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LA FUERZA DEL ORDEN Una etnografia del accionar policial en las periferias urbanas didier fassin traduccin de andrea sosa varott ar le Prélogo Interpelacién* en Clichysous-Bois, 2005 Es el 31 de diciembre de 2006, 19:00 hs, En una gran aglo- meraci6n urbana de los suburbios parisinos, tres adolescentes vestidos con elegancia esperan el Gmnibus bajo la ia de Seguridad (CRS) que circula por el barrio. Es evidente Ws no advirticron nada del ajetreo de un momento antes. Al pasar, miran con insistencia a los adolesce: su ronda a baja velocidad. Minutos més tarde, erp Bn frames tiene el significado, 28 Lavornza pe onmas toda maquina y se detiene ruidosumente frente a los res muchachos que esperan el medio de transporte que les permitira encontrarse con sus amigos en la fiesta. Tres agentes de uniforme bajan del auto, saludan con frialdad a los adolescentes, les pdden les documentos, los eachean sin miramientos y les preguntan que hacen ahi. Satisechos en aparien- ia con las respuestas obtenidas, vuelven al patrullero para intercambiar informacién por radio con la comisaria Hasta ese momento, los adolescentes todavia piensan que solo se ha twatado de un si igen mauritano, el shen por experien« frecuencia significa exponerse a verificaciones ‘misma secuencia humillante: apoyar la sobre el eapé, ser palpados con las piernas ‘ejecutado en publico, delante de los vecinos que in suftido varios de esos controles en diversos horarios y diferentes lugares cuando esperaban a un amigo ‘© caminaban por la calle, Si bien sienten lo vejatorio de la situacién, no. cestn particular No tienen nada que ocultar y, ademas, ‘cena los agentes que los observaron antes en la osc al pensar que hablarsn en su favor ante sus colegas Pron “Se vienen con nosotros’, ordena secamente uno de los policias. p6Loco 2g Ateriddos de frfo bajo la lia, los adolescentes no oftecen la menor resistencia, Pese a todo les ponen las esposas con las manos a la espalda, Pl agente que’ cas del més joven constata, divertido: “Las puse al revés’. FI © no se atreve a quejarse, en efecta tiene Jos brazos el cuerpo toreidos en una posicién dolorosa. As{ permaneee durante el trayecto a la comisaria. Durante toda esa penosa prueba, los tres muchachos se mantienen en silen hicieron nada y que silo esperaban e! émribas. ‘gregan en la noche habitantes del barrio, que, sin embargo, se quedan a ‘una distancia razonable, Padres del veeindaria se ssombran al reconocer ‘a compaiieros de sus propios hijos esposados como eriminales, Al ver ese nerroga: "-gUstedes saben por qué estén aqu nos nada, sefior”, Ante lo que considera una negativa a cooperar, el agente pasa ala intimidacidn: “De todas formas, sabemos que fueron ustedes. Asi que vaa suceder lo siguiente. Quedarain detenidos durante veintievatro hhoras, sQuieren conocer sus derechos? Pueden pedir un abogado o un és nar a sus padres". Poco mas los adultos presentes parecen convencidos d Intentan quebrara uno de los ms grandes, al que se han nada", Entre ambos interrogat sus billeveras, relojes y obj so la mirada burlona de los poli- olor féxido de la orina que pasan por la nsiGn paicoldgica que sala adyacente se erce susceptible de favorecer las confesiones ribuyen por otro lado a una s adolescentes son conducidos a un pasillo persona “la se los acuso~ se encuentra del otro lado. Ella comprender que se espera cada orden, afirmé recone un atuend ifcil esable medida én que sme quedé todo lnctio a que sme las conse- Sin embargo, asf como el testimonio de la demanda Sistema de Tratamiento de Tafracciones Constatadas ( n el que idn sobre las personas que tuvieron un encuentro con las fuerzas del order simpl Ias sospe- chas en de los tres muchachos: para los servicios policiales son esconocidos. Por lo tanto, el jefe de turno decide llamar a los padres {e Ios dos mas grandes para anunciarles que sus hijos se encuentran re- tenidos en la central de polica y que deben ir a buscarlos, No se les da ninguna explicaci6n sobre las razones del arresto, Cuando los pades, inquietos, se prese Ja comisarfa el jefe de tummo los recibe y les dice que wn ve sido dafiado (con rayones en la puerta) por un grupo de adolescentes cerca del lugar donde los tres muchachos espere- ‘ban el Gmnibus y que la descripeisn fisicay la vestimenta de los culpables we teconoce que en esa época del afio ya esas Fas la mayorfa de los jvenes vsten abrigos con eapucha de color oscu- :na mala pasada ala policia. Es evidente lamenta ne haber podido establecer si pronuncian una palabra de disculpa pechosos de siempre” de la delincuencia ordinaria y no habrian debido soportar esis husnillaciones. Laescena que acabo de relatar se parece a muchas otras que presencié ". Me contuve de decirle que su deseripeién de controles y zetenciones me parecia muy atenuada respecto de lo que habia podido. ver, pero no pude abstenerme de sugerirle que el hecho de que los po- licfas se pusieran a perseguirlos al verlos correr tal vez correspon ‘mismo tipo de reflei. No estoy seguro de que haya advertido la ironia contenida en mi comentario, pero su observacién me parecis esclarece- dora. Més que de reflejo, por mi parte hablaré de memoria incorporada! incluso antes de tener tiempo para reflexionar, el cuerpo recuerda. La experiencia pasada de las interacciones con la policfa es lo que se mani fiesta en estas cortidas desenfrenadas, cuyo componente Iidico a veces no debe ocultarsu fondo real de incontrolable espanto. En sintess, una suerte de inmunidad que, al contrario de la que produciria una vacuna, permite reconocer el peligro al que ya se ha estado expuesto, pero que no protege de él, de los dos adolescentes de Clichy-sousBois, euyo anuincio en mano. Presos del painico, slleron corriendo y tres de ellos se refugiaron en una subestacién eléetrica en la que Bouna Traore, de 16 aiios,yZyed Bena, de 17, mm Muhittin Altun, también de 17, sobs La expresién “muertos por nada’, que se converti Jas manifestaciones en memoria de los dos jo en el letmotiv de ibraya la situacién 36-14 FoERZA Det oRDEN ‘extrema en la que ‘por comtactos anter posibles conseci del orden y aterroriaados por las ve se trate, segrin la oe ligido por sus Jos abogados djeron mis tarde que no te- ‘documentos consigo, pero se vio en mi relato que inclaso en po- ‘egla no podian estar seguros de evitar ser Hevados yretenidos por la pol ‘en un contexto en que esta buscaba jvenes sospechados de irrumpir en una obra en construccién), Entom- je 6mnibus, cuando el auto de la polieta se detuvo con brusquedad enfrente de ellos y enando vieron Negar tres vel dos en sus derechos, pensaron que se Uwataba de un simple con sido objeto de ese tipo de controles ‘orden. Por mi parte, debo confesar que ha tiempo. Al momento de producirse los hechs mportar Ia forma en que los policias los wataran. Por cierto, no demos po que los pe PROLOGO 37 traba con eso ninguna originalidad: més tarde supe que, en efecto, los ppadres del barrio vecino decfan las mismas cosas asus hijos. Tener que i twivial de la dscriminaci6n y la docilidad va un cuestionamiento serio sobre lo que concesi6n obligada al Estada de derecho. ante ia injusticia tuna democracia, ‘Aldarle un cariz personal a este prélogo, no quise ofrecer timonio". Period siales y educadores populares propusieron otros, Agu blicaron, como por ejemplo la emotiva nota de opinion i este hostigamiento sin mas compartida. ¢Nos damos euenta ica. Para intentar volverla comprensible, el filésofo ido contar la experiencia de su “hijo adoptivo de 16 aos, que es negro", precisaba, En el tanscurso de los dieciocho meses anteriores, los control ‘merosos que ya ni era posi habia suftido de violencia” que constiuye lo usual del control policial. Por encontrar nada contra el adolescent f Dbuscatio‘ la co pas", observaba con lucidez, ‘que yo trabajaba, esa posiblc olvida enumerar sus siendo sospechosos ichos: esos jévenes alos que la policia controla. los policias con “perros jos que se suelta contra los hijos de obreros o las personas de ovigen 38 LAUER? DRL ORDEN extranjero", pricticas que comsidera i uas y peligrosas; sin embargo, Badiou logra convener a los lec para nuestra sociedad. Me inte- samente puede provacar el ociedades. De pero hacer tin poco mas comprensible cémo y por qué la pol ser lo que es, Tal vez esta verdad y esta in lectores y mas allé de ellos algo diferente de la e6lera ola ces decir, un sentimiento moral susceptible de producir ni sino también la aceién, PROLOG 39) Cuando sobrevino cl artesto de mi hijo y sus amigos, supe de alguna ‘manera retrospectiva, ya que mi investigac que era la busqueda de esta verdad y esta int fad Io que me habia Nevado a emprender este trabajo, Sencillamente, procuraba compren- der qué haefa posible hechos semejantes. ¥en los dias posteriores me di ‘euenta de que ya no podria no escribir este libro En 1945, al presentar el fruto de diecisis ailos de “investigacionesflo- soficas”, Ludwig Wittgenstein conclu su prefacio con estas palabras: “Se las entrego al puiblico con sentimientos contradictorios. No es imposible ‘que, pese asus insuficienckas y lo tenecbroso de estos tiempos, este trabajo echie un poco de luz en algiin que otro cerebro; pero a decir verdad, ello ¢ muy poco probable”. Con la misma claridad sobre las insuficiencias de mi propio trabajo, pero también consciente de que atravesamos de ‘nuevo tiempos sombrfos, me aventurara, sin embargo, a una esperanza mayor sobre larecepci6n de estas investgaciones antropol6gieas. Si por alguna feliz casualidad Ia lectura de este libro suscitara algiin debate en. el mundo de la policia yen e! espacio piblico, habré dado un sentido a Jas Iargas horas que pasé patrullando con una BAC y al trabajo de eseri- tra que desde entonces emprendi para que esta obra sea accesible a un piblico ms amplio que el habitual de las ciencias sociales.

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