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Lao Tsé

TAO-TE-CHING
Ed ición p or
Vlad im ir Antonov
Trad u cid o al esp añol p or
Anton Tep lyy

Exp resam os u n agrad ecim iento esp ecial


a Lu is N atera y a Alfred o Salazar p or su s valiosas
correcciones y su gerencias p ara este libro

2008
ISBN 978-1-897510-15-5
N ew Atlanteans
657 Chem au shgon Road RR#2
BancroĞ, Ontario
K0L 1C0, Canad a

Printed by Lu lu
hĴ p ://stores.lu lu .com /sp iritu alheart

El libro Tao Te Ching (Libro sobre Tao y Te) fu e escrito


hace ap roxim ad am ente 2500 años p or u n gran ad epto esp i-
ritu al chino, llam ad o Lao Tsé. En aqu ella encarnación, Lao
Tsé era u n d iscípulo d el Maestro H u ang Di1, no encarnad o
en aqu el tiem po, y alcanzó la autorrealización esp iritu al p le-
na.
En la actu alid ad , Lao Tsé p rop orciona ayu d a esp iri-
tu al a las personas encarnad as rep resentand o a Tao en for-
m a d e Te (p u ed en encontrar las explicaciones en el texto d el
libro).
Esta versión d el Tao Te Ching fue realizad a p or el p e-
d id o p ersonal d e Lao Tsé.2
El libro Tao Te Ching es u no d e los m anu ales fund a-
m entales d e la ę losofía y m etod ología d el d esarrollo esp iri-
tu al.

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© Vlad im ir Antonov, 2008.

1
P u ed en encontrar m ás d etalles acerca d e H u ang Di en los
libros Obras clásicas de la ęlosofía espiritual y la actualidad y Cómo
conocer a Dios. Libro 2. Autobiografías de los estudiantes de Dios, bajo
la red acción d e Vlad im ir Antonov.
2
Lao Tsé basó este p ed id o en qu e u na trad u cción totalm ente
ad ecu ad a d el Tao Te Ching p u ed e ser hecha sólo p or aqu ella p er-
sona qu e ha recorrid o p ersonalm ente el Cam ino entero d el cono-
cim iento d e Tao.
1. N o se p u ed e conocer a Tao 1
sólo habland o
d e Tao.
N o se p u ed e d enom inar con nom bre hu m ano
este Origen d el cielo y d e la tierra Qu e es la Mad re
d e tod o.
Sólo aqu el qu e se liberó d e las p asiones terrena-
les p u ed e verlo. Pero aqu el qu e tod avía tiene estas
p asiones p u ed e ver sólo Su Creación.
Por otra p arte, au nqu e sean llam ad os p or nom -
bres d iferentes 2, Tao y Su Creación son, en su stan-
cia, Uno. Am bos son sagrad os. Y el p aso qu e existe
entre éstos es la p u erta a tod o lo verd ad eram ente
m ilagroso.

2. Cu and o las p ersonas llegan a saber lo qu e es


bello, ap arece tam bién la noción d e lo feo.
Cu and o llegan a saber lo qu e es bu eno, ap arece
tam bién la noción d e lo m alo.
De esta m anera existencia e inexistencia, lo d i-
fícil y lo fácil, lo largo y lo corto, lo alto y lo bajo
p erm iten conocer m u tu am ente lo u no y lo otro.
Los d iferentes sonid os, u niénd ose, crean la ar-
m onía. De la m ism a m anera, lo anterior y lo sigu ien-
te van u no tras otro arm oniosam ente.
1
Los sinónim os d e esta p alabra d e origen chino son: la Con-
ciencia Prim ord ial, el Cread or, Dios Pad re, Alá, Ishvara, Svarog,
etc.
2
El Cread or y la Creación, Qu e ju ntos se d enom inan con el
térm ino Absoluto.

3
La p ersona sabia p reę ere la no acción 3 y p erm a-
nece en el silencio4. Tod o p asa a su alred ed or com o
p or sí m ism o. Ella no se siente ap egad a a nad a en la
Tierra. N o se ap rop ia d e nad a hecho p or ella y d es-
p u és d e crear algo, no se enorgu llece d e esto.
Pu esto qu e esta p ersona no se ensalza, no alar-
d ea y no exige resp eto esp ecial d e los d em ás, resu lta
agrad able p ara tod os.

3. Si no vam os a ensalzar con elogios a u nos


su p u estos escogid os, no habrá envid ia entre la gen-
te. Si no vam os a exhibir tesoros materiales, no habrá
lad rones. En otras p alabras, si no vam os a p oner a
la vista los objetos d e las p asiones, no habrá tenta-
ciones.
Un gobernante sabio no crea tales tentaciones
p ara el p u eblo, sino qu e se p reocu p a d e qu e las p er-
sonas estén bien alim entad as. Esto elim ina las pasio-
nes y fortalece la salu d d e los sú bd itos. Sí, u n gober-
nante sabio siem pre se esfu erza p ara qu e la gente no
tenga tentaciones y pasiones y para qu e las personas
p rofu nd am ente viciosas no se atrevan a actu ar.
La au sencia d e tod o lo m encionad o trae la tran-
qu ilid ad .
3
La qu ietu d d e la m ente y d el cu erp o, lo qu e tam bién im p lica
la d etención d el Ěu jo d e los p ensam ientos. Esto p erm ite ap rend er
el arte d e la m ed itación y d esarrollarse com o u na conciencia. (El
qu e p ercibe la p alabra no acción con d ię cu ltad p u ed e reem p lazarla
m entalm ente con la p alabra meditación al leer este texto).
4
Aqu í se trata d el silencio interior, llam ad o hesiquia (o hesichia)
en griego. De allí, se originó el hesicasmo, u na antigu a corriente d el
m isticism o cristiano (p u ed en encontrar m ás d etalles en el artícu lo
Práctica del Hesicasmo Moderno, d e Vlad im ir Antonov).

4
4. Tao se p arece al vacío. ¡Pero es om nip oten-
te!
Está en la Profundidad5.
Es el Origen d e tod o.
Controla tod o.
Satu ra tod o.
Es la Luz Brillante.
¡Es lo Sutilísimo!
¡Es la Esencia d e tod as las cosas!
N o se p u ed e d escribir Su origen, p u es Tao es
Prim ord ial.

5. La m ateria —sea aqu ella qu e está en el cielo


o la qu e está en la tierra— es im p arcial con tod as las
criatu ras, sean p lantas, anim ales o p ersonas; a p esar
d e esto, es u n sostén p ara tod os.
De la m ism a m anera, la persona sabia es im par-
cial con los d em ás.
El esp acio sobre la tierra está vacío y libre, así
com o el esp acio d entro d e u n fu elle o u na Ěau ta. Y
cu anto m ás esp acio existe p ara u na activid ad , m ás
eę ciente esta activid ad p u ed e ser.
Qu ien interę ere en asu ntos ajenos y encim a ha-
bla d em asiad o se vu elve insop ortable p ara los d e-
m ás.
Por lo tanto, es mejor siempre seguir el principio
d e la no interferencia y m antener la tranqu ilid ad .

5
En la p rofu nd id ad d e la m u ltid im ensionalid ad o, en otras
p alabras, en el extrem o «su til» d el vector d e la escala d e la mu lti-
d im ensionalid ad .

5
6. La vid a y el d esarrollo d e lo Sutilísimo 6
son
eternos e inę nitos.
Lo Sutilísimo es el Fundamento Profundo d e tod o
el resto.
Es Aqu ello sobre Lo Cual el m und o m aterial exis-
te.
Y es Lo Qu e actú a sin recu rrir a la violencia.

7. El cielo y la tierra son duraderos. Son durad e-


ros porque no existen por sí mism os ni para sí mismos.
Éstos fu eron cread os p or Tao y existen para Tao.
La p ersona sabia se p one d etrás d e los otros y
así no les estorba y p u ed e gu iarlos. Ella no estim a la
vid a d e su cu erp o; no obstante, su vid a está cu id ad a
p or Tao.
Esto su ced e, p orqu e ella tam p oco existe aqu í
para sí misma. Por esta razón, las necesid ad es d e esta
p ersona se cu bren para ella.7
La p ersona sabia existe para Tao y sirve a Tao.

8. La p ersona sabia vive com o el agu a. El agu a


sirve a tod os los seres y no exige nad a p ara sí. El
agu a p erm anece m ás bajo qu e tod os. Y en esto es
p arecid a a Tao.
La vid a d ebe segu ir el p rincip io d e la natu rali-
d ad .
¡Sigu e el sendero del corazón! ¡Sé afable!
¡Di sólo la verd ad !

6
Tao.
7
Su cu bren p or Tao (nota d el trad u ctor).

6
¡Dirige observand o el p rincip io d e m antener la
tranqu ilid ad !
Cad a acción d ebe ser factible y op ortu na.
Quien no procura estar d elante d e los otros pue-
d e evitar m u chos errores.

9. N o hay qu e verter agu a en u n vaso lleno. Y


no tiene ningú n sentid o aę lar d em asiad o la hoja d el
cu chillo. Y si la sala entera está repleta d e oro y jaspe,
¿qu ién p od rá resgu ard arla?
El exceso en tod o p rovoca la d esgracia.
Cu and o el trabajo ha sid o term inad o, hay qu e
retirarse.
Estas son las leyes d e la arm onía su gerid as p or
Tao.

10. Para mantener la tranquilid ad , hay que ex-


perimentar la Unidad con Todo8. En este caso, no p o-
d rán aĚorar los falsos d eseos egocéntricos.
H ay qu e reę nar la conciencia. Qu e u no se ase-
m eje en esto a u n recién nacid o. Aquel que llega a ser
tan su til, ya no tend rá m ás equ ivocaciones.9
H ay qu e gobernar el p aís y al p u eblo con am or
y sin violencia.
Las puertas desde el mundo material al mundo
oculto se abren con la observancia de la tranquilidad.
La comprensión de esta verdad surge con la no acción.
¡Ed u car sin violencia, crear sin alabarse ni apro-
p iarse d e lo cread o, siend o el m ayor entre los otros,
8
Es d ecir, hay qu e e xp erim entarse com o u na p arte integrante
d el Absolu to.
9
Pu es, sólo a través d e esto, es p osible conocer a Tao.

7
no ord enar! ¡H e aqu í la verd ad era rectitu d d el Gran
Te 10!

11. Treinta rad ios se u nen en u na ru ed a. Pero


su u tilización tam bién d ep end e d el esp acio vacío
entre los rad ios.
H acen los vasos d e arcilla. Pero su u tilización
d ep end e d el esp acio vacío qu e hay en éstos.
H acen p ared es, p u ertas y ventanas en u na casa.
Pero su u tilización tam bién d ep end e d el esp acio va-
cío qu e hay en ésta.
Así es com o se relaciona la u tilid ad d e los obje-
tos con el esp acio vacío.

12. Qu ien ve sólo cinco colores en el m u nd o


es p arecid o a u n ciego.
Qu ien oye sólo los sonid os d el m u nd o m aterial
es p arecid o a u n sord o.
Quien, com iend o, percibe solam ente el sabor d e
la com id a m aterial se engaña.
Qu ien, obsesionad o p or las ganancias, corre a
tod a p risa es d em ente.
Persiguiendo tesoros y adornos, actúas en tu pro-
pio d etrim ento.
En cam bio, los esfu erzos d e la p ersona sabia se
concentran en tener su ę ciente com id a, y no en tener
m u chas cosas. Y ella, contentánd ose con p oco en el
m u nd o d e la m ateria, escoge lo Primordial.

10
La ética m ás alta su gerid a p or Te (el Esp íritu Santo o el Brah-
m an).

8
13. El honor y la deshonra son igualmente temi-
bles. La celebrid ad es una gran d esgracia en la vid a.
¿Qu é signię ca qu e «el honor y la d eshonra son
igu alm ente tem ibles»? Signię ca qu e las p ersonas,
arriesgánd ose, lu chan p or su honor y lu ego tem en
p erd erlo.
¿Qu é signię ca qu e «la celebrid ad es u na gran
d esgracia en la vid a»? Signię ca qu e tengo u na gran
d esgracia p orqu e estim o m i nom bre.
Cu and o d eje d e estim ar m i nom bre, tend ré m u -
chas m enos d esgracias.
Por eso, la p ersona sabia nu nca p rocu ra enalte-
cerse. Ella sólo sirve abnegad am ente a otras p erso-
nas y así p u ed e vivir entre ellas en paz. Ella no lu cha
contra nad ie p or nad a y, p or lo tanto, es invu lnera-
ble.

14. Si m iras a Tao, no Lo notas ensegu id a. Por


eso Lo llam an «d ifícilm ente visible».
Si escu chas a Tao, no Lo oyes inm ed iatam ente.
Por eso Lo llam an «d ifícilm ente au d ible».
Si intentas asirlo, no es fácil alcanzarlo. Por eso
Lo llam an «d ifícilm ente alcanzable».
¡En Tao están Aqu ellos Qu e son ad m irables!11 Y
tod os Ellos están u nid os en Tao en Uno Solo.
Tao es igu al arriba y abajo.
Tao —siend o inę nito— no p u e d e ser llam ad o
p or el nom bre esp ecíę co d e ningu no d e Ellos.

11
Aqu í se trata d e los Esp íritu s Santos Qu e salen d e Tao y Qu e
son id énticos a Éste. En Su totalid ad , Ellos son llam ad os «el Esp í-
ritu Santo» en la trad ición cristiana.

9
Ellos em anan d e Tao m anifestand o Cad a Uno
Su ind ivid u alid ad y luego otra vez vuelven al estad o
sin m anifestación ind ivid u al.
Tao no tiene ę gu ra corp órea ni rostro. Por lo
tanto, sobre Tao d icen qu e es ocu lto y m isterioso.
Al encontrarm e con Tao, no veo Su rostro; ca-
m ino tras Tao y no veo Su esp ald a.
Sigu iend o estrictam ente el p erp etu o Cam ino
d e la transform ación d e u no m ism o, com o alm a, se
p u ed e conocer el Origen Eterno. Este Cam ino es el
Cam ino hacia Tao.

15. Desd e tiempos inmemoriales, aquellos que


eran ap tos p ara la Ilu m inación esp iritu al conocían
los escalones p equ eños y grand es, ocu ltos y d ifíciles
d e este Cam ino.
No era fácil reconocer a tales ad eptos. Permítan-
me describir su imagen a grandes rasgos: eran cautos,
como si cruzaran una corriente en el invierno; eran
circu nsp ectos p orqu e se cu id aban d e los extraños;
eran siempre prontos a obrar porque sabían el carácter
temporal d e su estancia en la Tierra; eran vigilantes,
como si caminaran sobre el hielo que está derritiéndo-
se; eran sencillos y no rebuscad os; eran vastos como
un valle; eran inaccesibles para las mirad as ociosas.
Eran aqu ellos qu e sabían, m anteniend o la tran-
qu ilid ad , transform ar lo su cio en p u ro.
Eran aqu ellos qu e contribu ían a la evolu ción d e
la Vid a.
Ellos veneraban a Tao y se satisfacían con p oco
en el m u nd o d e la m ateria. Sin d esear m u cho, se li-
m itaban a lo qu e tenían y no bu scaban m ás.

10
16. ¡Creo u n vacío com p leto en m í y alcan-
12

zo la tranqu ilid ad total! ¡Qu e tod o a m i alred ed or


se m u eva p or sí m ism o! ¡Qu e tod os a m i alred ed or
Ěorezcan esp iritu alm ente y avancen hacia el cono-
cim iento d e su verd ad era Esencia 13!
Aqu ellos Qu e llegan a conocer su verd ad era
Esencia obtienen la tranqu ilid ad com p leta. Esto sig-
nię ca qu e han alcanzad o la Morada común de Todos
Los Perfectos14.
La Existencia en esta Morada d ebe llegar a ser
p erm anente. Qu ien ha lograd o tal p erm anencia se
llam a Ilu m inad o, Perfecto, Conoced or d e la Sabid u -
ría Su p rem a.
Aqu ellos Qu e han alcanzad o esta Morada rep re-
sentan al Unido Nosotros, el Gobernante Supremo. Esta
Morada tam bién se llam a Cielo15. Esta es la Morad a
d el Tao Eterno.
Tao es incorp óreo y nad ie p u ed e asirlo. Por lo
tanto, es invu lnerable.

17. El Gobernante Supremo conced e a tod os Su s


sú bd itos la p osibilid ad d e d esarrollar la conciencia.
Pero este Gobernante no p rocu ra beneę ciarlos o p re-
m iarlos con lo terrenal, ni tam p oco incu lcarles el
m ied o y el tem or hacia Él.

12
En este caso, se trata d e u n estad o m ed itativo N irvánico, lla-
m ad o N irod hi. En este estad o, el yo ind ivid u al d esap arece com -
p letam ente d isolviénd ose en Tao.
13
El Atm an, el Yo Superior, Tao.
14
La Morad a d el Cread or.
15
O los Cielos.

11
Qu ien sólo cree bobam ente no sabe sobre esto.
Pero Aqu el Qu e ha conocid o a este Gobernante ya no
cree bobam ente.
¡Oh, cu án p rofu nd a es esta verd ad !
Obteniend o bu en resu ltad o, sigo p rogresand o
más aún y ante mí revelan aún mayor entend imiento
d e Todo.

18. Si en el p aís han negad o al Gran Tao, se co-


m ienzan conversaciones sobre «hu m anism o», sobre
«justicia»… ¡Pero en esta situación tales conversacio-
nes no son nad a m ás qu e u na gran hip ocresía!
De la m ism a m anera, cu and o hay d iscord ia en
la fam ilia, su rgen exigencias d e «resp eto ę lial» y d e
«am or p aternal».
Y cu and o en el p aís entero hay tal d esord en,
su rgen lem as d e «p atriotism o» y d e «am or a la p a-
tria».

19. Cu and o tal falsed ad e hip ocresía sean eli-


m inad as, el p u eblo será cien veces m ás feliz. La fal-
sed ad , la sed p or las ganancias, el robo, la cru eld ad
hacia los seres vivos, tod o esto d esap arecerá cu and o
las p ersonas obtengan el conocim iento verd ad ero.
Pu es, tod os los vicios 16 hu m anos se d eben a la falta
d e conocimiento. Es el conocimiento lo qu e m ostrará
a las p ersonas qu e, p or su p rop io bien, es m ejor ser
sencillo y bond ad oso, m od erar los d eseos terrenales
y liberarse d e las p asiones p erniciosas.

16
O d efectos d el alm a.

12
20. ¡Dejen d e gu ard arle ę d elid ad a las cosas
a las cu ales están ap egad os y se liberarán d e la aĚic-
ción y d e la au tocom p asión! ¡Sólo p roced iend o así
se p u ed e obtener el Soporte17 verd ad ero en la vid a!
¿Acaso no vale la p ena rechazar las esp eranzas y
costu m bres com u nes d e la gente p ara cu m p lir este
p rop ósito?
¡Cu án grand e es la d iferencia entre el bien y el
m al!
¡N o hagas lo qu e es ind eseable para el otro! Sólo
con este p rincip io se p u ed e red u cir el caos y estable-
cer el ord en en la socied ad .
Pero, m ientras tanto, tod as las p ersonas se en-
tregan a la vanid ad y el caos se está ap od erand o d e
la socied ad .
Sólo yo estoy tranqu ilo y no m e exp ongo a la
vista d e tod o el m u nd o. Soy sem ejante a u n niño qu e
no ha nacid o en este m u nd o d e vanid ad .
Tod as las p ersonas están cau tivad as p or los d e-
seos m u nd anos. Y sólo yo m e negu é a tod o lo qu e
ellas valoran. Soy ind iferente a esto.
Tod as las p ersonas viven en su egocentrism o. Y
sólo yo escogí liberarm e d e éste.
Estoy Ěu yend o com o u na Corriente d e la Con-
ciencia en la Inm ensid ad y no sé cu ánd o m e d eten-
d ré.
¡Yo —en mi corazón— estoy conociend o a Tao!
¡Oh, es tan sutil!
Me d istingo d e los d emás porque valoro a Aquel
Qu e creó tod as nu estras vid as.
17
Tao.

13
21. Te em ana d e Tao. Y Tao m ora en la Profun-
didad Primordial.
Te es Lo Qu e actú a y m u eve. Es tan m isterioso
y ocu lto com o Tao. ¡Pero tam bién existe verd ad era-
m ente!
Te p u ed e tener form a.
Y p osee el p od er. Su p od er su p era tod o lo qu e
existe en el m u nd o.
Es p osible ver a Te. Desd e los tiem p os rem otí-
sim os hasta el p resente, no se calla la Voz d e Te Qu e
expone la Volu ntad d el Cread or d el m u nd o m aterial
entero.
¿Dónd e p u ed o ver el rostro d e Te? ¡Por tod as
p artes!

22. Contentánd ote con p oco, lograrás m u cho.


Persigu iend o m u cho, te d esviarás d el cam ino. La
p ersona sabia atiend e este p recep to. ¡Y sería bu eno
qu e este p recep to tam bién p ersu ad a al m u nd o en-
tero!
La p ersona sabia cree no sólo en lo qu e ve con
su s ojos físicos y, p or lo tanto, ve claro.
Ella no se consid era com o la ú nica qu e tiene la
razón y, p or lo tanto, sabe la verd ad .
Ella no tiene sed d e honor, p ero las p ersonas le
honran.
N o bu sca ser u na au torid ad , p ero las p ersonas
le sigu en.
N o lu cha contra nad ie y, p or lo tanto, es inven-
cible.

14
N o siente la au tocom p asión y, p or lo tanto, pu e-
d e p erfeccionarse con éxito.
Sólo aqu el qu e no p rocu ra estar d elante d e to-
d os p u ed e vivir en arm onía con tod os.
La p ersona sabia se ocu p a d e tod os y, p or lo
tanto, se vu elve u n ejem p lo p ara tod os.
Es lu m inosa, p ero no bu sca brillar.
N o se alaba, p ero au n así le resp etan.
N o se enaltece y, p or lo tanto, siem p re le tienen
en m u cha estim a.
En tiem p os m u y rem otos, d ecían qu e lo im p er-
fecto se m u eve hacia la Perfección. ¿Acaso son p ala-
bras vanas? ¡N o! ¡En verd ad , alcanzand o la Unidad,
llegarás a la Perfección!

23. ¡H abla m enos y sé m ás sencillo!


El viento fu erte no sop la tod a la m añana; la llu -
via intensa no d u ra tod o el d ía. ¿De qu ién d ep end e
esto? Del cielo y d e la tierra.
El cielo y la tierra, au nqu e son grand es, no p u e-
d en engend rar nad a eterno, mucho menos el hombre.
Por eso es m ejor servir al Tao Eterno.
Y el qu e con su s obras sirve a Tao obtiene el
d erecho a alcanzar la Unión con Éste.
Qu ien se ha reę nad o 18 hasta el estad o d e Te se
vu elve id éntico a Te.
Qu ien se ha reę nad o hasta el estad o d e Tao se
vu elve id éntico a Tao.
Quien es id éntico a Te obtiene el éxtasis19 d e Te.
18
Com o conciencia o alm a.
19
Los sinónim os d e esta p alabra son d icha su p rem a, d eleite
m ás alto, beatitu d .

15
Qu ien es id éntico a Tao obtiene el éxtasis d e
Tao.
Pero u na p ersona ind igna no tiene tal p osibili-
d ad .
¡Es irrazonable d u d arlo!

24. Qu ien se p ara d e p u ntillas no p u ed e p er-


m anecer así p or m u cho tiem p o.
Qu ien cam ina d and o p asos largos no p u ed e an-
d ar así d u rante m u cho tiem p o.
Qu ien está a la vista d e tod os no p u ed e conser-
var su fu erza p or m u cho tiem p o.
Qu ien se alaba no obtend rá la fam a.
Qu ien vive com p ad eciénd ose d e sí m ism o se
vu elve cad a vez m ás d ébil y no p u ed e p erfeccionar-
se.
Qu ien es envid ioso no consegu irá el éxito.
Qu ien se enaltece no obtend rá la au torid ad .
Qu ien se entrega a los excesos en la com id a,
qu ien hace cosas sin sentid o, qu ien se irrita p or tod o
y siente rep u gnancia hacia tod o no hallará la p az.
Mirand o d esd e Tao, se ve qu e tod o esto es p ro-
vocad o por d eseos viciosos. Tod o esto es un com por-
tam iento absu rd o. A tales p ersonas tod os les d an la
esp ald a.
Pero aqu el qu e bu sca la Unión con Tao no hace
ningu na d e las cosas m encionad as.

25. ¡Oh, Lo Qu e nació antes qu e el cielo y la


tierra, Lo Qu e vive en la tranqu ilid ad , Lo Qu e no
tiene form a, Lo Más Sutil, Lo Unid o y Lo Único Exis-
tente, Lo Qu e resid e en tod as p artes, Ilim itad o, In-

16
vu lnerable, la Mad re d e tod o! A Ti Te llam an Tao. ¡Y
yo Te llam aré tam bién Lo Más Grand e y Eterno en
Su d esarrollo inę nito!
El hom bre, la tierra y el cielo, tod os, d ep end en
d e Tao. Pero Tao no d ep end e d e nad ie.

26. El trabajo d iligente perm itirá alcanzar u na


existencia fácil en el fu tu ro.
Pero tam bién sabem os qu e la tranqu ilid ad es lo
m ás im p ortante en el m ovim iento.
Por eso la p ersona sabia trabaja afanosam ente
tod o el d ía sin d ejar el trabajo d u ro. Con tod o, ha-
ciénd olo, p erm anece en estad o d e p erfecta tranqu i-
lid ad .
Ella inclu so p u ed e vivir en el lu jo y éste no la
corrom p e.
¿Por qu é, entonces, el d u eño d e d iez m il carros
d e caballos, siend o orgu lloso, d esp recia el m u nd o
entero? ¡El d esp recio corroe el alm a!
¡Y la au sencia d e tranqu ilid ad lleva a la p érd id a
d el Soporte!

27. Qu ien conoce el Cam ino encontrará la d i-


rección correcta au n sin u na send a bien m arcad a p or
las pisad as. Quien sabe hablar no se equ ivoca. Qu ien
sabe contar no com ete errores en la cu enta. El m ejor
tesoro no tiene cerrad u ra, p ero nad ie p u ed e abrirlo.
Los m ejores lazos son aqu ellos qu e no se m antienen
con nad a m aterial, p ero es im p osible rom p erlos.
La p ersona sabia es cap az d e salvar a los seres
hu m anos y los salva constantem ente. Ella sabe ayu -

17
d ar y no los d eja sin apoyo en la d esgracia. ¡Así actú a
la sabid u ría p rofu nd a!
Ella tam bién aconseja a las p ersonas d e m al y
ellas, con su ayu d a, p u ed en encontrar el Soporte.
Sin embargo, si las personas d e mal no valoran
su ayud a ni aman al Soporte, la persona sabia las d eja,
pues no aprecia la comunicación con tales personas.
¡Esto es m u y im p ortante y p rofu nd o!

28. ¡Valiente, m antén tu mod estia! Y el pu eblo


te segu irá.
Si has llegad o a ser u n líd er p ara las p ersonas,
p erm ite qu e el Gran Te d irħa tu s actos. ¡Y sé p u ro,
cariñoso y su til en el alm a, com o u n niño d e p echo!
¡Estand o en el bien, no te olvid es d e la existen-
cia d el m al! Y sé u n ejem p lo d e bien p ara tod os.
Qu ien ha llegad o a ser u n ejem p lo d e tod o lo
m encionad o p ara los d em ás ya no d ię ere p or la cali-
d ad d el alm a d el Gran Te. Y d esp u és se d irige hacia
la Unión con el Tao Eterno.
Tal p ersona, sabiend o su s logros y m éritos, se
m antiene en el anonim ato, p ero con eso se convierte
en u n sabio jefe natu ral.
Es necesario contribu ir a qu e exactam ente tal
p ersona sabia sea u n jefe d e la gente. Y entonces ha-
brá ord en p erm anente en el p aís.

29. Algunos ansían gobernar el m u nd o entero


y se esfuerzan por lograrlo. ¡Pero yo no veo para esto
ninguna posibilid ad ! ¡Pues, el mund o es un recipien-
te d e Tao m aravilloso e invu lnerable! ¡Y a Tao no es
p osible gobernarlo!

18
¡Qu ien, a p esar d e tod o, intentará hacerlo, con
segu rid ad fracasará!
Cad a u no tiene d os op ciones: op onerse al Ěu jo
arm onioso d e la existencia o segu irlo. Los p rim eros
lu charán, p erd erán su s fu erzas y lu ego llorarán y se
d ebilitarán; los segu nd os Ěorecerán en la arm onía,
resp irarán a tod o p u lm ón y se fortalecerán.
La p ersona sabia no am biciona el p od er y evita
la op u lencia, el lu jo y la p rod igalid ad .

30. El líd er d e u n p aís, qu ien es ę el a Tao, no


enviará su ejército a otro p aís. Esto le traería la d es-
gracia p rincip alm ente a él m ism o.20
Y allí p or d ond e u n ejército ha p asad o im p era
la d evastación. Y d esp u és d e las gu erras, llegan los
años d e ham bre.
Un cau d illo sabio nu nca es belicoso. Un gu e-
rrero sabio nunca se enfurece. Quien sabe vencer al
enemigo no ataca. Quien ha vencid o se d etiene. Esta
persona no se permite ejercer violencia sobre el ene-
migo d errotad o. Después d e obtener la victoria, no
se enaltece. Vence y no se siente orgu llosa d e esto.
A tal persona no le gusta hacer la guerra. Vence sólo
porque le fuerzan a pelear. Y a pesar d e que vence,
no es belicosa.
Si el hom bre em p ieza a enferm arse y a m archi-
tarse en la Ěor d e su vid a, es p orqu e no ha vivid o en
arm onía con Tao. La vid a d e tal p ersona en la Tierra
se acaba antes d e tiem p o.

20
Au nqu e sea d ebid o a la «ley d el karm a».

19
31. Las arm as son instru m entos d e aĚicción.
Éstas m erecen ser d esechad as.
Por eso qu ien sigu e a Tao no las u sa.
Un gobernad or d igno es cond escend iente. Sólo
p ara la d efensa, tal gobernad or ap lica la fu erza. Él o
ella em p lea tod os los m ed ios p ara m antener la p az.
Glorię carse con una victoria m ilitar signię ca re-
gocħarse con la m atanza d e las p ersonas. ¿Y acaso
p u ed e ser resp etad o aqu el qu e se alegra d e la m a-
tanza?
Y el resp eto conlleva el bienestar. El bienestar
contribu ye al p roceso creativo.
En cam bio, la violencia conlleva la aĚicción.
Si asesinan a m u chas p ersonas, hay qu e d olerse
am argam ente. La victoria m ilitar d ebe ser «celebra-
d a» con u na cerem onia fú nebre.

32. Tao es eterno y no tiene ap ariencia hu m a-


na.
Aunqu e Tao es un Ser tierno, nad ie en el m und o
p u ed e som eterlo.
Si la nobleza y los gobernantes d el p aís viviesen
en arm onía con Tao, las d em ás personas se volverían
tranquilas por sí mismas. ¡Entonces el cielo y la tierra
se u nirían en arm onía; llegarían la p rosp erid ad y el
bienestar; el p u eblo se calm aría au n sin órd enes!
Para establecer el ord en en el país, se crean las
leyes. Pero éstas no d eben ser d emasiad o rigurosas.
Tao es p arecid o a u n océano. El océano se en-
cu entra en la p osición m ás baja qu e tod os los ríos;
p or lo tanto, tod os los ríos Ěu yen hacia éste.

20
33. Aqu el qu e conoce a las p ersonas es razo-
nable. Aqu el qu e se conoce a sí m ism o es ilu m ina-
d o.21 Aqu el qu e p u ed e conqu istar a los enem igos es
fu erte. Aqu el qu e se ha conqu istad o a sí m ism o 22 es
p od eroso.
Aqu el qu e tiene abu nd ancia m aterial vive aco-
m od ad am ente. Aqu el qu e actú a con gran p erseve-
rancia p osee la volu ntad . Pero aqu el qu e consiente
su s cap richos es d ébil y tonto.
Aqu el qu e ha alcanzad o la Unión con Tao y no
la p ierd e ha alcanzad o la Existencia Su p erior. Y d es-
p u és d e la m u erte d e Su cu erp o, esta Persona con-
tinú a viviend o en Tao volviénd ose verd ad eram ente
Inm ortal.

34. El Tao Eterno p enetra tod o. Está p resente


a la izqu ierd a y a la d erecha. Y gracias a Tao, tod as
las alm as ap arecen, sigu en viviend o y sigu en d esa-
rrollánd ose.
Au nqu e Tao es tan grand ioso y realiza actos tan
grand es, no d esea la gloria p ara Sí.
Tao ed u ca con am or a tod os los seres, no ejerce
violencia sobre ellos y no insiste en qu e las p ersonas
cu m p lan Su s d eseos.
Tao es Grand e, au nqu e no insiste en esto.
Las personas razonables anhelan alcanzar a Tao,
al Grand e.

21
Se trata d el conocim iento com p leto d el p rop io organism o
m u ltid im ensional.
22
A su s p rop ios vicios (o d efectos d el alm a) y a su base, qu e es
el yo inferior con su egocentrism o.

21
35. Tod os Los Perfectos conĚu yen en el Gran
Tao.
¡Sigu e este Cam ino tam bién! H aciénd olo, no te
harás ningú n d año; p or el contrario, obtend rás la
tranqu ilid ad , la arm onía y la p lenitu d d e la vid a.
Personalm ente yo, perm aneciend o en estad o d e
no acción, viajo en la Inę nitud d e Tao. ¡Esto no es po-
sible transm itirlo con p alabras! ¡Tao es Su tilísim o y
Extático!

36. La p asión terrenal d ebilita. La resolu ción


inqu ebrantable llena d e p od er.
La p asión terrenal m u tila. La resolu ción inqu e-
brantable eleva y fortalece la conciencia.
La p asión terrenal esclaviza a su p oseed or. La
resolu ción inqu ebrantable hace al hom bre libre.
Lo d esap asionad o, su ave y Ěexible conqu ista lo
ap asionad o, d u ro y grosero.

37. Tao no actú a d irectam ente en el m u nd o


d e la m ateria.23 Y, sin em bargo, la Creación entera es
u na obra d e Su arte.
¡Tú también actúa d e la m ism a m anera, y enton-
ces tod o lo viviente a tu alred ed or se d esarrollará d e
form a natu ral!
¡Cu and o vives con sencillez y en arm onía con
Tao, sin p restar atención a los chism es ni a la ene-
m istad , llegas a lo qu e se llam a no tener apegos ni
pasiones!

23
Es Te Qu e actú a en el m u nd o d e la m ateria.

22
La au sencia d e los d eseos m u nd anos d a la tran-
qu ilid ad interior, y entonces el ord en se establece
alred ed or.

38. Aquel Que representa al Gran Te no se obli-


ga a hacer bu enos actos, p u es esta Persona, natu ral-
m ente, rep resenta la Bond ad m ism a.
Pero aqu el qu e está lejos d e Te p u ed e tratar d e
obligarse a hacer bu enos actos, p u esto qu e su esen-
cia no es la bond ad .
Aqu el Qu e rep resenta al Gran Te no bu sca rea-
lizar activid ad es intensas en el m u nd o d e la m ateria,
ya qu e actú a en la no acción.
En cam bio, aqu el qu e está lejos d e Te vive en la
agitación y actú a bajo la inĚu encia d e su s p rop ias
p asiones. En el asp ecto religioso d e la vid a, su acti-
vid ad se red u ce sólo a los ritu ales, p ero el conę ar en
la «m agia» d e los ritu ales ind ica la d egrad ación d e
la religión. Y tal p ersona encim a obliga a los d em ás
a actu ar a su m anera.
Esto p asa sólo con aqu ellos qu e no tienen a Tao
en su s vid as. N o hay qu e conę ar en estas p ersonas.
Ellas ya han traicionad o a Tao y están d isp u estas a
traicionar a cu alqu iera.
La p ersona sabia qu e ha conocid o a Tao es ca-
p az d e reconocer a la gente p or estos ind icios y elige
com u nicarse sólo con las p ersonas d e bien.

39. Existen Aqu ellos Qu e están en Unión con


Tao d esd e tiem p os antigu os. Gracias a Ellos, el cielo
está p u ro y la tierra es sólid a, la natu raleza es tierna
y los ríos son caud alosos, los valles Ěorecen, los seres

23
se m u ltip lican, los héroes d el Cam ino esp iritu al son
los m od elos d ignos d e im itar. ¡Esto es lo qu e asegu -
ran Aqu ellos Qu e alcanzaron la Unid ad !
Si no hu biera existid o Su ayu d a, el cielo no ha-
bría sid o p u ro; la tierra se habría agrietad o p or la
sequ ía; la natu raleza habría d ejad o d e d ar su belle-
za; los valles habrían d ejad o d e Ěorecer y se hu bie-
sen convertid o en d esiertos; los seres vivos habrían
d ejad o d e m u ltip licarse y hu biesen d esap arecid o y
los héroes d el Cam ino esp iritu al habrían d ejad o d e
servir com o m od elos d e bond ad y hu biesen sid o ri-
d icu lizad os y exp u lsad os…
El p u eblo es u n sostén d e los gobernantes. Por
lo tanto, aquellos gobernantes terrenales que se enal-
tecen no tienen u na posición ę rm e. Esto p asa porque
ellos no consid eran al p u eblo com o su sostén. Este
es su error.
Si d esarm as el carro d e caballos sobre el qu e te
sientas, ¿qu é te qu ed a?
¡N o te consid eres com o u n jasp e p recioso! ¡Sé
sencillo com o u na p ied ra com ú n!

40. La interacción entre los op u estos es el ám -


bito d e la activid ad d e Tao.
La Suprema Sutileza es u na d e Su s cu alid ad es
m ás im p ortantes. A ésta se op onen las cu alid ad es
groseras d e las p ersonas d e m al.
Tod o el d esarrollo d e los seres encarnad os p asa
en la interacción entre d ichos op u estos.
Pero el m ism o m und o d e la m ateria p rovino d el
Origen Sutilísimo.

24
41. La persona sabia, al llegar a saber sobre Tao,
se esfu erza p or alcanzar la au torrealización en Tao.
Pero aqu el qu e no es sabio, al llegar a saber so-
bre Tao, por momentos Lo mantiene en su mente, por
m om entos Lo p ierd e.
Los tontos, en cam bio, al oír sobre Tao, Lo rid i-
culizan y llaman a Aquellos Que han conocid o a Tao
d ementes, extraviad os… La sabid uría les parece una
locu ra; la ju sticia su p rem a, u n vicio; la im p ecabili-
d ad , u na d ep ravación y la gran verd ad , u na m enti-
ra…
Sí, el gran cu ad rad o no tiene ángu los y no es
p osible oír el gran sonid o y no es p osible ver la gran
im agen.
¡Tao está ocu lto a su s m irad as y lleva a la Per-
fección sólo a los d ignos!

4 2. En cierto tiem p o, Uno salió d e Tao y llevó


Consigo a Otros Dos. Aqu ellos Dos llevaron a Otros
Tres. Y Tod os Ellos com enzaron a crear las d iversas
form as d e vid a en el p laneta.24
Tod as estas criatu ras se su bd ivid en en los pares
d e op u estos, yin y yang, y se llenan d e la energía chi.
Su d esarrollo p osterior p roviene d e su interacción.
Tod os tem en a la soledad y la p erciben com o su -
frim iento. Esto concierne a los gobernantes terrena-
les, inclu sive.
24
Se trata d e la salid a d e Tao d e varios Esp íritu s Santos (o Te),
Qu ienes lu ego crearon y su p ervisaron la evolu ción d e las alm as
en nu estro recién acond icionad o p laneta (p u ed en encontrar m ás
d etalles en el libro ya m encionad o Obras clásicas de la ęlosofía espi-
ritual y la actualidad).

25
Ellos se p reocu p an sólo d e sí m ism os negánd o-
se a ayu d ar a los d em ás.
N o obstante, la d ecisión correcta consiste exac-
tam ente en ocu p arse d e los d em ás, olvid ánd ose d e
u no m ism o.
El ad ep to esp iritu al sabio qu e ha d ed icad o su
vid a al bien d e tod os no será conqu istad o p or la
m u erte. Y estas p alabras yo las p reę ero a tod os los
otros p recep tos d e tod os los sabios.
Qu ienes han alcanzad o a Tao se u nen d entro d e
Éste en Uno Solo.

43. En el m u nd o ocu rre qu e los m ás d ébiles


vencen a los m ás fu ertes. Esto su ced e p orqu e Te p e-
netra tod o y lo controla tod o y a tod os.
Por eso yo veo el beneę cio d e la no acción.
¡N o hay nad a en el m u nd o qu e p u ed a com p a-
rarse con la enseñanza sobre el silencio interior y el
beneę cio d e la no acción!

44. ¿Qu é es m ás necesario la vid a o la fam a?


¿Qu é es m ás valioso la vid a o la riqu eza? ¿Qu é es
m ás fácil d e sop ortar u na ganancia o u na p érd id a?
Mu cho acu m u las, m u cho p erd erás.
Conoce la m ed id a y evitarás los fracasos. Cono-
ce los lím ites y no habrá riesgo. ¡Así p asarás la vid a
en tranqu ilid ad , sin angu stia!
Qu ien con oce la m ed id a n o ten d rá fracasos.
Qu ien sabe d etenerse a tiem p o evitará la aĚicción.
Y gracias a esto, p od rá conocer al Tao Eterno y Pri-
m ord ial.

26
45. La gente p u ed e confu nd ir La Más Grand e
Perfección con u na locu ra; el gran volu m en, con el
vacío; u na gran cu rva, con u na recta; u n gran d onai-
re, con u na torp eza; u n gran orad or, con aqu el qu e
no sabe hablar.
El m ovim iento intenso su p era el frío; la inm o-
vilid ad su p era el calor.
Sólo la tranquilid ad y la armonía asegurarán la
comprensión correcta de todo lo que ocurre en el mun-
do.

46. Si el país vive según las leyes d e Tao, los


caballos están ocupad os en el cultivo d e los campos.
En cam bio, si en el p aís se ha renu nciad o a Tao,
los caballos d e gu erra galop an en éstos.
¡N o hay m ayor aĚicción qu e las p asiones terre-
nales d esenfrenad as! ¡N ad a arru ina m ás qu e el d e-
seo d e m u ltip licar tesoros terrenales!
¡Qu ien sabe satisfacerse con lo qu e tiene, siem -
p re será feliz!

47. Sin salir d e su p atio, la p ersona sabia llega


a conocer el m u nd o. Sin asom arse a la ventana, ve al
Tao Primord ial. Ella no viaja lejos para conocer más.
Y aunque no viaja, lo sabe todo; y aunque no mira,
p u ed e calię carlo tod o; y au nqu e, en ap ariencia, está
inactiva, lo alcanza tod o.
Ella, en su corazón, en cu en tra tod o lo n ecesa-
rio. 25

25
Claro está qu e en este caso no se trata d el corazón físico, sino
d el corazón esp iritu al qu e se d esarrolla a través d e los m étod os

27
Es p or eso qu e la p ersona sabia p u ed e ver lo in-
visible p ara u n ojo norm al y conoce las cosas qu e no
p u ed en ser alcanzad as ni cam inand o ni m ontand o.

48. Qu ien está ap rend iend o, cad a d ía au m en-


ta su s conocim ientos. Qu ien sirve a Tao, cad a d ía
d im inu ye su s d eseos terrenales. Dim inu yend o cons-
tantem ente estos d eseos, u no llega a la no acción.
¡Sólo en la no acción es p osible ap rend er tod os
los m isterios d el u niverso! Sin la no acción, es im p o-
sible lograrlo.

49. La p ersona sabia no tiene m otivos egoís-


tas. Ella vive d e acu erd o con los intereses d e los d e-
m ás.
A los bu enos, yo les hago el bien; a los m alos, yo
tam bién les d eseo el bien. Esta es la bond ad d e Te.
Con los honestos, soy honesto, p ero con los d es-
honestos, tam bién soy honesto. Esta es la honestid ad
d e Te.
La p erson a sabia vive tran qu ilam ente en su
p aís. Pero allí tam bién viven otras p ersonas: bu enas
y m alas, honestas y d eshonestas, razonables y ton-
tas, egoístas y altru istas, las qu e escu chan a Tao y las
qu e Lo niegan.
La p ersona sabia consid era al p u eblo com o a
su s hħos.

d el bu d d hi yoga hasta u n gran tam año. Es d entro d e este corazón


d ond e conocem os a Tao. Y d esd e este corazón obtenem os acceso
a cu alqu ier ser.

28
5 0 . La gente nace y m u ere en la Tierra. De
cad a d iez, ap roxim ad am ente tres continú an lu ego
la existencia p arad isíaca; tres van p or el cam ino d e
la m u erte al inę erno y tres son aqu ellos qu e no han
p rogresad o en el d esarrollo d el alm a d ebid o a su
ap asionam iento p or los asu ntos terrenales.
Aqu ellos Qu e han ap rend id o la verdadera vida,
cam inand o p or la tierra, no tienen m ied o d e rinoce-
rontes ni d e tigres y, entrand o en u na batalla, no tie-
nen m ied o d e los sold ad os arm ad os. El rinoceronte
no tiene d ond e clavar su cu erno en estas Personas;
el tigre no tiene d ond e p oner su s garras sobre Ellas
y los sold ad os arm ad os no tienen d ond e golp earlas
con su s esp ad as. ¿Por qu é es así? Porqu e p ara tales
Personas, la m u erte no existe.26

51. Tao crea a los seres. Te los cu id a, los ed u ca,


los ayu d a a p erfeccionarse y a m ad u rar, los ap oya.
Estos seres, p oco a p oco, crecen com o alm as, se
d esarrollan y alcanzan la Perfección.
Por lo tanto, no existe ningu na p ersona qu e no
d ebiera venerar a Tao y a Te.
Tao y Te no obligan a nad ie, sino qu e les d an a
tod os los seres la p osibilid ad d e d esarrollarse natu -
ralm ente segú n el libre albed río d e cad a u no.

26
Aqu ellos Qu e, con la ayu d a d e los m étod os d el bu d d hi yoga,
se han transform ad o en corazones esp iritu ales grand es y, ad em ás,
se han unid o con Tao se experim entan m uy cóm od amente sin cuer-
p o. Y estas Personas —com o Conciencias grand es— no p u ed en ser
herid as ni p or los anim ales ni p or las arm as hu m anas. Ellas son
Inm ortales.

29
¡Crear sin ap rop iarse d e lo cread o! ¡H acer sin
alabarse! ¡Siend o el m ayor entre otros, no ord enar!
¡Estos son los p rincip ios d e la vid a d el Gran Te!

52. Tod o en el m u nd o d e la m ateria tiene su


Origen, Qu e es la Mad re d el m u nd o m aterial.
Cu and o la Mad re sea conocid a, entonces será
m ás fácil conocer a Su s H ħos 27.
Cu and o los H ħos sean conocid os, no hay qu e
olvid arse d e la Mad re. En este caso, vivirás hasta el
ę nal d e tu vid a sin ad versid ad es.
Si u no d esecha su s d eseos p ersonales y se libera
d e las p asiones terrenales, p od rá vivir sin cansarse.
Por el contrario, si u no d a riend a su elta a su s
p asiones y está ocu p ad o con asu ntos m u nd anos, no
encontrará la salvación d e las ad versid ad es.
Ver a lo Sutilísimo es la verd ad era claridad de vi-
sión.
El p od erío au téntico d ep end e d e la conserva-
ción d e la sutileza d e la conciencia.
¡Contem p la la Lu z d e Tao! ¡Estu d ia Su s Profun-
didades! ¡Es el Tesoro Más Grand e! ¡N o Lo p ierd as y
evitarás tod as las d esgracias!

5 3 . Qu ien tiene el conocim iento verd ad ero


m archa p or el Cam ino Recto.
Lo ú nico d e lo cu al tengo m ied o es d e involu -
crarm e en la vanid ad .
El Cam ino Recto es absolu tam ente recto. Pero
las p ersonas p reę eren las send as tortu osas.

27
Te.

30
Si los gobernantes terrenales concentran tod a
su atención en el lu jo d e su s p alacios, los cam p os se
cubren con hierba mala y los graneros qued an vacíos.
Estos gobernantes se visten con trajes lu josos, lle-
van las espad as aę lad as, no se satisfacen con com id a
sencilla y acu m u lan riqu ezas d esm ed id as. Esto es
igu al a u n robo y es u na violación d e los p rincip ios
d e Tao.

54. En el p roceso d e conocerte, tam bién cono-


cerás a los d em ás. Ayu d and o a los d em ás, conocerás
tod o.
N o es p osible volcar a aqu el qu e sabe estar ę r-
m em ente d e p ie. N o es p osible d erribar a aqu el qu e
sabe ap oyarse. ¡Sí, d e tal p ersona se acord arán su s
d escend ientes!
¡Pero cu and o logres la m ism a estabilid ad en
Tao, resp land ecerás p ara otras p ersonas con la Lu z
d e Tao, com o lo hace el sol naciente!
¡Y p reocú p ate p or ayu d ar en esto a tu fam ilia, a
otras p ersonas qu e viven en tu p aís y d esp u és a las
qu e viven p or tod as p artes! A través d e esto, obten-
d rás u n p od er insu p erable e ilim itad o d e concien-
cia.
¿Cóm o yo he conocid o tod o esto? Exactam ente
así.

55. Aqu ellos qu e viven en Unión con el Gran


Te son p u ros com o u n recién nacid o. Los insectos
venenosos no Los p ican; las serp ientes no Los m u er-
d en; los anim ales salvajes y aves d e rap iña no Los

31
atacan. Son su tiles 28 y están u nid os ę rm em ente con
Tao.
Ellos no evalú an a las p ersonas p or el sexo u
otras cu alid ad es exteriores, sino qu e m iran su esen-
cia: el alm a.
Ellos tam bién perciben a los d em ás com o p artes
integrantes d el Uno29, en la Unidad.
Y tienen la facu ltad d e estim u lar el crecim iento
esp iritu al en las p ersonas.
Ellos p u ed en p red icar tod o el d ía y au n así Su s
voces p erm anecen fu ertes. ¡Pu es, están en constante
Unión con Tao!
¡Su s vid as transcu rren en la felicid ad !
En cam bio, las p ersonas ord inarias, ap enas lle-
gan a la p lenitu d d e su s fu erzas, inm ed iatam ente
em p iezan a m architarse en la vejez. Esto su ced e por-
qu e ellas no han alcanzad o la Unión con Tao.

56. ¡N o hay m anera d e transm itir la verd ad


sólo a través d e las p alabras! ¡Qu ien esp era hacerlo
no entiend e com p letam ente d e qu é se trata aqu í!30
Aqu el Qu e d esecha su s d eseos p ersonales, Qu e
se libera d e las p asiones terrenales, Qu e red u ce su s
necesid ad es, Qu e alcanza u na com p rensión clara,
Qu e no bu sca la fam a y p erm anece en u n estad o in-
alterable y su til d e la conciencia, representa Consigo
Mism o al Profu nd ísim o Tao Prim ord ial.

28
Com o alm as o conciencias.
29
D el Absolu to. (Pu ed en encontrar m ás d etalles en el libro
Ecopsicología, d el Dr. Vlad im ir Antonov).
30
Uno p u ed e entend er la verd ad totalm ente sólo realizand o en
la p ráctica tod o lo qu e se d ice aqu í.

32
Es im p osible tentarlo, ofend erlo, forzarlo, p er-
su ad irlo a estar d e acu erd o con qu e Lo glorię qu en.
¡N ad ie p u ed e d añarlo!
¡Esta Persona resp land ece com o el sol! ¡Es com o
u na fu ente d e la cu al cad a qu ien p u ed a beber!
¡Es u na Joya Su blim e entre las p ersonas!

57. De Tao em anan la tranqu ilid ad , la arm o-


nía y la ju sticia.
Pero entre las p ersonas están la astu cia, la avi-
d ez, el engaño y la violencia…
Es p osible entrar en Tao sólo a través d e la no
acción.
Cu and o las p ersonas bu scan acu m u lar m u chas
cosas innecesarias, se em p obrecen esp iritu alm ente.
Cu and o se p rod u cen d em asiad as arm as, inevi-
tablem ente, se increm enta la d elincu encia y su rgen
los m otines.
Cuand o los artesanos d iestros concentran tod os
su s esfu erzos en la creación d e los objetos m ateriales
d e valor, los fenóm enos m ilagrosos d ejan d e ocu rrir
en el p aís.
Cu and o las leyes y las rep resiones se vu elven
d em asiad o severas, la op osición y el nú m ero d e p er-
sonas d escontentas crecen.
Por eso la p ersona sabia se ap arta d e la vanid ad
y d eja qu e tod os los acontecim ientos ocu rran sin su
p articip ación d irecta.
H ay qu e em p ezar los cam bios en u no m ism o.
Yo procuro alcanzar el silencio y la tranquilid ad inte-
riores y los d em ás, observánd om e, se calm arán. N o
bu sco p oseer m u chas cosas m ateriales y las p erso-

33
nas a m i alred ed or em piezan a satisfacerse con poco.
Vivo sin ap egos terrenales ni p asiones y la gente a
m i alred ed or llega a la sencillez y natu ralid ad d e la
vid a.

58. Cu and o los gobernantes terrenales rigen


en tranqu ilid ad y arm onía, las personas tam bién son
tranqu ilas y p acíę cas. Y ellas no bu scan nad a m ás
allá d e este bienestar.
Por el contrario, cu and o los gobernantes terre-
nales actú an con excitación y agresivid ad , las p erso-
nas em p iezan a su frir. Entonces en lu gar d el bienes-
tar, sobrevienen las d esgracias y calam id ad es. Y la
gente se p one a p ensar, a bu scar la salid a, y algu nos
la encu entran llegand o a la no acción y su m ergién-
d ose en la Lu z d el Tao Inę nito. A ę n d e cu entas, la
su erte y la felicid ad nacen d e la aĚicción.
Com o vem os, la felicid ad y la infelicid ad se en-
gend ran u na a la otra.
La p ersona sabia, en cam bio, es siem p re tran-
qu ila, su ave, cariñosa y ju sta. Ella no qu iere tom ar
nad a d e otros. Es d esinteresad a y no le hace d año a
nad ie con nad a. Es veraz y vive en arm onía con Tao,
con la natu raleza y con tod os los d em ás.
Es lu m inosa, m as no brilla.

59. Para servir eę cazm ente a Tao, ayu d and o


a otras p ersonas esp iritu alm ente, es necesario saber
acu m u lar el p od er d e la conciencia. Y esto requ iere
abstenerse d e tod o lo qu e cau se la p érd id a inju stię -
cad a d e este p od er.

34
Tal abstinencia, en las etap as m ás altas d el Ca-
m ino, p rod u ce el au m ento d el p rop io Poder de Te31,
qu e p u ed e llegar a ser inagotable y garantizar el co-
nocim iento com p leto d e Tao.
Y Tao es el Fundamento Primordial, Eterno e Inę -
nito de cada persona y del mundo material entero. La
vía que nos une con este Fund am ento se llama raíz.

60. La activid ad d e Tao y Te con resp ecto a las


nu m erosas alm as ind ivid u ales d e d iferentes ed ad es
pu ed e ser com parad a con la preparación d e un plato
d e m u chos ingred ientes en u n cald ero enorm e.
Para la m ayoría d e las p ersonas, Tao y Te u san
los esp íritu s, inclu so, d e bajos niveles d e d esarrollo,
con el ę n d e qu e se cu m p lan los d estinos qu e estas
p ersonas han m erecid o.
Sin em bargo, si u no se acerca, p or la calid ad d el
alm a, a Tao, sale d e la esfera d e la inĚu encia d e tales
esp íritu s.

61. El Gran Reino d e Tao está com o d etrás


32

d e la d esem bocad u ra d e u n río, com o d etrás d e su


cu enca baja.
El Océano se encu entra m ás bajo qu e tod os los
ríos; p or lo tanto, tod os los ríos Ěu yen hacia Éste.
El Océano p erm anece en tranqu ilid ad y está es-
perando pacientemente a aquellos que se Le acerquen
y entren en Éste.
31
O, en otros térm inos, d el com p onente Brahm ánico d e u na
conciencia ind ivid u al, d esarrollad a a través d e los m étod os d el
bu d d hi yoga.
32
O, en otros térm inos, la Morad a d el Cread or.

35
El Océano es el Gran Reino. Y en la Tierra, existen
los reinos p equ eños, com p u estos d e p ersonas.
El Gran Reino se p reocu p a p or alim entar Consi-
go Mism o a tod os los qu e entran en Éste.
Y qu e en los reinos p equ eños, su s gobernan-
tes tam bién se p reocu p en d e qu e tod as las p ersonas
sean bien alim entad as.
Y entonces tod os recibirán lo que ellos quieren,
tanto en el Gran Reino como en los reinos pequeños.
Y record em os que lo Grand e siem pre d ebe estar
m ás bajo qu e tod os.

62. Tao es el p rofu nd o Fu nd am ento d e tod o.


Es el Tesoro d e aqu ellos qu e Lo buscan. N o obstante,
Tao tam bién reconoce la existencia d e las p ersonas
d e m al.
Sin d u d a, hay qu e p red icar la p u reza y la con-
d u cta bond ad osa a tod as las p ersonas. Pero ¿acaso
no necesita la socied ad d e las p ersonas d e m al?
¿Acaso no ayu d an ellas a conocer el carácter
efím ero d e los bienes y tesoros terrenales, así com o
el carácter ilu sorio d e la esp eranza d e p erm anecer
siem p re en la Tierra en el cu erp o actu al?
¿Acaso, en la interacción con ellas, no hacen las
p ersonas d e bien esfu erzos p or transform arse en su
Cam ino hacia Tao con el ę n d e ap artarse tan lejos
d el m al com o les sea p osible? Pu es, p ara ser inal-
canzable p or el m al, es necesario realizar acciones
concretas p ara el d esarrollo d e u no m ism o com o
conciencia.33
33
Tales ejem p los están en el libro Cómo conocer a Dios. Libro 2.
Autobiografías de los estudiantes de Dios.

36
¡Y m u chos no se esforzarían p or llegar a ser m e-
jores si no hu biese existid o «ayu d a» d e p arte d e las
p ersonas d e m al!
Los gobernantes terrenales, qu ienes p oseen el
p od er absolu to, y su s allegad os valoran su s alhajas
y carru ajes lu josos. ¡N o obstante, en realid ad , no son
m ejores qu e aqu ellos qu e, en la soled ad y tranqu ili-
d ad , sigu en el Camino Más Profundo hacia Tao! ¿N o
sería m ejor p ara estos gobernantes tam bién com en-
zar a llevar u na vid a tranqu ila y d ed icarla al cono-
cim iento d e Tao?
Se aę rm a qu e en la antigü ed ad las p ersonas no
bu scaban riqu ezas terrenales y los d elincu entes no
eran ejecu tad os. En aqu ellos tiem p os, tod os venera-
ban a Tao.

63. ¡Libérate d e la agitación d e la m ente y d e


los actos innecesarios! ¡Mantén la tranqu ilid ad y
conténtate con com id a sencilla!
Así com ienza el Cam ino hacia el conocim iento
d el Gran Tao, Qu e es Uno Solo, com p u esto d e m u -
chas Alm as Grand es.
Tam bién existen m u chas alm as p equ eñas, en-
carnad as en los cu erp os.
La persona sabia que ha conocid o esto compren-
d e qu e es necesario resp ond er al od io con el bien.
Empieza el trabajo d ifícil con la parte fácil. Pu es,
tod a gran obra consta d e elem entos p equ eños. Así,
grad u alm ente, se ę nalizan grand es obras.
Si algu ien, sin em bargo, p rom ete llevar a cabo
u na gran obra «d e u n solo golp e», su s p alabras no
son d ignas d e conę anza.

37
¡Con tod o, la persona sabia no comienza d e nin-
guna m anera «grand es em p resas» en el m u nd o m a-
terial! Por lo tanto, lleva a cabo grand es obras en el
m u nd o esp iritu al. Y no le es d ifícil.

64. Es fácil ayudar a esta persona que ya apren-


d ió a estar en la arm onía.
Es fácil m ostrar la send a al bu scad or qu e no la
ha encontrad o tod avía. Sin em bargo, siem p re es ne-
cesario record ar qu e el d ébil p u ed e caer fácilm ente
d e la send a. Y aquel que es tod avía u n alm a pequ eña
hu irá d e las d ię cu ltad es.
Es m ás fácil em p ezar a constru ir allí d ond e no
tend rás qu e d estru ir p rim ero viejas ru inas. Es m ejor
introd u cir el gran conocim iento allí d ond e no trop e-
zarás con p ersonas m alas y necias.
Y entonces u n gran árbol crece d e u n arbolito;
u na torre d e nu eve p isos em p ieza a constru irse con
u n p u ñad o d e tierra; u n viaje d e m il li34 com ienza
con u n p aso.
En el m und o d e la m ateria, los em presarios se
arruinan y los d ueños d e las propiedad es las pierd en.
Por eso la persona sabia no actú a así y no su fre fraca-
sos. Ella no tiene nad a y, por lo tanto, nad a pierd e.
La p ersona sabia no vive en las p asiones terre-
nales, no p retend e ganar nad a m aterial qu e exħa
m u cho esfu erzo. Ella vive en la sencillez natu ral y
se contenta con lo qu e rechazan las p ersonas m u n-
d anas.
Ella m archa p or el Cam ino hacia Tao.
34
Unid ad china d e longitu d , actu alm ente igu al a 500 m etros
(nota d el trad u ctor).

38
65. Qu ien ha conocid o a Tao no se exhibe ante
las p ersonas ignorantes ni tam p oco qu iere «d irigir
a las m u ltitu d es». Por lo tanto, p u ed e segu ir p erfec-
cionánd ose y ayu d and o a los d ignos.
El secreto conocim iento su p erior acerca d e los
m étod os d el d esarrollo d e la conciencia p u ed e ser
p ernicioso p ara las p ersonas qu e no están p rep ara-
d as p ara recibirlo.
Conociend o esto y actu and o d e acu erd o con es-
tos principios, la persona sabia llega a ser un ejem plo
p ara im itar.
Así tam bién actú a el Gran Te.
Con el ę n d e com p rend er lo d icho, es necesario
d arse cu enta d e qu e el Gran Te es Lo Op u esto a las
p ersonas d e vicio. En relación a estas p ersonas, el
Gran Te está en la lejanía inalcanzable.
¡Esto es Lo Qu e el Gran Te es! ¡Posee el Pod er
Su p rem o y cu id a d e tod a la m u ltitu d innu m erable
d e seres vivos! ¡Une y sep ara a las p ersonas! ¡Diri-
ge tod o! ¡Es el Soberano Qu e m erece el m ás grand e
am or y ad m iración!
¡Ap rend iend o d el Gran Te, obtend rás el bien-
estar su p erior!

66. Los grand es ríos son tan p od erosos p or-


qu e Ěu yen hacia abajo, hacia los m ares, recogiend o
en sí el agu a qu e baja d e su s alred ed ores.
La p ersona sabia qu e d esea ayu d ar al p u eblo
tam bién d ebe p onerse en u na p osición m ás baja qu e
los d em ás. En este caso, a p esar d e ser su p erior al
pueblo, ella no será una carga para la gente y las per-

39
sonas no le harán d año. Las p ersonas le segu irán
alegrem ente y no le d arán la esp ald a.
La p ersona sabia no com p ite con nad ie; p or lo
tanto, es invencible.
Y ella m ism a, constantem ente, p rogresa m ás y
m ás, p ero las p ersonas no la envid ian.
La p ersona sabia no lu cha contra nad ie; p or lo
tanto, nad ie en el m u n d o entero p u ed e obligarla a
actu ar en contra d e su p rop ia volu ntad .

67. ¡Tao es Grand e y no tiene igu ales o sim i-


lares!
¡Se encuentra en tal profundidad y es tan sutil qu e
es im p osible asirlo u obligarlo a hacer algo!
Yo p oseo tres tesoros qu e estim o: el p rim ero es
el am or hacia los seres hu m anos, el segu nd o es la
econom ía y el tercero consiste en qu e no m e p erm ito
colocarm e d elante d e los d em ás. Yo am o a los seres
hu m anos, p or lo tanto, pu ed o ser valiente. Econom i-
zo, p or lo tanto, p u ed o ser generoso. N o m e p erm ito
colocarm e d elante d e los d em ás, p or lo tanto, p u ed o
ser u n jefe p ara la gente.
Aqu ellos qu e son valientes sin am or, aqu ellos
qu e son generosos sin economía y aquellos que qu ie-
ren estar ad elante y em p u jan hacia u n lad o a los d e-
m ás, tod os éstos, su fren fracasos.
Pero aqu ellos qu e, lu chand o, p erm anecen lle-
nos d e am or triu nfan. Y son inexp u gnables, p u esto
qu e Tao los d eę end e constantem ente.

68 . Un cau d illo sabio nu nca es belicoso. Un


gu errero sabio nu nca se enfu rece. Qu ien sabe vencer

40
no ataca prim ero. Qu ien sabe gu iar a las personas no
las hu m illa, sino qu e, p or el contrario, se coloca a sí
m ism o en u na p osición m ás baja.
Así son las leyes d e Te qu e renu ncian a la ira,
al p rop io enaltecim iento y a la violencia. Así actú an
Aqu ellos Qu e rep resentan a Te gu iand o a las p erso-
nas al Tao Prim ord ial y Eterno.

69. El arte m ilitar enseña: «N o d ebo em p ezar


p rim ero, tengo qu e esp erar. N o d ebo atacar avan-
zand o siqu iera u na p u lgad a, sino qu e, p or el contra-
rio, m e alejo u n p ie. Esto se llam a actu ar sin acción,
vencer sin violencia. En este caso, no habrá enem igo
y p u ed o evitar m algastar fu erza.
¡N o hay p eor d esgracia qu e od iar al enem igo!
¡Od iar al enemigo es el cam ino que lleva a la pérd id a
d e m i m ás p recioso Tao!
Así qu e, las batallas las ganan aqu ellos qu e las
evitaron.

70. Mis palabras son fáciles d e entend er y po-


ner en práctica. No obstante, muchas personas no pue-
den entend erlas y no p u ed en p onerlas en p ráctica.
Detrás d e m is p alabras, está el Origen d e tod o.
En vista d e qu e estas p ersonas no Lo conocen, ellas
no m e com p rend en.
Qu ien ha conocid o a Tao es silencioso y no lla-
m a la atención, au nqu e se p orta con d ignid ad . Esta
p ersona se viste con rop a sencilla, p ero lo p recioso 35
lo escond e ad entro.

35
La sabid u ría.

41
71. Qu ien p osee conocim iento, p ero sabe ca-
llar acerca d e esto, actú a bien.
En cam bio, qu ien no tiene conocim iento, p ero
ap arenta ser conoced or, está enferm o.
Qu ien es sabio se sana. La p ersona sabia no se
enferm a porqu e se libera d e las cau sas m ismas d e las
enfermed ad es. Ella permanece en Tao. ¿Cóm o pued e
enferm arse en tal caso?

72. Aqu el qu e vive con m ied o no pu ed e llegar


a ser fu erte. El p od er d e la conciencia p u ed e ser ob-
tenid o siem p re y cu and o u no viva sin m ied o.
¡Libérate tam bién d e la capacid ad d e d esp reciar
a los d em ás! ¡Qu ien d esprecia a los d em ás es d espre-
ciable ante Tao!
¡Libérate d e la violencia hacia los otros! Qu ien
recu rre a la violencia será som etid o a la violencia.
¡Renu ncia a la habilid ad d e engañar! Qu ien en-
gaña a los otros se engaña a sí m ism o.36
¡Vive en am or!
¡N o bu squ es exhibirte! La p ersona sabia qu e ha
conocid o su Esencia Su p erior no se entrega al narci-
sism o ni se enaltece.
Aqu el qu e se ha liberad o d el egocentrism o ad -
qu iere la p osibilid ad d e alcanzar a Tao.

73. Qu ien es valiente y belicoso m orirá; qu ien


es valiente, p ero no es belicoso, vivirá.

36
Porqu e tal p ersona actú a sin tener en cu enta a Dios y Su s
p rincip ios d e form ación d e los d estinos d e las p ersonas.

42
¿Qu ién sabe la razón d el od io hacia los belico-
sos? N i siqu iera la p ersona sabia p u ed e exp licarlo.
El Gran Tao p erm anece en tranqu ilid ad y no lu -
cha contra nad ie. El Gran Tao vence sin violencia.
Es silente, p ero contesta a las pregu ntas y acud e
a los qu e Lo llam an.
Tao —en tranqu ilid ad — controla tod o.
Y escoge p ara Sí a las p ersonas d ignas.

74. ¡A aqu el qu e no tem e a la m u erte, no tiene


sentid o am enazarle con la m u erte!
Con tod o, qu ien am enaza a los d em ás con la
m u erte, d eleitánd ose con esto, será d errotad o.
El asu nto d e la vid a y d e la m u erte es m anejad o
exclu sivam ente p or Tao. ¡A nad ie m ás le com p ete
hacerlo! Y aqu el qu e se atreva a tal cosa sólo se hará
d año.

75. Mirand o a la m ayoría d e las p ersonas, se


p u ed e p ensar qu e están constantem ente ham brien-
tas. Es qu e se p reocu p an tod o el tiem p o p or acu m u -
lar y m u ltip licar su s reservas. ¡Y no p u ed en d etener-
se en esto!
¡Y en los asu ntos, se p reocu p an sólo p or su p ro-
p ia ganancia, a cu alqu ier p recio!
Ellas no qu ieren com p rend er los p rincip ios d e
la vid a su gerid os p or Tao, p rincip ios d el am or, d e
cu id ar a los d em ás y d e la no acción.
Estas personas viven sin m irar hacia Tao, igno-
ránd olo y malgastand o su fuerza vital en las cosas sin
valor verd ad ero. Ellas tienen el «am or por la vid a»

43
d em asiad o fu erte y, p or lo tanto, m u eren m u y tem -
prano.
Por el contrario, aqu el qu e m enosp recia su vid a
terrenal a cau sa d el bien u niversal au m enta su valor
p ara Tao.

76. El cuerpo d el hombre al nacer es tierno y


Ěexible, pero se end urece d espués d e la muerte. To-
d as las plantas también son tiernas y Ěexibles al na-
cer, pero se secan y se vuelven frágiles d espués d e la
muerte.
Un gran árbol no resistirá a la torm enta o será
cortad o por hacha. Lo Ěexible y tierno tiene u na ven-
taja en este caso.
Qu ien es tierno y Ěexible m archa p or el cam ino
d e la vid a. Qu ien es grosero e inĚexible m archa p or
el cam ino d e la m u erte.

77. Qu e la Vid a d el Tao Primord ial sirva com o


ejem p lo p ara nosotros.
Qu ien ejerce la violencia sobre las p ersonas, las
hu m illa y las roba se op one a Tao.
Pero aqu el qu e nu nca actú a egoístam ente, qu e
regala lo qu e le sobra a los d em ás, qu e realiza accio-
nes heroicas no a cau sa d e la gloria, qu e vive en p az
sin p asiones terrenales, qu e se su m erge en la tran-
qu ilid ad tierna y su til d e Tao y ayu d a a las p ersonas
d ignas en este Camino, pued e ser d enominad o como
la p ersona qu e se asem eja cad a vez m ás a Tao.

44
78. El agu a es su ave y d ócil. Pero m ina y co-
rroe lo d u ro. En el vencim iento d e lo d u ro, ella no
tiene igu ales.
Lo su ave y lo tierno vencen a lo d u ro y lo gro-
sero. Pero sólo las p ersonas sabias entiend en d e qu é
se trata.

79. Desp u és d e u na gran p ertu rbación em o-


cional, qu ed an su s consecu encias. Por lo tanto, la
tranqu ilid ad p u ed e ser consid erad a com o u n bien.
Y es p or eso qu e la p ersona sabia p resta ju ra-
m ento d e no cond enar a nad ie.
Las personas buenas viven según esta regla. Las
p ersonas m alas, no.
El Tao Prim ord ial está siem p re d e lad o d e las
p ersonas bu enas.

80. Sobre la estru ctu ra d el Estad o, yo p ienso


lo sigu iente:
Es m ejor cu and o el p aís es p equ eño y la p obla-
ción es p oca.
Aun cuando haya muchas armas, no deben usar-
se. Tam p oco d eben u sarse los barcos y los carros d e
gu erra. Para los gu erreros es m ejor no batallar.
La vid a en el p aís d ebe ser tal qu e las p ersonas
no qu ieran d ejarlo.
Es bu eno si tod os tienen com id a sabrosa, rop a
bonita, casas cóm od as y u na vid a alegre.
Es bu eno m irar el p aís vecino con am or y escu -
char com o allí los gallos cantan y los p erros lad ran.

45
Es bu eno qu e las p ersonas, al llegar a la vejez
en este p aís, alcancen la Perfección y se vayan d e allí
p ara no volver m ás.

8 1. Las p alabras p recisas no son necesaria-


m ente elegantes. Las p alabras bonitas no siem p re
son d ignas d e conę anza.
El bond ad oso no es necesariam ente elocu ente.
El elocu ente p u ed e ser m alvad o.
Aqu el qu e sabe no d iscu te; aqu el qu e no sabe
d iscu te.
La p ersona sabia no es egoísta; ella actú a p or el
bien d e los d em ás.
El Gran Tao se p reocu p a por el bien d e tod os los
seres vivos. Tod o lo qu e Tao hace p ara ellos carece
d e violencia y no le cau sa d año a nad ie.
La p ersona sabia tam bién actú a sin violencia y
no le hace d año a nad ie con nad a.

46
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