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Traducción: Teresa Beatriz Arijón

TRUCOS DEL OFICIO


cómo conducir su investigación
en ciencias sociales

howard S. becker

'-X'/I ~iglQ veintiuno


~ editores
~ grupo editorial
~ siglo veintiuno
siglo xxi editores, s. a. de c. v. siglo xxi editores, s. a.
CERRO DEL AGUA 248, ROMERO DE TERRERO:;; GUATEMALA4824, C 1425 BUP, '
04310, M8<Jco, DF BUENOS AIRES, ARGENTINA

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ALMAGRo38,28010, ALMAGRO 38, 28010,
MADRID, ESA4.ÑA MADRID, ESA4.ÑA

Para Dianne.

Becker, Howard S.
Trucos del oficio: cómo conducir su investigación en ciencias sociales. -
l' ed. 1" reimp. - Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores, 2011
296 p. ; 21x14 cm. - (Sociología y política)

Traducido por: Teresa Beatriz Arijón


ISBN 978-987-629-088-3

1. Ensayo sociológico 1. Arijón, Teresa Beatriz, trad. II. Título


CDD 301

Tricks of the Trade


(Licensed by The University of Chicago Press, Chicago, Illinois, USA)

© 1998 by The U niversity of Chicago. AlI righ ts reserved.


© 2010, Siglo Veintiuno Editores S.A.

Diseño de colección: tholón kunst


Diseño de portada: Peter Tjebbes

ISBN 978-987-629-088-3

Impreso en: Artes Gráficas Delsur 11 Almirante Solier 2450, Avellaneda


en el mes de julio de 2011

Hecho el depósito que marca la ley 11.723


Impreso en Argentina /1 Made in Argentina
Índice

Prefacio
11

l. Trucos 15

2. Imaginario 27

3. Muestreo 95

4. Conceptos 145

5. Lógica 189
I
*"
Coda 271

Referencias 277

Índice analítico 287

~
2. Imaginario

Herbert Blumer (1969) fue otro de mis maestros en la Uni-


versidad de Chicago. Otrora jugador de fútbol americano, era un
hombre alto, corpulento e imponente, con una voz que subía a un
tono incongruentemente agudo cuando se entusiasmaba con algún
punto teórico abstracto. Nos enseñaba psicología social y una versión
idiosincrásica de la metodología, uno de cuyos aspectos más salientes
era la manera habitual, e incluso obsesiva, que tenía Blumer de pres-
tar atención al imaginario subyacente con que los sociólogos se acer-
can al fenómeno que estudian. ¿Qué creen estar observando? ¿Cuál
es el carácter de aquello que observan? Y, lo que es más importante
todavía, teniendo en cuenta lo que piensan de su objeto de estudio,
¿lo analizan e informan sus hallazgos de manera coherente con ese
carácter? A menudo hacía hincapié en este aspecto enérgicamente:

La única manera que tenemos de ver el mundo empírico es


a través de un plan o una imagen de él. Todo el acto del estu-
dio científico está orientado y moldeado por la imagen sub-
yacente del mundo empírico que se utiliza. Esta imagen or-
dena la selección y formulación de los problemas, la
determinación de qué es información, los medios a utilizar
para obre nerla, las clases de relaciones a buscar entre los da-
tos y las formas de postular las proposiciones. En vista de
este efecto fundamental y penetrante causado por la imagen
inicial del mundo empírico sobre todo el acto del estudio
científico, es ridículo pretender ignorar esa imagen. La ima-
gen subyacente del mundo siempre es pasible de ser identi-
ficada en forma de un conjunto de prernisas. Estas premisas
estarán constituidas por la naturaleza dada, explícita o im-
plícitamente, a los objetos clave que conforman la imagen.
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IMAGINARIO 29

La tarea ineludible del genuino tratamiento metodológico es


propone estudiar el crimen o las revueltas estudiantiles en
iden tificar y evaluar estas premisas. (Blumer, 1969: 24-25.)
América Latina o las eli tes políticas en África, y el psicólogo
que pretende estudiar el consumo de drogas en los adoles-
Blurner estaba primordialmente interesado en increpar a los sociólogos
centes o las aspiraciones de los alumnos negros de escuela
que basaban su trabajo en un imaginario escandalosalne~te inco.m~ati-
primaria o los juicios sociales entre delincuentes son claros
ble con lo que conocía la gente, en particular por trabajar con Image-
ejemplos de esta casi inevitable ausencia de relación íntima
nes de la sociedad que contradecían lo que su propia experiencia coti-
con el área de la vida que se pretende estudier: (Blu m er,
diana les decía acerca de cómo eran las cosas. Fui alumno de Blumer y 1969: 35-36.)
aprendí la importancia que esto tenía mediante un ejercicio que nos
instaba a hacer: elegir diez minutos de la propia experiencia e intentar
Blumer jamás persiguió esta línea de pensamiento hasta el punto de
explicados y comprenderlos utilizando cualquier teoría de psicología
aportar un .r~medio específico. No nos dijo cuáles serían buenas imáge-
social que estuviera en boga en aquel momento. Al intentar aplicar, por
n~s para utilizar en nuestro trabajo, excepto en un plano muy abstracro,
ejemplo, la psicología del estímulo-respuesta (por entonces muy popu-
ni tampoco cómo creadas, salvo obteniendo un conocimiento de pri-
lar) a ciertas actividades mundanas como levantarse de la cama y tomar
mera mano del área de la vida social que nos interesaba estudiar. Eso era
el desayuno, uno se daba cuenta de que no podía identificar los estímu-
claramente necesario, pero no significaba una orientación suficiente
los ni conectarlos de manera certera con la "respuesta" que estaba
p.ara nosotros. En este capítulo intentaré remediar esa falta de especifí-
dando. Gracias a eso, entendimos pronto. Ninguna teoría disponible
cidad y analizaré las imágenes que utilizan los científicos sociales así
nos proporcionaba las palabras e ideas, el imaginario, que nos permi-
como su procedencia, y aportaré trucos específicos para mejorarlas
tiera hacer justicia a la infinidad de cosas q\.t~ veíamos y oíamos y sentía-
mos y hacíamos mientras andábamos por ahí haciendo las cosas propias
de la vida diaria.
Pero una vez aceptada la idea de que al habitual imaginario de las IMAGINARIO SUSTANTIVO
ciencias sociales le falta algo, ¿qué resta por hacer? ¿Por qué es tan malo
nuestro imaginario? ¿Cómo podríamos mejorado? Padecí, con otros es-
Retom~~do !a. cuestión, Blumer pensaba -y yo también pienso- que la
tudiantes, las dificultades que provienen de ver el problema pero no la
operacion básica para el estudio de la sociedad -comenzamos con imá-
solución. Blumer nos dejó solos. No tenía piedad alguna al exponer el
genes y terminamos con ellas- es la producción v el refinamiento de la
error de los sociólogos que respetan, o incluso saben demasiado acerca
ima~~n de aquella cosa que estamos estudiando.' Aprendemos un poco
de, lo que solía denominar "el obstinado carácter de la vida social en
(quizá mucho) acerca de algo que nos interesa. Sobre la base de ese
tanto proceso de seres iriteractuantes":
poc~, construimos (o imaginamos) una historia bastante completa del
fenomeno. Supongamos que decido estudiar un barrio de la ciudad.
[C] asi por definición, el investigador no tiene una relación
Podría oo m e n zaj- consultando un libro de estadísticas locales (el Chi-
de pr irne ra mano con la esfera de la vida social que se pro-
cago Commuriity Fact Book o las publicaciones relevan tes del censo)
pone estudiar. Rara vez participa de esa esfera y casi nunca
par-a ver qué clase de gente vive allí. ¿Cuántos hombres? ¿Cuántas m u-
está en contacto cercano con las acciones y las experiencias
jere~? ¿De q.ué edades? ¿Cuál es su nivel de educación promedio?
de la gente involucrada en ella. Su posición es, casi siernpr e,
¿Cual es su ll1greso promedio? Con esta información básica podría
la de alguien que ve las cosas desde afuera; COIno tal, es nota-
crear Ul~cuadro mental -una ilnagen- co rn p le ny, aunque provisorio,
blemente limitado en cuanto al simple conocimiento de lo
~el bar ri o y decidir, basándome en las cifras de ingr-esos y educación,
que ocurre en esa esfera dada de la vida. El sociólogo que se
SI es un barrio de clase trabajador-a, y, utilizando la disll-ibución etaria
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suponer la naturaleza de la vida familiar y considerar si es un área de que me haya provisto mi propia experiencia de la sociedad. Incluirá, si
gente jubilada o en vías de jubilarse o, por el contrario, un área habi- soy lo suficientemente imaginativo, el aspecto de las calles y el olor de
tada por gentejoven que recién comienza a formar su propia familia. Si las cocinas ("¿italianos?, ¡ajo!"). Si me leen en ciencias sociales, incluso
a esto agrego las variables de raza y etnia, mi imagen se volverá todavía podré agregar a mi cuadro del barrio alguna idea acerca de, digamos,
más detallada. la clase de conversaciones que se comparten en la mesa ("¿clase traba-
Mi imagen es más que una compilación de estadísticas. Incluye detalles jadora?, código restringido: un montón de gruñidos y monosílabos",
que no figuran en los libros y tablas que consulté, detalles que inventé ba- como describiera Basil Bernstein).
sándome en lo que sí decían esos libros. Esto nos lleva a la segunda parte Los científicos sociales imaginativos y leídos pueden llegar muy lejos
de la crítica de Blurrier al imaginario de los cienúficos sociales: con un dato m erior; Sin embargo, dado que todos proclamamos ser
científicos sociales, no nos quedamos con la imaginación y la extrapola-
[A] pesar de esta falta de conocimiento de primera mano, el in- ción, como harían un novelista o un cineasta. Porque también sabemos
vestigador se formará inconscientemente alguna clase de ima- que nuestros estereotipos no son más que eso, y que tienen tantas pro-
gen del área de la vida que se propone estudiar. Pondrá en babilidades de ser desacertados como de no serio. Blumer nos está
juego las creencias e imágenes que ya tiene para formarse una esperando con otra arenga condenatoria:
idea más o menos inteligible de esa área de la vida. En este as-
pecto es igual a todos los seres humanos. Ya seamos legos o eru- [E]l investigador en ciencias sociales posee -y utiliza- otro con-
ditos, necesariamente veremos cualquier área de la vida grupa! junto de imágenes preestablecidas, Estas imágenes están cons-
que no nos resulte familiar a través de imágenes que ya posee- tituidas por sus teorías, por las creencias de moda en los círculos
mos. Quizá no tengamos una relación de primera mano con la profesionales en los que participa y por sus ideas acerca de
vida entre grupos de delincuentes o en los sindicatos o en los cómo organizar el murido empírico para poder continuar con
comités legislativos o entre los banqueros o en un culto reli- su procedimiento de investigación. Ningún observador atento
gioso; no obstante, si nos dan un par de pistas rápidamente nos podrá negar honestamente que esto es cierto. Lo vemos con
formaremos imágenes útiles de esa vida. Y como todos bien sa- toda claridad en la forma en que configura las imágenes del
bemos, éste es el punto en el que las im_ágenes estereotipadas mundo empírico para que se adapten a nuestras teorías, en la
hacen su aparición y toman el control de la situación. Todos organización de esas imágenes en ténninos de conceptos y cre-
nosotros, en tanto estudiosos, teriernos nuestra cuota de estereo- encias que gocen de aceptación entre nuestros colegas más
tipos comunes que empleamos para ver aquellas esferas de la próximos, y en el moldeado de esas imágenes para satisfacer las
vida social empírica que no conocemos. (Blurner, 1969: 36.) demandas del protocolo científico. Debemos decir, con toda
honestidad, que aquel investigador en ciencias sociales que de-
Entonces, después de haber reunido unos pocos datos preliminares cide estudiar una esfera dada de la vida social que no conoce
acerca del barrio que pretendo estudiar, "sé", por ejemplo, en qué clase de primera mano se formará un cuadro de esa esfera acorde a
de casas vive la gente; casi puedo ver, como si se tratara de una fotogra- sus imágenes preestablecidas. (Blumer, 1969: 36.)
fía, el césped recién cortado con los flamencos de plástico, el mobilia-
rio estándar comprado a crédito en la cadena de mueblerías y todo lo Como bien dice, en este nivel nuestro irn agi n ari o determina la direc-
que mi estereotipo de esa clase de población pueda producir. Nada de ción de nuestra investigación: las ideas de las que partimos, las pregun-
eso está basado en ningún conocimiento real del área. Es un imagina- tas que forrrrularnos para verificadas, las respuestas que nos parecen
do que he construido en fonna irnagiriativa, tal como Blumer anunció plausibles. Y esto ocurre sin que pensemos demasiado en ello, porque
que lo haría, a partir de un par de datos y del conjunto de estereotipos son cosas que apenas sabemos que "sabemos". Simplemente son parte
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del baga.je de nuestra vida común y corriente, del conocimiento que lo que en realidad ha hecho. Pero es peligroso adivinar o hacer suposicio-
nos guía cuando no estamos siendo científicos sociales y no sentimos la nes aj:er.ca de aquello que podemos conocer de manera más directa. El
necesidad de conocer las cosas de esa manera científica especial que peligro radica en que supongamos mal, en que lo que a nosotros nos pa-
nos permitirá publicar en prestigiosas revistas científicas. rece razonable no les hubiera parecido razonable a ellos. Todo el tiempo
Algunos científicos sociales me interrumpirán diciendo que jamás corremos este riesgo, en gran parte porque, como señalara Blumer, no
hablan de cosas de las que no tienen información. No les creo. Consi- somos esas personas y no vivimos sus circunstancias. Por lo tanto es pro-
deremos el caso obvio al que Herbert Blumer y muchos otros desde en- bable que tomemos el camino más fácil y les atribuyamos lo que cree-
tonces han dedicado tanta atención: la imputación de significados y mos que nosotros sentiríamos en la que a nuestro entender es su situa-
motivos a los actores sociales. (Los mismos problemas se presentan res- ción, como cuando los eruditos que estudian la conducta adolescente
pecto de cuestiones que parecen menos amorfas: acontecimientos y (casi siempre gente de mediana edad, casi siempre varones) observan
otros hechos "duros"; pero me ocuparé de eso más adelante.) Los cien- las tasas comparativas de embarazo y sus correlatos y deciden lo que las
tíficos sociales siernp re atribuimos, irnplfcita 0__explfcitame nte, un jovencitas que parieron esos bebés "deben de haber" pensado pal-a me-
punto de vista, una perspectiva y motivos a la gente cuyas acciones aria- terse en semejante situación. A falta de conocimiento real, el imaginario
lizamos. Por ejemplo, siempre describimos los significados que la gente toma la posta.
que hemos estudiado da a los acontecimientos de los que participa; de El estudio del consumo de drogas está plagado de esa clase de erro-
modo que la única pregunta en este caso no es si lo hacemos, sino qué res. Expertos y legos por igual suelen interpretar el consumo de drogas
tan acertadamente lo hacemos. Podemos, y muchos científicos sociales como una "evasión" de alguna clase de realidad que, piensan ellos, el
así lo hacen, reunir información acerca de los significados que la gente drogadicto encuentra opresiva o intolerable. Conciben la intoxicación
le da a las cosas. Descubrimos -no con precisión absoluta, pero es me- con drogas como una experiencia en la que todos los aspectos doloro-
jor que nada-lo que la gente cree estar haciendo,*' cómo interpretan los sos y no deseados de la realidad pasan a segundo plano y dejan de ser
objetos y los acontecimientos y a la gente que comparte sus vidas y ex- materia de preocupación. El drogadicto reemplaza la realidad por sue-
periencias. Lo hacemos hablando con ellos, en entrevistas formales o ños brillantes de esplendor y facilidad, placeres no conflictivos y fanta-
informales, y observándolos y escuchándolos mientras desarrollan sus sías e historias de perverso erotismo. Se entiende que la realidad acecha
actividades; incluso podemos hacerla pidiéndoles que respondan cues- en el fondo, lista para dar'le una buena patada en el culo al drogadicto
tionados acerca de los significados que dan a las cosas o bien eligiendo en cuanto pase el efecto de la droga.
entre los distintos significados que les ofrecemos como posibles. Esta clase de imaginario tiene una larga historia literaria, probable-
Cuanto más nos acerquemos a las condiciones en que atribuyen signi- mente derivada de las Confessions 01 an English Opium Eater, de Thornas
ficados a los objetos y acontecimientos, más certeras serán nuestras de Quincey (1971). (Recomiendo la maravillosa versión decimonónica
descripciones de esos significados. norteamericana de Fitz Hugh Ludlow, The Hashish Eater [1975].) Estas
Pero ¿qué ocurre si no descubrimos directamente los significados obras desarrollan el imaginario analizado en la disección de Orientalism,
que la gente da a las cosas y a sus propias actividades y las de otros? de Edwar d Said (1978). Una versión más actualizada, más de ciencia-
¿Acaso, en un espaslllo de ascetismo científico, nos abstendremos rigu- ficción, menos oriental y menos benigna puede encontrarse en El almuerzo
rosamente de debatir motivos, propósitos e intenciones? Ni por asomo. desnudo de William Burroughs (1966).
No, seguiremos hablando de esos significados aunque, por una necesi- Estas descripciones del consumo de drogas son, como ya han descu-
dad nacida de la igrioraricia, los inve n tar ern os utilizando el conoci- bierto generaciones de investigadores que se han tomado el trabajo de
miento proveniente de nuestra experiencia cotidiana (o de la falta de preguntar, puras fantasías inventadas (con ayuda de la literatura que
ésta) para argumentar lo que la gente acerca de la cual escribimos debe acabo de mencionar) por los investigadores que las publican. Fantasías
o no debe de haber interpretado pues de lo contrario no habría hecho q_l~eno se corresponden con las experiencias de los drogadictos ni
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IMAGINARIO 35

tampoco con las de los investigadores que han hecho el experimento


de golf exclusivos. Las reuniones de comité, los deberes de la en-
de consumir drogas. Son producto de una suerte de ignorancia volun-
señanza, la revisión por pares y la escritura de ensayos como éste
tariosa. Las interpretaciones erróneas de la experiencia y los significa-
son su única ocupación, y dejan poco o ningún espacio para
dos de la gente son un lugar común en los estudios de la delincuencia
andar por el mundo.
y el crimen, de la conducta sexual y, en líneas generales, de la conducta
ajena a la experiencia y el estilo de vida de los investigadores académicos
Sin una participación más plena en la sociedad (el ensayo de Molotch
convencionales.
se titula "Going Out" ["Salir"]), jamás conoceremos las cosas básicas
Dado que nuestro imaginario lego influye tanto sobre nuestro trabajo,
que nos impedirían cometer torpes errores.. .
tendríamos que preocuparnos de que fuera apropiado. ¿Pero cómo ha-
(Molotch hace otra observación interesante no vinculada a rm argu-
cerla? El imaginario entra en nuestras cabezas como residuo de nuestra
mentación, pero que vale la pena mencionar. Sin un conocimiento ba-
experiencia cotidiana; de modo que, para tener un imaginario mejor,
sado en la experiencia de primera mano para corregir nuestro imagi-
tendremos que hacer algo respecto del carácter de nuestra vida común
nario, no sólo no sabremos dónde buscar material interesante,
y corriente. A eso apuntaba Blumer, tediosa y abstractamente.
tampoco reconoceremos aquello que no ES necesario investigar a
Harvey Molotch (1994), de manera más sensible y contundente, ha ex-
fondo ni probar. Por carecer de conocimiento personal, suponemos
pandido y otorgado textura al diagnóstico y la prescripción de Blumer ..
que muchas cosas comunes y corrientes forman parte de los .grandes
Comienza por citar la afirmación de Patricia Limerick de que los ~cadé-
misterios de las ciencias sociales que requieren mucho estudio y mu-
micos son aquellas personas con las que nadie quiso bailar en la escuela
cha información para ser resueltos. Una primera versión del diagnós-
secundaria y agrega, de su propia cosecha, que también son los últimos
tico de Molotch define al sociólogo como alguien que gasta cien mil
en ser elegidos para integrar los equipos de ba~e en las clases de gimna-
dólares en el estudio de la prostitución para descubrir lo que cualquier
sia. Describe su propia imagen juvenil de la sociología como la obra de
t~i~ta podría habe rle dicho. Yo tengo un maravilloso ejemplo pr~pio,
una suerte de amalgama entre Charles Wright Mills, Jack Kerouac,
de hace ya varios años, cuando le describí el estudio del teatro regional
Lenny Bruce y Henry Miller, "héroes todos que conocían el mundo al
norteamericano que queríamos hacer con Michal McCall [Becker,
límite: desviad os, estridentes y/o mal hablados". Es decir que, si uno
McCall y Mo rris, 1989] a un distinguido y muy inteligente sociólogo
quiere escribir acerca de la sociedad, antes tendrá que coriocerla de pri-
que, por esas cosas de la vida, había nacido y se había criado en l~ ciu-
mera mano y, particularmente, tendrá que conocer lugares que la gente
dad de Nueva York. Cuando le expliqué que pretendíamos estudiar la
respetable no frecuenta: "El salón donde a las bailarinas les pagan para
red de teatros regionales que había reemplazado a Nueva York como
bailar con los clientes, los complejos de viviendas sociales, las marchas de
centro del mundo teatral, insistió en que no podríamos realizar nues-
protesta, la pandilla de jóvenes y los lugares oscuros que la mayoría
tro estudio sin hacer antes un estudio preliminar que demostrara que
de nosotros sólo conoce como indicios acechantes de lo posible".
Nueva York había sido reemplazada, cosa que su orgullo localista le de-
Pero, dice Molotch, los sociólogos no solamente no sonJack Kerouac;
cía que no podía ser cierta. Salí del paso citando una estadística difícil
ni siquiera son Louis Wirth o Her bert Gans (quienes estudiaron, res-
de refutar: que mientras que en los viejos tiempos, circa 1950, casi to-
pectivamente, los guetosjudío e italiano) y no pueden
dos los empleos teatrales en los Estados Unidos estaban en Nueva York,
hacia fines de la década de 1980 la mitad de los salarios por trabajo teatral
[... ] sostener el patrón de incorporar el ámbito exterior co-
se pagaba fuera de esa área. Los neoyorquinos no se tornan a la ligera
mún y corriente. En la mayoría de los casos los sociólogos
el desplazamie nto de su ciudad.)
no conocen otro mundo que el de su ronda diaria acadé-
mica y familiar; no recorren las bolsas de negociación de
bienes ta n Dz ibl e s ni frecuentan iglesias alternativas ni clubes
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IMAGINARIO CIENTÍFICO CONTAR HISTORIAS CIENTÍFICAS


Crear una teoría científica aceptable o bien la explicación de algún fe-
Dado que, después de todo, todos sorrios cientijicos sociales, no nos con- nómeno constriñe de dos maneras el relato de la historia. Ante todo, la
tentamos con el imaginario de la vida cotidiana que trasladamos al nuevo historia debe "funcionar", ser coherente en alguna de las numerosas
objeto de estudio, por muy detallado e imaginativo que sea. Che~uea- maneras en que una historia puede serlo. Debe Ilevarrios de un lado a
mas un poco para verificar si tenemos razón. Investigamos. Re u n irn os Ou"O de forma tal que cuando lleguemos al final digamos "sí, es así
información. Construimos hipótesis y teorías. como tiene que terminar". De modo que intentamos construir una his-
Ahora, sin embargo, entraremos en un reino más abstracto del imagi- toria acerca de nuestro tema que incluya todo lo que pensamos que de-
nario, cuyos orígenes Blumer rastreó hasta nuestras vidas profesionales y bería tener (pues de lo contrario quedaría incompleta en algún aspecto
los grupos que nos contienen. Este imaginario es "cierrtífico". Quiz~ sea crucial), y armamos el material de manera que "tenga sentido". En este
menos presuntuoso decir que es profesional. Es decir ~ue "" es el "l~a- caso, nunca es obvio lo que significa "tener sentido". A mi entender, al
ginario encarnado por los estereotipos legos que mericrone antes (. ¿Ita- menos, quiere decir que la historia debe encarnar -o estar organizada
lianos?, ¡ajo!"). Es un imaginario compartido por un grupo profes.IOnal sobre- algún principio que el lector (y el autor) acepte en tanto ma-
cuyos miembros se ganan la vida estudiando y escribiendo ~obre CIertas nera razonable de conectar las cosas. Roben E. Park solía contar una
cuestiones para la edificación y el juicio de sus pares profesioriales. . historia acerca del ciclo de relaciones raciales, una historia sobre la conse-
El imaginario profesional no está sujeto a especificidades como el, aJo. cutividad de las diferentes clases de relaciones entre negros y blancos.
Algún imagiriario de las ciencias sociales es, por supuesto, esp~CIfic~ A sus oyentes les parecía aceptable, en pane, porque la idea de ciclo
(,,¿clase trabajadora.', ¡códigos de discurso restringidos!"). Pero elll:,agl- -cuando un conjunto de hechos crea las condiciones necesarias para el
nario que másrne preocupa ahora es abst;;.acto. No ve cosas específicas surgimiento de la siguiente etapa- tenía sentido para ellos.
como la clase trabajadora de Londres sino, en cambio, entidades abstrac- La otra restricción es que la historia debe ser congruente con los he-
tas sólo reconocidas por las personas entrenadas para ver el mundo de chos que hayamos descubierto. Supongo que también habría que argu-
manera profesional. Usamos estas imágenes para encamar -y para que mentar qué queremos decir cuando decimos que las historias y los he-
nos ayuden a producir- conocimiento y comprensión sobre clases mayo- chos deben ser congruentes. Thomas Kuhn nos enseñó que nuestras
res y abstractamente definidas, no sobre miembros individuales de esas observaciones no son "puras", que son nuestros conceptos los que les
clases. Por lo general, los científicos sociales piensan estas imágenes como dan forrna: sólo vemos aquello acerca de lo cual tenemos ideas y no po-
teorías o explicaciones de algo, en tanto relatos o historias acerca de cómo demos ver aquello para lo cual no tenemos ideas ni palabras. Entonces,
los acontecimientos y las personas de una determinada clase llegan a ser en un importante sentido, no existen "hechos" independientes de las
COInoson. (Si esto les suena abstracto y un poco irreal, me permito seña- ideas que empleamos para describirlos. Es cierto, aunque irrelevante
lar que no es sino una imitación directa de la clase de conocimiento de la para nuestro propósito. Aun reconociendo la configuración conceptual
que estoy hablando.) Por el momento utilizaré la palabra "historia" com~ de nuestras percepciones, sigue siendo cierto que no todo lo que nues-
término genérico para estas explicaciones y desCIipciones, dado que casi tros conceptos, en principio, nos permiten ver aparece en aquello que
sierripre pueden entenderse como una suerte de narr.ac,ión acerca de observamos. De modo que sólo podemos "ver" hombres y rnuj cres en el
cómo algo ocunió en el pasado, ocurre ahora y ocur~!ra :n el futuro. censo porque incluir pura y exclusivamente esas dos categorías de gé-
Dado que son relatadas a un público profesional, estas ~l~ton,~ p.rese~~~n nero nos impide ver la variedad de tipos genél'icos que una conceptua-
ciertos rasgos y problemas genéricos. (Más adelante uUh~are, historia o lización diferente nos mos trarfa. El censo no rccorioce categorías COIll-
"narración" para descri bi r una clase particular de relato científico.) plicadas como "transgénero". Pero si dijéramos que la población de los
Estados Unidos, contada COIno la cuenta el censo, consiste en el cin-
cuenta POI-ciento de hombres y el cincuenta por ciento de mujeres, el
38 TRUCOS DEL OFICIO IMAGINARIO 39

informe del censo nos diría con toda seguridad que esa historia es de historia, sólo necesitamos citar algunos hechos y todo el mundo la
errada. No aceptamos las historias que no están respaldadas por los creerá; nosotros mismos la creeremos y nos sentiremos aliviados por ha-
hechos que tenemos a nuestro alcance. ber encontrado, después de todo, cierto orden en el mundo. Tenemos
".No aceptar una historia" significa creer que el imaginario de la his- una historia o una imagen clara y definida. Lamentablemente, es fácil
t~na. acerca del funcionamiento de las cosas está equivocado en algún sen- de socavar con hechos inconvenien teso
tido Importante: no podemos entenderla o sabemos que no es cierta por- Dentro de los límites creados por nuestras soluciones a estos proble-
que algunos hechos rehúsan, inoportunamente, ser coherentes con ella. mas, contamos con una amplia gama de clases de imaginarios. En lí-
Cuando eso ocurre -y no podemos eludirlo ni volverlo sutil-, tratamos neas generales, el imaginario profesionalizado tiene que ver con el tipo
de cambiar la historia. de causalidad que, a nuestro entender, podría estar operando. ¿Pensa-
Ha~ cierta ~ens~ón entre cambiar las historias para mejorar la lógica y mos que el fenómeno que estamos estudiando está totalmente gober-
cambiar las histo rias para dar mejor cuenta de los hechos. ¿Qué debería- nado por la casualidad, de modo que resultaría adecuado emplear un
mos hacer, entonces? ¿Cuál de las dos cosas haremos? Ésta es, por su- modelo de actividad azarosa? ¿Pensamos que es en parte azaroso y en
puesto, una pregunta engañosa: deberíamos hacer, y haremos, las dos ca- parte determinista? ¿Pensamos que la mejor manera de describirlo es
sas. Más razonable sería preguntarnos cuándo deberíamos hacer, o narrándolo, contándolo como si fuese una historia? En otras palabras,
h~remos,. una o la otra. A veces queremos producir una historia muy com- cuando pensamos sobre el fenómeno, incluimos en el cuadro que cons-
phcad~ S111 preocuparnos por los cabos sueltos ni tampoco iriteresarrios truimos algunas nociones acerca de la clase de conclusión que vamos a
dernasiado por la coherencia. En esas instancias nos sumergimos en los extraer de él, la clase de pensamiento paradigmático a la cual lo asimi-
hechos -leemos mucho sobre neurofisiología o eritsevistamos a mucha lamos. Estos paradigmas son producto de nuestra participación en un
~ente de teatro u observamos a un grupo de obreros metalúrgicos húnga- mundo de científicos sociales profesionales. (Mi deuda con Kuhn
ros- para llegar a conocer una importante cantidad de hechos diferentes [1970] es obvia en este aspecto.)
acerca del terna que nos ocupa. Eso significa que podemos encontrar, si Ese mundo ocupacional especializado nos proporciona numerosas
nos t.omamos la molestia de observar con detenimiento y profundidad, ilnágenes de la fonna en que funciona, en líneas generales, el mundo
algo inconveniente para la imagen que ya nos hemos formado acerca de social. La idea de Blumer de la sociedad como trama de seres interac-
lo que es la neurofisiología o el trabajo metalúrgico o lo que sea. Cuando tuantes es una de ellas. Otras podrían ser: el mundo gobernado por la
hacemos eso, nos obligamos a ampliar nuestras ideas e imágenes para que actividad azarosa, el mundo social como coincidencia, el mundo social
se adapten más al "m u n dr, real", COIno acostumbramos llamado. como maquinaria, el mundo social como organismo, el mundo social
A veces, sin embargo, buscamos la clase de historia bella y clara que nos como relato. Cada una de estas imágenes nos ayuda a obtener algunas
gusta pensar -cuando estamos en vena científica- que podríamos con- cosas y nos impide alcanzar otras. Me ocuparé de ellas por turno, deta-
tar acerca del ~nundo. Tratamos de identificar algunas de las cosas que lladamente, con ejemplos y mencionando sus rasgos característicos, y
hemos descu bie rro COIno cosas que quienes trabajan en nuestra'ciencia describiré las clases de trucos analíticos que posibilitan.
ya han descubierto y nombrado, y acerca de cuyas interconexiones
~u~stra clase de científicos ya ha creado una historia. En ese caso, lo
unICO que necesitamos d ern os trar- es que te ne mos otro caso de una de EL TRUCO DE LA HIPÓTESIS NULA
esas . histo rias ya conocidas y todo el mundo se sentirá feliz y aliviad o, es _ Nuestro üuaginario no tiene por qué ser siempre acertado. Blurner se
p~Clalmente nosotros. Si trabajamos así, nos obligamos a aguzar el inge- equivocaba en eso. Las imágenes desacertadas de las cosas, sie mpre y
nI.o ): conectar las co~as de las que ~ablaIuos de rn arrer as ingeniosas que cuando sean en algún momento confrontadas con la realidad, pueden
ellluI~en .las.ano.n:ahas y nos penul tan construir una irnage n básica sirn- ser muy útiles y mos trarrros cómo serían las cosas si fueran del modo
pIe, Iirn p ia, t n tu i tivarn e n te aprehensible, "obvia". Si co n tarn os esa clase que, nosotros lo sabemos muy bien, no son.
40 TRUCOS DEL OFICIO IMAGINARIO 41

Asignaciones aleatorias manera matemática de convertir el resultado que podemos obterier en el


La versión clásica de este truco es la hipótesis nula, que afirma una hi- resultado que querríamos obtener.)
pótesis que el investigador no considera válida. Demostrar que la hipó- Mi truco de la hipótesis nula es una versión teórica o cualitativa del
tesis nula es errada equivale a demostrar que otra cosa debe ser co- artilugio estadístico. Comenzamos por observar que todo aconteci-
rrecta, pero sin decir cuál es esa otra cosa. La forma más simple, muy miento social consiste en la actividad conjunta de cierta cantidad de
conocida por los estudiosos de la estadística y los experimentalistas, gente. Típicamente queremos entender las actividades de la gente que
afirma que las dos variables sólo se relacionan por azar. La imagen es ha sido elegida, o se ha ofrecido como voluntaria, o de algún modo ha
la de varias bolillas numeradas dentro de una urna, que serán extraí- sido inducida a participar en este acontecimiento, y que proviene de un
das por una persona que tiene los ojos vendados: cada bolilla tiene conjunto mucho más numeroso de personas que en cierto sentido eran
idénticas posibilidades de ser extraída. O la de varias partículas que cir- "elegibles" o "estaban disponibles" para participar o eran "candidatos
culan y se chocan en un espacio cerrado: cada una tiene las mismas po- probables" a hacerlo. Es decir que, de un gran conjunto de personas
sibilidades de toparse con cualquier otra. Nada opera para "desviar" el que podrían haber decidido participar o haber sido elegidas para hacerla,
resultado. Ninguna influencia hace que un resultado sea más probable sólo quedaron algunas.
que otro. El truco de la hipótesis nula consiste en postular que la selección de
Los científicos que hacen experimentos no anuncian la hipótesis los participantes fue aleatoria, que todos los integrantes del conjunto
nula -los resultados distintos que provienen de tratar el mismo material mayor de participantes potenciales tuvieron las mismas probabilidades
de dos maneras diferentes son aleatorios, el "tratamiento variable" que de ser elegidos, que nadie ni nada -ni siquiera el funcionamiento de la
introdujeron en su situación experimental no tiene efecto- porque estructura social- hizo una "selección". Los participantes fueron elegi-
piensen que es verdadera. Por el contrario, esgeran y confían en estar dos por una suerte de maniobra análoga a asignar un número a todos
equivocados y que su hipótesis nula sea refutada. Cuando encuentran y cada uno y luego emplear una tabla de números aleatorios para reu-
alguna clase de relación (y por lo tanto pueden rechazar la hipótesis nir el conjunto requerido. Los mil niños de un barrio con elevada tasa
nula de no relación en un nivel de significación dado), ella se trans- de delincuenciajuvenil tenían, todos, las mismas probabilidades de vol-
forma en evidencia presuntiva de la teoría que están proponiendo. Eso verse delincuentes. Los nÚlTIerOSde algunos salieron sorteados, los de
les da una base para decir que habría muy pocas posibilidades de que se otros no. Eso es todo.
hubieran producido esos resultados si su teoría no fuera verdadera. Por supuesto que en la realidad social no todos son "elegibles" ni
Nunca creyeron que no hubiera ninguna relación, simplemente lo dije- tampoco "igualmente elegibles" para participar de un acontecimiento
ron para focalizar la investigación y aportar una manera de establecer específico. El funcionamiento de la vida social casi siempre asegura
un resultado. La hipótesis de que el mundo funciona según números que sólo un conjunto muy pequeño y altamente seleccionado de per-
aleatorios les sirve analíticamente para mostrar cómo sería el mundo si sonas será elegido o será elegible para ser elegido. Ésa es la clave del
así lo hiciera. El experimento adquiere valor y contundencia al mostrar, truco. Al igual que en la versión estadística, suponemos que hubo una
precisamente, que el mundo no es así. selección aleatoria para ver cómo la población elegida para participar va-
(Esto conlleva un problema, que Anatole Beck rne mostró hace ya va- ría con respecto a la población que habría producido la selección aleato-
rios años. Este artilugio afirma la posibilidad de obtener un resultado r'ia. Suponemos que variará y necesitamos saber cómo para ver qué prácti-
particular, dado que nuestra teoría es verdadera. Pero no es eso lo que cas o estructuras sociales produjeron esa desviación de la asignación
queremos saber. Ya sabemos que fumas obtenido esos resultados, y hablar aleatoria.
de la posibilidad de volver a obtenerlos parece un poco tonto. Lo que Consideremos el siguiente ejemplo. Lori Monis, Michal McCall y yo
queremos conocer es la probabilidad de que nuestra teoría sea válida, queríamos saber, e n tre otras cosas, cómo la organización social de una
dado que hemos obtenido esos resultados. Y, según Beck, no existe una cornurirdad teatral conduce a las producciones a las que everitualrnerne
42 TRUCOS DEL OFICIO
IMAGINARIO 43

asiste el público de teatro (Monis, 1989, Becker, McCall y Mo rris, 1989, De modo que nuestro "problema bien definido" acerca del reparto
y Becker y McCall, 1990). Un aspecto de este proceso es la atribución teatral nos llevó a focalizarrios (hasta que el trabajo de campo de Lori
de .personajes a,los actores de las obras. Utilizando el tI'UCOde la hipó- Monis [1989] nos hizo ver algunas otras consideraciones) en los pmce-
tes~s nu~a, pOdnam?,s sup~ner (jpor el bien de la argumentación, no lo sos más naturalmente surgidos de la organización comunitaria y de la
o~Vlden.) que los dir ectoi es arman los repartos de los espectáculos eli- manera en que esa organización interfería en la selección aleatoria. En
gierido de una lista de actores disponibles mediante números escogidos una comunidad teatral organizada, la interacción selectiva vincula a las
al aza~. En esta selección "a ciegas", el encargado de elegir no se preo- personas entre sí de manera tal que quien decide el reparto "conoce" lo
cupana por l~ edad, el géneI'o, la raza, la fisonomía ni ninguna otra suficiente a los actores como para saber qué son capaces de hacer y
cosa ..Una mUjer negra de 70 años podría representar a Romeo. Bajo re- cómo trabajar con ellos. Esto ocurre, sobre todo, cuando los directores
gIas Jígeramenre menos estrictas, el director podría tomar en cuenta ya han trabajado con los actores en espectáculos anteriores. De modo
esas variables, pero nada más. que los procesos de selección del elenco o bien impiden que los direc-
Esas "reglas ligeramente menos estrictas" que acabo de invocar tan tores aprendan mucho acerca de mucha gente (como sería el caso en
alegremente son, en realidad, el comienzo del análisis. El hecho de un mundo teatral rígidamente organizado en el que unas pocas perso-
que sean pocas las obras cuyos directores elijan a los actores sin tornar nas, siempre las mismas, trabajaran siempre para el mismo director, y
~n ~uenta estas variables sociales básicas muestra que esa selección está éste, por su parte, nunca trabajara con actores externos al gl'UpO) o
Ir.mItada ~or su aceptación, más o menos inconsciente (¡y estoy di- bien les permiten aprender mucho acerca de mucha gente (como sería
cierido mas o menos!), de las reglas que determinan que cierta clase de el caso si el elenco de cada espectáculo fuera seleccionado estricta-
persona so_c~almente definida pueda representar cierta clase de per- mente a través de audiciones bien previstas) o bien, naturalmente, todo
sona dramaucamente definida. De modo que no as gnarán un varón a lo que queda en medio de ambos extremos.
u~ p~p.el femen.ino a menos que deseen específicamente, por algún En suma, Monis observaba quiénes eran los seleccionados y pregun-
P! OpOSI~Oespecial, el efecto que eso produciría (es lo que hizo Caryl taba (sabiendo de .an ternario que la respuesta sería "No") si los habían
ChurchIlI en Cloud 9). O, para volver un poco más realista el análisis, elegido mediante alguna versión de números aleatorios. En efecto, la
escogen a una persona "inadecuada" porque no tienen otra opción, respuesta era "No", yeso la impulsó a averiguar en qué se diferenciaba
pOl~que no hay nadie disponible cuyo tipo físico sea el "correcto". La la selección del método azaroso y cómo se arribaba a ese resultado. Y
raza n de que tantos teatros pequeños presenten Lears obviamente de- así llegó a los procesos de la organización profesional comunitaria que
masia.d~ jóvenes para el papel es que hay muchos más actOl'esjóvenes estábamos buscando.
que viejos, sobre todo en los teatros que pagan poco o directamente ¿En verdad éramos tan torpes? ¿Acaso no sabíamos, sin necesidad de
no pagan.
realizar ese ejercicio tan ingenuo, que la selección no era aleatoria? Sí,
Muy a menudo, sobre todo tratándose de problemas "bien definidos" por supuesto que lo sabíamos, y en rigor de verdad, lo que acabo de
c?mo el que ~cabo de plantear, ignoramos esta suerte de selección pre- corrtarles es una suerte de cuento de hadas acerca de nuestra manera
VIa por conslderarIa obvia, y no la tomamos en cuenta hasta que la de hacer las cosas en realidad. En la vida real utilizamos trucos como
gente del mundo que estamos estudiando la convierte en una cuestión éste en cualquier etapa del trabajo, incluso teniendo cierta idea de lo
a tener en cuenta (cuando la selección del reparto socialmente estereoti- que OCUlTe.No lo hacemos porque produzcan resultados que de OtI'O
pad~ se transformó en un tema delicado, en particular aunque no ex- modo no podríamos haber imaginado, sino para ayudarnos a formali-
cl us ivarn e n te , con respecto a la raza, bajo el encabezamiento de "re- zar nuestro pensamiento y, quizá, ver algunas conexiones que podrfamos
p~rto no tradicional"). Lo que equivale a decir' que un "problema no haber advertido o torrrado en serio.
bie n definido" es aquel en el que no tomamos en consideración cierta Hasta el momento he hablado de cómo se seleccionan las personas que
cantidad de procesos potencialmente muy interesantes. habrán de participar en acontecimientos sociales, es decir, en cualquier
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IMAGINARIO 4':

clase de acción colectiva. Pero no hay motivo alguno para limitar el uso ciertas posibilidades de nuestro análisis sólo porque nos parecen impro
de este truco a la selección de personas. La gente, individualmente y en bables o demasiado problemáticas. Me ocuparé de esta cuestión más
conjunto, elige qué hacer y lo que hace en cada situación particular en- adelante, en la sección "Muestreo".
tre un mayor número de cosas que podría haber elegido hacer. Algunas
de estas otras opciones corresponderán a cosas que las personas reco-
nocen como posibilidades y han decidido no elegir por razones de las ¿ Qué hace una chica "buena" como tú en un lugar como éste?
que son muy conscientes y que, si así lo desearan, podrían describir a Existen otras hipótesis nulas posibles y útiles -hipótesis que elegimos por·
cualquier sociólogo in teresado. Algunas de las posibilidades pueden que no nos parecen verdaderas y pensamos que, si buscamos aquello que
ocurrfrseles y ser rechazadas tan rápido que ni siquiera habrán de recor- las niegue, encontraremos la verdad- además del modelo de asignación
dadas como opciones potenciales. Y otras sencillamente no les parecerán aleatoria, Por ejemplo, mucha gente suele explicar una conducta que le
posibles ni por un instante. desagrada o que no comprende diciendo que es una locura (o alguna
Sea cual fuere la combinación de estas tres variables, siempre podre- otra palabra o frase del estilo que signifique lo mismo, como "psicológi-
mos usar el mismo truco. Podemos comenzar con la hipótesis nula de camente perturbada" o incluso "socialmente desorganizada"). El signo
que la decisión sobre qué hacer fue tomada usando números aleatorios que indica que la conducta es una locura es que no es útil a ningún pro·
para elegir una entre una lista completa de acciones posibles. Una vez pósito que el analista pueda imaginar. En el folclore acerca de las prosti-
más, sabemos que no es el caso, pero estamos convencidos de que tutas, los clientes siempre se preguntan por qué una mujer aparente·
aprenderemos algo si hacemos esa suposición descabellada. mente "buena" como la que está con ellos en ese momento está haciendc
y sí, algo aprenclercrnos. Lo que aprenderemos, en el primer caso, esa clase de trabajo. La clásica pregunta acerca de por qué una chica
son las restricciones que llevan a las personas a decidir que, después de buena como tú está haciendo esto refleja una contradicción cultural: la
todo, determinada opción es la mejor o quizá.". la única (practicable).
mujer parece buena (es decir, ni rara ni extravagante, no forma parte dé
Las restricciones son una de las cuestiones más importantes que estu- otra especie), pero las "chicas buenas" no venden su cooperación en un
dian las ciencias sociales. Joseph Lohman solía decir que la sociología acto sexual. Los motivos que explican la conducta de las mujeres "norma
estudiaba lo que la gente tenía que hacer, las cosas que las personas ha- les" aparentemente no explican esta conducta, aunque la mujer tenga un
cían tanto si les gustaba como si no. (Esto no es del todo cierto, porque aspecto normal y actúe nonnalmente. El analista sociológico que busca
las personas a me n udo hacen lo que hay que hacer porque han apren- motivos inusuales que difieran de aquellos que subyacen a la conducta
dido que debe gustades hacerlo, pero eso es harina de otro costal.) En normal muestra la misma ingenuidad que los clientes que piden esa clase
cualquier caso, este truco nos muestra -al resaltar las desviaciones del de explicaciones.
azar- qué restricciones operan y, por ende, cuál es la naturaleza de la Tomemos otro ejemplo: fumar marihuana no sirve a ningún propó-
organización social que estamos estudiando. sito útil. Para entender por qué algunas personas, no obstante, lo ha-
Esto significa que un adecuado análisis científico de la situación per- cen podemos utilizar la versión de la hipótesis nula que dice que una
mitirá apreciar la escala completa de las restricciones operantes. Para acción no tiene ningún sentido, de la que acciones como fumar mari-
obtener esa escala completa necesitamos conocer, lo mejor que poda- huana son un muy buen ejemplo. Intentamos desmantelar esta hipóte-
mos, la escala completa de posibilidades entre las que han sido escogidas sis nula mostrando que las cosas que parecen locas o erráticas o capri-
las opciones que observamos. Para conocerla tenemos que torn ar con- chosas podrían tener sentido si supiéram.os más acerca de ellas. En este
ciencia de todas las clases de posibilidades que existen en el mundo del caso buscamos descubrir las razones por las que fumar m ar.ihuan a
que fueron seleccionadas las cosas que ocurrieron. Necesitamos hacer tiene perfecto sentido para quien lo hace. Una respuesta podría ser que
todo lo posible para obligarnos a pensar posibilidades improbables, y la rnari h uan a da a quien la fuma un placer casi gratuito y no conlleva
tarn biéri debemos tomar pr-ecaucioriescoritra la eventualidad de excluir sanciones sociales significativas.
46 TRUCOS DEL OFICIO
IMAGINARIO 47

Fumar marihuana no es lo único que tendría sentido si lo considera- términos, el acto resulta completamente ininteligible. "[Eh, usted! ¿Quiere
mos de este modo. Por lo general, una buena alternativa sociológica a que le amputen los genitales?" "[No, gracias!"
la hipótesis nula de la locura es suponer que la acción a ser estudiada Pero, como lo demostrara la investigación de James Driscoll (1971),
I .
tiene perfecto sentido, sólo que nasa u-os lo desconocemos. Podríamos realizada en los albores de la historia de la cirugía de cambio de sexo, las
decir, parafraseando una expresión muy extendida cuando yo iba a la cosas no ocurren de ese modo. Los hombres no deciden someterse a esa
escuela secundaria, que se utilizaba para explicar alguna estupidez que cirugía de golpe y porrazo, tengan o no motivos o impulsos ocultos. La
uno había cometido: "En el momento parecía una buena idea". Es pro- decisión final es el resultado de una larga serie de decisiones previas,
bable que el hecho de que ciertos actos aparentemente ininteligibles le cada una de las cuales -y éste es el punto clave- no pareció extravagante
hayan parecido una excelente idea a la gente que los realizó en su mo- en sí en su momento. A continuación mencionaremos una trayectoria tí-
mento sea una muy buena hipótesis acerca de ellos. A raíz de esto, la ta- pica, aunque no necesariamente la única. Primero, quizás un hombre jo-
rea analítica será descubrir las circunstancias que llevaron al actor a ven se sienta atraído hacia alguna forma de actividad homosexual. Su
pensar que era una buena idea.
impulso inicial quizás (y cada uno de estos "quizás" representa un punto
Una manera obvia de comenzar ese análisis es ver que algunas cosas de contingencia en el que una parte del grupo que ha dado ese paso se
a menudo parecen una buena idea porque, al realizar la acción, sus encamina hacia otra dirección, que no vamos a investigar porque sólo
. ~.
consecuencias no son visibles. Solamente en retrospectiva, cuando el va- nos interesan aquellos que se encaminan hacia la operación de cambio
lor de la casa que nosotros y el resto del mundo creíamos iba a aumen- de sexo) lo conduzca a un mundo social donde la actividad homosexual
tar se fue a pique, comprendemos que comprarla no fue tan buena idea no es vista con recelo ni tampoco desacostumbrada.
después de todo. Vale la pena recordar que nadie puede predecir con El candidato potencial a la cirugía se encuentra ahora entre personas
perfecta certeza el resultado de ninguna acción humana, y que, por que sugieren acciones, de las que quizás antes no tenía conocimiento,
consiguiente, hasta la decisión aparentemente más segura puede resul- que podrían resultarle interesantes o placenteras. Estos nuevos compa-
tar mala. Las personas razonables -y los expertos- a menudo no con- ñeros, anticipando los miedos y las dudas que le impedirían aceptar de
cuerdan acerca del probable resultado de una acción determinada, de inmediato algunas de sus sugerencias, pueden tener preparado un arse-
modo que muchas cosas que parecían buenas ideas pueden resultar nal de ideologías y razones que expliquen por qué las ideas que lo ha-
luego un fracaso.
cen renuente son erradas. Él podría decidir probar algunas de las posi-
(Una de las razones de que la hipótesis nula de locura sea tan intere- bilidades recomendadas y tal vez descubra que le gusta hacer esas cosas
sante es que otras disciplinas -sobre todo algunas versiones de la psico- nuevas (o quizá no, por supuesto). Para entonces, ya habrá incorpo-
logía- se ganan la vida insistiendo en que algunas acciones realmente no rado nuevos motivos. Tiene algunas cosas nuevas que le agrada hacer, y
tienen ningún sentido y son, de hecho, el resultado de alguna clase de tiene nombres para esas cosas y maneras rutinarias de hacerIas, y com-
desorden mental. De modo que no sólo estamos combatiendo una hi- parte con muchos otros esos nombres y esas rutinas. De modo que invo-
potética hipótesis nula, por así decirlo; también estamos combatiendo lucrarse en estos actos es relativamente fácil, ya no es motivo de susto ni
la hipótesis positiva de otra disciplina.)
de extrañamiento.
A menudo, también, las cosas simplemente nos parecen incompren- Si en este momento le preguntáramos al joven si le gustaría some-
sibles porque estamos demasiado lejos de la situación como para cono- terse a una operación de cambio de sexo, probablemente pensaría que
cer las contingencias reales en las que fue decidida. Consideremos el estamos más locos que una cabra. Si le preguntáramos si cree ser una
ejemplo -un tanto llamativo, pero no obstante interesante- de las opera- mujer, probablemente pensaría lo mismo. Pero, como consecuencia de
ciones de cambio de sexo. Podemos formular la pregunta de la siguiente sus nuevas capacidades y motivos, es probable que conozca gente nueva
manera: ¿Qué impulsaría a un hombre norteamericano aparentemente que le sugiera, si tanto le gusta lo que ha venido haciendo, empezar a
normal a hacerse amputar el pene y los testículos? Formulado en esos considerar que en cierto modo es en realidad una mujer, y que podría
48 TRUCOS DEL OFICIO IMAGINARIO 49

resultarle increíblemente interesante desempeñar ese papel, e incluso un modo que nos resultaría inteligible, que cada uno de estos pasos pa-
quizás (otro "quizás") vestirse de mujer. Eljoven tal vez no hubiera pen- recía una buena idea en su momento.
sado en hacerla (aun siendo consciente de que muchos otros lo ha- Analíticamente esto significa que, cuando algo nos parece tan ex-
cen), pero ahora lo piensa y se arma de un nuevo arsenal de capacida- traño e ininteligible que nuestra única explicación es alguna forma de
des y motivos. Por ejemplo, aprende a comprar ropa de mujer de "Deben estar locos", tendríamos que suponer que no sabemos lo sufi-
tamaños lo suficientemente grandes como para que se adapten a un ciente acerca de la conducta estudiada. Es mejor suponer que tiene
hombre. Puede aprender a maquillarse y también a arreglarse el cabe- alguna clase de sentido y buscarlo.
llo de una manera que es mucho más común entre las mujeres. Puede
empezar a observar, y tratar de imitar, los gestos físicos que considera
prototípicamente femeninos. COINCIDENCIA
De este modo podría convertirse en lo que llamamos un travesti. Otra clase de imaginario útil, quizá realista en una forma en la que las
(Cabe señalar que no todos los travestis son homosexuales, ni todos los hipótesis nulas raramente lo son, es la noción de "coincidencia". Es de-
homosexuales varones son travestis. Sin embargo, éste fue el patrón en cir, que las cosas no son exactamente aleatorias, pero tampoco están
la investigáción de Driscoll.) Pero tal vez el ralle resulte lo suficiente- completamente determinadas. Presentan lo que podríamos denominar
mente intrigante como para preguntarse cómo sería vivir siendo mujer una cualidad coincidente. Aunque ninguna de las acciones puntuales
todo el tiempo. Y quizá lo haga y se encuentre en la misma situación involucradas en el acontecimiento particular que pretendemos explicar
que Agnes, el transexual que Harold Garfinkel hiciera sociológica- sea aleatoria, aunque podamos definirlas, a todas y cada una de ellas, de
mente famoso (1967: 116-185), y tenga que reconfigurar no sólo su manera sociológica sensata, lo que no es tan fácil de explicar es su inter-
comportamiento físico, sino también todo su pasado ..•. sección. Puede ser explicable que yo haya decidido ir a trabajar a mi
En cada uno de estos puntos, nuestro mítico joven se encuentra ha- empleo gubernamental ese día; después de todo, es mi trabajo y de no
ciendo algunas cosas de las que antes ni siquiera había escuchado ha- ir recibiría sanciones negativas, como decimos los sociólogos, de modo
blar y que, habiendo escuchado hablar de ellas,jamás imaginó que po- que vaya trabajar todos los días. Por buenas razones sociológicas, en-
dría llegar a hacer. Los pasos que da nunca son tan radicales. Cada paso tonces, ese día también fui a trabajar. Y puede ser explicable que otras
no es sino un pequeño paso más en un camino del que podría desviarse dos personas, a través de una secuencia de conversión parecida a la que
en cualquier momento hacia cualquiera de los otros caminos posibles. describí para el candidato a la cirugía de cambio de sexo, hayan deci-
Las personas que no se parecen en nada a este joven comprenderán dido que el gobierno de los Estados Unidos es un enemigo que merece
cada pequeño paso intelectual y emocionalmente sólo cuando las circuns- que bombardeen algunos edificios gubernamentales. Y una combina-
tancias les resulten inteligibles. Si continuáramos, cosa que no haremos, ción de cercanía socialmente determinada y conocimiento local espe-
eventualmente veríamos que, cuando llegara el momento de la opera- cializado puede llevarlos a elegir como blanco el edificio donde yo tra-
ción de cambio de sexo, eljoven sólo estaría dando OU'O paso relativa- bajo. Pero lo que no parece explicable como resultado de un proceso
mente pequeño y no muy diferente de todos los otros pequeños pasos social causal es cómo su elección del edificio a bombardear coincidió
que ha dado a lo largo del camino. con el hecho de que yo trabajara en él. ¿Cómo se explica que yo, a di-
En suma, no decidió someterse a esa cirugía de un día para otro, casi ferencia de miles o millones de personas, me haya convertido en una
sin ninguna razón y a causa de una urgencia interna. De haber ocu- de sus víctimas?
rrido así, sería difícil de entender. Pero no fue así. Antes dio muchos "Coincidencia" parece una buena palabra para esto. A decir verdad,
pasos relativamente pequeños, lo suficientemente pequeños como pal·a me interesé por este problema de una manera que expresa el proceso.
no requerir ninguna forma de explicación inusual o demasiado elabo- Esto fue lo que sucedió: en abril de 1990 viajé a Río de Janeiro como
rada. Si investigáramos todas las circunstancias y procesos veríamos, de académico Fullbright para dar clases en el Programa de Posgrado en
50 TRUCOS DEL OFICIO IMAGINARIO 51

Antropología Social en el Museo Nacional. Era mi tercera visita a Río, de literatura comparada; su tesis (Candido [1964] 1987) era un estudio
y mi segunda experiencia docente en ese programa. La primera vez fui sobre el estilo de vida de los pobladores rurales en el estado de San Pa-
por una rara conjunción de circunstancias. Un amigo, al que había co- blo. y, en consecuencia, Mariza Peirano, una antropóloga interesada en
nocido a través de nuestra mutua conexión con la Haight-Ashbury Free el de~arro~lo de la antropología brasileña, lo había entrevistado para su
Medical Clinic de San Francisco (toda una historia en sí misma), estaba propia tesis. Para alimentar mi creciente interés en Cándido, Gilberto
a cargo del área brasileña de altos estudios de la Fundación Ford. Había me dio un artículo que Peirano había escrito acerca de él y estaba ba-
conocido a Gilberto Velho, quien daba clases en este programa de pos- sado en aquella entrevista (Peirano, 1991: 25-49) Yotro artículo donde
grado y cuya especialidad era la antropología urbana. Gilberto había leído analizaba un interesante fenómeno que había descubierto durante su
mi libro Outsiders y muchos de sus alumnos estaban estudiando el fenó- investigación (Peirano, 1995: 119-133).
meno de la desviación. Richie Krasno me llamó y me propuso que viajara .Ese artículo me resultó intrigante desde el primer párrafo, que trans-
a Río como parte del programa financiado por la Ford en el Museu. cnbo a continuación:
Todo salió de la nada. Lo único que yo conocía de Brasil era la bossa
nava, yeso por mi pasado musical. Pero, por alguna razón que jamás Once años atrás, mientras realizaba una serie de entrevistas con
comprendí ni intenté explicarrne, decidí que debía hacerla. Pasé un científicos sociales, advertí un fenómeno curioso. Por entonces
año estudiando portugués, leí (con enorme dificultad) los dos libros mi objetivo era esclarecer ciertas cuestiones que hasta el mo-
de Gilberto, que él me había enviado (Velho, 1973 y 1974), Yviajé a mento permanecían confusas para mí, incluso después de haber
Brasil en el otoño de 1976. La pasé maravillosamente bien y mantuve leído los trabajos y estudiado las carreras intelectuales de estos
el vínculo leyendo los trabajos que me mandaba la gente que había co- autores, a quienes consideraba fundamentales para comprender
nocido allí, enviándoles mis propios trabajos para que10s leyeran, visi- el desarrollo de las ciencias sociales en Brasil. La mayoría de
tándonos de vez en cuando, recibiendo a los brasileños que venían a ellos había nacido en la década de 1920 y debía andar, por lo
los Estados Unidos y trabajando con varios estudiantes brasileños que tanto, por los cincuenta o los sesenta años. Entre ellos estaban
venían a perfeccionar sus estudios o sólo a pasar un año estudiando en Florestan Fernandes, Antonio Cándido, Darcy Ribeiro y, un
el extranjero. poco más joven que los otros, Roberto Cardoso de Oliveira. En
Volví a Río en 1990, un regreso que a mi entender me debía desde estas entrevistas, que duraron aproximadamente dos horas cada
hacía ya mucho tiempo. Dicté un curso con Gilberto acerca de la Es- una, me sorprendió escuchar una y OU'avez la expresión "Fue
cuela de Sociología de Chicago, un tema que le interesaba mucho y p~r Sasu_a!id'!9"('joí por acaso", en portugués) para explicar un
que, por estar de moda en París, se había vuelto más interesante para cambio de curso en un. momento específico de sus carreras. To-
otros en Río. Dado que usaba la oficina de Gilberto como sede, tuve dos emplearon la explicación de la "casualidad" o la "coinci-
mucho tiempo para explorar los rezagas de su escritorio: una enorme dencia" en nuestras conversaciones. (Peirano, 1995: 119-120.)
pila de revistas, diarios, periódicos, libros y papeles. Venía leyendo mu-
cho en portugués desde mi llegada y una de las cosas que leí fue un ar- Peirano estaba sorprendida, según dice, porque el trabajo de todos esos
tículo que me pasó Gilberto de Antonio Candido, un autor de quienja- autores estaba francamente comprometido con modelos sumamente
más había oído hablar pero que, de hecho, era una de las figuras d,eterministas de causalidad social. Sólo cuando analizaban sus propias
literarias más importantes de Brasil. La sofisticación y la gracia literaria VIdas las teorías deterministas dejaban de ser explicaciones adecuadas;
del artículo me impresionaron enormemente y quise saber más acerca cuando hablaban de otra gente, el léxico convencional de las ciencias
del autor. sociales funcionaba de perillas,
Resultó que Candido había estudiado sociología e incluso ense- Peirano daba varios ejemplos de la forma en que las vidas de estos aca-
ñado sociología durante muchos años antes de ejercer como profesor démicos reflejaban acontecimientos casuales. Uno era cómo Roberto
52 TRUCOS DEL OFICIO IMAGINARIO 53

Cardoso de Oliveira, líder del desarrollo de la antropología profesional interesé por la cuestión del rol de la casualidad y la coincidencia en la
en Brasil, se había vuelto antropólogo: vida social.
Yo pensaba que el problema principal era que, si bien todo el mundo
Hacia fines de 1953, Darcy Ribeiro [pionero de la antropología reconoce que "así ocurren las cosas en realidad", no existe un lenguaje
brasileña] dio una charla en la Biblioteca Municipal de San Pa- conceptual para discutir eso que todo el mundo sabe. Cuando habla-
blo. Estaba buscando asistente para un curso que iba a dictar mos como científicos sociales profesionales, hablamos de las "causas" de
en el Museo del Indio y pensó que Roberto, que le había sido una manera que no reconocemos en la vida cotidiana. Esa disparidad
presentado por un conocido común, era la persona más capaz no molesta a un montón de sociólogos, pero a mí sí me molesta.
e inteligente para el trabajo. Roberto se mostró renuente dado El análisis anterior seguramente conduce, en términos prácticos (ya
que lo que él había estudiado era filosofía y sociología, pero no pesar de mi queja permanente contra las ideas farragosas como la que
pudo convencer a Darcy, quien argumentó que si Lévi-Strauss voy a formular a continuación), a la idea de que las cosas no ocurren
había aprendido etnología una vez concluida su educación for- simplemente, sino que más bien ocurren en una serie de pasos, que los
mal, ¿por qué Roberto no podría hacer lo mismo? Así, debido científicos sociales tendemos a llamar "procesos", pero que también po-
a este comienzo "puramente accidental" -un encuentro en la drían llamarse "historias". Una historia bien construida puede satisfa-
Biblioteca Municipal-, Roberto Cardoso de Oliveira hizo la cernos como explicación de un acontecimiento. La historia cuenta
transición de la sociología a la antropología y aprendió de cómo ocunió algo: cómo esto sucedió primero y condujo, de una ma-
Darcy una lección de "indigenismo", conservando al mismo nera razonable, a que ocurriera aquello, y luego esas dos cosas llevaron
tiempo, de su capacitación sociológica con Florestan [Fernan- a la siguiente ..., y así hasta el final. Y también cuenta cómo, si todo esto
des], la ambición teórica. Así nasió una antropología socioló- no hubiera ocurrido, el acontecimiento que nos interesa tampoco ha-
gica en la que el concepto de "fricción interétnica" fue eviden- bría sucedido. Podríamos describir las condiciones necesarias para que
cia de que Roberto Cardoso había creado una "Eva" de una un acontecimiento (llamémoslo X) ocurra en términos de la historia de
costilla tomada de la sociología específica que por entonces se cómo sucedió una cosa después de otra hasta que fue casi seguro que X
enseñaba en la Universidad de San Pablo. (Peirano, 1995.) ocurriría. Reunir todos los componentes necesarios para un concierto
sinfónico no hará, por cierto, que el concierto ocurra y de ningún
A raíz de un conjunto de circunstancias que me habían llevado recien- modo garantizará que ocurra; pero si reunimos a todos los músicos
temente a contraer matrimonio, yo estaba particularmente abierto a re- que ejecutarán el concierto sinfónico ... y si el público asiste ... y si no
conocer aquello que consideraba elementos "casuales" en la vida social. hay un incendio ni un tornado ni ningún otro impedimento natural
Como tanta otra gente que reflexiona sobre cómo ha encontrado a su inesperado ... entonces es difícil ver qué podría impedir que el concierto
pareja, yo era tremendamente consciente de las numerosas cosas que, tuviera lugar.
de haber ocurrido de otro modo, me habrían enviado a cualquier otro Sin embargo, el encuentro de dos personas no es garantía de que ha-
lugar que no fuera Columbia, Missouri, el día en que conocí a Dianne brán de enamorarse. La mayoría de la gente no se enamora de perso-
Hagaman. Podría dar una interminable conferencia sobre lo fácil que nas que conoce por causalidad. Los amigos siempre están armando pa-
hubiera sido que jamás nos conociéramos. De modo que leí el artículo rejas posibles y haciendo tareas de Celestinos casi siempre destinadas al
de Peirano con sumo interés y atención. fracaso estrepitoso. Por lo tanto, que estén dadas todas las precondicio-
Un buen día me explayé con Gilberto acerca de cómo nos habíamos nes no quiere decir que X ocunirá. El antropólogo Lloyd Warner solía
conocido Dianne y yo, y acabamos discutiendo el tema durante las res- contar que había investigado la sociedad aborigen australiana, cuyos
tantes semanas de mi estadía en Río. En otras palabras, para poner fin miembros -según afirmaban los primeros trabajos antropológicos- no
a esta digresión autoejemplificadora, fue por puro accidente como me comprendían la base fisiológica del embarazo. Cuando les preguntó de
54 TRUCOS DEL OFICIO IMAGINARIO 55

dónde venían los bebés, le dijeron lo mismo que les habían dicho a los alterar el resultado final. Por lo tanto, este resultado final de-
anteriores investigadores: que los bebés esperaban en el espíritu del pende de todo lo que ocurrió antes: la firma imborrable y
clan hasta que una mujer tenía un sueño especial, y que sólo entonces determinante de la historia [1989: 283J.)
el espíritu del bebé abandonaba la fuente de los espíritus y entraba en
su vientre. Warner insistió: "¿Y qué pasa cuando los hombres y las muje- De modo que el sendero que conduce a un acontecimiento puede
res, ya saben, tienen relaciones sexuales? ¿Eso no tiene nada que ver verse como una serie de acontecimientos que dependen unos de
con el embarazo?". Los aborígenes lo miraron con lástima, como si otros. Podríamos imaginario como un diagrama arbolado en el que,
fuera un niño tonto, y le dijeron que por supuesto que sí, que así se ha- en vez de que la probabilidad de llegar a un extremo particular sea
cían los bebés. Pero le recordaron que los hombres y las mujeres hacían menor a medida que nos alejamos del punto de partida, la probabi-
aquello todo el tiempo, y que las mujeres sólo quedaban embarazadas lidad de llegar al punto X aumente cuanto más nos vayamos acer-
de vez en cuando: solamente, adujeron triunfales, cuando la madre cando a él. (Van Wright, 1971 utiliza con eficacia estos diagramas en
soñaba con la fuente de los espíritus. sus análisis.)
Aprendí, sobre todo por influencia de Everett C. Hughes, a conside- La cadena de acontecimientos que conduce al acontecimiento que es
rar esas dependencias de un acontecimiento respecto de otro como importante para mí, y para el que requiero una explicación detallada,
"contingencias". Cuando ocurre un acontecimiento A, las personas in- involucra a muchas otras personas. De manera que la cadena de acon-
volucradas se encuentran en una situación en la que podría ocurrir tecimientos que me condujo a interesarme en este problema involucró,
cualquiera de varias cosas inmediatamente después. Si me gradúo en la entre muchas otras cosas (y no es un dato para nada menor mi primer
escuela secundaria puedo ir a la universidad, al ejército, a la escuela de viaje a Brasil), aquella entrevista de Mariza Peirano a varios científicos
artes y oficios, a la cárcel... son algunos de los próxigios pasos posibles. sociales brasileños, el que todos utilizaran esta forma de explicación, el
Hay una gran cantidad de próximos pasos posibles, pero no es infinita, que ella hubiera escrito un artículo al respecto, el hecho de que ese ar-
y por lo general sólo una parte relativamente pequeña de esos pasos es tículo estuviera a la vista sobre el escritorio de Gilberto Velho (hecho
más o menos probable (aunque los improbables también pueden ocu- que a su vez requiere que Velho conociera a Peirano, y que ella le hu-
rrir). El camino a seguir en la disyuntiva dependerá de muchos facto- biera enviado su artículo inédito), y así sucesivamente. Si cualquiera de
res. Podemos llamar "contingencias" a aquellos factores de los que de- estas personas hubiera hecho algo diferente, mi interés quizá no habría
penderá el próximo paso y decir que el acontecimiento A seguido del despertado de la misma manera. O no habría despertado en absoluto.
B -y no del C o el D- depende de un factor X. Mi ingreso a la univer- En su obra BiograPhy: A Carne (Biografía: un juego), el dramaturgo
sidad depende de que obtenga calificaciones lo suficientemente altas suizo Max Frisch encarna esta idea en una interesante situación dra-
como para que me acepten en la casa de altos estudios que prefiero, o mática. Un buen día, un extraño misterioso ("El Archivista") se le apa-
de que yo tenga suficiente dinero, o de que mi inmenso deseo de in- rece al personaje principal, Hannes Kúrrnann, y le ofrece la oportuni-
gresar me permita superar todos los inconvenientes que eso conlleva, dad de repasar su vida. A través de una terminal de computadora y un
y así sucesivamente. operador ubicados a la derecha del escenario durante toda la acción
(El biólogo StephenJay Gould lo considera el carácter fundamental (en la puesta que vi en Mineápolis, aunque no en la obra publicada
de la historia y de toda explicación histórica: [Frisch, 1969]) podrá acceder a todos los detalles y modificar lo que
le venga en gana. El héroe revive cierta cantidad de momentos crucia-
La explicación histórica no se apoya en deducciones directas a les de su vida. La obra comienza cuando intenta cambiar el episodio
partir de las leyes de la naturaleza sino en una impredecible de la fiesta donde conocerá a Antoinette Stein, con quien acto se-
secuencia de estados anteriores, en la que cualquier cambio guido se acostará y quien -como bien sabe- desposará)' finalmente
importante en cualquier paso de la secuencia hubiera podido asesinará. Cuando el taxista que debía llevada de regreso a su casa
56 TRUCOS DEL OFICIO IMAGINARIO 57

~~:e la fiesta toca el timbre, ambos lo ignoran. Ahora, mirando atrás, KÜRMANN: ¿Y entonces?
nes d~sea, en vez de involucrarse con ella, despedirla cortés- ARCHIVISTA: Entonces ella se ha marchado.
m~nte, P:1O descubre que no puede cambiar sus acciones -su perso-
KÜRMANN: ¿Y entonces?
l~aJe, segun parece, no tiene voluntad de hacerlo- para modificar el
ARCHIVISTA: Y entonces usted es libre.
resultado
. . eventual.
. Por.' último cuando el Archi IVISa
. tI' e pregunta SI KÜRMANN: Libre ...
quiere cambiar el asesinato, mantienen el siguiente diálogo:
Y así se nos recuerda que todo lo que ocurrió en la vida de Kürmann no
KÜRMANN: Sé cómo ocunió.
solamente dependió de sus acciones y decisiones, sino también de lo
ARCHIVISTA: ¿Por casualidad?
que hicieron y decidieron todas las otras personas con quienes estuvo re-
KÜRMANN: No fue inevitable.
lacionado. Si Antoinette cambia su propia vida, la vida de Kürmann tam-
bién cambiará. Nadie puede desposar ni asesinar a una mujer que se va
Lo cual expresa bellamente mi primera aserción acerca de la naturaleza de su vida definitivamente. Podríamos denominar intercontingencia a la
de esta. clase de explicación, según la cual los acontecimientos no son' dependencia de las acciones de Künnann respecto de las de Antoinette.
ale~tonos, pero tampoco se hallan determinados. Peirano cita a Norbert Elias acerca de algo muy similar:
Sin embargo, al decidir no cometer el asesinato, Kürmann se entera
- u' ene
de'. que, en vez de pasar los últimos doce años en la cárcel ' aho la En contraste [con el "determinismo"], cuando se hace hincapié
canc:r y va cammo a una muerte espantosa. Y que su esposa, a quien pre- en la indetenninación, en la "libertad" del individuo, por lo ge-
te~d~a dar una nueva vida con esta decisión, está condenada a visitarlo neral se olvida que simultáneamente existen muchos individuos
religiosamente. ,. mutuamente dependientes [...]. Si aspiramos a resolver estos
H~sta el momento, pura contingencia. Pero el Archivista se diri e problemas, necesitaremos herramientas de pensamiento más
ahora a la esposa de Kürmann, Antoinette: g
sutiles que la habitual anútesis entre "determinismo" y "liber-
tad", (Elias, 1970: 167.)
ARCHfVISTA: Señora Kürmann.
ANTOINETTE: ¿Sí?
Los científicos sociales no tienen buenas herramientas conceptuales
ARCHI:ISTA: ¿S~ arrepiente de los siete años que pasó con él? para esta suerte de imaginario. Pero siempre vale la pena considerarlo
[Antomette. rrura al Archivista.] Si le dijera que usted también un buen candidato para la imagen explicativa adecuada a un caso.
pued: ele~lr, que usted también puede empezar de nuevo,
¿sabna que cosas haría de otro modo en su vida?
ANTOfNETTE: Sí.
LA SOCIEDAD ENTENDIDA COMO MÁQUINA
ARCHIVISTA: ¿Sí?
Las formas básicas de pensamiento de las ciencias sociales no tienen,
ANTOINETTE: Sí.
esencialmente, nada de malo. El único problema es que los científicos
ARCHIVISTA:Entonces, adelante ... Usted también puede elegir sociales no las utilizan cuando deben hacerlo. Se meten en los más te-
todo de nuevo.
rribles problemas y cometen los más graves errores cuando olvidan
cómo se supone que deben hacer las cosas; y lo olvidan porque algún
A continuación
K" repiten la escena inicial cuando Ant .
,omette conoce a compromiso político o temperamental los lleva a considerar el pro-
urmann.
. h Pero
_. esta vez, cuando llama el taxista ' ella diIce a dilOS
, y se blema de manera limitada, ignorando el amplio espectro de factores
marc a pala sIempre del departamento -v.. de la vida - de IZ"urmann. que las teorías básicas que han aprendido los impulsarían a implemen-
lar si tan sólo prestaran la debida atención. El truco La Sociedad es una
58 TRUCOS DEL OFICIO
IMA(;INARIO 59

Gran Máquina fue diseñado para ocuparse de esto. Primero explicaré lucha diaria. La idea de desinstitucionalización no tuvo en cuenta estas
cuál es la dificultad que el truco debe superar. posibilidades.
Sufrimos estos lapsus de memoria (no me excluyo de la acusación) Resultó que los pacientes mentales recién liberados no pudieron
especialmente cuando queremos cambiar el mundo y convertirlo en un reintegrarse a las comunidades que habían abandonado al ingresar al
lugar mejor para la democracia, o la clase media, o los ciudadanos ho- hospital. Esas comunidades -para ser más precisos, las familias de las
nestos y respetuosos de la ley, o los enfermos mentales o ... Es probable que habían salido esos pacientes- no estaban ansiosas por recibirlos. La
que, cada vez que queremos mejorar las cosas, todos olvidemos (por mayoría de los pacientes mentales se vuelven pacientes cuando sus fa-
conveniencia, podría decirse, salvo que la inconveniencia resultante de milias y amigos ya no pueden tolerar los disturbios que causan. De
ello suele ser astronómica) a muchas de las personas, grupos o cosas modo que los pacientes recién liberados fueron a vivir a casas de reinte-
que contribuyen al resultado que deseamos modificar. Si los enfermos gración social dirigidas por emprendedores independientes dispuestos
mentales son maltratados y el "tratamiento" que reciben en los hospita- a aceptar lo que pagaba el Estado por la manutención y el cuidado del
les neuropsiquiátricos no los ayuda de ninguna manera, si vemos que paciente (mucho menos que lo se gasta en un hospital grande), situa-
los hospitales los privan de los derechos y dignidades más elementales, das en barrios que no podían protegerse contra la invasión de esa clase
entonces parece obvio lo que habría que hacer: sacarlos de allí. Los im- de negocio. En poco tiempo muchas ciudades grandes tuvieron guetos
pactantes análisis de la enfermedad mental y la hospitalización realiza- de enfermos mentales: el Uptown en Chicago o el área correspon-
dos por Goffman (1961), Foucault (1965) y Szasz (1961) nos hicieron diente en San José. Esos guetos no eran las comunidades "normales"
ver esta situación con extrema claridad.
ansiosas por darles la bienvenida que vislumbrara la idea liberadora de
Lo que esos análisis no tuvieron en cuenta fue: ¿adónde habrán de ir la desinstitucionalización (pero sin duda representaron el ahorro de di-
esos enfermos cuando salgan del hospital? Cuando ce~raron el hospital nero previsto por algunos asesores de políticos, como el gobernador de
estatal en Napa, ¿adónde fueron a parar todas las personas que habían California, Ronald Reagan). Los pacientes liberados, ahora "ciudada-
sido injustamente encerradas? (Goffman, Foucault y Szasz tuvieron ra- nos normales", no pudieron, o no quisieron, llevar vidas normales y ser
zón en esto, creo yo.) La teoría de la "desinstitucionalización" decía autosuficientes como se esperaba en la teoría. En cambio aprendieron
que "la comunidad" habría de absorberlos y que ya no tendrían que es- a manipular los sistemas de servicio creados para facilitar su reinserción
tar sometidos a las humillaciones, mayores y menores, que acompañan en la sociedad, y también a explotar los espacios y oportunidades pro-
al rótulo de "enfermo mental". Habiendo recuperado todos sus dere- vistos por la laxitud de la organización social urbana. Pasaron a formar
chos como ciudadanos, podrían ocuparse de sus asuntos como cual- notoriamente parte del grupo que conocemos como "los sin techo". I
quier hijo de vecino: conseguir trabajo, alquilar una vivienda, salir a Nadie, ningún político, ningún científico social, lo había previsto.
comprar vituallas y prepararse la comida, casarse, tener hijos; en suma, ¿Por qué no? El curso introductorio de sociología ya nos alerta sobre
volverse ciudadanos comunes, normales y productivos. Por supuesto esta posibilidad e insiste en que indaguemos a todas las personas invo-
que quizás estuvieran demasiado locos para poder hacer alguna de to- lucradas en la situación: no solamente a los enfermos sino también a
das esas cosas, o demasiado inmersos en sus preocupaciones internas sus familias; no sólo a "la comunidad" en abstracto sino a la comunidad
como para calcular correctamente los posibles resultados de sus activi- en tanto organización política y social específica. Siguiendo esas pautas
dades, o tal vez fueran incapaces de controlar sus impulsos para realizar tendríamos que haber averiguado -como parte de nuestro procedi-
los ajustes que les permitieran adecuar lo que hacían a lo que otros es- miento estándar- cómo estaba organizada esa gente, cuáles eran -a su
taban haciendo y, de ese modo, formar parte del mundo social. Aun entender- sus intereses y con qué recursos contaban para clefenderlos.
cuando no tuvieran que combatir ninguna de estas dificultades, casi siem- y entonces no nos habría sorprendido que las comunidades de clase
pre habrían estado demasiado tiempo fuera de la sociedad civil y, por lo media utilizaran su poder político para impedir que se instalaran casas
tanto, sus capacidades)' astucias ya no serían adecuadas para enfrentar la de reinserción social en sus barrios. De hecho, si hubiéramos leído el
60 TRUCOS DEL OFICIO IMAGINARIO 61

análisis de Suttles (1972) sobre la "comunidad defendida", habríamos cuestionar que el asesinato, la prostitución infantil o la drogadicción
visto venir lo que ocurrió. eran actividades malas?
El .error de no pensar en todas las personas involucradas, cosa que se De la misma manera, los estudios sobre educación a menudo foca-
reqU!:re hasta en la más elemental concepción de la sociedad, condujo lizaban en por qué los estudiantes no aprendían lo que tendrían que
a,l:nalmterpretar gravemente la situación y produjo un conjunto de pa- aprender en la escuela. Los investigadores buscaban típicamente la res-
líticas desacertadas que jamás lograron lo que pretendían lograr. puesta en algo relacionado con los estudiantes: la personalidad, la capa-
Consideremos otro ejemplo: las teorías de la desviación. La llamada cidad, la inteligencia y la cultura de la clase social eran, y siguen
revolución de la "teoría del etiquetado" (también conocida como "teo- siendo, frecuentes candidatos al factor culpable. Nunca buscaban la
ría de la reacción social") jamás hubiera sido necesaria. No se trataba respuesta en los docentes o en la organización de la vida escolar. Esto
de l~na revolución intelectual o científica (aunque podría decirse que, reflejaba, como en los ejemplos anteriores, de dónde venía el dinero.
debido a las lealtades fluctuantes ya los cambios en cuanto a oportuni- Después de todo, nadie paga para que le digamos que tiene la culpa
~ades y organización en los campos profesionales que afectó, fue polí- ,I de aquello de lo que tanto se queja. A los educadores no les gusta te-
tica). No se destronó ningún paradigma básico del pensamiento socio- ,1 ~ ner investigadores merodeando ni que les digan que los defectos de
I
lógico. La "definición de la situación", por ejemplo -la gran I sus escuelas son el resultado de sus propias actividades, y no de las ac-
contribución de W. l. Thomas al vocabulario y a la manera de pensar de tividades de los alumnos, o de los padres de los alumnos, o de la co-
la sociología-, nos insta a entender cómo ven la situación los actores in-
v~lucrados en ella, nos obliga a descubrir qué piensan que está ocu-
I munidad. Prefieren que la investigación esté organizada de manera
tal que impida la aparición de semejante posibilidad. Negándose a
rriendo para, de ese modo, poder comprender los factores que intervie- ser objetos de estudio se aseguran de que esa respuesta jamás les sea
nen e.n su forma de actuar. Si los criminófogos y otros profesionales que dada. (Un docente de una escuela que estudié me dijo, irritado y sor-
estudiaron lo que luego dio en llamarse desviación hubieran prestado prendido al darse cuenta de que lo estaba entrevistando: "¿Quiere
atención a eso, de rutina habrían preguntado el punto de vista de los cri- decir que también me está estudiando a mí?". No podía comprender
minales en lugar de suponer que éstos tenían desórdenes de personali- por qué lo encontraba necesario, dado que él no era "el problema".)
dad o provenían de ambientes patógenos. En suma, los sociólogos olvidan sus propias teorías cuando está en
Podríamos decir que la teoría del etiquetado, lejos de ser una revolu- juego algo importante en el mundo. No siguen las instrucciones claras
ción, fue una contrarrevolución, un retorno conservador a una veta del que proponen esas teorías y no observan a todas las personas y organi-
pensamiento sociológico básico que, de algún modo, se había perdido zaciones que contribuyen a un determinado resultado.
en la práctica de la disciplina. El Truco de la Máquina pretende afrontar este problema y obligamos
Pero ese "de algún modo" no debería quedar incuestionado. Esas a no excluir elementos cruciales de la situación. Requiere que pense-
ideas sociológicas básicas no se perdieron por accidente, sino porque mos como ingenieros que quieren que la máquina que han diseñado
los sociólogos habían tomado compromisos que los obligaban a definir haga lo que supuestamente debe hacer. Éste es el truco:
los problemas excluyendo a algunos de los más importantes actores del
drama de la desviación. Estos sociólogos no permitieron que la defini- Diseñe la máquina que producirá el resultado que, según in-
ción de algunas actividades como "erradas" (cualquiera que fuese el tér- dica su análisis, ocurre rutinariamente en la situación que ha
mino empleado para consignar ese juicio) se convirtiera en objeto de estudiado. Asegúrese de haber incluido todas las partes -todos
investigación. Quiénes definían exitosamente algunas actividades como los engranajes, manivelas, cintas, botones y aa-os accesorios so-
desviadas y cómo lo hacían eran temas absolutamente fuera de toda dis- ciales- y todas las especificaciones de materiales y calidades
cu~i~n. Los científicos sociales convencionales consideraban que esas de- necesarios para alcanzar el resultado deseado. Dado que los
finiciones eran obvias o dadas por Dios. ¿Quién, si no un tonto, podría científicos sociales a menudo estudian "situaciones problema",
IMAGINARIO 63
62 TRUCOS DEL OFICIO

pasar mucho tiempo sin aprender nada (véaseJackson, 1990), podemos


el producto de la máquina casi siempre será algo que, de he- recompensar a los alumnos por memorizar y regurgitar y castigarlos por
cho, no queremos producir, y el ejercicio de imaginar cómo tener pensamientos propios (véanse Holt, 1967, y Herndon, 1968), y así 1.
producirlo es inevitablemente irónico; sin embargo, esto no sucesivamente. Éste es un resumen muy parcial de lo que dicen las inves-
debe impedir que lo tomemos en serio. tigaciones publicadas sobre las escuelas, pero sirve para aclarar el punto. \

Pongamos en práctica el truco. Consideremos un fenó~eno que no


Otros ejercicios similares podrían ser diseñar una máquina para pro-
ducir adictos a la heroína utilizando el análisis del proceso de la adic-
I
nos agrada: nuestros alumnos no aprenden lo que les ensen,a~os, nu~s- ción de Alfred Lindesmith (1947); o una máquina para producir una
tras representantes legislativos son corruptos, nuestros médicos estan distribución étnicamente parcializada de la fuerza laboral basada en los
más interesados en ganar dinero y jugar al golfque en curar nuestras análisis de esos procesos que podemos encontrar en los escritos de Everett
enfermedades. Luego supongamos que, lejos de ser un resultado no de- Hughes (1943) y Stanley Lieberson (1980).
seado esto es exactamente lo que ha pretendido algún Creador omnis- Imaginar una máquina semejante es una buena razón para incluir
cient~ y omnipotente. Con oficio y con cuidado, el Creador organizó lo que de otro modo dejaríamos fuera: aquello que nuestros senti-
una compleja máquina capaz de producir exactamente el resultado que mientos, compromisos e intereses nos llevarían a olvidar o ignorar.
tenemos ante nuestros ojos. Nos encantaría copiar esa máquina para Nuestra máquina no funcionará si no tiene todo lo que necesita para
poder, nosotros también, producir políticos corruptos o ~studiantes hacer su trabajo.
que no aprenden o médicos jugadores de golf; por desgraCIa, el Crea- No siempre nos resultará fácil diseñar esa clase de máquinas. Rara
dor salió a almorzar o no contesta el teléfono y no tenemos acceso a sus vez sabemos con absoluta certeza qué queremos que haga la máquina,
planes. De modo que debemos abocamos a lo que la gente ~ue.trabaja qué resultado nos gustaría ver. Y cuando estamos seguros, por lo menos
en computación llama "ingeniería inversa". Desarmar fa maqUl~a, ve: uno de nuestros colegas no estará de acuerdo con nosotros. Aun
cómo funciona, cuáles son las partes y cómo se conectan entre SI, y que cuando tuviéramos pleno consenso, pocos fenómenos sociales han sido
pasa dentro de la caja negra para poder, nosotros también, lograr este lo suficientemente bien estudiados como para aportar las especificacio-
maravilloso resultado. nes de las partes y los materiales que nos permitirían diseñar una má-
Supongamos que queremos asegurarnos de que las escuelas ense~en quina que realmente hiciera el trabajo. La mayoría de los fenómenos
a sus alumnos exactamente la cantidad de cosas que ahora les ensenan, sociales están conectados de tantas maneras a tantas condiciones am-
ni más ni menos, de modo que los alumnos sigan saliendo de la escuela bientales que es probable que nunca podamos realizar un diseño ade-
con, por lo menos, el mismo grado de incapacidad que muestran ac- cuado. La salida clásica de este dilema es hacer el trabajo una y otra vez,
. 1 ) Q ,
tualmente. ¿Qué clases de estudiantes tendremos que rec utar. ¿ ue continuar buscando, sumando partes al diseño inicial: construir una
clases de maestros necesitaremos? ¿Qué tendrían que hacer los maes- pieza pequeña que haga parte del trabajo, agregarle otras piezas ya di-
tros para que los alumnos no estuvieran más motiva.dos de lo que ~stán señadas, ver lo que falta todavía, salir a buscar las especificaciones, dise-
ahora? ¿Cómo harán para impedir que los estudiantes que q.U1eren ñar y testear, y repetir el proceso hasta que nuestra máquina produzca
aprender más lo hagan? ¿Cómo mantendremos a los padres bajo con- una aproximación razonable al producto que queremos (Ceertz, 1995
trol para que no hagan nada que interfiera con nuestro r~sultado dese- describe muy bien este proceso). No olvidemos que en realidad no que-
ado? ¿Cómo habremos de restringir el presupuesto del sistema educa- remos estos resultados, sino involucrarnos en este ejercicio de diseño
tivo para que no se gaste dinero en cosas que podrían afectar nuestro de máquinas como una manera sistemática de buscar todo lo que
resultado de maneras no deseadas? contribuye a su ocurrencia.
Encontraremos las respuestas a estas preguntas en numerosas investi-
gaciones realizadas en escuelas. Por ejemplo, podemos decÍl-l~s a los
maestros que maten el interés de los alumnos por la escuela haciéridolos
64 TRUCOS DEL OFICIO IMAGINARIO 65

LA SOCIEDAD COMO ORGANISMO "Conexión" es una palabra vaga. Si la uso es porque existen muchos
La imagen de la máquina no siempre será útil o apropiada. Funciona .modos de conexión, para los cuales utilizamos palabras como "influen-
mejor cuando el mundo social actúa de manera muy repetitiva, gene- cia", "causalidad" o "dependencia". Todas estas palabras apuntan a la
rando productos esencialmente similares a través de un procedimiento variación. Alguna cosa variará y alguna otra cosa, dependiendo de lo
sistemático, sin importar qué tan complicado pueda ser (aquí podría- que ocurra con la primera, también sufrirá algún cambio. Las cosas que
mos mencionar la manera en la que las escuelas, rutinaria y obstinada- varían a menudo se influirán mutuamente en maneras complicadas, de
mente, continúan graduando a alumnos que no son lo que esperamos). modo que la "causalidad" no es en realidad una forma apropiada de ha-
O quizá sería mejor decir que funciona cuando decidimos pensar en el blar sobre lo que queremos enfatizar. Podríamos decir que las piezas
aspecto repetitivo de aquello que estamos estudiando. La mayoría de del sistema en cuestión están conectadas de tal manera que el output de
las organizaciones sociales presentan esos aspectos repetitivos. De he- cada uno de los subprocesos que lo componen aporta uno de los inputs
cho, ésa es una manera de entender lo que queremos decir cuando ha- para algunos otros procesos, que a su vez toman resultados de muchos
blamos de organización social: una situación en la que la mayoría de la otros lugares y producen resultados que son inputs para otros procesos,
gente hace prácticamente las mismas cosas casi de la misma manera' y así sucesivamente.
durante la mayor parte del tiempo. Los pensadores sociales decimonónicos solían emplear la metáfora
Supongamos que, como le gustaba sugerir a Everett Hughes, mañana de la sociedad como organismo para expresar esta idea. El uso que le
fuera a ocurrir una gran revolución, similar en alcance y magnitud a las dieron, excesivamente entusiasta y demasiado literal -las clases altas
que más les gusta estudiar a los científicos sociales, como las revolucio- eran el cerebro de la sociedad y las clases obreras los músculos, por
nes francesa o china. ¿Qué cosas cambiarían y qué cosas seguirían ejemplo-, desacreditó la metáfora. Pero la revitalizada disciplina de

•..
igual? Los diarios podrían ser diferentes, los programas de televisión se-
rían diferentes casi con seguridad. ¿Cambiaría el sistema de recolección
la ecología, cuyo imaginario básico subraya precisamente las conexio-
nes múltiples, ha logrado revivirla. De modo que es un buen truco
de residuos? Quizá. ¿Cambiaría el sistema de distribución del agua? pensar un conjunto determinado de actividades sociales con ese ca-
Casi seguramente no. Pero no es un asunto que pueda decidirse me- rácter orgánico, buscando todas las conexiones que contribuyen al
diante un análisis teórico. Estas cosas se decidirán cuando la revolución resultado que nos interesa, y viendo cómo se afectan unas a otras y
se produzca y veamos qué cosas han cambiado. cómo cada una crea las condiciones necesarias para que operen las
No obstante, el ejercicio nos hace comprender que es muy probable demás. El exhaustivo análisis de la pesca en California realizado por
que no todo cambie. Muchas cosas probablemente continuarán siendo Arthur McEvoy (1986) es un buen ejemplo de este tipo de acerca-
como eran antes. Yes para estas cosas para lo que el modelo de la má- miento analítico. A continuación incluiré un breve fragmento de todo
quina resulta más apropiado, y es a estas cosas a las cuales querríamos el análisis histórico, que comienza con las comunidades indias ante-
aplicarlo en nuestro trabajo cotidiano. riores a la invasión de los europeos y concluye con la votación de la
Pero a veces queremos pensar de otro modo la vida social, como una Ley de Conservación y Manejo de la Pesca en 1976 y sus consecuencias
serie de procesos interconectados. Cuando pensamos de esta manera, inmediatas.
ponemos mayor énfasis en la conectividad que en la repetición -como McEvoy inicia su análisis mencionando que el Océano Pacífico y los
ocurría con la imagen de la máquina-o Las cosas no siempre serán igua- ríos que desembocan en él desde la costa californiana albergan una
les, pero de un día a otro estarán conectadas entre sí casi de la misma gran variedad de vida marina: algas, nutrias de mar, ballenas, leones
manera, así como las partes del sistema circulatorio de un animal están marinos, abulones, crustáceos (langostinos, ostras, mejillones) y toda
conectadas entre sí, de modo tal que lo que ocurre en el corazón afecta clase de peces. pero sobre todo salmón. Estas especies estaban conectadas
y es afectado por lo que ocurre en los vasos sanguíneos, los pulmones y de modo complejo: .
el sistema nervioso central.
66 TRUCOS DEL OFICIO IMAl;INARIO 67

El abulón y el erizo de mar se alimentan vorazmente de las al- complejidad de la oración anterior no hace más que reflejar la comple-
gas, que a su vez proveen alimento y refugio a gran cantidad de jidad de la realidad social y ecológica. Se necesitaría una oración mu-
peces importantes para la pesca comercial y deportiva por igual. cho más complicada para explicar las conexiones entre las culturas de
Allí donde hay unas pocas nutrias marinas que disminuyen la las diversas tribus nativas norteamericanas que habitaban California, sus
cantidad de abulones y erizos marinos, las algas crecen exube- rituales religiosos y su vida económica, sus dietas y sus hábitos de reco-
rantes. Las aguas costeras con algas abundantes presentan una lección de alimento -todo esto por un lado- y los motivos económicos
masa total de materia viva mayor de la que presentarían si no y políticos que llevaron a gran cantidad de personas de origen europeo,
hubiera algas, y la mayor parte de esa masa se concentra en los afincadas en el este de los Estados Unidos, a pescar y enlatar salmón,
cuerpos de animales que ocupan un lugar lo suficientemente que era parte tan importante de las dietas indígenas, y a matar salmo-
alto en la cadena alimentaría como para ser útiles al género hu- nes al explotar las minas de oro y deforestar de maneras que resultaban
mano. Allí donde no hay nutrias marinas abundan los abulones contaminantes para las corrientes de agua donde se desarrollaban los
y erizos marinos pero hay menos algas y, en conjunto, las aguas salmónidos.
son menos productivas. (McEvoy, 1986: 81.) Los hábitos genéticamente arraigados de los peces, los hábitos cultu-
rales de los seres humanos y los rasgos geográficos del paisaje interac-
Las diversas sociedades y poblaciones humanas tienen hábitos alimen- tuaron de maneras de las cuales el ejemplo anterior es sólo una pe-
tarios distintos, diferentes maneras de organizar la pesca y la cosecha de queña muestra. El libro de McEvoy revela mucho más y aporta
alimentos marinos y diferentes culturas, cosa que afecta las conexiones suficientes detalles como para que Una síntesis como la mía resulte in-
entre las especies de distintas maneras y causa grandes variaciones en la teligible y creíble. Lo he incluido aquí para ejemplificar la clase de aná-
...
cantidad de plantas y animales de cada clase existentes en un momento lisis útiles que puede producir la metáfora de "la sociedad es un orga-
nismo". Ver a la sociedad como un organismo no es en sí mismo un
dado. En la década de 1820, los comerciantes rusos, yanquis y españoles
explotaron hasta la codicia el, en apariencia, insaciable mercado chino truco analítico, sino una advertencia general de prestar atención a todas
de pieles de nutria marina, por lo que diezmaron espectacularmente la las cosas que están conectadas con aquello que nos interesa. La idea de la
población de nutrias. Esto hizo que, cuarenta años más tarde, algunos sociedad-como-organismo funciona especialmente bien cuando quere-
de los chinos que habían viajado a California a encontrar oro -como to- mos reconocer y dar lugar en nuestro análisis a la variación indepen-
dos los demás-, pero habían sido excluidos de la búsqueda por motivos diente de subsistemas enteros de fenómenos que no están totalmente
raciales, pudieran ganarse la vida pescando abulones para vendérselos desvinculados ni vinculados de ninguna manera profundamente deter-
a otros chinos quienes los consideraban un alimento muy preciado. minista. Las relaciones entre los peces, la gente, el clima, la cultura y la
Como las nutrias marinas habían desaparecido, la población de abulo- geografía en la costa de California no son sino una mezcolanza de siste-
nes había aumentado a tal punto que se veían enormes cantidades de mas, y a menudo tenemos razones para reconocer que muchas de las
abulones, secados de una manera muy familiar y agradable al paladar cosas que queremos explicar son exactamente así, y no máquinas que
de los consumidores chinos, apilados en los muelles de San Diego podríamos analizar mediante ingeniería inversa.
(McEvoy, 1986: 76). Sin embargo, algunos trucos específicos han surgido de ese punto de
Cuando los pescadores chinos, siguiendo sus costumbres culturales, vista. A continuación mencionaré varios. El primero consiste en olvidar
hicieron disminuir drásticamente la población de abulones (fenómeno los tipos de personas como categorías analíticas y buscar en cambio ti-
simultáneo a la expansión de la matanza de focas para el comercio de pos de actividades que las personas realicen de vez en cuando. El se-
pieles), la pesca de peces comestibles como la barracuda, el bonito, el gundo consiste en ver los objetos como residuo de las actividades de
róbalo y el mero (muy apreciados como alimento por otros grupos po- las personas. Ambos trucos surgen de la metáfora del organismo, en
blacionales: otro fenómeno cultural) aumentó considerablemente. La el siguiente sentido: si consideramos a las personas y los objetos como
68 TRUCOS DEL OFICIO IMAGINARIO 69

entidades fijas dotadas de un carácter inherente, las volvemos analítica- pueden anticipar lo que supuestamente deben anticipar no resultan de-
mente inmunes al contexto -si no en teoría, ciertamente en la prác- masiado útiles.
tica-. Si las actividades son nuestro punto de partida, el análisis se foca- La respuesta convencional a esta objeción es que, si insistimos en que
lizará en la situación en que ocurre la actividad y en todas las el empleo de estos tipos construidos debe permitir al analista anticipar
conexiones que nuestro objeto de estudio tiene con todas las otras co- la conducta de la gente con un mínimo margen de error, estamos
sas que lo rodean, con su contexto. Las actividades sólo tienen sentido siendo anticiencia. ¿Por qué? Porque la insistencia en ese estándar de
cuando sabemos a qué responden, qué fenómenos proveen las aporta- perfección excluye la realista y alcanzable meta científica de un modesto
ciones y las condiciones necesarias para esa cosa que pretendemos com- éxito predictivo. No me declararé culpable del pecado de anticiencia,
prender. Si el carácter de la persona o del objeto es tan inmutable dado que existe una solución simple y accesible que consiste en sustituir
como para resistir toda variación situacional, tan inmodificable que nin- los tipos de personas por tipos de actividad. El sustento teórico de la sus-
guna aportación es condición necesaria para que haga lo que sea que titución es que hablar de tipos de personas da origen al supuesto -pode-
hace, ése será un hallazgo empírico más que un compromiso teórico con: roso y empíricamente infundado- de que las personas actúan consisten-
traído antes de comenzar la investigación y, por lo tanto, será imposible temente de maneras determinadas por su máscara de personas, ya sea
refu tarlo median te la evidencia. psicológica o sociológica. El supuesto alternativo, que más probable-
mente haga un sociólogo y con mayores probabilidades de ser empíri-
camente correcto, es que, teniendo en cuenta todos los factores, las per-
Convertir a las personas en actividades sonas hacen lo que tienen que hacer o lo que les parece bien hacer en
Este truco ofrece un reemplazo para el hábito de hacer tipologías de cada momento, y que, dado que las situaciones cambian, no hay razón
personas que caracteriza a los científicos sociales. Un ejemplo clásico alguna para esperar que actúen de maneras consistentes.
es la división que habitualmente hacen los sociólogos entre desviados Dietrich Reitzes (Lohman y Reitzes, 1954) demostró esta hipótesis
y no desviados, entre personas que respetan las leyes sociales existentes mediante un cuestionario que medía las actitudes raciales hacia los
y personas que las quebrantan. ¿Qué tiene eso de malo y cuál sería la miembros blancos de un sindicato interracial que vivían en un barrio
alternativa? racialmente segregado. Cuando respondían las preguntas en el trabajo,
Lo que tiene de malo es que esa clase de análisis hace que la unidad casi siempre eran racialmente tolerantes, como prescribía su afiliación
básica de análisis sea una clase de persona, que es tratada analítica- sindical; cuando lo hacían en sus casas, tenían tantos prejuicios raciales
mente como si eso fuera lo que ella o él es, como si eso fuera lo único como sus vecinos. Si pretendiéramos pensarlos como personas toleran-
que ella o él es y como si lo que hacen o podríari hacer esas personas tu- tes o prejuiciosas, tendríamos un gran problema. Si los pensáramos
viera sentido -pudiera ser "explicado" causalmente- por la clase de per- como personas que a veces actúan con prejuicios y otras veces con libe-
sonas que son. Los analistas implementan este procedimiento con tipos ralidad racial, no obstante tendríamos que explicar sus diferencias de
psicológicos, pero también con tipos basados en características sociales: comportamiento; pero no tendríamos el problema mayor de compren-
tipos de clase, tipos étnicos, tipos de género o tipos ocupacionales, der cómo es posible que la naturaleza básica de una persona, expresada 1

como asimismo introvertidos y extrovertidos, desviados y psicópatas. en el tipo, cambie tan rápido. Transformar una clase de persona en una
Esto es un error, para empezar, porque es fácilmente observable que clase de actividad vuelve mucho más tratable el problema.
nadie actúa jamás enteramente de acuerdo con su personaje, con su La clase de solución que más razonablemente podemos esperar en-
tipo. La actividad de cualquier persona es siempre más variada e inespe- contrar a ese problema es que las actividades serán respuestas a situa-
rada que eso. No pretendo argumentar aquí acerca de cómo la libertad ciones particulares, y que las relaciones entre situaciones y actividades
humana rompe los grilletes de la teorización sociológica; tan sólo me li- tendrán una coherencia que permita la generalización. De modo que
mito a hacer una simple observación empírica. Las tipologías que no podremos decir lo siguiente: las personas que están en una situación de

·1
70 TRUCOS DEL OFICIO IMAGINARIO 71

clase X, bajo esta clase de presiones y con estas posibles acciones a ele- la vida social, de modo tal que el problema científico ya no será detec-
gir, harán esto. O también podríamos decir que una cierta secuencia de tar el cambio o la falta de cambio sino la dirección que toma, y aquella
situaciones constituye un camino probable a seguir para las personas situación en la que las cosas permanezcan igual durante un tiempo se
que han hecho aquello que nos interesa (el análisis de Driscoll sobre considerará un caso especial.
los hombres que se han sometido a cirugías de cambio de sexo es un
claro ejemplo).
El estudio de Lindesmith sobre la adicción al opio (al que ya me he Las cosas no son sino personas que actúan juntas
referido y sobre el que volveré) encarna esta estrategia. Lindesmith no Los objetos físicos, si bien son físicamente reales, no tienen propiedades
supone que existan tipos de personas que se vuelvan adictas; más bien "objetivas". Lo mismo ocurre con los más intangibles objetos sociales. La
supone que existe una clase de conducta adic_tivaque, dadas las circuns- forma de otorgarles esas propiedades con propósitos sociales es recono-
tancias correctas, ciertas personas adoptarán. Estudió la conducta adic- cer que las tienen. Los sociólogos a menudo suponen que las propieda-
tiva, no a los adictos. Del mismo modo, en mi investigación aludo al .des físicas de un objeto limitan lo que pueden hacer las personas relacio-
consumo de marihuana como una clase de actividad, no al fumador de nadas con él, pero casi siempre eso significa que dichas propiedades son
marihuana como una clase de persona. restrictivas si, y sólo si, las personas utilizan el objeto de la manera en
Una vez dicho esto, tengo que dar algunas explicaciones. Tanto que todo el mundo reconoce que suele ser utilizado. Una droga puede
Lindesmith como yo hemos hablado (como todo el mundo) de clases de tener efectos mensurables sobre el sistema nervioso, pero no nos hará
personas. De hecho, Lindesmith escribió acerca de los adictos y yo hice lo estar "colgados" si no reconocemos que esos efectos han ocurrido o que
propio acerca de los fumadores de marihuana, Pero utilizamos esas ex- constituyen aquello que es estar "colgados". Existen límites indiscutibles
presiones como una suerte de taquigrafía, como una manera *" de señalar para esto; nadie puede respirar bajo el agua para siempre (aunque,
que algunas personas se dedicaban a esas actividades de manera más o habiendo dicho esto, me resulta fácil imaginar a alguien que diga que
menos rutinaria o regular. Pretendíamos que los lectores comprendieran estoy equivocado, que existe una manera de hacerla).
(aunque a menudo no lo hacían) que-esos usos eran taquigráficos, y que Tendremos cierta idea de la interacción entre las definiciones socia-
los sujetos de nuestra investigación eran personas comunes y corrientes les y las propiedades físicas vigentes si observamos aquellas situaciones
que hacían con suma frecuencia esa clase de actividades. (y siempre podremos encontrar alguna) en que el objeto no parece te-
Nuestros análisis reconocían que la realización de un acto particular ner sus propiedades normales, como cuando una droga narcótica no
crea condiciones que afectan la posibilidad de que volvamos a realizarlo causa el efecto esperado o no provoca adicción. Así, podremos ver que
y también el modo. Hacer X puede producir una reacción en otras per- las restricciones que considerábamos ineluctablemente intrínsecas al
sonas que aumente las probabilidades de que continuemos haciendo X. objeto físico tienen un componente social y definicional. Mejor aún,
Hacer X puede conducir a un resultado físico (beber en exceso puede veremos que los objetos cambian de carácter cuando cambia su defi-
dañar el hígado, por ejemplo) que afecte aquello que hacemos o lo que nición social. Podemos ver que el objeto es, como dije antes, la encar-
podríamos hacer en el futuro. Más importante aún: hacer X puede po- nación en forma física de todas las acciones que todos realizaron
ner en marcha una variedad de procesos que aumenten las probabilida- para que llegara a ser. Un instrumento musical, con toda su induda-
des de que continuemos haciendo X una y otra vez. ble realidad física, es la encarnación física de todos los experimentos
Tipificar a las personas es una manera de buscar regularidad en sus acústicos que lo hicieron posible. pero también de las decisiones to-
acciones; tipificar situaciones)' líneas de actividad es otra cosa. Si pone- madas por muchas, muchísimas generaciones de intérpretes y com-
mos el acento en las actividades antes que en las personas. tendremos positores en cuanto a componer para ese instrumento )' ejecutarlo, )'
más interés en el cambio que en la estabilidad, en las ideas de proceso de los melómanos que aceptaron los sonidos resultantes como mú-
que en la estructura. Veremos el cambio como la condición norrnal de sica, )' de las empresas comerciales que hicieron que todo eso fuera
72 TRUCOS DEL OFICIO IMAGINARIO 73

posible (he escrito extensamente acerca de éste y otros ejemplos relacio- árbol de otro? Puesto que la tierra nunca ha sido despejada, no pueden
nados en Becker, 1982). utilizar instrumentos y métodos de investigación convencionales, que
El análisis de Bruno Latour (1995) acerca de la manera en que un te- presuponen líneas de visión claras; tienen que utilizar un instrumento
rrón de suelo brasileño cambia debido a la manipulación de los cientí- especial (Topofil Chaix) para tender hilos en la tierra a intervalos medi-
ficos constituye un elegante ejemplo sobre el carácter de los objetos fí- dos y así conformar una grilla. Luego toman terrones de cada caja de la
sicos en tanto fruto de las actividades colectivas de las personas. Latour grilla y comparan la naturaleza del suelo de un sector del sitio de inves-
había estudiado ciencia en el modernísimo laboratorio de alta tecnolo- tigación (una celda en la grilla) con otro. Hacen la comparación siste-
gía de un biólogo que estaba investigando la estructura molecular de máticamente, colocando cada terrón en una de las cien cajitas alineadas
una hormona del crecimiento. Y él la había estudiado en el laboratorio en el "pedocornparador" 10x10 en estricta correspondencia con los cien
de avanzada, para su época, de Luis Pasteur, en París, y en el cuasi-labo- cuadrados marcados en la tierra con hilos y señales.
ratorio que Pasteur había construido en una granja con objeto de tes- Latour continúa el proceso a través de muchos más pasos de los que
tear sus teorías sobre las causas del ántrax bovino. Latour llegó a la con- mencionaré aquí; vale la pena leer el artículo para captar la sutileza del ar-
clusión de que los laboratorios eran cruciales para hacer ciencia, dado gumento que he utilizado para mi propósito. A mi entender, el paso cru-
que permitían que los científicos aislaran aquello que les interesaba (la cial está expresado en la Figura 12 del artículo: una fotografía de uno
hormona, el microbio, lo que fuere) de todo lo que interfería con su de los científicos, René Boulet, tomando en sus manos un terrón ex-
actividad y supervivencia en la vida ordinaria. Una vez aislado y prote- traído del suelo a una profundidad especificada por el plan de investiga-
gido de todos sus predadores naturales, se podía cultivar una buena ción, y colocándolo en un cubo de "pedocornparador":
cantidad de microbios para experimentar aplicando los métodos cien-
tíficos del laboratorio. Si no hay laboratorio, no hay ciencia. Consideremos este montón de tierra. Apenas contenido por la
¿Pero cómo hacer ciencia cuando la experimentación en laboratorio mano derecha de René, todavía retiene toda la materialidad
no es posible, como ocurre tan a menudo? Latour decidió, en una ma- del suelo: "de cenizas a cenizas, del polvo al polvo". No obs-
ravillosa estrategia de muestreo (tema que analizaremos en el próximo tante, parcialmente dentro del cubo de cartón que René sos-
capítulo), acompañar a unos científicos franceses especializados en sue- tiene en la mano izquierda, la tierra se transforma en signo,
los a la selva de Boa Vista, en el centro mismo del Brasil tropical, para adquiere forma geométrica, se convierte en portadora de un
ver cómo resolvían el problema. Los científicos querían saber si, en el código numerado y pronto será definida por un color. Para la
lugar particular que estaban estudiando, la selva estaba avanzando so- filosofía de la ciencia, la mano izquierda no sabe lo que hace
bre la sabana, usurpando su tenitorio, o la sabana le estaba robando te- la mano derecha. Para la antropología somos ambidiestros: fo-
rreno a la selva (tema que les interesaba a ellos, y al mundo de sus pa- calizamos la atención del lector en este híbrido, este momento
res científicos, mucho más que ese pedazo particular de tierra). No se de sustitución, el instante mismo en que el signo futuro es abs-
puede estudiar esta usurpación en el laboratorio; es necesario ir a la traído del suelo. No tendríamos que apartar jamás los ojos del
frontera entre ambos sistemas y ver qué ocurre. Además, el proceso es peso material de esta acción. La dimensión terrenal del plato-
lento. No es posible sentarse a ver cómo se produce. Hay que hacer in- nismo se revela en esta imagen. No estamos saltando del suelo
ferencias a partir de las muestras de suelo tomadas en distintos lugares a la Idea del suelo, sino de los continuos y múltiples terrones
de la zona. de tierra a un color específico en un cubo geométrico codifi-
Sin embargo, la selva y la sabana son salvajes y no están preparadas cado en coordenadas x e y. Y, sin embargo, René no impone
para la actividad científica, de modo que los científicos primero les tienen categorías predeterminadas a un horizonte informe; carga su
que imponer un orden que les es propio. Clavan números en los árboles pedocomparador con el significado del pedazo de tierra; lo
para establecer puntos de referencia; ¿cómo, si no, podrían distinguir un educe. Lo único que cuenta es el movimiento de sustitución
74 TRUCOS DEL OFICIO IMAGINARIO 75

por el cual el suelo real se transforma en el suelo que conoce


la pedologia (o el estudio de los suelos en su ambiente natu-
ral; una de las dos ramas de la ciencia del suelo). El inmenso
abismo que separa las cosas y las palabras se encuentra distri-
buido por todas partes en las numerosas, pequeñas brechas
entre los terrones de tierra y los cubos-cajas-códigos del pedo-
comparador. (Latour, 1995: 163-165.)

Acto seguido, Latour convierte este momento en prototipo de todos los


momentos en que algo que parece lo suficientemente "real" (una masa
compacta de tierra brasileña) es científicamente "abstraído" para cons-
truir otro objeto "real" (una muestra de tierra en un aparato destinado
a hacer comparaciones sistemáticas), que a su vez es abstraído para
transformarlo en otro objeto real: parte de una tabla o un esquema en
un artículo científico. Para nuestros propósitos la clave radica en que
un pedazo de tierra, físicamente real como es, es lo que hacemos con
él. Para nosotros puede ser sólo un pedazo de tierra, pero para Boulet
y sus colegas es una pieza de evidencia científica.
Por supuesto que la mayoría de los objetos no cambiaffsu carácter de
manera tan radical. De hecho, las personas suelen tratar exitosamente
a los objetos como si éstos tuvieran propiedades estables y fueran inal-
terables. Es entonces cuando los científicos sociales deben afrontar un
interesante problema: averiguar cómo lo hacen. La respuesta generali-
zada es que los objetos continúan teniendo las mismas propiedades si la
gente continúa pensando en ellos, y por ende definiéndolos conjunta-
mente, de la misma manera. El acuerdo acerca de lo que son los obje-
tos, de lo que hacen y de cómo pueden ser usados facilita enorme-
mente la actividad conjunta. Aquel que pretenda cambiar la definición
quizá tenga que pagar un precio sustancial por semejante privilegio, y
es por eso que la mayoría de nosotros acepta las definiciones corrientes
de los objetos durante la mayor parte del tiempo.
Por lo tanto, los objetos son acuerdos sociales congelados o, mejor di-
cho, momentos congelados en la historia de las personas que actúan
juntas. El truco analítico consiste en ver en el objeto físico que tenemos
delante todos los rastros que indiquen cómo llegó a ser lo que es, quién
hizo qué cosas para que ese objeto haya llegado a existir tal como existe.
A menudo propongo el ejercicio en mis clases: tomo cualquier objeto
que tenga a mano -el cuaderno de un alumno, mi zapato, un lápiz- y
76 TRUCOS DEL OFICIO
IMAGINARIO 77

rastreo todas las decisiones y actividades previas que produjeron esa 1994), nombramos el lugar -la Universidad de Kansas- pero no obstante
cosa que ahora tenemos delante de los ojos. ofrecimos la siguiente descripción minuciosa:
Una manera fácil de tornar conciencia geJº-s-ª-c;.u~rdos..s.()_ciales
que
encarnan los objetos físicos es encontrar lugares donde esos acuerdos La universidad (con excepción de la facultad de medicina,
hayan producido algún objeto diferente de aquellos a los que estamos que posee su sede en Kansas City, Kansas), tiene su sede en La-
acostumbrados. Un ejemplo clásico es el teclado Q'WR:R'[Y,una distri- wrence, Kansas, una ciudad de más de 32.000 habitantes (y,
bución ineficiente y disfuncional de las teclas de la máquina de escribir por lo tanto, una de las mayores del estado, sólo superada por
que resalta la enorme influencia que tienen los primeros pasos en la el cordón suburbano de Kansas City, Wichita, Topeka y Salina).
creación de objetos estándar. Una vez distribuidas las teclas de esa ma- El centro de Kansas City está a unos 45 minutos de distancia en
nera -para que los mecanógrafos no mecanografiaran demasiado rá- auto, y Topeka a un poco menos. Aunque la ciudad tiene otras
pido, dado que la velocidad trababa las primeras máquinas de escribir-, industrias, su negocio más grande es la universidad. Lawrence es
el sistema demostró ser absolutamente resistente a la introducción de una ciudad universitaria.
mejores distribuciones (como el teclado Dvorak, cuyos usuarios son Situada en las sinuosas colinas del tercio con mayor densidad
más veloces y más precisos). El cambio no resultó "práctico" porque era de población del estado, gran parte de la Universidad está ubi-
demasiada la gente que se había acostumbrado al viejo teclado. (Este cada en la cima del Mount Oread, una alta colina que domina
ejemplo se describe en David, 1985.) las llanuras, punteadas por centenares de ciudades pequeñas y
pueblos. Más grande que la mayoría de ellos, Lawrence es una
suerte de centro cultural e intelectual del estado, a pesar de la
Todo tiene que estar en algún lugar competencia de Kansas City y Topeka (que cuenta con más
Si bien los sociólogos han hecho un fetiche (razonablemente o no) del posibilidades de las que su tamaño haría pensar, debido a su
deber de mantener la "confidencialidad" de las identidades de las per- posición como centro de tratamiento e investigación psiquiá-
sonas que estudian (los especialistas en otras disciplinas de las ciencias tricos de renombre mundial).
sociales un poco menos y en historia, forzosamente, no lo hacen en ab- Lawrence parece una ciudad universitaria del Medio Oeste. La
soluto), también, casi invariablemente, aportan una breve descripción Universidad, con sus edificios nuevos y antiguos, sus dormito-
del ámbito que investigan, del lugar de donde proviene la información. rios, sus casas de fraternidades y hermandades, su estadio de
Uno de esos investigadores podría decir: "Reuní mi información [el he- fútbol americano y sus calles bordeadas de árboles y llenas de
cho de que esa información sea cualitativa o cuantitativa es irrelevante] estudiantes, se destaca en el centro. Más allá se encuentran las
sobre los niños de un barrio de clase trabajadora integrado por igual cómodas casas de los profesores y la gente de la ciudad, y más
cantidad de blancos, negros y latinos. Está situado en la falda de una co- allá de éstas los conglomerados suburbanos que rodean a to-
lina que mira a un ancho río donde se ven barcazas de carga, en el lí- das las ciudades norteamericanas. Un poco más al norte, a
mite oeste de una gran ciudad de los estados centrales. La ciudad había corta distancia a pie, están el centro de Lawrence, el centro co-
experimentado una importante pérdida de puestos de trabajo durante mercial y bursátil, el río Kaw y la Barrera de Peaje de Kansas.
los veinte años anteriores, y su base impositiva era nula". Y continuar así (Becker, Ceer y Hughes [1968] 1994: 16-17.)
indefinidamente, intentando dar la información con interminables ro-
deos, una información mucho más fácil de transmitir con estas pala- ¿Por qué los científicos sociales redactan esta clase de descripciones?
bras: "Estudié tal y tal barrio en Cleveland [o Detroit]". ¿Por qué dimos tantos detalles acerca de la Universidad de Kansas y la
Cuando mis colegas y yo informamos sobre nuestro estudio acerca de ciudad de Lawrence? (Véase el debate relacionado en Hu n te r, 1990:
los estudiantes universitarios de grado (Becker, Ceer y Hughes [1968] 112-117.) Después de todo, a los científicos sociales nos gusta generalizar
78 TRUCOS DEL OFICIO IMAGINARIO 79

y, por ende, minimizar las diferencias entre "nuestro caso" y otros. Nos de estratificación y de los patrones de conducta y organización indirec-
gusta decir que el nuestro es "representativo", que se parece a muchos tamente vinculados a esos procesos. Y las conexiones pueden ser muy
o a la mayoría de los casos semejantes. Eso nos permite argumentar que complejas, y progresar a través de largas series de fenómenos eslabonados.
hemos descubierto importantes resultados generales acerca de algún A continuación, un ejemplo extendido.
fenómeno o proceso social, y no solamente historias o hechos intere- Supongamos que estamos estudiando la organización de la práctica
santes. (Retomaré este tema en la sección de muestreo.) médica.
Pero recuerden que dije "caso". Cada sitio de investigación es un caso
de alguna categoría general y, por lo tanto, el conocimiento que tenga- 1. Las poblaciones que difieren en raza y clase con frecuencia tam-
mos de él será también conocimiento acerca de un fenómeno genera- bién difieren en sus hábitos alimentarios; algunos grupos acostum-
lizado. Podemos aparentar que es exactamente igual a todos los otros bran comer carne en cantidad y otros prefieren los alimentos con
casos, o al menos que es igual a ellos en todas las cuestiones relevantes, colesterol alto.
sólo si ignoramos todas sus características locales, peculiares. Si nuestro 2. Los hábitos alimentarios tienen una fuerte conexión con los pau'o-
caso está localizado en California, diferirá de diversas maneras de un nes de enfermedad; se cree que las diferencias en porcentajes de
caso localizado en Michigan, Florida o Alaska porque todo aquello que afecciones cardíacas, por ejemplo, están conectadas con las dife-
está relacionado con, o contenido en, o que depende de (son muchas las rencias en la cantidad de grasas saturadas (las carnes rojas contie-
opciones) la ubicación geográfica necesariamente afecta lo que estamos nen esas grasas en gran número) que ingiere una población. De
estudiando. modo que las poblaciones cuya cultura culinaria difiere, probable-
¿Qué clases de cosas? El clima, por ejemplo. Los levantamientos estu- mente tendrán patrones de enfermedad diferentes.
diantiles de California en la década de 1960 no podrían haber ocurrido 3. La situación laboral de los médicos que se desempeñan en un
del mismo modo en Minnesota; tener un clima benigno durante todo área variará de acuerdo con la distribución de los problemas mé-
el año o tener pocos meses de clase debido a las bajas temperaturas dicos y de los acontecimientos característicos del área. La distri-
marca una diferencia en la incidencia de las manifestaciones al aire li- bución, a su vez, depende de la población del área y de su cultura.
bre. Si el preludio necesario de una manifestación espontánea es que Un médico que establezca su consultorio en un área habitada por
en general haya una gran cantidad de gente en los lugares públicos personas que, por sus costumbres culturales, tenga dietas altas en
-donde pueda ser movilizada por los oradores, los organizadores y el colesterol, probablemente atenderá más pacientes con afecciones
simple devenir de los acontecimientos-, es probable que esa condición cardíacas.
se produzca si el clima conduce a comer en el pasto, ajugar con el fris- 4. Sumemos ahora las características físicas del área. Hay colinas. Al-
beeo a andar circulando por ahí. Es mucho menos probable que se pro- gunos residentes contrarrestan algunos de los efectos físicos de su
duzca si hay que medir la temperatura por el factor helado del viento y dieta realizando una extenuante rutina física a diario, subiendo y
si se corre riesgo de congelamiento al pasar un rato al aire libre (aun- bajando las colinas. Otros son más sedentarios y ello aumenta el
que no es imposible; Irving Horowitz me recuerda que algunos de los riesgo de problemas cardíacos. Yen invierno nieva copiosamente,
episodios más importantes de la Revolución Rusa ocurrieron en las zo- de modo que las personas con sobrepeso y las arterias taponadas
nas más frías del país -útil recordatorio de que "influye" o "afecta", que de colesterol periódicamente deben palear nieve y, de ese modo,
no es lo mismo que "determina"-). el riesgo aumenta todavía más.
Las características de la población también marcan diferencias: el ni- 5. Si bien los médicos se especializan hasta cierto punto para no te-
vel educativo, los porcentajes de los distintos grupos étnicos y raciales, ner que atender todos la misma distribución de enfermedades,
el predominio de capacidades laborales particulares. Éstos y otros he- muchos médicos residentes en la zona atenderán pacientes con los
chos similares son relevantes para cualquier investigación de los procesos mismos síndromes culturales/médicos relacionados con las dietas
80 TRUCOS DEL OFICIO IMAGINARIO 81

altas en colesterol: presión sanguínea alta, ataques cardíacos y dificul- ejemplo, Kansas Ciry, por estar tan cerca, era un lugar al que se podía ir
tades relacionadas. y volver en una misma noche, un lugar donde se podía beber una cerveza
6. Los profesionales que tienen problemas laborales similares des- o un trago en el mostrador, cosa que era imposible hacer en Lawrence.
arrollan, cuando pueden discutirlas, ideas compartidas que especi- Era un lugar donde se podía ir a escuchar a una banda y beber mientras
fican, en el caso de los médicos, cuestiones tales como de qué ma- se la escuchaba y, por lo tanto, un lugar al que se podía llevar a alguien en
nera los pacientes contraen la enfermedad, quién tiene la "culpa" plan romántico y, por ende, un lugar desde donde se podía -si uno no to-
de que la hayan contraído, qué harán o dejarán de hacer los pacien- maba las debidas precauciones, como cualquier estudiante universitario
tes para cuidar de sí mismos. Desarrollarán patrones de cooperación promedio- regresar tranquilamente a casa con la aventura romántica en
(como cubrirse unos a otros para poder, con toda tranquilidad, to- ciernes y medio tanque de nafta. Cualesquiera que fuesen los problemas
marse vacaciones y fines de semana libres) a tono con los proble- en que pudieran meterse los estudiantes del estado de Kansas, unos 160
mas que producen las enfermedades "típicas" del área (una clase kilómetros al oeste, en la ciudad de Manhattan,jamás habrían podido
de cooperación, si se trata de una población añosa con problemas. hacer nada de lo que acabo de mencionar.
cardíacos y Alzheimer, otra, si se trata de un grupo más joven con Más importante, quizá: por estar tan cerca de Kansas City y ser consi-
numerosos embarazos). derada por muchos (aunque, ciertamente, no por todos) muy superior
académica y socialmente a la Universidad de Missouri, en Columbia
No proseguiré con la lista de todos los otros aspectos del lugar que co- -que estaba mucho más lejos de Kansas City que Lawrence-, atrajo una
rrespondería incluir en el análisis. Lo que he dicho hasta ahora basta cantidad extraordinaria de estudiantes de buena posición de Missouri.
para sugerir que los patrones de cultura profesional -ésta sería una Es indudable que esto tuvo que ver con el aire relativamente sofisticado
buena hipótesis de trabajo- tienen algQwquever con dónde trabajan esos e intelectual del campus. Los jóvenes de buen pasar de clase media no
profesionales. son tan mundanos como quisieran pero tienen cierto estilo, y un gran
Solemos dar esa suerte de "información de fondo" (background), número de esos jóvenes venidos de la metrópolis más próxima era algo
como acostumbramos llamarla, porque sabemos que es relevante, aun a tener en cuenta.
cuando no podamos especificar exactamente cómo y aunque no la uti- Como ya he dicho, sabíamos estas cosas pero no las tuvimos en
licemos como parte explícita de nuestro análisis. A veces explicamos su cuenta en nuestro libro. Nuestro libro trataba de la resistencia estudian-
inclusión diciendo que da cierta "sensación" del lugar a la gente o de til colectiva a las demandas y requerimientos académicos e intelectuales
cómo sería estar allí. Esta actitud tiene pocas (a veces más) pretensiones que los profesores les hacían o hacían en nombre de ellos: lo que nos-
literarias. otros (y muchos otros) denominamos "cultura estudiantil". Nuestro
Pero los "detalles de fondo" que incluimos son, de hecho, mucho más análisis ignoraba los rasgos geográficos (y no he mencionado todos) del
importantes que un mero trasfondo, no son una nota de color local para lugar donde se estaba construyendo la cultura estudiantil de la Univer-
dar cierto aire de verosimilitud. Son las condiciones ambientales en las que sidad de Kansas y explícitamente dejaba que los lectores dedujeran las
existen las cosas que estudiamos -Ias relaciones que descubrimos, los pro- consecuencias por sí mismos, si tenían ganas, o se limitaran a captar lo
cesos sociales generales de cuyo hallazgo deseamos jactarnos-. Cuando que considerábamos cosas "obvias" que cualquiera (en rigor de verdad:
decimos que Lawrence, Kansas, está a unos SOkilómetros de Kansas City, cualquier norteamericano de cierta edad y con cierta educación) sería ca-
no estamos aludiendo a un hecho "interesante". Estamos señalando cier- paz de comprender. Pero eran hechos, aspectos de lo que era la Univer-
tos rasgos característicos de ese campus universitario que no habrían exis- sidad de Kansas, que condicionaban las formas de acción colectiva que
tido en un campus situado en otro lugar. No hicimos un uso explícito de eran la sal de la vida en el campus.
estos rasgos en nuestro análisis pero, no obstante, sabíamos que estaban En otras palabras, había otras relaciones, además de las que analiza-
allí y que eran cienos y que influían sobre los acontecimientos. Por mos, involucradas en lo que intentábamos comprender. Es indudable
82 TRUCOS DEL OFICIO IMAGINARIO 83

que fue crucialla cooperación estudiantil para minimizar la coerción de negros sabían leer toda clase de música; el público blanco estaba acos-
la organización académica impuesta (en el nivel de los profesores y de los tumbrado a escuchar tocar a músicos negros, de modo que los músicos
administrativos). Esa historia tiene una larga historia, como bien demos- negros tocaban en una gran variedad de circunstancias y adaptaban su
tró Helen Horowitz (1987). Pero este caso particular de esa historia música a cada ocasión. Los músicos negros de Atlanta eran mucho me-
ocurrió donde ocurrió, y allí marcó una diferencia. nos versados en música europea convencional y, sobre todo, tocaban en
Más formalmente todavía, las condiciones ambientales de un aconte- espectáculos al aire libre para la población negra.
cimiento, organización o fenómeno son cruciales para que ocurr;; Todo esto nos lleva a, y puede sintetizarse en, dos trucos:
exista en la forma en la que eventualmente lo hace. Volver explícitas
esas dependencias contribuye a idear mejores explicaciones. Todo tiene que estar en algún lugar. La importancia de que todo esté
Reconocer la dependencia de las organizaciones sociales respecto del en algún lugar radica en que aquello que estamos estudiando
ambiente nos lleva a enfocar el problema que deben afrontar numero- ocurre en un lugar específico. No en el mundo en general ni
sos investigadores cuando escriben esos brevísimos recuentos acerca de tampoco en "un ámbito social" sino en ese lugar, exactamente
dónde hicieron su investigación. Dado que está claro que no podemos allí, y lo que ese lugar sea necesariamente habrá de afectarlo.
incluir todo, ¿cuántas y cuáles cosas relacionadas con la localización de Observemos de cerca, y no dejemos de observar, las característi-
nuestro caso debemos tomar en cuenta? Ésa es una pregunta táctica. La cas de ese lugar: los rasgos físicos (dónde está y qué clase de lu-
respuesta provisional es que incluimos todo aquello que, metiendo gar es para vivir, trabajar y estar) y los rasgos sociales (quiénes es-
tanto las narices que no podemos ignorarlo, nos dice que no puede tán allí, cuánto tiempo han estado y todas las otras cosas a las que
quedar afuera. Si los psicoanalistas que entrevistamos nos dicen que los los demógrafos, sociólogos, antropólogos e historiadores nos
grupos de autoayuda y las terapias alternativas compitetfcon ellos por aconsejan prestar atención). Ayuda repetir con frecuencia, para
los pacientes, y muchas veces les ganan, y que esas terapias y grupos son nuestros adentros: "Todo tiene que estar en algún lugar".
muy comunes en California, sabremos que cuando estudiemos las ca- Hay que poner dentro todo lo que no puede quedarfuera. Seguir la
rreras de los analistas no podremos ignorar la geografía ni la cultura lo- regla anterior es a todas luces imposible, dado que requiere
cales (véase Nunes, 1984). Acumulamos conocimiento encontrando saberlo todo acerca de todo y escribir al respecto cuando lle-
más y más cosas que, en este sentido, no pueden quedar fuera; cosas gue el momento. Por lo tanto, mientras pensamos en nuestro
que están, en primera instancia, vinculadas a las circunstancias locales objeto de estudio, debemos advertir qué características del lu-
de los casos que estudiamos. ,gaLinvocamos como explicaciones ad hoc de los rasgos socia-
Entonces, en vez de tratar de ignorar o "controlar" la variación local, les específicos de los que queremos hablar. Si nos referimos al
tendríamos que encontrar estas peculiaridades locales e incluirlas en clima como explicación parcial de algún acontecimiento, el
nuestrosresultados. El estudio de Thomas Hennessy (1973) sobre el des- clima figurará en nuestra explicación introductoria. Y si figura
arrollo de las grandes bandas de baile entre 1917 (fines de la Primera en esa descripción, tendrá que figurar en el análisis.
Guerra Mundial, cuando muchos músicos negros empezaban a regresar
del ejército, donde habían tocado en bandas segregadas) y 1935 (cuando Así como todo tiene que ocurrir en algún lugar, también tiene que ocu-
la nueva forma de la gran banda viajera se convirtió en un fenómeno na- rrir en algún momento, y el momento marca una diferencia. Los pro-
cional) es un excelente ejemplo. Las bandas, y la música que tocaban, se blemas y las soluciones al problema del tiempo se parecen mucho a los
desarrollaban de modo diferente según el lugar del país en el que se ini- del lugar; como dicen los matemáticos, dejaré que el lector desentrañe
ciaban y, específicamente, según la naturaleza de las poblaciones negra y -a la manera de un ejercicio- las implicaciones del truco llamado
blanca en esos centros metropolitanos y las relaciones entre ambas. Las "Todo tiene que ocurrir en algún momento".
poblaciones blanca y negra de Nueva York eran sofisticadas; los músicos
84 TRUCOS DEL OFICIO IMAGINARIO 85

NARRATIVA
disquisición acerca de la inducción analítica del capítulo 5; véase también
Los estilos narrativas del análisis se centran en encontrar historias que Abbott,1992.)
expliquen qué es Eso (siendo "Eso" aquello que queremos comprender
y explicar) y cómo ha llegado a ser lo que es. Cuando un analista de
causas hace bien su trabajo, el resultado es un gran promedio de varian- Preguntar "¿ cómo?", no "¿por qué?"
tes explicadas. Cuando un analista de narrativas hace bien su trabajo, el Todo el mundo conoce este truco. Pero, como ocurre con tantas otras
resultado es una historia que explica por qué determinado proceso cosas que todo el mundo conoce, las personas no siemp~e lo utiliz~n
tuvo que conducir a determinado resultado. cuando debieran, no cumplen el requisito de preguntar como ocurne-
El análisis narrativo produce algo sospechoso para los analistas causa- ron las cosas y no por qué ocurrieron. Por qué hacen eso es una pre-
les, y con toda razón, dados sus presupuestos y prácticas de trabajo: co- gunta interesante, aunque supongo que en esta fr~se está la respuesta_:
rrelaciones perfectas. Los análisis causales probabilísticos que produ- parece más natural preguntar por qué, como yo mismo aC,a~ode hacer.
cen una correlación perfecta son desechados porque necesariamente Por alguna razón, "¿por qué?" parece más profundo, mas mtelect~al,
contienen errores importantes. Los investigadores saben que hay dema- como si preguntáramos por el sentido más hondo de las cosas, ~ ~l~e-
siado ruido en la información, demasiadas mediciones y otros errores, rencia de la simple narrativa que evocaría el "¿cómo?". Este preJUlClo
para que se produzcan correlaciones perfectas. Esperan correlaciones encarna en la vieja y malsonante distinción, invariablemente de uso
imperfectas, aun cuando su teoría anticipe una correlación perfecta. peyorativo entre una explicación y una "mera" descripción.
Pero aunque saben que hay errores en su información (errores que Compre~dí por primera vez que "¿cómo?" era mejor q~e "¿por qué?"
obstaculizan el camino a correlaciones mejores), no desechan la infor- mientras hacía una investigación de campo. Cuando entrevistaba a las per-
mación imperfecta porque no saben cuáles,.. son los casos o las medicio- sonas y les preguntaba por qué habían hecho algo, inv~riablemen,te pr~-
nes que contienen el error. Para ser honestos, incluyen todos los casos vocaba una respuesta defensiva. Si le preguntaba a alguien por que habla
y, de ese modo, garantizan un resultado probabilístico. Esto no les cae hecho alguna cosa que me interesaba en particular -"¿Por qué quis.o ser
nada bien a los analistas narrativas, quienes consideran que la variable médico?", "¿Por qué eligió dar clases en esa escuela?"-, el p~br~ e l~~e-
inexplicada es un problema y no una característica natural del paisaje. fenso entrevistado entendía mi pregunta como un pedido de JusuficaclOn,
(Desarrollaré más a fondo estas cuestiones en las disquisiciones sobre de una razón buena y suficiente para la acción que provocaba mi curiosi-
análisis del espacio de propiedades y análisis cualitativo comparativo del dad. Respondían escueta, esquiva y belicosamente a mis pregun~,as de
capítulo 5.) "¿POI'qué?", como diciendo: "OK, compañero, ¿con eso ,te a1can~a? .
Los analistas narrativas, por otra parte, no se contentan sino con un Por otra parte, cuando les preguntaba cómo habla ocurndo algo
resultado completamente determinista, Cada caso negativo se trans- -"¿Cómo llegó a ingresar en esa línea de u-abajo?", "¿Cómo acabó ense-
forma en una oportunidad para refinar el resultado, para reformular la ñando en esa escuela?"-, mis preguntas "funcionaban" bien. Los entre-
explicación a fin de poder incluir el caso que parece anómalo. Una se- vistados daban respuestas extensas, me contaban historias llenas de de-
gunda manera de tratar los casos anómalos, sin embargo -y que no talles informativos, y en sus relatos no solamente hablaban de las
cuenta con el beneplácito de los analistas causales probabilistas-, es razones que habían tenido para hacer talo cual cosa sino, también, de
dejarlos fuera. No exactamente dejarlos fuera sino, más bien, decidir, aquellas acciones de otros que habían contribuido al r~sultado que me
luego de haberlos inspeccionado exhaustivamente, que después de interesaba. Y cuando entrevistaba a fumadores de manhuana para des-
todo no son un caso de la clase de cosa que estamos explicando. Parte arrollar una teoría sobre la génesis de esa actividad, la p¡-egunta
del proceso de construir una narrativa es la redefinición continua de lo "·Cómo empezó a fumar porro?" jamás provocaba la reacción culpable
que la teoría está explicando, de lo que en realidad es la variable de- /defensiva (como si los estuviera acusando de algo) que producía "¿Por
pendiente. (Me ocupo de este tema de manera más exhaustiva en la qué consume drogas?"
86 TRUCOS DEL OFICIO IMAGINARIO 87

¿Por qué preguntar u ¿cómo?" funciona mucho mejor que "¿por qué?" opciones (como suele ocurrir, aunque no siempre, en la investigación
en tanto pregunta de entrevista? Hasta los entrevistados mejor dispues- por encuesta) a fin de poder contar cuántos eligieron cada opción, no
tos a cooperar, que no estaban a la defensiva, daban respuestas sucintas querremos considerar aquellas posibilidades que no estén incluidas en
al "¿por qué?" Entendían que la pregunta buscaba una causa, quizás in- nuestra lista; tendrían que figurar bajo el rótulo "otros" y no podríamos
cluso varias causas, de algo que -en cualquier caso- no podía resumirse utilizarlas para lo que pensamos hacer.
en pocas palabras. Y no sólo una vieja causa cualquiera, sino la causa Pero la clase de investigación que yo realizaba, y todavía realizo, bus-
contenida en las intenciones de la víctima. Si usted lo hizo, lo hizo por caba otra cosa. Yo quería conocer todas las circunstancias de un aconte-
alguna razón. Muy bien, ¿entonces cuál es esa razón? Además, "¿por cimiento, todo lo que pasaba alrededor, a todos los que estaban involu-
qué?" requería una "buena" respuesta, una respuesta que tuviera sentido crados. ("Todo" es una hipérbole en este caso; en realidad yo no quería
y se pudiera defender. La respuesta no podía revelar defectos ni incohe- todo eso, pero sí, por cierto, mucho más de lo que acostumbran querer
rencias lógicos. Debía ser social y lógicamente defendible, es decir que los científicos sociales.) Quería conocer las secuencias de las cosas,
la respuesta tenía que expresar alguno de los motivos que ese mundo cómo una cosa llevaba a la otra, cómo esto no ocurría hasta que no ocu-
convencionalmente aceptara y considerara adecuado. En otras palabras, rría aquello. y, sobre todo, estaba seguro de que no conocía a todas las
al preguntar "¿por qué?" le estamos pidiendo al entrevistado una res- personas, acontecimientos y circunstancias implicados en la historia. Es-
puesta que lo absuelva de toda responsabilidad por la ocurrencia de peraba seguir sumando a ese conjunto y que mi comprensión, mi análi-
cualquier cosa mala que pudiera subyacer a la pregunta. "¿Por qué ha sis, fueran haciéndose más complejos con lo que aprendía de mis entre-
llegado tarde a trabajar?" claramente exige una "buena" razón; "Porque vistados. Quería maximizar su libertad de contanne cosas, en especial,
tuve ganas de dormir un poco más" no es una respuesta, aun cuando sea cosas que yo no había pensado.
cierto, porque expresa una intención ilegítima. "El tren se retrasó" po- Hay una importante excepción a mi condena a las preguntas sobre el
dría ser una buena respuesta, dado que sugiere que la~intenciones eran "porqué". A veces los investigadores quieren saber, exactamente, qué
buenas y la falla radica en otra parte (a menos que "Tendría que haber clase de razones da la gente para lo que ha hecho o Cree que podría ha-
salido lo suficientemente temprano previendo esa posibilidad" fuera la cer. Cuando Blanche Ceer y yo entrevistábamos a estudiantes de medicina
potencial respuesta de su interlocutor). En la mayoría de los lugares no (Becker, Geer, Hughes y Strauss [1961], 1977: 401-418) sobre las posibles
convendrá responder "Porque lo decía mi horóscopo". especialidades que iban a elegir -dado que todavía eran estudiantes, todas
Las preguntas que empezaban con "¿cómo?" daban mayor libertad a las opciones eran hipotéticas-, lo que en realidad queríamos saber era,
1 los entrevistados, eran menos opresivas, los invitaban a responder como
les venía en gana, a contar historias que incluían lo que a su entender de-
precisamente, las clases de razones que darían para justificar sus opciones.
Queríamos construir un marco de razones aceptables para elegir e inves-
bían incluir para tener sentido. No exigían una respuesta "correcta", no tigar la manera en que esas opciones afectaban el espectro de especialida-
pretendían atribuir a nada ni a nadie la responsabilidad por posibles ma- des disponibles. No esperábamos que esas opciones predijeran las deci-
las acciones o malos resultados. Indicaban una curiosidad ociosa o desin- siones que tomarían los estudiantes cuando, en el futuro, escogieran una
teresada: "Eh, ¿qué pasó en el camino para que llegaras tan tarde a traba- u otra especialidad. Queríamos conocer sus razones como parte de nues-
jar?". No u·ansmitían la forma que la respuesta debía tomar (en el caso de tra descripción de la perspectiva que guiaba su pensamiento mientras
"¿por qué?", una razón contenida en una intención). En consecuencia, todavía estaban en los primeros años de facultad.
invitaban a los entrevistados a incluir lo que ellos consideraban impor- Por lo tanto, en las investigaciones de campo, se aprende más de las
tante para la historia, más allá de que yo lo hubiera pensado o no. preguntas que comienzan con "¿Cómo?" que de aquellas que parten de
Cuando realizamos cierta clase de investigaciones, es probable que no "¿Por qué?". Su eficacia como estrategia de entrevista no garantiza la
queramos que los entrevistados tengan tanta libertad. Si pretendemos utilidad teórica de una idea. No obstante, es una pista.
que elijan respuestas a nuestras preguntas entre un pequeño número de
88 TRUCOS DEL OFICIO IMAGINARIO 89

Proceso (1986), la historia de la ruptura, investiguemos todos los pasos del pro-
La pista conduce a una manera general de pensar que es un buen truco ceso, cómo se conectan entre sí esos pasos, cómo uno creó las condicio-
teórico. Supongamos que aquello que deseamos estudiar no tiene cau- nes para que ocurriera el siguiente, a fin de obtener una "descripció~
sas sino una historia, un relato, una narrativa; un "primero ocurrió esto, en términos conceptuales de los procesos que conducen a los aconteci-
luego aquello, y luego aquello otro y terminó de este modo". Desde esta mientos". La explicación de la ruptura es que la pareja atravesó todos
perspectiva, entendemos la ocurrencia de los acontecimientos al averi- esos pasos, no que sus miembros eran talo cual clase de personas.
guar los pasos del proceso que los lleva a suceder, en lugar de las con- Uno podría querer preguntar: "Bueno, está bien, pero ¿por qué atra~
diciones que hicieron necesaria su existencia. viesan todos esos pasos? ¿Cuál es la causa de eso?". Empíricamente,. SI
Pero no estamos buscando historias particulares como las que cuen- investigamos el tema, descubriremos que toda clase de personas atravie-
tan los novelistas o los historiadores. No buscamos las especificidades san esos pasos, que no parece haber una clase especial de persona que
que distinguen una historia de cualquier otra. En cambio, buscamos los atraviese ni tampoco ninguna situación específica que conduzca a
historias típicas, historias que funcionen más o menos de la misma ma- los involucrados a atravesados. Uno de los hallazgos más sorprendentes
nera cada vez que ocurren. No buscamos efectos de causas invariables de Vaughan sobre la ruptura de las parejas es que el proceso es siempre
sino. hist.orias cuyos pasos tengan una lógica, quizás incluso una lógic~ el mismo, se trate de una pareja casada o no, heterosexual u homos:-
tan inevitable como la lógica de las causas. Desde este punto de vista, xual, de clase trabajadora o de clase media. Más sorprendente todavía
los acontecimientos no son causados más que por la historia que los es que ocurre de la misma manera, indep:ndie~~e~:nte ~e qu~ la per-
condujo a ser tal como son. sona que inicie la ruptura sea varón o mujer, El iniciador comienza el
Los científicos sociales llaman procesos a las historias que presentan es- proceso y luego se desarrolla el resto de la secuencia, .de acu~rdo con
tas características. Abbott (1992: 68-69) cj,ta la explicación que da Roben una lógica que depende mucho (en el caso de las parejas e~, vias de se-
E. Park de esta idea en su introducción a un estudio de las revoluciones paración) de quién sabe qué acerca del estado de la relaClo.n en cada
(Edwards, 1927, x, XlII): paso del proceso. Por ejemplo, el iniciador sabe ~ue s~ ~vecma ~a rup-
tura porque tiene la intención de separarse y su parep no la uen: y,
[El que haya tácticas de revoluciones] presupone la existencia por lo tanto, no puede estar preparada para afrontada como lo esta el
de algo típico y genérico en estos movimientos; algo que se iniciador.
puede describir en términos generales. Presupone, en suma, Las narrativas de procesos no tienen una meta predestinada. Pue-
la existencia de materiales para un relato científico de la revo- den tener más de un final (aunque quizá nos interese sólo uno de los
lución dado que la ciencia -la ciencia natural- no es a la posibles finales; pero ésa es otra historia, que ~hondaré en el capí-
larga, sino una descripción en términos conceptuales de los tulo 5), y puede que eso que intentamos exphcar no ocurra en al-
procesos que conducen a los acontecimientos, junto con las guno de esos finales. Por ejemplo, si la pareja después de todo no se
explicaciones que permiten predecir y controlar los aconteci- separa. A medida que se desarrolla la historia .vemos cóm~ uno u
mientos. otro factor de fondo o conjunto de circunstanClas vuelve mas o me-
nos probable que la historia se desarrolle de modo que conduzca a la
No sólo se trata de emplear las palabras correctas, "proceso" en vez de ruptura. Pero el resultado nunca es seguro. Lo único seguro es que
"causa". Implica otra manera de trabajar. ¿Queremos entender cómo se las historias que terminan de esa manera llegan a ese final por este
separa una pareja? No busquemos, como hizo toda una generación de camino.
investigadores de la familia, los factores de fondo ni las circunstancias Esta clase de imaginario narrativo pondrá nerviosos a muchos científi-
presentes que diferencian a las parejas que se separan de aquellas que cos sociales, porque ellos quieren encontrar leyes invariables cuya forma
permanecen unidas. Busquemos en cambio, como hizo Diane Vaughan sea "A -+ B, bajo condiciones e, D y En. Quieren poder decir que algo
90 TRUCOS DEL OFICIO IMAGINARIO 91

que ocurrió no podría haber ocurrido de otra manera, puesto que una causó B, sea esto acertado desde el punto de vista filosófico o no. Es-
ley de las ciencias sociales demuestra su necesidad lógica y empírica. Si, tos procedimientos tienen estatus de métodos paradigmáticos. Son
en cambio, encuentran una historia -sobre todo una historia que po- partes de paquetes de ideas y procedimientos que alguna comunidad
dría haber resultado de otro modo- se sienten engañados. No aceptan de científicos ha acordado aceptar como suficientemente buenos para
una simple historia como ciencia porque nada obliga al resultado a ser el propósito de establecer la causa. Por todas las razones que señaló
como es. No creen haber aprendido nada. Si uno se apega estricta- Thomas Kuhn (1970), estas ideas paradigmáticas son armas de doble
mente a esa versión de la "ciencia" en las "ciencias sociales" tendrá un filo. Sin ellas no podemos hacer nada. Pero jamás hacen lo que dicen
gran problema. hacer. Dejan terribles anomalías en la estela de su uso. La lógica que
Stephen Jay Gould (1989: 48-50) describe ese problema pregun- las respalda tiene defectos terribles. Por lo tanto, son siempre vulnera-
tando: si rebobináramos el casete de la historia -alude, por supuesto, a bles al ataque, a que se demuestre que son y hacen menos de lo que
la historia de la evolución biológica sobre la Tierra- y empezáramos de pretenden.
cero, ¿las cosas resultarían igual?". Gould dice que no. En numerosas ocasiones los sociólogos han acordado paradigmas
Georg van Wright (1971) ha realizado un análisis formal -muy útil, para establecer la causalidad, por lo general describiendo sus procedi-
por cierto, aunque complicado- de las complejidades implícitas en la mientos mediante el lenguaje de las variables. El analista identifica una
construcción de un determinado lenguaje. Su aporte más útil ha sido "variable dependiente", algún fenómeno que varía a lo largo de alguna
distinguir entre dos clases de explicaciones. Una muestra "por qué algo dimensión, y luego intenta identificar las "variables independientes"
fue o se volvió necesario"; la otra muestra" cómo algo fue o se volvió posi- cuya propia variación "causa" la variación de la variable dependiente.
ble". Aunque sepamos cómo algo se volvió posible, no obstante no lo sa- La definición de la causa es la covariación. Si la medida de la variable
bemos por predicción sino por lo que Van Wright (:\.,971:58) y otros de- dependiente A cambia de manera regular cuando cambia la medida de
nominaron "retrodicción": "A partir del hecho de saber que un las variables independientes, la causa ha sido demostrada o, al menos,
fenómeno ha ocurrido, podemos inferir en retrospectiva que sus condi- los investigadores que aceptan este paradigma concuerdan en que se ha
ciones necesarias previas también deben de haber ocurrido en el pasado. producido evidencia de causalidad. (Me he basado extensamente en el
y 'mirando al pasado' podemos encontrar sus rastros (en el presente)". análisis de Ragin [1987], aunque adaptando sus argumentaciones a mis
(1971: 58-59.) propósitos. Retomaré sus ideas más adelante, en el capítulo 5.)
Naturalmente, estos procedimientos tienen muchas dificultades.
Cuando los estudiantes aprenden las técnicas de correlación, tradicio-
CAUSAS nalmente aprenden también que correlación no es causalidad. Una
Consideremos una última forma de imaginario: la causalidad. A los larga lista de problemas puede complicar la fácil identificación de cova-
científicos sociales les gusta pensar, y decir, que algo "causa" otra cosa. riación y causalidad. No obstante, los sociólogos emplean rutinaria-
El imaginario de la causalidad, y la lógica que implica, es filosófica- mente este tipo de explicación, en una variedad de formas, particular-
mente muy enmarañado-por lo menos (para mis magros conocimien- mente en aplicaciones paradigmáticas como figurarse qué factores
tos) desde Hume- y es especialmente difícil de separar del simple he- afectan la movilidad social: ¿hasta qué grado la posición social de los pa-
cho de la secuencia, en que una cosa sigue a la otra. La bola de billar A dres, la educación, la ocupación y otras variables similares covarían con
golpea a la bola de billar B. La bola de billar B se mueve. ¿El hecho de (y por ende causan) la movilidad de clase de una persona?
que A golpeara a B "causó" que ésta se moviera? Un procedimiento estándar (mejor dicho, una familia de procedi-
Dejemos a un lado estos enredos filosóficos. Los sociólogos solemos mientos) ha sido una suerte de factorización cuasi-experimental de la
resolver el problema de la causa expresándolo en procedimientos relativa influencia de las varias causas que, imaginamos, podrían expli-
que, concordamos, serán útiles a la manera en que sabemos que A car -o dar cuenta de (se ha empleado una diversidad de términos para
92 TRUCOS DEL OFICIO IMAGINARIO 93

describir esta conexión)- el resultado que nos interesa. Lieberson sugiere que cada una de ellas podría, de existir en cantidad suficiente,
(1985) ha criticado profundamente esta familia de procedimientos es- producir por sí sola el resultado. En líneas más generales, cualquier com-
tadísticos argumentando que la idea de estimar la influencia de una va- binación de "contribuciones" al resultado puede producirlo, siempre y
riable volviendo constantes otros factores es insostenible debido a la dis- cuando existan en cantidad suficiente.
tribución no aleatoria de las variables así introducidas, al problema Indicar que esta familia de técnicas considera que las causas operan
de la "selección". No obstante, luego ha intentado (1992) mantener de esta manera no implica decir que los analistas que las utilizan sean
la vigencia de esa lógica despejando las ocasiones para usarla. tan estúpidos como para no reconocer que las variables tienen un or-
L~s procedimientos utilizados en los estudios basados en esta lógica den temporal, que ocurren en secuencias variables y reconocibles, y
consisten en comparar los casillerosde una grilla (los casilleros contie- que las técnicas no ofrecen maneras simples de manipular ese conoci-
nen casos que encarnan diferentes combinaciones de las variables estu- miento. El analista procede "como si" todo lo mencionado antes fuera
diadas), y las comparaciones no soportarán críticas estándar a menos el caso. La lógica de las técnicas no provee ninguna manera especial de
que estén respaldadas por un gran número de casos. Los resultados de afrontar estos problemas. Los artefactos visuales como los diagramas
esos estudios consisten en proposiciones probabilísticas sobre las rela- de red, que disponen las variables en un diagrama conectado por fle-
ciones entre las variables, cuyos sujetos no son personas ni organizacio- chas, pretenden ocuparse de la secuencia temporal, pero el tiempo no es
nes que hacen cosas sino más bien variables que tienen un efecto o pro- más que una metáfora visual para ellos.
ducen un grado mensurable de variación de la variable dependiente. Otro enfoque, que Ragin (1987) considera múltiple y coyuntural, pre-
Las conclusiones de esos estudios -que los casos estudiados presentan senta una imagen diferente de la causalidad. Reconoce que las ca~¡sas.~o
una particular probabilidad de mostrar tal o cual resultado- pretenden son realmente independientes, que no realizan cada una su contribución
ser aplicables a todo un universo de casos similares. independiente a algún vector que produce el resultado total de la variable
La lógica de este enfoque, incluso én la versión despejada propuesta dependiente. En cambio sugiere que las causas sólo son ef~cac~scuan~o
por Lieberson, nos insta a imaginar que todas las causas involucradas operan en conjunto. La variable Xl tiene un efecto, p~ro solo SI l.asvana-
en la producción de un efecto operan más o menos simultánea y conti- bles X9 y X YX también están presentes. A falta de estas, la vanable Xl
nuamente, como en las conocidas leyes que gobiernan las relaciones
-
bien podría 3 4
haberse '"
quedado en su casa. Esa es la parte coyuntu ral" . O tra
entre la presión, la temperatura y el volumen de los gases. Incluso manera de expresarlo, para dejar en claro la diferencia con el modelo an-
cuando estamos mejor informados y sabemos que A debe preceder a B, terior, es decir que es multiplicativa. Como nos han enseñado en la es-
los procedimientos analíticos exigen que las tratemos como si eso no cuela, si multiplicamos un número -por grande que sea- por cero, el re-
fuera cierto. sultado es cero. En las imágenes multiplicativas de la causalidad todos los
Estos procedimientos también nos exigen imaginar que las varia- elementos deben desempeñar su parte en la conjunción o combinación
bles propuestas como causas operan de manera independiente. Cada de las circunstancias causales relevantes. Si falta alguno de ellos, por muy
una hace su propio aporte a la variación de la variable dependiente. grandes o muy importantes que puedan ser los OU"OS, l.a:espuesta seguirá
Por supuesto que el analista tendrá que vérselas con los efectos de la siendo cero -y el 'efecto que nos interesa no se producirá-.
intera~ción: .Ios efectos sobre la variable dependiente de los efectos que La parte "múltiple" del argumento dice que más de una de esas con:-
las vanables mdependientes ejercen entre sí. Pero estas últimas también binaciones puede producir el resultado que nos interesa. En estas una-
son consideradas como si todas ellas ocurrieran en forma simultánea y genes causales hay más de una manera de alcanzarlo. El que un.a .com-
continua. binación funcione en un caso dependerá del contexto: las condiCIones
Por último, estos procedimientos consideran que las causas se su- histórica y socialmente específicas que varían de un caso a otro.
man. Podemos descubrir que una cantidad de cosas contribuyen al Este enfoque suele considerarse necesario para los estudios que acu-
resultado que nos interesa. El imaginario de esta clase de causalidad mulan gran cantidad de información acerca de un pequeño número de
94 TRUCOS DEL OFICIO

casos, como ocurre en los estudios históricos transnacionales (como los 3. Muestreo
estudios sobre la revolución o el desarrollo de las políticas estatales de
bienestar social en algunos países). Aquí el analista intenta estudiar los
casos históricos reales en toda su complejidad, en vez de las relaciones
entre variables en un universo de casos hipotéticos. La conclusión pre-
tende volver inteligibles los casos históricos en tanto instancias de la ma-
nera en que las variables postuladas operan en conjunto. (El "algoritmo
booleano" de Ragin es un método para producir resultados como éste.
Lo analizaré en detalle en el capítulo 5.)
Deseo concluir este capítulo refiriéndome a otra clase de imagen: la Q..UÉ INCLUIR

del científico social cuando trabaja. La representación estándar de las


ciencias sociales contemporáneas es la del valiente científico (uso el MUESTREO y SINÉCDOQUE

masculino porque el imaginario es muy macho) que somete sus teorías El muestreo es un problema mayor para cualquier clase de in-
a una prueba empírica crucial y las desecha cuando no están a la altura, vestigación. No podemos estudiar todos y cada uno de los casos de
cuando no es posible rechazar la hipótesis nula. Ragin ofrece una ima- aquello que nos interesa, ni tampoco tendríamos que desear hacerlo.
gen contrastante que me parece sumamente atractiva: la del científico fodo emprendimiento científico intenta descubrir algo pasible de ser
social inmerso en "un rico diálogo" entre información y evidencia; una aplicado a todas las cosas de una cierta clase estudiando unos pocos ejem-
imagen que se parece mucho más a la actividad científica tal como la plos, cuyos resultados, como se dice en la jerga, sean "generalizables" a
vislumbrara Blumer: ponderando las posibilidades obtenidas de la pro- la totalidad de los miembros de esa clase. Necesitamos la muestra para
funda familiaridad con algún aspecto del mundo, sistematizando esas persuadir a la gente de que sabemos algo acerca de toda la clase.
ideas en relación con las clases de información que se podrían reunir, Ésta es una versión de un tropo clásico, la sinécdoque, una figura retó-
verificando las ideas a la luz de esa información, atendiendo las inevita- rica que utiliza una parte de algo para remitir al lector o al oyente a la
bles discrepancias entre lo que se esperaba y lo que se ha encontrado, totalidad a la que esa parte pertenece. Cuando decimos "la Casa
repensando las posibilidades y obteniendo más información, y así suce- Blanca", entonces, no sólo aludimos al edificio histórico sino a la presi-
sivamente, en una versión de la imagen de Kuhn del desarrollo de la dencia de los Estados Unidos; y no sólo al presidente sino a toda la ad-
ciencia como un todo. ministración que el presidente encabeza. L-ª..sinécgogue es, por lo
tanto, un tipodemuestreo; pero está destinada al propósito de persua-
dir y no a la investigación o el estudio. O quizá sería mejor decir que el
muestreo es una suerte de sinécdoque mediante la cual queremos que
la parte de la población, organización o sistema que hemos estudiado
~.ci:~serite,-Sígnificativamente, la totalidad de la que fue extraída. Las
lógicas del muestreo son argumentos destinados a persuadir a los lecto-
res de que la sinécdoque funciona, porque hemos arribado a ella de
manera defendible. (Supe de la disquisición sobre muestreo y sinécdo-
que en Hurrter [1990], equiparable a la mía en varios aspectos, recién
cuando este libro estaba a punto de ser publicado.)
El problema de la sinécdoque -o el muestreo- parece ser, en primer
lugar, que la parte quizá no represente al todo como nos gustaría pensar

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