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José. Morro Casas precisos momentos, cuando un inmenso reguero de gentes intenta alcanzar el tiltimo reducto de suelo republicano, en las provincias costeras del su- deste mediterraneo. En el trigico escenario del final de la guerra civil, los puertos medite- rréineos, desde Almeria a Valencia, y en especial Alicante, se convirtieron en el niicleo central hacia el que confluy6 la iltima esperanza de salvacin de los republicanos que, ante la inminente derrota, pretendian exiliarse del suelo patrio, escapar a las represalias franquistas y el mar era la tinica dicha verdadera, accesible para cualquier ser humano, en cualquier mo- mento: la dicha de vivir. Entre finales del mes de febrero y comienzos de marzo de 1.939, los acontecimientos se producen vertiginosamente tras la dimisién del presi- dente D. Manuel Azaiia, desde su exilio parisino, El cinco de marzo, en Madrid, el coronel Casado se subleva, provocando la caida y_exilio del Consejo republicano, presidido por el Dr. Juan Negrin, mientras que, a media maiiana de ese mismo dia, la flota republicana zarpa del puerto de Cartagena rumbo a Argelia, Precedida por los cruceros: Almirante Cervera, Libertad, Méndez Nitnez y los destructores: Ulloa, Jorge Juan, Miranda, Espafia, Almirante Valdés, Gravina, Lepanto y Almirante Antequera y el submarino C-4. Al mando del almirante D. Miguel! Buiza, llegaron a Argel al dia siguiente, pero no pudieron desembarear por ser puerto comercial E18 de marzo atracaron en Mers el Kébir, Tiinez, Protectorado francés, sy no tengo noticias de mi familia, Limpia- ‘mos, fregamos. jQué vida tan nueva me veo obligado a hacer! Duermo en el suelo que hay que ver lo duro que esta! > Elalmirante Miguel Buiza entreg6 las naves al gobierno colonial fran- cés, que rehusé quedarselas, pero si las puso a disposicién de Franco. De Jos tres mil ochocientos marinos componentes de la flota, y unos trescien- tos cincuenta civiles, dos mil trescientos, en un rapido plebiscito, desean Tegresar a la peninsula. Algunos hombres se habian entrevistado con el ® Luis Antonio Pi José Fiménez Crespo. Zaragoza, 2.010, ang en Tanez”. Basado en el diario de CaMPos ArRICANOS. EL Bxitio BN Ft NorTE Dt ARICA almirante franquista Moreno, retomando el camino de vuelta al campo. José Jiménez piensa que la vuelta de los refugiados a Espafia y la amnistia, es un engafio: “Por la tarde vienen los que quedaron en sus barcos, que han estado hablando con Moreno, en vista de las impresiones cambiadas se vienen al campo EI 14 de abril, reciben una carta desde Gibraltar, conociendo que, du- rante la travesia hacia el golfo de CAdiz, pronto asomé el odio hacia el diferente y las represalias no se hicieron esperar, pues una cuarentena de marinos fue pasado por las armas, antes de arribar a puerto espaiiol. La inmensa mayoria de los marinos fueron encerrados en carceles y campos de concentracién en Cadiz y Rota. te Los que quedaron en sueio tunecino fueron dispersados por el territorio, siendo empleados en la construccién y reparacion de carreteras, tareas agricolas y en la tala de madera en los bosques de Djebel Chambi. Otros fueron enviados a las minas de lignito en Cap Bon 0 en la construccién de vias férreas en el desierto. Otra parte fueron enviados a Argelia, a Re- lizane y Bou-Arfa. Mientras que el personal civil, a partir del 12 de marzo, fue enviado a Maknassy, sito entre Sfax y Gafsa, a unas minas desinfee- tadas, Los mas afortunados lograron embarcar, nuevamente, y llegar a Francia: “Si esto se realiza ;Cudntos hombres han tenido que luchar y morit para que yo pueda ser lo que yo queria! Tengo muchas ganas de desem- barcar...”5 Elalmirante Miguel Buiza se alisté voluntario en la Legion Extranjere francesa. En atencién al rango militar, de entrada fue ascendido a capitén participando muy activamente al frente de la tercera compafiia del Cuerp¢ Franco del ejército, Acabo como teniente coronel en Francia, pero regresé a Atgelia, donde pas6 un tiempo. Murié, olvidado, en un hospital de Pari en 1,962. La huida de la flota permitid, al bando faccioso, decretar el bloquec sobre la totalidad del litoral mediterrinco, todavia no ocupado por su ejér Luis A. Palacio. Ob. Cit. 5 Luis A. Palacio, Ob. Cit. Jost Luls Morro Casas cito, Pero no fue interferida, salvo excepeiones, la evacuacién de republi- anos en toda clase de embarcaciones, operacion que fue apoyada, en al- unos casos, por buques de guerra de la marina briténica y francesa. El exilio espafol hacia el norte de Africa, ya habia comenzado con el inicio de la guerra. La cercania de los protectorados espaitol y francés, en Marruecos, permitié a un cierto nimero de republicanos, encarcelados en Ceuta y Melilla, escapar y legar a suelo argelino por el Marruecos francés. Pero es a partir de octubre cuando este movimiento fue mucho mas noto- rio. Para algunos, simplemente, fue lugar de paso, pronto lograron llegar a suelo espaiiol y ponerse, nuevamente, al servicio de la Republica. ‘A partir del mes de octubre, este movimiento fue mas constante. Como hecho aneedetico se puede destacar la fecha del 27 de noviembre de 1.936, ‘cuando desde las islas Baleares, en una chalupa, llegaron a Cherchell, Ar~ gelia, seis ciudadanos republicanos. Tras la derrota republicana en la Batalla del Ebro, en 1.938, las salidas de barcos hacia el Magreb, comienzan a tener mayor amplitud. Ya sean en bareazas, chalupas, barcos de pesca, pequefios remoleadores... cual- quier paquebote es bueno para huir de la guerra y los fascistas, que durante tres afios han masacrado toda esperanza de paz y libertad. Desde Valencia a Almeria ,cuantos anonimos ciudadanos se dieron a la mar, en tan dificiles circunstancias y en tan mindsculas embarcacion Es una pregunta imposible de contestar. Por la frontera portuguesa, desde Ayamonte, Miguel Dominguez Soler, pudo embarcarse hacia Casablanca. Detenido prontamente fue enviado a Bouarfa, para acabar en el campo de Kenadsa, a trabajar en las minas de carbén. Slo queda admirar la fuerza y tes6n que portaban, en busca de un futuro mejor y, sobre todo, encontrar paz. En otra tierra. En otro continente. La llegada a cualquier punto de la costa oranesa, en los primeros mo- mentos, resultaba mas factible, por la permisividad de los aduaneros ar- gelinos, cuando, todavia, la Francia del Frente Popular siente simpatia por Jos refugiados republicanos, Pero donde resulta mas palpable ese carifio, es entre sus ciudadanos. Gran parte de los que habitan en la capital ora- nesa eran de origen alicantino y murciano y, en menor medida, almeriense cn Affique du Nord.” Ea Sables dex Mare No © André Bachoud. “Les republicans espa Perpignan. 2.010, CAMPOS AFRICANOS, EL EXILIO EN EL NoRTE DE AFRICA 0 valenciano. Muchos de ellos eran descendientes de aquellos que, de 1.850, marcharon a territorio argelino a trabajar en tareas agi ante la miseria y pobreza reinante en la Espafia peninsular, con fe al minifundio y a la dispersién parcelaria, lo que suponfa un ob: para el desarrollo agrario y su modernizacion. Existian muchos jon y braceros, pero poco trabajo. El tejido industrial era, practicamen xistente y los motivos economicos estaban detris de las emigra ‘Unos porque no tenian nada, otros porque lo habian perdido tod ‘menos, los que buscaban, descaradamente, fortuna, Muchos de ellos se quedaron para siempre, Los descendientes primeros emigrantes econdmicos, vieron llegar a otros paisanos a l del siglo XIX y comienzos del XX., siguiendo sus pasos, en busca futuro més halagiieio. a jAhora, los nuevos “emigrantes legan por motivos politicos! 7 Pero la situacién politica, en la colonia francesa, cambi6 a partir de noviembre de 1.938, cuando comienza a aplicarse un decreto d bierno francés, por el que se autoriza el internamiento en carceles ¢ deseables extranjeros”. Los anarqu seran los primeros.arrestados por la aplicacién del decreto. Un aiio después, los extranjeros, franceses sospechosos y los ¢ nistas y no comunistas, serdn perseguidos ¢ internados en “campos tancia vigilada” El primero de mayo de 1.940, el Servicio de Evacuaci canos Espaftoles, verd cesar su actividad y su archivo req autoridades oranesas. : En suelo marroqui, la ¢ 4 ja caza y captura de los republicanos comenzi junio de 1.940, en Meknes. ‘no venian por motivos econdr n de Re} ado p oF toda la obra del profes ‘en None de Attica, Agradez0 al p espaol de 1.939. Jost Luis Morro Casas ALICANTE, ESPERANZA DEL EXILIO REPUBLICANO “Veinte, treinta, cuarenta mil personas hacinadas en el puerto: més inta mil en la ciudad, sin contar las ireinta mil que van liegando y no gardn. Treinta mil de los que no puedo hablar, treinta mil que no quie- : dormir, treinta mil que se saben perdidos. Los mimeros nunca son cts”. 5 Ultimos dias del mes de marzo de 1.939, la guerra esté a punto de aca- . Madrid ha capitulado y s6lo un reducto a orillas del Mediterrineo sda en manos de los republicanos, quienes se esfuerzan por mantener | esperanza imposible. Con extraordinaria prosa, el escritor Max Aub nta, magistralmente, los tltimos dias de guerra en la ciudad de Ali- te, en: “Campo de los Almendros”. Desde su exilio mexicano, el autor entregé a todo tipo de averiguaciones y testimonios de person: ieron esos dias. A través del fundador y alma de la Libreria Espafiola de Paris, el se- bino Antonio Soriano Mor, Max Aub pudo contactar con el historiador nuel Tufién de Lara, prestandole la ayuda y contactos necesarios, ade- , el gran historiador, vivid y padecid en sus cames, los trigicos sucesos final de la guerra en el puerto de Alicante? 2on la guerra irremediablemente perdida y el bando republicano pe- amente partido, la labor mas urgente era salvar el mayor mimero de iblicanos comprometidos, a la causa de la Republica. La huida de la a rest6 unos medios de evacuacién imprescindibles para un gran nit- 0 de ellos. La interrupcién de las negociaciones con Burgos, el 25 de zo, el movimiento de tropas franquistas al dia siguiente, en los frentes Deafia y Almadén, y la rendicion de Madrid, el dia 28, generaron la sandada final. Miles y miles de hombres, ancianos, mujeres, nitios y soldados del de- ado ejército republicano, se precipitan por alcanzar la ciudad portuaria Max Aub. Campo de los Almendros, Edit Alte ‘esimonio del gran historador espa Leal, revista “Canelobre”. Nimeros 78. 1.986. “La gucrra term 20 Campos AFRICANOS. EL EXILIO EN BL NorTE DE AFRICA de Alicante, intentando lograr subir a bordo de barcos que les leven al exilio. Las posibilidades de evacuaci6n en otros puertos, incluido Carta- gena, eran practicamente nulas. Las noticias de una afortunada evacua- ccidn en barcos dias atras, la proximidad en esas aguas de buques de guerra britanicos y franceses y los rumores de la inminente llegada de barcos, en Jos que eran respetados los plazos de embarque, produjo una avalancha ansiosa por alcanzar, lo mas pronto posible, el puerto de la ciudad de A cante. Pero la cruel realidad se impuso al sueiio. A la esperanza siguié el de- saliento. La radio informaba los pormenores de la entrada de las tropas franquistas en Madrid, mientras una multitud, estimada entre setenta y cien mil personas, vagaban por Alicante presas del pinico. Sélo dos barcos aguardaban a toda esa ingente muchedumbre: el Stambrook y el Maritime. Mientras el primero embarcé todos aquellos, y mas, que pudo admitir, en el Maritime, solo 32 “personalidades” tuvieron el privilegio de hacerlo, dejando en los muelles a una ingente multitud, horrorizada y desesperada de verse atrapada, sin solucién de continuidad, en aquella carcel al aire libre en espera que alguien, algo, 0 mejor otros barcos, pudiesen dar so- lucién ante tamaiia desesperanza. Lo cierto es que algin barco como el Winniper, intent6 entrar a puerto, pero fue en vano. El buque franquista Jupiter, se interpuso. Mientras que. desde Burgos, Franco comunieé que daba por finalizada la franja neutral yno habria ningin trato con los prisioneros. Soldados republicanos, hombres, mujeres, ancianos, nifios... asistieron con horror, aquel 30 de marzo de 1.939, la entrada vietoriosa del Cuerpo Voluntario de Tropa italiana, al mando del general Gambara. Algunas de~ cenas se suicidaron, nunca se sabré cudntos fueron, prefirieron perder la vida, antes de caer en manos facciosas. ‘A primeras horas de la tarde del 31 de marzo, los buques franquistas Vuleano y Canarias, atracaban en el puerto. Los batallones 121 y 122, se hicieron cargo de , reemplazando a los crueles italianos. La mayor parte de los que quedaron fueron conducidos hacia el Campo de los Almendros, al norte de la ciudad, en la carretera de Valencia. Otros fueron encarcelados en los castillos de Santa Barbara y el de San Fer- nando; el castillo de Benacantil, la Goteta, la Plaza de toros; dos cines 21 José Luis Moro Casas ALICANTE, ESPERANZA DEL EXILIO REPUBLICANO “Veinte, treinta, cuarenta mil personas hacinadas en el puerto; mas treinta mil en la ciudad, sin contar las treinta mil que van llegando y no llegaréin. Treinta mil de los que no puedo hablar, treinta mil que no quie- ren dormir, treinta mil que se saben perdidos. Los ntimeros nunca son exacios”.* Ultimos dias del mes de marzo de 1.939, la guerra esta a punto de aca- bar. Madrid ha capitulado y s6lo un reducto a orillas del Mediterrineo queda en manos de los republicanos, quienes se esfuerzan por mantener una esperanza imposible. Con extraordinaria prosa, el escritor Max Aub cuenta, magistralmente, los iltimos dias de guerra en la ciudad de Ali- cante, en: “Campo de los Almendros”. Desde su exilio mexicano, el autor se entregé a todo tipo de averiguaciones y testimonios de personas que vivieron esos dias. A través del fundador y alma de la Libreria Espafiola de Paris, el se- gorbino Antonio Soriano Mor, Max Aub pudo contactar con el historiador Manuel Tufion de Lara, prestindole la ayuda y contactos necesarios, ade- mas, el gran historiador, vivio y padecié en sus cames, los trigicos sucesos del final de la guerra en el puerto de Alicante.’ Con la guerra irremediablemente perdida y el bando republicano pe- nosamente partido, la labor mas urgente era Salvar el mayor nimero de republicanos comprometidos, a la causa de la Republica. La huida de la flota resté unos medios de evacuacién imprescindibles para un gran ni- mero de ellos. La interrupcién de las negociaciones con Burgos, el 25 de marzo, el movimiento de tropas franquistas al dia siguiente, en los frentes de Ocafia y Almadén, y la rendicién de Madrid, el dia 28, generaron la desbandada final. Miles y miles de hombres, ancianos, mujeres, nifios y soldados del de- rrotado ejército republicano, se precipitan por aleanzar la ciudad portuaria “Max Aub. Campo de los Almendos. Edit. Alfaguara. Madrid. 1.981 fever en un arcu de Ju monio del gran historiador espaol, Tul de Lara, se Mar. |, revista “Canolobre”, Nameros 7/8, 1.986, "La guerra termind en Alicante. La tragedia del 20 CAMPOS AFRICANOS. EL EXILIO EN EL NORTE DE AFRICA de Alicante, intentando lograr subir a bordo de barcos que les Hleven al exilio. Las posibilidades de evacuacién en otros puertos, incluido Carta- gena, eran pricticamente nulas. Las noticias de una afortunada evacua- cidn en barcos dias atras, la proximidad en esas aguas de buques de guerra britinicos y franceses y los rumores de la inminente llegada de barcos, en Jos que eran respetades los plazos de embarque, produjo una avalancha ansiosa por alcanzar, lo mas pronto posible, el puerto de la ciudad de Ali- ante, Pero la cruel realidad se impuso al suefio. A la esperanza siguié el de- saliento. La radio informaba los pormenores de la entrada de las tropas franquistas en Madrid, mientras una multitud, estimada entre setenta y cien mil personas, Vagaban por Alicante presas del panico. Sélo dos barcos aguardaban a toda esa ingente muchedumbre: el Stambrook y el Maritime. Mientras el primero embarc6 todos aquellos, y mas, que pudo admitir, en el Maritime, solo 32 “personalidades” tuvieron el privilegio de hacerlo, dejando en los muelles a una ingente multitud, horrorizada y desesperada de verse atrapada, sin solucién de continuidad, en aquella cércel al aire libre en espera que alguien, algo, © mejor otros barcos, pudiesen dar so- lucién ante tamafia desesperanza. Lo cierto es que algiin barco como el Winniper, intent6 entrar a puerto, pero fue en vano, El buque franquista Jupiter, se interpuso. Mientras que, desde Burgos, Franco comunicé que daba por finalizada la franja neutral y no habria ningtin trato con los prisioneros Soldados republicanos, hombres, mujeres, ancianos, nifios... asistieron con horror, aquel 30 de marzo de 1.939, la entrada victoriosa del Cuerpo Voluntario de Tropa italiana, al mando del general Gambara, Algunas de- Cenas se suicidaron, nunca se sabra cudntos fueron, prefirieron perder la Vida, antes de caer en manos facciosas. A primeras horas de la tarde del 31 de marzo, los buques franquistas Vuleano y Canarias, atracaban en el puerto. Los batallones 121 y 122, se hicieron cargo de la situacién, reemplazando a los crueles italianos. La mayor parte de los que quedaron fueron conducidos hacia el Campo de los Almendros, al norte de la ciudad, en la carretera de Valencia, Otros fueron encarcelados en los castillos de Santa Barbara y el de San Fer- nando; el castillo de Benacantil, la Goteta, la Plaza de toros; dos cines 21 — Jost Luis Morro Casas fueron utilizados para el mismo fin, asi como los campos de concentracién de Albatera, Alcoy y Callosa d"Ensarria, ‘Antes de alcanzar este trigico final de la Segunda Repiiblica Espanola, algunos miles de ellos tuvieron, en este caso, la fortuna de lograr salir de Espaiia. El 16 de febrero, dos embarcaciones lograron llegar a Orn, con 24 refugiados. El 22, dos aviones atertizan en el aerédromo de La Senia, Oran, con 6 pasajeros; el 25 de febrero, a bordo de un barco inglés, 44 re~ publicanos parten hacia tierra argelina."" Pero en el mes de marzo, el niimero de refugiados erecié considerable- mente, bien por barco o aviones desde los aerédromos de Los Aledzares, ‘Albacete y San Javier, principalmente con destino a Argelia. La profesora Suzanne Aubrespry, ha publicado la relacién nominal de barcos, aviones y personas que, desde el 3 de marzo al 8 de mayo de 1.939, Tegaron “oficiaimente” a tierra argelina, gracias a la documentacién con- servada en el archivo de Ultra Mar, CAOM, en Aix-en-Provence. Es as{ como puede saberse que: 6.840 personas llegaron a Argelia, du- rante este corto espacio de tiempo. El Winniper y el Marionga, con unos pocos cientos de personas, Ile- garon a Ordn en ios primeros dias del mes de marzo. El dia 12, el Ronwyn, con 674 pasajeros, se hizo a la mar: ira una maiiana de sol. El puerto de Alicante estaba abarrotado de gente que queria huir. Hasta hubo peleas y todo, La cosa se puso violenta, porque el barco se iba llenando y su capacidad era limitada. ;Habia pues que pelear! Recuerdo al hijo del diputado Companys, hijo de D. Juan Companys, diputado por Almeria...Nos abrié el paso a la familia Pra- dal. Los marineros ingleses nos daban un poquito de jamén 0 lo que fuera Por fin llegamos a saber que si no habiamos alcanzado las costas de Africa, era porque barcos franquistas nos habian interceptado, querian dirigirnos a las islas Baleares. El capitin inglés, al principio obedecié, después Hams a buques ingleses que estaban pairullando por alli, se acer- caron sin que nosotros supiéramos nada, y los franquistas se marcharon. 1,939.1.943." 2010, CAMPOS: AFRICANOS, Bi. EXILIO EN EL Nore bE AFRICA Llegamos a Orin, Algunos tuvieron la suerte de desembarcar, pero a la mayoria se nos prohibid... Nos dijeron que habia que seguir viaje a Ténes, Una ciudad pequetita entre Oran y Argel...Los hombres fueron hacia Boghari y Colomb-Bechar...a las mujeres y los nifios nos Hlevaron a un campo cerca de Orleansville, en un pueblecito Hamado Carnot...” E119 de marzo, zarpa del puerto de Alicante el “African Trader”, con 859 pasajeros. El barco era un carbonero inglés perteneciente a la Mid, Atlantic. Co, Abastecedor de carbén al gobierno republicano. Entre sus pasajeros se encontraba el valenciano Vicente Verdeguer: “Durante el viaje que duré dos largos dias, tuvimos que ser escoltados por tres barcos de la marina briténica, ante la presencia de barcos italia- nos y franquistas, que querian obligarnos a poner rumbo a Cadiz. Cuando Hegamos frente a Ordn, comenzé un verdadero calvario para todos noso- tros. Alli nos tuvieron, en el mar, ;40 dias! A un kilémetro de la costa, sin ‘mantas...sin nada:..Dejamos a las mujeres los aseos, nosotros colocamos una manta en cubierta y, desde alli, en lo alto, haciamos nuestras necesi- dades... Habia més de dos pisos de altura, No podia tirarme al agua, pues ‘me quedaba sin maleta, donde llevaba toda mi ropa..." Tras dos dias en la rada, el carbonero fue autorizado atracar en el puerto, pero no en el comercial, sino en el muelle “Ravin Blane” cercado de alambradas y senegaleses con bayonetas, Se habia tenido en cuenta el informe del ingeniero jefe del puerto, que accedié a la demanda del capitan del buque, solicitando agua potable. Dos dias después, el barco continiia atracado, los pasajeros sabotearon su maquinaria quedando inmovilizado. Pero seguian teniendo prohibido bajar a tierra, EI 14 de abril atin permanecian 450 y 279 en el Lezandriewx. ‘Todos los miembros de la Casa de la Democracia de Orin, se volcaron con los primeros refuugiados que llegaron a la ciudad argelina, en el velero “Cala Castella” y el remolcador “Vigo”. En algunas poblaciones del li- toral alicantino como: El Campello, Villajoyosa, Santa Pola y Torrevieja, el Sindicato Pesquero puso a disposicién de dirigentes politicos y sindi- cales, algunos barcos: ‘Testimonio de Fernando Pradal, En “Exodos. Historia oral dele .n0 en Francia, 1.939- 1.945." Antonio Soriano. Critica, Barcelona. 1.989. '? Testimonioinédito de Vicente Verdeguer. Valencia .914-2.008. Agradezco al Sr. Verdeguer, el relato de su triste historia, asi como la altuista aportacidn fotogritiea para este texto 23 José Luis Morro Casas “La Industria Pesquera” “Maruja Ferrer” “D - 2044”, que zarparon e127 de marzo. El anarquista Miguel Martinez Lopez salid, junto a su fa- milia, desde el puerto de Villajoyosa, en “ET Gavildn de los mares”, lo- grando llegar a Oran. En la noche del 3 de abril, legaba al puerto oranés la chalupa “Joven arte con treinta tripulantes. Veintitrés de ellos fueron apresados por la policia. EI 30 de marzo arriba al puerto de Mers-el-Kebir el vapor “Lézar- dieux", desembarcando 350 pasajeros. El mismo dia al puerto de Oran llega el “Campillo” con 400 pasajeros. Fue el ultimo buque de la Armada, espafiola en aleanzar suelo argelino, Durante todo el mes de marzo, en el aerédromo oranés de la Senia, ate- rrizaron 54 aviones con mas de 150 pasajeros, Entre las insignes perso- nalidades que Ilegaron, desde el aerédromo de Monovar, figuran el Presidente del Consejo D. Juan Negrin, ministros y destacados dirigentes, comunistas como: Dolores Ibarruri, La Pasionaria, Santiago Carrillo y otros dirigentes del mismo partido, que partieron pronto hacia la antigua Unién Soviética, Pero, sin duda, ha sido, y es, el “Stambrook” el barco inglés del que més rios de tinta han visto reflejarse en libros, revistas, documentales y conferencias, en aquellos tiltimos instantes de la guerra. De todo lo leido sobre el navio, pasajeros y capitén del buque, hasta estos momentos, quiero resaltar el texto del profesor Juan Martinez Leal." El barco llegé desde el Reino Unido al puerto de Oran, a mediados del mes de marzo, inmediatamente se le ordené que zarpara hacia Alicante, ciudad a la que llegé el 25, poniéndose a las rdenes del gobernador civil, D. Manuel Rodriguez. El barco fue fletado gracias a las gestiones de Ro- dolfo Liopis, en Paris, con José Calviiio Ozores, director de la sociedad espafiola CAMPSA-GESTILBOUS, asegurindole el envio de dos navios: Stambrook y el Margit. Los dos Ilegaron al puerto alicantino partiendo '-Repasando et o2.012. "Juan Martinez Leal, “Sia Pasado y Memoria. Revista de Historia C jy 18 de septiembre 1a memoria Ue Tos exliados espatiles’ temporince, 4. 2.005, Pp, 65-81 Campos AFRICANOS. EL EXILIO EN EL NorTE DE AFRICA hacia Orén, ciudad a la que se dirigié Llopis para organizar una off de ayuda a los refugiados espaiioles. El dirigente socialista se hizo acor pafar por Leén Johuaux, dirigente de la Federacién Internacional Sindic ¥y del diputado socialista por Orn, Marius Dubois, Elbarco era: “un carguero carbonero pequefio de 1.383 toneladas. metros de largo y 10 de ancho, construido en 1.909, por la Tyne Iron Shi building de Newcastle, y remozado en 1.937... Por motivos de seguridc ‘el barco viajé con distintas banderas en tareas de abastecimiento a zona republicana... hasta que fue hundido por el submarino alemdn 57, el 18 de noviembre de 1939, en la entrada del puerto de Amber Segtin Germinal Ros, en los campos de concentracion de Argelia se rindié un minuto de silencio...""aquel barco se lo merecia”. ‘Mucho se ha especulado sobre ta identidad y comportamiento de capitén Dickson...invitado y agasajado por la Federacién Socialist Ilevado a Madrid por el Gobernador Civil, con el fin de entretenerlo, ‘chos testimonios cuestionan que el capitan tuviera un conocimiento cal yuna actitud resuelia ante la magnitud del problema que se le ave naba... Los refugiados accedian en tropel al recinto del puerto...La gu dia de asalto y los carabineros custodiaban el acceso al muelle y al bar pero muchos de los que pretendian embarcar iban armados, hacien ‘caso omiso de las instrucciones de los guardias. Fueron embarcados » tilados de guerra y enfermos de los hospitales de Alicante, En la penu bra del puerto multitud de curiosos y familiares completaban una esce que algunos pintan como espectral, de pesadilla. La agitacién y los n vias de tiltima hora, la emocion de las despedidas, la desesperacion os que finalmente no pudieron acceder al levantarse, definitivamente, escalerilla...Habian refugiados que llegaban pertrechados de todo ti de maletas y fardos con provisiones, y otros sin nada, directamente | frente y con lo puesto, con hambre y cansancio acumulados 0 con algu objetos de valor...Se produjeron encontronazos y discusiones entre responsables de la evacuacién y el capitan del barco. Es dificil precis pero la avalancha humana sobre el buque debié producir fuertes tensio ‘y momentos casticos”.'* °5-jyan Martinez Leal. Ob. Cit 25, Jost: Luis Morro Casas Uno de tantos testimonios, que han visto la luz, en aquellos draméticos instantes, quiz el primero, lo escribe D. Felipe Cabezas:'° “Cuando todo estaba listo para el despegue y levantada la escala, fie por dos veces bajada esta con el fin de que subiesen los iiltimos grupos venidos en coches y camiones. El barco estaba saturado. En revoltijo in- {forme llenaban la cubierta: hombres, mujeres, nifios, maletas, sacos, ‘cajas, bultos de toda clase. Un oficial grité: Todo el mundo a las bodegas. Unos y otros se animaban a descender a aquellas tétricas profundidades. Y mientras la escalera de mano vomitaba al fondo seres humanos como ssi fueran fardos, ascendia por la escala, la muchedumbre que esperaba en tierra. Nuevas voces suplicando a los de las bodegas que se pongan en pié para dar cabida a més personal. Gritos de protesta, sofocones, la- mento: El pintor Orlando Pelayo, contaba 18 aiios cuando embareé, en aquella noche oscura, en el Stambrook “Salimos tan tarde de Alicante porque el capitin inglés retrasé la sa-~ lida todo lo que pudo, esperando Ia llegada de los tiltimos voluntarios del éxodo...Recuerdo que entre las personas alli embarcadas se encontraba la mujer de Modesto, Francisco Gullén y el entonces general Mangada.. en nuestro buque pretendio ejercer su mando durante la travesia, pero no To consiguié porque las mujeres, hombres y nifios, pensaban mas en comer que en obedecer, nos daban un pan para veinte personas...Emprendi el éxodo en compahiia de mi padre..." EI nombre de Lucas Camons Portillo, no figura en la lista de los em- barcados en el Stambrook, En su Diario relata lo que le sucedié hasta Ie- gar al puerto por sus propios medios: “Nos fuimos al Grao donde pudimos ver el barco leno de gente. Los carabineros no dejaban acercarse a nadie, pero yo decidi pasar y uno quiso echarme para airs y le dije que no tenia nada que hacer, pues me proponia entrar y lo haria. Los dos que venian conmigo se acercaron y le dijeron que era mejor que hiciera la vista gorda, pues sino, seria mal "©. Folie Cabezas,* "7 -Testimonio de Orlando Pelayo en Soriano, Ob, Cit brook”, Nuestra Espa, 1.940. La Habana, je Epic. Los expatrados de CAMPOS. AFRICANOS. EL EXILIO EN EL NORTE DE AFRICA para él. El chico se encogié de hombros, y yo sin dudar mas, di un salto yme encalé en el barco, los dos amigos hicieron lo mismo... A las I de la noche del 28 de marzo, el capitén ordena levantar las amarras y, el barco, pone proa a un rumbo desconocido para la mayoria de los pasajeros. Es el preciso momento en que: “Un silencio religioso, turbado apenas por el ruido de las méquinas, hinche el ambiente, Muchos sorben las lagrimas. Los ahoga el recuerdo de que queda atras: el hogar amado y los compaiieros indefensos al ar bitrio de la horda triunfante...""° Una vez traspasada la bocana del puerto: ‘Oimos el ruido del motor de un avin. Se fue acercando y, a guisa de despedida, solté dos bombas que cayeron lejos de la popa...’” Tras el sobresalto angustioso, ocasionado por aquel aparato faccioso, el barco prosiguié en zig-zag su singladura hasta Oran, Ilegando al cabo de dos dias. El cansancio, angustia y 1a fatiga hicieron mella entre los pa- sajeros. José Muiioz Congost, periodista anarquista alicantino, pulso por una cuerda lanzada desde la cubierta del barco, escrib “Desperté. Todo estaba oscuro. El azul de la noche estrellada, descen- dia por el rectingulo de la escotilla, alli en lo alto. Poco a poco fui vis- lumbrando los contornos inmediatos de cuanto. me rodeaba. Indescriptible. Mosaico moviente de carnes cansadas, sudores amonto- nados y un lamento indefinible de cansancio infinito llenaba las profiun- didades del barco. Imposible, al menos en la sentina, encontrar un palmo de suelo libre de ocupacién humana...” * El barco arribé a Orin, en la tarde del 29 de marzo, quedando anclado en la rada del puerto y, al igual que el African Trader, no permitieron su amarre hasta el 6 de abril, en el muelle de Ravin Blanc. Los “oficialmente” 2.638 pasajeros, pertenecian a todas las categorias sociales y profesiona- 29 Germinal Ros, “Una vida viscuda”. Fn Juan Martinez Leal. Ob, Cit 71- Jose Mufoz Congost. “Por tiertas de moros. El exilio espaol en cl Magreb” Ediciones Madre ‘Tierra, Méstoles. 1.988. a7 José Luis Morro Casas les. Desde jefes militares a diputados, altos funcionarios civiles y lideres indicales, arquitectos, ingenieros, agricultores, abogados.... hasta mozos También aparecen ciudadanos de distintas nacionalidades, 94, encua- drados en servicios y profesiones. Casi todos intelectuales y téenicos que permanecieron en Espaiia como periodistas y asesores, tras la evacuacin de las Brigadas Internacionales. Cuando el Stambrook se hizo a la mar, la desesperanza se apoderd de todo y de todos. E131 de marzo, caian en manos franquistas las provincias de Murcia y Almeria, EL | de abril, resonaba el iltimo parte de guerra, Una vez concluido aquel fratricidio no habria piedad para los vencidos. Para nada servia la nobleza de los ideales, la justicia de la causa o la legitimidad de la accién. Las leyes primarias de la guerra se aplicaron en su forma mas primitiva y, ante el desastre, no cabria mas que esperar la muerte, la carcel o el exilio. Afloré la tortura y las pricticas vergonzantes, los secuestros sin retorno, con su causa de odio, dolor y miseria que no tardaron en formar parte de Jo cotidiano. Fue entonces cuando comenz6 el éxodo. Alicante y su puerto, como un afio después, Marsella y su Viejo Puerto, siempre estardn presentes en la memoria triste de la historia de los exilios espaitol y europco. A las dos ciudades desembocaron todo aquel chorro, ese arroyo que venia de todos los campos, soldados, mercenarios, hombres, mujeres, vie~ jos y nifios de todas las banderas “arrastréndose por largo camino a través del pais destrozado y man- cillado, ahora no habia otro consuelo mayor que el vacio, el desierto in- humano del mar, donde nadie podia imprimir huellas, que nadie podia manchar... El trozo de agua azul, allé abajo, al final, era el horde de nuestro continente, el limite del mundo que, si se quiere, se extiende desde el Pacifico, desde China y Vladivostok, hasta aqui...Hombres que espe- raban dejar tras si, mediante esos barcos nuestro continente; dejar tras sisu vida pasada y quizés, si fuera posible, la muerte para siempre. Juan Bs Deseo agrade: que, en Campos AFRICANOS, EL BXILIO EN EL Nore DE AFRICA REPUBLICANOS EN CAMPOS AFRICANOS Segiin las estimaciones mas precisas y contrastadas, fueron unos d mil, los espafioles que lograron alcanzar suelo norteafricano, al fina Ja guerra civil espafola, La ciudad que destaca, con luz propia, en aco a los depauperados de la guerra civil es: Orn. Una estadistica del Got nador general, en junio de 1.939, cifra en 7.000 los refugiados llegadc Ja ciudad portuaria.* Al igual que en la metropoli, las autoridades fi cesas rehtisan acogerles en un primer momento, las érdenes consistiar que todos los navios debian volver a alta mar. Esta primera decision suaviza a partir del 9 de marzo, cuando comienza a llegar un mayor fl de republicanos. En febrero de 1.937, el Prefecto de la ciudad censé en cincuenta r los espaioles residentes en su departamento, Podian ser emigrantes e nomicos Ilegados antes del periodo fraticida, en espera de su naturali O civiles republicanos y fascistas, huidos de la guerra. Cabe aiia también a los peligrosos e indeseables, que fueron transferidos desde ¢ tintos centros de retencién de la metrépoli, y los que aceptaron, en el | mer moment, alistarse a la Legion Extranjera, en Siddi Bel Abbés. El de mayo de 1.940, el servicio de informacién, estimaba en mis de 90.¢ los espaiioles en Argelia, cuarenta mil de ellos en el Oranesado, y ur veinte mil en el Marruecos francés. Toda esta masa de espaitoles atrajo el interés del gobierno francés, meroso en la ereencia, que Franco, volveria su vista expansionista en cuperar aquella ciudad. La regién del Oranesado, habia sido conquista por espafioles en 1.503, al mando del cardenal Cisneros. Fue espati hasta 1.790 jpero abandonada por ella misma, vendiéndola a los ture« Hasta 1.830, cuando pas a manos de Francia, Si la zona oranesa no f nunca el primer objetivo de Franco, obsesionado por Marruecos, la F lange sf utilizar en Argelia a los cénsules y eclesissticos espafiol y el Abad Manresa, para intentar convencer a sus compatriotas, para q reclamen “la integracién de la zona de Orin a la madre patria”...pero fi casaron, 24 ified Salinas. Orin la andaluza, terra de asi. En Sables dexil, Ob, 29 Morro Casas José L Con el comienzo de la guerra civil, se produjeron enfrentamientos entre simpatizantes franquistas, muy numerosos en el Oranesado, en particular Siddi bel Abbés, donde existian asociaciones falangistas, pero también numerosas asociaciones de apoyo a la Republica. Las autoridades france- sas, en marzo de 1.939, trataron de obtener la complicidad de los coman- dantes de barcos, para buscar otros destinos, teniendo consideracién por ciertos pasajeros y sus equipajes. No fue asi. Fue decisiva la presin_y gestiones de organizaciones internacionales de solidaridad con los refu- giados: Comité Internacional de Ayuda a los Refugiados espatioles, Soli- daridad Internacional Antifascista, Oficina Socialista de Ayuda a los Refugiados Espafioles en Oran, Cudqueros, etc. Visitaron los barcos, ha- ciendo multitud de gestiones ante las autoridades coloniales. Debe desta- carse la labor del diputado oranés Marius Dubois, que realizé incontables gestiones, incluso ante el Gobernador general de Argelia. Como conse- cuencia de aquella humanitaria labor, se consiguié desembarcar a enfer- mose invalidos, mujeres y nifios, pero muy lentamente, siendo enviados a lugares improvisados. Es asi como el primer centro de acogida abrié sus puertas, el 16 de marzo de 1.939 mer centro estuvo situado en uns antigua prisién, desinfectada y destinada a los hombres en la avenida Cerez, en el barrio de Gambetta, centro de la ciudad. Las mujeres y nifios fueron llevados a Cherchell. Pese aestar encerrados, los Cuiqueros, regalaron una abundante biblioteca, Al padre de Orlando Pelayo le nombraron bibliotecario, hasta que cerraron aquella prisién, metiéndolo en vagones de 8 caballos 40 hombres, hasta Megar a Relizane, encerrandoles en naves construidas para el ejército, ro- deados de alambradas y senegaleses. El Centro ntimero 2, fue abierto en la avenida de Tunis, eran unos an- tiguos almacenes portuarios. Pero las insalubres condiciones provocaron graves consecuencias, ante la carencia alimentaria y la promiscuidad, Agravado por la falta de poder tomar el sol y respirar aire limpio. Un mes después la situacién todavia fue a peor. En esas fechas, en los dos centros de acogida, se hallaban 476 refugiados en el primero y 907 en el segundo, En el mes de abril, abre sus puertas el Centro ntimero 3, en el barrio portuario de Ravin Blanc. En él van a ingresar una parte de los refugiados del Lezardiewe, African Trader y Stambrook. Es un campamento de tien- 30 CAMPOS. AFRICANOS. EL EXIL10 EN EL NORTE DE AFRICA das 0 “marabouts” reservados para hombres. Tardaron mas de quince | en autorizar el desembarco. Gracias a la humanidad y generosidad de mildes oraneses, en este caso, que en pequefias embarcaciones llega con alimentos, ropas y palabras de énimo, que lograron mitigar la h bruna y el espiritu de los espafoles, en aquellos barcos repletos de mis podredumbre: “Enloqueciamos a bordo del Stambrook, éramos una muchedum hacinada en el barquito...Durante quince 0 veinte dias no legs ning clase de suministro y se agoté lo poquisimo que habia a bordo. Ni siqu Ia aportacién, obra de los sindicatos de Oran, nos Hegaba, Las patru policiacas en lanchas motoras, vigilaban las aguas del puerto e impec que nadie se acercara a nuestros buques. Era infernal. Nadie era cd de comprender por qué se nos sometia a aquellas torturas y, menos nadie, los nifios y mujeres, enfermos casi todos ellos, que Uorabar hambre sin cesar: Por eso decia que era enloquecedor. Por lo absurdo castigo, por la injusticia del inhumano atropello. Eramos muchos exasperados. Luis Montoro, aragonés, ya habia intentado suicidarse o tres veces, Alguno de nosotros, queriéndole hacer un favor, lo habia impedido. Pero un dia se arrojé a las espesas ¢ iridiscentes aguas puerto. Nadé unas docenas de brazadas y le dieron el alto, los de la trulla nautica, y desde la lancha le ametrallaron. Montoro, por fin, he conseguido suicidarse. El Centro nimero 4, llamado “mar y pinos” en Ain-le-Turek, est situado en un terraplén del puerto. Era una colonia de vacaciones pu a disposicién de los refugiados, llegando a acoger unas trescientas muj yniiios. A mediados de abril en Ravin Blanc, permanecian 2.800 esp. les, 215 en la colonia de vacaciones, 101 en el fuerte de Mers-el- Ké 127 hospitalizados y 43 de Beni-Saf. En total, con los dos primeros « tros, 4.668 refugiados. Todavia permanecian en los barcos unos 1.500 pasajeros. Las aut dades francesas argumentaban, para no dejarles desembarcar, que hat muchos “indeseables”, refiriéndose, supuestamente, a los “internacic les” que permanecian a bordo, o bien que se carecia de alojamientos ae 1975, imonio anénimo recogido de: "La diéspora Republ Ants Gener. Burs, Bares sana. Avel Jost Luis Morro Casas aprovisionamiento de alimentos, la atencién a las mujeres, nifios, ancianos y los hospitalizados, habia ocasionado cuantiosos gastos, que las autor dades francesas hicieron repercutir sobre el Siambrook y su pasaje, a los que alguien debia de hacer frente antes de liberar el barco. Para hacer pagar esos gastos, la Prefectura decreté el embargo del barco y, probable- mente, la decisién de retener a bordo a los pasajeros fue, en realidad, la mayor garantia del rescate, lo que colmaria de oprobio a las autoridades fiancesas. Las gestiones para el pago de la liberacién del barco, fueron llevad cabo por Rodolfo Llopis, en nombre de la Oficina Socialista de Oran. Las autoridades exigieron la cantidad de 205.000 francos, que luego ele- varon a 250.000, Tras una serie de tiras y aflojas sobre el monto total del rescate, las autoridades aceptaron, finalmente, liberar el barco por un valor de 170.000 francos. El dinero fue enviado por el SERE. Pero lo que lo precipité fue la declaracién de un brote epidémico de tifus, hecho que s ocults. Hasta el 20 de abril, las autoridades portuarias no habian efectuado ningiin control sanitario en los barcos, donde permanecian cientos de es- paiioles, en unas situaciones deplorables, comiendo, defecando y mu- riendo en el mismo sitio, pero se sabe, a través de informacién reservada de Rodolfo Llopis. Por fin el | de mayo de 1.939, el Stambrook fue liberado con el resto del pasaje, cerrandose uno de los episodios, uno mas, dramaticos del exi- lio espaiiol de 1.939126 Se hallaron y condicionaron otras instalaciones en Relizane, Beni Hen- del, o campo Moliere, constituido por dos granjas, Ben Chicao y Camot, todos ellos destinados a nifios y mujeres, Cherchell, fue otto campo des- tinado a los hombres, intelectuales y recomendados: “Fue en el correr del verano de 1.939, a finales de agosto, cuando se corrié la noticia de la creacién de otro campo, a iniciativa del alcalde de Cherchell, destinado a recibir a los “intelectuales” de Boghari y otros lugares... Al darse a conocer la lista de los que iban a ser trasladados de Camp Morand, la misma impresién gané a todos los internados. Habia intelectuales, era cierto, pero la inmensa mayoria no tenia pelo de ello. No todos los que eran...iban y pocos de los que iban eran. 26 Juan Martinez Leal. 08. C 32 Caos Anicanos, EL EXIL10 PN Et Noare Dr Arica Habia si, una mayoria de ex funcionarios, un puado importante de alcaldes y lo que no escapé a nadie, algo comtin, un lazo unia a los esc gidos, y la voz corrié pronto. Eran todos franc-masones. Porque aqi Campo se cre6 por iniciativa e insistencia de sus correligionarios en A xgelia, como acto de solidaridad activa y precisa." Hasta llegar el momento de bajar del barco, los pasajeros del Star brook confeccionaron listas, segun su afiliacién politica, con la esperan de ser remitidos a la metrépoli. Las autoridades les confiscaron los doc mentos de identidad, metiendo de mala manera, en camiones militares enfermos y mujeres embarazadas, siendo enviados a distintos hospital Mujeres, nifios y viejos fueron dirigidos a Relizane y Carnot. Los hombr validos para el trabajo, fueron librados hacia los almacenes de la Cama de Comercio, donde se efectuaba una seleccién. Las autoridades aparc ban unos 120 por sala. La seleccién era sencilla: clasificaban a los exili dos seg su pertenencia politica. ‘Es mas que probable que cada cual vaya a lo suyo, y que en esta lidaridad que se dice general, que se recoge para todos, sea distribuic segiin disposiciones de sus eventuales administradores. En cuyo caso, n sotros, libertarios, los més aislados y con menos corresponsales 0 cor? ligionarios en la poblacién europea de estos andurriales, seremos los q Mevemos la peor parte. Parece ser también, y es claro que las informaciones que nos llegé van hinchadas por la transmision oral en la que cada cual afvade algo la cosecha de sus ilusiones y desencanios, que en los centros de albergi de la urbe oranesa, en principio destinados a viejos, mujeres, nifios e i villidos, hay también militares con graduacién, y muchos ex-aleald gobernadores, diputados, concejales, abogados intelectuales....provenie tes de los barcos, barcas y aviones. Yes légico que asi ocurra, aunque nos reviente las tripas pensar q ala hora de las tristes verdades, cada cual tira de la manta para si, au que el vecino se muera de frio, Vuelvo a pensar que si somos unos se mil hombres los que vinimos a dar con nuestros huesos por estos paraj ese mimero hubiera sido gota de agua, pronto perdida en el mar de Arg 2. Joge Mutioz Congost. “Por tieras de moros". Ediciones Made Tierra, Méstoles,[.989. 33 Jost Luis Morro Casas a, de habernos dejado ir saliendo, déndonos posibilidades de incorpo- anos a la vida social y econdmica de esta colonia...” No iba desencaminado el Sr. Congost, puesto que los espafioles de alta aduacién, si eran socialistas, comunistas o anarquistas, fueron consig- udos en Makassy. Las personas mayores las dirigieron a los campos de iliana y al de Quan. Y la mayor parte de los dirigentes republicanos fue- n enviados a Bergueint, Sidi-cl- Abachi, Tandara, Infoud, Relizane, ‘at, Bou-Arfa, Djenien, Colomb-Béchar, etc. Y a los presidios de Mai n Carrée, Berrouaghia, Lambése.... Los Brigadistas Internacionales, fue n directamente remitidos a Djelfa. Poco tiempo después de la victoria franquista, dos convoyes parten del mpo Morand, el 20 y 29 de abril. Son republicanos que van a marchar México, bajo la responsabilidad de Edmundo Rodriguez y Fernando audin. Algunas evacuaciones ya habian tenido lugar, en este caso hacia antigua Unién Soviética. E19 de mayo la chalupa Lamoriciére, con 58 fugiados salié de Oran, rumbo a Marsella. Dias después 86 internos de »ghar, hicieron la misma travesia.2® En un informe del mes de junio, 3.109 espaftoles estin recluidos en mpos de concentracién y 244 acogidos en casas particulares. Una mi- n internacional visité los campos de Boghari, Boghar, Carnot y Mo- re. En su informe la comisién constata que: las condiciones de vida son astroficas. Haciendo notar que la nueva apertura de centros, no redu- ian las malas condiciones de los internados. Desde el primer momento las autoridades francesas propusieron a los ugiados sin recursos, logtar salir de aquellos campos y, si fuera posible, andonar el pais. También proponen ser admitidos en casas particulares ondicién que tengan recursos suficientes para su manutencién. El ob. vo era reducir el gasto piiblico. Los que fueron autorizados a residir la ciudad, se les concedié una autorizacién de residencia, controlada zar. Si el primero de julio “residian” en los campos 1.706 republica marzo de 1.940, son sélo 570.*” ideas "José Muiioz Congost. Ob. Cit. Pp 29. - André Bachoud, “Sables Ob. Cit Pp. 21-22, Suzanne Aubrespy. En Sables dex, Ob. Cit. Pp. 69 34 10 EN EL NORTE DE AFRICA CamPos: AFRICANOS. EL E) El efecto de la medida se hizo notar. El nimero de refugiados en casas particulares también aumenté considerablemente. Se intent6 favorecer la salida hacia paises iberoamericanos o hacia la Espaiia franquista. Bien en Ja metrépoli como en la colonia, los organismos espafioles del SERE y la JARE, se encargan de seleccionar refugiados que deseen marchar al nuevo continente. EI Prefecto de Ordn censé, el 12 de abril de 1.939, el ntimero de refu- giados que pretendia marchar a suelo azteca. Un total de 2.815 refugiados, con pasaporte o sin él, anhelaba salir hacia el México prometido y huir de aquellos parajes. Pero Francia pronto descubre su interés por esta mano de obra, tan barata y en su suelo, Para la inmensa mayoria de los refugia- dos en Argelia, pocas eran las posibilidades de escapar a los campos. Al- gunos optaron por la clandestinidad, gracias a la ayuda de la poblacién oranesa 0 argelina; otros tenian el beneficio de una relativa libertad, pero con la entrada en guerra de Francia, la situacién cambié brutalmente. Apa- recid también el odio, las luchas intestinas no desaparecieron ante la tra- gedia, entre los dos organismos espafioles, SERE y JARE, encargados de evacuar espafioles. La Cruz Roja Internacional, ileg6 a acuerdos con el nuevo gobierno francés, y barcos como el Winnipper o Wyoming, logra- ron salvar a republicanos espafioles de suelo franeés, pero muy pocos del norte africano. La JARE contraté dos barcos portugueses: el Quanza y Serpa Pinto, desde noviembre de 1,941, hasta el mismo mes del siguiente afio. Pueden nombrarse también al Nyassa y el Guinea, que partieron desde Casablanca con refugiados espaiioles, llegando a Estados Unidos y México Pero los futuros pasajeros debian tener dinero, documentacién y pa peles solventes para intentar: primero llegar, y después embarear en Ca- sablanca. Mas de 1.300 refugiados lograron salir de Francia, Argelia, Tiinez y Marruecos, logrando llegar a Veracruz. Del campo argelino de Djelfa, s6lo el escritor Max Aub pudo salir, gracias a Ja inmensa ayuda del embajador mexicano, Gilberto Bosques Saldivar, desde Vichy, y otras organizaciones humanitarias, logrando llegar hasta el puerto marroqui. No debo dejar mencionar los nombres de Ginés Ganga y de Carlos Espli, que en su correspondencia, entre México y Argel, logran descifrarse la encomiable labor de ayuda hacia con sus paisanos. Queriendo ser justo, 35 Jose Luis MoRRo Casas lia, de habernos dejado ir saliendo, dindonos posibilidades de incorpo- rarnos a la vida social y econémica de esta colonia..." No iba desencaminado el Sr. Congost, puesto que los espafioles de alta graduacién, si eran socialistas, comunistas 0 anarquistas, fueron consig- nados en Makassy. Las personas mayores las dirigieron a los campos de Miliana y al de Quan. Y la mayor parte de los dirigentes republicanos fue- ron enviados a Bergueint, Sidi-el- Abachi, Tandara, Infoud, Relizane, Setat, Bou-Arfa, Djenien, Colomb-Béchar, etc, Y a los presidios de Mai- son Carrée, Berrouaghia, Lambése... Los Brigadistas Internacionales, fue- ron directamente remitidos a Djelfa. Poco tiempo después de la victoria franquista, dos convoyes parten del campo Morand, el 20 y 29 de abril. Son republicanos que van a marchar a México, bajo la responsabilidad de Edmundo Rodriguez y Fernando Claudin. Algunas evacuaciones ya habian tenido lugar, en este caso hacia Ia antigua Unién Soviética. El 9 de mayo la chalupa Lamoriciere, con 58 refugiados salié de Oran, rumbo a Marsella. Dias después 86 internos de Boghar, hicieron la misma travesia.” En un informe del mes de junio, 3.109 espafioles estan recluidos en campos de concentracién y 244 acogidos en casas particulares. Una mi- si6n intemacional visit6 los campos de Boghari, Boghar, Camot y Mo- Tiere. En su informe la comisién constata que: las condiciones de vida son catastroficas, Haciendo notar que la nueva apertura de centros, no redu- cirian las malas condiciones de los internados. Desde el primer momento las autoridades francesas propusieron a los refugiados sin recursos, lograr salir de aquellos campos y, si fuera posible, abandonar el pais. También proponen ser admitidos en casas particulares, a condicin que tengan recursos suficientes para su manutenci6n, El ob- Jetivo era reducir el gasto piiblico, Los que fueron autorizados a residir en la ciudad, se les concedié una autorizacién de residencia, controlada al azar. Si el primero de julio “residian” en los campos 1,706 republicanos, en marzo de 1.940, son sdlo 570.” 5 José Mutioz Congost. Ob, Cit. Pp 28. 2°. André Bachoud. “Sables exil", Ob. Ci. Pp. 21-22, anne Aubrespy. En Sables dexil, Ob, Cit. Pp. 69. 34 Campos: AFRICANOS, EL EXILIO EN EL NorTE DE AFRICA El efecto de la medida se hizo notar. El mimero de refugiados en casas particulares también aumenté considerablemente. Se intenté favorecer la salida hacia paises iberoamericanos o hacia la Espafia franquista. Bien en Ja metr6poli como en la colonia, los organismos espaiioles del SERE y la JARE, se encargan de seleccionar refugiados que deseen marchar al nuevo continente. El Prefecto de Oran censé, el 12 de abril de 1.939, el mimero de refu- giados que pretendia marchar a suelo azteca. Un total de 2.815 refugiados, ‘con pasaporte o sin él, anhelaba salir hacia el México prometido y huir de aquellos parajes. Pero Francia pronto descubre su interés por esta mano de obra, tan barata y en su suelo, Para la inmensa mayoria de los refugia- dos en Argelia, pocas eran las posibilidades de escapar a los campos. Al: gunos optaron por la clandestinidad, gracias a la ayuda de la poblacion oranesa o argelina; otros tenian el beneficio de una relativa libertad, pero con lz entrada en guerra de Francia, la situacién cambié brutalmente. Apa- recié también el odio, las luchas intestinas no desaparecieron ante la tra- gedia, entre los dos organismos espaitoles, SERE y JARE, encargados de evacuar espafioles. La Cruz Roja Internacional, lleg6 a acuerdos con el nuevo gobierno francés, y barcos como el Winnipper o Wyoming, logra- ron salvar a republicanos espaiioles de suelo francés, pero muy pocos del norte africano. La JARE contrat dos barcos portugueses: el Quanza y Serpa Pinto, desde noviembre de 1.941, hasta el mismo mes del siguiente afio. Pueden nombrarse también al Nyassa y el Guinea, que partieron desde Casablanca con refugiados espaioles, llegando a Estados Unidos y México. Peto los futuros pasajeros debian tener dinero, documentacién y pa- peles solventes para intentar: primero llegar, y después embarcar en Ca- sablanca. Mas de 1.300 refugiados lograron salir de Francia, Argelia, ‘Tiinez y Marruecos, logrando llegar a Veracruz. Del campo argelino de Djelfa, s6lo el escritor Max Aub pudo salir, gracias a la inmensa ayuda del embajador mexicano, Gilberto Bosques Saldivar, desde Vichy, y otras ‘otganizaciones humanitarias, logrando llegar hasta el puerto marroqui. No debo dejar mencionar los nombres de Ginés Ganga y de Carlos Espla, que en su correspondencia, entre México y Argel, logran descifrarse la ‘encomiable labor de ayuda hacia con sus paisanos. Queriendo ser justo, 35 ost? Luis Morro Casas no lo consiguié. Ginés Ganga trat6 de ser ecuanime en sus listas, pero sur- gieron, como siempre, las desavenencias entre los refugiados. Carlos Espla le escribia desde México: ‘Lo que sucede es que catalanes y vascos tienen un mejor principio de solidaridad que los de otras regiones, organizdndose de otra forma més efectiva...Su solidaridad y gestion han permitido, a unos y otros, aprove- charse de la indolencia, desunién y otros defectos que nos distinguen, a los de las demas regiones." EI 12 de junio de 1.942, a José Alonso Mallol, la Corte de Justicia de Oran, dictamin6 como “desfavorable”, su extradicién a Espafia. Los fran- quistas le acusaban de la muerte de Calvo Sotelo. Fue el misterioso “Mis- ter Spanien” espaiiol, que espid para los aliados en los paises magrebies, Gracias a su ayuda, muchos refugiados se libraron de caer en las sangrien- tas manos de Franco o Hitler. En 1,944, fue condecorado por los aliados, partiendo hacia México donde fallecié. Es otra personalidad asaz desco- nocida del exilio espaiiol. Desde aqui, esta humilde aportacién para el re- conocimiento que se merece. Las autoridades francesa, que s6lo concebian los campos como provi- sionales, propusieron vaciarles en el menor tiempo posible y, si se fuesen a Espatia, mejor que mejor. Verificaron las posibles salidas de los refu- giados. Mujeres, nifios y ancianos, eran los mas indicados, siendo los pri- meros en partir. El 25 de abril de 1.940, se organiza un pequefio convoy con destino al Marruecos espafiol. Sélo son 12 personas, mujeres y nifios procedentes de Ben Chicao. Dos repatriaciones tuvieron lugar el 24 de noviembre de 1.941 y el 16 de mayo de 1.942, desde el campo de Djefa, con 297 espaiioles, Los principales campos de internamiento para los hombres, se encon- traban en Relizane, en el oranesado, y en el distrito de Mostagement, Bog- har en la regién argelina y, cerca de este Medea, ereados con parecidas caracteristicas. Alejados de poblaciones importantes y cercanos a guar- niciones militares y con mando militar, naturalmente, Progresivamente 3) Margot PaignS. En “Sables d‘ext", Ob, Cit, Pp 142-143. 52 Vee “José Alonso Mallol. El Hombre gue pado Cultura Juan Gil Albert. Alicante. 2.006 ode tar la quer”, Pedro Luis Angosto Campos AFRICANOS. EL EXILIO EN EL NORTE DE AFRICA fueron pasando bajo tutela militar, al igual que en la metrépoli, a part del comienzo de la Segunda Guerra mundial El campo de Boghar fue abierto a finales de abril, para acoger los tlt mos refugiados que permanecian en los barcos, en el puerto de Oran. Le mismo sucede con la apertura del campo de Suzzoni, a comienzo del mismo mes, donde son internados unos 300 refugiados, Pero, sin duda, es el campo de Morand, entre Boghar y Boghari, donde mas refugiados recalan, En tiempos pasados fue terreno de maniobras mi- Iitares y residencia habitual de la seccién de castigo de tiradores argelinos. Es una amplia meseta, cercana a los dos kilémetros cuadrados, donde solo hay piedras y ni un arbol. Terreno arcilloso, verdadero cenagal cuando llueve. Aforiunadamente con un poco de agua, Alrededor, nada. Paisaje lunar y fantastico, Horizonte sin color ni cielo azul, los drboles no pueden vivir en Morand, reina el sol en un fondo calcinado a blanco; sélo un rin- con verde alla en lo alto. Es el bosque de Boghar. Sus barracas reciben, de golpe, 1.800 republicanos, en el verano al- canzé los 2.700. El campo se componia de una veintena de islotes, con doce barracas cada uno, albergando a 48 personas en cada barraca. E] calor en las barracas era tanto, que se cocian tanto en su interior como en el ex- terior, sin un solo arbol y sin una triste sombra. Cada islote estaba repre~ sentado por un interno, nombrado por sus compafieros. Cuatro barracas ran utilizadas para servicios varios: una para el servicio sanitario, regido por los mismos internos. Pero Ia higiene era deplorable, la presencia de pardsitos era inmensa y la aparicion de enfermedades aflor6 con prontitud. Bajo un sol de plomo se fabricaban adobes, con la misma tierra inhumana, que rehiisa las flores plantadas frente al hospital y alrededor de las barracas Donde las flores se secan, los hombres mueren! De la alimentacién, mejor no seguir. Como en los campos de internamiento en la metr6poli, los refugiados crearon las Barracas de la Cultura, donde se impartian cla- ses a los necesitados del saber, conferencias 0 cualquier actividad hidica. Habia que aprovechar el tiempo en ocupaciones para aquellos deshereda- dos, aferrados a la idea de sobrevivir, romper con la monotonia diaria de espera de noticias de Espaiia, del mundo y en especial de su situa: Pero era complicado, consumiéndose moralmente en una actividad que desmoraliza y embrutece. Jost: Luis Morro Casas “Cama y comida, uno y otro dia. Devoramos la prensa y los pocos li- bros que caen en nuestras manos. Comentamos y desmenuzamos en char- las y coloquios experiencias pasadas, errores y aciertos que sopesamos Elaboramos mil ilusiones y proyectos de futuro. ¢Y qué se vislumbra? Nada".® ‘A mediados de julio, la Conferencia Internacional de Ayuda a Los Re- fugiados, solicita el cierre de Boghar, pero las autoridades francesas hi- cieron oidos sordos. Es més, a partir del 14 de septiembre, los campos del norte africano pasan bajo tutela militar. Un mes antes refugiados civiles fueron transferidos al nuevo campo de Cherchell, ciudad en miniatura a 60 kilémetros al oeste de Argel, en la costa. Campo sin alambradas ni se- negaleses. Fueron recibidos por el alcalde y el administrador del campo, considerindole como “centro de reposo temporal” Mientras que los anti- guos soldados, encerrados de otros campos, son encaminados hacia Bog- har. Al campo de Cherchell, antes de cerrar sus puertas en febrero de 1.940, comenzaron a llegar aquellos declarados no-aptos, mutilados, vie- jos, enfermos, discapacitados, etc. Eran aquellos que no habian podido ser movilizados para las compaiiias de trabajo del Sahara. Tiempo des- pués los dirigieron a Carnot, con sus familias. A los invalidos se les tras- ladé al nuevo centro de Fouka Marine. Para lograr salir de los campos, ademas de la evasién, y en Camp Mo- rand fue abundante, otra posibilidad era ser contratado para trabajos en el exterior. Las autoridades buscaban encontrarles una ocupacidn, para con- tribucién a la maltrecha economia nacional. Es el tiempo cuando se crean en suelo norte africano las Companiias de Trabajadores Extranjeros. Unos por aqui, otros por allé, comienzan las condenas a trabajos forzados. La indiferencia del mundo les condena, y de esa condena se aproveché la ad- ministracién francesa. Un afio después, durante la Francia de Vichy, pa- saron a denominarse Grupos de Trabajadores extranjeros. Pero ahora el trabajo sigue siendo el mismo jpero las retribuciones desaparecen! Los refugiados de Morand y Suzzoni, autométicamente son encuadra dos en estas compaiiias. En total, fueron creadas 12 compaiiias integradas cn el 8° Regimiento de Trabajadores Extranjeros. Al mando de un oficial 8 José Mutioz Congost. Ob. Ci 38 CAMPOS AFRICANOs, EL EXILIO EN EL NorTE DE AFRICA francés, su composicién variaba de 150 a 200. En total, 2.500 hombres para tres zonas coloniales: marroqui, tunecina y argelina Las condiciones de vida fueron inhumanas, afrontando, invierno y ve- ano, sus terribles condiciones climatoldgicas, trabajos penosos, en todos Jos aspectos, dignos de los mejores tiempos de la esclavitud. Todos los dias los levantaban a las seis de la mafiana, La alimentacién mala ¢ insu- ficiente; un tazGn de agua sucia, que decian café y un trozo de pan El agua escasa y salobre. No resulta extraiio la cantidad de enfermedades: disen- terias, tifus o el temido paludismo. Vicente Verdeguer contaba: portar mejor la sed, nos metiamos una piedrecita en la boca, horas y horas, produciendo saliva, que mitigaba la sensacién de la temible sed.” Largarse, evadirse, huir ante tamafia esclavitud, fue el suefio de mu- chos, pero en la gran mayoria fracas6. Hubo intentos hacia el desierto del Sahara, en camiones de servicio, hacia el sur, al Africa negra, poniendo Kilémetros de por medio, entre ellos y los mal esperados alemanes. Los detuvieron. La represién fue mas brutal, asemejandose a la de guardianes de presidios, capataces en galeras inmovilizadas por las arenas del Sa- hara. La 1", 4", 9" y la 12" compafiias se enviaron a Bou-Arfa; la 3°, 5°, 6 y Ja 10" en Colomb-Bechar. La 2", disciplinaria, en Kenadza, y la 7" en Ken- chala, en el departamento de Constantina. Al mismo tiempo, se solicita al almirante Abrial, nuevo gobernador general, crear centros de estancia vi- gilada en los territorios del sur. Tres campos de represién son creados en: Ain- el Ourak, Berrouaghia y Djelfa, en marzo de 1.941 “Kenadsa ya se convertia en un pueblo dificil para vivir, pues la re- presion empezaba y eliminaban por motivos insignificantes a personas gue ellos consideraban peligrosos. Ya se hace dificil la vida...En estas compaiiias se encargan de darlos martirios y de hacerlos desaparecer como a Moreno y otros muchos. Esto causa el terror, y nos obligan a de- Jaciones de nuestra libertad...” * El centro de Estancia Vigilada de Djelfa, abrié sus puertas, bajo la res- Ponsabilidad del comandante en la reserva, Julio César Caboche, el 16 de fe Bel-Abbes, Orin, un e 10 editado en primera persona.” Ro: espaila y los campos de internamiento fanceses.” Bernat Sicot. Coord Yersidad de Nanterre. 2.010 39 Jost Luts Morro Casas marzo de 1.941, hasta cerrar sus puertas, a los republicanos espaiioles, en junio de 1.943, Pero su historia no finaliza con la disolucién, permanecié abierto hasta 1.945. En 1.944, en Argel, el general De Gaulle centra un tribunal militar, que juzgara a los colaboradores de Vichy y a los respon- sables de un cierto niimero de campos. Caboche, comandante de Djelfa, fue juzgado y condenado a 16 meses jcumpliendo la larga condena entre hospitales! Al principio, Djefa, fue destinado para internar a los “administrativo: Y comunistas peligrosos, especialmente. Después, extranjeros y antiguos miembros de las Brigadas Internacionales, En el verano, siguiendo las dr. denes de Weygand, los republicanos espafioles residentes en el oranesado, antiguos pasajeros de los barcos del exilio, fueron enviados a aquel antro de desolacién. También fueron enviados a Djelfa, espafioles de otros cam- Pos argelinos y de la misma Francia, asi como judios. Fueron 93 los es- paiioles apresados en el recinto, en un primer momento.> Entre marzo de 1.941 y agosto de 1.942, una docena de convoyes lle- garon al campo. En el séptimo, junto con dos espaitoles, ingresé el escritor Max Aub, quien fue trasadado desde el campo de Vernet d’Ariege, em- bareando en el “Sidi Aissa”, en Port Vendrés, Max Aub permanecié casi medio afio en aquel antro de muerte y desesperacién. En su amplia obra iteraria, muchos textos describen, magistralmente, las penalidades sufti- das por los internos “En nombre de José Jiménez Figueras, Abelardo Martine: Salas, Ama- lor Gonzdlez, Luis Abellan, Tomas del Val, Juan Oliver, José esteve. Gil. rerto Aritio, Dionisio Lloveras, Eleuterio Martinez, José Picaiol, Enrique ‘ilanova, Rogelio Acuia, José Espana, Joaquin Satué, Angel Lépez Abad, ‘nrique Nonet, Julién Castillo, muertos y enterrados en Djelfa, en los fete meses que estuve alli y en nombre de los demés hombres que alli uedan, Salud. Dielfa no se parece a nada. Djelfa es un campo de concentracién onde el trabajo forzoso no esti retribuido con nada sino con 100 eramos € pan. Los hombres van vestidos con harapos. En el invierno la tempe- tnura baja durante la noche a més de veinte grados bajo cero; en la pri- javera y en el verano sube a cincuenta...Hemos vivido alli bajo tiendas © Berard Sico.*Contrbueién ala histori de Djet” En “Sables dex" Ob. C Pp, 146.222. 40 CaMPos ArRiCANOS. EL EXILIO EN EL Nore DE Arica, de campaiias no hay casetas, no hay mantas, no hay nada, Durante todo el invierno, la mayor parte del tiempo bajo la nieve, diay noche, ha estado prohibido hacer fuego, y prohibido de una manera terminante. No hay manera de encender una llama. He visto hombres muertos de frto, he visto hombres muertos de hambre. Dentro del campo de Djelfa, treinta metros sobre treinta, esta el campo de castigo, el fuerte de Cafarelli, donde estin Jas mazmorras. Por entrar un pan, aceite...das, ocho, quince, veinte dias en Cafarelli, un mes en el campo social...quiero recordar a Goyo Casa- nova, un catalén loco...dan por comida medio cazo de agua. Alli se pasa el tiempo Casanova comiendo sus excrementos. Yo le miraba y le decia. no hagas eso, bah esté muy bueno, me contestaba. Alli hay viejos de se~ senta y cinco, de setenta, ¢Cémo han ido a parar alli? Por la casualidad ‘y la administracién. En Djelfa el trabajo no es obligatorio, pero el que no trabaja no come. Doscientos hombre trabajan alli el cditamo...ha dado al comandante una ganancia neta de ciento setenta y cuatro mil francos.." Max Aub logré abandonar aquel campo el 18 de mayo de 1.941, gracias a las gestiones y buen hacer del iiltimo ministro mexicano en Francia, Gil- berto Bosques. Dejaba de ver aque! desnudo paisaje en el que: hasta donde alcanza la vista, llega la nada, Recomiendo la lectura de Diario de Djelfa, escrito a escondidas de los guardianes y que leia a sus compaiieros por la noche, al abrigo de una pequefia mariposa de aceite, El 10 de julio de 1.942, desde Port Vendrés, zarpaba el Djebel Aurés, con presos procedentes del Vernet. Su inmensa mayoria son anarquistas. Siendo recibidos por: “Un calor sofocante y abrasador secaba la boca Ilena de arena fina como el talco...Las dunas comenzaban a recibirnos con sus remolinos de arena. Planas, inmensas, llanuras que se perdian a lo lejos...Los dnimos se desalentaban, decayendo a cada metro recorrido...La lucha era ca~ Hada para no dejarse vencer, nadie queria ser abatido, pero la realidad angustiosa no se ocultaba,,,” 7 “Tesis Doctoral” Eloisa Nos. Universidad % Max Aub. “Asamblea contra el terror na Enero 2.001, arte, en “Ortiz, general sin dios ni amo”, J. M. Marquez y lardo, Hacer. Barcelona 41 José Luls Morro Casas Como siempre, Cavoche, les dio la bienvenida y, como en cualquier campo de exterminio nazi, les mencionaba la muerte, nica salida posible hacia la libertad. Dependiente de la prefectura de Medea, otro campo de castigo de triste nombre, Berrouaguia, donde fueron frecuentes las torturas y asesinatos A los enfermos que permanecian mas de una semana sin trabajar, simple- mente los mataban. Comida rala y mala. La miseria lo rodeaba todo y los piojos duefios del antro. Al campo de Djelfa, eran enviados los que se ne- gaban a trabajar para los cinicos y explotadores mandos franceses. En Marruecos, fueron auténticos campos de la muerte los de: Hadjerat M ’Guil y Meridja. “Estoy en Hadjerat M’Guil, el campo cuyo nombre produce escalofrios hasta en los confines de Colomb Bechar. Los quince espafoles que hay conmigo en la barraca de tela, son marinos de la flota de guerra espaiola, la que fue a parar a Bizerta. De aquellos separaron un grupo. ¥ son ellos. El grupo inicial de la seccién politica de este campo, bautizado para la legalidad como “sexta compaiia de trabajadores desmovilizados”. Hay en otros marabouts otros espaioles, algunos de ellos castigados, proce- dentes de otras compaiitas, judios del centro de Europa que huyeron del nazismo creyendo encontrar refugio en la Legién Extranjera francesa. Otros legionarios, mas que viejos, irrecuperables que terminan aqui sus miserables existencias, después de casi una vida entera como militares al servicio de Francia. El comandanie es el teniente Santucci, “Bocane- gra” zamarro, grosero brutal y egoista ‘Su Lugarteniente, es el més feroz de los guardianes de presidio que se puede imaginar: Finidori (ayudante jefe, alférez). Espesa capa de carne, la que me recibié con discursos destemplados en la estacion, el hombre de las torturas mas brutales, el clasico militar cuartelero, sddico, criminal uniformado. Como Santucci, es corso. Otro corso: Mosca, la compania de fuerzas moras que aseguraban la guardia del campo, la policia del desierto convertida en cancerbero. Otro suboficial atin: Dauphin el intendente, el benjamin de la banda, zascandil que roba a mansalva en el almacén lo poco que llega para el abasteci- miento. Cinico y cruel, de crueldad que seria refinada. a ‘Campos AFRICANOS, EL EXILIO EN EL Norte pe Arrica Varios sargentos més, cada cual a su manera coadyuvando a la siem- bra de miedos, cebiindose en los internos... Rara vez se vio en alguno, un rasgo que semejara humanidad. ¥ los dos cabos de vara, los ejecutores de todas las sentencias canallas, los brutos sin cerebro relegados de ta legion, desperdicios humanos, ramplo- nes, a quienes se prohibié el retorno a la vida “civil”: Otto Riep, Dour- menoff, el ruso de origen asidtico...”* En 1.944, un Tribunal Especial creado en Argel, fue el encargado de hacer justicia y, ante él comparecieron once acusados: corone! Luppi, ins- pector de los cuarenta campos que existian en Africa del Norte; teniente coronel Viciot, jefe de Colomb-Bechar; teniente Santucci,jefe de campo; ayudante-jefe Finidori; ayudantes Mosca y Dauphin; vigilantes Dourma- noff, Riepp, Tress, Dotti y Cellier. El juicio comenzé el 17 de febrero, fi- nalizando el 3 de marzo, El veredicto fue: Luppi, absuelto. Condenados a muerte: Santucci, Fi- nidori, Dauphin y Riepp. Viciot y Dourmanoff, cadena perpetua. Cellier y Dotti, diez afios de reclusién. Fl doce de abril, a las siete de la mafiana, fueron fusilados Santucci y Riepp. A Finidori le fue conmutada la pena de muerte por la de cadena perpetua. A Dauphin, por veinte afios de pri- sion. Asi quedé “saldada la deuda” oficialmente. Enel campo también existieron intentos de fuga. Ninguna obtuvo éxito. Y todos los pretendientes, desde Francisco Pozas, pagaron con su vida ta- mano atrevimiento, En aquel horror de las noches eternas, sin descanso, erueldad de aquel descanso, en que no existe paz, que un hombre se alzara @ nadie supo extraiio, queriendo con un gesto, a la muerte llamar. Suftir de torturados con quejas en la noche, fueron pan de siempre en el campo de Hadjerat. Francisco Pozas, fue el primero de la serie, al que la suerte Cupo de morir en su puesto. Oficial de la marina espafiola, exasperado un dia y otro, de golpes y vejaciones, durante horas permanecié tirado en el suelo agonizando lentamente. Moreno Ruiz “el mafio” que muri, tras cuatro dias de tortura, después de escapar al desierto y ser detenido, por haber marcado, para siempre, Una mejilla con una hoja de afeitar, al barbaro Viciot. Kiroudis, Alvarez = Tosé joz Congost. Ob. Cit Pp. 90. 43 Moko Casas José Lu Como siempre, Cavoche, les dio la bienvenida y, como en cualquier campo de exterminio nazi, les mencionaba la muerte, tmica salida posible hacia la libertad. Dependiente de la prefectura de Medea, otro campo de castigo de triste nombre, Berrouaguia, donde fueron frecuentes las torturas y asesinatos. ‘Alos enfermos que permanecian mas de una semana sin trabajar, simple- mente los mataban. Comida rala y mala, La miseria lo rodeaba todo y los piojos duefios del antro. Al campo de Djelfa, eran enviados los que se ne- gaban a trabajar para los cinicos y explotadores mandos franceses. En Marruecos, fueron auténticos campos de la muerte los de: Hadjerat M’Guil y Meridja. “Estoy en Hadjerat M’Guil, el campo cuyo nombre produce escalofrios hasta en los confines de Colomb Bechar. Los quince espaiioles que hay conmigo en la barraca de tela, son marinos de la flota de guerra espanola, a que fue a parar a Bizerta. De aquellos separaron un grupo. Y son ellos. El grupo inicial de la seccién politica de este campo, bautizado para la legalidad como “sexta compaiia de trabajadores desmovilizados”. Hay en otros marabouts otros espaiioles, algunos de ellos castigados, proce- demtes de otras compaiiias, judios del centro de Europa que huyeron del nazismo creyendo encontrar refugio en la Legién Extranjera francesa. Otros legionarios, mds que viejos, irrecuperables que terminan aqui sus miserables existencias, después de casi una vida entera como militares al servicio de Francia, El comandante es el teniente Santucci, “Bocane- gra” zamarro, grosero brutal y egoista. ‘Su Lugarteniente, es el mas feroz de los guardianes de presidio que se puede imaginar: Finidori (ayudante jefe, alférez). Espesa capa de carne, Ta que me recibié con discursos destemplados en la estacién, el hombre de las torturas mas brutales, el clisico militar cuartelero, sddico, criminal uniformado. Como Santucci, es corso. Otro corso: Mosca, la compaitia de fuerzas moras que aseguraban la guardia del campo, la policia del desierto convertida en cancerbero. Otro suboficial ain: Dauphin el intendente, el benjamin de la banda, zascandil que roba a mansalva en el almacén lo poco que llega para el abasteci- miento. Cinico y cruel, de crueldad que seria refinada Campos ArRiGANOS. EL EXItio EN EL Nore De Arica, Varios sargentos més, cada cual a su manera coadyuvando a la siem- bra de miedos, cebéindose en los internos.. Rara vez se vio en alguno, un rasgo que semejara humanidad. ¥ los dos cabos de vara, los ejecutores de todas las sentencias canallas, los brutos sin cerebro relegados de la legién, desperdicios humanos, ramplo~ nes, a quienes se prohibié el retorno a la vida “civil”: Otto Riep, Dour- menoff, el ruso de origen asiético...” En 1.944, un Tribunal Especial creado en Argel, fue el encargado de hacer justicia y, ante él comparecieron once acusados: coronel Luppi, ins- pector de los cuarenta campos que existian en Africa del Norte; teniente coronel Viciot, jefe de Colomb-Bechar; teniente Santucci jefe de campo; ayudante-jefe Finidori; ayudantes Mosca y Dauphin; vigilantes Dourma- noff, Riepp, Tress, Dotti y Cellier. El juicio comenzé el 17 de febrero, nalizando el 3 de marzo. I veredicto fue: Luppi, absuelto. Condenados a muerte: Santucci, Fi nidori, Dauphin y Riepp. Viciot y Dourmanoff, cadena perpetua. Cellier y Dotti, diez aftos de reclusién. El doce de abril, a las siete de la mafiana, fueron fusilados Santucci y Riepp. A Finidori le fue conmutada la pena de muerte por la de cadena perpetua. A Dauphin, por veinte afios de pri- sion. Asi quedé “saldada la deuda” oficialmente, En el campo también existieron intentos de fuga. Ninguna obtuvo éxito. Y todos los pretendientes, desde Francisco Pozas, pagaron con su vida ta- majio atrevimiento, En aquel horror de las noches eternas, sin descanso, crucldad de aquel descanso, en que no existe paz, que un hombre se alzara @ nadie supo extrafio, queriendo con un gesto, a la muerte Hamar. Suftir de torturados con quejas en la noche, fueron pan de siempre en el campo de Hadjerat. Francisco Pozas, fue el primero de la serie, al que la suerte cupo de morir en su puesto. Oficial de la marina espaiiola, exasperado un dia y otro, de golpes y vejaciones, durante horas permanecié tirado en el suelo agonizando lentamente. Moreno Ruiz “el mafio” que murié, tras cuatro dias de tortura, después de escapar al desierto y ser detenido, por haber marcado, para siempre, ‘Una mejilla con una hoja de afeitar, al barbaro Viciot. Kiroudis. Alvarez *8 Jose Muitoz, Congost. Ob. Cit. Pp. 90+ José Luis Morro Casas ‘el negro” quien lleg6 a Hadjerat medio muerto, tras haberle hecho correr kilometros, atado a la cola de un caballo. Lewinstein, Bienestock. Mar- chal, Jaraba del Castillo. Lloredo....fueron nueve los asesinados y ente- rrados en aquellas arenas. por ruines guardianes. Los candidatos a la evasién fueron muchos, en general, obstinados en no aceptar el desierto, y los que se sabian destinados a campos discipli- narios Mas de dos mil refugiados fueron requisados para la construccién del transahariano, El capricho francés consistia en la construecién de dos mil kilbmetros de ferrocarril, que uniera Bou-Arfa con el lejano Niger. El pro- yecto vio la luz el 22 de marzo de 1.941, pero desde febrero de 1.940, los republicanos ya estaban construyéndolo en Colomb-Bechar.” Esta es, sin duda, la etapa mas amarga de dolor, la de los caminos de la humillacion para los errantes por la fuerza, caminantes del desierto con las plantas de los pies quemadas y resecas, resecos de amargura los cora- zones. Esto es lo que trajeron a las ciudades de Africa del Norte, forzados de la dignidad. En la pigina CAMPOS AFRICANOS, EL EXILIO EN EL NORTE DE AFRICA SOPLOS DE LIBERTAD E18 de noviembre de 1.942, la Operacién Torch asegura el desen en Argelia, compuesta por fuerzas norteamericanas ¢ inglesas_y incuestionable ayuda de un pufiado de resistentes locales. El Ain Darlam, que se encuentra en la colonia, junto al general Nogués, re general en Marruecos y que, Petain, designa como su tinico represe en territorio africano, aguardan, ante la nueva situacién, nuevas del dictador galo. Tanez, por haber acatado las érdenes petenistas, resistir al aliado aleman, fue ocupado durante un afio. Automatica Hitler ocupé toda Francia y envi6 tropas a Tiinez. También quiso « rarse de la Armada francesa, pero encontré fuerte resistencia, ocasio la casi total destruceién de los barcos. Las unidades militares francesas, dependientes de Vichy, se unia tamente a los aliados. La presencia de las fuerzas aliadas oftecid, a ternados en los campos, nuevas expectativas de futuro, La noticia primero, cansinamente a los campos. Pero cuando empieza a cono como reguero de pélvora, se expande, velozmente, de campo en ca “ las pocas horas toda ha cambiado. Disminuyen los ritmos d bajo...no se oian gritos...corria un aire fresco de esperanza. Al fi nuevo. Después de la comida, colectiva y casi sin deliberaciones, la resolucién. ;A la huelga! ;Se acabaron los tajos! Quiso reunirno eanegra para soltarnos uno de sus discursos insultantes, pero sin ¢ Se habia terminado el miedo, se habia ido a otros lugares y una ¢ enorme, pesada, invadia el campo. A la maitana siguiente, no quedaba alli, mas que dos 0 tres sarge Oficiales y capos, habian puesto pie en polvorosa. Se terminaron las Eaciones impuestas. No habia mando. Tan sélo nos dedicamos a abas de agua Ia cocina y al campamento... Llegé a los pocos dias un nuev mandante...fue terriblemente correcto. Sabia que trataba con hom Visitamos el almacén, rebosante de mercancias, mientras los libro ‘mismo lo daban como vacio...” ® “° José Muiioz Congost. Ob. Cit, Pp 109. lis MORRO CASAS. José El presidente Roosevelt, el 17 de noviembre de 1.942, solicita la in- mediata liberacion de todos los antifascistas prisioneros. Pero no fue asi En ese tiempo Giraud, por voluntad norteamericana, poseia amplios po- deres de decisién, mas que De Gaulle, y no estaba dispuesto a su libera~ cidn. En marzo de 1.943, Jean Monet, enviado por el Presidente norteamericano, se entrevista con el militar, quien hasta el 27 de mayo no publicé el decreto, por el que derogaba los Grupos de Trabajadores ex- tranjeros, pero con condiciones. Podian ser contratados en el ferrocarrl Mediterraneo-Niger. Enrolarse en la Legion extranjera. En los cuerpos Francos de Africa. En las compaiiias de pioneros ingleses o emigrar hacia paises que propusieran acogerles. Ni que decir tiene que el objetivo era hacerles firmar el contrato de trabajo como mal menor. En muchos casos la respuesta fixe de rechazo a las cuatro opciones. AI hacer entrega de la miserable ropa que les dieron al llegar a las ardientes arenas, tres afios antes, prendas que procedian de las teservas inservibles del ejéreito fran- cés de 1.914, les hicieron abonar aquella usura, descontindoles de las hojas de pago lo que estimaron por pérdidas de prendas o mal estado de las mismas. Hasta ese extremo llegé la misera cicateria de la administra- cidn francesa. Dos dias después del desembarco aliado, Lucas Camons, se fago del campo de Kenadsa. Tras un accidentado viaje, consigue llegar a Oran y presentarse a los norteamericanos: “Yo me presemté a los americanos, les expliqué de donde venia y me enviaron al servicio de contra espionaje. Fui levado donde un capitén inglés que hablaba el espaiiol perfectamente. Se lamaba Arnal quien me traté muy bien y me puso a trabajar en el puerto con las fuerzas ameri- canas.” *! ‘A pesar de los esfuuerzos de Carlos Esplé y Pablo de Azcarate, enviados por el gobierno republicano en el exilio, ante las autoridades francesas, no logran su total liberacién. No fue hasta el 4 de mayo, pero de ;1.946! cuando Giraud anuncié: jla supresion oficial de los campos! ‘Mas de cinco mil detenidos en Marruecos, cifra dada por el consulado General en Rabat, tienen mas fortuna. Los campos fueron suprimidos en marzo de 1.943, seis meses después del desembarco norteamericano. Los 4 Diario de Lucas Camons, Robert S. Coale. Ob. Ci 46 Campos ArsicaNos, EL EXILI0 EN EL Norte pe ArRica internos fueron liberados y, los enfermos y lisiados, enviados a Fouka M: rine, recibiendo una correcta atencion médica, ropa y alimentos. E marzo de 1.943, se publicé en una revista de ideologia comunista en a guna ciudad del sur de Francia, un duro articulo con los nombres de lo 374 espaiioles retenidos en el campo de Djelfa, con el titular: “Libertad para los esparioles internados en el norte de Africa! Contra todas las promesas, contra todo lo que cabia esperar, en est ‘mes de marzo, nuestros compatriotas contintian internados en los campo de concentracién del norte de Africa. No es cosa para nosotros, los espa jioles, detenernos en la situacidn fisica de unos hombres que después d ires aiios de lucha Hevan casi cuatro en esos campos de concentracit vigilados por unos guardianes que con su crueldad justificaban su com plicidad con los nazis al traicionar a su pais....No es un peligro para | causa de las Naciones Unidas el poner en libertad a esos hombres, sin todo lo contrario, su libertad significa reforzar la seguridad de los ejéi citos aliados en Africa, Los ejércitos norteamericanos e inglés nada pue den temer en su retaguardia con la liberacién de los espaole antifascistas, por el contrario, pueden sentir una mayor seguridad d saber que tras de ellos han quedado libres unos viejos camaradas d armas, unos veteranos de ta lucha en que ellos participan ahora...” E123 de abril de 1.943, se decreté la liberacién de los internos d¢ campo de Djelfa. El 26 de mayo, nueve internos, poseedores de un cor trato de trabajo, salieron hacia ciudades argelinas. Otros cincuenta y tre entre ellos antiguos miembros de las Brigadas Internacionales, obtuviero permiso de un mes para intentar lograr el mismo propésito que los afot tunados poseedores de contratos laborales Esperando poder ser enviados a paises americanos, cierto namero d Tefuugiados no hallaron otra solucién que seguir trabajando en la linea Mc diterraneo-Niger, o en las minas de carbon de Kenadsa. Pero, ahora si, i bres y voluntariamente y con contrato de trabajo, percibiendo el salari conforme a ley. Al tiempo que las unidades militares, dependientes de Vichy, se uniai Texto enviado por la viuda del Sr. Agustin Roa Ventura, de su archivo particular. Esta relaeion ¢ ‘spaioles en el campo de Djelfa, puede consultase en el anexo I 47 Jost Luis MORRO Casas a los angloamericanos, Giraud decide crear F Cuerpo Franco de Africa. ‘Al frente del mando estaba el general Joseph Goislard de Montsaber, quien evmenzé su actividad bélica en la eampafia de Téinez Tras una amplia Gampasia de informacion por todos los campos, cerca de cinco mil sea faron voluntarios y de variada procedencia, franceses antifascistas, judios, espafoles..., destacando por su valor los espafoles que respondicron ala Tlamada, Unos dos mil prefirieron continuar la lucha contra el fascismo En el mes de diciembre, las autoridades militares francesas trataron de atraerse la buena voluntad de los refugiados, invitindoles a enrolarse en las Unidades combatientes. ‘Ahora si. Ya necesitaban derrotados en sus filas. El rechazo, en esos primeros momentos, fue general: era enorme la acumalacion de malos tratos y muy espeso el poso de resentimientol. Poco a poco comenzaron a salir refugiados que se incorporaron a los ejércitos inglés y norteamericano. Eran especialistas en varias actividades J encajaban, perfectamente, en los dos ejércitos. Del campo de Djelta, joeos se alistaron al principio, slo tres © cuatro, entre ellos Antonio Ortiz: “Como a todos me preocupaba el cariz de la guerra y la inguietud hacia mella en nuesiro dnimo. Tuvimos noticias de la formacién de bata- Hones libres de voluntarios al servicio de la libertad. No dudé en recupe- rar mi dignidad de hombre luchador y aproveché la oportunidad. En ‘aquella ocasién, el comandante Cavoche me ayudé en mi decisidn, de- jando el campo en la nueva etapa de mi vida”. Ingresaron en el Cuerpo Franco de Afriea, siendo levados a Tabarea, ¢ inscritos en la 361 compaiiia de Pioneros Britanicos. “E127 de junio de 1.943, més de cuatro aiios después de haber salido de Alicante @ bordo del Stambrook, empieza otro capitulo del exilio. Me marché a Argel para engancharme en el Cuerpo Franco de Africa para luchar, una vez mds, contra mi enemigo comiin y poderme sacar la esp’ de lo que me han hecho padecer en este exilio. A los tres dias fui nom brado Sargento, fui llamado para incorporarme al tercer batallén de la Segunda Divisién Blindada que mandaba el general Leclerc. El capitin de fragata, Miguel Buiza Fernandez Palacios, estaba al frente *. Ob. Cit 4 Diario de Lucas Camons, Robert S. Coale. Ob. Cit Pp 443 48 CAMPOS: AFRICANOS, EL EXILi0 EN Et Nore De AFRICA de la 3" compatiia, y el Teniente Antonio B. Claras6, adscritos al Cuerpo Franco, tomaron, nuevamente, bautismo de fuego contra el fascismo en ‘Tanez. Tiempo después, Buiza, estard al mando del tercer Batall6n, co: nocido “I'etrangere” siendo el antecedente de la famosa compaitia cono- cida como “La Nueve”. Sus componentes eran casi todos espafioles procedentes de los campos, abundando los ex-legionarios de origenes muy Fi versos. Otro destacado persongje es Toseph Put, al mando do la 1 eat pania. Fs un oficial en la reserva que conocié y particip6 en la Primere Guerra mundial y la Guerra Civil espafiola, al mando de la XIV Brigad: Internacional, conocida como “La Marsellesa”. Designado comandante del tercer Batallén del RMT, se convertira en uno de los hombres clave en la historia de “La Nueve”. Los anarquistas eran predominantes en la tercera seccién de la compa fia, mientras que socialistas y republicanos lo eran de la primera y se gunda, Comunistas fueron muy poces. El sentimiento antifascista era mus Fuerte para perjudicar la effcacia como unidad de combate, aunque el Ca pitén Dronne asume las diferencias entre ellos. Sabia que eran combatien tes experimentados en una guerra larga y cruel, los que les convertian et soldados de élite, en relacién con otros cientos inexpertos adheridos a 2* Division Blindada: ‘Fue el propio general Leclerc, en la regiOn de Djidjelli donde acam paba en plena montaiia, quien me confié el mando de los espafioles en l ‘futura Nueve. A decir verdad, inspiraban temor a cualquiera, y nadie queri tomar su mando. ;Porqué me eligid el general Leclerc? Segtin me dijo, por que yo conocia Espatia y porque hablaba espafiol. Esto era conceder de masiado crédito a mi experiencia y a mis conocimientos hispanicos...Lo anarquistas eran muy numerosos. Hay que convenir en que la filosoft anarqistaconiene ala notratea de los espaiioles que son individua istas..."*8 Raymond Dronne, supo ser agradecido cuando hablaba o eseribia d los soldados espaiioles bajo mando: Amado Granell, Domingo, Caiier Cortés, Carrasco, Liébana, Vazquez, Gualda, Zubieta, Blanco, Camét Heméndez, los hermanos Castell, Leénidas, Sanchez, Valero, Gareés, Ber * Raymor Drone. “Le Serment de Souffa”. Editiones du Temps. Pars. 1.96. 49 José Luis Morro Casas nal, Lozano, Puyol, Campos, Lucas Camons, Luis Royo... Para todos tiene frases encomiables, hasta cuando debe relatar, con pesar, Ia caida de alguno en la batalla, pueden adivinarse palabras muy sentidas. Muchos de ellos habian llegado a Argelia a bordo del Stambrook y otros buques, ‘como es el caso del Teniente Amado Granell, natural de Burriana, Caste- llén.* Fue el propio Teniente Granell, quien le ofrecié el cargo de cabo a Vicente Verdeguer, si se alistaba al ejército francés. Verdeguer rechaz6 el oftecimiento, por “el mal trato dispensado hacia los espanoles”. ‘Los descos de salir de los campos de concentracién hizo que en los pri- meros meses de 1.943, unos como soldados, otros como trabajadores para los aliados, aprovechasen la ocasién que se les presentaba. El Cuerpo Franco entré, victorioso en Bizerta, el 7 de mayo de 1.943. Dos meses ‘mis tarde, tras el desfile de la victoria en Tiinez, el general Giraud anuncié la disolucién del Cuerpo Franco. De Gaulle y Giraud, encabezaban las dos tendencias enfrentadas que junto a los aliados luchaban por la recu- peracién de Francia, totalmente ocupada por los alemanes. Mientras De Gaulle cra intransigente en su lucha por una Francia Libre y auténoma que debia ser tratada por igual al resto de paises aliados y mantener todo su imperio colonial, Giraud, favorito de los norteamericanos, parecia mas dispuesto a satisfacer sus pretensiones en el caso de descolonizacién. Una de las primeras conferencias que tuvieron lugar al principio de 1,943, cla- rificé quien lideraria el futuro de Francia. La conferencia de Casablanca logré la conciliacién de los dos generales y, cuando se organiz6 el Comité Nacional de Liberacin fue presidido por De Gaulle. Los integrantes del Cuerpo Franco tuvieron libertad de encuadrarse donde quisieran. Los espafioles optaron, mayoritariamente, por el general De Gaulle integrindose a los Batallones de Marcha, Mientras unos em- barcaron hacia Cércega, diciembre de 1.943, otros, desde Casablanca, haran la travesia hacia Gran Bretaiia. Por siempre perdurardn en la historia de la memoria en la Segunda Gue~ ra mundial, los nombres de los vehiculos blindados que primero entraron y liberaron, a pesar del chauvinismo galo, la capital francesa: Los Cosacos, ro: “La Nueve: Los espaftoles que lteraron Paris”. Evelyn Mesquida B. Bare (003, se inauguré el Musco de Historia Militar de la Provincia de Cas Tgar preferentedestacaba ef Quepis y objetos personates del Teniente Grane 50 CaMPos AFRICANOS, EL EXILIO EN EL NorTE DE AFRICA COLUNNA DE LA “DIVISION LECLERG" QUE ENTRO LA PRIMI ERA Pe ct eeu Men tancSe a ene Beetianuenre-toe cosacoge nh, COM AR 9 Cia, del Ser. Batallén de Marcha del Tchad. Seccién de mando Tipodevehiculo ——_Nombred Catan Ome seep ert Terente Arado Granel y Sargent Valero Semin Broad Neve y Sergent Pvt Somngs “fear 2 Seczin de combate Exes y Serena Cots Semionga jarcés), Sargento. me Loney Sargent Late Semionga ‘Sargento Calero Serioruy Sarena Sona Semiorige Sergento Marty Som tga y un carn do 57 mm. 3" Soccién de combate ‘Aorez Campos y Sargento Blanco Semioruga Sorento Semone Sereno Motos Semone ant Sager Gmenex Semorge “Cua Sapo tvgos (Ramon Eo) Sioa yameanin co 7 mm, Sta Cia, de combate del 501 Regt. de Carros do Combate 2 Secon de combate Tenere Read Sherman MAA2 enn Bet Cen Sremnan Nag om ret Toll Sherman Mead chan 3* Cia. de combate del 19° Batalln do Ingenieros 2 Seccn de combate Brcasa Canoe Sargenio Reiser som Sn Cone Somonge ra wse9 binges Sermo enrep 8 Soniouge acrid co Saree Guat, Sargent Gla, condita pr Luis yo, ent la 2 de aposto Scola Your dura ds cavenes oni coats Sara es stares on as crags de SL

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