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Capítulo 14

“Ven ya, Shikamaru.”


Gengo extendió su mano.
En tanto Shikamaru la tomara, todo estaría bien.
No tendría que pensar en más cosas problemáticas nunca más,
Los shinobi gobernarían el mundo… así era como las cosas debían ser, después de todo.
En tanto él tomara la mano, todo sería fácil.
No tendría que estar confundido nunca más.
“Ven conmigo.” La voz de Gengo presionaba el espíritu de Shikamaru.
Shikamaru poco a poco levantó su mano derecha, buscando alcanzar la gran palma que se le
estaba ofreciendo.

La punta de sus dedos casi tocaban las de Gengo-


Pero algo repentinamente ruidoso sucedió detrás suyo…
En el mismo momento que pensó esto, el cuerpo de Shikamaru se levantó en el aire,
remontándose y con dirección al techo. Su vista periférica le permitió ver a Gengo en el mismo
lugar donde estaba, tratando de cubrirse de la gran ráfaga de viento que lo azotaba. Incluso los
Iluminados en la parte superior de las escaleras estaban luchando contra él.
No obstante, el único elevándose en el aire era Shikamaru.
Remontó tan alto que terminó impactando contra el techo. Por un momento, todo su cuerpo
sintió el dolor del impacto, y de un momento a otro, estaba cayendo ya que el viento se había
detenido.
“¡Gah!”
Si bien había logrado caer de manera segura, la espalda de Shikamaru golpeó el suelo tan
fuerte que perdió el aliento por un instante.
Había sido empujado lejos de Gengo, completamente del otro lado de la habitación.
“¡SHIKAMARU!”
Alguien llamó su nombre en un furioso bramido que retumbó hasta el pasillo.
La voz de una mujer…
Una voz muy familiar.
“¿Qué haces en un lugar así…?” Shikamaru se inclinó para mirar a la dueña de la voz.
Una mujer estaba de pie en la entrada al pasillo, su cabello rubio estaba atado en dos coletas,
una a cada lado, y una mirada penetrante en sus ojos. Sostenía un tessen gigante en ambas
manos, sin lugar a dudas era la fuente del viento que había movido a Shikamaru.
Temari…
“¡¿Qué demonios estás haciendo?!” exigió saber ella, “ Comportarte diferente solo porque
alguien te dijo que lo hicieras, no es tu estilo, ¿o sí? ¡Eres el hombre que diferencié del resto!
¡Contrólate, idiota! ¡El discurso problemático de ese sujeto no debería ser nada más que
basura para tí! ¡Di algo! ¡Shikamaru!”
La voz pesada de Gengo no era nada comparada al sonido penetrante del rugido de ella
sonando en los oídos de Shikamaru. Sus ojos estaban hormigueando.
“Ah…”
La niebla que había estado nublando la mente de Shikamaru se rompió sin dejar rastro. Todas
las ideas extrañas que habían estado inundado su corazón se estaban desvaneciendo, dejando
su pecho al fin.
Era un sentimiento increíblemente reconfortante.
Shikamaru respiró lentamente.
No pudo evitar la sonrisa que se expandió en su rostro.
Un solo regaño de ella había roto el genjutsu por completo…
“¿Y que hay contigo? ¿Apareciendo de repente y diciéndome todo eso?” Dijo a Temari,
poniéndose en pie y rascando la parte posterior de su cuello.
“Hey, vine a salvarte, así que deberías agradecerme en vez de estarte quejando.” Dijo Temari,
recogiendo su abanico y plantándolo en el suelo. Se inclinó sobre este, sacando su pecho,
orgullosa.
Varios shinobi se alineaban detrás de ella en filas. Todos con la marca de Sunagakure en la
banda en su frente.
“No podía dejarte morir, después de todo.” Ella dijo, dedicándole una de sus sonrisas.
La sonrisa de Temari era como el sol ardiente del desierto. Limpió por completo la oscuridad
que había en el corazón de Shikamaru.
En su mente, recordó una de las frases que Temari había usado.
‘Ese discurso problemático.’
“Problemático… huh” Shikamaru se giró a mirar al villano en cuestión.
Gengo se estaba volviendo para darle señales a los EO que se habían detenido en las miras del
peligro en la cima de las escaleras. Apenas vieron su señal, comenzaron a descender las
escaleras.
Todos los Shinobi de Sunagakure se movieron para cubrir a Shikamaru del enemigo.
Incluso aunque los EO se habían reusado a moverse ante el repentino ataque de los shinobi de
Suna, una señal de Gengo los puso en movimiento. Ese era el tipo de cosas que era capaz el
hombre que reinaba ese castillo y país.
Los sonidos de metal impactándose comenzó a sonar en tanto la batalla comenzaba.
Extrañamente, Shikamaru se sentía completamente calmado.
Dio un paso hacia adelante.
Adelante de él, pudo ver que Gengo alzaba sus hombros y levantaba su guardia.
Calmadamente, Shikamaru continuó caminando.
Cuando estuvo al lado de Rou y Soku, puso brevemente sus manos sobre los hombros de
estos.
“Todo esta bien ahora” Dijo, y siguió caminando.
Cuando había solo un paso de distancia entre él y Gengo, se detuvo. Miró a los ojos al hombre.
Y en ese momento… Shikamaru bostezó.
“Ahhhhhh…”
Fue un bostezo tan grande, que puso sentir sus ojos poniéndose lloroso, y su visión
desenfocándose.
“Oi” Gengo estaba señalando algo en la cara de Shikamaru.
“¿Hm?” Shikamaru puso su mano cerca de su boca y pudo sentir algo húmedo bajando de su
nariz. Sangre.
Sin darse cuenta, tenía una hemorragia nasal.
“Esa Temari…” murmuró. Debió haberse golpeado la nariz cuando voló al techo.
“Lo siento” dijo Shikamaru a Gengo, girando su cuello para relajarlo, “Ahora, ¿tienes algo que
decir?”
“Veo que has llamado refuerzos, pero-”
“¿Huh?” Shikamaru cortó a Gengo con voz fuerte y sorprendida, “¿Refuerzos? ¿Dónde?”
Gengo lo miró con los ojos bien abiertos. Shikamaru se dio cuenta de que seguramente sonaba
como un loco.
“Oh, hablas de las personas a mi espalda.” Dijo, “Nah, te equivocas. No son refuerzos.”
“…Entonces como los llamas?”
“Ni idea. Solo vinieron por su cuenta, así que…”
Gengo miraba a Shikamaru con desconcierto. Parecía sorprendido por el repentino cambio de
actitud del mismo.
“Como sea que los llames…” Dijo Gengo, “Puede que hayamos recibido un ataque sorpresa de
estos oponentes, pero mi país no va siquiera a…”
“Pfff” Shikamaru se rió sin pensarlo.
Una vena empezaba a saltarse en la frente de Gengo.
“Ni si quiera, ¿qué?” Preguntó Shikamaru, divertido, “¿Qué tienes en mente? ¿VIste las
condiciones en las que está tu castillo, cierto?”
“No subestimes a mis seguidores” dijo Gengo. “No serán derrotados por shinobi de este nivel.”
“Sí, claro. Estoy ansioso por verlo.”
“Ahora, escucha Shikamaru-”
“Nope, no creo que lo haga.” Dijo Shikamaru francamente, poniendo su palma enfrente de la
cara de Gengo en señal de que se detuviera. “Si oigo tus palabras de nuevo, volveré a caer en
el genjutsu.”
“…” La ceja derecha de Gengo comenzó a temblar.
“Gracias a esa mujer, finalmente he despertado” Dijo Shikamaru. “No voy a caer una segunda
vez.”
“Iluso… Eres un Iluso Shikamaru…”
“Llenas tu voz con chakra mientras das esos discursos, y sumerges a tus oponentes e un
genjutsu mientras te escuchan, ¿cierto? Es un jutsu realmente adecuado para un loco
revolucionario como tú.” dijo Shikamaru. “Lo pensé mucho. La razón por la que mi sombra se
debilitó aquel día en la plaza fue porque el discurso ya estaba haciéndonos caer en el genjutsu,
¿correcto?”
“¿Genjutsu? Que tonterías dices. Mis discursos son inspiradores, estimulantes. Cada palabra
que digo es sincera. Y cada palabra es verdad. Shinobi son los que deberían gobernar este
mundo. Esa es la cruda verdad. Eres tú el que es iluso para no verlo, por no entenderlo…”
Las palabras llenas de chakra de Gengo hacían retumbar los oídos de Shikamaru, pero con el
simple hecho de tapar sus oídos con sus manos las disipaba.
No estaba preocupado.
El corazón de Shikamaru que solía ser tan revuelto como una tormenta estaba ahora
completamente en paz.
No importaba que pasara, ya no tenía miedo.
No, era más como…
“De alguna manera, todo siempre tiene que ser verdaderamente problemático, ¿verdad?”
Shikamaru bostezó de nuevo. “¿Por qué los ojos de las personas se ponen llorosos al
bostezar?”
Gengo no respondió. Estaba tan sorprendido, que no sabía que decir.
Shikamaru no tenía planeado confundirlo tanto como para hacerlo callar.
No tenía una estrategia demarcada.
Solo estaba siendo él mismo.
El regaño de Temari volvió a su mente…
'¡El discurso problemático de ese tipo no debería ser más que basura para tí!’
Ella tenía razón. Shikamaru nunca había sido alguien que pensara en el destino de todo el
mundo. Era solo un tipo que encontraba todo problemático, y que quería una vida regular.
Pensar como sus acciones podían cambiar al mundo, ¿no era eso increíblemente
problemático? No tenía por qué sufrir con semejantes pensamientos…
No le importaba. Gengo podía seguir con su plan para cambiar al mundo.
-No, espera un segundo.
Si Gengo seguía con su plan, ¿qué pasaría con Naruto y con todos?
¿Qué pasaría con Temari?
“Al final del día,” Shikamaru suspiró, “parece ser que no puedo dejarte hacer lo que quieras, o
se convertirá en un problema después.”
“¿A dónde se fue tu ambición?” Gengo preguntó, “Pensabas en cambiar al mundo, Shikamaru.
¡Abre tus ojos!”
Shikamaru dio un paso más hacia Gengo, una sonrisa en su rostro.
“Este soy yo.”
Había llegado el momento de la batalla de Shikamaru.

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