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CALIDAD AMBIENTAL

Se puede defender el concepto “calidad ambiental” como el conjunto de características del


ambiente, en función a la disponibilidad y facilidad de acceso a los recursos naturales y a la
ausencia o presencia de agentes nocivos. Todo esto necesario para el mantenimiento y
crecimiento de la calidad de vida de los seres humanos.

Asociados a este concepto, se encuentran los términos “estándar de calidad ambiental” y


“límite máximo permisible”, instrumentos de gestión ambiental que buscan regular y proteger
la salud pública y la calidad ambiental, permitiéndole a la autoridad ambiental desarrollar
acciones de control, seguimiento y fiscalización de los efectos causados por las actividades
humanas. Un Estándar de Calidad Ambiental (ECA) es la medida que establece el nivel de
contracción o del grado de elementos, sustancias o parámetros físicos, químicos o biológicos,
presentes en el aire, agua o suelo, en su condición de cuerpo receptor, que no representa
significativo para la salud de las personas ni al ambiente.

Un ECA es de observancia obligatoria para el diseño de normas legales, políticas públicas; y


para el diseño y aplicación de instrumentos de gestión ambiental, así como para el
otorgamiento de la certificación ambiental.

De otro lado los Límites Máximos Permisibles (LMP) son definidos por la legislación ambiental
peruana como “la concentración o grado de elementos, sustancias o parámetros físicos,
químicos y biológicos que caracterizan a un efluente o a una emisión, que al ser excedido
puede causar daños a la salud, bienestar humano y al ambiente”. La característica más
importante de los LMP, es que su cumplimiento es exigible legalmente; es decir, el titular de la
actividad productiva que no cumpla con los mismos puede ser pasible de sanción.

Es responsabilidad del Ministerio del Ambiente dirigir el proceso de elaboración y revisión de


los ECA y LMP y, en coordinación con los sectores correspondientes, elaborar o encargar las
propuestas de ECA y LMP para su aprobación, mediante Decreto Supremo. En otros, el MINAM
deberá tomar en cuenta, para la elaboración de los ECA y LMP, las normas establecidas en la
materia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) o de las entidades de nivel
internacional especializada en temas ambientales.

Asimismo, junto a estas herramientas, se encuentra también un elemento muy importante en


la gestión de la calidad ambiental en el Perú, que es la Evaluación de Impacto Ambiental. La
Evaluación de Impacto Ambiental es un proceso de análisis sistemático, reproducible e
interdisciplinario de los impactos potenciales, tanto de una acción propuesta como de sus
alternativas, en los atributos, físicos, biológicos, culturales y socioeconómicos de un área
geográfica en particular.

El Sistema Nacional de Evaluación del Impacto Ambiental (SEIA) fue creado por Ley N° 27446, y
constituye un sistema único y coordinado de identificación, prevención, supervisión, control y
corrección anticipada de los impactos ambientales negativos derivados de las acciones
humanas expresadas por medio de los proyectos de inversión, sean públicos o privados, y que
procura establecer mecanismos que aseguren la participación ciudadana.

La Ley General del Ambiente establece que toda actividad humana que implique
construcciones, obras, servicios y otras actividades, así como las políticas, planes y programas
públicos susceptibles de causar impactos ambientales de carácter significativo, está sujeta, de
acuerdo a ley, al SEIA.
En ese sentido, la Ley Nº 27446 señala que ningún privado podrá dar inicio a ninguna actividad,
ni autoridad alguna de los tres niveles de gobierno podrá autorizarla, si es que esta no cuenta
con la certificación ambiental, expedida por la autoridad correspondiente. Además, la norma
establece la categorización de proyectos de acuerdo a su impacto ambiental.

Las evaluaciones ambientales deben ceñirse a los siguientes criterios:

a) La protección de la salud de las personas;

b) La protección de la calidad ambiental, tanto del aire, del agua, del suelo, como la incidencia
que puedan producir el ruido y los residuos sólidos, líquidos y emisiones gaseosas y
radiactivas;

c) La protección de los recursos naturales, especialmente las aguas, el suelo, la flora y la fauna;

d) La protección de las áreas naturales protegidas;

e) Protección de la diversidad biológica y sus componentes: ecosistemas, especies y genes; así


como los bienes y servicios ambientales y bellezas escénicas, áreas que son centros de origen y
diversificación genética por su importancia para la vida natural.

f) La protección de los sistemas y estilos de vida de las comunidades;

g) La protección de los espacios urbanos;

h) La protección del patrimonio arqueológico, histórico, arquitectónicos y monumentos


nacionales; e,

i) Los demás que surjan de la política nacional ambiental.

DAÑO AMBIENTAL

La Ley General del Ambiente, Ley Nº 28611, lo define como “…todo menoscabo material que
sufre el ambiente y/o alguno de sus componentes, que puede ser causado contraviniendo o no
disposición jurídica, y que genera efectos negativos actuales o potenciales”

Daño, en sentido jurídico, constituye todo menoscabo, pérdida o detrimento de la esfera


jurídica patrimonial o extra patrimonial de la persona (damnificado), el cual provoca la
privación de un bien jurídico, respecto del cual era objetivamente esperable su conservación
de no haber acaecido el hecho dañoso. Bajo esta tesitura no hay responsabilidad civil si no
media daño, así como no existe daño si no hay damnificado.

Actualmente el daño se clasifica en patrimonial y extra patrimonial. El primero es aquel que


recae sobre bienes susceptibles de valoración económica, sean corporales o incorporales, o
bien aquellos que no poseen una naturaleza patrimonial como la vida, la salud; caso contrario,
el daño de tipo extra patrimonial o moral es aquel que no conduce a una disminución del
patrimonio por recaer en bienes fundamentales que no pueden ser valorados de una
perspectiva pecuniaria, pero cuya única forma de reparación consiste en el resarcimiento
económico, donde se incluyen las lesiones los derechos de la personalidad, a derechos
fundamentales individuales o colectivos, así como el sufrimiento y molestias derivadas de tales
afectaciones.

Por su parte, por ambiente debe entenderse todos los elementos que rodean al ser humano,
elementos geológicos (rocas y minerales); sistema atmosférico (aire); hídrico (agua superficial
y subterránea); edafológico (suelos); bióticos (organismos vivos); recursos naturales, paisaje y
recursos culturales, así como los elementos socioeconómicos que afectan los seres humanos
mismos y sus interrelaciones.

Hoy en día, el criterio científico imperante establece que el ambiente se encuentra constituido
tanto por el medio natural, entendiendo por este al conjunto de elementos naturales bióticos
o abióticos, como por el medio cultural siendo este último el conjunto de elementos aportados
por la actividad humana como lo son el paisaje, las creaciones científicas, artísticas o
tecnológicas, y el patrimonio cultural y arqueológico.

Existe daño ambiental cuando una acción o actividad produce una alteración desfavorable en
el medio ambiente o en algunos de sus componentes. Los daños ambientales quedan definidos
por cuatro elementos: (1) manifestación, (2) efectos, (3) causas, (4) agentes implicados. Esto
cuatro elementos sirven de referencia en el desarrollo de la estructura para el análisis de las
implicaciones ecológicas y económicas relacionadas con los daños ambientales.

El daño ambiental es producto de conductas humanas que contaminan o degradan el medio


ambiente. La degradación ambiental es la disminución o el desgaste de los elementos que
componen el medio ambiente, como lo son: la deforestación, la extracción de recursos
naturales de una forma no sostenible, modificación del paisaje, modificación del régimen
hídrico, quemas e incendios, drenados y rellenos de ecosistemas acuáticos, introducción de
organismos exóticos, uso inadecuado del suelo, etc.

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