden a visualizar la historia de la
discurso más audaz se voceaba en una esquina, escuálida de clien­ sociedad no desde las "clases" o "sectores de clases" y sus intere­
tela electoral. ses, sino desde la "m asa", homogeneizada y domesticada en tor­
El día de las elecciones, la gente llegó tarde a votar. Al cierre no al mercado, la clientela y la televisión. Desde el punto de vista
de las mesas, continuaban llegando los atrasados y muchas de político, estas nuevas categorías visualizan las "masas" jugando
ellas hubo que mantenerlas abiertas catorce horas en vez de las en la arena electoral, des-ideologizadamente, en torno a proble­
nueve reglamentarias. En la mesa 70 de mujeres de Peñalolén, máticas locales, ecológicas, legalistas y pragmáticas que fundan
los votos, explícitamente anulados resultaron ser casi tantos como
los del candidato que arrasó con las preferencias. Fenómeno que 1. La Paja, N° 1, agosto de 1992.
196 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 197

una visión de la política como "práctica"; aparentemente sin "pro­ Letras & Letrinas
yecto" o ideario de sociedad. Sin utopía.
Pareciera que se ha puesto fin a toda «diferencia social» ha­ Algo se fugó de nosotros mismos
biendo triunfado el universal absoluto «individuo», cuya sociali­ su ausencia fundó la ciudad
zación histórica se realiza o alienta en el mercado, esto es, en el La Sociedad Robótica y Mendicante
intercambio general de mercancías. Sobre el proyecto de la "ra­ Si nos miramos a los ojos no nos vemos
zón social" se habría impuesto el del "deseo individual". ¡mejor!
No obstante y he aquí la paradoja, desde la misma pasión del llevamos el serrucho bajo el brazo
individuo sobrevive, como extravío, como espejo, como pesadi­ un veneno poderoso en el corazón
lla, como cargo de conciencia o como cálculo mercantil-político, muerto
una cierta percepción del otro. Ambos no pueden evitar su entre­ y
cruzamiento; aún perviven, pato-lógicamente, en las mismas reemplazado
aguas. "el alma no ha sido más que un viejo refrán" (*)
De esta manera, además de aquellas nuevas categorías con le oí decir a ese hombre harto
las que los historiógrafos deberemos familiarizarnos, tendremos no es el vacío, es el vaciado
también que dilucidar una categoría que, si bien no es nueva, no Sólo queda la rabia
ha sido objeto de análisis. Se trata de la categoría de lo "sumergi­ las excretas
do" o de "lo extraviado" o de "lo residual". y el rayado de muros"2
A través de estos conceptos queremos significar la presen­
cia, a distintos niveles de profundidad, de los remanentes de (*) A. A ría un
otra historia, cuya propia exclusión habla de su pervivencia (en­
fermiza) en la misma interioridad del nuevo orden establecido. "Empresa de demoliciones T IE M P O
Son términos que también nos dan cuenta de ciertas contradic­ siempre cerca de Usted
ciones que aún no han podido "clausurarse" definitivamente, ' # (-.)
existiendo en forma desarticulada indicios de su presencia his­ arránchese en el pasado y le enviaremos el buldozer
tórica (tomas de tierras, problemas de los allegados, desencanto viva el presente y caerá por su propio peso
juvenil). Finalmente, a través de aquellos conceptos queremos escape al futuro y nos encargaremos de hacerle morder
enfatizar en el hecho de que la historiografía actual no puede polvo
dejar de dar cuenta de la "pérdida" o del "extravío" de las anti­ vixit
guas categorías, lo cual también constituye un importante inte­ o vivió al día
rés de conocimiento. el tiempo devora a sus hijos
Podemos reconocer la resistencia de "lo viejo" a desaparecer o los descompone en vida".3
sin más en la pasión rebelde que sólo puede cantar el poeta:

2. Elvira Hernández, Santiago Waría, editorial Cuarto Propio, Santiago, 1992.


3. Ibid.
198 MARÍA ANGÉLICA ILLANES la batalla de la memoria 199

"Yo Elvira Hernández, la del bardo estertor, la tadas sobre titulares oníricamente iluminados, declamando, por
que no tiene lugar ni contactos en la corte, la ejemplo, el "Reencuentro del pueblo en el Caupolicán, histórico
que se rompe la piel para salir de sí misma, la recinto de las luchas políticas de la clase trabajadora".
que se droga con el veneno "pasado", la En relación a los documentos parlamentarios, nos arriesga­
que tendría que desaparecer mos a caer en la somnolencia de una lectura de textos super-cons-
truidos sobre la formalidad política y el consenso. Habría que efec­
tuar una operación "buceo", indagando los "actores de base" que
Esta "resistencia a desaparecer" puede aportar una de las cla­ surgen casi como "aparecidos". Algo encontraremos: la cuestión
ves del nuevo período histórico, poniéndose el énfasis-ya en la de las "radios populares", de los jubilados, "Quinquén", los
"resistencia", ya en el "desaparecer", pero abrazándose en la fuerte mapuches y sus tomas de tierras ... Pero quedaremos insatisfe-
tensión de su mutuo deseo. . chos.
Y nos meteremos a los archivos: ministeriales, de intenden­
cia, judiciales, notariales. Algo más encontraremos: en el archivo
4. L a p é r d id a d e l o s d o c u m e n t o s ; l a p é r d id a d e l p u e b l o del Ministerio de Educación, por ejemplo, los programas de me­
joramiento escolar y algunos interesantes movimientos de profe­
Desde el punto de vista de las fuentes, tendremos bastantes difi­ sores y estudiantiles. En Intendencia de Santiago, algunas repre­
cultades para hacer historia social, aún desde la perspectiva ante­ siones a manifestaciones de familiares de presos políticos y a
riormente expuesta. movimientos "subversivos", y en el Judicial los juicios a dichos
Los principales problemas los tendremos con la prensa. Dia­ presos y a dichos subversivos. Bastante material sobre delincuen­
rios que contenían algunos textos protagonizados por "el pue­ cia urbana.
blo" han quebrado; y si bien el gobiernista diario La Nación se ha Respecto de la televisión, el medio de comunicación de ma­
sacado la etiqueta de "oficialista", dista de satisfacer plenamente sas por excelencia, tampoco constituirá una fuente documental
a los historiadores sociales ya que, profesionalmente, no podrán demasiado fructífera para los historiadores sociales que quieran
evitar la sospecha de "lo oficial". De esta manera, habrá que recu­ dar cuenta de la categoría "resistencia a desaparecer". La post­
rrir, con las limitaciones que eso significa, a la "prensa popular de dictadura no ha traído una notoria renovación democratizad ora
derecha" de línea mercurial (La Tercera, La Cuarta y las Ultimas de los Informativos televisivos, donde principalmente aparecen
Noticias) a más de El Mercurio propiamente tal. "super figurines". El "pueblo"'sólo se muestra a propósito de
Aún contamos con publicaciones de izquierda: el periódico hechos "periodísticos", llámese actos de delincuencia, catástrofes
El Siglo, Punto Final y The Clinic que aparecen quincenalmente. o hechos políticos considerados extraordinarios. Y si bien es cier­
Especialmente los dos últimos mantienen el interés por el sentido to que entre éstos aparecen las tomas de los mapuches y de alle­
crítico, tocando la médula de los temas sustantivos que vive la gados de Peñalolén, ello por lo general se hace en calidad de tales
sociedad contemporánea chilena y latinoamericana. Pero tendre­ hechos periodísticos y no de "problemas sociales" .
mos que tener cautela respecto de las escenas artificialmente mon-4 Han habido, sin embargo, algunos programas que se han
mostrado particularmente reveladores, tales como El Mirador de
Patricio Bañados, donde justamente se ha profundizado en la te­
4. Ibid.
200 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 201

mática social, mostrándonos la presencia de un mundo oculto o nes" o a "exteriorizaciones" de actos, movimientos, de índole
sumergido bajo la superficie del acaecer. Otro de los programas masivos o colectivos, todo lo cual quedará cesante del texto de
televisivos que en la temprana post-dictadura desempeñó el pa­ este tiempo.
pel de develar la problemática de la sociedad real histórica ha Lo social-popular no podrá estudiarse al modo moderno por­
sido "La Manzana de la Discordia" (o el "deseo" — reprimido— que, como decíamos —y en esto ha consistido justamente "la nove­
de la discordia) en el cual se han debatido temáticas "nuevas" dad" de este período—, lo social/popular ha perdido su protago­
(machismo, ecología, jóvenes, divorcio, etc.), que se han manifes­ nismo escénico y, por lo tanto, su "autonomía" como categoría his­
tado empapadas de "lo viejo", es decir, de "crítica" y de "idea­ tórica. En buena medida, ya no lo podremos encontrar como "suje­
rio". Este programa se constituirá, sin duda, en una de las fuentes to", sino como un existente tras los "objetos": tras el televisor, tras
documentales más reveladoras de la problemática histórica so­ las manzanas y papas de la feria, tras los carros de supermercados,
cial chilena de ese período. Pero tememos que su archivo quede tras las vidrieras de artículos músico-eléctricos y electro-domésti­
encerrado bajo las 7 llaves de la propiedad televisiva, permane­ cos, tras los mesones de la polla-gol, el kino y el loto.
ciendo, una vez más, oculto, sumergido y extraviado para la his­ El espejo identitario de lo social/popular anda quizás soñan­
toria, el sentir y el pensar de la sociedad chilena. do rodando en el autito de la clase media (para dejar de colgar en
Tras todo esto asalta una pregunta. Ella pone en duda la cate­ esta micro asquerosa y darle un paseo a la familia de vez en cuan­
goría de la "resistencia a desaparecer" y se plantea simplemente do y poder ocuparlo para algunos trabajitos, como fletes, por ejem­
la cuestión de la "ausencia" de historia social en este período, plo. Total en Chile los autos no mueren y puedo comprar la
exigiendo reconocer el hecho y evitar tentaciones relacionadas con citroneta que está por liquidar el vecino,.y así rodar en el sueño
alguna suerte de voluntarismo historiográfico. Sin embargo, pien­ de la inmortalidad por la ciudad gris y "ser otro" en cómodas
so que tendremos que sospechar de esta "ausencia", especialmente cuotas). El auto: el sueño de "ser-algún-día-otro" que tuvo el pa­
en un país latinoamericano como el nuestro, cuya vulnerabilidad dre cuando llegó a la ciudad, la promesa de Pinochet y el logro de
se muestra en la pobreza de tantos y en su desperdicio de recur­ Aylwin. La historia social/popular tendrá que considerar al "auto"
sos humanos, sociales, culturales y naturales. como categoría, como documento, como nuevo protagonista ca­
Lo que sí habría que admitir es que, encesta post-dictadura, llejero, como "objeto-porta-ex/sujeto", como habitación de su
constatamos un fenómeno que nos mantiene en la perplejidad: a nueva identidad-taxista.
pesar de su "resistencia a desaparecer", lo social y lo popular ha Para hacer historia social, esto es, historia "desde" la socie­
perdido su protagonismo. Para historiar esta historia nos encon­ dad, debemos trasladarnos, como decíamos, desde el agobiante
traremos con que el "pueblo" como "sujeto-praxis",— categoría ruido de la calle y entrar a los recintos: a los supermercados, a la
que, hasta ahora, nos servía para reconocer la historia social del casa, a la oficina, a la teleserie, al refrigerador ...; dejar los calleje­
siglo XX— tiende hoy día a extraviarse. ros escritos de prensa y hacer una lectura (histórico-simbólica) de
Esto pone en el centro del tema el problema de "desde don­ los objetos, tras los cuales nos hallamos, manipulando, jugando,
de" hacemos historia social en un período histórico determinado. interactuando y, sobretodo, inter-cambiando.
La historia social-'popular no será, al menos en este período, un Pero no nos engañemos, has este estado de cosas, tienen lu­
tema auto-subsistente y tendrá que ser diferente de aquella histo­ gar dos fenómenos más profundos y que podríamos identificar
ria social que hasta ahora hacíamos, vinculada a "manifestacio­ como: 1) la pérdida de lo popular y 2) la pérdida de lo político.
202 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 203

"Lo popular" no constituye, como a veces se ha pretendido, más en la ética que en la ganancia. En el ámbito de lo latinoame­
una categoría principalmente económica identificada con "pobre­ ricano, la "pérdida de lo popular" constituye un capítulo más de
za" o "miseria" y, por lo tanto, como algo negativo a superar a la Conquista.
través de variables y criterios economicistas. Esta perspectiva nos Por otra parte, no sólo estamos en presencia de la pérdida del
conduce a la abolición de lo popular, es decir, a desconocer la modo de relación popular comunitaria, sino que también de su
pervivencia en un sector de la sociedad de ciertos elementos acepción política moderna, es decir, de la pérdida del nombre y
valóricos y de comportamientos sociales propios de un ethos a- concepto de Pueblo. Al prescindir se de éste como fundamento
mercantil. En palabras de la señora María: "A mí no me gustaría del "pacto social", experimentamos también la pérdida de "lo
ser rica; la gente con plata se enferma... Qüe no falte lo necesario, político" en el sentido roussoniano de "lo común", depositario
sí, y haría cualquier esfuerzo por la educación de mis hijos, inclu­ no sólo de la soberanía, sino de la moralidad de lo político en su
sive querría que fueran profesionales"5. 0 en palabras de la "poe­ carácter de "reparador de la desigualdad". El reemplazo de "lo
tisa poblacional" (como ella se define), la Batucana: "No quere­ político" por lo meramente electoral constituye otro triunfó del
mos que la vida sea un puro andar corriendo... queremos disfru­ mercado, transformando al "acto" en "máquina", al "pueblo" en
tar la vida, conversar, estar con los otros... queremos que la vida "clientela" y al "representante" en "empresario".
sea pluma y que no sea ploma..."*5. La pérdida del pueblo o de la Política mantiene vigente y sin
A los "izquierdistas" de Latinoamérica (y de otros continen­ respuesta el dilema de Rousseau: "cómo conciliar el interés corría
tes "tercermundistas") les interesa la abolición de la "pobreza", justicia". Frase que se constituyó en una de las claves fundadoras
pero no así de lo "popular" (como lo que han hecho las culturas de la modernidad y cuya sin-respuesta nos retrotrae a la pre-mo-
de muchos países capitalistas centrales, especialmente USA, con dernidad. Los gobiernos de la Concertación han expresado su
su "culto" a la homogénea clase media), lo cual constituye un preocupación por superar la pobreza, pero este planteamiento se
rasgo decisivo de la "diferencia" latinoamericana: una cultura hace en términos economicistas, como la política agraria o de obras
arraigada a nuestro suelo y a un modo de estar en el mundo en el públicas, etc. Es una política social que carece de sujeto, de "pue­
cual las relaciones "sociales naturales" y, por lo tanto, a-mercanti- blo" y de "justicia". Con lo cual no estamos construyendo demo­
les, constituyan uría reserva de humanidad. Lo popular contiene cracia; hoy hacemos sólo República. 1
mucho de la cultura original de la tierra, conserva en su oralidad
el saber americano antiguo, la sensibilidad de lo que no ha sido
dominado por el mero artificio del "interés".
La "pérdida de lo popular" es la pérdida de la cultura de la
solidaridad natural que fundamenta lo social más en lo comuni­
tario que en el mercado, más en el sentimiento que en el dinero,

5. Entrevista a una pobladora en el canal 7 de televisión en un programa


especial centrado en el tema de la "Visión de los pobres acerca de sí mismos".
ó. Entrevista a La Batucana en el programa "las Unas y las Otras", de
Canal 7 de televisión.
JUEGO A DOS COLUMNAS

Si r e a l i z a m o s u n e je r c ic i o d e re co n o c im ie n to y trá n s ito d e c a te g o ­

r ía s p o s t-d ic ta d u r a , p o d e m o s a n o ta r u n a lista a d o s c o lu m n a s d e

la s c a te g o ría s q u e lla m a ré , a r b itra r ia m e n te , " v ie ja s " y d e a q u e lla s

q u e d e n o m in a r é " n u e v a s " , e s tim u la n d o a l le c to r a h a c e r e l e je rc i­

c io lú d ic o d e t r a z a r lín e a s e n t r e e lla s p a r a tr a t a r d e f o r m a r p a r e ja s .

Categorías "viejas" Categorías "nuevas"


pueblo mercado
Estado paz social
movimiento gente
burguesía democracia
sujeto actores
ideología municipio
política elecciones
poder técnico
tomas pragmatismo
cambio social huelga legal
marginalidad extrema pobreza
c la s e clientela
crítica identidad
lucha mapuches
calle consenso
conciencia representación
utopía ecología
socialismo allegados
trabajadores progreso

Esto no quiere decir que la pía "viejo"/"nuevo" sea sino-


nimo de "verdadero"/"falso". ninguna manera. Ello quiere
206 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 207

simplemente decir que considero necesario, para realizar cual­ Este hecho tiene, a mi juicio, tanta importancia, que incluso
quier análisis histórico, actual, asumir una postura especial, es considero que está en la base de la estabilidad social de que hoy
decir, ubicarse en un punto cualquiera de la "diferencia día Chile se jacta, Las tomas de terreno, las cooperativas y opera­
epistemológica". ciones sitios y hasta los loteos brujos, realizados entre los años 60
Uno se puede ubicar, por ejemplo, en un punto que podría­ y 70, fundaron y han llegado a consolidar un espacio urbano po­
mos llamar, a) de negación de una categoría; b) podemos también pular que ha permitido reproducir en forma ampliada su asenta­
ubicarnos en un punto que podríamos llamar de consumación de miento histórico, terminando con el pueblo nómade y sedentari-
una categoría. Con esto quiero decir, el punto donde una categoría zando a los pobres sobre la tierra.
ha alcanzado su realización o ha encontrado donde asentarse, lle­ Este fenómeno, junto con otros, configura y da contenido a
gando a ser absorbida, apropiada o incorporada a la vida histórica un concepto que llamaremos de "modernidad popular" o "pro­
misma de un pueblo; c) se puede llegar, así, a producir una trans­ yecto popular moderno" que dice relación con la voluntad so-
formación de la categoría en el seno mismo de una sociedad, d) cial/política, orgánica, desplegada históricamente por el pue­
Podríamos ubicarnos, asimismo, en un punto que llamaríamos de blo para v en cer las determ inantes m argin ad oras y des-
traslado de una categoría, por lo que queremos decir la reubicación marginalizar activa y prácticamente su existencia y su proyecto
de una categoría en otros ámbitos de la formación social. La inten­ de vida.
ción aquí, es jugar en estos cuatro puntos de ubicación. Al decir esto deseo plantear, desde ya, lo siguiente: a) en pri­
Entre las categorías mencionadas de la primera lista figura la mer lugar, sospecho del término "marginalidad" como un con­
denominada "marginalidad". No me voy a explayar en los signi­ cepto ahistórico que, al formularse busca establecer una "condi­
ficados que tenía el concepto de marginalidád en la década de los ción" popular como marginal, lo que es funcional con una necesi­
sesenta y setenta, que dio origen a numerosos escritos y debates. dad del sistema. En efecto, el concepto de "marginalidad" contie­
Debo decir, no obstante, que el término denotaba, con mucho én­ ne una ideología que intenta situar al pueblo "al margen". Por el
fasis, a un sector del pueblo que habitaba fuera del radio del es­ contrario, habría que afirmar el término des-marginación como
pacio moderno urbano, en condiciones de absoluta precariedad y el modo de estar y hacer de las clases populares en la historia
sin ser atendidos por los sistemas asistenciales, educacionales ni moderna; y b) eh consecuencia, plantear la necesidad de hablar
por los servicios formales existentes. más bien de "marginación" o de "exclusión", en tanto término
Nos interesa puntualizar, al respecto, que el protagonismo activo y verbal que apunta a otro sujeto de esa acción que no es el
histórico alcanzado por el pueblo en aquellos años, tuvo como pueblo: apunta a la clase que levanta, respecto del pueblo, su pro­
resultado muy evidente la acción de negación de la categoría de yecto de ex/clusividad elitista y marginadora.
marginación tomándose o comprando colectivamente terrenos, Es decir, "marginalidad" no es lo mismo que "marginación"
fundando una habitabilidad histórica propia e, incluso forman­ o "exclusión". Si, de esta manera, aceptamos la verbalización del
do, yo me atrevería a decir, una sub-clase, la "dase poblacional". concepto, entonces podemos entrar a la historicidad popular, es
Esta clase, asentada sobre el suelo propio de su nueva habita­ decir, a su experiencia de des-marginación histórica, revirtiendo,
bilidad, presionó por todos los servicios básicos, y, tras su pro­ de alguna manera, la temática.
yecto y acción, se instalaron las instituciones legitimadoras de En suma, planteamos que la historia social de Chile se ha con­
cualquier sociedad. figurado en importante medida sobre la tensión y juego dialéctico

SíjBIJE&TECA PUBLICA -DE C G i u ^ .


208 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 209

o contradictorio entre las fuerzas de exclusión o marginación y las poblacional ha significado, de esta manera, la activación amplia­
fuerzas de des-marginación, cual ha sido el proyecto modernizante da de las fuerzas inclusivas respecto de la reproducción de su
de las clases populares. propia clase. Se ha producido un fenómeno caracterizado por la
acción de fuerzas centrípetas desarrolladas desde el interior del
territorio social poblacional, absorbiendo o "consumiendo" en su
2 interior la acción de marginación que viven las generaciones en
las que su clase se ha reproducido, apropiándose de ella, absor­
Según lo que he podido conocer en algunas andanzas poblado- biéndola e incluso alimentándose de ella, transformándola en otra
nales de estos últimos años, allí se puede observar un fenómeno cosa, en otra categoría, en: "allegados de clase (poblacional)".
interesante, vinculado con este fenómeno de la des-marginación Encontramos aquí una de las categorías dé la segunda lista.
y que, por lo demás, aflora a simple vista. Este dice relación con la Esto nos abre a otra problemática que dice relación con el
acción "inclusiva", esto es, de "inclusión" (posposición a exclu­ cobijamiento interior poblacional de un gran drama humano que
sión o marginación) que han realizado y realizan permanente­ toca las fibras más sensibles de la existencia popular y su digni­
mente los pobladores fundadores, respecto de numerosos grupos dad histórica. Mediaguas dobles, conteniendo cada pieza un
y familias de pueblo que no tienen donde instalarse, a los que mundo familiar completo, escuchándose mutuamente los gritos,
acogen como arrendatarios y allegados en sus terrenos. las fiebres y las frases más íntimas de las noches de amor o des­
Este hecho crucial ha producido una acción de inserción de amor. A dos metros, otra mediagua traspasando su vida en la
numerosos grupos de población a los servicios administrativos, madera; conventillo moderno, priva do/popular. Los niños pe­
asistenciales, educacionales, religiosos y a la red comercial y cul­ leando el espacio a la dueña, pobre como ellos, pero señora y dueña
tural existente en aquellos territorios. De no haber sido por dicha de casa. - "Cállate, te digo, no molestes, que es tarde...; cállate,
acción auto-inclusiva-rentística realizada por los grupos funda­ chiquillo llorón, que es muy temprano...; sálete de ahí que moles­
dores, aquellas familias estarían quizás re/habitando hoy masi­ tas el paso...; apúrate que quieren entrar al baño". He ahí la vida y
vamente el Mapocho, o quizás protagonizando contestatarias to­ el dialogo con los niños del allegamiento.
mas hasta de los bandejones centrales y las rotondas. Esto no quie­ El múndo popular carga en su interior, así, con la inclusión
re decir que ello haya solucionado el problema, ni mucho menos problemática y contradictoria de su acción histórica de des-
que ello haya terminado con las tensiones sociales derivadas pro­ marginación. Lo cual ha sido, paradojalmente, funcional al pro­
piamente del problema del habitar popular. Pero sí quiere decir yecto de exclusión o marginación popular desarrollado por parte
que dichas tensiones han quedado inmersas, incluidas, y hasta de la clase dominante, durante la dictadura.
atrapadas en el interior mismo de una clase poblacional ya bas­ ¿Por qué decimos esto? ¿Cómo se ha podido producir la con­
tante consolidada, a esta altura de la historia. Es esta misma clase vergencia entre el proyecto de des-marginación popular y el pro­
la que sufre la presión de dicha tensión en su interior, más que el yecto de marginación de la clase dominante respecto del pue­
sistema propiamente tal, y es esta misma clase la que, hasta cierto blo?
punto, sobrevive gracias a ello. ¿En qué consiste, históricamente, el proyecto de exclusión
La consolidación, durante la últimas dos décadas, de las fuer­ modernizante (y post) de la élite en el poder? Desde los albores de
zas de des-m arginación popular, en el seno del territorio la historia republicana, la élite implemento im moderno concepto
210 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 211

de exclusión que decía relación con la acción de "separación" de 3


los espacios sociales, de "localización" del espado del pueblo y del
espacio de la élite, de "despej amiento" de la presencia popular de En este juego de columnas, experimentando el traspaso de cate­
ciertos espacios centrales y formales de la cultura del poder, de gorías, queda involucrada no solo la sociedad popular poblacional,
"replegamiento" de la cultura popular hacia los extramuros. Un sino la sociedad chilena en su conjunto. Podemos ver el espectá­
moderno concepto de división, distinción, separación y clasifica­ culo de la sociedad actual viviendo la transmutación de su otrora
ción del espacio social, actuaba como clave de un sistema de categoría de "sujeto" en otra cosa: en una entidad técnica, funcio­
"reordenamiento" social para la construcción e institucionalización nal al sistema, que define nuestro modo-de-estar en el mundo
de la gobernabilidad social moderna. actual. ¿Cómo ha ocurrido esto?
En concomitancia con ese proyecto habría que entender las Para intentar una respuesta debemos ubicarnos dentro de
erradicaciones de pueblo realizadas por la dictadura, desde zo­ nuestro tiempo, al que podríamos identificar como una "fisura
nas residenciales de élite, hacia zonas ya reconocidas del habitar de la modernidad". Esto necesariamente conduce a instalar esta
popular. Consumado el acto, se ha terminado por institucionalizar reflexión en algún concepto de "modernidad".
la exclusión: se ha consolidado una institucionalidad asistencial- Por modernidad deseo entender, aquí, una determinada "épo­
para-pobres: escuela-para-pobres; salud-para-pobres, municipio- ca histórica", que identifico como "la época del modo de produc­
de-pobres. ción y reproducción de sujeto histórico antropológico-antropo-
Paradojalmente, este fenómeno se ha visto coadyuvado a céntrico". Un sujeto "parlante-escritural" que se desdobló en dos
través de la localización auto-inclusiva territorial de la clase figuras o categorías: la de "individuo" y la de "pueblo" o "comu­
poblacional, a que antes aludíamos. Los pobres han consolida­ nidad".
do su localización territorial, facilitándose el otorgamiento allí, Por categoría -individuo entiendo aquel sujeto que se constru­
de dicha asistencialidad-para-pobres. Se ha producido, así, el ye prímordialmente desde el concepto smithsiano7 de "interés
curioso fenómeno de la "localización" de la asistencialidad po­ personal", protagonista de historia antropológica-antropocéntrica.
pular en territorio de pobres. En esto consiste la coincidencia Por categoría pueblo o comunidad entiendo aquel sujeto que se cons­
histórica, con fines opuestos, del proyecto moderno popular Üe truye racional y simbólicamente desde el concepto moreano8 de
des-marginación, con el proyecto patricio de marginación. "sociabilidad orgánica", en torno a la idea de "bien común", en­
Algunos "encuentros territoriales" entre clase poblacional y carnado en grupos de carácter antropológico-antropocéntrico.
clase media e incluso con algunas elites urbanas se ha producido Haciendo un poco de historia genealógica de ambos sujetos
en la comuna de Peñalolén, por ejemplo. Pero ello no ha hecho antropológicos, vemos como ellos se levantaron, en los inicios de
sino revelarla construcción arquitectónica de la separación de clase la modernidad, con toda la energía de su emergencia adolescen­
con avenidas enrejadas y muros tipo biombos: demarcaciones del te, en abierta ruptura con Dios-Padre, sustituyéndolo por un pa­
lugar de cada cual. dre político, institucional, el Estado, y sufriendo el trauma de la

7. Referido a Adam Smith, economista: inglés del siglo XVIII, autor de In­
vestigación sobre la naturaleza, causa de la riqueza de las naciones (1776).
8. Referido a Tomás Moro, filósofo inglés, autor de Utopía (1516)
212 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 213

grave ausencia de la tierra o la Madre. Lucharon ambas catego­ Durante el proceso de reinstauración de la gran fiera corrió la
rías o ambos ántropos uno contra el otro, configurándose, al mis­ sangre y, luego de algunos años, hubo lucha; lucha que asumió
mo tiempo, uno en el otro, sobre la arena de la contradicción. Pero fuerza social antropológica, utilizando el pueblo primitivos ins­
su lucha fue también institucional: alcanzar el poder o tomar la trumentos de piedra y utensilios primarios de la cocina casera.
administración del Estado o la casa del padre político. Y si bien al No obstante, antes de caer, el gorila alcanzó a expulsar a todos los
individuo el camino no le fue fácil, habiéndole tenido que allanar ántropos fuera del recinto paradisíaco, y a condenarlos a no saber
el Estado moderno sus primeros pasos, lo más extraordinario de de sí, ni a poder hacer historia; a destinarlos al trabajo alienado e
la modernidad fue el espectáculo del sujeto/pueblo levantando, inconsciente, mecánico perpetuo. Los transformó en entes técni­
con fuerza titánica, la pirámide social en cuya base y bajo cuyo cos.
peso había estado condenado, milenariamente, a subsistir por Como resultado final, ha quedado suprimido el sujeto histó­
"mandato natural y divino". Hemos podido ver el espectáculo de rico antropológico. El fenómeno ha consumido el ser mismo del
su emergencia histórica, el estampido de la pirámide al caer — esa hombre. No era, pues, un chiste, aquel concepto de "humanoide"
pirámide que se nos dibujaba inconmovible al estudiar el feuda­ creado por los jefes gorilas. Mucho de humanoide y poco de hu­
lismo—, logrando el sujeto "pueblo" o la categoría "comunidad", mano tiene esta figura del ente técnico, de cara redondeada y pla­
alcanzar su cima e instalar allí la bandera de su nombre. na, corredor incansable sobre la pista de rueda dé los minuteros y
Por la puerta de servicio primero, por la puerta lateral des­ segunderos cotidianos. Incapacitado de hablar o escribir en el
pués y, finalmente por la puerta principal, la categoría pueblo lle­ apuro de la marcha forzada, eléctrica, mecánica. Drogadicto de
gó al poder en Chile; penetró y tomó la casa del Padre. Al hacerlo, las 24 horas, anestesiado, marginal histórico. Impotente.
vemos al sujeto pueblo —al contrario de una visión d erro tista- En palabras de Marcuse: "La impotencia del individuo deri­
alcanzando su consumación histórica moderna. Más allá del tiem­ va de un sistema altamente productivo y eficiente en el que él
po que alcanzó a vivir allí o del resultado posterior que tuvo el lleva una vida mejor que nunca. La responsabilidad por la orga­
hecho de su osadía de tomarse el palacio del rey o del padre, el nización de su vida yace en el conjunto, en el "sistema", la suma
acto de adquisición del gobierno palaciego por parte del sujeto total de instituciones que determinan, satisfacen y controlan sus
pueblo fue, al mismo tiempo que una subversión, una culmina­ necesidades. El impulso agresivo cae en el vacío — o mejor, el odio
ción. se encuentra con sonrientes colegas, ocupados competidores, ofi­
Ello produjo, como sabemos, el levantamiento en armas del ciales obedientes, útiles trabajadores sociales, todos cumpliendo
individuo en unión con el desnudado rostro gendarme del Esta­ con su deber, y todos víctimas inocentes."9
do. Esta alianza recobrada se encamó en una figura que experi­ Hoy existe el Tiempo, no la historia; y esto no porque ella
mentó la transfiguración de su cuerpo, sacándose las máscaras viva su fin, sino porque se ha sumergido en el Silencio. Mientras
modernas, recobrando su pelaje, su mandíbula y su rugido, al­ el aparato del tiempo circula con una fluidez y exactitud
canzando la figura primitiva antropo/goriloide. Se trataba del cronológica asombrosa, dando vueltas el camino de su recorrido
regreso del Tigre, quien se reinstaló com o jefe selvático, ya trazado, la sociedad se adormece en el murmullo de su silen­
reinstaurador del castigo. Con rugidos de fiera usurpada, proce­ cio o su ahistoricidad.
dió a expulsar al pueblo del bosque del paraíso, por haber osado
ser y saber de su poder histórico. 9. Berberí Marcuse, Eros y Civilización, Ediciones Sarpe, Madrid, 1983, p. 99
214 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 215

La sociedad, en su conjunto, se haya técnica o culturalmente que luchasen en contra de la proletarización cultural, es decir, de
proletarizada. la exclusión de la sociedad de su status histórico, en contra del
Proletarizada sociedad que ha perdido sus medios de pro­ silenciamiento y de la masiva peonización. Esto quiere decir, la
ducción cultural, su habla, su escritura, su texto, y debe vender recuperación del Texto.
su mente en el mercado de la oferta y demanda de aquellos sím­ En este sentido, considero que la modernidad es irrenuncia-
bolos que reproducen su alienación. ble, en cuanto ella abrió una vez paso al texto del ántropos natu­
La sociedad sonámbula, traga las imágenes y letras que se le ral que entró, así, a estampar las huellas de su propia historia. Es
obliga consumir, soñando "¿Qué haría Ud. si se sacara el Kino?" necesario re/encontrar el sujeto de la modernidad: el ántropos
"Siempre, Coca-Cola". En realidad, "mi vida no es la misma sin parlante/escriturante:
jamonada München"; "tentaciones, de París"; pero, "a la hora de
los quiubos, Banmédica es más beneficiosa". Saboreando piernas,
lenguas y afrodisíacos, "¿cuál es su gato preferido?"; "Advance,
la marca de bajos índices"; "desde hoy, la opción es tuya, Abigail,
cuerpo natural". Escurriéndose, entre piernas y mochilas apreta­
das, "muévete, sólo con Pluma", atontada sociedad que no en­
tiende el verdadero "parámetro para los que saben, mayonesa
Maggy".
Si logramos, al fin, tomar aire y escapar con algunos minutos
de lucidez, podremos entender nuestra condición general de peo­
nes del mercado, que sé realiza en tomo a nuestra sumisión a los
textos ideológicos que han invadido el espacio de lo público o de
la polis: en el metro, en la cumbre de los edificios, en los parade­
ros, "en todas partes y en todo lugar" nos acosa la biblia de la
propaganda. •.
El problema que ahora enfrentamos tiene a mi juicio, el ca­
rácter de una disyuntiva radical: el de la posibilidad o no de recu­
peración del sujeto antropológico.
La radicalidad del problema exige comenzar por lo primero,
por lo más elemental del hombre y que lo separa, no solo del rei­
no animal, que sería lo de menos, sino del reinó técnico: comen­
zar por lo primero, consiste en recuperar el Habla. Por "habla"
entiendo el "poder de habitar la historia" (definida como escritu­
ra).
La recuperación del sujeto antropológico exigiría, a mi juicio,
partir por la iniciación de movimientos emancipatorios del habla
LAUTARO:
PARADIGMA PARA UN NEOLIBERALISMO
DESATADO

1 . L ib e r t a d

es un canto a la especificidad
N u e s t r o p o e m a é p ic o f u n d a c io n a l

chilena como libertad, autonomía y anti-subordinación de un


pueblo, el pueblo mapuche, a quien uno de los estados de occi­
dente ordenaba someterse. El poema de Ercilla, escrito en nues­
tros textos escolares, instala una de las claves fundantes de la
memoria de nuestra primera infancia.
No obstante, esa mitología épica libertaria convive, o más bien
tiende a ser suplantada por otro mitoma, poderoso y central: el
mito del orden y la autoridad encamada en la dupla compuesta
por O'Higgins el militar o el Padre, y Portales el aristocrático-bur­
gués o el Genio. ¿Cómo se vincula este segundo mito, el militar
oTiigginiano-portaliano, con el primero, el guerrero mapuche? Pien­
so que nuestra especificidad no reside en uno u otro mitoma aisla­
do, sino más bien en la relación entre el mito libertario popular y el
mito del orden militar-aristocrático. Pero, ¿cuál es el carácter de
esta vinculación? Creo necesario hacer de esta pregunta una de los
bases del reconocimiento de nuestra historia como pueblo.
La narrativa histórica conservadora, e incluso los "revisio­
nistas" respecto de ella, se centran o focalizan su mirada en el
mito del "orden". Tanto desde su afirmación como desde su
relativización, ese "orden" sigue constituyendo una obsesión.
Desde la perspectiva de su crítica, por ejemplo, Alfredo Jocelyn-
Holt10introduce una noción de "fragilidad" presente en dicho su­
puesto orden, que lo haría permanentemente inestable; inestabi-

10. Ver, Alfredo Jocelyn-Holt, El Peso de ¡a Noche. Nuestra fragilidad histórica,


Planeta, Santiago., 1997.
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lidad que definiría nuestra historia. Más allá de este orden y de su Desde esta perspectiva, me parece que habría que plantear
fragilidad, existiría una masa-pueblo cuyo carácter "díscolo", al una relación de lucha, en un mismo plano, de ambas claves histó-
decir de Portales, permanece en reposo bajo la fuerza natural del rico-míticas: la de la libertad y la de la autoridad. Una dialéctica
"peso de la noche"11: una simbología que si bien nos expresa la contradictoria, una lucha fascinante y dramática se ha entablado
acción reordenadora que reside en la propia orgánica de los cuer­ entre ambas. Ayer y hoy.
pos en reposo metabólico, tal como sugiere en su agudo análisis
Jocelyn-Holt, también se puede asociar con esas dicotomías
simplifica doras de día/noche, blanco/negro, civilización/barba- 2. P a t e r n id a d
rie, mente/cuerpo, europeo/americano, elite/pueblo; operatoria
dicotómica (aristotélica-naturalista) propia del conocimiento oc­ "— ¿Qué es lo que más te gusta de la escuela?", —le preguntó
cidental, que actúa negando toda racionalidad "al otro". una documentalista de Nueva Imagen a una escolar mapuche a
O'Higgins-Portales, especialmente este último, con su "peso quien filmaba.
de la noche", nos pena. Pero habría que sacudirse de algunos fan­ — La computación.
tasmas históricos, especialmente de aquellos que, como Portales, — ¿Y qué es lo que menos te gusta?
construyen sociedad desde el exclusivó "interés individual", tal — La historia.
como él mismo aseveró1112. Y habría que hacer cobrar más vida a — ¿Por qué?
aquellos otros fantasmas que, como Lautaro, lucharon contra la —Porque me enseñan de que el Padre de la Patria es Bernar­
opresión de todo un pueblo. do O'Higgins y para nosotros el Padre de la Patria es Lautaro"13.
Personalmente me inclino —inspirándome en los trabajos que La acción de otorgar paternidad a la nación es una acción
han realizado los historiadores de antes y de hoy en el campo de cultural dirigida a definir las claves fundadoras y comprensivas
la historia social y popular—, por la necesidad de asociar las re­ de la misma. Si la biológica es involuntaria, la paternidad históri­
beldías (y, por extensión, los movimientos populares en Chile y ca es una construcción ideológica de primera importancia en la
América latina), con imágenes menos "metabólicas". Pienso que construcción de identidad nacional.
es la voluntariosa resistencia a la dominación, una de las fuerzas Imponer como Padre al conquistador de un territorio patrio
que, una y otra vez, rompe el tiempo de nuestra historia; que es el que contiene en su interior la historia y la derrota de un pueblo
deseo democrático de la sociedad chilena, el que también ha di­ que luchó arduamente por su libertad, es un acto de usurpación.
bujado rasgos muy propios de nuestra fisonomía; que es la pala­ Imponer un solo Padre a una patria cuya historia se ha forjado a
bra voceada por el pueblo y la sociedad chilena, la que ha graba­ través de diferentes proyectos, liderados por distintos forjadores
do páginas decisivas de nuestra historia. Y que, durante la noche, de nación, es intolerante14. Imponer un Padre que, al forjar la li­
el pueblo de Chile ha reposado junto al sueño de sus hijos para bertad de una patria, niega la libertad de una parte del pueblo
reponer sus energías, o ha escrito y elaborado, a la luz del candil, que la constituye, es otra intolerancia.
los pasos a seguir para abrir la libertad del nuevo día.
13. Entrevista de Nueva Imagen a niña mapuche en Licanco. Ver video Nue­
11. Ver Alfredo Jocelyn-Holt, El peso de la noche. Nuestra frágil fortaleza histó­ va Imagen, Licanco, Fondart.
rica. Planeta, Santiago, 1997 14. La Historia del Pueblo Mapuche, de José Bengoa se plantea com o una
12. Ver en este mismo libro, "La caída del mito de la diferencia". historia de la intolerancia. Ed. s u r , Stgo., 1988.
220 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 221

El otorgamiento en Chile de la paternidad o'higginiana esta­ Lautaro se ha criado entre las faldas de la fiel criada de doña
blece la negación de la autonomía de la nación mapuche/ la "re­ Inés15, quien sueña para él un buen partido y ha crecido al servi­
ducción" de su historia a un mito patrio que/ al construirse como cio de las botas de Pedro de Valdivia, el conquistador español.
Uno que niega y Uno que homogeneiza/ constituye una paterni­ Lautaro, sin embargo, no responde al prototipo del servidor fiel:
dad absolutista. aquél que ve en el amo el espejo donde mirarse.
Si ha de concebirse a una nación "paternizada", que no sea La autonomía de Lautaro consiste justamente en su negativa
ésta una patente de monopolio exclusivo y excluyente; si ha de a ver a su amo como a un dios; en su razón aplicada al amo visto
haber una paternidad que se forja desde el campo de batalla/ que como "un otro", un "diferente", pero de la misma especie. Lautaro
ésta no sea sólo la de los hijos de los vencedores. analiza al amo, lo objetiva, lo minimiza, lo iguala a sí mismo, lo
Si en Chile ha de haber un padre O'Higgins, que haya tam­ estudia frente a frente: como su ciencia, como su objeto de labora­
bién un padre Lautaro. ¿Acaso éste, con su pecho al desnudo y su torio experimental, apropiándose de las leyes de su secreto.
montura en pelo, no forjó uno de los capítulos más decisivos y Lautaro estudia especialmente el principal recurso técnico del
configurativos de nuestra historia? poder del conquistador: el caballo, al que clasifica dentro de la
¿Cuándo nos haremos cargo de nuestra "mapuchicidad" especie animal, capaz de ser manejado por los humanos tales como
como parte constitutiva de nuestra "chilenidad"? Pedro de Valdivia y como él mismo.
Formamos parte, junto al pueblo mapuche, de "una misma El caballo se ha considerado como una de las tecnologías de­
historia, la que no se construye sólo de suplantadores. Tras el peso cisivas del acto de la conquista! Cada vez que se publica alguna
de la bota, al romper la luz, vuelven a brotar las raíces. Una pater­ portada de los conquistadores, se les muestra "de a caballo", al­
nidad-maternidad ha de estar arraigada a la tierra del habitar co­ zada su pequeña estatura sobre esos cuadrípedos guerreros, puro
mún y a la dinámica histórica —necesariamente conflictuada— músculo.
de la sociedad. Sin embargo, lo decisivo para la comprensión de la historia
En suma, ¿por qué el orden como uniforme y no, asimismo, de Chile (así como para la historia argentina de la pampa), es el
como pecho al viento? hecho de que el caballo fue transformado de tecnología de con­
Hablemos de este cuerpo, corriendo al desnudo en la liber­ quista en tecnología de resistencia. En eso consistió el trabajo ra­
tad, cabalgando a lo largo de la columna vertebral de Chile. cional libertario de Lautaro y sus seguidores.
No me parece que el concepto de aculturación —muy usado
en antropología— con que a veces se ha empleado para insinuar
3 . C a b a l l o s a l v ien to sur este fenómeno del "traspaso", sea el más correcto16. Se trata de
algo mucho más fuerte y definido: de una "apropiación tecnoló-
No hay pueblo americano que no se haya alzado ante la conquis­ gico-cultural". Una apropiación se define simplemente como el
ta española. Antes o después, de una u otra forma, resistieron. acto de tomar algo para fines y objetivos propios. En el caso del
¿En qué consiste la base real de la nombradla del pueblo mapuche?
La clave Lautaro de nuestra cultura no está sólo en su capaci­ 15. Siguiendo la representación de Jorge Guzman en: Ay, mama Inés, edito­
dad de resistencia guerrera, sino, principalmente, en la fórmula rial Andrés Bello, Santiago, 1993.
16. Ver Rolando Mellafe, Prólogo a Alonso González de Nájera, Desengaño
lautarina de la "apropiación". ¿Qué queremos decir? y reparo en la guerra de Chile, Editorial Universitaria, s/f.
222 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DÉ LA MEMORIA 223

pueblo mapuche respecto del caballo, no se trata de apropiárselo encontraríamos allí algunas de las claves posibles para la innova­
para dejar de ser lo que se es y para ser lo que es el otro; sino ción tecnológica y una posible especificidad identitaria).
apropiárselo para ser más ellos mismos, para seguir siendo lo que Se apropian los mapuches también del hierro. Al capturar las
son: un pueblo libre. Para no ser dominados. Es la postura cultu­ espadas de españoles, las afilan en las puntas y las incorporan a
ral que soñaba Martí para América Latina. su tecnología ancestral, ensartándolas en la punta de sus picas.
Más aún, la apropiación del caballo no consiste sólo en su Españoles que los acompañan (amigos o cautivos) les trabajan de
uso como tecnología de resistencia, sino también y simultánea­ forjadores del hierro que capturan, adaptando su materia a sus
mente, en su apropiación como tecnología de conquista: para ser propios usos y razón de vida y de guerra.
conquistadores los mapuches de los españoles mismos, para lle­ No es el pueblo mapuche uno sumergido en el estancamien­
gar, con la velocidad de su pecho al viento montado en pelo, has­ to pre-moderno, tal como se suele plantear en algunas posturas
ta el propio corazón del imperio español en Europa, como dice que actualmente debaten en El Mercurio dominical. No sólo son
un cronista. * apropiadores-adaptadores de tecnologías más eficaces, sino que
No sólo se apropiaron de la técnica de la caballería, sino que su mentalidad es transformada por ella adoptando y adquirien­
aventajaron a los españoles con creces en la cantidad de ella. Há­ do una actitud en su espíritu correspondiente a la lógica cultural
biles en términos de productividad tecnológica guerrera, "acos­ de la nueva técnica. Su mente junto a su cuerpo monta al pelo
tumbran sacar en campaña no menos que dos o tres mil caballos y aún veloz de la nueva modernidad cuando el mapuche, "en viéndose a
los llegan a cuatro mil, (siendo) muy inferior el número que tienen los caballo, le parece que todo el mundo es poco para él" , irradiando su
nuestros, pues ordinariamente, campeando los veranos, no juntan más actitud de gallardía el anhelo de posesión de los demás, los que
de cuatrocientos y en caso que se reforzasen, no pasarían de seiscientos, "no descansan hasta acaudalar caballos, poniéndose a manifiestos ries­
porque se han ido disminuyendo en los nuestros, al paso en que los in­ gos y peligros"19.
dios se han ido aumentando"17. La fórmula de la copia como apropiación y afirmación
La apropiación tecnológica del caballo contempló también la identitaria se reprodujo en la conciencia del pueblo artesano, el
adaptación de técnicas especiales, tales como fue el caso de la que, en el seno ya de la sociedad ilustrada —siglo XIX — se apro­
montura. Los mapuches desarmaban las pesadas sillas de mon­ pia de tecnologías y procedimientos europeos, tales como la im­
tar españolas, ideando una liviana que no agobiara de peso y ca­ prenta y los partidos, con el fin de construir y afirmar la identi­
lor al animal: "usa de unos fustecillos (dos piezas de madera) dad de su proyecto político. Pues, "como Caupolicán y Lautaro,
pequeños, hechos de madera muy leve, tan amoldados a sus ca­ sabemos de lo que es capaz la imprenta", escriben en el primer
ballos con sus cojines de lana, que no viene a pesar todo seis li­ periódico popular chileno20.
bras"18. No necesitábamos traer "monturas inglesas" para sacar­ Hoy día hemos visto a jóvenes mapuches liderando uno de
nos de encima esos armatostes españoles, soñándonos como los los movimientos de lucha por la tierra más importantes de las
"ingleses de Sudamérica". (Bastaría, quizás, ser más mapuches y últimas décadas; y lo hacen desde su educación profesional y

17. Alonso González de Nájera, op.cit, p. 19. 19. Ibid.; 22-23.


18. Ibid, p. 26. 20. El Artesano Opositor, febrero 12, Santiago, 1846
224 MARÍA ANGÉLICA ILLANES

apoyados por las tecnologías modernas de la computación, cons­


truyendo, redes de comunicación entre su "mapu"21 y Europa: una
forma de "globalizar" su movimiento para los objetivos de su lu­
cha "localizada" en este lejano y pequeño país.
Históricamente, el "pueblo mapuche"22 es un pueblo en mo­
vimiento abierto a la innovación. El pueblo mapuche copia, como
decíamos, no para negar su identidad, sino para afirmarla. A lo
que habría que agregar que, no sólo para afirmarla, sino para ga­
nar poder. La apropiación tecnológica, impregnada del poder que
necesariamente ella porta, es un acto de transformación y de re /
apropiación de su cultura. Nuevo poder que agrega capacidades
a su autonomía. ¿
Nos hemos caracterizado, en el seno de nuestra sociedad y
cultura chileno-hispana, por copiar de manera opuesta: para de­ V
jar de ser Nuestra América y llegar a ser París o Nueva York. A
nadie se le puede escapar la alienación y hasta la vergüenza de
De desgarramientos
esta actitud para nuestra dignidad de americanos. y esperanzas
¿Dónde está Lautaro para volver a enseñarnos el método de
la copia como apropiación?
¿Es el pueblo mapuche sólo un pueblo conquistado o es una
clave de nuestra posible renovación cultural identitaria?

21. Tierra, en mapuche


22. Al hablar de "pueblo mapuche" me refiero a aquellos que se identifican
y afilian a sus raíces ancestrales y a los ritos fundantes de su cultura, permane­
ciendo o no en sus tierras originarias.
EL RITUAL DEL INTERROGATORIO

Si t u v i e r a q u e m i r a r h i s t ó r i c a m e n t e el tiempo mediato y el inme­


diato, creo que tendría que montar una doble y contrastada esceno­
grafía, basada en un guión que denominaría "el ritual del interro­
gatorio", Sí consideramos a este ritual como un texto cultural que
nos habla de un sistema cultural entero, podríamos quizás aproxi­
mamos, desde este doble ritual escénico, hacia una posible lectura
de la sociedad que hemos vivido, al expirar el siglo.

I r a . E scen a

Villa Grimaldi (1973-1976). Centro de detención y tortura en los


extramuros de la dudad. Al fondo, la "torre", lugar de colgamiento
de prisioneros, de parrillas y otros instrumentos de tortura. Pata­
das, golpes, insultos, electricidad.
"¡Habla, mierda! ¿Dónde están?" El torturador menciona
nombres y apellidos.
"Si no cantas dónde están estos conchas de su madre, ¡no sal­
drás vivo de aquí!"
"Por lo demás, todo está perdido: bombardeada la Moneda,
muerto tu cagá de Presidente, acorralados por todas partes; pue­
des salvarte, huevón, si dices dónde están!"
Temblando en su desnudez, centenares de prisioneras y pri­
sioneros fueron golpeados con la demanda de ese "dónde están",
muchos hasta morir. Y se llevaron consigo su silencio hasta la tum­
ba desconocida de sus cuerpos.
Nadie estuvo allí para escribir la crónica de su torturante in­
terrogación.
228 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 229

Nadie estampó para las páginas de la historia, el heroísmo el hecho más importante ocurrido en la historia inmediata de oc­
del sacrificio. cidente (a pesar de los subterfugios de su actual liberación).
La impunidad fue una página en blanco. Esta doble escenografía realista de la historia reciente de Chi-
En el afuera de la escena: el exilio interno impuesto a los opo­ . ..le, a mi juicio, constituye —más allá del hecho en sí1— una metá­
sitores en el límite de su supervivencia amenazada. En el exterior, fora reveladora del desgarramiento que vive y sufre actualmente
la internacionalización del régimen, los exiliados: la expulsión de la sociedad chilena. Quisiera hacer tres lecturas en torno a esta
la soberanía ciudadana recogida por numerosos países solidarios. escenografía.
En primer lugar, una lectura referida al montaje. Éste instala o
hace subir al escenario a actores que se presentan en una situa­
2 d a . E scen a ción y postura histórica invertida, centrados en torno a una misma
pregunta: ¿dónde están?. A unos se les preguntó "donde estaban
Edificio Diego Portales, sede del ex-gobierno; militar. Año 1999, los vivos para conducirlos a la muerte y enterrarlos clandestina­
septiembre, mes de la patria. En una amplia sala, en torno a una mente"; a éstos se les pregunta "dónde están los muertos para
gran mesa de fina madera, se han reunido para "dialogar" milita­ enterrarlos públicamente".
res y abogados de los derechos humanos. La memoria histórica colectiva, en este tiempo, consiste jus­
— Nuestra intención es saber "dónde están" los detenidos tamente en esto: en la duplicación escenográfica, en la fotografía
desaparecidos — dicen los abogados a los militares. invertida de un viejo negativo.
Con palabras suaves y respetuosas, con discursos recon­ A partir de aquí veo una primera clave, a mi juicio, central,
ciliadores, en torno a la mesa se realiza el ritual del interrogatorio para el análisis de la sociedad contemporánea desde la perspecti­
para recabar información acerca del "dónde están", intentando va histórica: ésta se refiere básicamente a esta inversión escénica,
producir una respuesta sin molestias, sin dolor, sin muerte. que nos conduce a desfigurar nuestro rostro histórico, a volverlo
— Cualquier información que entreguen justificará la mesa de espaldas a nuestra historia, a olvidar la lengua de nuestra ha­
de diálogo — afirman los abogados ante la opinión pública. bla. La historización de este período ha de tratar básicamente de
A dicho ritúal del interrogatorio han sido invitados escriba­ esta enfermedad: una esquizofrenia socio-política, qúe nos hace
nos e historiadores encargados de anotar, narrar, interpretar y deambular sin encontrar el camino conocido. Una enfermedad
explicar los hechos ocurridos: una historiadora del gobierno y un que "mutila" nuestro rostro identitario.
historiador opositor. Todas las justificaciones, todas las pregun­ "Existe un mutilado — dice el poeta César Vallejo— no de
tas, todas las persuasiones, todos los silencios, quedarán escritos un combate, sino de itn abrazo. (...) Perdió el rostro en el amor y no
para la historia. en el odio. (...) Rostro muerto sobre el tronco vivo. Rostro yerto y
En el afuera inmediato de este recinto, marchan los familia­ pegado con clavos a la cabeza viva. Este rostro residía ser el dorso
res de los detenidos desaparecidos en protesta por dicho diálogo
institucional, habiéndose negado a participar en la mesa; más allá
trabajan los tribunales, recibiendo demandas y encargando reos a 1. A pesar de las expresas intenciones de la mesa de diálogo de no inte­
rrumpir sus sesiones, durante un tiempo estuvo paralizada a raíz del recibi­
algunos militares involucrados en asesinatos. En el afuera inter­
miento que realizaron las fuerzas armadas a Pinochet, lo que se calificó como
nacional, se escenifica la histórica detención de Pinochet, quizás impropio para un gobierno en transición a la democracia.
230 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 231

del cráneo, el cráneo del cráneo. (...)E¡ mutilado de la paz y del amor, decir, que si quisieron o quieren algún día matar la democracia,
del abrazo y del orden y que lleva el rostro muerto sobre el tronco no podían ni deberán nunca más matar los cuerpos que la encar­
vivo, nació a la sombra de un árbol de espaldas y su existencia trans­ naban. Cito:
curre a lo largo de un camino de espaldas".
Enfermedad de la "mutilación" identitaria/ como el rostro "Hemos escuchado en esta mesa hablar de la necesidad
perdido de un pueblo que vive, pero que no se conoce a sí mismo, de hacer un análisis histórico de los últimos treinta años para
que mira pero no reconoce su ser histórico, que está en el mundo, encontrar respuestas a interrogantes tan simples como "¿qué
pero no sabe acerca de su existencia. Quiero referirme a este mu­ nos pasó? ¿qué locura envolvió a este país que nos condujo a
tilado, a este pueblo, nosotros mismos, que ha perdido su histo­ un enfrentamiento fratricida? ¿quienes son los responsables
ria, ya en la negación, ya en la confusión. Quisiera poder dar vuelta de todo lo que ocurrió?" Importante tarea es ésa, pero me pre­
el dorso de su cráneo hacia la historia que le da la espalda. ¿Cuál gunto si ella nos va a resolver el problema que nos ha convo­
fue el camino que anduvo, dónde estaba y donde está el árbol cado. ¿Vamos a saber, por ejemplo, qué pasó con los deteni­
que lo cobijó bajo su sombra vital? Quisiera des-encubrir a este dos desaparecidos, analizando acaso el tantas veces citado
mutilado histórico: el proyecto democrático y popular en Chile. Congreso de Chillán del Partido Socialista en 1967...? ... La
legitimidad del golpe militar, hecho tan caro para las Fuerzas
Armadas, no es algo que nos corresponda discutir en esta
2 mesa. Más aún, incluso en el hipotético caso que todos con­
cordáramos en la inevitable necesidad de la intervención de
¿Qué vemos en nuestra doble escenografía sígnica, respecto del las Fuerzas Armadas el 11 de septiembre de 1973, tampoco
tema del proyecto democrático? resolveríamos el problema que nos convoca. (...) Me parece
En nuestro primer escenario, el de la Villa Grimaldi, ex Cuar­ entonces útil separar ambos planos: una cosa es el golpe mili­
tel Terranova, podemos ver la matanza de la democracia; cuando tar y sus causas y otra muy distinta las violaciones a los dere­
pasaban los camiones sobre los cuerpos de los prisioneros, ¿qué chos humanos cometidos durante el gobierno de las Fuerzas
hacían?: masacrarla democracia; cuando "encaminaron" sus cuer­ Armadas"2.
pos hacia las honduras silenciosas de la tierra, ¿qué hacían?: des­
aparecer la democracia. En esos cuerpos se encarnaba el proyecto Sin menospreciar la intención "productiva" de este discurso
histórico y la utopía democrática. de la mesa de diálogo, cabe la duda acerca de si es posible separar
En nuestro segundo escenario, ¿qué vemos? La llamada "re­ la masacre de los cuerpos del proyecto histórico político que di­
democratización" se manifiesta como la "visitación", por parte chos cuerpos encamaban.
de ciudadanos seleccionados, a los que mataron la democracia; Una cosa es que sea incorrecto, más aún, absurdo, pretender
éstos, avalados por su historiador privado, entregan allí las razo­ justificar el golpe —como lo hace el historiador Gonzalo Vial— a
nes históricas y heroicas que tuvieron para acometer tal matanza. través del Congreso de un partido político (como si fuera posible,
Por su parte, los re-democráticos responden que las razones his­
tóricas no son lo importante, que incluso pueden ser razones legí­
2, Intervención del Sr. Héctor Salazar en la Mesa de Diálogo, el día 14, 09,
timas; lo que interesa es el cuerpo del delito: lo cual equivale a 1999
232 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 233

por ejemplo, entender la masacre de Santa María de Iquique, a Proyecto que, con razón, Manuel Antonio Garretón califica, en
partir del discurso de Recabarren en el Congreso de Unificación, un artículo de prensa, como "nuestra mejor idea del siglo"4 y que
en mayo de 19073) ; pero otra cosa es pretender —como lo hace un habría que ampliar hacia más allá de este siglo, hasta la idea y
abogado de los derechos humanos en la mesa de diálogo— sepa­ acción de los artesanos desde mediados de siglo XIX, cosa que no
rar el delito político del proyecto político. Como historiadora, creo es del caso hacer aquí.
que es imposible hablar siquiera de la matanza de los cuerpos, Pero sí podemos mencionar tres rasgos que definieron histó­
sin referirse a lo político ideológico que inspira dicha matanza. ricamente, desde la base popular, este proyecto en Chile:
De lo contrario estaríamos hablando —como también se ha he­ a) una opción por construir un movimiento social que, desde
cho— de un puro acto de locura. Junto a la matanza de los cuer­ una gobernabilidad auto-gestionada, se fue constituyendo y legi­
pos, se buscó matar un proyecto político, largamente anhelado timando como la base real de los partidos que decían representar al
por importantes sectores sociales chilenos: el proyecto democrático ciudadano.
popular. Éste constituye, a mi juicio, el punto clave del análisis. b) una opción por comprometer al Estado en una política de
Para rebatir la matanza de los cuerpos, debemos rebatir la matan­ desarrollo que contemplase las fuerzas productivas nacionales,
za de la democracia en Chile. así como el intercambio internacional puesto al servicio de las
_ Si relativízamos, si dejamos fuera del análisis, si separamos necesidades ciudadanas y populares, de modo de poner atajo a la
lo delictual-político de lo histórico-político, si minimizamos el proletarización y pauperización masiva;
hecho del golpe anti-democrático, nada nos asegura que la viola­ c) una opción popular por la vía política en una línea evoluti­
ción a los derechos humanos, que los detenidos desaparecidos no va, para lograr una ampliación en la distribución social del po­
vuelvan a ocurrir. Aunque entregaran la información que se les der, hasta alcanzar dicho poder.
pide acerca del " dónde están", ni siquiera aunque pidieran per­ Identificamos históricamente la "democracia" con el proceso
dón (como les solicita la historiadora de la mesa, a imitación de lo que conducía a tocar el poder con las propias manos, a hacer po­
que hizo la Iglesia, siglos después de la Inquisición), nada asegu­ der con las propias manos; la entendemos como un concepto
raría que la matanza de la democracia no vuelva a ocurrir y, con artesanal-popular del poder.
ello, la reiterada violación a los derechos humanos, que es su con­ Desde una mirada histórica, la Unidad Popular correspon­
secuencia. Debemos enfrentar el discurso justificador del histo­ dió, como hemos dicho, a una culminación de este proyecto en el
riador Gonzalo Vial, con otro discurso histórico: uno que apunte ámbito de estas tres opciones; mientras el golpe militar del 73 mata
a la llaga medular: el proyecto democrático popular chileno. Este cons­ no sólo el proceso del proyecto que se venía desarrollando, sino la
tituye, a mi juicio, el tema central político e ideológico de nuestra consumación histórica de ese proyecto: su entrada a la Moneda. He
sociedad contemporánea. Y si de proyecto y camino democrático ahí la significación simbólica de la Moneda en llamas.
se trata, no podemos analizar sólo los últimos 30 años, sino que
todo el proceso de construcción del proyecto democrático en Chile.

3, En dicho Congreso, realizado en Buenos Aires y difundido en la prensa


obrera de Chile, Recabarren planteaba como el objetivo central del movimiento 4. M. A. Garretón, "U n proyecto democrático, nacional y popular. Nuestra
obrero unificado, "la desaparición del salariado y de la clase patronal", Ver E. mejor idea del siglo", en Artes y Letras de El Mercurio, Santiago, domingo 19 de
Devés y X. Cruzat, Recabarren. Escritos de prensa. Ed. Documentas, tomo 2, p, 61 septiembre, 1999
234 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 235

3 la negativa de los torturados, y sobre la base de la aceptación de


los torturadores, es re-democratización.
Hoy se habla/ en forma bastante liviana/ de un "proceso de re- Esto, ateniéndonos sólo a nuestro escenario real-simbólico,
democratización o de "transición democrática". sin referirnos a los famosos amarres constitucionales, a la educa­
¿Qué significa y qué alcance tiene este prefijo "re" que se an­ ción elitista, a la salud-para-pobres, al trabajo amenazado y, en
tepone a la palabra "democratización"? Pareciera significar "re­ general, a la subordinación del "ser" al "mercader".
petición" o un "movimiento hacia atrás"; la búsqueda o la puesta Desde nuestra perspectiva, actualmente la sociedad chilena
de la mirada en un referente real y conceptual conocido y vivido está instalada sobre la herida abierta del proyecto democrático;
anteriormente por la sociedad. Una suerte de "re-suscitación" quizás sobre el fantasma de su vida y de su muerte.
democrática o la búsqueda de un destino o una identidad perdi­ "Mutilado del rostro, tapado del rostro, cerrado del ros­
da. En este sentido/ el concepto de democracia (que se re-edita­ tro, este hombre, no obstante, está entero y nada le hace falta.
ría) adquiere el carácter de una esencia/ de un-concepto a-históri- No tiene ojos y ve y llora. No tiene narices y ve y respira. No
co o supra-histórico (que está por encima de su propia negación). tiene oídos y escucha. No tiene boca y habla y sonríe. (...) Yo
Este concepto de "re-democratización" constituye, sin duda, conozco al mutilado del órgano, que ve sin ojos y oye sin ore­
una tercera clave para una interpretación histórica de nuestra so­ jas". (César Vallejo)
ciedad contemporánea. Hablamos la democracia sin saborearla, la escuchamos en­
Si volvemos a nuestro escenario/ ¿qué vemos al respecto? chufados a aparatos que nos la nombran, respiramos la química
a) por un lado/ el montaje técnico/ por parte del estado, de ese de su aire, soportando el smog que la envenena, la vemos actuan­
escenario ritual instalado en el templo de la dictaduray al que se do en el teatro electoral y parecemos conocerla. Simulamos la
ha llamado a participar no sólo a los sacerdotes del rito, sino tam­ democracia, como simulamos, se ha dicho, el jurel tipo salmón y
bién al movimiento social, al pueblo que sufrió directamente la el paté tipo ternera. Y, finalmente, muchos nos hemos atrevido
encarnación de la masacre democrática. incluso a soñar la democracia del siglo XXI que nos prometen los
b) por otro, este último grupo, los familiares de los detenidos sucesivos candidatos.
desaparecidos, respondiendo "no" a tal invitación, mantenién1 Desde nuestra percepción histórica debiéramos hablar más
dose en las afueras, gritando y marchando su negativa y su pro­ bien de "liberalización" de la sociedad, en la que el pueblo ha
testa: descalificando ese rito como un teatro de sustitución logrado abrir ventanas para gritar, fragmentariamente, su deman­
neutralizadora de los tribunales de justicia. da y, por qué no, su legítima nostalgia por un proyecto democrá­
Se argumenta que una expresión de re-democratización es tico herido.
esta instancia de diálogo a la que se ha invitado a participar a los No vivimos propiamente en, lo que podríamos llamar, la re­
principales involucrados en el problema de los derechos huma­ democracia del "régimen democrático tradicional-histórico"; y los
nos, así como a representantes ilustres de la sociedad chilena. Pero procesos de democratización se encuentran atrofiados e interve­
al respecto uno se pregunta si el montaje unilateral de rituales nidos en su desarrollo. Desde nuestra perspectiva podemos apre­
políticos oficiales para recabar información por fuera de los tri­ ciar que uno de los principales problemas que suscita la compren­
bunales de justicia, es re-democratización. O si la puesta en fun­ sión de la sociedad contemporánea deriva de una confusión, de
cionamiento de ese ritual del interrogatorio, sin consideración de una torre de babel conceptual, que utiliza conceptos fantasmales
236 MARÍA ANGÉLICA ILLANES

que no contienen carne histórica, conceptos que no reconocen su DESAPARECIDOS EN EL MAR


muerte y que nos hacen vivir de espaldas a nosotros mismos.
Siguiendo el derrotero metodológico de los "dobles escena­
rios", históricamente vemos que nuestro "doble" contemporáneo la "batalla de la memoria", que podría­
E n C h il e s e h a d es a t a d o

no es la democracia, sino la república decimonónica. Me atrevería a mos caracterizar como el proceso de restitución del habla ciuda­
decir que vivimos en un régimen republicano, que experimenta­ dana en torno a la lucha por interpretar y definir la sociedad ante
mos una "re-publicanización" del sistema político, lo cual no es el espejo de la experiencia histórica vivida. En esta batalla el pro­
poco, después de una dictadura tan brutal y ante la amenaza de blema de los "desaparecidos" de la dictadura ocupa un lugar cen­
un regreso electoral de la misma. tral. Una incansable lucha se hace por encontrarlos; memoriales y
¿Porqué debemos hablar hoy día de república modernizadora y ritos los recuerdan, historias se escriben acerca de su vida. La de­
no de democracia o de re-democratización? manda de ¿"dónde están"? estampada en carteles con las fotos
Porque, tal como ocurría bajo la república modernizadora juveniles de los desaparecidos han interpelado, día tras día, nues­
portaliana , la clave organizadora del sistema estaba y está ac­ tra sensibilidad.
tualmente dada por el "orden gerencial mercantil", aliado a una Algunos de sus cuerpos se han encontrado en desoladas fo­
fuerza armada construida especialmente para servir a dicha alian­ sas comunes del desierto, como evidencia del horror. De cuando
za. Porque la "ciudadanía" (considerándola no sólo como acción en cuando alguna noticia de otras fosas que posiblemente guar­
de sufragio, sino que, en forma más amplia, la ciudadanía cultu­ dan cuerpos, movilizan a los desenterradores, generalmente en
ral) de la población era un "privilegio" asociado al poder social, forma infructuosa. La duda se ha instalado. ¿Han sido arrojados
económico o militar. Hoy la ciudadanía se ha percibido —y así se al mar? La sospecha de su oceánico desaparecimiento ha consti­
denunció ampliamente en la pasada contienda electoral— como tuido uno de los tabúes de nuestro tiempo. Sospecha que los mi­
algo privativo de una "clase política" desgajada del movimiento litares han querido "corroborar"”entregando a los familiares una
social, incapacitada de articular sus demandas. Y debemos ha­ lista de supuestos "arrojados", como fruto de la mesa de diálogo;
blar de republicanización porque actualmente existe un fragmen­ hecho que ha pretendido utilizar, quebrar y desacralizar el tabú,
tario movimiento social que lucha por construir una ciudadanía asfixiándonos en el dolor y el estupor, reabriendo las heridas de
paralela y autónoma, en vista de alcanzar una mejor distribución la mayoría de los ciudadanos. Y si bien se han hecho evidentes las
social del poder. Vemos esto, por ejemplo, en el movimiento dudas respecto de la veracidad de los datos, surge una pregunta:
mapuche, que escenifica su presencia negada y hace valer sus ¿Qué significación adquiere el mar en tanto fosa común de la
demandas sin prensa propia. muerte?
Desde una perspectiva historiográfíca quizás debiéramos asu­ ¿Qué mutación significativa ha de sufrir nuestra canción na­
mir una postura radical: partir del actual reconocimiento del ex­ cional cuando recita
travío del "proyecto democrático histórico", de su ausencia expresa­
da en los cuerpos de los torturados, masacrados y desaparecidos. "y ese mar que tranquilo te baña,
Puede que la falta de oxígeno de su muerte, que nos plantó te promete futuro esplendor"
este árbol de espaldas, que nos trajo esta carencia de sombra y
este camino de espaldas, nos lleve en su desesperada búsqueda. ¿Qué tempestad, qué infierno han podido acoger sus aguas?
238 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 239

¿Qué es el mar en tanto escenario de mutilaciones y ausen­ Baúl oceánico que guarda el secreto de sus riquezas. Toda la
cias? vida emergió de sus entrañas, todo está por descubrirse bajo sus
Para aproximarme a estas interrogantes, dividiré mi ensayo aguas. Pero si el mar es en sí mismo productor de vida es, al mis­
en tres partes o tres palabras, que forman las claves del títu lo : mo tiempo, fuerza devoradora de cuerpos, un coleccionador de
mar; desaparecido, en-el-mar. Para su exposición admitiré la máxi­ restos y vestigios, un museo de naufragios. Es su dialéctica
ma aristotélica que dice que es más verdadera la poesía que la oceánica.
historia. En suma, trilogía del Todo, origen primero, olvido del dolor;
amante, productor, rico, hambriento, devorador: el mar es nues­
tro mito, nuestra historia y es nuestro propio cuerpo.
1. M ar

Versículo nerudiano número uno: * 2. D esa pa recid o

"la ola viene del fondo, con raíces Según la definición enciclopédica el verbo "desaparecer" es el acto
hijas delfirmamento sumergido "5. de "ocultar, quitar de delante con presteza una cosa" y también
"ocultarse, quitarse de la vista una persona o cosa, por lo común,
En-términos míticos el mar es la íntima, acuosa unidad del con rapidez"7.
cielo y de la tierra. Es lo uno, el Todo, donde habita el espíritu En las últimas décadas de nuestra historia, "desaparecer" ha
creador. "Y el espíritu de Dios flotaba en medio de las aguas", dice el adquirido un especial significado: se refiere a un acto de oculta-
Génesis. Este Uno es el origen, el estado anterior al desgarramien­ miento en tanto sepultación o arrojamiento de cuerpos de supues­
to de la materia. Estar en lo Uno es ser sin existir, es decir, sin tos "enemigos", fruto de la violencia ejercida desde aparatos de
haber nacido. poder dictatoriales sobre cuerpos previamente flagelados y derro­
Quizás por eso, cuando los humanos regresamos al mar, es tados por medio de armas e instrumental mecánico de muerte. El
como si retornáramos a la unidad cósmica, recobrando, misterio­ desierto, la cordillera, el mar, se supone ha sido su destino. Su
samente, el origen olvidado. "La memoria está en el sitio", en el objetivo: quitar de delante, quitar de la vista, ocultar.
sitio de lo ocurrido6. Y nos embriagamos en la contemplación del El verbo desaparecer, entonces, se vincula con un acto de vio­
horizonte, olvidando la orilla o el dolor de la materia. lencia. Se trata de una doble violencia ya que se ejerce sobre cuer­
Cada tarde, desde la creación del tiempo, cae el sol sobre el pos ya desalmados. Se hace a nombre del resguardo de un triun­
océano, realizando esplendorosa y orgiásticamente ante nuestros fo, quitando de la vista lo que lo ensucia, a través del acto del des­
ojos, la didáctica de su marítima unidad cósmica: cielo, mar, tie­ aparecer el cuerpo del otro, mutilado, desnudo otro, arrojado al
rra. Instante mágico en que el Inti nos hace el amor en su cama basural de la tierra desolada, de los volcanes, del mar bravio...
marina antes de dejamos dormir a cada lado del mundo. Desaparecer es quitar al otro, no sólo la vida, sino quitarle su cuer-

5, Pablo Neruda, Canto General, Editorial Planeta, Barcelona, 1989, p. 421


7. Enciclopedia Hispanoamericana
6. Citado en Adam Rosemblath, op. cit.
240 MARÍA ANGÉLICA ILLAN ES LA BATALLA DE LA MEMORIA 241

po, su materialidad visible, es borrarle sus huellas andadas y co­ En medio del bombardeo de La Moneda el día 11 de sep­
nocidas por sus antepasados. El desaparecido es un eslabón ex­ tiembre de 1973, las fuerzas armadas conminaban a Allende a en­
traído de la cadena de las generaciones. La categoría de "desapa­ tregarse ofreciéndole sacarlo en un avión fuera del país. En me­
recido" es, como dice Adam Rosenblath, la construcción de la dio de esos bombásticos comunicados, un radioaficionado captó
"arquitectura terrorífica de su silencio"8. la voz de Pinochet agregando que "una vez el avión con Allende
No obstante, el verbo des-aparecer no es sino la negación del en vuelo, se le dejaría caer al mar". A través de esa sentencia, di­
núcleo verbal "aparecer" que se define como "manifestarse, de­ cha con irónica premeditación y alevosía, se establecía (real o tex­
jarse ver" y también como "encontrarse, hallarse (en especial lo tualmente) luz verde para una posible política a seguir con los
que se había perdido), y como "ocurrir y nacer"9. detenidos del régimen allendista: la de hacer de sus cuerpos, des-
La pregunta plantea: ¿es posible des-aparecer la mutilación, aparecidos-en-el-mar.
es decir, lo que previamente ha formado parte un todo conocido? ¿Qué base real entregan estas palabras, dichas al calor de la
En la dialéctica de su negación, el verbo des-aparecer se transfor­ prepotencia armada, para suponer que éste ha sido el destino de
ma necesariamente en un re-aparecer (jurídico, social, histórico o los desaparecidos? Múltiples hechos fragmentarios —palabras,
simbólico). El acto de desaparecer, es un imposible101. acciones, textos, listas— nos hablan de la existencia de una suerte
de inventada certidumbre colectiva frente a un supuesto hecho
que comienza a tomar la fisonomía de un imaginario traumático.
El "trauma —según Cathy Caruth— es siempre la historia de una
.3. E n-el-M ar herida que grita, que se dirige a nosotros tratando de hablarnos
de una realidad o verdad que de otra manera sería inaccequible"12.
Versículo nerudiano número dos: Quisiera, pues, intentar hablar desde este grito.
Llama la atención de que a menudo en muchos textos cultu­
"No a la muerte del mar, con agua y luna rales de este tiempo se usan categorías oceánicas para significar y
sino a los desquiciados agujeros comunicarse con los detenidos desaparecidos, visto el mar tanto
de la necrología, porque ahora en su fisonomía liberadora como en su fisonomía destructiva. Nos
si queréis olvidarestáis perdidos"n. referiremos aquí a dos de estos textos: una narración y una escul­
tura.
En el cuento de Diego Muñoz, "Bajo el Bosque", se realiza la
síntesis de lo que hemos intentado decir respecto de la noción de
8. Adam Rosenblath, "You will find your ñame, absent now from all te­
mar y desaparecido. Allí narra a su personaje huyendo de las som­
rror": Chileans remember their Disappeared on the World-Wide Web", A sénior bras del bosque, de las persecuciones del terror dictatorial, hasta
essay ín the Litera ture Mayor, Yale University, 2000., p. 18 (mimeo) llegar al mar, como regreso al olvidado punto de partida: "Por
9. Enciclopedia Hispanoamericana
eso estás aquí, solo, caminando por bosques, cerros y playas in-
10. Traduciendo la "pérdida como m uerte" por el verbo "des-aparecer", se
ha podido revertir el cierre del caso y abrir paso al justo proceso del re-aparecer
(lógica que ha estado detrás del recurso jurídico chileno de asimilar desaparecer
a "secuestrar"). 12. Caruth, Cathy. Trauma, Ed. Cathy Caruth. Baltimore, John Hopkins
11. Pablo Neruda, op. c it, p. 419 University Press, 1995, 3-12. Citado en Adam Rosemblath,, op. cit. p. 12 .
242 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA BATALLA DE LA MEMORIA 243

terminables, volviendo al origen, buscando algo que crees haber Esa experiencia de volver ala unidad, al origen, esa vivencia
perdido aquí, tratando de recuperar una sustancia misteriosa que de estar y ser el propio mar, es también el momento de la verdad:
te ilumine otra vez por dentro"... allí está el desaparecido, el que le habla aunque no quiera oírlo y
Estando allí, junto al mar, el personaje entra en un relación le ofrece su amor y le entrega toda la riqueza del litoral donde
simbiótica e identitaria con él: el amor y la furia del mar, su pro­ ahora Héctor, desde su verbo desaparecer, re-aparece. El morir o
pio amor y furia, coludidos ambos, un solo cuerpo, un solo senti­ el no existir se ha trastocado en un encontrarse y en un hablar y
miento: hacer emerger la verdad desde el mar, el lugar originario donde
"Caes riendo por la arena porque has vencido los espectros tiene lugar la ofrenda del sí mismo desaparecido al otro. Se ha
del bosque y has llegado hasta el sol que calcina la arena que que­ recobrado la unidad y restituido la cadena vital.
ma tu cuerpo, que rueda feliz hacia el océano que te espera enlo­ El texto-escultura al que me refiero es el Muro de los Nombres,
quecido y amoroso más abajo". (...) Ahí delante de ti el mar esta­ inserto en la arquitectura simbólica del Parque Villa Grimaldi (ex
lla en mil fragmentos blancos y verdes que ocupan todas tus pu­ Cuartel Terranova), confeccionado en un material color azul pro­
pilas y es como si todo el océano reventara dentro de ti, como si fundo, incrustado con moluscos y vestigios de vida oceánica ex­
estuvieras lleno de furioso oleaje arrastrado de huracanes". tinguida (ver fotos) y en el cual están inscritos todos los nombres
Luego el protagonista comienza a tirar piedras a las grietas de los desaparecidos de Villa Grimaldi.
profundas, desde donde surge el propio grito de su herida: "...es­ Bordeando ese muro mar azul, una orilla ("de puerto") des­
cuchas el propio sollozo que nace como una bestia herida desde de la cual se les arrojan flores; desde allí también surge un río que
lo más hondo de tu alma (...) y es el sufrimiento puro lo que surge conduce el agua de ese mar de muerte hacia un centro estelar y
y estalla furioso contra la roca salpicando espuma y agua salada cósmico que emana agua purificadora, agua de vida; estrella cen­
que cae por tus mejillas (...) y, en medio del estruendo, crees escu­ tral que, a su vez, está rodeada de piletas de estrellas de mar de
char su voz recitando esos poemas adolescentes..." cuya agua purificada bebemos (ver fotos).
Quien ha desaparecido es su gran amigo Héctor Garay, dete­ Se trata de una construcción simbólica que nos habla de la
nido, torturado, a quienes sus padres han buscado en morgues y instalación de la memoria de los desaparecidos en el fondo del
campos de concentración, sin hallar rastro alguno "ni encontra­ océano y de su redención á través de su encuentro con la unidad
rán jamás, parece soplarte al oído una voz que prefieres no escu­ originaria del cosmos, de cuya fuente nosotros mismos nos nutri­
char tapándote los oídos con las manos, mientras el viento y la mos.
arena negra te azotan el rostro cruzado de huellas salobres acari­
ciadas por el aroma del océano que escucha tu canto... el océano
que con la voz de las gaviotas quiere decirte que ahora tú ocupas
su lugar, que tienes ahora el amor de los dos juntos para seguir
viviendo, que eres el dueño de todo lo que está ante tus ojos tris­
tes y maravillados: el sol, el mar, el cielo, las nubes, los pájaros,
todo"13.

13. Diego Muñoz Valenzuela, "Bajo el Bosque", enlíís historias que podemos
contar. Inédito.
LA BATALLA DE LA MEMORIA 245

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246 MARÍA ANGÉLICA ILLANES LA. BATALLA DE LA MEMORIA 247

Los detenidos-desaparecidos están aquí, en el sitio de la memo­


ria, en el lugar del rito dialéctico de la muerte y la vida, en el
territorio-escultura de la unidad entre la tierra, el mar y el cielo.
EPÍLOGO

¿Cuál es la intención o inspiración de este libro? Si no pretende


ser una sumatoria de palabras/ ¿qué sentido tiene esta recopila­
ción1?
Podríamos, quizás, dar una explicación: se trata de guardar,
como lo hicieron los personajes de Bradbury, algunos textos que­
mados por las fogatas de la dictadura, salvándolos del olvido. O
se trata, tal vez, del acto de entregar una serie de escritos disper­
sos a las nuevas generaciones, para un pobre remiendo del hilado
roto de nuestra historia contemporánea.
No obstante, estos textos están lejos de formar parte de una
tradición, o de ser el eslabón de una cadena perdida, o de ser la
escritura de algún libro aprendido de memoria. $on textos sin
raíz alguna. Se sostienen como clavel del aire, alimentados con el
oxígeno extraído de la piel del otro, criados en la incertidumbre
de las lluvias, suspendidos sobre la ausencia de la tierra conoci­
da. Son hojas con mensajes escritos en medio de la confusión y
los escombros.
Son textos de batalla. Compuestos de jirones de memoria, de
fragmentarios testimonios y documentos, de fotos amarillas y
rojas. Ellos forman parte de la batalla política más importante de
la última década: la "batalla de la memoria"; lucha emprendida
por sectores importantes de la sociedad civil en sus múltiples ex­
presiones y cuyo principal objetivo se ha centrado en el debate en

1. Muchos de estos textos han sido escritos "haciendo camino al andar"


por la historia de. estas últimas dos décadas; versiones de algunos de ellos han
sido publicados en distintas revistas y libros que recogen los escritos colectivos
de historiadores y otros profesionales, presentados en diferentes eventos aca­
démicos y culturales. Los hemos sacado de allí y, junto con varios otros escritos
inéditos, hemos armado las piezas fragmentarias de este libro, cada una de las
cuales es una ventana a través de la cual hemos querido mirar el mundo que nos
rodea. Pero todas estas ventanas forman parte de una misma arquitectura de la
mirada.
250 MARÍA ANGÉLICA ILLANES í.A BATALLA DE LA MEMORIA 251

torno a los cuerpos de los desaparecidos/ asesinados/ torturados carrera ganada en las postas conocidas de "la revolución de los
"y detenidos durante la dictadura de Pinochet. derechos", con el logro del gobierno popular. Mal que mal, había
Estos textos toman su propio lugar en este campo civil de costado mucho llegar hasta allí..
batalla. Buscan aportar algo propio: algunos aspectos del camino Pero, por otra parte, pensamos que lo que .triunfó con Allen­
recorrido por diversos actores de la sociedad chilena del siglo XX. de fue lo que podríamos llamar la "apropiación revolucionaria
Distintas lecturas pueden hacerse de ellos; pero pretenden insta­ popular de la historia", que formaba parte de nuestra tradición
larse/ especialmente/ en la comprensión del ideario/ de k los pro­ cultural. "El siglo XX nos p erten ece", había dictam inado
yectos/ de los objetivos y de las acciones de tres generaciones de Recabarren y tenía razón. Qué duda cabe; "el siglo XX fue nues­
chilenos que/ juntó con los que sufrieron la muerte/ soñaron y se tro" podría muy bien aseverar una voz popular. Efectivamente,
comprometieron por alcanzar una sociedad más justa. Esto, porque cree­ todos corrían, por delante, por detrás y por los costados del pue­
mos que la batalla política de la memoria no solo consiste en levantar la blo. Se le amó y temió. Este "ser nuestro el siglo" tuvo su máxima
muerte de los cuerpos al primer plano, sino también en debatir en tomo expresión histórica en el período que va entre el 4 de septiembre
a su vida y su historia, que es también la nuestra.. de 1970 y el 10 de septiembre de 1973, lo cual quedó estampado
-Ahrespec toycreomecesaricrenfatizar-algunosmspncto sude Ios- - -en ebear-tH rjue- per-ta-bar un p oblador-que inarchabarirentealpala^
formulados en los textos aquí presentados. ció de la Moneda y que decía "este gobierno es mío". En eso con­
Observamos la presencia/ a lo largo del siglo/ de un fenóme­ sistió la "revolución democrática y popular" (tal como la definió
no que podríamos llamar "la revolución de los derechos" del pue­ Allende): en la apropiación e instalación del pueblo en el centro o
blo: a la subsistencia/ a la vivienda/ a la educación/ a la salud, a la en el escenario principal de la historia.
democracia, a la propiedad de la tierra y, finalmente, al poder. Después de eso, el abismo.
Esta "revolución dé derechos" se constituyó en un ideario qúe
movilizó no sólo a los sectores identificados con la izquierda, sino H a finalizado el siglo XX en medio del vértigo de la caída. Nada
también con los del centro y la derecha. De ahí que las banderas sabemos de nosotros mismos, nada nos pertenece. La historia se
de lucha que constituían los emblemas de estos derechos, fuesen diluye en nuestra respiración, en medio del cotidiano rodar de la
disputadas entre los distintos sectores políticos y fuesen pasadas vida de cada cual. Los proyectos perdieron sus páginas en la caí­
entre ellos, como una "carrera de posta" entre'gobiemos de dis­ da y los conceptos variaron su contenido. Deambulamos buscan-.,
tinto signo. No obstante, paradojalmente, se estaba lejos de un do inútilmente la extraviada "tabla de los derechos": no somos
consenso al respecto. Mientras para unos, la conquista de estos sino "peones, y proletarios" que habremos de re-andar los cami­
derechos había de conducir a una sociedad alternativa a la capi­ nos de la patria. Hagámoslo ■—como siempre lo hicieron los peo­
talista, para otros, estos mismos derechos habían de servir para nes— én forma altiva, con la batalla de la historia en la memoria.
evitar el cambio estructural y para salvar al propio capitalismo. La primera tarea consiste en recuperar la "revolución de los
La llegada de ía Unidad Popular al gobierno el año 1970, co­ derechos", lo cual requiere el concierto de todos: el derecho a la
rriendo sola con sus banderas alzadas y radicalizadas. Juego de vida, a la vivienda, al trabajo, a la educación, a la salud, a la infor­
haber pasado por distintas manos, se percibió.como la meta del mación, a una digna protección laboral, a una justa jubilación; el
final de una ruta por la qúe se transitaba desde principios de si­ derecho de los pueblos indígenas y campesinos a la tierra, la igual­
glo' Desde esta perspectiva, se confundió en un solo abrazó Ja dad dé derechos y "deberes" entre hombres y mujeres, el derecho
252 MARÍA ANGÉLICA ILLAMES

a la n iv e la c ió n d e la c re c ie n te y e s c a n d a lo s a d e s ig u a ld a d e c o n ó ­

m ic a e n tre ric o s y p o b re s .
E n s u m a , e l d e r e c h o a l a ' d e m o c r a c i a r e a l ''.

Santiago, agosto, 2001

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