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SUSTENTABLES EL DESAFÍO
PARA EL G20
Fuente: La Nación
29-05-2018
Por primera vez bajo el liderazgo de nuestro país, estamos asistiendo a un debate
muy oportuno. Se trata del trabajo en el seno de la Task Force de Energía,
Eficiencia de Recursos y Sustentabilidad del B-20. Este grupo, junto con otros
siete similares, está elaborando propuestas para el G-20 sobre la base del respeto
a los Acuerdos de París y de la Agenda de los Objetivos de Desarrollo Sustentable
2030 de las Naciones Unidas.
En medio de esta tarea se evidencia a las claras que nuestro país resume de
manera virtuosa una situación única para abordar la transición hacia sistemas
energéticos más limpios y más flexibles, para llegar a horizontes impensados. Su
riqueza en recursos naturales, particularmente los renovables y el gas natural, así
como los recursos humanos nos posicionan en un lugar de privilegio para integrar
ese cambio. Y esto es una realidad en nuestros días: el sector energético está
capturando una porción significativa y creciente de inversiones extranjeras, con
variados ejemplos de proyectos y operaciones que concentran recursos,
tecnología e innovación de clase mundial.
Esto ya sucede en varios países, como China, Canadá, y Omán, pero también en
nuestro país: los casos de Desfiladero Bayo, en la provincia de Mendoza, o el
Yacimiento Grembeek, en Chubut, son pruebas locales de que estos desarrollos
están ya siendo una realidad de transición tangible, mejorando la eficiencia de la
fuente. Además, tenemos la gran oportunidad del desarrollo del petróleo no
convencional de Vaca Muerta en Neuquén, donde estamos avanzando a pasos
muy firmes y promisorios en la producción proveniente de este reservorio.
Un segundo análisis nos remite a la cuestión del gas, recurso en el que nuestro
país tiene enorme potencial. Entendida como una energía de transición entre las
fósiles de mayor emisión de carbono y las renovables, la generosa producción de
gas proveniente de los reservorios tight y no convencionales existentes en nuestro
territorio (Vaca Muerta es la segunda reserva de recursos de gas del mundo) ya
nos está dando la posibilidad de un desarrollo masivo, rentable, con precios muy
accesibles para el cliente final y con potencial de capacidad exportadora para el
país. También tenemos que ser capaces de agregar valor a ese gas que estamos
generando en el país. Las formas son diversas, pero hay dos desafíos que
debemos encarar en el corto plazo. El primero es el de utilizar al gas para
industrializarlo en la forma de generación de energía eléctrica mediante las más
modernas usinas disponibles tanto para nuestro consumo como para exportación.