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franecoise dolto 2x siglo xxi editores, s.a. de c.v. ‘CERRO DEL AGUA 248, DELEGACION COYOACAN, 04310, MEXICO, D.F. siglo xxi editores argentina, s.a. TUCUMAN 1621, 7 N, C1050AAG, BUENOS AIRES, ARGENTINA portada de carlos palleiro primera edicién en espaiiol, 1973 decimocuarta edicién en espaiiol, 2004 © siglo xxi editores, s.a. de c.v, isbn 968-23-1840-8 primera edicién en francés, 1971 © éditions du seuil, paris, francia titulo original: le cas dominique derechos reservados conforme a la ley impreso y hecho en méxico/printed and made in mexico INDICE PRIMERA PARTE: La historia clinica 5 Doce sesiones de tratamiento psicoanalftico de un adolescente apragmitico. Desde la niiiez, pro- tocolo y reflexiones teéricas 7 Primera sesién: 15 de junio 11 Segunda sesién (15 dias después de la precedente) 36 Tercera sesién: 18 de octubre 47 Cuarta sesién: 16 de noviembre (4 semanas des- pués de la precedente) 54 Quinta sesién: 4 de enero (6 semanas después de la precedente) 77 Sexta sesién: 18 de enero (15 dfas después de la precedente) 93 Séptima sesién: 19 de marzo (6 semanas después de la precedente) 101 Octava sesién: Primeros de mayo (dos meses des- pués de la precedente) 104 Novena sesién: 25 de mayo (3 semanas después de la precedente) Wl Décima sesién: 7 de junio (2 semanas después de la precedente) 118 Undéeima sesién: Fin de junio (3 semanas después de Ia precedente) 144 Duodécima sesién: Fin de octubre 157 Posfacio 164 SEGUNDA PARTE: La relacién de los dos hermanos y el posible papel pervertidor del yo-ideal 169 TERCERA PARTE: E] encuentro, la comunicacién in- terhumana y la transferencia en el psicoané- lisis de psicéticos 185 apénpicE: Aclaracién sobre la teorfa freudiana de las instancias psiquicas en el curso de la evolucién de la sexualidad en relaci6n con el Edipo. Neurosis y psicosis 225 23] PRIMERA PARTE La historia clinica DOCE SESIONES DE TRATAMIENTO PSIOOANAL{TICO DE UN ADOLESCENTE APRAGMATIOO DESDE LA NINEZ PROTOCOLO Y REFLEXIONES TEORICAS En terapia psicoanalitica los escritos clinicos, en el sen- tido de protocolos de sesiones, son raros. La documenta- cién verbal y gréfica que Freud dejé de algunos de sus casos —por lo que se refiere al psicoandlisis infantil pien- so en Hans y en el Hombre de los Lobos (véase Cinco psicoandlisis de S. Freud)— nos presta una ayuda, sin em- bargo, considerable, junto a las deducciones teéricas que extrajo de ellas. Con ello abria Freud las puertas a nues- tra reflexién personal y a nuestras criticas formadoras. En nuestros dias se leen muchos pequefios 0 mintscu- los fragmentos extrafdos de un conjunto de varios cente- nares de sesiones; son fragmentos de discursos, de suefios o de comportamientos que sirven casi siempre para justi- ficar una investigacién técnica o una discusién sobre la transferencia y la contratransferencia. La razén de Ja elec- cién de estos fragmentos deja al clinico perplejo. Por lo demés, he pensado siempre que la asistencia de otros psicoanalistas al trabajo terapéutico podria ser de un interés considerable en lo que respecta a este trabajo especifico: iluminarnos en cuanto a nuestra orientacién, que encuentra su sentido en la escucha més afinada y el mayor respeto por todo lo que el analizado expresa de su inconsciente. Se hace asi posible una critica de la recep- tividad inconscientemente disponible en aquel que escu- cha y asi nos resultar posible restituir al encuentro psico- analitico su car4cter de autenticidad que siempre queda velado por nuestra contratransferencia. En mi consulta hospitalaria me di cuenta de que este modo de trabajo (con testigos) no estorbaba al sujeto en psicoterapia conmigo sino cuando la presencia de los asistentes me estorbaban a m{ misma en la espontanei- dad de mi atencién y de mi receptividad. estas sesiones en presencia de asistentes psicoana- listas una de las personas consigna todas las palabras 7] 8 LA HISTORIA CLiNICA pronunciadas por una y otra parte, por el paciente el analista. Figen Toe dibujos do Nos nica, wad como croquis de los estados sucesivos de sus modelados, ejecutados por mi misma durante el curso de la sesién delante del nifio. El papel de script-girl parece ingrato, pero, después de las sesiones, resulta de un gran interés critico. En cuanto a las mimicas del paciente y del tera- peuta, gestos y actos inconscientes paralelos, son entera- mente observables por todos. Una comprensién critica més adecuada se desprende del estudio ulterior de las se- siones seguidas con este procedimiento. En esta técnica asi modificada del “encuentro” ana- litico las reacciones transferenciales deben contar con la presencia paralela que difracta a veces visiblemente la transferencia 0, mds bien, sus componentes emocionales: cia y escucha de las otras personas de la asistencia. intervenciones del psicoanalista tienen en cuenta todo ello, abiertamente. Todos aquellos y aquellas que han asistido a curas en hospital saben qué ensefianza se puede extraer de ello y qué desmistificaciones del analista y del andlisis, no sin reacciones contratransferenciales, han permitido tal asis- tencia. Saben qué experiencia personal han extraido de ahi sobre las modalidades del narcisismo residual del analista, permanentemente en tela de juicio durante el encuentro psicoanalitico. Desgraciadamente esta técnica no puede generalizarse, tanto por razones de resistencia como por el cuidado del secreto profesional. A menudo nos hemos visto reducidos a redactar relatos reelaborados y muy resumidos, tanto por eleccién deliberada como por razones narcisistas que unas veces nos permiten y otras nos impiden admitir nuestra contratransferencia. Y siempre queda el proble- ma de trasmitir con veracidad nuestras experiencias de trabajo. Es para contribuir a la investigacién psicoanalitica por lo que he juzgado interesante redactar un caso en su fotalidadl. El documento, anotado en forma detallada, en DOCE SESIONES PSICOANAL{TICAS 9 estilo més o menos telegréfico, ha sido sencillamente vuel- to a copiar. Los croquis de los modelados han sido ejecu- tados por mf durante la sesién; cazo al vuelo los estados sucesivos de los modelados acompamiando al discurso del paciente. Esta manera de peoccler. que me es habitual es para mi casi automética y libera mi atencién “flotante”. No 25 aqui un caso tratado en consulta hospi- talaria publica; la particularidad de la transferencia sobre varias presencias hace mayor la problemdtica y he prefe- rido publicar un caso visto en “coloquio entre dos” en la consulta de un centro medicopedagégico. Si he escogido éste, es por el nimero reducido x sesiones, que hacia que su lectura no fuese demasiado fastidiosa y me permi- tia no suprimir nada, lo que proporciona a los lectores un documento auténtico. La diferencia entre este caso y aquellos seguidos en el consultorio particular del analista es que el precio de la sesién es pagado a una caja de dispensario y no al io psi ista. (Por otra parte, veremos cémo esta uh id de pago se inscribe en la transferencia, un dfa, a través de la fantasia del billete en la estacién. Se pasa una suma a través de una ventanilla a una secretaria que da un recibo.) Las citas y el ritmo de las sesiones son concertados entre el sujeto, la familia y yo. Las sesiones que no tuvieron lugar no son pagadas. Debo decir que la no asistencia a las sesiones no fue debida nunca, en este caso, al propio sujeto, sino a la persona que lo acompa- fiaba o al hecho de coincidir el dia previsto para la sesién’ con algunas vacaciones. Sélo un aplazamiento de la cita se debié a m{, por razén personal. En cuanto a la eleccién del caso, el lector pensard quiz4 que hay en él un encuentro particular de aconte- cimientos reales; sera bueno que se desengafie. Todos, neuréticos o no, tenemos en nuestra historia muchos acontecimientos particulares. Pero no son estos aconteci- mientos los que son psicoanaliticamente importantes, es decir, en la dind4mica inconsciente que estructura el des- arrollo del sujeto; ya se daré el lector pronta cuenta de 10 LA HISTORIA CLINICA ello; lo importante es la manera como el sujeto reacciondé a ellos, en funcién de su organizacién pulsional y perso- nolégica en curso. Los acontecimientos vividos en fami- lia han recibido su significacién traumatizante sélo cuan- do el sujeto, a causa de ellos, ha escapado a la castracién humanizante en los diversos niveles de su evolucién libidinal.* En el caso que presentamos a la lectura, las instancias de la personalidad en curso de elaboracién no han encontrado en el ambiente parental el soporte, por lo menos verbal o gestual, caracteristico de una sim- bolizacién humana, para la impotencia mutilante que le provocaba la angustia. Al contrario, es su angustia la que ha adquirido el valor de realidad de principio para el entorno familiar y social, imagen-sufrimiento para él de la angustia, pero imagen sin palabra y sin gesto de otro. Si este trabajo puede traer consigo reflexiones criticas y constructivas —y opino que la polémica cae fuera del campo de la critica psicoanalitica— no habré trabajado indtilmente.? 1 Espero que el contexto aclararé estas palabras. Quiero decir que en el curso de su desarrollo todo ser humano encuentra limi- taciones que ponen a prueba sus deseos y que son, em necesarias’ La Peal calidad de estas limitaciones ‘mplica sufrimizatoe malo © img, ences de muhcoe cxpee ia. De abi se sigue una ién Geublimacién cult 7 sal seg ‘s sean, 3. la vez, el nivel de la imagen corporal estructurada en el sujeto, el nivel de su lenguaje y las reacciones con las que tropiece en su medio ambiente: lenguaje, comportamiento, palabras y angustia con- comitante. paste Enon nig o conor a tate de su oe que entonces el nifio no conoce la existencia de su rostro. Ea pstolog de os icéticos se refiere, me parece, a a experiencias y prescopicas del del propio cuerpo. Tal es el caso de 2 Onde bien entendido que, per mee oligecet ha sido necesario emprender ciertas modificaciones de los nom- > eee y Pero no alteran su valor asociativo significante para el sujeto. PRIMERA SESION: 15 DE JUNIO PARTE I: ENTREVISTA CON LA MADRE Después de haber recibido a Dominique con su madre, envio a Dominique a preparar modelados y dibujos en la sala de espera. La sefiora Bel se queda conmigo. Dominique Bel es un muchacho de 14 afios, al que se nos remite para un diagnéstico y un consejo respecto a su ubicacién escolar. Es un mlachs puiber desde hace un afio y que desde siempre lleva una vida escolar total- mente aberrante. Desde hace dos afios sigue una escuela de pedagogfa especializada, donde no hace progresos y donde su comportamiento, aunque estereotipado, parece més bien deteriorarse. E] médico de un dispensario medicopedagégico que le ha seguido desde hace varios afios ]o consideraba como un débil simple, pero después de su pubertad teme una evolucién hacia la esquizofrenia. Tal es también la im- presién de las personas experimentadas de la ultima es- cuela y también mi primera impresién. Dominique ha repetido tres veces el noveno curso (8 afios) en la escuela primaria; después ha entrado en esta escuela especializada donde, sin estorbar a la clase, no hace progresos. Su ocupacién favorita es dibujar: he aqui un espécimen de sus dibujos estereotipados, los mismos desde hace afios, siempre artefactos mecdnicos: aviones, autos (jams barcos). Por su hechura tienen la apariencia de monobloques. Casi siempre est4n dibujados en dos sen- tidos opuestos, sobre la misma p4gina. La mitad superior de la pagina de un dibujo sirve de mitad inferior para otro. Dominique hace también modelados estereotipados de los que reproducimos también una muestra. Para él oy 12 LA HISTORIA CLINICA son personajes. Cubren una superficie enorme, midiendo los més pequefios 40 cm de largo; los desplaza como si fueran macarrones cocidos, con una precaucién afectada. Dominique tiene la apariencia de su edad; es alargado, sin ser flaco, moreno; tiene el pelo corto y muy so, la frente bastante baja y ya un poco é whe shee dedor de Ja boca. No se para derecho, sino un poco como un primate. Tiene una sonrisa estereotipada y una voz “dulzona”, muy aguda y bitonal, como si no hubiera cambiado de voz todavia. Sigue a su madre con los brazos encogidos y las manos cafdas, como lo hacen con sus patas delanteras los perros a quienes se ha adiestrado a cami- nar sobre sus patas traseras. El muchacho est4 completa- mente desorientado en el tiempo y el espacio. “Es incapaz de vivir sélo y de circular por la calle aun tratdndose de pequefios recados para su madre. Es a tal punto dis- traido, que saldria en pijama o se quedarfa en casa du- rante el invierno con abrigo y guantes para desayunar, si no se le advirtiera de ello.” Una sonrisa enigmitica, con los ojos semicerrados, vaga por su rostro congelado. - Aun cuando va a Ja misma escuela desde hace dos aiios, siempre conducido por su hermano, un dfa, al distraerse este hermano mayor (jy esto no le ha ocurrido més que una vez!), Dominique se perdié y tomé un tren distinto ue el Michelin cotidiano; partié para no sé qué ciudad provincia, de la que sin embargo supo hacerse repa- triar solo, después de una jornada de inquietudes fami- liares. Al salir de la escuela, si la maestra no se lo impide, sigue a cualquiera. E] mismo no parece saber por qué. Por otra parte, como se verd, si bien habla, no responde a las preguntas. Ha Ilegado a leer, ya sabremos después cémo; eso es casi todo. En cuanto al cdlculo, a pesar de la pedagogia mds avanzada de que se dispone para los discalciilicos, no comprende absolutamente nada y estd obsesionado por ello, repitiendo las tablas de multiplicar con tanta aplicacién como inutilidad. La madre dice que, a ratos, muestra un verdadero encarnizamiento por apren- PRIMERA SESION 13 der y que, en otros, abandona desesperado la partida, porque no retiene nada. Fic. 1. Dibujos traidos por la madre, hechos antes de la venida del nifio al CEM. No tiene amigos, pero tampoco enemigos. En casa juega un poco con autos pequefios, pero no se ocupa en nada prdctico. Empero, a decir de su madre, no seria de- masiato torpe con sus dedos (?); pero lo que més le gusta es dibujar. Traténdose de modelar, le gusta hacer largas tiras que después retine. Desde hace un afio “esté siendo trabajado —dice la madre— por la pubertad”, aun- Pe no parece tener ningiin pudor ni ninguna curiosi- id por su sexo; pero es una “impresién de madre —afia- de—. Le gusta leer y desde hace algtin tiempo cuenta 14 LA HISTORIA CLINICA historias que él mismo inventa, sin duda para hacer creer que tiene mucha imaginacién. Se le escucha para darle por su lado, o més bien se finge darle gusto para que él se dé el gusto de hablar, pero nadie le entiende una palabra”. De hecho, més que fabular delira. Dominique es el segundo de tres hermanos. El primo- génito es un muchacho, Paul-Marie, dos afios y medio mayor que él; la tercera es una chica, Sylvie, dos afios y tres cuartos mds joven que Dominique. Las notas que poseo y que vienen de la escuela a la que va Dominique desde hace dos afios dicen que este nifio es dulce, facil, de buena voluntad, sin medios; se le tiene por simpético. La madre declara que Dominique tiene una excelente salud fisica. Ha padecido en forma muy benigna las enfer- medades infantiles que su hermano y su hermana han tenido agudas. Tolera cualquier alimento y soporta todas las intemperies. Las notas de la escuela dicen también que el nifio era sano psiquica y caracterolégicamente hasta el nacimiento de su hermanita; que entonces tuvo reacciones muy fuer- tes de celos, a los que se atribuyen los desérdenes de su conducta actual. Colocado en una escuela infantil de método activo Montessori, vecina de la casa de los padres, desde muy pronto, antes del nacimiento de su herma- nita, fue bien acogido y cayé bien; pero después de una estancia de dos meses en casa de sus abuelos paternos con motivo del nacimiento de su hermana, la escuela no quiso saber més de él. La madre trat6 mds tarde de meterlo en escuelas maternales, pero ninguna quiso te- nerlo. He aqui los hechos detallados que hago que la madre me precise: Dominique, al volver de su estancia con los abuelos, encontré ocupado su lugar en su propia cuna, donde habfa dormido hasta su partida, en Ja rec4mara de sus padres. Se le puso en una cama de adulto, en la rec4mara de su hermano mayor. No hizo ninguna mani- festacién a este propésito, pero tuvo una fuerte reac- cién de angustia al ver mamar a su hermanita; trataba de PRIMERA SESION 15 arrancarle del seno, no queriendo verla “comerse a ma- m4”, Volvié a ensuciarse. La enuresis no habia cesado pr4cticamente, pero ademds hubo encopresis nocturna y, durante el dia, el nifio se mojaba y defecaba en sus panta- loncitos. Por lo dems es esto precisamente lo que deter- miné que lo devolvieran de la escuela, siendo asi que, antes z su partida, se habfa integrado muy bien en el grupo. A su vuelta, ensuciaba todo, era insoportable, agresivo. Asi, el nifio se quedé en el hogar familiar. El verano siguiente fue con su madre, su hermano y su hermana a casa de sus abuelos maternos (esta vez). F1G. 2. Dibujos estereotipados anteriores al tratamiento. b) Tren fantasma en la feria del Trono. 16 LA HISTORIA CLINICA Alli el verano fue abominable: crisis continuas de opo- sicién, de célera y de rabia, Estas crisis inquietaban a su madre por su importancia; todo el tiempo habfa que pro- tegerlo frente a si mismo y proteger a su hermanita. Periodo de mutismo y de insomnio. Las cosas mejoraron al volver al domicilio de los padres; se quedé en casa y se mostré facil de manejar. A los seis afios legé el mo- mento de meterlo obligatoriamente en la escuela primaria. Alli se muestra extremadamente inestable y sin contacto con los otros, sin ser por lo dem4s agresivo, ensucian- do los cuadernos, volviendo a ensuciarse en los panta- lones cuando ya Ja madre habfa logrado que fuera lim- pio. Es a causa de esta inadaptacién al cabo de algunos meses por lo que la maestra lo envié a consulta, por vez primera, a un hospital parisino, en la consulta de neuro- psiquiatria infantil. Se hicieron al nifio tests psicotécnicos, ex4menes di- versos y un EEG, que no han revelado nada patolégico. El médico prescribié medicamentos que lo excitaron y volvieron dificil, siendo que hasta entonces se habja mostrado inestable, pero décil y gentil. Se decidié en- tonces que una psicoanalista le hiciera una psicoterapia. Siguié este tratamiento durante seis meses, a razén de dos veces por semana. Se descubrieron entonces los viejos celos, que clinicamente no eran ya visibles desde hacia mucho. De ah{ que la madre nos hablara de ello tan bien: en esta época se vio inducida a acordarse de todo lo que pasé y del comportamiento del nifio a la edad de dos afios y medio hasta los tres afios: de todo lo que ella habfa achacado a una fatiga momentdnea debida a los cambios de aire y al crecimiento; porque entonces no puso en relacién directa el trastorno caracterolégico con el nacimiento de la hermana, pues los celos no se dieron a conocer. Gracias a la psicoanalista comprendié y pudo localizar bien, una por una, las etapas por las que habfa pasado su hijo y de fas que hablaba ahora todavia con compasién. Pero se pregunta si era “esto” Centiéndase un tratamiento PRIMERA SESION 17 psicoterapéutico) lo que se necesitaba, porque a fin de cuentas no hubo mejora. El nifio era muy bueno antes del tratamiento y fue bueno después. Se dijo que su nivel Fic. 3. Tipo de modelados estereotipados anteriores al trate miento. La superficie ocupada es muy (40 cm de altura). Desk del wokdiah rodeutaationmaa fords, y oo 18 LA HISTORIA CLINICA mental era bueno. Era un nifio que se expresaba bien. Sencillamente, no era sociable. No le gustaba la escuela. Seguia siendo enurético y no se ocupaba de nada. Sofia- dor y pasivo, rehusaba los contactos, sin molestar a nadie. Después de seis meses de psicoterapia que no aporté mejora alguna, la psicoanalista habia decidido cesar el tratamiento: que las cosas cambiarian poco a poco; que se le asegurara que lo querian tanto como a su hermanita, que se les tratara igualmente y se le mandara de nuevo a la escuela. Y esto es lo que se hizo. Pasé pues a la escuela primaria los dos primeros afios, de 6 a 7 y de 7 a 8 ajios, sin llegar a aprender a leer y sin tener muchos contactos; era bueno y temeroso en exterior; en la escuela se mantenfa a distancia de los otros. En casa era muy “afectuoso” con su hermanita y admi- taba de todo corazén, haciendo eco a la familia, todos sus progresos. La psicoanalista habfa también aconsejado que se le mandara eventualmente, si parecia necesario y después de algun tiempo, al campo en buenas condi- ciones, porque al nifio le gustaban mucho los animales. Recordando este consejo y ante sus fracasos escolares, los padres enviaron a Dominique un afio a casa de sus abue- los paternos, en la regién de Perpignan. Alli veia a los hijos de la tia paterna. Por lo demas debié sentirse muy contento alli y se mostré feliz. Cuando volvié, a los 8 afios, sabfa leer, pero volviéd a encontrar en la casa una hermanita que, a su vez, iba a la escuela y habia hecho progresos en su ausencia: perdié la lectura que habia ad- quirido. La madre se dio cuenta entonces efectivamente, lo declara ahora, de que sufria de celos desde el momento en que ya no estaba solo con ella. La madre se ocupé de él tanto como pudo, acordéndose de los consejos que le dieron, mimdndole cuanto pudo para mostrarle que no preferia a su hermanita. Y sin embargo, la escolaridad no tuvo éxito de nuevo. Y eso que la madre habia en- contrado para él una maestra comprensiva en Ia escuela primaria. Con ésta pudo poco a poco recuperar la lectura y se aferré a esta adquisicién durante cuatro afios, de los PRIMERA SESION 19 8 a los 12, lo que le permitié hundirse en libros de historia y de historietas, sus vinicas lecturas. Su car4cter no ha cambiado desde los 8 afios. Sigue siendo un nifio fécil, salvo por el hecho de que hay que hacerlo todo por él, que es distraido y no cuida de sf en modo alguno; llevado al limite, se olvidaria de comer, de vestirse y de lavarse; no tiene memoria y sigue siendo enurético, lo que resulta muy incémodo. Parece, aun- que no se tiene certidumbre, que la enuresis no fue pro- blema cuando estuvo con la abuela paterna a sus 8 afios, “pero vivia en el campo”. Juega solo contdndose histo- Tias que no se oyen, pero que parecen divertirle mu- cho. Le gusta provocar miedo, se disfraza “de fantasma” con sdbanas, pero no se le hace mucho caso y le des- ilusiona mucho no provocar el miedo que, para darle gusto, se simula a veces. No tiene pesadillas, duerme bien. La cuestién de alimentos no es un problema y pa- rece que jamds lo fue, incluso en la época de su gran perturbacién inicial con mutismo, insomnio e inconti- nencia total. Traga todo lo que su madre pone en su plato, sea lo que fuere, y lo hace distraidamente, pero con limpieza. Su madre dice también que tiene “eso que los doctores Ilaman fobias”, miedos p4nicos. Por ejemplo, miedo a las bicicletas, a las que por nada del mundo se aproxima ni trataria de montarlas; tiene también fobia a los ca- ballitos. Cuando es presa del panico, se aferra a su ma- dre y no se atreve a moverse ni hacia delante ni hacia atrés. Y sin embargo, durante una fiesta en el campo estuvo fascinado por el tren fantasma: extdtico, y de ninguna manera en pdnico. La madre dice también que tiene tics, gestos siempre iguales, sin sentido (¢cudles?), o més bien manias, comportamientos extravagantes. Ciertas cosas no deben cambiar de lugar y hay que meter la ropa interior sucia en el armario, sin lavarla. Le ho- rroriza que pasen por el agua sus calcetines y su ropa interior. Acepta con gusto que se le mude, pero preferiria que se guardara directamente su ropa interior sucia para a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book PRIMERA SESION 23 ningun problema, y luego a Dominique, que fue un nifio muy deseado, aunque més bien esperaban una nifia. De Dominique no tiene nada que decir respecto a su primera infancia. Fue un bebé hermoso, tanto por lo que respecta al peso como a la vitalidad; pero debe “confesar” que lo encontré muy feo, porque era velludo y moreno, como el padre de ella. Lo alimenté al pecho durante un afio, caminé al afio, tuvo muy pronto sus dientes, hablé normalmente, quiz4 incluso un poco pronto; de hecho hablaba ya bastante bien antes del destete. Por el con- trario, ha sido dificil pe la limpieza excrementicia, que el hermano mayor adquirié “en seguida”, de modo que éste casi nunca ensucié sus pafiales. Esto debe ser bas- tante relativo, porque dice que Dominique “volvié a en- suciarse” cuando nacié su hermanita, a los dos afios y medio; lo que quiere decir que ya era limpio antes. La madre habla de un perfodo transitorio de “sucie- dad”, a la que llama “encopresis”, hacia los 20 meses. Reflexionando, puntualiza que fue cuando comenzé a estar encinta de la pequefia. Afiade que Dominique vol- vié a ser limpio cuando lo puso en la escuela Montessori y lo siguié siendo mientras estuvo en casa de_la abuela paterna, adonde lo envio durante su embarazo y el naci- miento de Sylvie. Pero desde que Dominique volvié a la casa, encontrando alli a la hermanita, no solamente ma- nifesté todas las regresiones descritas, sino que, dice atin, exigié que le pusieran pafiales como a su hermanita, que- ria mamar como su hermanita, cosas que ella le satistizo en aquella época por lo demas. Pero esto no arreglé nada. Ademés, perdié casi la palabra. La recuperé poco a poco, el mutismo no duré mucho, a lo sumo un mes. Todo esto le vino a la memoria durante la época del primer trata- miento de Dominique, cuando se Ilamé su atencién sobre el perfodo del nacimiento de Sylvie. La madre afiade que las cosas parecieron cambiar brus- camente algtin tiempo después del nacimiento de la her- mana, a la vuelta de las vacaciones de verano, con oca- sién de mudarse a un departamento més grande. Fue al 24 LA HISTORIA CLINICA Megar a esta nueva casa cuando Dominique habria recu- perado el habla, la buena conducta y la limpieza, con excepcién de Ja limpieza nocturna. Dominique tiene un cardcter igual, no rie nunca, salvo cuando esté solo. Jamés llora, a veces est4 agitado, furioso por cosas que no quiere que se hagan, pero no lo dice. Eso se ve. Ella le conoce bien. Acerca de su marido la sefiora Bel dice que se dedica a “la exportacién industrial” desde el nacimiento de Do- minique. Ella se encuentra extremadamente sola desde que su marido tiene esta ocupacién; “ella es el padre y la madre a la vez”. Su marido est4 en casa, dice, de una manera “muy variable”; nunca se sabe si Iegar4 en la tarde y a veces sale por quince dias o un mes sin previo aviso. No se le debe telefonear a la oficina, porque le molesta. “Al principio me parecié duro todo esto, pero afortunadamente tengo a mis hijos. Como nos entende- mos perfectamente bien, los nifios no ven la diferencia y de hecho no les falta nada, aun cuando el padre no esté presente.” No hay problemas de dinero, porque su marido tiene una situaci6n muy buena. Para darme un ejemplo de su modo de vida me dice: “Ayer en la noche, por ejem- plo, mi marido Ileg6 a media noche, hablamos hasta las dos de la madrugada y se volvié a marchar a las seis de la mafiana con su maleta. Los nifios no lo vieron, y eso que hace quince dias que no volvia a casa”. Otro ejem- plo: “El deciaié que las vacaciones de Pentecostés las pasaria en casa con nosotros. Los nifios se las prometfan muy felices con este proyecto y a las siete de la mafiana tecibié un telefonazo y tuvo que marcharse; su maletin est4 siempre preparado”. Es ingeniero, su oficio reclama entemente su presencia en Alemania, a menudo con cardcter de urgente; est4 siempre listo para salir a cual- quier parte al primer telefonazo. Son dos ingenieros aso- ciados, el otro es un valioso hombre de extraccién humil- de, ingeniero de una gran escuela que da un titulo su- perior al de su marido. Este otro hombre, asi Jo cree ella. PRIMERA SESION 25 es infeliz en su matrimonio; se ha casado con una mujer rica; sus hijos estén en un internado desde pequefios y el hombre no se interesa mds que por su trabajo. El y su marido constituyen una pareja de amigos mds que so- cios de negocio. Pueden confiar enteramente el uno en el otro. “Y sin embargo, mi marido, por mds ocupado que esté, logra arreglar las cosas cuando es necesario: en los momentos de los partos siempre estuvo ahi. Puedo contar con él absolutamente si es necesario. Se queda con los nifios y se ocupa de la casa y, entonces, es muy maternal con ellos. El afio pasado pudimos pasar quince dfas todos juntos de vacaciones, como el afio anterior, que fue la primera vez que pasamos las vacaciones, los nifios y yo, con él, Cuando est4 en casa, mi marido se ocupa de ella; le gusta el jardin, el barco y trabajar en todo. Mi marido quiere a los nifios cuando son bebés, pero no le gusta mucho que los nifios le ayuden porque le gusta hacer un trabajo preciso y que rinda, y los nifios son més bien molestos; y como tiene poco tiempo para estar en casa, no puede ocuparse mucho de ellos ni hablarles mucho; pero para mf que él est al corriente de todo y tiene plena confianza en mf,” Le pregunto cémo se las arregla en sus ausencias. Me dice: “Afortunadamente estoy muy ocupada, tengo a los tres nifios, lo hago todo yo misma, me gusta, y ademés mi hija me ocupa mucho; me ocupo de sus estudios, ella me necesita mucho; y ademés est4 toda la casa. Cierto que en casa no vemos a nadie; tampoco Dominique ve a ningtin hombre fuera de su padre, porque siempre ha tenido maestras en Ja escuela. Una o dos veces al afio nos reciben en casa del ingeniero que trabaja con mi ma- tido, un domingo; Ilevamos al mayor y a Sylvie, pero no a Dominique, porque esto harfa quedar mal a mi marido con la sefiora de su patrén. Los tres nifios admiran mu- cho a su padre, les gusta tomar parte en sus actividades del barco durante las vacaciones, salvo Dominique que, aunque sabe los movimientos de la natacién, tiene miedo al agua; Dominique se queda, pues, jugando en la playa 26 LA HISTORIA CLINICA en un club infantil vigilado, mientras que nosotros nos vamos en el barco con mi marido”. éLos padres de ella y su cardcter? No me dice nada de su madre; dice de su padre que era extremadamente se- vero con ella cuando era joven; en desquite, desde que se casé, “no sabe qué hacer para darme gusto”; pero, advierte, “estoy persuadida de que si hubiera una dife- rencia de opiniones entre mi marido y yo, daria la razén a mi marido, porque mi padre y mi madre han acogido a mi marido mejor que a un hijo, que siempre lamentaron no haber tenido. jMis padres no hubieran querido tener una nifia!” @Sus suegros? Dice que viven en los Pirineos. Su sue- gro es un oficial superior retirado con el que no hay que discutir; siempre tiene razén; pero parece tener mucho corazén. No se entienden bien su marido y el suegro. Cada uno tiene sus ideas y prefieren no hablarse. El ma- rido, Georges, es el Primogénito, tiene actualmente 42 afios. Tuvo una infancia dificil; hijo de oficial, diecisiete mudanzas, estudios aparentemente no muy brillantes, ‘ pero en esa época nadie se ocupaba de eso y, a pesar de las bajas calificaciones, se pasaba de clase en clase, tanto més cuanto que cada afio cambiaba de liceo. Hubo en su familia varios dramas: “E] hermano siguiente a mi ma- rido murié accidentalmente cuando tenfa afio y medio, mi marido tenia entonces 5 afios. El bebé se trag6 una pieza del tren con el que jugaba mi marido”. Su marido - le ha dicho que se acordaba muy bien de todo ello y que esa cuna vacfa le habfa sacudido terriblemente. (Note- mos esto, porque es esa famosa cuna que no ha querido dejar vacia entre sus propios hijos; Paul-Marie no dejo su cuna sino para cedérsela a Dominique; esta cuna vacia en la recdmara conyugal hubiera conmovido demasiado al padre. Si Dominique ocupé sin intervalo el lugar de Paul-Marie, Sylvie ocupé igualmente el lugar de nique, que marché a casa de Ja abuela paterna, sin que se comprara una nueva cama para él antes de este tercer nacimiento. Del mismo modo los nifios no pudieron PRIMERA SESION 27 jugar al tren cuando eran pequefios, a causa del recuerdo y del peligro posible.) “Pero parece que ahora la ansie- dad de mi marido ha pasado, porque, desde hace algunos afios, hay un tren eléctrico en la casa y mi marido ya no parece pensar en los accidentes.” Después de este hermano muerto por accidente tuvo una hermana, siete afios m4s joven que Georges, a la que llaman Monette, casi el mismo sobrenombre que la Sra. Bel. Se casé y vive cerca de sus padres. Tiene cinco nifios; debieron ser seis, pero también alli hubo un drama. Un nifio que nacié con el “mal azul” murié de 6 meses, cuando Dominique estaba all4; y como tiene por principio decir siempre la verdad a sus hijos, contra- riamente a su propia madre que pretende que no hay que decirles la verdad ni sobre la vida ni sobre Ja muerte, la sefiora Bel quiso que Dominique viera a su primito muerto, le explicé cémo lo enterrarian y Ja transforma- cién de los cuerpos en la tierra; esto cuando tenfa 8 afios. En la familia Bel no quedan, pues, més que su marido y su cufiada, dos hijos de cuatro: porque el sefior Bel tuvo un hermano, doce afios mas joven que él, pero des- aparecié en la montafia cuando tenfa 17 afios, el mismo afio de] nacimiento de Dominique. Fue un drama terrible, que la sefiora Bel relata asi: “Salié con su hermana y un hombre joven hacia los Pirineos y, cuando estaban sobre un sendero en el flanco de la montafia, su camarada per- dié un hermoso pufial que se deslizé es los matorrales de la pendiente. Mi cufiado dijo: ‘Lo buscaré y lo reco- braré, contintien ustedes, yo los alcanzaré por un atajo’, y nunca jamds volvieron a verlo. Se pensé que habria sido capturado por un préfugo espafiol o que tendria un ata- que de amnesia; se le buscé en las prisiones espafiolas; durante tres afios sus padres tuvieron atin esperanzas. No se le ha podido declarar muerto, porque creo que hacen falta tres afios para que se pueda declarar muerto a un desaparecido. Fue terrible, era un tormento, yo es- taba encinta de Dominique. Sdlo tres afios mds tarde, en la época en que esperaba a mi hija, se puso una placa a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book PRIMERA SESION 31 cuando era chico, tenia miedo a los ladrones, pueden robar el dinero, pueden robar la plata, gno piensa usted que se pueden llevar muchas cosas? Se calla. Pienso para mi misma: ¢la sala (salle), no seré la “sucia” (sale)?, y digo: O quizd tu hermanita. El: ;Oh!, pero bueno, :cémo es que usted se las sabe todas? Yo: Yo no sé nada de antemano, pero tii me dices cosas con tus palabras y yo escucho con todas mis ganas; eres ti el que sabes lo que te ha sucedido, no yo. Pero juntos podremos quizd comprender. Silencio. Espero largo rato y luego: Yo: En qué piensas? El: Busco qué es lo que marcha mal en la vida. Me gustaria ser como todo el mundo. Por ejemplo, cuando leo varias veces una leccién, al dia siguiente no me la sé. A veces siento que soy mas estipido que los demds, y me digo: esto no marcha, jpero deliro! [la palabra la pronuncia acentuando mucho las tres sflabas separadas y en un tono superagudo}. Yo: Bueno, es verdad que ti deliras. Veo que te das cuenta. Quizd te las das de chiflado para que no te reganen. El: ;Oh, debe ser eso! Pero, scémo lo sabe usted? Yo: No lo sé, pero veo que te has disfrazado de loco o de idiota y no lo eres, puesto que te das cuenta y quie- res cambiar. Vuelve entonces varias veces a hablar de sus obsesio- nes de la tabla de multiplicar. Le digo de una vez por todas que: eso me daba igual, que esos cdlculos para la escuela no eran lo que me interesaba y que no habia venido a verme porque yo fuera una maestra de escuela, sino porque yo era una doctora, para saber si podia dejar de ser loco y hacer entonces, en efecto, como todo el mundo, si es que tenia ganas de hacerlo, en todas partes y no sdlo en la escuela con las cifras. Le digo también: Lo que es importante en la vida no es lo que tt haces con las lecciones, los cuadernos y los 32 LA HISTORIA CLINICA libros de clase, es toda tu manera de ser, de no ser de veras y todo lo que pasa en tu corazén y que no quieres decir. Acabo de ver a tu madre y he hablado con ella. Veré también a tu padre. Entonces le explico —pero, ¢me escucha?— el secreto profesional y que no empren- deremos nada sin el padre, si no sin sus deseos, al menos no sin su autorizacién: ser4 preciso que acepte que Do- minique venga a verme y que busquemos los dos com- prender lo que le impide ser como todo el mundo. Vuelvo a ver a la madre en presencia de Dominique y le digo que lo veré junto con su padre; o bien, si el padre no puede venir al mismo tiempo que ella y su hijo, den- tro de quince dfas, antes de las vacaciones de verano, pido al menos ver al padre solo, incluso el dia y a la hora en que él quiera, hasta en la noche, en mi consul- torio, fuera del centro. Su venida es indispensable. Repito a Dominique delante de su madre que el hecho de que el padre no esté en casa a menudo no quiere decir que no.cuente (sic), que ya sabe que la madre ha actuado siempre de acuerdo a una decisién tomada en comin, Vuelvo a decir, para Dominique, que Ja directora del centro (a la que vio la primera vez), yo misma y su madre quiz4 también, podriamos intentar un trabajo con la sefiora Dolto (yo), pero Gnicamente si el padre est4 de acuerdo. En ese momento Dominique, que visiblemente da la impresién de sentir que ya la cosa no le concierne, quiere marcharse. Va a esperar a su madre a la sala de espera y la sefiora Bel, ya sola conmigo, me pregunta: “Doctora, équé piensa usted del caso?” Al relatar las frases intercambiadas con Dominique se- ramente percibimos —el lector y yo misma— que ha abido contacto; y sin embargo su presentacién lejana, su voz amanerada, su sonrisa helada, su mantenerse a distancia, la ausencia de mirada y de apretén de manos, la ausencia de adiés, esa huida felina o de bebé que se a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book 34 LA HISTORIA CL{NICA tamente por esto es por lo que pienso que habria que a» detener esta evolucién hacia la ‘locura’”. Ocho dias después de esta consulta recibimos una carta de la seftora Bel que dice entre otras cosas: “...Confieso que me sacudié profundamente cuando usted me declaré con toda tranquilidad que Dominique estaba loco y que habia que cuidarle como a tal, cuando que desde hace doce afios se contentan con decirnos: va retrasado, pero se arreglaré con paciencia y mucho afecto. Una vez pasado el primer choque, pienso que prefiero su diagnéstico porque, en efecto, responde a muchas cosas que nos inquietaban. No comprendo por qué la comisién de higiene mental que lo examiné durante dos dias no nos dijo eso. Si se nos hubiera dicho: jHay que intentar todo para curarlo, quiz4 se arregle! Pero se nos decia: hay que encontrar una escuela y mantenerlo en casa mientras no moleste. Con el tiempo podré arre- glarse. Lo que puedo decirle es que, desde que la vio a usted, Dominique est4 totalmente transformado en su comportamiento; él, que hasta ahora vivia como extrafio en la casa, pasa ahora su tiempo dedicado a hacerse util, sin que se le pida cosa alguna. Hace Ja casa, arregla me- tédicamente los armarios, se precipita a la cocina para evitarme trabajo en cuanto se da cuenta de que Eta alguna cosa en la mesa; es servicial y gentil de una ma- nera extraordinaria con cada uno de nosotros, no busca sino darnos gusto y est4 atento a cualquier ocasién para ser util en algo. Debo decir que es conmovedor; cuando no lo oigo moverse en su recdmara, subo a ver y lo en- cuentro repitiendo desesperadamente a media voz una tabla de multiplicar que tiene en su manual. jLe gusta- ria tanto alcanzar a su clase! Y me dijo el otro dia, ante todos estos esfuerzos inttiles: “gCrees que podré algin dia legar a trabajar bien?’ Yo le respondi: ‘No te preo- cupes de eso, deja este libro de cAlculo, ya Iegan las grandes vacaciones y la doctora Dolto dijo que no valia PRIMERA SESION 35 la pena fatigarte la cabeza con esto, que no es que seas un burro, sino algo que no marcha en tu cabeza y que quiz4 todo se pueda arreglar...’.” Sigue otra carta inquieta porque no se le dio cita a su marido, que ya est4 totalmente decidido a vernos. Se convoca al padre. El senor Bel, padre de Dominique, viene el 30 de junio con su mujer y su hijo. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book SEGUNDA SESION 39 mandar venir al doctor, que Ileg6 cuando todo habfa aca- bado. Dominique nacié cubierto de vello, parecia como si tuviera cabellos que le legaran hasta los ojos y los pémulos. Tenfa apariencia de mono, observa riendo, y su mujer lo encontré tan feo que él tuvo que levantarle la moral. “Mi hijo mayor Paul-Marie? Adora a los nifios, sobre todo los nifios de las otras familias; pero al fin tiene buen carécter en familia; es holgaz4n, pasivo. Mi mujer dice que no es asi cuando yo no estoy.” “Mi hija? Al contrario, es muy concienzuda para el trabajo; es buena alumna y tiene muchas amigas. Paul- Marie es bastante solitario. Parece, segtin mi mujer, que tiene amigos, pero yo no los conozco. A mf no se confia.” “Dominique no hace amigos facilmente, pero cuando estamos en la playa juega con nifios de 7 a 8 afios.” “eJuega?” “Es decit, son los tinicos de los que no huye, pero prefiere la soledad y se divierte con naderias hablan- do solo. Evita a los otros y nadie lo busca.” Después de esta entrevista el sefior Bel se muestra de acuerdo en que Dominique, a la vuelta de las vacaciones, haga un ensayo de tratamiento psicoterapéutico conmigo. Quiere hacer cuanto sea necesario para su hijo. Pero no tiene mucha esperanza y no se decepcionaré si se le man- tiene, ya, como estd desde hace quince dias, es decir, como un muchacho que parece despertar. De esta entrevista se deduce que el sefior Bel es un hom- bre muy ocupado, que es f4cil vivir con él y que no parece tener mucho sentido de la intimidad con los suyos, pero que es bueno y trabajador. ¢Estar4 fijado a su asociado, patrén y amigo? Tiene una gran estima por su mujer y ningtin agravio contra nadie; pero no podria decir més de él. Sin embargo, le pregunté si crefa que Paul-Marie estaba al corriente de las realidades de la vida desde el punto de vista sexual, desde el punto de vista de las mujeres. Me dijo que habfa tenido recientemente a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book SEGUNDA SESION 43 tos. 20 : 4 = 5 para él significa 4 = 5; pero 20 : 4 no tiene sentido ya o bien su sentido es: 20 es 4. No hay otra relacién entre cifras m4s que sustractiva o aditiva; y a los signos : = X les dice “es”. A mi peticién reiterada a propésito de sus palabras: éLa guerra de Troya? — Es una historia de un barco que entré con muertos para ganar la guerra. — ;Dénde? — No hay respuesta. No se le puede preguntar nada. Propiamente hablando no hay intercambio entre nos- otros. Habla para si mismo, se calla, vuelve a hablar; pero en un mundo en el que, si a veces habla a mi persona (al menos eso creo sentir), yo no puedo encontrarlo, ni encontrar un sentido al sentido literal de sus palabras. Evidentemente esas palabras trascriben otra cosa. As{, hoy en el dispensario (especie de estacién, sala de espera, ventanilla, se paga contra recibo-boleto) se viene por informacién, in-formacién, y se encuentra a una bruja (sefiora Dolto) que habla de tres cracs 0 que cuen- ta embustes* (més tarde diré de su hermana que es un crack). Un crack es un valiente. En resumen, hoy, para mi este crack con mimica de aplastamiento es la tinica dindémica que sea una representacién de imagen del cuer- po formal: ser metido entre mandfbulas demoledoras. Esto debe ser lo que transfiere a mi persona bizarra y valero- sa, como por lo demés a todo esbozo de contacto. Es lo que comprendo de este modo de contacto peligroso que él experimenta en relacién con Ja oralidad. Entre nosotros lo que hay es una interconsumicién, segtin lo que com- prende de las relaciones libidinales. No se da ningtin consejo para las vacaciones, pero entre su madre y yo decidimos volvernos a ver en octubre, decisién que le comunico yo misma. 2Y qué hay de la escolaridad? La madre pregunta qué hacer el afio que viene. Dominique no quiere quedarse a la entrevista y se larga, desliz&ndose, como la ultima vez, sin decir adiés. Aconsejo una clase de perfeccionamiento de la ensefianza primaria, en su barrio; o bien que con- 5 En francés craquer es contar embustes. [T.] a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book TERCERA SESION: 18 DE OCTUBRE No hay contacto previo con Ja madre. Tengo que tomar a Dominique de la mano para decidirle a seguirme. Qui- z4 esperaba, como sucedié antes de las vacaciones, a que yo hablara primero al adulto; o bien traduce asi su re- chazo. Llega y se sienta. No me dice que no queria venir, como me escribié su madre, ni que esto le aburria; pero ello se desprende del contexto. Va a decir su angustj de que, si me muestra su descontento, yo me sienta ofén- dida (gquizd lo morderia?). Le recuerdo la decisién de tener entrevistas repetidas cada quincena, en el curso de las cuales me diré todo lo que piensa y los suefios de los que se acuerde, con palabras, dibujos y modelados. Le doy la seguridad del secreto profesional relativo al con- tenido de estas sesiones, secreto al que él no esta sujeto, y espero. , EI tono afectado es el mismo, la voz nasal también y evita igualmente mirarme; pero puedo ofrlo y anotar Jo que dice. Es una niftiita dotada de una fuerza extraordinaria, Fifi Varita de Acero. Tiene mucha fuerza en los brazos. Es rara, chistosa, se acuesta cabeza abajo. Es amable, muy divertida, tiene dos amiguitos en el zoolégico. Son dos tigres que se han escapado. El guardian y después los policias querian recapturar“lo” [ya no son dos], pero Fifi dijo al tigre: “Si ti muerdes, yo te morderé también”. El era temerario, pero no muy valiente... y tenia mucho miedo de ella. Entonces ella le canté: “Erase un pequefio cha-cha-cha” para adularlo y él no se puso muy contento, pero se dejaba adular... Afiade atin algunas otras cosas acerca de esta Fiff Va- 47] a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book TERCERA SESION 51 ric. 6, Primer modelado: 3* sesién. a) Fifi Varita de Acero a versién), en negro y rojo; piernas enclenques, sin . b) El es al principio semejante a una paleta de dulce, o a tuna lengua. Acostado. Deshecho y rehecho después, se transforma en la nifita de la figura 7. conocido [?], un caballo pequefio y es mds fuerte que un potro ;Pero ella si que es fuerte! [Contempla su modela- do, el pequefio personaje de 15 cm de alto estd acostado sobre la mesa, sus piernas no lo sostendrian parado.] Obsérvese este modelado y sus caracteristicas nuevas en relacién con la factura estereotipada de los de los dos Ultimos afios. En esta sesién no hago més que escuchar, comprendiendo cuanto me es posible de qué se trataba, es decir, de la transferencia de dependencia hacia mi. Do- minique expresa su miedo a los representantes femeninos a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book CUARTA SESION 55 Pues si, el comienzo del adiestramiento fracasé, pero si se le pone mucho empefo al asunto y se logra, puede que triunfe. El afio que viene podrdé ocupar el lugar de Fic. 8, Modelado del “perro de pastor”: 4° sesién (dimension no anotada), ft PRIMERA FORMA: Un cuarto trasero. Mani- pula la prolongacién de la cola, poniéndola en alto, luego la baja, un cierto numero de v veces, mientras habla, antes de continuar la forma del perro, SEGUNDA FORMA: el perro de pastor entero. El animal esta parado, sdlido sobre sus patas. ler. estado A: hocico hendido y cola con una hinchazén terminal. 2° estado B: hocico acortado sin salida representada y cola terminada en dos puntas, 3er. Estado B’: de la cola, que baja en su totalidad. Patas, dedos y garras muy rea- listas. Obsérvense las orejas, sin hueco auditivo modelado. Los ojos: dos formas de altorrelieve ovoide, el derecho con el eje ma- yor vertical, el izquierdo horizontal. ‘TERCERA FORMA: duerme, le ha quitado los ojos. Le ha seccio- es sake be gabent:s in tare a8 PN collar. El perro sin <<) cabeza se ifica y se com vierte en vaca, a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book CUARTA SESION 59 Fic. 9. (Alrededor de 2.5 cm de altura). pe Ge PRIMER ESTADO: el ndmada; es un maraja. SEGUNDO ESTADO: el ndémada tirando de su vaca (se le Ila ma “sefiorita’). Una masa ce- fdlica, una masa corporal y un sombrero. a) Su vaca cabrita. b) Dos ojos, dos trenzas y una barba que brota y arrastra por el suelo, TERCER ESTADO: 2El hombre malo o el némada agotado? Sélo un ojo, una abertura, hendida en el sombrero, una masa ce- falica achatada, otras dos masas como cubos y una protrusién tordcico-abdominal. Los camellos. a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book CUARTA SESION 63 su juego de modelado— de perder la cabeza en el mo- mento de echar a andar. Ahora bien, ¢no es esto lo que ha pasado en la vida de Dominique? Andar es ponerse de pie, postura félica del cuerpo propio en relacién con su soporte, el suelo. Hay confusién entre el hecho de tener un control sensato de su cuarto trasero félico y el de tener los pies calzados con zapatos; de pies de hu- manos cuyo sexo est4 indiferenciado debido al valor f4lico dubitante entre el hombre y los animales, entre el hombre y la mujer. Después esta ese paso del perro a la vaca por la “cola”, perdiendo previamente la cabeza y los ojos. Hay la vaca que suefia que es un buey, buey que, en el suefio de la vaca, suefia que es una vaca. Hay una sospecha, una duda, una incapacidad para escoger el sexo sofiado, es decir, deseado; para saber de qué sexo son las gentes y de qué sexo es él mismo. Si se proyecta en un animal y hace lo mismo conmigo y con la maestra, éde qué sexo somos? Somos sagradas, es decir, “adorables” Cenamoramientos), divinas, fuera de toda referencia a todo deseo sexuado con vistas al matrimonio y al alum- bramiento. Lo que se ve también es que hay descono- cimiento, preclusién® de la cuestién ie la fecundidad de los animales con cuernos, de la castracién de los bue- yes, la cuestién del toro, Ahora bien, Dominique ha vi- vido en el campo, en casa de un criador de animales, su tio, y le gustan mucho los animales a él también. El macho, el toro, dice, es malo. Dominique también se gol- peaba con su cabeza (con sus cuernos) contra su cuna y los muros, y triunfaba de su padre arrebatandole la madre falica lactante, de la que mamaba cuando ya ha- blaba bien. Luego est4 esa historia de la vaca sagrada que viene sin duda de sus lecturas —el buey ‘Apis (con pipf)’? como la barca de Egipto y la guerra de Troya. Visiblemente la identificé6 con la maestra o conmigo, con personas aparte que no eran como 748 tras personas, ni macho ni 6 Véase la nota 7 del capitulo anterior. 7 En francés “Apis” y “& pisse” suenan casi lo mismo. [t.] a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book a You have elther reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing lil far this book

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