Lo que cada ser racional anhela es la libertad, esta es la arenga de
alma impotente que se rehúsa vivir prisionera de sus enemigos. “Porque el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Corintios 3:17) ¿Resulta bastante difícil y hasta paradójico imaginar situarse en libertad cuando estas siendo restringido por leyes y normas que te fuerzan y obligan a ajustarte a ellas? ¡Pues eso es absoluta e indiscutiblemente lógico de pensar! De hecho, nadie podría estar satisfecho ni mucho menos feliz al encontrarse en circunstancias de opresión, y donde se coarta la libre expresión del individuo. Satisfactoriamente todos los seres humanos desde que nacemos hemos recibido de nuestro amante Creador -lo queramos admitir o no-, un don maravilloso y especial que, a su vez, trae consigo un gran riesgo, por lo que debe usarse con alto grado de responsabilidad. Este invaluable regalo que empleado sabiamente puede significar en una incalculable felicidad, de otra manera puede conllevar a la miseria, desdicha y ruina del alma. Me refiero al <<libre albedrio>>.
Este libre albedrio, fue otorgado por Dios en el mismo Edén a
nuestros primeros padres: Adán y Eva. Si bien, estos eran puros y perfectos; respiraban en una atmosfera de santidad y felicidad plena
Por un instante trasladémonos a una celda de prisión, donde yacen
criminales que tras de una larga vida de corrupción y persecuciones constantes, ahora encuentran alivio. ¿Cómo, acaso alguien puede tener paz en un lugar que no es su hogar y en condiciones posiblemente precarias y restrictivas? Por supuesto, aunque las circunstancias no son las mas favorables ni simpatizantes para los reos, pero en esas condiciones, ya nada puede ser peor. Cual oasis de quietud y seguridad, lejos de peligros y una interminable evasión de la justicia y de las leyes del orden. pues la disciplina del establecimiento penitenciario les ayuda a cambia su visón de la vida y reformar sus hábitos y costumbres malsanas.
Sin dar rienda suelta a sus pasiones animales y destructivas.