CONSTRUCCIÓN DE UN HORNO DE INDUCCIÓN

Lucero Gómez Cabrera, Alex Mejía Quiroz, José Dávila Urbano, Dielman Coz Ortega,CristhianSovero
Trinidad, Alfonso Galván Morales, JhonatanHuaynate Meza.

Asignatura: Ingeniería Eléctrica

Facultad de Ingeniería Geológica, Minera y Metalúrgica

Universidad Nacional de Ingeniería

Resumen
Los hornos de inducción se basan en el principio de inducción electromagnética el cual es dirigido por un núcleo
de hierro silicoso, este ayuda a dirigir el campo magnético por la bobina secundaria, en la bobina secundaria pasa
un campo electromagnético que induce una corriente la cual por efecto joule calienta el conductor, bajo este
principio canalizamos la corriente en un material que no soporta o no está diseñado para soportar la cantidad de
corriente inducido lo cual provoca un calentamiento que es aprovechado para calentar y fundir metales, nuestro
proyecto aprovecho este principio para la construcción de un horno de inducción a escala que es capaz de llegar
a los 400° fundiendo el estaño y plomo.

Eventualmente en esta industria se hace uso de

INTRODUCCIÓN
Con los requerimientos de innovación tecnológica en
el ámbito metalúrgico de las últimas décadas, se ha
visto la necesidad de elaborar hornos que no
requieran de combustibles fósiles, que disminuyan
costos y la contaminación también.
hornos de baja eficiencia y alto grado de
contaminación debido a que utilizan como fuente de
energía combustibles fósiles.
Muchas de las fundidoras continúan usando hornos
que aprovechan la energía de la quema de
combustibles fósiles debido a diversos factores ya sea
por costos o por falta de conciencia ambiental.

La forma de energía más conocida y accesible es la El diseño de hornos con altos porcentajes de eficiencia
eléctrica, por tal motivo se vio conveniente construir se ve limitado por que es imposible aprovechar toda la
un horno que aproveche esta energía y reduzca la energía. Implementar un horno eléctrico de alta
emisión de gases de efecto invernadero. eficiencia puede resultar muy costoso pero a largo
plazo resulta beneficioso debido a que se minimizan
Consideramos como opciones viables los hornos de las pérdidas de operación.
inducción debido a que son la última tecnología y tiene
una gran eficiencia, si hablamos de contaminación
pues hemos logrado reducirla al máximo ya que lo que OBJETIVOS
se consume es energía eléctrica, dejando de lado los
reactivos usados en los tradicionales hornos.También
los accidentes por incendios se pueden reducir ya que OBJETIVO GENERAL
todo es controlado por vía eléctrica pudiendo apagar o  Construir el prototipo de un horno de inducción
encender en cualquier momento.
electromagnética capaz de alcanzar
En este proyecto también aplicamos conceptos temperaturas alrededor de 500 grados.
básicos de todo ingeniero aplicando las leyes de
Faraday y Lenz, así como también el efecto de joule
para poder aumentar el calor del metal a fundir OBJETIVOS ESPECÍFICOS
mediante la generación de un campo eléctrico y la
corriente inducida.  Lograr fundir metales como estaño, plomo y
zinc.
 Alcanzar la temperatura deseada en un menor
PRESENTACIÓN DEL PROBLEMA intervalo de tiempo.
 Formar aleaciones.
En la industria metalúrgica es necesario considerar
ciertos factores de protección frente a la  Demostrar las leyes de Lenz, Faraday y el
contaminación, lograr altos porcentajes de eficiencia y efecto joule.
disminuir los costos.

FUNDAMENTO TEÓRICO
La circulación de corriente eléctrica por un conductor
genera un campo electromagnético a su alrededor. En
el caso que el conductor sea una bobina, el campo
magnético será concentrado y en una misma direc-
ción en el interior de la bobina, mientras que en el
lado externo tiene tendencia a dispersarse. Si en el
interior de esta bobina existe un núcleo de material
metálico, éste será sede de corrientes parásitas
(corrientes de Foucault), las cuales lo calientan.
Para evitar que haya sobrecalentamiento de las
estructuras metálicas externas a la bobina por la
acción del campo electromagnético disperso, la
bobina es circulada por núcleos constituidos de acero
al silicio que conducen el campo externo evitando su
dispersión y actuando como blindaje. Núcleos
magnéticos alrededor de la bobina Colocando en el
interior de la bobina, en vez de la pieza metálica de las
figuras anteriores, un crisol de material refractario con
una carga metálica, se puede aumentar la potencia de
la bobina al punto de que las corrientes inducidas
fundan esa carga. Se puede decir que la bobina actúa
como el primario de un transformador y el sólido
metálico en su interior representa el secundario.
La frecuencia de alimentación de la bobina es uno de
los parámetros importantes de los hornos a inducción,
cuya definición está íntimamente ligada a la aplicación
del horno. De la fórmula simplificada de abajo, que
define la fuerza electrodinámica generada en el baño,
conforme lo muestra la figura3, se puede concluir que
la agitación del baño provocada por esta fuerza es
inversamente proporcional a la frecuencia de la
bobina.
𝑃 de las líneas de flujo, mientras que los magnéticos
𝐹=𝐾
𝑓𝑉
Donde F es la fuerza electrodinámica, y f la frecuencia
La importancia del movimiento del baño está en que
el mismo se mantiene siempre homogéneo, y la
absorción de adiciones como ferro-aleaciones o
elementos químicos es siempre más eficiente que en
otros tipos de hornos.
El transformador simplemente aprovecha la relación
entre corrientes eléctricas y campos magnéticos,
según se describe en las ecuaciones propuestas por
Ampere, Faraday y Lenz. Toda corriente eléctrica
genera un campo magnético alrededor del conductor
por donde fluye y todo campo magnético que fluye en
un material y además varía en el tiempo, produce una
diferencia de potencial en el material. De modo que si
aprovechamos estos principios de una forma
conveniente tendremos el corazón de lo que es un
transformador. Si utilizamos un conductor y lo
enrollamos para formar una bobina, al hacer circular
una corriente obtendremos un campo magnético
intenso dentro de la bobina, producto de la
superposición de cada campo producido por cada
espira de conductor, todos cercanos entre sí. La
intensidad del campo magnético inducido dependerá
de la resistencia que ofrezca el medio por donde fluye,
un valor que usualmente se designa con la letra griega
μ (miu) y que significa “permeabilidad magnética”, o
la “capacidad” que tiene el medio para permitir que lo
permeen las líneas del flujo magnético.
La permeabilidad magnética μ tiene dos
componentes: μ0 , que es la constante de
permeabilidad magnética del vacío y es igual a 4π *10-
7; y μR que es la relación de la permeabilidad en un
material cualquiera respecto a la del vacío. Los
materiales diamagnéticos (μR< 1) no permiten el paso
(μR> 1) sí lo hacen. Hay otros materiales, como el aire,
los plásticos, el vidrio, etc. que no afectan el flujo, y
para los que se considera que tienen una
permeabilidad prácticamente “igual” a la del vacío (μR
= 1). El núcleo de los transformadores no es de
adorno. Si nos interesa que las líneas del campo
magnético fluyan, le colocamos un medio favorable
por donde fluyan con facilidad, un medio que tenga
una alta permeabilidad magnética. Hoy día hay
materiales con los que se logra una permeabilidad
relativa μR de varios miles de veces la del vacío. Esto
NO significa que TODO el flujo vaya por el material,
tan solo que la mayor parte de las líneas de campo
fluyen por el camino que les ofrece el material
(núcleo) con una permeabilidad mucho mayor que la
del aire. Esta inevitable dispersión explica parte de las
pérdidas en los transformadores. Una vez que se tiene
un material por donde se conduce de modo
concentrado la mayor cantidad de líneas de campo
magnético inducido, se aprovecha la misma ventaja de
concentración del efecto que tiene una bobina para
producir el campo, esta vez para “atrapar” el flujo. La
efectividad de este “enlace” entre flujos, entre la
bobina primaria y la bobina secundaria, determinará
buena parte de la eficiencia que tenga el
transformador. La relación entre el número de espiras
que tienen ambas bobinas determinará la relación de
transformación de voltajes y corrientes que tendrá el
transformador. En el fondo, el principio del
funcionamiento de un transformador es tan simple
como producir un campo magnético, haciendo circular
una corriente por una bobina (inductora), según lo
descrito por la Ley de Ampere, y lograr del modo más
eficientemente posible que las líneas de flujo de este
campo atraviesen el interior de otra bobina (inducida),
para enlazar los flujos. Una vez enlazados los flujos,
entre la bobina inductora y la bobina inducida, sólo
resta hacer variar la intensidad del campo inductor
para que esta variación produzca una diferencia de
potencial en la bobina inducida, según lo descrito por
la Ley de Faraday. Lenz intervino en las ecuaciones
para definir la polaridad del voltaje inducido. La
eficiencia del enlace entre los flujos se procura
insertando un material con buena permeabilidad
magnética en un camino entre las dos bobinas, de
modo de conducir y concentrar en el material la
mayor parte de las líneas del campo. Se conoce como
flujo de dispersión a las líneas de campo que
inevitablemente se van por caminos alternos al
núcleo, tales como el aire u otros materiales que
rodean las bobinas, y que no pasan por ellas (flujo que
no se enlaza). Esta parte del campo magnético no se
aprovecha en la transferencia de potencia (o energía)
de un lado al otro del transformador y, por lo tanto se
traducen en pérdidas llamadas pérdidas por
dispersión. Para hacer variar el campo magnético de la
bobina inductora, basta con recordar que su
intensidad depende directamente de la intensidad de
la corriente que fluye por ella. De este modo,
haciendo variar la corriente se logra variar la
intensidad del campo. La corriente alterna es una
corriente que varía su intensidad y sentido de flujo de
acuerdo con una función sinusoidal, por lo que
alimentando la bobina inductora con una corriente
alterna obtenemos un campo magnético inducido
alterno, un campo magnético alterno en el núcleo del
transformador y, por lo tanto, un flujo magnético
variable (alterno y sinusoidal) en el interior de la
bobina inducida. Según la Ley de Faraday, esto es
suficiente para inducir un voltaje que además varía del
mismo modo en que lo hace la corriente del inductor,
es decir, de modo sinusoidal. Si introducimos un
voltaje alterno y una corriente alterna en la bobina
primaria, se induce entonces un voltaje alterno y
circulará una corriente alterna en el secundario del
transformador. Los transformadores de corriente
continua, con una corriente que no varía, no
funcionan bajo este principio. El “camino” que recorre
el flujo magnético “va” por el núcleo desde la bobina
del primario, o bobina inductora, hasta la bobina del
secundario, o bobina inducida. La dirección de flujo de
las líneas de campo obedece a una convención de la
física que está muy bien explicada en la bibliografía
sobre electromagnetismo. También se utiliza la
indicación de un punto sobre las bobinas como una
convención para indicar que “si la corriente entra por
el punto, del otro lado, sale por el punto”. Una
consideración que se deriva de la posición relativa
entre las bobinas, el sentido de los arrollados y la
polaridad del voltaje inducido. Se dice que es un
indicador sobre la “polaridad” de las bobinas y es muy
importante de establecer cuando se necesita control
sobre la fase entre el voltaje del primario y del
secundario. Hay aplicaciones en donde esto puede ser
crucial. Un esquema clásico para representar un
transformador y sus conexiones se muestra en la
siguiente figura. Se representan los dos embobinados,
los voltajes y las corrientes, las líneas de flujo en verde
y el punto de polarid
Teniendo ya los elementos básicos que describen el
funcionamiento del transformador, falta ahora
averiguar sobre las herramientas y métodos de cálculo
para el dimensionamiento correcto de un diseño. En
sus partes más simples, un transformador está
constituido por un núcleo y dos bobinas, un primario y
un secundario. El dimensionamiento exige que las
bobinas deben soportar las corrientes que se
necesitan, cada una por separado (son diferentes); la
relación entre los voltajes del primario y el secundario
debe establecerse con precisión; y el núcleo
magnético no debe saturarse. Explicaremos cada una
de las partes más adelante.

El núcleo magnético y saturación Los materiales
magnéticos son aquellos que permiten el paso de las
líneas de flujo de un campo magnético (los
diamagnéticos no lo permiten). El flujo que se intenta
hacer pasar a través de un material se denomina con
la letra H, campo magnético, mientras que el flujo que
efectivamente logra atravesar el material, se
denomina con la letra B, campo inducido (ambos
valores son vectoriales). La relación entre estas dos
cantidades es, justamente, la permeabilidad
magnética μ, es decir: B = μ * H. La relación entre el
campo magnético H y el campo inducido B es
claramente una relación empírica, experimental,
obtenida a partir de la medición de varias
intensidades de campo magnético que se introducen a
un material y lo que se logra medir de campo
inducido. Cada aumento en la intensidad de H debería
producir un aumento proporcional en la magnitud de
B (en la misma dirección y sentido), según la expresión
anterior. Sin embargo, esta proporcionalidad no
siempre es constante en todo el rango de aplicación.
El tope en el rango lineal y constante dependerá de las
características físicas de cada material. Se dice que el
material se satura cuando llega a un punto en el cual,
la relación entre B y H deja de ser constante y pasa a
otro valor: la reluctancia del vacío. Un material se
satura cuando su contribución al módulo del campo
inducido llega a su valor máximo. Todos los materiales
magnéticos se caracterizan por tener en su estructura
cristalina una buena cantidad de “pequeños imanes”
(electroimanes) dispuestos aleatoriamente en todo el
bloque.
METODOLOGÍA DEL ESTUDIO
Con la necesidad de conocer el funcionamiento de un
horno de inducción debido a sus múltiples ventajas y
aplicaciones en la industria metalúrgica, como por
ejemplo la ventaja que tiene ante los hornos de arco
eléctrico al no usar electrodos de carbono así ya no se
contamina el metal con carbono y se producen aceros
de baja aleación, por otro lado ya no se producen
arcos de alta temperatura reduciendo a gran escala la
absorbancia del hidrogeno y nitrógeno.
Así como también hay un menor consumo de energía,
ya que el calor producido se puede variar mediante la
adición de bobinas o espiras reduciendo el tiempo de
fundición de los metales además que durante este
proceso se produce una agitación electromagnética
homogenizando el metal líquido y por ultimo este
trabajo tiene pocas posibilidades de producir algún
accidente, incendios, etc.
La aplicación más importante de este horno es en las
grandes fundidoras para la producción de aceros,
aceros aleados, fierro fundido gris entre otros. En
nuestro caso llegamos a fundir estaño y zinc, como
demostración del calor generado por inducción. Así
que nos vimos en la necesidad de hacer un pequeño
horno para poder de una manera representativa
demostrar todo lo indicado anteriormente.
Para la construcción de este horno lo que se
necesitaba como base para el funcionamiento era el
núcleo en U, aunque hay hornos de inducción sin
núcleo de hierro, donde solo trabajan con una sola
bobina y un variador de frecuencias.
Se colocó un interruptor conectado en serie con el
devanado primario para poder darle un encendido y
apagado controlado.

El núcleo de hierro de nuestro pequeño horno está
conformado por una bobina de 100 espiras de
alambre de cobre en el devanado primario mientras
que en el devanado secundario se colocaron 4 bobinas
de alambre de cobre de con 5 espiras cada una.
Por los dos extremos libres de los alambres de cobre
del segundo devanado, se conectó a una placa de
cobre en forma de recipiente unido mediante dos
tornillos.
Básicamente lo que se produce para fundir el material
es:
1. Llega una fuente de 220 VAC por los alambres
de cobre del devanado primario.
2. Al tener corriente en los alambres del
devanado primario estos generan un campo
magnético en el núcleo de hierro, ya que se
sabe por teoría que, cuando se tiene una
corriente esta induce un campo magnético.
3. Este campo magnético inducido genera un
voltaje que este caso se reduce debido a que
el número de bobinas en el devanado
secundario es menor pero también se genera
una corriente inducida en las bobinas del
devanado secundario.
4. Es la corriente inducida en el devanado
secundario la que produce calor en la
pequeña placa de cobre en forma de
recipiente conectada a los bornes de estos
alambres de cobre del segundo devanado.
5. Es así que con este calor se puede fundir el
estaño o el zinc.
Se usó un recipiente de grafito como horno de
cuchara para poder sangrar la sustancia fundida y
quizá darle algún molde y poder comercializarla.
También usamos un ladrillo refractario, a este
material le dan muchos usos dependiendo de su
composición. Por ejemplo en algunas fundidoras usan
arena de cromita como recubridor de los moldes
donde se sangran acero fundido para darle una forma.
También usan refractario de sílice y catalizador, son
colocados por dentro de los tubos de acero a formarse
luego que estén formados lo tubos esta arena es
extraída sin ningún cambio. En nuestro caso usamos
este material refractario para poder recibir el metal
fundido.
CONCLUSIONES
 Logramos encontrar el diseño del prototipo
adecuado para la construcción del horno.
 Se alcanzó un rango de temperaturas
próximas a 500 grados.
 Se logró fundir metales como: Zinc, Estaño,
etc.
 Se formó una aleación Zinc Estaño.
 Se demostraron muchos de los conceptos que
rigen la inducción electromagnética.
 BIBLIOGRAFÍA
.

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5, Australia: CSIRO.

 Julio Astigarraga Urquiza, Jose Luis Aguirre

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 U. A. Bakshi, M. V. Bakshi, (2008),

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India:Technical Publications Pune.