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ISEGORÍA. Revista de Filosofía Moral y Política


N.º 49, julio-diciembre, 2013, 583-598, ISSN: 1130-2097
doi: 10.3989/isegoria.2013.049.12

Alain Badiou y la filosofía


como presentación didáctica del ser en común
Alain Badiou and philosophy
as didactic presentation of the being in common
WENCESLAO GARCÍA PUCHADES
Universidad Politécnica de Valencia

RESUMEN. El siguiente trabajo aborda la rela- ABSTRACT. The following paper deals with the
ción del filósofo francés Alain Badiou con la cues- relationship of the French philosopher Alain Ba-
tión de lo común. Partiendo del modo en que al- diou with the question of the common. Taking
gunos filósofos del siglo XX han tratado esta as a starting point the way some philosophers
cuestión, proponemos una lectura de la obra de from the 20th century have tackled this subject,
Alain Badiou como proyecto que pretende re- we propose an interpretation of Badiou’s work
cuperar la filosofía como práctica universal e as a project that intends to recover philosophy
igualitaria para el aprendizaje del pensamiento as universal and egalitarian practice for learning
del ser en común tomando como paradigma el the thought of being in common, taking as a pa-
lenguaje formal de las matemáticas y el lenguaje radigm the formal language of mathematics and
poético. poetic language.

Palabras clave: Badiou, ser en común, educación, Key words: Badiou, being in common, education,
acontecimiento, matemáticas, poesía event, maths, poetry

Poco se ha dicho hasta ahora de la relación ben, Paolo Virno, Jean-Luc Nancy o Mau-
de la filosofía de Alain Badiou con lo común rice Blanchot, entre otros– declaran que hoy
que no esté vinculado a sus textos políticos en día vivimos una crisis de lo «común». Las
y a su proyecto para recomenzar la hipóte- formas que antes parecían garantizarles a los
sis de comunismo (Badiou, 2008, 2009; Bos- hombres un «contorno común», un «lazo so-
teels 2011; García Puchades, 2012; McGee cial», han entrado en colapso, desde la es-
2009: 156-93). Sin embargo, a nuestro pa- fera pública hasta los modos de asociación
recer, es posible leer la obra central del fi- más consagrados: comunitarios, nacionales,
lósofo francés como una reflexión más am- ideológicos, partidarios, sindicales, etc. To-
plia acerca de esta cuestión, siguiendo así la das estas formas de experimentación de lo
línea de algunos teóricos contemporáneos. colectivo se habían caracterizado por haber
Al comienzo de su Filosofía de la des- secuestrado lo común bajo formas unitarias,
erción, Pelbart expone cómo varios autores totalizadas y transcendentalizadas. De ma-
contemporáneos –Toni Negri, Giorgio Agam- nera que, en una sociedad en la que los gran-

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des relatos parecen haber llegado a su fin, ta- El pensamiento de lo común


les figuraciones de lo común comienzan a en inmanencia: la filosofía vitalista
aparecer como lo que son: «puro espectro»
(Pelbart, 2009, 21-2). Desde nuestro punto de vista el pensamiento
Sin embargo, afirma el filósofo húnga- de lo común en inmanencia se hace eco, de
ro, a pesar de esta percepción espectral de lo alguna manera, de las investigaciones que
común, hoy en día dicho concepto prevale- en este ámbito realizaron filósofos como
ce como el espacio productivo por excelencia. Nietzsche (con su «voluntad de poder»),
El llamado trabajo inmaterial, la producción Bergson (con su «impulso vital»), Heideg-
posfordista o el capitalismo cognitivo son fru- ger (con su «diferencia ontológica») y,
to de la emergencia de lo que nos es más co- principalmente, Merleau-Ponty. Tal y como
mún, esto es, nuestra capacidad de comu- afirma Leonard Lawlor (2006), en la for-
nicar, relacionarse, asociar, cooperar, com- mación de lo que se ha denominado «vita-
partir y forjar nuevas conexiones. Lo común lismo» (haciendo uso del término bergso-
hoy pasa por la apropiación de este bios so- niano «impulso vital» [élan vital]) resulta
cial, por el agenciamiento de la producción fundamental la revisión que Merleau-Ponty
de vida común que constituye el núcleo de realizó de la dialéctica hegeliana, de la fe-
la producción económica, materia o inma- nomenología de la conciencia husserliana y
terial. Se trata de poner en común lo que nos de la ontología existencialista heideggeria-
es común, es decir, la «potencia de vida», el na. Para Lawlor (op. cit., 3) si queremos con-
«biopoder», la «potencia de invención» cebir el principio que fundamenta el «vita-
(Pelbart, 2009: 23-4; cf. Agamben, 1998; lismo» debemos obedecer al imperativo ne-
Lazzarato, 2001). El término «multitud» pa- gativo que nos enseña Merleau-Ponty: el
rece recoger bien esta concepción de lo co- principio no debe ser ni positivo ni negati-
mún como potencia desmedida constituida vo, ni infinito ni finito, ni interno ni exter-
por una multiplicidad de singularidades en no, ni objetivo ni subjetivo, ni idealista ni
variación continua que se opone a un poder realista, ni teológico ni mecanicista, ni de-
soberano que pretende contenerla (Virno, terminista ni indeterminista, ni humanista ni
2003; Hardt y Negri, 2004, 2005). Lo común, naturalista, ni metafísico ni físico. Caer en
concebido como fundamento virtual de esta alguno uno de estos dos extremos es preci-
vitalidad social pre-individual, como hete- samente lo que no debemos hacer (Merle-
rogeneidad no totalizable, se aleja de las fi- au-Ponty, 1956-1957, 203). Lo que la filo-
guras abstractas –estado, familia, nación, etc.– sofía de Merleau-Ponty nos enseña es que
que pretenden unificarlo. De ahí que la ex- el principio de la vida no debe ser pensado
periencia de lo común hoy, en tanto poten- como una separación entre alguno de estos
cia de vida, pasa por una resistencia a ser pen- dos polos, ni tampoco como una coinci-
sado desde esas instancias transcendentes que dencia. La formula positiva para el impe-
lo clausuran. Con otras palabras, tras la muer- rativo merleaupontiano es que dicho prin-
te de los grandes relatos, sólo tiene sentido cipio debe ser pensado como un «hiatus»,
aproximarse al pensamiento de lo común des- un «écart», que mezcla a los dos extremos
de el plano de la inmanencia. juntos (Lawlor, op. cit., 164).

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Alain Badiou y la filosofía como presentación didáctica del ser en común

La referencia a este término como prin- «[...] el acontecimiento no es lo que tiene lu-
cipio del pensamiento vitalista aparece de gar, sino la llegada de un lugar, de un es-
manera explícita en varias de las obras de pacio-tiempo como tal, el trazado de su lí-
la filosofía contemporánea. Así Michel mite, su exposición». El «ser-en-común» que
Foucault, en Las palabras y las cosas, ha- no es un «ser común» y que la propia co-
blará de un «rodeo [écart], ínfimo pero in- munidad no limita, se articula en la inte-
vencible, que reside en el “y” del retroce- rrupción y por la interrupción misma (op. cit.,
so y del retorno, del pensamiento y de lo im- 170, 117). Con otras palabras, el espacia-
pensado, de lo empírico y de lo trascen- miento del «en-común» se presenta como
dental, de aquello que pertenece al orden de «retirada» misma de la comunidad entendida
la positividad y de aquello que es del orden como una totalidad; una disyunción «en-
de los fundamentos» (Foucault, 2002 [1966], capsulada» en el «fenómeno de una sorpresa
330). También Jacques Derrida en De la gra- disruptiva» que a su vez constituye la ex-
matología hablará de «una mínima dife- posición de la apertura misma en cuanto mo-
rencia [différence]; esta pequeña diferencia mento y acontecimiento (Marchart, 2009,
–la visibilidad, el espaciamiento, la muer- 103; Cfr. Lacoue-Labarthe y Nancy, 1997,
te– es indudablemente el origen del signo y 119).
la ruptura de la inmediatez» (Derrida, 2005
[1967], 295). Finalmente Gilles Deleuze La sutura poética de la filosofía vitalista
también se referirá en Lógica del sentido a
este «hiatus» o «écart» como «la distancia Llegados a este punto la cuestión que que-
[distance] infinitiva, [...] desplazamiento [dé- da por resolver es: ¿Cómo ha sido capaz la
placement] de la perspectiva, diferenciación filosofía vitalista de presentar el aconteci-
de la diferencia» que caracteriza a «los acon- miento como fenómeno que expone la po-
tecimientos puros» (Deleuze, 2005 [1969], tencia creadora del «ser-en-común», si toda
211, 212)1. presentación es presentación de un objeto y,
Vemos por tanto como para la filosofía por tanto, sometimiento de éste a la norma
vitalista el plano de inmanencia donde se ex- de la unidad? ¿Cómo exponer lo que es co-
perimenta lo común como potencia de vida mún conservando su multiplicidad si, tal y
o de innovación tiene su fundamento en este como nos recuerda Heidegger, aquello por
límite acontecimiental que acerca y distan- lo cual «lo que es» es lo que es, es también
cia un adentro y un afuera. Un límite, sin em- aquello por lo que es uno? (Badiou, 2002,
bargo, tal y como nos dice Jean-Luc Nancy, 25). Una vez más: ¿Cómo es posible pre-
que carece de lugar: «Lo repito: sólo el lí- sentar el «en-común» de la apertura sin que
mite es común, y el límite no es un lugar, quede clausurada en el propio acto de ex-
sino la partición de los lugares, su espacia- posición? Para el filósofo francés Alain
miento. No hay lugar común» (Nancy, Badiou la presentación de lo «múltiple-sin-
2001, 137). Nancy, de la misma manera que unidad» solamente ha sido posible gracias
Deleuze, afirmará que el límite en el que se a la «sutura» del argumento filosófico al len-
ubica la potencia del «en-común» sólo se guaje poético, señalando a Heidegger como
puede experimentar como acontecimiento: el referente de «haber cruzado la crítica pro-

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piamente filosófica de la objetividad con su ni de una expresión, sino de una operación


destitución poética» y de «entregar la filo- de presentación y, por tanto, también de un
sofía a la poesía» (1990a, 53, cursiva en el acontecimiento. El imperativo de la desob-
original; 2003a, 88). jetivación es simple: «entrar en el poema, no
Sin embargo el filósofo francés no se re- para saber de qué habla, sino para pensar qué
fiere aquí a toda la poesía, ni a todos los po- pasa en él». Y para ello el poeta propone una
etas, sino a aquellos «cuya obra es inme- «operación oblicua de captura» a través de
diatamente reconocible como una obra de palabras «alusivas, nunca directas». Así, la
pensamiento». La «edad de los poetas», nos disolución del objeto a través de la «trans-
dice Badiou, marca una época, entre Höl- posición» de palabras se verá acompañada
derlin y Paul Celan, en la que la poesía ofre- por la existencia de un enigma, un «herme-
ce a la filosofía «la destitución de la categoría tismo», que invita al lector a entrar en él para
de objeto, y de objetividad, como formas ne- alcanzar su propia operación de presentación
cesarias de la presentación» (1990a, 52; cf. (Badiou, 2009b, 76-7).
1992). El procedimiento complejo que pone Por otro lado tenemos a Pessoa, «el po-
en práctica el poeta de esta época para enun- eta de la equivocidad» y de la «heteronomía».
ciar la disolución de las identidades y la aper- Para Badiou, el poema de Pessoa se mues-
tura del ser es una operación metafórica por tra como un «dispositivo de pensamiento»
la que se destituye la pareja de términos ob- que conforma «una especie de lugar ideal»,
jeto/sujeto. Esta operación puede ser de dos donde las correlaciones y las disyunciones
tipos: de carencia o de exceso. Así, por un entre figuras heterónomas liberan «al infinito
lado el «objeto está, o bien sustraído, retirado la energía del poema». Se trataría de presentar
de la presencia por su propia autodisolución el poema como ese elemento singular que
(el método de Mallarmé), o bien extirpando muestra «la contingencia de lo múltiple» para
de su dominio de aparición, desarticulado por luego incitar a su reconstrucción infinita (op.
su excepción solitaria, y vuelto, a partir de cit., 90-2).
ese momento, substituible a cualquier otro Desde nuestro punto de vista buena
(el método de Rimbaud)»; y por otro lado «el parte de la filosofía del último siglo ha acu-
sujeto es invalidado, ya sea por ausenta- dido al carácter aporético del lenguaje de la
miento (Mallarmé), o por pluralización poesía, la literatura y el arte en general para
efectiva (Pessoa, Rimbaud)» (Badiou, 1990a, tratar de presentar el «ser-en-común» sin
56; cf. 2009b, 61-92). clausurar su carácter múltiple y abierto. Para
Para Badiou la «edad de los poetas», a ello ha utilizado, como dos momentos de un
través de estas dos operaciones, nos presenta mismo movimiento retórico, estrategias que
al poema como ese espacio singular en el que vacían o exceden el sentido del «en-común»
las categorías de «vacío» e «infinito» con- o «comunidad» del ser. Estas estrategias se
fluyen justo en ese punto donde su sentido encontrarían presentes, por ejemplo, en la ex-
se presenta como falta y exceso múltiple. posición de la «comunidad Acéphale» de Ba-
Por un lado, Mallarmé nos enseña que el taille (1937), la «comunidad negativa», la
poema no se presenta como una colección «comunidad inconfesable» o la «comunidad
de objetos. No se trata ni de una descripción de amantes» de Maurice Blanchot (1999

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Alain Badiou y la filosofía como presentación didáctica del ser en común

[1983]), la «comunidad que viene» de bilidad de la filosofía misma (1990a, 44-5).


Agamben (2006 [1990]), la «comunidad des- Tal y como hemos mostrado anteriormente,
obrada» o «comunidad afrontada» de Jean- el precio que paga la filosofía vitalista para
Luc Nancy (2001 [1986]; 2002 [2001]). En presentar la potencialidad infinita del ser-en-
nuestra opinión todas ellas podrían entenderse común es una renuncia a la presentación in-
como intentos de desobjetivizar lo común a teligible de lo común. Lo común en inma-
través del uso de retóricas de la carencia o nencia queda reducido a ese momento acon-
del exceso. Como ejemplo de las primeras tecimiental, azaroso y efímero imposible de
encontraríamos aquellas operaciones de de- exponerse al pensamiento más que a través
construcción del concepto «comunidad» de un lenguaje críptico, enigmático y her-
que pretenden mostrar que éste, entendido mético. Para Badiou esta exposición miste-
como comunión, fusión o unidad, nunca ha riosa impide una de las tareas fundamenta-
existido. La presentación de la comunidad les de la filosofía, a saber, su didáctica uni-
en su ser-contingente le incorpora un ele- versal e igualitaria. Veamos con más deta-
mento de falta que nos impide hablar de ella lle esta afirmación.
como un objeto dado. «La comunidad no ha
tenido lugar» afirma Nancy (2001, 29). De La filosofía como didáctica universal
manera que la comunidad perdida nunca ha para identificar la existencia
pasado de ser un mero fantasma. En otros tér- del ser-en-común
minos más paradójicos, la comunidad sólo
ha sido pensable como afirmación de su pro- Desde nuestro punto de vista, buena parte de
pia muerte2. la obra del filósofo francés Alain Badiou pue-
A la presentación del concepto de «co- de entenderse como un proyecto para recu-
munidad» como ausencia de comunidad, es- perar la filosofía como una práctica didácti-
tos argumentos añaden una segunda opera- ca que pretende transmitir la idea de que cual-
ción que buscan redimirlo presentándolo quiera es capaz de identificar por sí mismo
como la infinita potencia relacional de las sin- un procedimiento infinito de creación en co-
gularidades sin forma. Para ello pondrán en mún, forzando a decidir su participación en
juego diferentes figuras, reales o de ficción, él4. Esta concepción de la filosofía, con cla-
que ejemplifican no sólo la resistencia a una ras influencias de los Diálogos platónicos, está
vida envenenada por formas comunitarias, condicionada por dos principios: el principio
sino la llamada a una vida vivida en inma- de igualdad de opinión y el principio de igual-
nencia y fundamentada en la capacidad dad de existencias (2011, 35-7). El primero
para crear nuevas vías de asociación sin for- declara el componente democrático de la ta-
ma que preserven la singularidad cualquie- rea filosófica en la medida en que permite que
ra y eviten la exclusión (Deleuze, 1995; cualquier individuo exprese su opinión. El se-
Agamben, 2006)3. gundo declara su componente universal, en
Sin embargo para Alain Badiou, la sutura la medida en que cualquier individuo debe te-
del argumento filosófico a la metáfora po- ner acceso a corroborar por sí mismo aque-
ética ha acabado con la esencia «sistemáti- llo que se dice en la escena filosófica. La sín-
ca» de la filosofía y, por tanto, con la posi- tesis de estos dos principios acaba subordi-

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nando la regla de igualdad de opiniones a la para acercarlo a una práctica interpretativa,


regla de evaluación objetiva, la cual condi- particular y subjetiva que despliega el lec-
cionará la práctica filosófica a la existencia tor en su libre juego con el texto poético-fi-
real de un cuerpo compartido que sirva de re- losófico. Nos encontramos, por tanto, en una
ferente para corroborar los argumentos. Nos situación en la que el argumento filosófico
encontramos, por tanto, con dos principios que aparece subordinado a la regla sofista de la
definen qué es una situación filosófica para igualdad de opiniones. Para el sofista toda
Badiou. El primero: nadie participa en la es- opinión es legítima ya que no hay lenguajes
cena filosófica si no acepta la regla de eva- universales, sólo hay multiplicidad de jue-
luación objetiva de los argumentos; y el se- gos de lenguaje, pluralidad de registros del
gundo: toda práctica filosófica es pensamiento pensamiento y de la acción, y diversos y he-
de una situación determinada a través de un terogéneos registros del sentido (Badiou,
cuerpo compartido. 2003a, 66; 2010a, 52-4). Frente al argumento
A juicio de Badiou la filosofía vitalista sofista de la pluralidad y relatividad de las
fracasa en el cumplimiento de estos princi- opiniones, la filosofía para Badiou debe rei-
pios. En primer lugar, fracasa al ocultar lo co- vindicar un argumento objetivo e universa-
mún en el ámbito misterioso de la poten- lidad que dé cuenta de la existencia de cuer-
cialidad vital de creación. Al hacer esto, su pos-en-común-sin-unidad. El filósofo rei-
preocupación no es tanto presentar lo común vindicará como paradigma de esta argu-
como cuerpo compartido sin comunión –el mentación el lenguaje formal de las mate-
«hay» de lo común-sin-uno–, sino presen- máticas, en concreto, la teoría axiomática de
tar su carencia de sentido. Tal y como hemos conjuntos y la teoría de las categorías.
visto, esta tarea se ve impelida a acudir al len-
guaje como única vía de acceso a él. Así la La presentación objetiva de la existencia
filosofía vitalista se suma a la tendencia que del ser-en-común
ha dominado en la filosofía del siglo XX, a
saber, la preocupación por una meditación Ya argumentamos anteriormente cómo para
sobre el lenguaje, sobre sus capacidades, sus Badiou la necesidad de universalizar el
reglas, y sobre lo que el lenguaje autoriza en acto filosófico obligaba a construir una si-
lo que respecta al pensamiento de lo común, tuación en torno a la existencia de un mate-
olvidando la cuestión de su existencia fác- rial compartido. En otras palabras dijimos que
tica (Badiou, 2010a, 52-6). la condición para que la afirmación filosó-
En segundo lugar, la filosofía vitalista, fica del «hay» de lo común-sin-uno pueda
en su búsqueda de un lenguaje adecuado para ser corroborada por cualquiera es su exis-
acceder a lo abierto del ser-en-común, ha en- tencia corporal. Esto implica la tarea previa
contrado en el lenguaje poético y artístico las de prescribir una situación material concre-
operaciones retóricas adecuadas para esta ta- ta en torno a la cual se puede realizar la prác-
rea. Este hecho ha contribuido a alejar el pen- tica filosófica.
samiento filosófico de esa práctica discursiva, El filósofo comienza su tarea con la «de-
universal y objetiva –a la que Platón deno- cisión axiomática» de «contar-por-uno»
minaba «dianoia»– (Badiou, 2009, 69), una situación del presente (Badiou, 2002, 93;

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Alain Badiou y la filosofía como presentación didáctica del ser en común

2007a, 33-41). Para ello, tomando como mo- tarea filosófica de identificación de la
delo la teoría de conjuntos, debe prescribir existencia de cuerpos-en-común a estos cua-
los axiomas fundamentales de su práctica. Tal tros ámbitos materiales.
y como ha mostrado el sistema axiomático Ya vimos anteriormente cómo esta ta-
de Zermelo-Fraenkel, todo conjunto puede rea estaba sometida a la aceptación de la re-
definirse con el axioma de conjunto vacío – gla de evaluación igualitaria de los argu-
en el que se postula la unidad elemental de mentos. De acuerdo con esta regla, cualquier
existencia– y el axioma de extensionalidad participante de la escena filosófica debería
–en el que se postula la regla de pertenen- ser capaz de mostrar mediante un argumento
cia5. El resto de axiomas son axiomas se- objetivo la existencia de cuerpos que evi-
cundarios u operativos –de subconjuntos, de dencian lógicas genéricas o en-común.
unión, de separación, de reemplazamiento, Ahora bien, para Badiou –y en este punto
de fundación, de infinito y de elección– que coincidirá con la filosofía vitalista– la ló-
hacen referencia de una manera u otra a la gica del en-común, ya que es una lógica
existencia de estos axiomas fundamentales. consecuencia de un acontecimiento, care-
Así, de la misma manera que las investiga- ce de sentido para el régimen del saber do-
ciones de la teoría de conjuntos tienen ori- minante (Badiou, 2009a, 193). Desde este
gen en la declaración estos axiomas, la ta- punto de vista la práctica filosófica se
rea del filósofo debe comenzar con la de- debe desarrollar a partir de diferentes ar-
claración de las unidades elementales que gumentos que fuerzan a la identificación y
pertenecen a la situación filosófica. Poste- al reconocimiento objetivo del sin-sentido
riormente podrá deducir otras operaciones de los procedimientos en común que exis-
que le permitirán clasificar y ordenar dichos ten en el arte, la ciencia, la política y el amor
elementos. Sólo a través de esta operación sin necesidad de recurrir a las categorías es-
axiomática es posible presentar una situación tablecidas por el saber dominante.
filosófica para poder argumentar con obje- Esta tarea descriptiva encuentra su mo-
tividad lógica la existencia o no de cuerpos- delo en la teoría de las categorías matemá-
en-común. ticas y ha sido expuesta con detalle por Ba-
El propio Badiou realiza esta tarea diou en el apartado dedicado al método de
prescribiendo cuatro ámbitos o situaciones la fenomenología objetiva en Lógicas de los
en los que se puede desarrollar la práctica mundos (2008b, 219-60). A través de dicho
filosófica: el arte, la política, la ciencia y el método el filósofo francés nos presenta un
amor. Cada uno de ellos especifica la ma- modelo para argumentar de manera objeti-
teria susceptible de producir un procedi- va la existencia de un cuerpo en-conjunto a
miento creativo en común, a saber, la di- través del estudio fenomenológico de una si-
ferente materialidad de las obras de arte, el tuación determinada. Partiendo de la pres-
cuerpo de los trabajadores, la letra y los nú- cripción axiomática de una situación artís-
meros de las teorías científicas, y el cuer- tica, política, científica o amorosa concreta,
po de los amantes (Badiou, 1990a, 17; 2009, esta metodología nos propone describir las
57; 1990b, 56; 1996-98; 2003a, 252). Ve- propiedades dominantes para cada una de
mos, por tanto, cómo Badiou condiciona la ellas, y conocer así las lógicas que condi-

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cionan el aparecer de los cuerpos de dichos Recapitulemos. En los apartados ante-


«mundos». Una vez realizada esta descrip- riores hemos mostrado cómo el proyecto de
ción será posible identificar con objetividad Alain Badiou puede entenderse como una pro-
los procedimientos en-común existentes. Es- puesta para recuperar la práctica filosófica
tos procedimientos, ya que son lógicamen- como escena educativa que nos enseña un mé-
te fieles a la lógica de un acontecimiento, de- todo universal e igualitario para presentar con
berían aparecer en la situación presentada sistematicidad y objetividad que no sólo exis-
como el «reverso» lógico inmanente de las ten cuerpos comunitarios o individuales,
propiedades dominantes anteriormente des- sino cuerpos-en-común. Partiendo de las
critas (2008b, 154, 158, 161, 156, 188). Así, dificultades didácticas que ha supuesto para
en tanto «reverso» lógico de lo máximamente gran parte de la filosofía del siglo XX sutu-
existente, los cuerpos de este colectivo apa- rar esta tarea al lenguaje poético, el filóso-
recerán como carentes de propiedades. Sin fo francés propone como modelo el lengua-
embargo esta carencia no será más que una je de las matemáticas. La teoría axiomática
ilusión, pues lo que realmente evidencia es de conjuntos y la teoría de categorías nos ofre-
la presencia de un nuevo orden lógico del cen las operaciones adecuadas para desarro-
aparecer, a saber, la lógica en-común del ser llar la práctica filosófica como escena igua-
singular cualquiera. litaria que posibilita a cualquiera el encuen-
Si aplicamos esta metodología a cada tro con la potencia de ser-en-común de los
uno de los ámbitos prescritos por Badiou es- cuerpos. Ahora bien, para Badiou este giro del
tos procedimientos en-común aparecerían argumento filosófico a las matemáticas no im-
de cuatro formas diferentes: en cada una de plica un rechazo del lenguaje metafórico y po-
las artes como una nueva configuración ar- ético, sino su tratamiento conjunto: «La fi-
tística que reivindica la potencialidad de las losofía imita [...] o toma prestados dos pro-
formas para buscar nuevas vías de asocia- cedimientos de verdad: la matemática, pa-
ción más allá del establishment; en la po- radigma de la prueba, y el arte, paradigma del
lítica como un movimiento emancipador poder subjetivante» (Badiou, 2003a, 60). Ve-
de las masas trabajadoras y populares que ámoslo con más detalle.
reivindica su poder para organizarse sin ne-
cesidad de estado, nación, comunidad o La presentación persuasiva y afectiva
partido político; en la ciencia como un nue- de la existencia del ser en común
vo postulado o teorema que reivindica el
poder de las letras y números para cons- Después de lo dicho hasta ahora podría pen-
truir nuevos modelos epistemológicos sarse que el proyecto de Badiou relega la
más allá de lo reconocido por la comuni- práctica filosófica a una experiencia mera-
dad científica. Y finalmente en el amor mente intelectual a través de un lenguaje for-
como el comienzo de una vida en pareja mal. Sin embargo, para el filósofo francés,
que bajo su reconocimiento mutuo e igua- una escena filosófica adecuada debe posi-
litario evitan apelar a la figura del contrato bilitar que el encuentro con los procedi-
matrimonial o la fusión romántica (cf., Ba- mientos-en-común sea una exposición pla-
diou, 2010b, 128). centera y persuasiva. Tomando como modelo

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Alain Badiou y la filosofía como presentación didáctica del ser en común

los Diálogos de Platón, Badiou propone que rentes artes fábulas, mitos e imágenes que po-
la filosofía acuda a la fábula, el mito, la pa- sean una estructura genérica, indetermina-
rábola y la imagen literaria como figuras en da y siempre abierta análoga a estos proce-
las que buscar la analogía y la semejanza es- dimientos. Así, a través de este segundo acto
tructural relativa a los conceptos que pretende de presentación (re-presentación) de la es-
enseñar. En otras palabras, a través de sus tructura del ser-en-común sin fin, el filóso-
Diálogos, Platón nos dice que es posible acu- fo tratará de poner en imágenes lo irrepre-
dir al poder persuasivo del lenguaje poético sentable, facilitando así la incorporación a la
siempre y cuando éste contribuya a la tarea escena filosófica7.
filosófica. Badiou llamará a este uso filosó- La segunda función que se derivaba del
fico de la literatura «refuerzo táctico» uso táctico de la literatura en los Diálogos
(2007b: 59)6. era la función tipificadora. En ellos Platón
Para el filósofo francés la función tácti- exponía su filosofía mediante el enfrenta-
ca de la literatura aparece dividida en los Diá- miento de personajes sin que haya medida
logos de Platón en una función mediadora común alguna que permita mediar entre las
y otra tipificadora. Encontramos la primera posiciones que cada uno defiende. De ma-
función cuando Platón utiliza fábulas, pa- nera que la discusión no es tal, sino una con-
rábolas e imágenes para introducirnos en «un frontación entre posturas extrañas. Platón en-
problema evidentemente complicado, o una contró como referente de este estilo el género
síntesis difícil que hace que no podamos des- de la narrativa teatral. Para Badiou lo real-
plazar o reducir conceptualmente la cosa» mente significativo de esta operación es la
(2007b: 76). Este uso mediador de la litera- presentación «de un solo golpe» de aquello
tura se fundamenta en una capacidad de se- que la filosofía no puede exponer sino su-
ducción del arte que el concepto filosófico cesivamente: «Hay en la filosofía un orden
no posee. De manera que hay una utilización temporal de sucesión de ideas, en tanto que
de esta seducción para que el lector ingrese en la literatura existe la capacidad de reunir
en la cuestión que plantea el filósofo. Para todo eso en una sola figura –en este caso en
Badiou esta apropiación filosófica de la li- un personaje de teatro» (2007b, 64). La fi-
teratura encuentra su referente en el modo en losofía utiliza la construcción de personajes
que Heidegger utiliza a los poetas: «[...] la para crear un «tipo» capaz de reunir «en una
utilización literaria de los poetas por Hei- figura lo que el concepto no puede exponer
degger consiste en tratar de construir una sino pedazo por pedazo» (64). Badiou pon-
cuestión utilizando la seducción literaria drá como ejemplo de la construcción de una
como mediación» (op. cit., 62). «ficción típica» el uso que hace Hegel de la
Puesta al servicio del proyecto filosófi- Antígona de Sófocles en La Fenomenología
co de Badiou, la función mediadora del len- del Espíritu. Desde el punto de vista de Ba-
guaje artístico debe ser entendida como el uso diou, Hegel utiliza la figura de Antígona
del poder de seducción de determinadas fi- como una suerte de «concentración con-
guras poéticas utilizadas para el reconoci- ceptual» (64).
miento intelectual de los procedimientos en- Esta figura del personaje entendida
común. El filósofo debe buscar en las dife- como «concentración conceptual» tiene

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fuertes resonancias con aquello que Deleu- Teoría del sujeto, los afectos no se refieren
ze y Guattari denominaron «personaje con- a experiencias subjetivas sino al «modo de
ceptual». Tal y como estos filósofos expo- hacer» de un individuo «afectado» por un
nían en ¿Qué es la filosofía?, los «persona- acontecimiento. «Afecto» no es más que el
jes conceptuales» representan los movi- nombre o concepto que nos permite identi-
mientos del pensamiento filosófico de un au- ficar el hacer de un sujeto de manera con-
tor en lo que se refiere a un problema filo- sistente, pudiendo reconocer un modo o es-
sófico o a la creación de un concepto (1997, tilo de actuar. No hay afecto del sujeto que
65). Y dado que la creación de un «concep- no provenga del encuentro con los efectos
to» está constituida por «un número finito de de un acontecimiento en una situación o, lo
componentes heterogéneos» (op. cit., 22, 23, que es lo mismo, de un proceso de creación
26), el filósofo podrá representar cada uno en-común. Badiou identificaba cuatro tipos
de esos componentes a través de diferentes de afectos (angustia, coraje, superego o te-
personajes. Así, mientras que Deleuze de- rror y justicia). Estos cuatro afectos deben ser
nomina «personaje conceptual» a la síntesis entendidos como cuatro polos de un espacio
de diferentes «trozos o componentes de otros topológico en el que ubicar diferentes tipos
conceptos» (op. cit., 23), Badiou denomina de discursos acerca de las orientaciones en
«ficción típica» a «aquello que reúne en una el hacer de un sujeto ante el vacío de senti-
unidad nueva multiplicidad de determina- do que va ligado a este tipo de procesos. Di-
ciones conceptuales» (2007b: 64). chos discursos, ya que identifican un modo
Por otro lado, Badiou también coincidi- de hacer del sujeto, podrían entenderse
rá con Deleuze al afirmar que el filósofo se como «formaciones subjetivas de la ética»
apropia de «figuras estéticas» o «afectivas» o «éticas del sujeto» (Badiou, op. cit., 342).
propias del arte para ponerlas al servicio del De esta manera, esta concepción sui gene-
concepto filosófico. Podríamos decir que los ris del término «afecto» nos permite pensar
términos «personaje conceptual» de Deleu- en la «ficción típica» de Badiou como una
ze o «ficción típica» de Badiou nombran la reconversión ética de los «personajes con-
apropiación por parte del filósofo de una fi- ceptuales» deleuzianos. Desde esta pers-
gura retórica capaz de producir afectos para pectiva es posible entender la función tipi-
ponerlos al servicio del pensamiento. En otras ficadora del arte como la construcción de per-
palabras, el «personaje conceptual» posibi- sonajes o figuras éticas puesta al servicio de
lita la transferencia de la «potencia de afec- la tarea filosófica.
to» de la figura estética al concepto (cf., De- Tal y como Badiou nos ha mostrado en
leuze y Guattari, 1997, 66-8). La Ética (2004b), cualquier situación que ha
Ahora bien, el término «afecto» no tie- sido afectada por un acontecimiento mues-
ne el mismo sentido en Deleuze que en Ba- tra el enfrentamiento de dos «figuras tipo»:
diou. Mientras que para Deleuze un afecto la figura nihilista del discurso dominante que
es un término que designa una sensación, se sostiene en la imagen del ser humano
para Badiou designará un modo de hacer como mero animal guiado por la búsqueda
(Deleuze y Guattari, op. cit., 164; Badiou, de seguridad comunitaria y de placeres par-
2008c, 313). Tal y como Badiou expuso en ticulares efímeros; y la figura heroica del dis-

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Alain Badiou y la filosofía como presentación didáctica del ser en común

curso excepcional que se sostiene en la ima- dado en el reconocimiento igualitario de las


gen del ser humano capaz de participar pun- individualidades que se opone a la de los
to por punto en la creación infinita de pro- amantes sometidos a la figura unitaria de la
cedimientos en-común. Esta última figura comunión romántica o del contrato matri-
subjetiva representaría al ser humano sien- monial8.
do capaz de enfrentarse con valentía al va- En resumen, a lo largo de estas líneas he-
cío de conocimiento que supone el encuen- mos visto en qué medida la obra del filóso-
tro con un proceso creativo colectivo que evi- fo francés Alain Badiou puede ser entendi-
ta caer en la nostalgia de viejas figuras, ya da como una propuesta de recuperación de
que el refugio en estas viejas figuras le ha- la filosofía como práctica didáctica univer-
ría someterse a la disciplina cruel y violen- sal e igualitaria para el aprendizaje del pen-
ta de los procedimientos idealizados que van samiento en común después de que buena
ligados a los totalitarismos del pasado (op. parte de la filosofía del siglo XX la hubie-
cit., 105-23). ra relegado al ostracismo. Partiendo de la crí-
Finalmente, para Badiou el segundo tica a la filosofía vitalista y a su sutura a la
uso táctico del arte por parte de la filosofía poesía como recurso para presentarnos la
consistiría en la búsqueda de personajes que esencia indeterminada e infinita del ser-en-
«tipificaran» cada uno de estos discursos común sin comunidad, Badiou recuperará el
afectivos que van unidos al encuentro con un modelo de los Diálogos platónicos y rei-
proceso creativo en común. Ahora bien, dado vindicará la filosofía como una exposición
que estos procesos solamente se dan en cua- didáctica fundamentada en el pensamiento
tro ámbitos diferentes, la filosofía debe universal de las matemáticas. Esto condiciona
buscar en las ficciones artísticas cuatro mo- la escena filosófica a la presencia de un cuer-
delos de figuras éticas contemporáneas o «fi- po común que permita que cualquiera co-
guras típicas»: la figura heroica del artista que rrobore por sí mismo los argumentos acer-
participa en nuevas configuraciones forma- ca de la presencia del ser-en-común. El ar-
les haciendo frente a su adversario, a saber, gumento filosófico debe tomar como modelo,
la figura nihilista del artista que somete sus por un lado, la teoría axiomática de conjuntos
creaciones al espectáculo del mercado y al para presentar de manera estructurada las uni-
relativismo multicultural; la figura heroica dades elementales materiales que pertenecen
del obrero que participa en la construcción a la situación filosófica y, por otro lado, la
de nuevas formas de organización política sin teoría de las categorías para describir con ob-
partido frente a su adversario, a saber, la fi- jetivad la lógica excepcional e indeterminada
gura temerosa del obrero que se limita a te- de los cuerpos que constituyen un conjun-
ner representación en organizaciones sindi- to-sin-unidad. Finalmente hemos visto como
cales o parlamentarias; la figura heroica del este giro al lenguaje formal de las matemá-
científico capaz de buscar nuevos modelos ticas no implica un rechazo del lenguaje po-
teóricos que se opone a la figura del cientí- ético o artístico. Sin embargo, para Badiou,
fico sometido a las reglas de la comunidad el uso de este lenguaje tiene que estar con-
científica; y la figura heroica del amante ca- dicionado al correcto desarrollo de la tarea
paz de comenzar un episodio amoroso fun- filosófica. El argumento filosófico debe

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Wenceslao García Puchades

por tanto realizar un uso táctico del poder de Badiou, Alain (1990b), ¿Se puede pensar la
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«efectos» y «afectos» de las figuras poéticas Badiou, Alain (1992), «L’Age des poètes»
a las figuras conceptuales. Así, vimos como en J. Rancière (ed.), La politique des po-
la construcción ficticia de escenarios pola- ètes. Pourquoi des poètes en temps de dé-
rizados por diferentes personajes o «figuras tresse, París, Albin Michel, pp. 21-38.
tipo» se mostraría como la operación más
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NOTAS
1
Como referencia fundamental del pensa- o Porto Alegre (Agamben, 2006, 54-5; Hardt y
miento en inmanencia o vitalismo de estos filó- Negri, 2005, 63-86).
4
sofos véase sus últimos escritos, principalmen- Badiou denomina a este procedimiento de
te: Gilles Deleuze, «Immanence: une vie» (1995), creación infinito en común «procedimiento ge-
Michel Foucault, «Vie: Expérience et science» nérico» o «verdad». Para el filósofo francés una
(1984) y Jacques Derrida, «L’Animal que donc verdad es un procedimiento de transformación de
je suis (à suivre)» (1999). la lógica del saber dominante de una situación que
2
El propio Jean-Luc Nancy nos presenta un está constituido por un conjunto de elementos –
ejemplo de estas operaciones aplicadas a la co- a los que Badiou denomina su sujeto– cuya con-
munidad étnica, la comunidad de amantes, la co- sistencia o ser-en-común está determinada por la
munidad cristiana, la comunidad política, etc. fidelidad a la lógica de un acontecimiento. Así,
(Nancy, 2001, 30-43) . en la medida en que un acontecimiento supone
3
Por ejemplo, para dar cuenta de esta po- una excepción con el saber dominante, no exis-
tencialidad relacional desvinculada de someti- te lenguaje capaz de determinar sus propiedades,
mientos instituidos, Agamben y Deleuze se ser- de manera que la «regla de pertenencia» del cuer-
virán de la figura ficticia de Bartleby, el escribiente po de una verdad es precisamente carecer de de-
raquítico de silueta pálida de Melville, quien de terminación (Badiou, 2007a, 230, 371-80, 432;
repente, a cada orden que recibe del patrón, co- 1998, 103). Además, como proceso de transfor-
mienza a responder: «Preferiría no hacerlo». Sen- mación, el cuerpo de una verdad evoluciona «for-
tencia ni positiva ni negativa –comenta Deleuze– zando» a los elementos que pertenecen a la si-
que carece de objeto definido como si enuncia- tuación para que se incorporen a esta lógica ex-
ra lo indecible (Deleuze, 1996; Agamben, 2000). cepcional (2007a, 440-4). Son precisamente es-
El propio Agamben y los filósofos Antonio Ne- tos dos aspectos los que confieren al cuerpo co-
gri y Michael Hardt proponen como figuras re- lectivo de un procedimiento verdadero su carác-
ales de esta potencialidad-en-común-sin-forma las ter genérico e infinito: genérico, pues su caren-
revueltas de la plaza de Tiananmen y los movi- cia de propiedades le impide excluir a nadie
mientos sociales de Pekín, Los Ángeles, Seattle (2004b, 106); e infinito pues su origen transfor-

ISEGORÍA, N.º 49, julio-diciembre, 2013, 583-598, ISSN: 1130-2097 597


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Wenceslao García Puchades

mador impide su clausura, ya que requiere siem- arte ha sido denominada mimesis por la teoría del
pre de los elementos a transformar para poder exis- arte. La filosofía, por tanto, se aprovecharía del
tir (2004b, 121-3; 2007a, 436-7). Para más detalles poder de persuasión de la mimesis para poner su
acerca del concepto de «verdad» de Badiou vé- poder persuasivo al servicio de su empresa, a sa-
anse Hallward (2003: 130-3, 340-8), Clemens ber, la transmisión igualitaria de la Idea del pre-
(2005), Hoens (2003), Gillespie (2003), y Hoens sente. En otras palabras, la filosofía toma pres-
y Pluth (2004). tado del arte su poder de seducción para orien-
5
Para Alain Badiou el sistema de axiomas ZF, tarlo a sus propios objetivos (2009, 46-7).
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mediante el axioma de vacío, nombrará al vacío Por ejemplo, Badiou (2003b) encuentra una
con la marca «conjunto vacío». El axioma de va- de estas figuras en el filme de los hermanos Wa-
cío aparece así como una declaración de existen- chowski, The Matrix. El filme nos muestra
cia que pone al vacío en uno para poder ser pre- cómo el procedimiento de revolución, encarna-
sentado en un conjunto. Dicho axioma nos pre- do por las acciones que llevan a cabo la tripula-
senta al conjunto vacío como la porción elemen- ción del Nebuchadnezzer, es un proceso que se
tal de existencia de un conjunto, la mínima can- ejecuta en Matrix, provocando nuevas rupturas
tidad de materia, a partir de la cual cualquier con- en el orden simbólico (nuevos fallos en el siste-
junto matemático puede ser derivado (2007a, 82- ma) para conseguir nuevas incorporaciones a la
3). Por otro lado, el axioma de extensionalidad pos- causa revolucionaria. La tripulación del Nebu-
tula que todo lo que existe pertenece a un conjunto. chadnezzer representa la figura de un proceso cre-
Y como todo conjunto es un múltiple de múltiples, ativo, infinito y siempre abierto a nuevas incor-
podríamos concluir que sólo podemos declarar la poraciones, cuyo ser-en-común se fundamenta en
existencia de un múltiple –o elemento– en la me- su oposición a la lógica dominante existente.
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dida en que pertenece a otro múltiple: «Existir Algunos de estos modelos los encuentra Ba-
como un múltiple es simplemente pertenecer a una diou en diferentes filmes. Por ejemplo, la figura
multiplicidad. Existir es ser-un-elemento-de. No ética del artista en busca de nuevas configura-
hay otro posible predicado de existencia como tal» ciones formales frente al artista sometido a los con-
(Badiou, 2002, 130). Con otras palabras, ser pre- dicionamientos del mercado en Passion o en His-
sentado como un elemento significa afirmar su per- toire(s) du cinéma de Godard (Badiou, 2001,
tenencia a un conjunto de elementos. Para una bre- 1998); la figura ética de las clases populares ca-
ve explicación de estas teorías véase Hallward paces de incorporarse a nuevos procesos políti-
(2003: 103-104, 412-420). cos de emancipación al margen de las formas sin-
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El uso táctico de la literatura por parte de dicales o de partido en Tout va bien o en Passion,
la filosofía se incluye dentro de uno de los «es- también de Godard (Badiou, 2005, 2001); y la fi-
quemas» que representan los modos en los que gura ética de los amantes que se incorporan a un
la filosofía se ha aproximado al arte de lo largo episodio amoroso de Dos a partir de un «encuentro
de la historia, a saber, el esquema didáctico. El amoroso» frente a la comunión de amantes o los
esquema didáctico nos muestra cómo la filoso- amantes libertinos en Identificazione di una
fía ha acudido al arte como mero objeto capaz de dona de Antonioni o en Chikamatsu monogata-
producir falsas verdades con poder de «encantar» ri [Los amantes crucificados] de Mizoguchi
a aquellos que las contemplan. Esta operación del (Badiou, 2000, 2004a).

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