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LOS MURALES DE JUAN O’GORMAN EN LA

BIBLIOTECA CENTRAL DE LA UNAM


Esta biblioteca de la UNAM es uno de los acervos bibliográficos más importantes
de nuestro país y una espectacular pieza de arte.
María González de León

La Biblioteca Central de la UNAM comenzó a construirse en 1950 y abrió


sus puertas en 1956. Fue diseñada por el arquitecto y pintor Juan
O’Gorman, y es clasificada como una obra maestra de la arquitectura
funcionalista. Se trata, no solamente de una de las colecciones bibliográficas
más importantes de nuestro país, sino también de una espectacular pieza de
arte.
Patrimonio de la Humanidad según la UNESCO, la Biblioteca Central
resguarda 428,000 volúmenes de la colección general y 70,000 en su
colección histórica. Además cuenta con un fondo antiguo con ejemplares
impresos previos a 1800, y una considerable hemeroteca.
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La base de la edificación está hecha con piedra volcánica (proveniente


del pedregal donde se encuentra) y está labrada con motivos de las culturas
prehispánicas mexicanas. La entrada norte del edificio está adornada con una
fuente en forma de Tláloc, dios de la lluvia y la fertilidad, un motivo que se
repite en distintos lugares del edificio. Además, en las bardas del jardín de la
planta principal se encuentran labradas las siluetas del dios Quetzalcóatl,
de Ehecátl (deidad del viento) y una máscara rodeada de serpientes.
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“Desde el principio, tuve la idea de hacer mosaicos de piedras de colores en


los muros ciegos de los acervos, con la técnica que ya tenía bien
experimentada. Con estos mosaicos la biblioteca sería diferente al resto de
los edificios de la Ciudad Universitaria, y con esto se le dio carácter
mexicano.”, dijo O’Gorman sobre éste, uno de los mosaicos más grandes del
mundo.
Realizado con piedras de colores y titulado Representación histórica de la
cultura, el mural que cubre el cuerpo entero del edificio funciona como un
códice, es decir, supone una narración de la historia de nuestro país en
diversas etapas, y de la importancia de la Universidad Nacional.
El muro norte del edificio representa imágenes de las culturas prehispánicas
mesoamericanas y sus deidades. Su temática gira en torno a la dualidad
vida-muerte. El lado norte está ilustrado con el rostro de Tláloc, enmarcado
con un par de manos abiertas y retrata diferentes escenas del pasado
prehispánico de México, como la fundación de Tenochtitlán.
unam.mx
El muro sur retrata la llegada de los españoles a México y la Conquista, así
como la dualidad Dios-Diablo. Además presenta la parafernalia de dicha
etapa de la historia, como iglesias, cañones, mapas, monjes y códices.
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El muro oriente retrata la modernidad mexicana, siendo la Revolución uno
de sus ejes temáticos. En el centro hay un modelo del átomo, principio
generador de la vida. Hay también una Luna y un Sol, una representación
más de la dualidad.
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El muro poniente habla de la Universidad Nacional y su importancia, siendo
el escudo de ésta uno de los temas principales. También hay distintas
alegorías y representaciones de todo eso que esta magna casa de estudios
representa: la ciencia, la cultura, el deporte, etcétera.
unam.mx
La Biblioteca Central es actualmente un distintivo visual y arquitectónico de
la UNAM y de la Ciudad de México; es un tesoro que cuenta historias del
pasado, de la modernidad y de la UNAM, un hermoso tesoro, retrato de
nuestra cultura.
EL MURAL DE LA BIBLIOTECA
CENTRAL

Juan O’Gorman, el reconocido arquitecto y pintor mexicano, entre 1949 y 1951 proyectó y
dirigió la construcción de la Biblioteca Central en Ciudad Universitaria, edificio que recubrió
con un mosaico pleno de piedras naturales sobre una superficie de cuatro mil metros
cuadrados, con la intención de darle un carácter mexicano a dicho inmueble.

Cuando O’Gorman realizó el proyecto, éste fue aprobado con entusiasmo por el arquitecto
Carlos Lazo, quien en ese entonces era el gerente de construcción de la Ciudad Universitaria;
sin embargo, la tarea de conseguir piedras de todos los colores posibles no fue fácil, ya que
tuvo que viajar por toda la República. En ocasiones, según palabras del propio O’Gorman,
“hacía expediciones de hasta dos días y únicamente acompañado por guías y mulas
atravesando desiertos”.

O’Gorman logró plasmar la cosmovisión de una cultura milenaria. El tema predominante en


la obra es la cultura, enarbolando la bandera de la misión universitaria, a través del devenir
histórico, como espiritualidad, saber y forma de vida, desde la época prehispánica y mestiza,
hacia un futuro ligado a los descubrimientos científicos contemporáneos.

Este mural es un ejemplo de la corriente funcionalista. La integración artística de los murales


muestra un diseño en función de distintos puntos de vista del espectador en movimiento.

En el lado norte, el mural representa el pasado prehispánico de nuestro país; exhibe elementos
en referencia al carácter lacustre de la antigua capital mexica, área que corresponde al actual
Centro Histórico de la Ciudad de México; se encuentran también los jeroglíficos de las
principales ciudades que bordeaban el lago de México, como Coyoacán, Churubusco,
Iztapalapa, Xochimilco, Azcapotzalco y Tacuba.

En la pared del lado sur, nuestro pasado colonial, observando una visión del mundo europeo
en conjunción con el indígena, y desarrollando el esquema del mundo colonial novohispano.
En el mural se ubican del lado derecho las armas y frutos de la guerra; del lado opuesto, los
frutos de la cultura más o menos constructora. Se subrayan dos aspectos de la conquista
española, el civil y el religioso, destacando de uno y otro lado las figuras del conquistador
Hernán Cortés y del primer arzobispo de México, Fray Juan de Zumárraga.

El muro oriente de la Biblioteca lo compone el mundo contemporáneo; se ve al átomo como


el centro de la nueva cosmovisión, como el principio generador de la energía vital de los
vegetales, las aves, los peces, los reptiles y el hombre, y de la energía potencial de los
minerales. La realidad histórica del mundo de esa época, con la estrella roja del socialismo y
el libro abierto de la cultura, también es representada por O’Gorman.

En este mismo mural, la realidad mexicana también es plasmada: del lado izquierdo, con
el mundo obrero, industrial, transformador, opuesto al mundo rural, tradicional, conservador.

En el muro poniente se representa a la Universidad y al México actual; contiene el escudo de


la Universidad Nacional Autónoma de México, creado en 1921. Además, se hace referencia
a las actividades creativas y recreativas de nuestra máxima casa de estudios, con una enorme
fuente de la sabiduría.

En algunos símbolos se hace referencia al mundo contemporáneo y a la actividad cotidiana


de los universitarios, el estudio y la recreación; la creación del conocimiento y el
entretenimiento también creativo y propositivo.

Los Murales de la U N A M
Published 8 years ago by José Félix Zavala

Murales en CU, tesoros de México


En una superficie de 4 mil metros cuadrados se plasmó la cosmovisión de una cultura
milenaria.

Foto: Raúl Castillo

El Sol de México

Organización Editorial Mexicana

Fernando Ríos

En una superficie de cuatro mil metros cuadrados que permitió continuar la tradición
centenaria de artistas mexicanos, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
brindó los muros de la Biblioteca Central, para plasmar desde los años 50’s, el desarrollo de
la cultura mexicana, a través de una cosmovisión integral, convertida en ejemplo de
integración arquitectónica, pintura y mural de matices nacionalistas.

Los relieves de Juan O’Gorman, ornamentan a base de piedra natural, la Biblioteca Central
de la UNAM; otro de los artistas, David Alfaro Siqueiros trabajo en el edificio de la
Rectoría y Diego Rivera en el Estadio Olímpico, con un mural inconcluso.

El tema predominante en la obra plástica, es la cultura, que enarbola la bandera de la misión


universitaria, a través del devenir histórico, como espiritualidad, saber y forma de vida,
desde la época prehispánica y mestiza, proyectada al futuro ligada a los descubrimientos
científicos contemporáneos.

La integración artística de los murales poliangulares, muestra un diseño en función de


distintos puntos de vista del espectador en movimiento.
El edificio, ejemplo de la corriente funcionalista, se encuentra recubierto con un mosaico de
10 colores de piedras naturales, traídas de diferentes canteras y minerales del país.

El conjunto arquitectónico se distribuye en un cuerpo horizontal en cuyas fachadas se


alternan fajas de piedra volcánica, con espacios ocupados por vidrieras que terminan en
grandes superficies de ónice traslúcido de color ámbar.

Superpuesto sobre de esta estructura, un gran cubo forma el cuerpo vertical muestra en la
base una franja de vidrieras y muros bajos que forman el piso abierto, después se
despliegan diez pisos, con las composiciones pictóricas que hacen de este edificio la
construcción emblemática de C.U.

El lado norte de la Biblioteca Central, cuenta con la mayor cantidad de motivos


ornamentales, como la monumental y estilizada fuente de Tláloc.

El mural presenta elementos en referencia al carácter lacustre de la antigua capital mexica,


área que corresponde al actual Centro Histórico de la Ciudad de México, se encuentran
también los jeroglíficos de las principales ciudades que bordeaban el lago de México:
Coyoacán, Churubusco, Iztapalapa, Xochimilco, Azcapotzalco y Tacuba.

En la parte central se recrea la fundación de México Tenochtitlán, origen y esencia de la


ciudad capital de los mexicas, en el que se encuentran presentes los tlatoanis de México-
Tenochtitlán, acompañados de sus respectivos jeroglíficos.

Representados en códice nahuas, del lado izquierdo se encuentra el sol, Tonatiuh; el del
lado derecho pertenece a la luna, las deidades y escenas que lo decoran representan al
ámbito de lo negativo y tenebroso, la oscuridad y la muerte.

Junto al sol, aparece el dios benéfico Quetzalcóatl, la serpiente emplumada; por debajo del
cuerpo de la serpiente se ven dos divinidades mesoamericanas: Tláloc, el “Dios de la
lluvia”; Quetzalcóatl, en su forma humana. En la parte media se encuentra Tlazoltéotl, la
“Diosa del parto”, de la agricultura; a su derecha Ehécatl, “Dios del viento”, entre otras
deidades. Estos trabajos se terminaron en 1952.

En la pared del lado sur, se observa una visión del mundo europeo en conjunción con el
indígena, y desarrolla el esquema del mundo colonial novohispano. En el mural se ubican
del lado derecho las armas y frutos de la guerra; del lado opuesto, los frutos de la cultura
más o menos constructora.

En este mural se subrayan dos aspectos de la conquista española, el civil y el religioso,


destacando de uno y otro lado las figuras del conquistador Hernán Cortés y del primer
arzobispo de México, Fray Juan de Zumárraga.
El muro oriente de la Biblioteca, muestra el átomo como e centro de la nueva cosmovisión,
como el principio generador de la energía vital de los vegetales, las aves, los peces, los
reptiles y el hombre, y de la energía potencial de los minerales.

La realidad histórica del mundo contemporáneo, con la estrella roja del socialismo y el
libro abierto de la cultura, también es representada por O’Gorman.

La realidad mexicana, también es representada donde se encuentra colocado del lado


izquierdo al mundo obrero, industrial, transformador, opuesto al mundo rural, tradicional,
conservador.

La pared poniente, contiene el escudo de la Universidad Nacional Autónoma de México,


creado en 1921; en este muro se hacen referencia a las actividades creativas y recreativas de
esta casa de estudios, representada por una enorme fuente, de la sabiduría.

Algunos símbolos de este mural, hacen referencia al mundo contemporáneo y a la actividad


cotidiana de los universitarios, el estudio y la recreación; la creación del conocimiento y el
entretenimiento también creativo y propositivo.

La Torre de Rectoría muestra una obra de David Alfaro Siqueiros, “El pueblo a la
universidad, la universidad al pueblo”. Por una cultura nacional neohumanista de
profundidad universal, en la que representa un grupo de universitarios en el que se logra un
efecto de doble movimiento que va de derecha a izquierda y de arriba hacia abajo.

La obra el derecho a la cultura se compone de un brazo con dos manos entrelazadas , una
tercera en relieve sobresale y un lápiz apunta hacia un libro abierto en donde aparecen
escritas algunas de las fechas más importantes de la historia mexicana.

Nuevo símbolo universitario, donde aparecen las figuras de un águila y un cóndor los
cuales remiten al escudo de la universidad, estas aves simbolizan la unidad
Latinoamericana.

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