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LA HONESTIDAD

Honestidad u honradez es la virtud que consiste en decir la verdad,


ser decente, recatado, razonable y justo. Desde un punto de vista filosófico, es
una cualidad humana que consiste en actuar de acuerdo como se piensa y se
siente (coherencia). Se refiere a la cualidad con la cual se designa a aquella
persona que se muestra, tanto en su obrar como en su manera de pensar, como
justa, recta e íntegra. Quien obra con honradez se caracterizará por la rectitud de
ánimo, integridad con la cual procede en todo en lo que actúa, respetando por
sobre todas las cosas las normas que se consideran como correctas y adecuadas
en la comunidad en la cual vive.

En su sentido más evidente, la honestidad puede entenderse como el simple


respeto a la verdad en relación con el mundo exterior, los hechos y las personas;
en otros sentidos la honestidad también implica la relación entre el sujeto y los
demás, y del sujeto consigo mismo.

Honestidad y honradez, términos originariamente distintos, se han aproximado con


el lapso del tiempo y la influencia del idioma inglés; de tal modo que se está
produciendo una suerte de refundición de ambos para aludir a la definición de
honradez, siendo ésta sólo una de las acepciones del vocablo "honestidad".
La honestidad según Marco Tulio Cicerón

Para el filósofo romano Marco Tulio Cicerón la honestidad se realiza por el


cumplimiento de las obligaciones que se encuentran presentes en todas las
actividades de la vida humana. La honestidad se contrapone a lo útil, al placer y al
dolor (en contra de los epicúreos) y representa el fin mismo al que debe aspirar el
ser humano para ser recto.

Las obligaciones surgen de los cuatro principios (virtudes cardinales) que, de


forma unida y mutuamente dependientes, conforman la honestidad:

1. Prudencia (y sabiduría): de aquí la obligación de descubrir la verdad


(distinguir los actos buenos de los malos y el conocimiento teórico en
general)
2. Justicia (y beneficencia): de aquí la obligación de mantener la unión y
sociedad entre los hombres (tanto no dañar a los demás como servir a los
demás)
3. Fortaleza: de aquí la obligación de mantener la grandeza y excelencia del
ánimo para realizar las acciones.
4. Templanza: de aquí la obligación de mantener el orden, moderación y
constancia de los actos.

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