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Antonio Gramsci Sobre el fascismo Prologo y seleccion de Enzo Santarelli —@ Ediciones Era wera edivibu ISBN: 6 A1LO189, Derechos reservadoe, en lengua espafiola © 1079, Ediciones Era, S.A. Avene 102, México 18,'D. F. Impreso y Hecho en México Printed and Made in Mexico fNDICE Introduceién, por Enzo Santarelli, 11 Advertencia, 31 SOBRE EL FASCISMO 1916 Lucha de clases y guerra, 35 1917 EL reformismo burgués, 36 1918 Cavour y Mariuetti, 38 EI sindicalismo integral, 39 El régimen de los pachés, 42 1919 Covre, 44 Espafia, 45 Talia, Tas alianzas y las colonias, 48 La unidad nacional, 49 1920 El poder en Italia, 52 Los rompedores de asambleas, 55 La fase actual de la lucha, 56 Giolitti al poder, 58 Previsiones, 60 ZQué es la reaccién?, 68 Ea fuerza del Estado, 65 1921 El pueblo de los monos, 67 Los enterradores de la but Italia y Espafia, 73 Fuerzas elementales, 75, Liberalamo y Beats, esta italiana, 70 16 8 Bonomi, 81 El verdugo y la vietima, 82 1922 1923 1924 1925 1926 Insurreccién popular, 84 Golpe de Estado, 86 Los dos fascismos, 89 Entre realidad y arbitrariedad, 91 Legalidad, 93 La lucha agraria en Italia, 95 Los partidos y les masas, 97 EI sostén del Fstado, 100 Un afto, 102 Le mano del extranjero, 105 La experiencia de los metalirgicos a favor de la accién general, 107 Los orfgenes del gabinete Mussolini, 109 Nuestra orientacién sindieal, 112 2Qué hacer?, 116 Parlamentarismo y fascismo en Italia, 119 El fracaso del sindicalismo fascista, 122 Ttalia y Yugoslavia, 125 El problema de Milin, 127 El partido popular, 129 Gioda 0 el romanticismo, 131 “Jefe”, 133 Las eleeciones, 137 Fasciamo y fuerzas burguesas tradicfonales, 139 El Vaticano, 140 Bonomi y sns amigos, 143 El mediodia y el fascismo, 145 Las elecciones cn Italia, 148 Ia erisis de la pequefia burguesia, 151 El destino de Matteotti, 153 La crisis italiana, 157 Demoeracia y faseismo, 167 La cafda del fascismo, 172 Después del discurso dol 3 de enero, 174 La ley sobre las asociaciones seeretas 183 La nueva situaciéa, 192 El fascismo y su politica, 199 La cuestién carda y el iescismo, 203 Un examen de la situacién italiana, 205 DE Los Cuadernos de la carcel Subversivo, 215 La cuestion del arditismo, 217 Giolitti y Croce, 219 La fabula del castor, 220 Concordatos y tratados internac Ugo Ojetti y los jesuitas, 229 Curzio Malaparte, 231 Giovanni Cena, 233 G. A. Fanelli, 235 Avtarquia financiera de la industria, 237 sposicién demografica europea, 241 Popnlaridad politien de D’Annunzio, 246 El cesarismo, 248 La cnestién italiana, 252 EI miedo al kerenskisino, 254 Paradigmas de historia ético-politics, 255 Sobre la estructura econdmica nacional, 256 Peculiaridades italianas, 260 Apoliticismo, 261, Origen popular del “superhombre”, 268 Las ideas de Agnelli, 265 Sindicato y corporacién, 268 Gentile y Ia filosofia de la politica, 271 ‘Taylor y el americanismo, 271 Acciones y titulos del Estado, 272 Apéndice 1 Dedaraciones al Tribunal especial, 277 Discusiones en a careel de Turi, 277 Apéndice IT Discutamos si gnstais, 281, Cronologia de Antonio Gramsci, 286 INTRODUCCION POR ENZO SANTARELLL Es sabido que el conocimiento exitico de Gramsci, y en particular del “Grams- i politico”, ha venido precisindose con el tiempo, a través de una corres: pondeneia més veridica entre la biografia y el contexto historieo real, a re sultas de un profundo debate politico-cultural. Con método gramsciano —sin quitar nada a Ia incidencia del elemento politico-— seria cosa de ver hasta qué punto, en lineas generales, lo ocurrido en este caso no sea también atri- buible a un fenémeno que parece repetirse cada ver que se verifica una rup- ture de cultura y generacidn, y se hace necesaria ima “recuperacién” labo: riosa y lente, tanto en a ersend ideoligico como en el terreno téenico 0 filolégico. De cualquier forma, sélo luego te !e publicacion de los escritos del semanario Ordine Nuovo (1954) —después de la revelacién. posbélica de las Cartas de la céreel y los seis volimenes de los Cuadernos corvenz’ # aflorar un primer e incictto elemento de reconstruccién cronoldgica ¥ textual de toda In obra gramsciana. Sin embargo, para tener un Gramsci no solamente antagonista del régimen y profeta de su caida ante el tribunal especial, sino también intérprete del fascismo, era preciso aguar- dar ain durante largo tiempo. Era preciso reconstruir —-y la tarea ain no ha concluido— nota por nota, frase por frase, ln serie de los escrites, de todos los escrites y lis intervenciones en el dehate cotidiano inchiso dentro de su partido, y la biografia intima e ideal, y era preciso hacerlo, fuera de todo mito, con’ la necesaria participaciéu. pero también con el justo, enten- dimiento y con eseripulo cientifico EL progreso mayor —annque siempre relativo— ex este sentido, ha ven do delinedndose en el curso de los aos sesenta, y sus iltimas ctapas pueden indicarse sumariamente en ta publicacién de los osoritos del diario Ordine Nuovo, presentados bajo el titulo Socialismo y fascisme (1966). y luego en el volumen conclusive de las obras: La construceisin del partido comunista (1971). Con la década mencionada se abre, por otra pate, un nuevo perio- do de estudios, que al fin ha empezado a enfrentar ex profeso la cuestién del fascismo. La década indieada se abre con la obra de Togliatti sobre la Formacién del grupo dirigente del partido comunistu: (1960), que publica importantes documentos inéditos y problematiza Ja histoviografia del par guen_la edicién revicada segtin los autégrafos y aunientada con las Cartas (1965), las integraciones y los descubrimientos de Sergio Caprioglio, dados en Fseritos 1915-1927 (1969), qne en conjunio representan también una aportacidn, ulterior de precisiones nada secundarias para nuestro estu- dio, Asi puce, éste puede ser considerado —-a grandes rasgos— el euadro n dentro del cual es posible emprender hoy en forma més amplia y dara, aun- que siempre condicionada por las circunstancies ya mencionadas y por [0 tanto en cicrtos aspectos dialogal, un reconocimiento de los textos no sélo del pensador y critico que actué predominantemente en prisién, sino del nilitante y dirigente antifascista que se distinguié de todos los demas por su personal concepeién del fascismo, Los estudios y apuntes de Ta edrcel, por un lado, los avticulos ¢ interven: ciones de las que ha quedado constancia, por el otto, se nos presentan hoy, bisicamente por primera vez, ordenados en una serie aproximadamente con. nua y completa, por mas que el orden de los Cuadernos no haya sido restablecido. La fusién entre ambos periodos (por ejemplo, en orden a la prohirmitien Zaucigmo:Rsorgimenta) mo cota quid totukmente. resaces sin embargo el “Gramsci politico” © intérprete del fascismo ha venido ad- iendo dimensiones mis especificas y veraces: a procisar mejor su figu- ta ban eontribuide, poco a poco y también en el iltimo periodo, el volumen a cargo de Giausiro Ferrata y Niccold Gallo, Nel tempo'della lotta (1904), y, la reciente antologia de los Scritti politici, ordenada por Paolo Spriand (1973). Pero asi s¢ han sefialado tinicamente algunas de las mas impor tantes clapay de una adquisicién que deberia. ser procisada mis minuciosa- mente, ¥ que parece ain en curso, tanto por lo que respecta a otras contri Buciones de inéditos o eseritos todavia desconocides, como por lo que res- pects a una valoracién més prudente on Ins atribuciones de azticulos no firmados No esté proximo ni es facil el logro de una edicién completa y al mismo tierapo puntual de las obras —-que pueda considerarse definitiva- mente establecida— que seguimos esperando. Entre tanto, la fusién entre el Ordine Nuovo y los Cuadernos sc ha realizado, y se ha aclarado la relaci entre el joven Gramsci y el Gramsci maduro, y en este fatigoso y progre- sivo pero no siempre lineal camino ha sido posible sacar a la luz y abarcar el conjunto de la empresa cultural y polémica, en el sentido mis elevado de estas palabras, del hombre y del combatiente, del pensador con respecto al foscismo. La posicién de Gramsci ante ef fascismo puede consideratse ac- tualmente restituida y docuimentada en toda su extensién y en los diversos aspectos de su trayectoria, lo de casi veinte afios se ha pasado de la conocida conferencia de Togliatti sobre el Ancifascismo de Gramsci (1952), stil para la lucha politica pero encaminada ya en la via de una sustancial precisién’ metodoldgica, hasta cl intento mis orginico y complejo de intexpretacién aparecido hasta ahora, el de Leonardo Paggi, en Antonio Cramei ¢ it moderno principe (1970), afin inconcluso. Abora bien, gracias a esto labor cada vez més amplia y en cierta forma 2 Es necesaig sles Ja asdcién « Gramsci de nn artculo no firmdo (Fi partido del proletriado) spareldo eh Io. de noviomve de 1924 ta Online Maeve. BM eal ‘ta oe texto repie terelmente wn Pose cet conitale Yn (HM purtda') de ts Prin ‘ipton det leninismo de Stalin, pera he éa ‘pelo en ok yolanenweamsctene La fsirisione del party romaiste. 1023-1025 Tati IT pp. EID 12 colectiva, la atencién se ha ceutrado, reiteradamente y en varias partes en el anélisis e interpretacién que Gramsci, en etapas.sticesivas, dio. del fas- cismo. Anélisis que madura “en el tiempo de la lucha”, en un sentido mas especifico entre 1921 y 1925, y que luego reaparece en gran parte en las Tesis del Congreso de Lyon (enero de 1929), redactadas por Togliatti pero con la colaboracién y hajo la inspiracién de Gramsci; anilisis que se desa- rrolla en formas casi siempre indirectas (de reflexién tedtiea y con notes as”) en ol petiodo de Ia cércel, en cierto sentido complicado y ido, en algunos aspectos acrecentado de cara al régimen y luego parcialmente rectificado en el euaderno Americanismo y fordismo. EI pro- ces de recuperacién de los textos ha resultado pues concomitante con la recanstmecién ignalmente progresiva de la biografia gramsciana, mientras que cl desarrollo de los estudios de historia del Partido Comunista Italiano se ha venido entzelazando, en estos iiltimos tiempos, con In investigarion historiografica sobre ol fascismo, con la discusiOn de sus interpretaciones. En medio de este trabajo sc sitia la iiltima adquisicién, en nn terreno paralelo al nuestro, de las Leceiones sobre el fascismo, elaboradas por Togliatti en Mosca en 1935, fruto de una experiencia humana y politica difercute, que x cierta forma representan un regreso a las tesis y al espirita de Gramsci. Por ello es posible hoy ir mucho mis alla de lo que se ha repetido —con razén— después del 25 do abril:* que los fascistas con le persecucién y Ia céred pretendian aniquiler en el dirigente politico y moral del partido co- munista una instancia de vida y de pensamiento que la misma victima supo por el contrario organizar y multiplicar en una forma y nna perspectiva “antifascista” totalmente inusitada, que superaba en tucho los limites cow: tingontes de ln oposicién y de los andlisis precedentes, para tender, en cuatro mucho mis amplio, a una hegemonia mucho mas sélida © indestrue- tible que fundar y extender sobre toda la sociedad italiana. No obstante os progresos realizadas en Ja reconstruccién del cuadro his- térieo y-tedricd total, no puede decirse que Ia tarea realizada hasta ahora —y que hemos tratado de indicar— haya perdido algo de su actualidsd, en el sentido de que los problemas objetivos ¢ interpretativos siguen muy vivos y abiertos en uuestra época. Seguramente la situacién actual puede elinearse de esta manera: la tarea realizada se ha aprovechado de un reco- nocimiento fundamental de los materiales gramecianos mis espectficamente dedicados al fascismo: pero simultineamente la problemética gramsciana ha venido adquiriendo también una mayor profundidad. Ahora bien, casi toda, por no decir toda, la obra de Gramsci —Ia politica y la “literaria”— ataca al fascismo en sus diversas etapas y aspectos, desde sus raices y origenes hasta sus manifestaciones més maduras, situadas entre la crisis econémica * ED 25 de abril de 1945, el Comité de Liberacién: Nacional, onganiracién de foente aque dirigia la resistencia ialiana, lena wna instrreccién naclonal nates Tos nazis ¥ {hscistas en todo el norte de Talia. (1 B y la vispera de la guerra. Si se reles y se reflexiona sobre el conjunto de Ja obra gramsciana mas ecpecificamente dedicada al fascismo, se revela cla: Tamente un curso ideal, que amplis el interés hist6rico, pasando del primer compromiso politico, antagénico, que sin embargo provenia ya de una inter- pretacién del mundo contemporaneo propia del joven Gramsci, a una: revisién e interpretacién nuova de toda la historia de la sociedad, de Ix economia ¥-de la cultura de los italionos, més alla de una petiodizacién Limitada. De ahi una primera dificultad para seguir en una forma coberente, pero tam- bin fiel, una serie tan amplia de documentos y de bechos, como son los que resultan'de toda Ix obra y la lucha del comunista sardo. Y, sin embargo, precisamente por estas razones, nos parece justo y necesario en la fase actual del debate interpretative y de la lucha politica, aunque. corramos cl riesgo de alguna inevitable simplificacién, recoger y exponer en forma popular aque- lla parte de la obra gramsciana que mas propiamente fue dedicada por el autor a una “lectura” —global y activa— del fascisino. En cierto sentido —dentro de estos limites—, se trata de Tlevar a cabo uma Tabor de acercamiento elemental a cierto namero de textos, tomando en cuenta Tas advertencias que se han dado hasta ahora. Pero es necesario decir, preliminarmente, que Gramsci no se planted nunea ex profes una investigacién temética del fascismo que estuviese, por asi decirlo, desligads de las finalidades mas generales —tedricas y practicas— que sucesivamen- te se propuso. De abi las diferencias cualitativas no pequeiias en lor diver- sos materiales confiados a nuestra comprensién. Ademés, el estudio .critico de estos materiales ba presentado y presenta niveles desiguales, precisamen- te con respecta al tema y al titulo del fascismo, segtin nos movamios: 4] en al terreno de los escritos anteriores a 1919-20, que podriamos llamar “pre- fascistas"; 6] en del fendmeno fascista convertido en “Estado”; e] en el terreno de la in- tegracin tedrica en la época de la creel. La literatura sobre el tema, es, de hecho, mucho mas detallada y exhaustiva sobre el segundo aspecto, por otra parte central desde cualquier punto de vista, mientras quc la exégesis de partes enteras de los Cuadernos —y en primer Iugar el grupo de notas so- bre Americanismo y fordismo— est dando sus primeros pasos? El anélisis que Gramsci nos ha dejado del fasciemo no es Sruto de-un_ pro- yeeto conducida sistematicamente, sino que macié en Io més vivo de la uch politica 'y de clase, en ol debate socialista y comsnista, y crece y so despliega por grados: desde las articulaciones del -Ordine Nuovo semanal y cotidiano hasta Ias Tesis de Lyon; desde el ensayo sobre la cuestién me- Tidional (Algunos temas de la cuestién meridional, 1926) hasta un ciclo 2 Cf. por ejempla: Massimo Massara, “Geamset ¢ il fascisma", an'el Calendario del popolo; diciembre de 1971, uno de los primeros ensayes dedicades’ especialmente al tena fpenas se complet, con cl tomo xit, fy primera ediciga do las Obras. “ terreno de Ia polémica abierta y de Ia interpretacién, dlstinto de-trabajo y mi jn que de la experiencia del fascismo dese boca en la problematica del Risorgimento y de la revolucién en Italie. To- talmente inmerso en aqnella lucha y aquella polémica, Gramsci fue reco: siend, casi dia por dia; las caracteristicas y cl papel hist aquellas escuadras de combate, dé aquellas escuadras de accidn, que en Ia escena italiana y eiropen de le posguerra constituian para el movimiento obrero un hecho totalmente nuevo. Y en la interpretacién de lo nuevo Grams- ci acudi6, entre los primeros: de ‘Emropa, al método de: Marx. Como combiitiente y como tedrico divia quel fascisio, el verdadero, el que_importaba, el que contabs, nacié realmente en 1920-21, del impacto con Tas formaciones agrarias y con la burguesia capitalista; pero nunca le pasé inadvertida la importancia de la funci6n desempeitada por In peqnefia burguesfay sus cuadros. Los escritos de 1920 en los que Grameci comien- za q examinar mas de cerca el eutrelazamiento nacional entre redccin y fascismo, los vinculos entre peque'ia burguesia y fueraas capitalistae —to- dos ellos motivos retomados ea 1921 y 1022— asientan sne xaioes en ana isién general de Ia crisis revolucionaria europea ¢ internacional que sigue siendo de gran interés. Su articulo Una descomposicién y una génesis, pu- Blicado et Lo. de mayo de 1919, constituye el preludio e inicio de muckss otras observacioues, que conducirén inds tarde a una visién articulada sin embargo plenamente rigurose del fascismo: el capitalismo italiano, ante Jos nuevos partidos navionales del pueblo, de la clase obrera, de los campesi- nos, frente a la pérdida misma de la independencia de Italia 2 consecuencia de tz guerra y a manos de las otras potencias europeas capitalistas mas fuories y agresivas, frente a la “marea revolucionatia” (el octubre ruso, pero también la “guetta de las colonias”), siente fuertemente Ia necesidad de aprisionar a las masas, do recurrir a la dictadura de clase. Es la primera vez que un comnnista toma este camino, hacia una defi cién del fascismo sobre el cual mas tarde, a escala europea ¥ en al & de la Tercera Internacional, florecerén debates y_ se establecerdn posi muy diversas entre sf. Ast pues, ya desde 1919.20, Gramsci se lanza a un anilisis totalmente autnomo y original, y también por eso comienza a narse cl titalo que se le atribuiré en lo sivesivo de “el tedrice enropeo mar- xista mis importante después de Lenin”.* Asi, Gramsci no se plegé a gusto co- iin en st época en todos los campos y escueles, de uria formula univoca y definitoria, sino que bused y siguié las diversas actitudes y modificaciones del fascismo, en cl curso de su evolucién. En osto estriba Is diferencia de su'método, tanto respecto al de Bordiga, quien llega al limite de.negar la especificidad del fascismo, como respecto a todas las demés definiciones més 0 menos unilaterales y simplistas (optimistas 0 pesimistas) que surgen en el fmbito-de la cultura liberal o radical o socialdemdcrata. Nada semejante, por ejemplo, a la imagen de la “contrarrevolucién preventiva” (Luigi Fab: rico-social de 5 Gf, Hughes Portelli, Gramsci yet Bloque histérico. Ed. Siglo XI, México. 1973. 15 bri) 0 a Ia idea del “nacionalfascismo” (Selvatorelli) o al sentimiento de una “revelacién” en Ja historia nacional de Italia (Fortunato) y mucho me- nos a la réplica de Benedetto Croce contra los intelectuales gentilianos (dl “antirisorgimento”). Desde este punto de vista podria decirse que Gramsci, sin ser un empirico —jtode lo contrario!— prefiere observar los hechos, comprenderlos en sus movimientos y mudanzas, y mas arn en su significado real, y contraatacarlos en st ideologia, sobre el terreno de un aualisis que se presenta ya —mis alld de las tomas de posicién més inmediatas que pasar del acicate de le ironia hasta las consignas de luchs--- embrionariamente complejo. No es que en Gramsci falten unas u otras definiciones, sino que siempre aparecen, y en medida mucho mayor que en cualquier otro intér- prete y advereario del fazciemo, comprensible adlo en un context. mas amplio y dinamieo. Si acaso, estos sus intentos de aproximac ex el momento incluso inactualess pero esto depende del hee durante cierto lapso su posicién fue, por asi decirlo, doblement ria, como eoncepcién y coma métode general, por ‘su perspectiva revolt cionaria y por ol lugar que ocupé durante largo tiempo en el propio partido comunista. La apertura intelectual on Ia investigacién va de la mano con la firmeza en Ia accién. El 31 de enero de 1921, diez dias después de Livorno, aparece el articulo La guerra es fa guerra: frente al ataque fascista se trata de orga- nizar el contraataque. Por lo demas, ya desde le famosa relacion de mayo de 1920, presentada en nombre de las organizaciones turinesas, Por una renovacién del partido socialisia, Gramsci habia visto con gran realismo y con excepcional capacidad de previsién el peligro de un desenlace reaccio- nario y dictatorial. Realismo: “La fase actual de la lucha de clase en Italia es a faze que precede: bien a In conquist del pater politico por parte del proletariado revolucionario para el paso a xuevos modos de produccién y distribucién que permitau une recuperacién de la productividad; o bicn a tuna tremenda reaccién por parte de la clase propietaria y de la casta gober- nante”. Capacidad de previsién (que falt6 a los socielistas como a los bor- dighianos) : “No se ahorraré ninguna violencia para someter al proletariado industrial y agricola a un trabajo servil: se buscar destruir inexorabl mente los organismos de lucha politica dela clase obrera (partido socialis: ta). y de incorporar los organismos de resistencia econdmica (los sindicatos y las cooperativas) a los engranajes del Estado”. Cosa que se realizé, a con- secuencia de la derrota del movimiento obrero, del hundimiento del Partido Popular Italiano y de la involucién de la mayor parte de la clase dirigente. Y aqui hay que sefialar no s6lo el que subrayase el enfrentamiento de clases em proceso, sino la justeza de una hipétesis de tipo autoritario-corporativo que el nacieate fascismo apenas habia expresado, hipétesis atin oculta entre Jos velos de su demagogia o, para la mayoria de los observadores, oculta ineluso mas tarde bajo la brutalidad escuadrista. En 1921-22 Gramsei condujo una doble polémica: contra el oportunismo 16 socialista y contra el fascismo (que seguia analizando). En cuanto al fas- sismo se trata do la fase que hey Uemariamos una criss de enechuiente transformacién del movimiento en partido, crisis tan aguda, pero también tan répidamente resuelta, que provoce un rompimiento entre Ia linea de las “fueras clomentales” bratalmente antilasisias y predominentemente agri las y la Tinea mussoliniana, con su rostro “urbano”, predominantemente: po- Hitica. Con el afio 1921 se inicia um periodo de auge de la “guerra de movi miento”: los fasci se introducen en los bloques nacionales giolittianos, pactan con Tos socialistas y con la Confederacién del Trabajo, pero luego se fusionan sim residuos con las escuadras, y reanudan su “marcha”, rompiendo el pacto de pacificacién y pasando por encima de loe acuerdos de “tregua” estable. cidos a In sombra dol debilitado xégimen parlamentario y bajo el patrocinio del presidente de fe Camara de Dipotados. En este tormentoso periodo, como en Ia crisis que seguir al caso Matteotti, si siguiéramos el rastro de todos los articulos, declaraciones y juicios més’ inmediatos firmados por Gramsci © atribuidos a él podrfa observarse, entre un documento y otro, mas de une escilacién o disonancia. Pero asi como de aquella crisis, por toda una serie de circunstancias objetivas y subjetivas, el fascismo salié transformado y fortalecido —elevandose primero al gobierno del pais y consolidando luego su dictadura~, asi también el andlisis gramsciano descabre puntos de apoyo ‘mis precisos, definidos y estables. El anélisis de Gramsci es, ante todo, un andlisis de las fuerzas sociales en pugnas y el suyo es, en primer término, un intento de dividir al adversario, de procurar nuevas alianzas y una nueva direccién a la clase obrera, segtin Ja experiencia del octubre ruso, en Ia realidad italiana. Fs une linea en la que se mantendré incluso después del advenimiento fascista: alianzas con la Tucrea_catélica democratica, eon Ios partidos y sectores autonomistas de a pequetia burguesta y de los campesinos del mediodia, pero bajo la guia del rinevo partido. Date de abril de 1921 su importante intento de recuperar, en el sentido de una accién antifascista y popular, el elemento dannmziano que controlaba a wna parte notable de Tos ex-combatientes y que habia ex. trado en conflicto, sobre todo en el vértice, con Ia propagacion del “escla- io”.* Y de 1921-22 data el ataque a Giolitti y a los jefes de los iberales”, que-abandonan el terreno de la “legalidad” y no im. sino que incluso fomentan (primero y sobrc todo, a través de Bonomi como ministro de la guerra), el armamento y la avanzada de los fasct en ol pais y en los centros decisivos del Estado. No menos interesante, como re- vel6 ni primer lugar Alfonéo Leonetti, es la apelacién a la Constitucién, le- vantindose.Gramsci en defensa de las Tihertades colectivas que pisotea la Turguesia!® 4 CE Sergio Caprioglio, “Un mancato incontro Gramsct-D'Anuunzio a Gardone nel? aprile 1921", en Rivista dtoriea det socialismo, enevo-agasto de 1962. 5 Allene Leonent, Note gu Gramsci Urbino, 1970, exp, titlados “Lanaist del 10” ¥ “Proceso a'Giolit". asi i

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