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Peter Novick E NOBLE SUENO HVIDAD ¥ LA GISTORIL PROFESIONAL NORTEAMERIGANA romot 7 Tnstiesto Bors Instituto de Investigaciones Dr, José Maria Luie Mora Hira de Gortari Rabiela ‘Director General Hugo Vargas Comsile Coondinador ds Publicaciones Traduccién: Gertrudis Payas e Isabel Vericat, Pe [Juan Carlos Mena ‘Tielo original ‘That noble dream, The “objectivity question” ‘and the american historical profession © Cambridge University Press 1988 Primera edicign en expaiol, 1907 ©Derechos reservados conforme a la ley, 1997 Instsuto de Investigaciones De José Maria Lub Mora isin Valentin Gémex Farias 12, San Juan Mixeose Mestco, 08780, D.P ISN 9685914.85:% obra completa ISBN £686914.564 toro | Impreso en México Printed i Mexico {NDICE PREFACIO. 9 INTRODUCCION: COMO CLAVAR GELATINA | EN LA PARED uu PRIMERA PARTE LA ENTRONIZACION DE LA OBJETIVIDAD 1. El legado europeo: Ranke, Bacon, Flaube:t 33 2. El proyecto de profesionalizacién 64 5. Consenso y legitimacisn 80 4. Una insuegencia muy cortés 109 SEGUNDA PARTE LA OBJETIVIDAD ASEDIADA 5. Los historiadores en el frente nacional 139 6. Un cambio de cima 165 77 Bl profesionalismo en el atolladero 206 8. Divergencia y disiéencia 250 9. Bl inicio del combate 301 10 Z como enlas notas. La principales excepcionesson AHA paral Historical Associaton ad para a Aten Hard Revco 7 ia American Historical Sarl Vaby sted scat Mig Vtg rca! Review, y después de que cambiaron sus nombres, E Pass Organ oh Aniercnn ose yo Soarol Anco fston. He hecho las citas de archivo todo lo precisas que he podido, [pero en varios casos, las colecciones estaban tan desorganizadas (por lo tenos cua yo uli) gue no ge po dar feces exacts. En ver de sobrecargar las notas a pie de pagina con toda la informacion valido de una forma abreviada y he emumerado una lista de las coleccio- nes utilzadas er un apéndice al final- No-he-repe = rig al er pore tod ns sues en fas extaban en Ls originales Hay un aspecto en cl que me he apatado dea préctca ace seni combn:en as cas deers he corvepdo foro ya pn vacién cuando elsignificadoestabaclaro, Eneste contexto,coromar esas citas con [sic] me parecié excesivo. 7 INTRODUCGION. (COMO C_AVAR GELATINA EN LA PARED TET netcentro mismo. Tegse lan tdeay elideal deta obje Sobre inqucse Tonsseaye el discatsa 5 del discurso deloshistoriadores protest + errumpida razda t de ver. His sido Ia Calidad ue la profesion ha premiado y ha Gogado Sebre-todas, tanto en los historiadores como en sus obras. areiage del xérmino clave para definir el progreso en los estudios histé- seat acerearse cada vez mis ala verdad objeiva sobre el pasado. ual gquiera que se interese por nales—lo que To que incuinbe a los historiadores profesio- { ven que hacen, o tienen el deber moraldehacer,cuando aaa storie haa bier eh emperar por tomar en cuenta “la cues: ‘iow de la objetividad’. Fa cste libro, explorolos avatares de aides dela objetividad entre los bistoriadores profesionales estadunidensesa’o largo del siglo pasado. Fl bso narra como ce elabor6, modified, cuestion6 y defendi6 tal idea, kas Jraneras en que ella foment (y algunas en que retard) los extadios his- Toricos profesionales; e6mo otros valores y programas dc los historiado~ tesaveees han complementado y otras contradicho ef objetivo de perse {quit a objetividad. Hago lo que puedo por casfica Tas diferencias que But alentado a generaciones sucesivas de hisloriadores profesionalesen estadiveccién ylacuestién aos. ‘de la objetividad alo largo de los tltimos cien ust pte serd motte de 2 Est none sues Los elementos principales de Ia dea son de sobra conocidos y se pue- den recapitular brevemente. Los gupuestos en que’se bala so el dom: promiso conla realidad del pasado ycon la verdad que correspondea esa realidad: una tajante separacién entre conocedor J conocido, entre he cho'yvalbracion y, subse todu, eatue historia y Geen, Se cotsidera que los hechos histéricos son previos ala interpretaciéne independientes de ella: el valor dela interpretacién se juaga por el grado en que da cuenta delos hechos;silos hechoslacontradicen, se ba de abandonar. Laverdad esi, no depende de la perspectiva. Sean cuales sean les patranes que existan en la historia, éstos se “descubbren’, no se “Eabrican”. Aunque a cambiaran sus perspectivas, generac jeranatribuir una importanicia der do;-el-signifcido de esos acontec El papel del historiador objetivo es el de un juez neutral o desintere- sado, minea debe degenerar en el de abogade 8, peor atin, en el de pro- pagandista. Se espera que las conclusiones del historiador exhiban las ‘ualidades judiciales reconocidas de equilbrio e imparcialidad. Como sticede cor el poder judicial, esas cualidades las eustodia el aislamiienta de la profesion de historiador de las presiones sociales 0 de influencias politias, yen el caso del historiador individual, evitando el partidismo oclpreficio, que éste no tenga ningiin interés en llegar a una conclusién } enver dea otra, La abjetividad corre grave riesgo cuando la historia se__ escribe con fines utiitarios. Un corolario de todo ello es que Ios histo- adores, en tanto que historiadores, se han de purificar de las ealtades ‘externas: la principal Iealtad de! historiador es con “la verdad historica * objetiva"y coi los colegas profesionales que comparten la dedicacion a esfuerzos cooperatives y acumulativos para avanzar hacia esa meta Aunque radicalmente comprimido, éstees en mi opiniGn un resumen Justo del ered objetvista original yen vigor, un ideal quelosindividuos, vigilados parla colectiidad, han de perseguir. Enel ranscurso de los i timos cen aio, algunos componentesdel concept han side reelaborados o reinterpretados. Hasta entre los mis firmesdefensores dela idea de la objet patidad de los historiadores, por muy rigurosamente capacitados que fstén, de purificarse por completo de todas las valoracfones;éstae# una tendencia resultante de basa ia objetividad, mas en mecanismossociales de critica y evaluacidn, y menos en las cualidades de los indivicos. En cierto modo se habla menos, aunque ain se habla muicho, de abordar el pasado “sin preconcepciones” y “dejar que les hechos hablen por 30 jad, hay ef ruestros dias tn poco menos ce confianza en la cax.—_ xrmouceiox 8 hy cada vex tlre a lpi yw ositnci ena > Ceecdisamer ada por Tos heshow ives de cn ls de rividas de éstos, De ello se desprende una tendencia a pensar en et viaje Fae led con hee, enfugar dz en une nmegacion lee i TGoodno Gna Ba docasonercecentes, ar contin ae cients! von stan con mi frceencin en cera manera cane reece como adros permanctesagegudoe un ef. yy podia deseribirla “desde adentro". Como, veremos, el mito.deLeopald. ‘objetividad histérica ha servido para salva, InermonuccioN ia “Emile Durklicim habls de las funciones indspensables de integracién cotabilizacion del rnita para cualquier orgarizacion social scegurse In Jolidaridad, saivaguardar de la ilegalidad ye! caos. De qué manera lis rhocmnas de la objetividad sirvieron para integrar yestabilizar la actividad del historiador profesional es un tema recurrente en esta obra y encon- traremos la reterada preocupacién de los estudiosos por la “anarquia™ de pretensiones en verdad rivales. En un taante muy diferente al de Dutkhicim, Gcorges Sorel acentué la capacidad delos mitos que miraban hacia el funuro, de moviizar en vez de estabiizar. Flay abundantes ces- timonios de la inspiracién que los historiadares extrafan de su convic- cién de participar en un esfuer20 de colaboracion que iba avaiwzando j hacia la verdad hist6rica definitivay unitaria; gualmente numerosas son las afirmaciones de los historiadores de qu, sin esa fe no le verian ninguna finalidad al trabajo académico y lo abandonarian, ‘Claude Lévi-Strauss hasostenido que “el propésito del mito espropor- cionat un modelo l6gico capaz de superar ura contradiccién (ceal)”, 0 ‘como minimo, de enmascarar o minicnizar 'a contradiccién. Para ios padres fundadores de h profesion de histori: exista una contradiccién Entre acontecimientos singulares cel pasado (haba habido une guerra » Gil en Estados Unidos), por una parte y por otra, estaba la exiatencia {de as versiones mas ampliamente variables de esos acontecimientos. El te pluribus unum en el mito de la objetividad histérica prometia resolver i contradiccién a través de una historia convergente, unitaria que co rrexponderia a un pasado unitario* ‘Las estudiosos de los mitos primitivos suckn tener la tendencia a es 3 exbir de ellos como si fueran intemporales e inmutables. Pero no siem. pre, ni siquiera tipicamente es ésteel caso. Loi mitos cambian, son pues- {os en duda o hasta seabandonana medida que cambian las necesiiades = ylos propésitos de los actores. Se inmiscuyen valores en competencia © {que pueden llegar a exigir una modificaciOn de las ereencias hasta en- tonces asentadas, Segrin los historiadores, las demandas periédicas.de © movilicacin politica €& 305 fensignes muy_graves en el 5 bros Mainowak,“Mych i rine pycholog” (1988), ia, comp. Magen (indignant aay, Clencoe, I, 1948, pp. 7870 mre oe ehiede sr Steae, Sacra ontinptagy Nueva York, 1968, p 225. 6 Ese None Suto mito dela objetividad. Los mitos correnpeligro cuando lo queprofetizan no logra maerializarse. La doctrina cristiana sufrié tensiones por la postergacidn indefinida del segundo advenimientgfel marxismo, porque elcapitalismo no se derrum6 segtin o programado, En ¢s0s casos, algzue nos renuevansu dedicacién, otros introducen modificaciones doctrinales, algunos abandonan la fe. Los primeras historiadores profesionales cor fiaban en que podrian avancar rpidamente hacia una verdad histéric objetiva acordada de antemano; Ia repetida frustracién de esa esperanza produjo entre ellos la misma gama de respuestas que entre los cristianos ylos marxistas, de la neoortodoxia a la apostasia. Lo que otrora fue fui ‘ional en ‘un mito puede dejar de serlo en otzas circunstancias. En pe- riodos de consenso ideol6gico, la conviecién de que [a "verdad es ina” lia sido (ranquilizadiora; en épocas mas contenciosas, tina orientacion pluralista y perspectivista fue més eficaz para el manteriinients dela ur banidad profesional entre escuelasrivales. Los mitos surgen dentro del marco de log valores Gulturales, de los supuestosy de las maneras de pen- sar circundantes; los mitos florecen, mis o menos inalterados siempre que éstos scan estables, Unt cambio dréstico en la cultura, en el sentido més amplio puede amenazar la viabilidad de los mitos. El ejemplo mas bvio en los tikimos trescientos afios de historia occidental, ha sido elde las consecuencias del crecimiento de una visién cientifica del mundo en, los mitos religiosos. En el caso de la historiografia, cuando los axiomas particulares del “mévodo tientifico” fueron puestos en tela de juicio, las, ideas de la objetividad arraigadas en concepciones més antiguas de la ciencia llegaron a correr ua grave pel Sige la préctica comtin de los historiadores en el tratamiento de cual quier conjunto de creencias, “miticas" o de atro tipo, y dejo de lado la cuestidn de la verdad o la falsedad de lo que se describe. Vivimos en una Epoca de géneros confusos y de derrumbe de muchas de las fronteras tradicionales entre los planteamientos de las diversas disciplinas. Pero aunguelas lineas sean confusas, sigue habiendo importantes diferencias entre los planteamientos de! filésofo y de! historiador al abordar la his: toria del pensamiento, Los filésofos, como consecuencia tanto de forma cidn como de inclinacién, rara vez pueden resistirse a emprender una evaluacin critica sistemética del pensamiento queanalizan. Los historia- dores, a consecuencia de nuestra formacién e inclinacién, estamos pro fesionalmente sensibilizados a la historicidad de la vida intelectual: de hasta qué punto el surgimiento de ideas y la recepcidn de éstas estén condicionados de manera decisiva par los supuestos culturales cizeun- Inernonuocion ” antes, por el contexto social y por otros elementos del contexto his: tésieo total. Por ello, somos reflexivamente renucntes a aplicarcriterios implicitamente intemporales cuando juzgamos lo que describimos y explicamos historicamente. Todo esto es cierto y es necesario decirlo para pouct ea claro el caricter de esta empresa, Pero seria una pequeila ingenuidad entender 1 {que implica o bien que no tengo puntos de vista sobre los ternas en de bate, o bien que creo haber logrado impedir que esos puntos de vista tifa mi perspectiva. (Nociones ridiculas.) Todolector quiere saber “de G6n- de proviene un autor” y hasta donde puedo hacerlo brevemente, ‘cuisiera responder a esta curtosidad totalmente idnea. Lo que no puc- do es tener la esperanza de satisfacer alos exigentes que piden saber si | ‘estoy “ent favor" o “ea contra” de la obj 'No creo que Ia idea de la objetividad historica sea verdadera.o falsa, Gertao equivocada:la considero no s6lo esencialmente impugnada, sino ceséticialmente confusa, Me parecet sospechosoi muchos de los supiies- tos filossfices detebncépto; algunos delos elementos clave de la sintesis objetivista los considera psicolégica ysociolégicamenteingertios. Como tema préctico, ereo que promueve una distinciGn.denigrante, irreal yen {aflosa, entre, pdr una paste, los relatos histdricos “deformados” por supe Spo aablogie yor oes pte la histor a sn cos ites, Dee dctan aha de historia que ea oo objetivo ex hacet una hrcrvecsn acy desir ige que noes interesinte be wlldad, Ora manera de describ postara es decir que er general yen conjunt, the han convencido los argumentos dels creas del eoceptoy no me inbechomelaiosargunertos ess defers. Anos cnjnies de Ergutentosseexponenellena,yesperoque conjstila ene conunto twents obra. No eae duda de que muchos de bs que lo lean legarin a conclosiones diferente a as a, ' Ts comentarios precedents coostibyen ur resumen radialmente comprimido deim positon flosoica repecto ala objetiidadhisteica, que serco no pote erga algin interes intftceo ara alguien, 20 torque me proponga defendeta con argomenen ya que steno cs un Eoede ese ipa sing conel anim ce noquedarme con nadaescondido. Enlamedidacn qu laflosofiaatpraa nspeccoratlacoherencia quel {qe aunpor un breve moment Jucgue ala Bloofla se puede decir que Utaen Conta del uso permanente de ua concepto ue enenenre i Coherent en este caso param a-objeiidadhintriea” Noobstane, sep adlo un Résofo nove norocte;cusado el vento es metienal no 18 [st oats SuENO. soy tan tonto como para declararme en favor o en contra de las ideas ‘inicamente en términos decoherencia, Véase lo siguiente: “Sostenemos ‘que estas verdades son palmarias, que todos los hombres fueron creados | iguales, que estén dotatos por su Greador de ciertos derechos inaliena bies(..] Que para proteger eror derechor ce inrituyen gobiemnas entre | los hombres." Pocas ves scan comprimii tants érminns arbiguosy propos | ciones ducosas en un pasaje tan breve, Segiin criterios fost } riglrosos, el pasaje és una necedad. Pero lejos de Ser, segii frase, una “necedad perniciosa”, es una necedad saludable, La fe {une delos baluartes ins firmes de libertad eigualdaden Estados Unidos No e'qué sigaificaria sl alguien me preguntarasiestoy en favor en.con- tra de las ids expresadas en el pasae, y no tendria nt idea de e6mo res- ponder. Sobre todo, 1a 1326n depor qué no pueda tomar una posicién en favor o encom de abetted ort eosin. gue als se pletnente que mi manera de pensar sobre lo que sea del pasado est pri ‘no alsvente coufigurita por mi comprension de au papel dentro ge tin cOMtERTOhissiice panichiary én atorrientede eter Si Tota Berit sigulendo a Hegel ha deseo Ristori del pensamientoy ta cultura como “un patrén cambiante de grandes ideas liberadoras que jnevitablemente acaban siendo corazas asfixiantes”, En lo que atafie ala idea de Ia objetividad, la caracterizacién me parece un poco exagerada enambos exiremos, perola postura del profesional de lahistoria general ces bastante clara, Hasta ahf es hasta donde creo apropiado llegar en ‘cuanto a la satisfxccién de la curiosidad de les lectores, en lo que se re- fiere.a “cual es mi posicién” sobre la cuesti6n dela objetividad. Un histo- riador con una posicién diferente sobre el tema escribiria con seguridad algo muy diferente, Cuando alguno lo haga, no cabe duda de quie se co rregiran muchos de mis astigmatismos y, ptobablemente, se introduci- én otros nuevos? Como clavar gelatina enlapared” fueuna caracterizacién burdamente politica del intento del historiador de escribir historia del pensaraiento. Después de haber intentado abordar histéricamente un concepto tan gelatinoso como la “objetividad histérica", nome siento inclinado a que- Jarme de la descripcién, He dicho algo respecto alo que pienso sobre la *if beta Ce nd tri Noe Ys. | *verdades palmarias" ha proporcionado durante mis dedoscienios aos. Iernoouecton 19 ‘ctatina; se imponen unas palabras sobre la pared, el clavo y el martitlo. ue he elegido. ‘195 cdeticaunente todo el trabajo que se ha heco en la historia del pen ) ico: estudigs de unhisiogiadoi extras soon ene msc ns renin Se | Haste los trabajo’ de historiografla que no son explicitamente biografis £2 cos, Ad sesuelen deidicara mas de wiia docena de figuras capitales, Sibien { “ Sl abordar el mundo exterior, los historiadoreshan repudiado la “teoria | ‘dc historia et gia Konibte", parece haber una teoria bistoriogrética | residual del gran hombre a / Hay mucho que decie sobre el plantesimiento biogrifico. Algunos his covialotes So ta interesAies © Mylujentes:quectiertamente mereven, Sa aniptigneatamfenito: quien busque captar toda la iqueza y complej- wees yalpeeuuiesta den individucpuedehaceroulosumo |. fen unos cuantos casos. Pero el ipo de figuras sobre las que se escriben , biografias son excepcionales, yno dene muehosentdo Basar generat ciones sobreactitudesprofesionalese son sumamente irrepresentanvos, Poi ed mucho més he estudiado los escrito ados.¢ inedlitos de Cientos de witenbres dea profesiGnsesparcidos.en docenas de coleccio- ‘nes en todd el pais. Mi manera de abordar el tena contiene un "sesgo de | cite” porque he presto ateation' Jr MStOSHIOTES UC repercasion cvisibilidad: Incluso dentro de éstegrup6, mi estiidid Hb Si sistemaiica, en el sentido en que utiizan la palabra los que cuanti- fican con rigor. El historiador inglés G. Kitson Clark hia aconsejado a auica aventure una generalizacion lo siguiente: “no adivines, tata de ontar,y sino puedes contar, admite que estis adivinando”, Pero estain- \estigacion no es de las que se prestaal conteo, Por lo tanto mis gene- Talizaciones, como Clark dijo delas que ofrecianloshistoriadoresen esas Cireunstancias, “estan necesariamente basadasen conjeturas, conjeturas — {nspiradas en muchas lecturas generales y conocimientos pertinentes, 61a ple “hisorogaa puede a ga contain A avs eaten ap cana datoneueloga “palin tala (a cenea de avi) yoga dee cRSESEe eh tng potgtncncadelneety peop’ (eeerpsen dela ery Se eerie Eee Rint de hreolgi th Sus Gel vocab geet todo cl foe Soe ¢ hush tenlde que cua el dobe deer de "deni hire aes escapes ease ste niseaaee cesconae nota Sait nonp pos ose Eoradores haba ecco hitorogiec. Pan Gu pleueconlnburgcacs Ciew quel comosto snp pone nce en de loss SEnESr Step anda emia, is 20 Ese Nowuz sues conjeturas determinadas por muchas ¢avlacionessobre la materia entre manos, pero a pesar de todo conjeraras”” El precio que pago por hacer énfasis en una amphitud de cobertura es que soy incapaz de ofrecer tratamientos redondeados y matizados del peusauniento de los individuos que analiza, He tatado, como es lgico, Ae evitar la interpretacién errénea de sus poriciones generals de 80° breinterpretarsus observaciones oacciones caniales, pero es menos pro- bable que haya salido mds victorioso de este inteato que un académnico que haya hecho un estudio intensivo de no o unos ciantosindividuos tos estudios aradémicos, como la vida toda, estan lenos de trueques. Pero lo que uno pierde en eapacidad de desbrozar los matices y las complejidaces del pensarniente de los individu, es dei, n "hacerles Justicia, puede que lo ganc en la walider de las generaizationes 9 en fa apreciacion de las corrientescontradictoris en el eno dela profesion Yen lainteraccion de fs mismas Silos lectores quieren saber cules la posicién de un autor respecto al tema que trate, a fos colegas les interenaigvalmente que determine cudlesla “escuela fel ator! plantesmiento metodologico que aplica Entahistoria delaciencia, yporextensién ena historia de ls disciplinas académicas en general, hay "internalista” y “exteealistas”, Como sus nombresioiadican, alos que estén nel primercampo les mportaloque sucede dentro de dseiplina, desdesando ojgnorand su relaciSn con Lentorno circundante; fos segundos se centran en uno u otro aspecte de esa relacin externa, Atravesando evta division, hay “cognotivistas” {que seadentran mas 9 menos exclesivamente enn sustancia del trabajo Gentifico 0 aeadémico y en su desarrollo racional,y “no cognotivstas que realzan los factores psicolégicos, sociclogics, politicos otros en el, Aesarrllo de las comunidades profesionalesy en el trabajo de étas, Mi compromiso metodolégico mis profundo es con la"predetermi- nacigh de td actividad, chido el pensamiento,Porlo tanto, para tn, IntexplicaciSn la comprensi6n implican necesariamente In exploracion delavariedad ids amptia deinfluencias sobrepucstas,yesclibronavega 7G. Kuso Clark, Themaking of itrion England, Los, 1868p 14. En ealdad rat de ‘ogua no ologi, Tlinpoaurs paulo efor de dos aor coca ellen calito “tlland> en les de resehs sore bros de htriadres, perorando sea ey Watanee ‘de covelaciona el lengoate ompleaso con docena de ors vanes que tnlan que res con lageneracion elcampo ct ivel soc tae lorhieoradoces Fue rapid total de ete sete toda nae gue domo peace etn por oducl’ a gor cummUtsve en la Beorta de! peat Inrnoovec 2 centre as divsiones extemalistas frente alas intemalistas,y cogmotivistas frentalas no tognotivstas:exploro toda ells yhago lo que puedo para {ntegraras. Analzo detalladamente el desarrolo en cl sen0 de le pro. felignde argumentosintelectualessobrelacuestén de laobjetividad. los todos er que ls eorsientes externas de pensainiento detereninan este {iseurso;aspectos de la sociology la econom cambiantes dela pro- fexion, la psicologia de los historiadores; modos en que los historiade, reshanrespondio alas diversas demandas poiseay otra procedentes Ge lasociedadien un sentidomésamplio. Estaeslarazsn prinipal de que tl bro sea tan extenso. Se podria pensar que exe ecumenism satisfara todos (excepto alos “que les gustan os ibtos mas breves): Pero no es ast La tradicion masan, cketualy em ln istoria de iatetnalista com cognodivista, comprometida con Ix autonoiha j 'Facionalidad de eualguiera de ambas vidas inte- Jectuales en general, 0 del trabajo de'una comunidad profesional en particular, Enla actualidad, os quese sittin en esta tradicién se sienten Hiicadok por elcrecimiento Gel numero deextermaistasynocognotivstas, quienes seacusa de “irracionalismo” y "‘reduccionismo”. Se arguye que sus interpretaciones tratan Ia sustancia del persamiento como “mera: mente” o ‘nada mds que” una reflexin sobre ladindmica social o sobre los intereses externos, Las cognotivistasinternalistas pocas Veces const deran lo que a mi me parece una verdad palmaca: que abordar el pen- ‘amiento como exchusivamente racional y autéaomo es igualmente re diuccionista. Mi vision de millipes capas deberfa protegerme contra las acusacio- nes de reduccionismo. La cuestién de si mi 6ptica es “irracionalista” es snéscomplejay me siento inclinado aaceptar uma sentencia de admision de culpabilidad o incluso de “culpable con una explicacién”, La mayor parte del trabajo en la historia de las disciplinas versa sobre el desartelio del conicimiento sistant del expetialista: coms os qué ricos han tambiado dé parceet sobrela quitnicay los économistas sobre la economa. Estos procesos el desarrollo y refinamiento de la teoria, el descubrimiento Fr interpretacibt dé 105 Hechos, levados a cabo seticulosamente por investigadores capacitados son Ia esencia de lo que qucremos decir esi “ravionalidad”. El traba oreciente ena historia, Jn losofia y la sociologta de la ciencia nos ha hecho cada vez mas cons cientes de la influencia de Factores externos y sociales en lz elecciSn de Ja teoria, en la decison de qué es,"un hecho” j hasta en la definicion 2 Bie Noatr sus dc Ja “racionalidad”, Pero, al menos, para nuestros objetiv Gel desarrollo de conocimiento sstantvo y especalizado debecia girse primordialmente alo interno y lo cognitivo, y solo secundariamen- fe alo externo y lo “itracional”. Enqué medicaloshistoriadores desarrollansuconocimiento sustantivo “racionalmente” es una cuestiGn enredada, que depende en buena me- dida de las definiciones de la racionalidad y tambien de si por “conoc- ‘miento" queremos decir proposicionesfécticasrelativamente asladas 0 interpretaciones amplias, Pero —de nuevo para nuestros propésitos actuales—vamos a llamarlo “racional". Fs certo sin dada que respecto 4 temas particulares, como por ejemplo la rentabilidad de laesclavitud, los hristoriadoxesaplica 1 técnicas especialtzadtes; ss conch siones estén regidas en buena medida por las reglas de evidencia € inferencia que ellos han iaternalizado y que supervisa la comunidad de historiadores; sean cuales sean sus antecedentes, sean cuales sean sus de- ses, 0 [o que crean como cierto sobre la rentabilidad de la esclavitud, Io que en definitiva lleguen en conchisin estar fuertemente constresi- do por todos estos factores. Por ello, seria apropiado escribir acerca de | los puntos de vista cambiantes de los historiadores sobre la rentabilidad de la esclavitud, primordialmente como una historia de hombres y mujeres racionales que ejercen la razén para tratar ese tema, Pero este trabajo, a diferencia de la yasta mayorfa de la historia de la | historias norte reliere'a la evolucién de interpretaciones histéricas sus- | tantivas. Se refierea lo que los historiadores han pensado sobre la cues | ridn de la objetividad, un tema sobre el que saben menos y les preveiipa ‘ns. Estas diferencias son crucialés fespectoal tema de! irracioialisino”. Ena nivel, Jo que estd en juego en la cuestién de la objetividad.es un tems filos6ficé: ust problema t€cnico en epistemologfe, Muy pocos his toriad: -apacitaci6n filossfiea y ni siquiera inclinaciOt-a ell {No es un éetnen; ni tiquiera vale la pena culparlos; la maybifa dé tos filésofos son péimos historiadares.) Aunque todos ellos han tenido puntos de vista sobre la cuestion de la objeuvidad, raras veces han sido Articwlados del todo; asin ms raramente han sido frato de un pensarnien- to sistemético. La profesi6n dela bistoria no supervisa el rigor filos6fico dc lo que los historiadores han tenido que decit sobre la cuestin, y ni uno de ellos sutte profesionalmente a consecuencia de na incompe- tencia filos6fica demostrada. Todo lo eval es para cecit que las reflexto- nes ce os historiadores sobre la objetividad, a diferencia de su trabajo Ienonveciox 3 sfericsate ta sates agteeaeenneeutinapmaralacia| fiilogan como “Yacionales” ene sentido deun dscurso con dere! TT srespeto profesional” Perola cueston den obje tién BigsbHes Ee in tenon eenoclonal sAbrrvediente cargado, Gn aa \ ‘may altas, mucho mas que en € mt szssustandiae Fara uudio 1 | jas rae mensueetsiallicado de trayemtures que hen ledrenco Sic vidas], porlotafto yen muybuend iedids,clignificadodesus ro. | pias vidas. La Yobjetvidad ha sido "uno de los verminios c@itales sx | sGREES de [os historiadores prolesionales, como la “salud” para lOs.mé- | ficos; 6 et “valor” para lox profesionales de las araas. Un abogado, esté 1% procesando aeantiniinadores'o detendiende’s vidlatofes, tend pun: { tos. de va sabre justi’ y sobre como f foment rap. Un j cist, ei corrupeién municipal o reescribiendo poticias corporativas, los tendrd sobre “una prensalibre en.una sociedd libre” y su contribucioxrarese-papel. Es miy pasbie que los'euatto men- , doriados tavieranalgo interesante Que decir sobrelos temasrespectivos. { Esconcebile que algunas 6 todas esas opiniones pudietan ser fruto-de | el esto de laliteratna teorica pertinente, Pex | yo no empezaria por fuponer que ése serfa el caso_con_abogados, con riodistas 0 con historiadores. Elhorror del “irracionalismo” en la historia de las disciplinas confun- ae normas de discusién académica con procediimientos de andlisisaca- ‘démico. Excepto con muy buenos amigos, se considera falta de tacto y descortés insinvar que las opiniones de alguien son in Teflejo.dé"su pasado; de Sus prejuicos o de sus necesidade: psiquicas. Nos aferramos los angaumentoerazonados expuestos, aun cuando privadamente pense tos que cs0s argumentos son racionalizaciones superficales. La nece- Sidadi de comportarse asi en la discusién académica es tan obvia, como Jos costos de volar la regla. Pero si como historiadore 6 fen proceso creemos que los provagonistas son en realidad y con fe cudhida,slapedon ensue snpuientos, gi a presan opiniones determinadas por factores “extra racio Sead histortadlores Ser fainds s/Shmiiidtatios oa pereepeidn? [Claro que Iapercepeisn pédcia ser exrénea, pero esta es completamente otf02SuNt0.) < ‘Guanido los historiadores analizamos las creenciag mds pr \earraleaS OETA ee min’ —trabal x hhembres d€ fegocios™, casi nun’ paftimat del supuestorde que se'ha | fundamen: *|_y sacerdotes, {7 bi Ese woate susso , Hegadoa esas creencias aconsecuencia de consderaciones\égiess. A ale | delta taeto yuna cortestacomprensibles pero fuera de logataplicamos ti erro diferente cuando acrbimos hswrieamente sobze kion |, dores, en particular, por sipiiesto, sobre historiadores vivos. Ocasional: “ mente, cuando lor histocindoreseceriben de historiadotes mises a0. 1(7| Gologtzan” 0 “psicologian’ sus puntos de vista, pero también en te © coy un db eterio en juego ets exons no cognates Se splcan ea siempre alos puntos de vite de aquelion con os que no Nesetnen ae seooroas Teepe 1. Ninguno de esos dobles crterios me parecen defendibles. He tratado los puntos de vista de historadores eu capeca, peor excusivamer te sus puntos de vista sobre temas muy cargados- como fuera tan pro table qu ‘aclonales"o“iracionales" come los del resto dela hnumanidad; como si con seguridad catvieran vbredeteratnates, hago todo lo que puedo para extender ee tratamiento de un modo pa fejo: tanto al pensamiento de aquélosa quienes tengo simpatia comes de aquellos cuyos puntos de vista me desagradan ‘Quiero hacer una observacin final sobre el planteamiento.deeste f libro: el género al que pertenece y cémo difiere del trabajo previo en historiografia. Aquéllos de nosotros interesados en el desarrollo delas comiinidadesacalémicasy del conocimiento organizade sclemos acer tar lactintén entre “historias dscplinaras”escitas por profeione tebe "historias de ns csciplinarprotucdas por historindores. Las prt of 4 els por deco etn dion dn ds crea resentismo”, uaualmente de tipo celebratari (eSmmo llegamo ter tan maraillooi}ocasionaliventedesanelatorio(cldando cecntne con’ una escuela dovainante de pensamiento o incluso con la disciplina nau conjunto). Las “historias de las discipliis”eschtasporhistonador seed inparles) etn, enpringpo hives dees craters Un socsiogo que exeribe la historia des socoloia “observa Laurence Vey sigue indo, desde el panto ce vita del istorador, an aficonade, nada ifcrca icenprincpionun marmennexpertoque ercrbieralahistoia del ormensmo, Los compromisosinteectusles particulars inhiben fa lara de la vain} fen el mundo aedsemico igual que en cualquier oteo.® : " Lawcence Vepey, “Reapprssing the Chicago School of Seioogy", Retin Ameitn Hsory nim 6, mares 1978 pS eee | | | | | | | ernooucci6s 25 En funcién de esta dicotomia, los relatos de lahistoria escrito por his- toriadores son en principio una anomalia aunque los trabajos de hlstoriografia carecen de ni pestado, Pero. aticteristical mis obviamenté shistrias de las "historias discplinarias”, J prdctica cach en'sumayoriedeedte lado de la lined! Si, cém 16 idiqiné mas ari. ba, Is teorfa de la historia del grat hombre sobrevive-aitacronicamente en la-histofiografia,-también sobfevive la “interpretacién whig.o. det Partido Liberal”rque Herbert Butterfield descr en muchos historiadores(..] a hacer €afasis en certs 19a tendencia rincipios de pro- greso-en el pasado y« prodiicc un relito que esa atificacion cuando fo fa glorificacién del present “feta es uma caracterietiea no sélo del abajo inferior enhistoriografia, sino también del Spt Plenso. lar en History: professional {cholarship in America de John Higham, que desde su publicacién en 1985 5 te ha convertido merecidamente en el trabajo estandar en este campo. Fue escrito, dijo el autor, como una “afirmacidn de la vocacibnhist6rica” Los historiadores de tiempos pasados eran todos tratados con gran res petoy simpatia, aunque no acriticamente, Higham puso en caro que, en fl caso de la generacidn inmediatamente precedente, sus limitaciones “sngentuicad politica, intentos desencaminados de hacer Ia historia di rectamente *pertinente”, escepticisme corrosive y relativismo— fueron “trascendidas" después de la segunda guerra mundial: que por fin Ia profesién de historiador en Estados Unidos habia llegado ala “mayoria _, Ge edad”, Higham, para mayor crédito, reflexioné apesadumbrado va Flos afios después sobre el tono “consistentemente, y en efecto deter- tminadamente, jovial” de sus conclusiones: *Mi recapitulacion era un aval. La historia se habla renovado encontranco direcciones que atera ban, sin abrogarlo, formas y logros anteriores. Numevosos, respetados y absortos en estudios de valia sin par, los historiadores estadunidenses podian contemplar un Futuro incitante como una continuidad de su pasado efica El motive de esta mencién no es demostrar que formo parte de las fuerzas dela luz (historias de las disciplinas) en oposicién alas fuerzas de 4 SeshersBinuefld, The wig éirprtaton of istry, 1381; 8p, No ‘ork, 1988 Py, "io Jon Higham, Prelaio at reimp, de Hoty, Balmere, 1983, pt “American Hie sorieapy inthe 1360 enshu, comp, Wriing mec ilo: dy om oder htt ‘Biosesagto, od, 1970, p16 Ep Fede de TS de Mey cp 298 x u id Boe nowt sueso las tinieblas (historias disciplinarias). Me bastar‘a con que los coleges eencontraran mi trabajo tan luminador y estimulante como yo encontré lde Fligham. Pero,eltono celebratorio dela mayor parte de las historias Lo distintivo de la sensibilidad de fines del siglo XIX en literatura, pintura, periodismo e historia no era simplemente et culto del hecho. Fi * 3 waeneeBertholl, Th iment of realm: emer teas, 8841919, Nava Yor, 1965,” ‘ali Heney ames et en Kenneth Lynn, Wiliam Sven Hoe an Amaroni Nasr Yon, Tort, p 24a Wittr Dean Hlowels cit on vert Carter, Howland th og oto, Fnde fa, 18s, p83; Frank Nori, ct an Malcolm Cowley, "A astra history of aniencan n ‘wralsa’, bn CsI L Becker, com, Dorset. $58. ‘Tada las cas proceden de MhaelSchuison, Dicnrng te nc a acl hitory of anorars newpaper, Nueva Yor, 1978, pp. 78,7, 0. uumcsoo sumone 58 romanticism, que habia Subrayado el desarollo del saber histrico en E Semania en la primera parte del sgl, haba cantado con exaltacion echo idiosincritico sobre el individuo y habia insistido en su pramacta Miprelo que era denunciado como ‘sistemas abstractosyuniverslstas” SUSI en cl lima del gusto eca un earbio de guctou on al dima Micntrasquelo que se valoraba con anteroridad eran calidendeliiecho @ {nico sobre la frialdad de los sistemas abstractos, al llegar las décadas an- 2 teriores a 1900 era el hecho frio lo que se celebraba como instrumento © Uc ibcracién de ln temperatura asiante y de ls hurmedad de los sie & enas omniabarcadores. Mientras que ante el hecho individual se ca fica, se celebraba, se enjoyabay recubsia con capas de adjetivos, en los ‘ho 1880 y 1800 era el hecho tal cual yxin a€ocnos lo que estaba de mo- © Ga Thorsvin Veblen} Franklin Jameson, ambos miembros tempratios = iti cuerpo dovente cnla Universidad de Cnicago, se unicron para ma E festar que estilo gotco de que estaban rodeados, erainadecundo pal fr austera senibildlad modetna. Veblen consideraba que los “objetes E Grotescos y desaticulados de un gético eelético y modificadof,-Jeran ; firme e inevitablemente engaiiosos”. Eraindignante “albergar la bisque- dae ia verdad en un edifiio de fasas preensioned... Como una lee Gen de objeto, conduce, en su medida, a incolcar en los estudiantes un Spit de difinalo” Jameson ers expieito en lo que respects al cr Imperative estilstico para los histouadoves, sobre sus onigenes y 3s nfliaciones: \Vivimos en una época de prosa. Al mundo le dene menos sin cudado la elo- couenela gue hace una generacign, Asse de fre! dee, coano la chusma pita Lax Inartine-] El surgimiento de la excrtura de la storia profesional o profescral ‘olpeidié con el surgimiento dal realisme ena fccidn. Podriamos mantener con Justicia que ambos fuvieron la misma eausa, un descontento por las presentacio ‘es cetéricasemaginatvasde a vidalumana, ex gendradas en ls mentesde una feneraclon ale que Darvon y sus colegas habjanenseiado in fuerza ylacapacidad Acpenetracidn de las leyer entibeas. Desde Darwin, no le ha sido mayermente ‘posible ala €poea producirwna cosecha de Macaulays y Micheletsde lo que lo , Faaqoélosaicinaginancabaloscoriendo eps desu meses uhon Eprendido de las fotografise de Muybridge sobrelocomocién animal ® © Toistsin Veblen, The higher Lorain i America, Neva Yorr, 1818; reiep Stanford. 1954, pp. 6-47, ]Feaalin meson Heri! arg opt, pp 187-188," influence ‘st usiversier apo historia wating” Ualersidad Ge Chiago, Reed, m6 902, pp. 27 { 60 La exmowzacdn 9€ LA o9stTDAD ‘estilo es ¢] hombre’, dijo Buffon en el siglo xvut; para los an- teopélogos culturales y los’ historiadores del arte del siglo Xx es una ventana que da a los valores de Ia sociedad. Etestilo ~escribe Meyer Schapiro—es sobre todo un stoma de Formas con sina calidad y una expresion significaiva, através del cualson visible Ia persoralidad Gel artista ye aspecto amplio de un prupo. Tambign es un veiculo de expresidn dentro del grupo que eossunicay Bj ceros valores] Bs ademds, un terreno comén freatealque se pueden medirinnovacionesylaindividvalidad delas obras fn particular Fue la transvaloracisn del “estilo” en este sentido amplio yen diversas ‘reas de la cultura estadunidense, lo que explica gran parte dela deter minacién dc los historiadores profesionales “cientficos" a distanciarse de sus predecesores“literarios", los “caballeros aficionados” de princi plos del siglo xnc George Bancroft, William Lothrop Motley, Williaa H. Prescott y Francis Parkman, Aquello frente alo cual uno se definia era tan crucial para la autoicentificacién como cualquier modelo positive.” El problema no era ciertamente un problema académico. Bancroft y Motley habian estudiado en Gotinga y Berlin, y Bancroft fae quizss el primero en obtener un doctorado aleman en historia. Ambos habfan fealizado trabajos exhaustivos con fuentes originales, gastando prédiga- mente sus fortunas personales y sus cuantiosos derechos de autor ent la adquisicidn de manuscrtos, en viajes a archivos extranjeros yen la con- tratacion de copistas, Bancroft habia reunido documentos procedentes de docenas de colecciones puiblicas y privadas en toda Europa y haba visitado losarchivos de los rece estados originales. Moiley escribié desde 1a Biblioteca Real de Sajonia que estaba “trabajando con tanto ahinco como un aserrador de arboles", excavando “materia prima y sacdndola de las profundidades subterréneas de folios en letra gética en media docena de lenguas diferentes”. E] historiador de Harvard Roger B. Me- rriman elogié el “escrupuloso cuidado ya integridad” con que Prescate uusaba sus materiales, ‘el trabajo que se tomaba para encontrar la verdad cxacta”, Loshistoriadores cienificos ensalabana Parkman por “apegar- se escrupulosa y rigurosamente ala verdad de los hechos", y no estaban seguros de si desde el punto de vista del saber no se lo deberia contar camo uno de ellos. No se trataba siquiera del aparato del saber: una ter noyerSchapizo, "See", em A. Kroeber, comp. Antnoigytda, Chicago, 1958, pp. 267288, “veco; Bancroft, xuscano wnoreo 6 cera parte de las historias de Prescott sabre Pert Méxicoy Espafa estaba Gedicada anotasa piede pigina ybibliografla,ylaporcién de trabajo que otros dedicaban a este materia era s6lo un poro menor: ero su saber aparecia en una forma yun tono que lo volvia inacep- table pare los de la nueva sousibilidad porque estaba basado en un mo- diode presentaciénliterariaenconces desacred.tado. Bancroft, Prescot, Motley y Parkman, cada uno de ellos, en por lo menos tna de sus prin cipales obras, emplearonla organizacién dela obra de teatro, con un pro- logo, cinco actos y un epilogo. Sir Walter Scottera, por ua amplio mar gen, elautor més popular e imitado a prineipios dei siglo xix en Estados Unidos, y el estilo florido de los historiadores‘literarios” era una clara prueba de su influencia. Ya anciano, Parkman, tratando de acordar su a fos nuevos gustos; se decanié parun modo de discurso mi se, la ayudade su esposa, “masner6 adjetivas” en la pre} paraciOn de su “iltima revision’ alrededor de 1880. Los criticos notaron, los cambios, pero siguieron encontrando el travajo anterior “florid y “ampuloso”, inadecuado para una generacién que “se ha acostumbrado aun uso menordeloliterarioasi como de otros estimulantes",que "exige menos color y mis repos”. Los excritos de los romnticos titerarios ho lograban proporcionar "la sobria narracién que una época de moder cidn exigla de sus historiadores" # Pero la diferencia entre la vieja y la nueva sensibilidad no consistfa simplemente en formas de expresin verbal; immplicaba la postira maral él historiador. Los “caballeros aficionados” no escribjan para genarse el pan ni por obligacién profesional con sus colegas, sino porque tenian ° witiam Lotro Moly, en GW, Curtis comp, Thecomupndoe off Lt Mat, yok, Nuva York 189, pp Verde Disinay of Arran grab 1, Nera Yor, 1985, p19; Edward G Bourne, Francs htifcha Spon cer Basse, Te nero omertanhonere, Neen Vork 1917p 1% Cearge Cele, Histo i the ed Sta, 13001860 Us proce and por, Balsmore, 1970, p. 125. Los Iistoradores"foodncos” fueron ensuradas ex us punto dl saber relates i: Banerfty Fkines guiendo el erplo dared Spars clesior a principio cel glo Ast datumentor de George Waskingion=jaron busta Mremente le pantvselsn 9 ‘rte delos docamenics queimprimiecn. No cabe dade quetay mucho que dee {vot delosprocedimlenos editors earupulovs perocadanlenetdarver lclnetra or que loz eomaaticos fueron perpuiden sobre ete punta por henoradares ays yor ‘Stghcin en a pares proven de ineer an el espe de cocoa ora ‘9 Genrge Banerot. cada en Rusal B, Nye, Gonge Bonen brabmin reel Nua Yor, 19449 296] F Jameson, Fitna Wrling oe, pp. 1OGIOT 128.) S Basser, Middle, pp. 12108, 2320s, 62 La potmownetbx DF LA OReTMIDAD tun mensaje urgente. que entregar al ptblico lector en general. “Si diez pejonas evel mundo dias despotism a pocoass yamantatiber tad civil y rligiosa un poco mejor a consecaeneia de lo'que he escrito, staré sastisfecho", esctibi6 Motley. Elles no hicieron ningrin esfuerz0 por lograr la invicibilidad del autor, ls "rigicn autoel a yue 9c hhabiaconvertido ena notmativaa fines del siglo XIX. Alrededior dé 1880, tun comentarista tortuos6 bserv6 que Histor Of ihe United States de Bancroft “se deberiatitular’Ta autobiogratia pstcolgica de George Ban. croft-tal como est lustrady por los incidentes y los personajes ch los analéé de Estados Unidos’ "4! “Bllos no-vacilagon’en “contar” en una época que preferia que el es- || attos “mostrar, hicera explicstoe sus jicios plitiees y morales: De History de Bancroft se dijo que “cada pagina vataba por Andrew Jack: son". Motley eseribié de Felipe {que si “poseia una sola virtad se le ha escapade a la investigacién concienzuda del escritor de estas paginas. Si hay vicios ~como posiblemente los hay— de los que estaba exento, es por- que no le esta permitido a la naturaleza humana lograt la perfeccién ni cen elmal”. Prescott y Parkman contrastaron regularmente fa virtud pro- testante con el vicio catdlico, la libertad anglosajona com el absolutismo latino, La combinacién de l presencia “intrusa” del autor, la moraliza ‘in explicitayel franco partidismo haefan que su obra fuera inaceptable pparalos cientificos dela historia. “El precio mds grande que tenemos que ‘pagar por esta actitud ética hacia la historia ~escribié Edward Cheyney— es ia intensa subjetividad que le confiere” ‘Tosi lega a lector como si exusiers interpretado por elhistoriacor, Todo seve através delaintermediarin desu personalidad, Cuando se utlizan para ener tina lecci6n moral, los nechos de fa Nistoria ne aos Hegaa en sa integedad agrupados y generalizados de acuerdo con rus relacionesinternas sino seleesor navos y ondenados de acuerdo con el subjugante ideal que hace enla mente del hhistoriador Bllector esta su mereed..] Los eoaflctos de! pasado son pe dos porlosmismoscronistasque wuelvena contarsu propiahistoria.Asilahitoria, vende su derecho de nacimiento a ls verdad por una racion del pote de partidismo, El irascible Charles McLean Andrevss califieé la obra de Bancroft de “nada menos que un crimen contra le verdad histérica”. Jameson, mas + \itiam Madey Lothop, ci. en Susan ¢ Joba Milémayy Heeher St Jb, compte Lol Mit anh fey far eter and ns, Lone, 910, #2: Ean Peso Whipple, ‘Anan artes end oer fab, estan 189, p 3 i Eu iscapomunoreD 6 ereno, escribié de Motley, en su caracterfstico estilo olfmpico, que su corazon cdlido y su temperamento entusiastay ardiente|.Jle dejaban, expuesto a los peligros dela parcalidad de la que, hay que confesari, exec. peigosapaad ey ge fe, fenla subase cla uuiveigilal colneigu ef gOC Tani wiciujetat und “protesién’, deyarian atrés los delitos y cioftacios. — + en Loup Mele, istry of he United Nha vo, Nua Vork, 1386.15, 8, pp. SESE Edvard P. Cheyney, “What ie Kiron” la eit p. 76; Andeenny di an AS sent Chaves McLee Andre sty mencon Atel wring. Noes Yor, 156, p Toa; Jameson, tre! Wren op. 11. 2, EL PROYECTO DE PROFESIONALIZACION como parte de la “busqueda de orden en la sociedad estadu- hidense de nes del siglo xtc Burton Bledstein vio la “eltura del profesionalisino” como simbelica de la visiGn vertical de la vida entra aia vision burguesa del mundo, y descrbi ts nuevas univers) Gades como la encarnacion institucional de esa vision, A partir de una preocupacion general pore fendmeno de profesional, los acade fhices to tardaron en centrarse en las distplinasacadémicas. nel de Servolo de un tema sefalado por John Higham a principios de los afos Seeenta, Thomas Hastelldedi uavolumenanararcémo elnurgimiento dela clenca socal profesional servia para resolver una crs de autor dat en la vida intelectual etadunidee, en tanto que Mary O, Former considera queta en ene apology objet produ -unacr+ sisen la profesionalizciOn dela clencia coda estadunidense” Tn Be delos Maosdoenlguengntcabe-potstonacén!? Quer la relacin entrefaadopetin por parc de fos hitoriaderes det ideal de objetividad y dels normas de profesionalisso? 1 ‘profesionalismo” ha sido un eérmino centrai en ei discurso histérico reciente, Robert Wiebe interprets el profesioralismo "Robert Wiebe, Tessar or ee: 1870 1920, Nuevs York, 1967; Burton Bde, The uae fran: Th i ay one lop fe eucaton fade Nowra York, 1970; Jona gia eul, Msn: he droog ioral tui nthe Ui Slt, anceton, 1565, pp 8th Thoma L. Hakely Te engin of poesia sora ence. Tae ‘Arnrci Sca Seor Asti otha niatanhcrtay oe of aor, bar ly OTT 1D Furr, enya ejay eu ik refsonalatin of amen cl ile, 15631905, Leziogon, Ks. 1978 EL PROYECTO DE PRORESONALIZAGION 6s 1a imagen usual de la profesionalizacién de historia es la de una ttansformacién veloz y dramatica que seacerea tipidamente alalistaco- ratin de los criterio de una profesidn: un aparaisinsinacional (una aso. ‘dacion, una publicacién periédica docta), ura formacién estandarizada ten habilidades esotéricas conducente ala titulacin y al acceso contro: Jado a la préctica, nivel elevado, autonomis. Enuna sola generacién se cxearon en vasias universidades programas ce graduados segiin el modelo alernan; se ormé la American HistoricalAssociation, seguida en breve por la Amerizan Historical Review, en 19(0, el doctorado era un prerrequisico para obtener una plaza de profeser en facultades respeta = y ls universidadtes estadunidenses habfan atargadio mas de doseien tos doctorados en historia. Un simbolo de la tansformacién con fre- cuencia evocacio, era que sélo uno de los 84 colaboradores de Narrative tnd eiical histor of America de Justin Winsor, que se public a finales de tosachenta, habia reetido una Formacién histoxiea profesional yla gran mayoria no eran académicos, mientras que en la siguiente historia ge feral de Estados Unidos en varios volimienes, la serie American Nation, lanzada s6lo quince afias después, 21 de los 24 zutores eran profesores universitarios y tados, excepto dos, habjan realiado trabajo en historia como graduados? En Fealidad, habia bastante menos de lo que parece a primera vista, y mucho de 1S dite fasiba por profesiénalizadén era superficial. La formacida quie recibieron los historiadores estadunidenses de fines del siglo xy, tanto en Alemania como en Estados Unidos, no solia ser muy impresionante.J. Franklin Jamneson, el primer dectorado en historia que salié del famoso seminario de Fierbert Baxter Adams en la Johns Hop- kins, confidasu diatio, asupadre yasusamigosque Adamsnoeradocto, que las reuniones del seminario eran “tediosas", con "demasiada admi ‘aci6n mutuay sin suficiente ritica salvaje"; lannateria prima delaseu- niones consiste en ‘atracciones’ externas, ora un general confederado ue habla sobre una campatia, ora un tipo de edad avanzada al que se ha Gxhumado para narrarsios “Yeminiseencias'" Los estudiantes esta 1. Sul Hol, atria arti he Ue Sees and er ay, Seat, 167, 9p. 45, 3 BizahethDonnanyLeo®. toc, compe, hirano from acon ffs Eoin amc, lela, 1056 15,218 nor aioe despues, Wosarow Wor {dive unerexpien ro mucho mi fivorsbe an nerumentenen Hopes deserts Adaas 6 [La nerioNtAciON DELA OBFETHEDAD ctunidenses en Alemania recibian el doctorado @ os dos afios de su le- gqda, usualmente mediante una tess muy breve basada en fuentes Ripreses, poco mis de lo que mis tarde contarfa como ponencia de se- anasto. La teas de Edvard Channing en Harvard consista en 78 p&- fina rfl manusciis, eriniuadas ua afo y medio después de obtener su licenciatura. Si bien las universidades que ofrecian el doctorado se SSuccbtan como centros delos quesalian misionerosddoctosamontones, sencgudo cran estaciones de servicio paralalegitimacion, Enmuchos de jor casos, a um joven que impresionaba a sus maestros de licenelatura 12 Staktsenta te ta instincin de no graduades durante un ao 0 dos *sbcpuda seleeaviabaauncentrouniversitarioeuropeo oestadunidense Jpn que se cinlara ys tarde, por acwerdo previo, see wala deve ‘Seana “organizacién profesional” significaba una orgenizacion de | profesionales In American Historical Association apenas curpia los Fequisitos. Segiin un cileulo, s6lo aproximaciamente 25% de los micm- ‘bros de la AHA en el period 1890-1910 era maestro de colegio secu: dario comparado con 80% de los miembros de Ia Asociacién Flolégica ‘Americana y de la Modern Language Association, y 90% de los mien» ibros de la Asociacién Filos6fica Americana. No fue sino hasta avanzado clperiodo de entreguerras cuando se convirté en regla que la presiden- Cio de la AHA se otorgara aun profesor universitario con doctorado. Ant tes de 1907, los presidentes eran casi todos aficionados; cle 1912 a 1027 solo una tercera parte tensa el doctorado; de 1928 en adelante, casi todos ‘eran profesionales, tanto por formacién como por ocupacién# ‘Tome “nsnceroy pera” Woodkcv Wisona Hen Louse Anson 27 de seven 1888, SESAME Tike Comp. The pop Wandeow Wid, Princescn, 125,68 Spa. oye Bouse chong andthe grt wry La Hapa, 1974p spore ebcdoees que siguevon esto Ceealar de page antes depen gues sees han egene © basket jona Spencer Baseu Ephraim Emerton Alber: Barbell Fane eee ietinan Chris Ranol, Arar M Sclesngs, Charles 8. Sydno, Fredenh Jocaon Turner 9 Clade F.van Soe Scopes neste raccoon ders veya Sit an sasaed wort of he humanities 2 Alan Olson 7 Je, Vos Yorey rite neath tnlaer made Aer, 19601920 Bakers 197, 7 Todss SSP Tete ate que se Ngcramente bas debido 0 procedimien de calulo Se Sin Lantccnat pofciooane canlenlaaiafue ru gradu poo espace seta atmnaete poco encona, jenn fa sto representado a veces como el Fear a opossn tprofesoral al dobiegesento de Hesbect Baxter Adams ante for aa ee nadie eaten atonal’ flm lgham, por empo, azz dels Fear edn coo pcadente cela Aa en 1907 un vie en a proesonaizaion de Ec mowero ae etomsowAcibn ? 67 En part, la seleccidn de historiadores aficionados como tel 8 como presidentes dea snociacin en la riers epoca, fue una cuesen de egtiseee y de adaptacién a un grupo de base atin importante. Pero también era ‘ord que macho dal ee de Ha mas detacaloseae ee | producido porlos qne no tenfan doctorados 0 proferorador: Las obvas én saosvolimenes mis altamente consideradas fueron ects pot ! iembres sin preparaci6n formal (J.B. McMaster, History ofthe people of | the Unied Sts) sin aliacion universtaria (lls Oberncteat Hood, of the United States since the Civil War), o sin ninguna de ambas (James Schouler, History of the United States under the Censttution, james Ford Rhodes, Histor ofthe United States from the Compromise of 1850). Muchas dc las obras de historia individuales més importantes del petiodo y- aca das universalmente por fa insttucién histérica profesional, segatan siendo prodtieidas por aficionados independieates yricos: el medievalis ta H.O. Taylor, el historiador de la Inquisicién Henry C. Lea, el colonia- Jista George Louis Beer. No cabe duda de que, largo plazo, una parte cada vez mayordel trabajo histérico mas significative estaban reaizan- doprofesionales pero ue un proceso lent, Er ela diferencia de a situacién en otras diseiplinas, nunca se logré nada parecido a un mo- nopotio cabal de profesionales ladon giicoeeelitiatal permanente prominencia de hombres como Schouler, Rhodes Lea sine de ecordntorio de que para la comunidad sie bi votador' | profesionalizacion no sivi6 de eZ $do “proyecto de mona profesional un nue orden de escasos recursos. sociales, de-conocimitento. y habilidates especiales, en otro'de recompensas sociales y econémnicas”. Hay clara. medte proyectos de tidvilidad eH marcha cuando una ocupacion pre- viainente existente (por ejemplo, odontologia) aspira a convertirse profesisn. Pero en el caso de it historia ls tinies profesionales 22Geht ocomplessarn aiies delxer#de ls profesional sadn los “cabaloros, ‘napa (John har tal, so p20 Hay alge de dec eno peo stn ce ld ime 192 = at arn at eb ele conn ae pro corr aroma a ste Gc a ew Saline ytheodaeRooce’usuodfapec 12>) Higham nman es adler Har come un ier del decontento "pie onal on Adata(p 1) pe uot ra cart Farrand del? de ecto de 191, expreaba ln apn de que, pare aqer 9 finelnai e h la que mec: tn ear eae Geb cor) que no peteneacnn scone de edadesFarsand Papen 1p 3) 68 Ta permontacon BELA oxfcTIDAD aficionados” con altos ingresos,y de altos niveles sociales: clingreso el nivel social de los principales hnstoriadores eran superiores antes de la profesicnalizacién de lo quelo fueron después. Paral profescrato,este Petiodo fue el punto medio entinlargo declive desuarieiSaecondinica telativa_ Antes de In guerra de Sécesi6n, la proporci6n del ingreso pro- fesoral en relaciin con el de Ios trabajadores urbanos no ealificados era die 9a I;al cambio del siglo erade 4a 1 o de. l;paralos ahoscincuenta ‘ysesenta eracomo de 2a 1. Sien ez de con trabajadores, acomparacion pertinente sc hace con otta profesin, los académicos del cambio del si fo tenfan en promedio un ingreso tan alto coma el de los médicos, zum {uc los profesores mejor pagados podian ganar cuatro 0 cinco veces el ‘de los médicos. Claro que el ingreso en laprofesién podtia ser~ proyecto de movilidad muy bueno para u 10 Y, ees De odo, muy rapido ademas. A diferencia de Estados Unidos,en Alemania fl doctorado no era el grado académico final. Después de al venta la habitation, ganadacon baseen unareal Habiltationschrif Sélo entonces podta uno empezar ellentoascenso dela escala académica, desde la cate: [oria de Privatdozent (pagado con las exotas de los estudiantes), pasando por la de Extraardinarius (profesor adjunto) hasta la de Ordinarius (tO- Fesor ticular). Como a Eines del siglo X0%, el sistema pniversitario estaba en expansién eri Bstados Unidos, j6venes con talento como Wilson 0 ‘Ture, pod Converse en profesorestitulares enum so @ dos des pus dé obtener el doctorado. : w Es cietto que los historiadores nunca alcanzaron muchos de los rasgos putativos del profesionalismo —habilidades esotéricas, monopolio auto- Tizado, nivel social cada ver ms ato en el oficio—y otros, como la auton ‘fa relativa respecto al control lego, tardaron muchos afios en llegar. Pero en este periodo hubo muchos cambios importantes en la prictica histérica, quese solfan considerar parte del proceso de profesionalizacién, y que promovieron la norma de la objetividad, en tanto que simultanea- ‘mente, la pastura de Ia objetividad faciltaba la profesionalizacién. Am- ® Magali amps Larson, Thi of rafrinato nail ans, Berkey. 1977.9. set Con Be Burke Amr pase ppultons, Nueva Yrs, 158, p 238, Paul Sar, The Joa enrmeton f american ii, Nuera York, 182, pp 8435. pmnaeeulteabe : sesame fis opi an pee eet na cea ceperee anew cmrenceas lca uenetln aac cence drama oso" chos significadoseimplicaciones. Una de sus onnotaciones rude probe: ace meen Ue omepadne pe ice ea me seen re dene Be Beaten an segmumecoranetcde eran Hae ss Spee tt oe ena pr hhubo y que separar la verdad objetiva de la “éharlataneria” y del “par- 20” fue une de les preccupaciones centrates de los estadunidenses » tnecndos yes del Siglo Hankel Goswnee dete porlomeroseigunos siemens eae ones ees FinrondeeGoerisconlaccenin de conga e Prkeed pre peace amare dentate compete, cara ysonfeir auoridad aquellos que po sefan de acuerdo con eterios universal oparasermasrealutan cen te to fueran de una manera obvia personales, partidos m partcuices Los tr Ios cst gu ores incest pout decom sensoentreloscompertte me aliade poder econcrol deur iividua, Camatila pari, yer, por lo et, impersonal, bjeios, Trey de vlores ho de mers opin sina de “verda” "LVepey, gre op. Mak sgn se dneron de en exe ee xan. ay desaramene Wiimjaner Ea Bbty is aeons cogs ee teeta de Macatee dentin bs do ico, Snead a Se ett amps Meopotnyn expo dee" peclasnalos Se a eS Shc scalars aman johpy owt eis ame ‘ire quater deen ete in Cyan te ig qu avy (Ca Adder od can’ apn ee Fe ‘ould ere Win mas irri ombgeess tops Bot eve cate pe ner ce aqui i ite Eo oan ea ore hime Notssoninale ep us ads caters ens ere Congress snore ts ecm nna’ mn romper rel ar (Cano por asus Ee Healey icc Haran ert ia te neni fps Bat 8519, Canige Na 188 0 [La BeTRONTAGION OFLA OMTIVEDAD ara Charles S. Peirce y muchos de sus contemporéncos, la “verdad” s6lo se podia identificar siguiendo el proceso social que la producia. La ‘verdad era “Ia opinién predestinada a sera la que en definitiva accedian todos los que investigan’. En este mismo sentido, en la convencién inaw {Boral Ge [a AHA, Justin Winsor, observ6 que 1s historiadores “ya uy 9 podian permitir vivir aislados”. Estaban obligados a “exponer las idio- Sinerasias al contacto de sus colegas y..salir de esa asamblea mas sanos ycautelosos". Lafundacién de una profesién histdrica—una comunidad Re los competentes en bistoria era, segzin ese influyente criterio con- tempordneo, un prerroquisito indipensable para fa creacién, identifica ion y legitimacién de la verdad histrica objetiva® ‘Ove de las maneras en que Ta protesionalizacion vervte par dar lanorma de i objetiv eravés de eracin en Tatéc- flea, El desarrollo y fa uniformizacién de la técnica era, por supuesto, todo lo que la formacin profesional pretendia; no, como escribi6 J Frantlin Jameson, “evocar fa originalidad, alumbrar tos Fuegos del ge nio[,_Jsino regularizar, critica refrenar ls extravagancias, establecer ln eélterio de pericia y obligar alos hombres 2 acatarlo”. La técnica un- formizada era el fundamento de la “replicabilidad transpersonal”, una de las definiciones de objetividad més importantes y tal vez la mds cohe- rente:cs objetivamente cierto que mido 5 pies 11 pulgadas de altura por- {que (ysélo porque) todos los investigadores coinciden en que la técnica de medir ia altura es usar una unidad de medida uniformizada, y eval: Guiera que me aplique ese instrumento métrico obtendré el mistao re AMitado. Segin este eriterio, la objetividad es un fenémeno social que nace por la instauracidn de un consenso metodolégico, En la medida en aque I profesionalizacién es lo que regulariza, promulga y hace que ese ‘hsemso se cumpla, no se puede decir que la objetividad exista previa mente ala prafesionalizacion, ‘La tercera forma en que laprofesionalizaci6n promoviala objetivicad eraateavés de una redefinicion del piblico lector dela obra de historia. Eltrabajo preprofesional estaba lirigido hacia afuera,al ptblico en gene- ral El abajo profesional de historia se dirigia cada ver mas a coleges, aunque, a diferencia de otras disciplinas, nunca exclusivamente a ellos, S charles Seige, "How to make our ides cles” en blrts R Cohen comp. anc love and gis Lone, 1928 5, jain Wingo, en aba, Papers, ni, 1 184. 11 “Hf piachin anes the inoenee of wars upon istarlcalweng” Universidad ae Chieag, eco 6, 1902 9.285, Et PROYECTO Ds RROFSIONALIZACION n Para hacer uso de una distincién elaborada por Ch : ia por Christopher Jencks David Riesman, le historia eracada vez menos proyocte i y cada vex mds un proyecto “aeadémico™. PP” mtelectual Unapreguntascadémiencf aque plweealgua gu nmpragunndii ” salaguna alguna ambigied iS itor oe ar inerpelatne de una cpt. Es tn popu ue f= plnzan colegio gute panies cn nombre elon yal que poe Drimordialnsents como unsenicoa esos colegu El ems “iteeecnal ale sn pet nicer, Son mci pa rn ao Papel intelectual, yalgunasto hacen cai eonstantemenee, pero pocs e gua a fide con le Las pregunta inelcnlsemanea deta rdextn strc a emp enc, las pantean hombres de todo tipo y candi de hombreaYseresporce . sbledemaneraequetnen sentido paral or csupone que en unaditeuiGnacacinics, oe prtipances Geren inependigg ‘iu protesional y zlaboran en a bdsqusda de una respuesta asptabie oe ‘nce generale Los ems mores polos que nose pace esses ne ante atvestigaionyque no cedenatainvesignctoncooperstivqucdon co por definicién fuera dela écbita ncarémica. Por ota parte, ce supone que los pro- Egos ge una dcilon intel on-presererada Parson le tut debe aloes reset pues qu sespoe quae rend ce umentacia tnd conseuencian perios adem de protestonales intelecttial generai-Err lamedida tii qué #8 tohsumé esta tr rma- | corpalhsosadolefvehuchomstil mantrerapostrafinterian - icimpusibittey elton de fifo dstanciamicnt que craclsellodatintirs de brobjeuwasd densa © Soapetacecincietntve Poo ant, ls profesorairacén dela historia fe elapuntalamiento deta nctiridada lr qu aspirabalaniormarde'a objesnidad Conca lca thiformizads ell-ofrets los modiow de furcionamients; lo que ondjoa un modo spropiais de discuso, Perla Felacion fue secpoe cx Porrazonesde gusto ctu os istonaderes preprofetonales gos lectores legos tal vez prefirieran quel trabajo historico fucranbjetivoen vinoomisdelos ent. dos deste rmino, Yyaheinentadoimerta gue de hecho, habia fuertescorrientes que fban en esa direceigm, Pers os hstonadores aficionados y sus lettores no msvesnnnnete te esa agg” Chieoper feels Dai Rican, Te ade rin, Nera York 198,99 28 a ‘LA EXTRONTACION DE LA OBJETTVIDAD referencia y muchos no la tuvieron. Sin embargo, para la nueva pro- {esi dela historia existian poderosas razones para que la postura de la ‘objetividad fuera, no sélo conveniente, sino vital Mm primer servicio que el programa den bjetvidad proporsion® 2 profesign ag la historia Fue la ereaci6n de un sisteina de reriuneracion Reeptable- Los historiadores preprofésionoles tiabianfetido'sus mer- ee Le eran clisicarhenelibe produttores indepeidientes ocala Se ee ame Tray resultado dela soberanfa consumicta de incontables individuios de dlvetscs gustes y preferencias. Asimismo, I evaliaciones pubiicadas (pe, teienias) se basaban en citeriosidiosineréticos los Lee Peo emo aot aeabaron concierto aes eee indore a quienes leshabia mosradoiexpedcncia eae areas le quisnes acer cco omieo, Abe [0.0808 a ate Bae magus balngacos, ra muy poco lo ue tater To Pocoukisnadsic pc piomonransegansb=n Ja vida con Ia historia!" ‘Cuando el trabajo histérico, seinsduucionalizoy bisporia secomyirtié 2 acise de tens cataplcto on verde un pasterpo, ls or ad ules jal tucroracepibles Noeralassano TARTeUeL co waite} consensual deta rofedbee ques aera aioe aun baton you obra ye! gue Setarminaba ar ec vatruaso de auearera Ly profesor queseexcargaba de rorgar becas, premios y puestos honorificos; de aceptar Ode rechazar Fer Eifencionce pevieieas dela ealuaiond Hees en cass "ee hecho prbableente expla que avers una at nuy erent ci oe torte afeoparc:yatoqucetaacaladsedengpacone pg CeorgeCaeat seemed pivpon del se ¥e-Inobubern nti por qseain que Heer renner ge el wera celts Go dq dacs vase cho me ie eer hiorndres habia pata senion dea competency aerORa se re chaiente como culoshechosGeunaideriespaciatorfnenteacennda. [Seon aereagtiosytotaslades sande sae mar hao eos ps £1 pos > ae Istita te onldnd sxctnin) lor uteres que torabon pests ets unos raat et os mine nc fectots Bn on dba co us ales, rage SeOLTEINA S o sldo ce aun taba con Ia mama Wher gure penne en EAE Sc pret" George Cally, ty ibe ted Sey 14001860 spree pa, lame. 370. p. 130 | | | + EL reovecro De PROFESIONALIZACION ct publicaciones; y lo més crucial, aunque lejos de latotal suronoma, de las ‘portiinidades de empleo, dela promocién y de ossalarios. Todos esias ‘cuestisites eran del mayorinterés paralos nuevos profesionales, ylapro- fesidmhistéricadiffeilmente hubiera funcionadosi esas recompeniis n0 sehubieran distribuido de acuetdo con los ques consiceraban critevios uuniversalstasy objtivos. Claro que, en la prictica, esos criterios se man? “ tenfaiiviolandolos; pero era indispensable mantenerlos apesar de todo 0, almenos, en apariencia. Como por ejemplo la regia de la American His torical Review en contra de que un libro fuera resenado por un maestro, estudiante o colega del autor, regla que era necesacia, explicé el jae de redaccidn a un colaborador, para evitar la posibilidad de "que personas 1 pie os sospechosos de: idad oval te ajena a nuestros principios de imparcialidad y calidad.” Un segundo problema de la profesidn era asegurar el porvenir de los } que pose‘an un talento mediocté. A fines del sig’o xtX, pocos miembros de la profesi6n histdrica —o de cualquier profesién en cualquier época~ se distingufan por la fuerza o la agudeza de sa iagenio 0 por su desco- Tantecapacida de exprevion Btcrtia (Qué banger deeloe? Tambien eneste caso hay un marcado contraste com la étic de a sobt evivericia de los wis aptos y fe expulsién 2 otros caripo8 de desenlipenty de Tos tio aptos, que regia en los mercado libres de la production intelectual y caltural, No era ua sistema viable en una profesion que seincrementabe yyesperaba reclutar ntievos miembros, y proporcinar una actividad satis: {actoria tntoa ellos mismos como asus colegas. Como observé Andrew Hacker, ‘Cuando los indvidios de capacidad promedio tratan de sumentar el fonido de inforracin y la comprensian de a Sociedad, no trdan en dar nueva forma 2 ‘concepciones del condcimiento hasta entonces dorninantes, de manera que per Sonas de talento liitado puedan actmularlas[..] Gon tantas eatrerss ef juego, face alguna variante de seguridad coleciva y el principal artical de acuerdo Sitma que ls falta de una excelente xpacidad nd necevariamente excluye aun individno de obtener uta teputacign respersble-T2 lucha por la sobrevivercia nd debe ser de siaguha manern una guerra de toot contra tacos. Al Eonar, pueden redacrarconvenios enlosqjueteproteja dela ompetencia desleaa todos {gsmniembres, pniendo as expecrativas de desemapeto intelectuaten un nive a zonsbel..J 1 conacimlenta académico ha dejado Je ser ura bésquede de la ‘erdad de viaaneha, faces snot. Ja acursalacion ce informacién e interpret Tones corsectas, Por lo tanto, a produceién de toda h vida de un aesdémico mo 2). Pann Jmeson a A.C, McLaugh, 21 de ager 1610, A, Pap 075, \ | 1 | } m La ernontation DE LA oufIDA “deene puede consist en materiales de buena fuente, in queni ino solo de ellos ‘etd expuesto al ataque con base en que est errado. J. Franklin Jameson que, como fundador y director de la American Hiccrical Review era, deste hacfa tempo. la persona mejor situada en la profesin para evaluarla produccidn de loshistoriadores estadunidenses, Calificé os afios 1890 como un periodo de “trabajo de segunda clase”, en elcual, dijo, hubiera sido més uitl que os historiadores profesionales se hubieran dedicadoa “acumular montones de materialesbien selecciona dos" para que unageneracién posteriorlossintetizara. Richard Hofstadter dijo que mientras los historiadores preprofesionales, eon sus bosquejos de-visiones-morales eseritos con gran habilidad literacia, habian pro- dducido obras de arte que los coneyjeron a la consagraci6n, los nucves| profesionales, con sus monografias restringidas y tediosas,ruvieron que Elcanzarla en un proyecto colectivo que trascendiera sus esfuerbos in- dividuales.1¢ Como hemos visto, en este periodo, tanto los cientificos naturales co- smo lot historiadores manifestaron con frecuencia la expectativa de que sus respectivos proyectos fueran fnizos. Ambos grapes emplearon la ina gen de adiciones graduales a un edifcio. Escribiendo sobre las ciencias naturales, Karl Pearson dijo: los trabajadoces..jlevaban ss piedras aun gran eificioy las aplaban y cimen taban sia relaeidn con an plan general ni con el trabajo individual de sus vec ‘nos..Pero esa gran estructura, cuyas proporciones estén fuera del alcance de tcnalquier individuo, posee ung simewia y unidad propias a pesar de su. modo {de construccidn fortitol] El grupo més pequeno d= hechbs, casiiado idé- ‘neamente yabordade logicamente, formard una eda que iene su propiolugar Chel geen clficio del saber, toulimeate independiente de trabajador individ aque lea dado forma. Segtin Edward P. Cheyney: Elescrtor cientifica del historia no construye pna catedral gética ena de iere- iaularidades de aspecto sugestvo,areos que se clevan, nichos Henos de Bguras Sageadas 0 grotesas y naves lateral eon una fumminacGa tenueyreligiasa: se 'S andrew iacker “Democracy meclocry,and thescola! cling’ ponenciapresentada tenia reunion de 1968 deb Asoetacon Americans de Ciencia Pliiea, pp. 4, 10) Rankin Faton, The hit of atrial wring in Amer Boston, 1851, pp 182138; toa, “The indoence of univestio’, lee $00; Richard Hotter, The progesioe Abtoriqnr Tur, Bord Pasig, Nace York, 1968, pA [EL mOvECTO De FROFESIONALIZACION 15 esl trabajo del historiador literati. Pero construye un templo cisicc: simple, Severo, de linear siméteeas, rodeado por la cara y blame lz dela verdad, pe- hnetrado del espirits de Ia moderacion. Cada hecho hisc6rico es una pled la ‘ada, extraida del montsn de pieras de lor regsirosdel pasado; ha de Ser sida yexdrada y de color parejo, ut hecho verificado..Sudiseio yas, los acon fecimientos han ocurrce en Teanga, el pasado io a sie realmente: su (area comssteen acercarse lo mis posible a dsc. Jameson escribié a Henry Adams: “Sigo luchando, haciendo ladrillos sift mucha idea de e6mo los usarda los arquitectos, pero creo que ni el mejor arquitecto que haya habido puede arreglicselas sin Iarillosy, por Io tanto, rato de hacer buenos ladrillos.”! Esta concepcién de la tarea delhistoriador—b paciente manufactura dc Tadaillos intrépidos y convincentes, basados en hechos que bay que tencajar para formar en [a historia objtiva y deinitiva— tenia enormes ‘Yentajas protesionales. Ofrecfa una imagen casi tangible de progreso firme y cumulative. Aunque la creaciOn de uoagran sintesis exgia una vision arquiteetSnica, casicualquiera con una formacién adecuada podia tmoldear un ladrill: se garantizaba asi un trabajo que vali la pena a los Gueestaban dotados de os talentos mas modestos, pero que con suapor- {acién contribufan al edificio. Como el método postulaba que podia ha- ber sstoun ladrilloadecuado para cada nicho, se asegurabalacticencia, tin valor pristin de la 6poca, evitando la dupicacion innecesaria dei tsfiserz0, El ahorro del esfuerzo tenia dos funciones mas: hacer impro- babie la confrontacién de dos versiones ireconcliables del mismo ladr- llo, un panorama que, si se repetia con cierta frecuencia, podia poner toda la Ideologéa de a objetvidad en tela de jucio. Asimisno, al dismi- huir la probabilidad de confrontacién, descendia, como es logico, la focasion de controversia. Ww Este dikimo punto conduce a una dimensién final de a relacién entre 10s programas de objetividad y de profesionalizac'én en ese periodo, una "8 Kad Pearson The pammar of cher, 1892; 3a. Lends, 1911, p. 18, Edvard P ‘hyney, cura promuncedo ena Escuela de radvndos ta Universidade Pena, $de oznbee 1907 eelap, coma “Wha ie Histor?" en The Hin Tucker's Mogasing, i. ‘etebre 191, p, 701) Prank amezco, crs del 31 ce oeubze de 1910, en F Donnan y ESP Stock, dn teria, p 186. } %6 [La eiTROMACON DE LA ONEIDA dimensién lena de paradojas como resultado de las tensiones en el interior de las dos ideas interactuantes. ‘Tal ver la mayor atraccién del conocimiento objetivo fue que era in- controvertible ¥ no controvertido, al mismo tiempo que una influyente teoria del conocimiento objetivo sostenfa que la cantraversi, la embes. tida del debate ylacrftica, era indispensable para su produccidn. No se trata, por supuesto, de uma contradiccién légica. En realidad, se trata de lun proceso dialéctico totalmente coherente y transparente: la objetivi: dad frfa como el hielo forjada en el fuego de la disputa, Pero ello indica 4 postbilidad de tna contradiccin psicolégica: que los que valoraban lo que era objetivo, precisamente porque no era polémico, en elm “lox casos podian mrestrarse ambivatentes al participar en os procesor 0 necesarios para generarlo. : Si habia una contradiccién psicolégica latente en la idea de objetivi. dad, habfa una contradiccién conductual manifiesta en las conflictivas normas de conducta profesional a seguir respecto a la controversia y ia critica, Sila maxima del libre mercado es caveat emptor, el lema de I profesién es credat emptor: “el productor de estas mercancfas ha sido rigurosamente formado y nosotros respondemas tanto de sx competen- cia como de su ética; las propias mercancias han sido sometidas ala mds rigurosa veriticaci6n y critica; por lo tanto se las puede aceptar de buena fe". En profesiones “liberales” como el derecho y la medicina, en lo que s¢ insiste es en la formacidn y en los criterios éticos de los profesionales ‘yen la supuesta disposici6n de la comunidad profesional a expulsarins- fantdneamente alos queno satisfacen exosaltos citerios. (Esbien sabido que, en la prictica y salvo en los casos més indignantes, esto casi munca sucede.) En cambio, en as profesiones académicas 0 cientfficas se insiste ‘en la erftica mutua y feror de los descubrimientos realizados en la co- ‘munidad disciplinaria, Elacadémico ha sido definido como “un hombre ‘que posee un interés combativa en el trabajo de su vecino”, Pero la norma de la crucldad con los hermanos descarriados, la re- velacién del error sin contemplaciones, esté en terminante contradiccisn con valores profesionales igualmente importantes: respeto y deferencia mutuos, preservacién de la Giccién publica de la competencia de todos los profesionates titulados. Uno de los tabties profesionales mas fuertes vaen contra de criticar aun colega profesional en publico, comolo prue bael frecuente ostracismo al que se liega con médi¢os que tinden testimo- iio en favor del demandante en juicies sobre actos contrarios ala ética, [EL movecro be ROMBONALIEACION ” Lanaturaleza dela actividad dethistoriador, delatemprana profesién. 4c historiador, y de las normas contemporéneas del discurso contribu- yerot ae se llegara a sacrificar la exitica en aris de la cortesta. A dife- Teneid de Bird Breas ids exotéricas del saber, la distusién histérica se Hlevaba a cabo en el Lenguaje comin, trataba de temas comprensibles y se realizaba més 0 menos en piiblico. En sus primcros afios, la Americar Historical Review munca estuvo dirigida exclusivamente a acaciémicos; las primeras reuniones de la AIA solian ser con mayor frecuencia, mas bien, ccasiones sociales que académicas, dominadas por aficionados. La pro- fesién era tan pequefia que précticamente todos se conocian efire sy estaban'religionados por vinculos de amistad, prebendas y advlacién, Era rectiente que loscrticossenegarana esefar libros de amigos cu clo tenian razones para sospechar que tendrfan que. ser honestos. Entre loshistoriadores ovenes, también era comtinel t2mora perjudicar suca- rrera si criticaban a sus mayores. El joven Frederick Jackson Turner se 1negé a publicar una critica que habia pronunciado oralmente por miedo a antagonizar con cl sensible c influyente Hermann von Holst.” Pero is allé de estas consideraciones personales y prudentes, en la cultura cortés del cambio de sigio habfa una difundida aversion porlacontrover- siay lacritica vehementes, Dehecho eran algo "no profesional”. En 1901, cl comité del programa de la AHA vacilé en incluir “un campo tan con trovertido como la Reforma” en el programa. Una década después, An- drew C. McLaughlin puso reparos a que se discutieran las opiniones surefias sobre la soberania del estado antes de la guerra civil porque “no me gustausarla American Historical Association parapresentareste tipo de tema polémico”. Las resefiaseriticas en la AKA catisaron mucho do: lor, incluso entre los que no habian sido heridos personalmente. James Schouler expresé su “aversién por resefias de libros, et., como las que establecen comparaciones o hacen comentarios ofensivos entre bros dela AsociaciGn*. Elpreferialaregla de la Sociedad Histéricade Ma- ssachusetts, que prohibia comentarios criticos sobre el trabajo de miem: bbros vivos y deploraba varios casos publicados ea la ZR en los que “las 18 Ray Allen iligton, Perc fcon Teme Mri sar, acer, Nueva Yor, 1973, 49. Ea los primeros ain del te, orn an vexed rar ancnisan Jameson expe = tin coreespant! que, ntrelastazons cu conta de Grnari "a nds ecuciuecslarenuencia dus prove tener condencia de qu el exentor no he soglado tanta br coma se habiers Sesendo aquest rma, sesiems un poco imma cua se enauerra cone anor ene [rovina reunion de a ANA, Cara a Archibald Cary Coalie, 16 e alo 105, ANA, Pape, eer 8 La permowzsci6s £14 oupDAD ‘opiniones impresas porlos redactores[..] son de tal clase que producen econo y animadversiOn entre nuestros miembros principaies, mientras que por otro lado, hay otros que tienen la fortuna de que los elogien y cortejen”. Albert Bushnell Hart, de Harvard, agitado por lo que en rex- lidad era una erftica hastante benévala de libros escritos por guras cle alto rango y publicadiaen la AH, se quejaba de que “se hubiera corregido a cadauno de ellos seles haya dicho que se mantuvieran a raya, sin hacer lusiones directas, que se pusieran en posicién de fires". "Ni uno solo de ellos ~dijo~es'un hhorabre que tenga necesidad de reprimendas o2d- moniciones ni de convertirse en blanco de pistolas de juguete.” George Lincoln Burr, de Comell, entonces miembro del conscjo editorial de la ‘ith, seccunds en general los puntos de vista de Hart porque crefa que los “académicos de probada valia y madurez en los estudios hist6ricos me- recen una cierta deferencia de tono por parte delos eritcos que otros no se han ganaclo atin, Es decir, existe con ellos una extraordinaria deuda de gratitud”. Hasta jameson, que regularmente condenaba cl matiz ihsu- ficientemente eritico de las resefias, que él atribufa aun exceso de buena disposicion ce la cultura estadunidense y ala cordialidad en el seno de Ja profesi6n, agradecia a Dios “que no somos como los Gelehréen alema- nes, para muchos de los cuales es un gozo, ya veces sa gozo principal en Ia vida, hablar mal unos de otros”. Enalgunos aspectos, la profesionalizacién trajo consigo la decadencia dela critica riguroda y de la Conteoversia fructifera. En los afios:1860-y 1870, el HBtorical Magazine de Henry B. Dawson habia ofrecido un ‘examen agudo y penetrante de a erudicién de Bancroft, de Motley ydel anciano Charles Francis Adams entre otros. Dawson cumplié con sus lectores la promesa de que siempre “expondiria y condenaria sin te- mor{ «jlo que se sepa que es hist6ricamente inexacto(..sin importar ‘quien io haya dicho”. En la AHR inicialy en otras publicaciones profesio- nales del periodo, la critica fue siempre mas inhibida que la de Dawson. En 1877, Henry Adams propuso que Henry Cabot Lodge impartieraun 7 CH. Haskins 2 miembros del comité de programa, 1S de marzo 190%, Geooge Baron ‘Artans Papers tp 10; MeLaglina Can sell Fuh 25 cle may 191, fash Paper ah {iSehoulersHesbor Baxter Aeams, | dediciembre 1900 W. Sel Hol. corp, Blac shobrsip in the United Sts, 1876450 a revealed inthe cor cespondence of Merbert ‘ans Js Hopline Gv Sarin Mirada Pot Seinen. GL, 1938 298 191;HutaGeorge Uncaln But, 25¢e ature 191, y Boreafameson 17 denviembre 101, obs en ase, Paper, en 207, Jaeron a Archibald Cary Coolie, 16 de alo 109, AA Papo, a : EL ovucro os tromatonncceacaon a curso que iba aabarcar el mismo periodo que elimpartido por él. “Aun que sus puntos de vista son federalists y conservadores ~escribié al presiciente Eliot— tienen tanto derecho a ser expresados en la universi- dad como los mos, con tendencia a la democracia y al radicalismio. ES Aifie que el choque de opiniones na logre evimular [a investigueiSn, entre los esrudiantes." En la época de la territcrilidad profesional no habia posiilidad de manifestar una sugerencia de este tipo.!® Los historiadores de este periodo llegaron areconocer los elementos. j del modelo profesional que exigfan la critica mutua y la controversia ‘aguda, como cuando AlbertB. Hart describiasuscolegas delasiguiente | sianera: “miso menos canibales:viven dedestruir las conelusiones, nos de otros", En la practica, a la abramadora mayoria ~inciuido, como he- mos visto, el propio Hart— le repelfan esas normas de profesionalismo académico y preferian las que se regian por ia cortesia y ia gentiieza. Se valoraba a objetividad, no como resultado del conflicto profesional, sino como profilaxis contra éste."? * HeogyB, Dawson ct en Das. van Tate fring nrc’ att an ntpaaionof ‘ede irl eirin doerin 10071884, Chino, 16% Coane Ay cit-en Siymour Martin Lipset, "Political controversies at Harard, 1696 wo 1974" en Lipsey Big iceman, comp, Aaseaton and pole a Harr, us York, 1975p. 55 "albert shal Hart Irsaginaia in istry, 7, nm 18,100, 38, 3. CONSENSO Y LEGITIMACION ~ OT: rida pu a objerividad desudiscurso—y ni siquierasaber qué significa quelo sea—sin Season earreee de larcalidad. Ni todos los factores considerados hasta ahora hubleran podido, sumados, establecer la objetividad como la norma aceptada en el seo de Ia comunidad histdrica estadunidense afines del Siglo xt, sino hubiera sido por un factor adicional: el grado extraordl- nario de homogeneidad ideolégica de esa comunidad. “Aunque los administradores universitarios circunscribian aos miem- bros del cuerpo docente a Is presentacién objetiva de la ortodoxia apro- bada, esto no significaba una restriccién importante para os historiado- res, que no mostraban signos visibles de heterodoxia grave. El compro- miso de algunos historiadores ceentificos al producir obras de historia para escolares, tenfael declarado propésito de legitimar el orden social Y politico, pero esto no perturbaba en absolute alos historiadores para Guienes ese orden no era problemitico eno més minimo, Con un relato Simparcial” de la guerra civil y de la revolucién estadunidenses en ambos casos basado en la “verdad objetiva” del racismo cientifico—, los hjstoriadores podian demostrar simultineamente su propia imparcia- {tly prevarlan sera public vals al promoverin meta de una reconcliacidn entre el Norte y el Sury entre Estados Unidos y Gran Bre tafia. ‘ia palabra “ideologia” se ha usado con tanta laxtud y se ha definido de maneras tan diversas en los iltimos afios que quisiera poner en cla- ro desde el inicio cémo la voy a emplear. En la usantza marxista octodoxa la palabra alude a un punto de vista directamente vinculado con Ia po: Consense ¥ tzcrnatersn 8 sici6n de una clase social en particular. No es este el sentido en que ino, Con ideningta me teterosimplemence a uma perspeciva bgt comprensiva y, al menos, tcitamente coherente det mundo. No cabe duda de que en tltimo término, toda ideologia implica, o esta basada en. ‘una ontologta, una epistemologéa, tuna estétiea, yai{sucesivamente. Pero, sinos limitamosalos campos explicitamente socialy politico, laideologia, puede ser descrita muy esqueméticamente con base en tres elementos: una imagen de cémo es el mundo; 2) unaimagen de cémo debertaser. 3)un conjunto de proposiciones sobre la relaciGn entre lo primero y io, segundo. (EI tercer elemento posee varias dimensiones: guarda la dis- tancia, acercarse o separarse més, moverse lenta 9 répidamente, evolu cionar fluidamente o con necesidad de rupturas, etcétera.) Las ideologtas sociales y polities ‘egorizar sprosimads mente como “eominantes", “acomodaticias" y “de oposicion”. La ideo- logia dominante, que en las sociedades modernas occidentales rara vez se encuentra en st forma pura, contempla la relaci6n entre cdo ¢s el mundo y como deberfa ser, como una relacién de identidad o casi de identidad. Las acuerdos sociales y politicos san todo lo buenos dele que el hombre ¢: capaz, Es la ideologia de a celebrac‘én, la complacencia y el conservadurismo.! 1a ideologia “acomodacionista” reconoce problemas y deficiencias, Hay una brecha porle menos moderada entre cénio sonlas cosas ycmo deberfan ser. No obstante, se considera que las d-versas dificultades no estan relacionadas: cada cual requiere su Soluciénaparte. Las exiticas no se suman ni se transforman en tna acusaci6n estructural, Al menos en Estados Unidos, los iberales, progresistas y reformadores, que son los, portavoces de una ideologia acomodaticia, consideran que el “es” se esplaza hacia una cercanfa cada vez mayor con el “debe ser”; talvezsean rilitantes, pero no son desleales; a menudo preocapados, siguen siendo, ‘al menos moderada y muchas veces inmoderadamente, optimistas, En realidad, asu manera, al vez sean tan complacientes como los del primer ‘grupo: en tanto que a los primeros les satisface la contenplacién de la pperfeccidn estitica, los segundos derivan su satisfaccién del orgullo de * Eas tasnonia esd wena de Tr Katnelsony Mack Keslan, Te pli of ower 2 teal ination marzo orem, Nurs Yat, 1975, p38, en qu los aucores ‘thpran parssus ney on miosahors) un esquera geri por Frank Parkin, Cas eu) diene, Nueva Yor, 187, pp. 8288, cy La sxtRoNTACION DB LA OMETEOAD haber cerrado la brecha del pasado y de la contianza en las perspectivas futuras de cerrarla aiin mas. Por iltimo esti la ideologia “de oposicién”, cuyo sello distintivo noes 3 tanto la diserepancia entre ¢émo son las cosas y cémo deberfan ser, au (que es pico que la discrepandia se considere grande, como ia creencia ghque es poco probable que la brechase cierre filo pacifcamente. Los ddefectos ho estin aislados sino que forman patrones y estén interce Jacionados. La variedad pesimista 0 “tragica” de Ia ideologta de opost- Clon considera que labrecha seampliainexorablemente debidoa fuerzas {Que esuin fuera de nuestro control Ala nversa, el oposiconista radical ‘EGhaza la posibilidad de cerrar la brechasustancialmente sin un cambio utructural fundamental: tina sociedad que se respete requiere de ch tmientos diferentes, Laausencia, ocasilaamsencia, delaideologiadeopo. Netén en a tradiion politica estadunidense, la relaiva tvialidad de las isputas entre los campos dominante y acomodaticio, 3 en lo qi los historiadgres del “consenso” ibaa a hacer hincapié después de la segun- Gaguerra tndial. Elos argumentaban que, en comparacisn con Buro- pardonde ef orden burgues era fundamentalmente rechazado por los Tacslogos de una arcadia arstocrdticahetida pero todavia no mucrta,y tuna uspia proletatia que luchaba por racer, Ios estadunidenses, en el tuso de la hayor parte de la historia de Ia aacin han recurrido a stb- terfugios para expresar qué tantos o qué tan pocos remiendos eran nnecesarios, Sean tales sean los mértosy las limitaciones analiticas de “apoyarse en el consenso ideolégico para comprender la historia de Es tadlos Unidos, ste es sin duda indispensable para entender alos histo- adores estadunidenses del cainbio de siglo. ‘En este period, el consenso entte los historiadores es sorprendente, J en algunos aspectos, porque munca hubo ainguna otra época en Ia his- | Torinextadunidense ena que, en conjunte, ubiera tan poco consenso | Buela epoca dela evueltapopalstay de a campasa pars que se perm tiera acutar moneda sin lite, de la violencia anarquista ysindicalist; ‘una época de problemas sociales sin precedente eirresueltosen ciudades - on un nuimero de inmigrantes mayor hasta entonces no asimilados! un " periodo que fue testigodelascenso delos wobbles del Partido Socialista, 2 punto de convertirse, como en Enropa, en un serio contendiente del poder. En medio de esa agitacion, os historiadotes profesionales perma hecfan, con exceacién de los mas parciales ¢ insignificantes, serenos € | impertérritos en su celebracién de los fervores tradicionsles: uaa isla de | ortodoxia en un mar de heterodoxia. Antes de exarninar los elementos por uirsalario ea una gran empresa. 3 spare fon apes pot Ou colegas; sorts esiales 195 gue, ucluso ch es0s contexte : an eraco a stor { Gossess0 ¥ tscmMACION a ‘especificos que liegaron a formar parte de ese notable consenso, veamos figunas de las fuerzas centripetas que lo generaron y reforcaron. ‘Fueran cuales fueran losatzibutos de una profesibn quelos historiadores del cambio de siglo pudieran reclamar, la autonomia se contaba entre Glos, La profesionalizacin de la histovia significaba un cambio en el pivel sociatdeT historiador: de la ndependenc encamped it fada de entrete- jt trabajo Emupresirial-aercomicisn ds emplesdo alata. do de una organization burocralica CTSTo que también los miembros de" do prater ies faeleH Ser Chipleados- pero an abogado que Habela "Gi migdico empleido por "parseran COnOGE por burocraticos, contr ‘ala practic ho RSE OREO teal forinal para Sjercef la histori eSceIbieNAON, Slo nerve nereste-TnalO. Pero tamipoeo Fauna puertaa leneesanv, pues parejercenla we fetceitan estudiantes. cualguicr sentido signi | eacivos tn fale Wulizable y efectivo para “elercer labistopas=aisenar history fener ls faciidader yl Werapo para esenbirla.dependia.de ‘obteier una plazven una ferulalo en una universidad Parr seipindls ited del siglo Xx, ls decisiones sobre contratacién la tomaban los colegas académicos de cada quien. Aunque los cuerpéis do- ccentes raras veces poseen la capacidad de nombramientos formales, es ‘GGracteristie que tomen la iniiativa y, en general, se presta atenéién a Sus decisiones los administradoresy miembrosde fa direccin casi nun ta imponen sus propios candidatos aun cuerpo docente renuemte Esta dstaba de sera situacion en las déeadas alrededor de 1900, Los péest- Gentes de log colegios universitarios astsnombt se=andalos acevo. te pormilembeoe de fe diveccion, eran la autoridad de faci, y no s6lo de Pee ermes pares contin gs ndacionts realizcban extensagentiev anide cereals pconunciamientas delos protesores, Galo "que Reman comands: Labs Exceptiones;perosi eatacter SFiS: Mak Fasand, tata sceperonal M5 dove tentar a Cart Rastell Fah para que fuere a Yale, sefial6, en 1910, ‘como un rasgo singular del procedimiento de designaci6n de Yale, que la contratacion era en buena medida prerrogaiiva del consejo docente. 8 La ExTROMIACION DE LA OMFTTMDAD A cliferencia de la situacin en otras insttuctones, “cuando un hombre llega Yale, lo hace con la sincera aprobaciéa e invitacion de sus colegas Su'nombramiento es recibido con beneplécito y en ningun sentido tomado a mal"? eee “Los ildsofos —sefial6algunavez Brooks Adameal ues Holmes—eran contratados por las clases acomodadas para que demostraran que todo ‘estaba bien.” Seria una exageracién decir que la observacién de Adams ddefinis la relacién entre los académicos del cambio de sigio y las uni versidades que los empleaban, pero no tanto, "Esta muy bien simpatizar con el trabajador ~observé Wiliam Rainey Harper, primer presidente dela Universidad de Chicago— pero nuestro dinero fo obtenemos de los {que estin del otro lado ynio nos podemos permitirelluja de agraviarlos.” Berpe wo de asogurarse-de que j. Franklin Jameson e72 aceptable parael benefactor de iauniversidad, JohaD. Rockefeller, antes dde nombrar a Jameson sucesor de Von Holst. Nicholas Murray Butler dijo en 1910 al Consejo de Fideicomisarios de Columbia “A los hombres {Que sienten que sus Convicciones personales les exigentratar a opinion tadura del mundo cvilizado sin respeto o con desprecio, bien puede <éérscles una oportunidad para hacerlo desde una posicida privada y sin Ja influencia agregada y el prestigio del nombre de una universidad” ‘Cuando en 1916 e! Consejo ce Fideicomisariosde a Universidad de Pen silvania expulsé al economista Scot Nearing, un editorial dl Now York Times expres6 la siguiente opinién: TLoshombres que‘ través de fatign ycapacidad han reunido e suficiente dinero para dotar a universidades o a cdvecras de profesotes, en general, no Genrn en Inenve que su dinero se deberiagastar en la propagacion de los dogmas Celso cialsmo 0 en ensefara jivenesingenos edmo vivir sin dinero, Pero cuando los Tideicomisariosseempenan, conscientemence, enllevaracabo lo propesitor del undador vomandolas medidas adecuadae paraimpedirel mal uso de la dotacin, siempre se escucha wn gran alarido sobre fa libertad académica. Ne vemos tin: guna randn pare que losdefensoresdelalibertad acsdémica ivestablezcaneneste Eenuido una univeridad por m cuenta, Que consigan los foros, que ejan los ‘ficios, que disefcn el ecinto unversitaro y que después hagan uns solicit laa celdas de paredes acolchadas de Bedlam parasw perronal docente, Nadi {ecferrinen la plena libertad delos profexores: podrian enschar socalismo.inep: tins sin coreapisas hasta el dfs de juicio final * bx Farrand 2 Cal BF § de Febrero 1910, Fi Papers © 1, ILOIORL Cons ¥ ecrMMAcion 8s Los donantes ricos no s6lo ejercfan una influencia generalizada en la efinidion de los lites pormisiblek del dlieursa ecademicy a raves de su Thiembresfrer consejos de fideicomisatios y por Via'de administrado- res sumisos sino queécon frécietica eigrosaban ol jalavio deua profesor doxackor Wook OW WILT ir Pei y Predetick Jackson en Harvard sc CGhtaban entre los beneficiarios de este tipo de acuerdo, que huciga decirio, no se extends alos heterodoxas, yi siquieraa los heterodoxss moderados.> Los erierios de oxtodoxia religiosano eran infrecuentes: Bryn Mawr eraalgovstcomio in satlite de a fohitHopkin,j Wilson fue fespaldado para un puesto alli por el influyente Herbert Baxter Adams, pero antes de asegurarse el puesto tuvo que satisfacer al presidente de la facultad Jiciendu que él “ereia que latnatio dela Providencia estaba en codaia his- toria; que el progceso de a cristiandad era un factor de tanta magnitud coms el desarrollo de la ilosofia y de la ciencias”.El presidente acepts recomendarlo a los fideicomizarios después de heberse "arepurado de aque Ins lecciones morales y religiosas dela historia seran usadlas en sus manos para fortificar una amplia y comprehensiva, pero bien definida fe enllacristiandad”. Unos afios mds tarde, Wilson setraslad6 a Princeton, pero solo después ce superar la inquietud de algunos alos que preccu paba que en su discusién del origen del Estado, Wilson hubiera “mnie Inizado lo sobrenatural” y hubiera dejada “al lector de (sus) péginas en tun estado de incertidumbre en cuanto [Jl lugar (que él concedia] ala Divina Providencia’. El consejo de fideicomisarios "no verta favorable in dela libertad académicao de lacnsefianza, yaque en dda la directa repercusion del cristianismo histérieo como religién reveiada sobre los grandes problemas de a cvilizaciSn”, Mids tarde, cuando Wilson intenté obtener un puesto para su compaaero en + ote Wendel Hales «Les Ets 1 dene 1905, 0n mes Bop Peabody, cong Te fn Et ie 1( ti fuss ted Ene Be BOE S558 Nera York Sep. Wis Raney Hp crac Cte exo Fay lene pd one xr Fae 50 p STR Wi Farge Rockets Ss seg 9 eee ect Shhng anor tonto 109 is pre Nurs Yr, 1815p 4: Nets ay bac ena Susi, Som Aan an aoe Nueva Yor 127, pho Gel Tina en Water F seg cada endo tn cenelecd scat inden Mees ci Dit wade fen Ustany, ly topes Carats Ce Gers Window Won {ae aye 105, anna en rar Link ops Pepper Wilon Cnet, 18 1, pp S950, fe Laren vel» Wa Rar re Se tion at Ture pe Si 85 La exrnosenciOs Dt LA ORETMIDAD Hopkins, Frederick Jackson Tuiner, los fideicomisarios de Princeton no pudieron tragar su nitarismo, y Tumer sequedé en Madison por el mo Frento, Aunque las univecsidades estatales en general tenfam menos in aaencién aimsponer pruebas religiosas oa responsabilizarse directamen dante fidelecriearios acaudalades, no eran por ello un refugio seguro. Como dijo Arthuc Schlesinger Sr. de un presidente de wna universidad ‘aust, un poco después del periodo al que nos estamos refiriendo: “Esta SGivor de fa ibertad de ensesanza en principiof...Protegeria incluso = din profesor de ls exfticas externas hasta cierto punto, Pero si estén im Jitdadas iss asignaciones de la universidad, entonces sa lealtad esté.con fas asignaciones."* acadleinica estabon definidos con rigor pero ctan irregularmeute obser AeaSe De particular importancia para a presente investigacion él dential contraste tite kis coneepcio ia relacion enue la-objetividad F712} Se ee feare qe preseiara, apasionaday persue cane ee xe sostenid fa algilfios eulanitos que adoptaban un punto as see ploge Redolph Vichow, cn plena controversia darwiiana aa ese atid que as hipotss no verficadas no se debian pre co aetna verdad y gue los profesotes debian “consulta el cniersus se dies de exptearereencas postblemente peligros” RO tet dita de lnmayora ce os aeadéscosaletnanes lo express el Fae oe a ifscekel gun en una futons replica a Virchow mac¥0 isle pede, ea unpostble azar una nea tajnte ene conoc gue, ralgm,quela Ceneiaavanva por el choque de puntos de vista oP onicetos que engira ls profesores que s-apege7a a aoe caiteranafonsideraconttopiniOnexsient terinasia tr sibordina a educacion a dogrdtsmosreligiosos® eeeraigadesalemanas el discus n0

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