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MAYO FRANCISCO CACIK & His S.A. v, DIRECCION NACIONAL be VIALIDAD RECURSO ORDINARIO DE APELACION: Tercera instancia, Juicios en que la Nacién es parte. Procede el recurso ordinario si el valor disputado, actualizado a la fecha de su in- terposicién, supera el minimo previsto por el art. 24, inc. 6, apartado a), del deci to-ley 1285/58. RECURSO ORDINARIO DE APELACION: Segunda instancia, Si al fundar la apelacién la demandada argumenté acerca de la preponderante res- ponsabilidad de la actora por los hechos que determinaron la paralizacién de la obra publica y [a posterior rescisi6n det contrato, ello importé implicitamente alegar su propia exculpacién. RECURSO ORDINARIO DE APELACION: Segunda instancia, Lacircunstancia de que la edmara encontrara inocuos los argumentos de la deman- dada para justificar una atribucién de responsabilidad a Ia actora, no inhibfa al tri- bunal para juzgar acerca de la inexistencia de tal responsabilidad, por lo que al pro- ceder incurrié en un exceso jurisdiccional DANOS Y PERJUICIOS: Caso fortuito. ACTOS Nada obsta a que se declare que la causa que determin6 la rescisién del contrato de obra pblica fue el casus y simultineamente se considere la conducta exterioriza- da por la comitente ante dicha contingencia, a fin de precisar c6mo cada una de las partes habria de soportar las consecuencias del evento sobre las prestaciones reci- procas ADMINISTRATIVOS. No puede sustentarse el derecho que se pretende en el contenido de una resoluci6n administrativa anterior, que no caus6 instancia y que fue descalificada dentro del procedimiento administrativo que la pretensora misma promovi6. 866 PALLOS DE LA CORTE SUPREMA ais ACTOS PROPIOS. Si la contratista solicitd, ante la instancia administrativa, la rescisién del contrato por fuerza mayor, la doctrina de los actos propios le impide cambiar a diserecién Ja postura exteriorizada e imputarle una actitud ilegitima a la Administraci6n RECURSO ORDINARIO DE APELACION: Segunda instancia, Con excepcién de las cuestiones expresa o implicitamente excluidas, el tribunal de apelacién tiene con respecto a las pretensiones y oposiciones oportunamente inter- puestas, la misma competencia que corresponde al juez de primera instancia. RECURSO ORDINARIO DE APELACION: Tercera instancia. Generalidades. Si la recurrente no se ha hecho cargo de un aspecto relevante del pronunciamiento cuya revision intenta, ello impide atender sus agravios sobre el punto. RECURSO ORDINARIO DE APELACION: Tercera instancia, Generatidades. La argumentacién expuesta en el memorial, que s6lo constituye una mera reitera- cidn de conceptos vertidos con anterioridad en la causa, resulta ineficaz para mo- dificar el criterio que informe el fallo recurrido. LIQUIDACION. Los errores deslizados en las operaciones aritméticas realizadas por el perito inge- nicro pueden ser corregidos en la instancia oportuna, al momento de practicarse la liquidacién que ordené la sentencia de primer grado, sin que quepa solicitar a la Corte -en ocasién del recurso ordinario en tercera instancia- un pronunciamiento al respecto. FALLO DE LA CORTE SUPREMA Buenos Aires, 5 de mayo de 1992. Vistos los autos: "Francisco Cacik e Hijos S.A. c/Direccién Nacional de Vialidad s/nulidad de resoluci6n y cobro de pesos". Considerando: 1°) Que la Sala I de la Camara Nacional de Apelaciones en lo Conten- cioso Administrativo Federal confirmé en parte ® sentencia de primer gra- DE JUSTICIA DE LA NACION Pe as do, en cuanto haba hecho lugar a diversos reclamos formulados por la actora, provenientes de Ja rescisién del contrato de obra publica celebra- do con la Direccién Nacional de Vialidad para la ejecucién de obras ba- sicas, pavimento bituminoso y construccién de puentes en el tramo "Ceibas-Médanos" de la ruta nacional 136 en la Provincia de Entre Rios. Confirmé también el rechazo del lucro cesante pedido por Ja actora, pero con base en argumentos diferentes a los expuestos por el juez, ya qh éste habia admitido la imputabilidad de la rescision, considerandolo atribuible aculpa del organismo comitente, mientras que la cdmara tuvo como pre- supuesto que aquélla obedecié aun "evidente caso de fuerza mayor". Otros dos aspectos del fallo de primera instancia fueron modificados en la alzada: el rubro denominado por la actora "liquidacién de activos", que el juez habfa admitido y la cémara rechaz6; y las costas del juicio, que el magis- trado de primer grado habia impuesto a la demandada y la camara distri- buy en el orden causado. 2°) Que contra ese pronunciamiento ambas partes dedujeron recurso ordinario de apelacién. La actora por los rubros que no fueron admitidos y por el régimen de imposici6n de las costas (fs. 1187/1193). La deman- dada, por su parte, en tanto mantiene su tesitura tendiente al rechazo de la demanda (fs. 1194). Ambos recursos fueron concedidos por el a quo a fs. 1195 y sustentados en esta instancia a fs. 1200/1240 y fs. 1241/1268, res- pectivamente. 3°) Que los recursos ordinarios interpuestos resultan formalmente pro- cedentes, toda vez que se trata de una sentencia definitiva dictada en una causa en que la Nacién es parte, y el valor cuestionado actualizado a la fecha de interposicién de los recursos supera, en ambos casos, el minimo previsto por el art. 24, inc. 6°, apartado a), del decreto-ley 1285/58, mo- dificado por la ley 21 .708, y resolucion de esta Corte N° 50/88. 4°) Que la primera critica que la actora dirige al pronunciamiento re- currido se vincula con la ausencia 0 insuficiencia de los agravios llevados ante la alzada por su oponente. Expresa que la demandada no se agravié en esa oportunidad de la imputacién de responsabilidad que Je formulé el fallo de primera instancia (considerando 5° de fs. 970), raz6n por la cual Ja camara habrfa incurrido en un exceso de jurisdiccion al abordar ese tema, Sin embargo, al fundar su apelaci6n, la demandada argument6 acerca 868, FALLOS DE LA CORTE SUPREMA aS de la preponderante responsabilidad de la actora por los hechos que deter- minaron la paralizacién de la obra, primero, y la rescisién del contrato, después; lo que implicitamente importaba alegar su propia exculpacién. ¥ asi lo expresa, bicn que escuetamente, en el pérrafo final de fs. 997 vta., al concluir que "...la paralizaci6n de los trabajos de obra respondi a ta imprevision de la contratista, exclusivamente, y no al comportamiento de mi mandanie"; expresiones que la sentencia reproduce (ver fs. 1174 vta.). 5°) Que la circunstancia, sefialada por la actora, consistente en que la cémara haya encontrado inocuos esos argumentos para justificar una atri- buci6n de responsabilidad a la empresa contratista -particularmente por- que la resolucién 1308 del 27 de septiembre de 1978 adoptada en las ac tuaciones administrativas por el ministro de economfa habia tenido por ciertos los hechos extraordinarios invocados por dicha empresa recono- ciendo asf su falta de culpa-, en modo alguno ponfa al tribunal en la nec sidad de admitir la responsabilidad del organismo comitente. Es decir, no cabe sostener que la circunstancia antedicha inhibiera al a quo para juz- gar acerca de la inexistencia de tal responsabilidad, sobre la base de los elementos de juicio allegados a la itis. Al proceder asf no incurrié en un “exceso jutisdiccional”, como erréneamente se sostiene, porque la cues- tién habia sido resuelta en la primera instancia y fue materia de la apela- cién ante la camara. 6°) Que, por lo demas, tampoco se advierte una contradiccién en el tem- peramento adoptado por la cmara al juzgar la cuestién aludida, como sos- tiene la apelante; ya que se trataba del examen de extremos correlacionados pero obviamente diferenciables: la culpabilidad de la actora en el desen- lace rescisorio, por una parte, y la responsabilidad de la demandada en relacién a los mismos sucesos, por la otra. Por eso no se observa incohe- rencia en la conclusi6n a la que arriba el tribunal, en el sentido de que la rescisién contractual fue originada en causas ajenas al comportamiento de las partes y que no cabe admitir a ese respecto connotaciones vinculadas con la idea de culpa de uno u otro contratante, asercidn en la que apoya su decisin parcialmente revocatoria del fallo anterior. 7°) Que, sobre el mismo tema, afirma [a actora que la cémara habria declarado Ia inexistencia de agravios en relacién a la generalidad de los rubros admitidos en la primera instancia, a la vez que, injustificadamente, DE JUSTICIA DE LA NACION 369 us habria omitido hacer extensiva tal declaracién a los dos rubros que deses- tim6. Empero, preciso es sefialar que el primer parrafo de f's. 1181 de la sentencia no tiene el alcance que intenta atribuirle la recurrente. La frase “aspectos que por no haber sido motivo de agravios han quedado consen- tidos", se refiere claramente a la "actualizacién monetaria" y a los “inte- reses", extremos que, efectivamente, no fueron controvertidos de manera especftica en la apelacién. Asimismo, cuando a renglén seguido dice la sentencia: "La misma soluci6n se impone con relacién al capital al cual acceden", es igualmente obvio que sélo alude a la cuantificacién asigna- da a los rubros que se consideraron procedentes, pero no puede interpre- tarse como una declaracién genérica de admisibjlidad de los conceptos que habjan sido materia de reclamo. Por consiguiente, no cabe hablar de una presunta omisién injustificada de rubros que se pretenden consentidos. Ni hubo tal consenso, de modo que la cdmara -como se ha visto- estaba ha- bilitada para resolver si los rubros en cuestién eran procedentes: ni cabe hablar de desacierto o ausencia de justificacién al omitirlos en la enume- racién de los que prosperaban, precisamente porque el a quo dio razones suficientes para declarar su inadmisibilidad en la especie. 8°) Que, en cuanto a los rubros incluidos en la condena, cuestiona la actora la decisién de la cAmara por haber desestimado su reclamo de lu- cro cesante. Sostiene que tras afirmar que la rescision fue determinada por “causas ajenas al comportamiento de las partes" (fs. 1178), puso el tribu- nal en tela de juicio la conducta asumida en ese trance por la comitente (fs 1178 vta.), lo que interpreta la apelante como una autocontradiccién en la que se habria apoyado el rechazo de su reclamo, en tanto éste se basé en la antijuridicidad de lo obrado por la Direccién Nacional de Vialidad y su consiguiente culpabilidad en la rescisién del vinculo. Sin embargo, una lectura atenta del pronunciamiento apelado permite ver que no cabe atri- buirle conceptos contradictorios. No pasaron inadvertidos al tribunal los aspectos que sefiala la recurrente, concernientes a ciertas actitudes que habrfa adoptado el organismo demandado frente a los hechos climaticos que afectaron la ejecucién de la obra piiblica y que operaron, en definiti- va, como causal rescisoria. Pero segtin el razonamiento del a quo, la va- loracién de aquellas actitudes no ha tenido entidad como para fundar un juicio de culpabilidad en orden a la rescisi6n -la cual se estima determinada por hechos que escaparon al dominio de las partes- sino tan solo para gra- duar la medida de la reparacién que corresponde acordar a la actora en el 870 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA sub lite, como se expresa en la misma sentencia. Dicho de otro modo, no se advierte la contradiccién aducida porque nada obsta a que se declare que la causa que determiné la rescision fue el casus -por sf no imputable a las partes- y simultaneamente se considere la conducta exteriorizada por la comitente de la obra ptiblica ante dicha contingencia, a fin de precisar cémo cada una de las partes habria de soportar las consecuencias del even- to sobre las prestaciones reciprocas y, en definitiva, el quantum de la com- pensacién que por diversos conceptos deberia recibir la contratista, de conformidad con las disposiciones legales que se juzgaron aplicables (arts. 39, 53 ine. d, 54 y concordantes de la ley 13.064). 9°) Que en el transcurso de su extenso memorial, la apelante admite luego implicitamente ese enfoque del caso al discriminar el "hecho ex- traordinario de la naturaleza" y el "hecho de la comitente", si bien pretende atribuir a la valoracién de este iltimo una mayor incidencia en la exten- si6n del resarcimiento que la acordada por la camara. Los argumentos que expone al respecto, sin embargo, no alcanzan a desvirtuar las fundadas razones en que se bas6 aquélla para rechazar los rubros que son materia de la apelacién ante esta Corte. En tal sentido, ademas de otras consideracio- nes expuestas en el fallo, cabe sefialar que esa mayor incidencia resarci- toria que la recurrente procura adjudicar a la conducta de la demandada que estima reprochable -consistente en la inicial insistencia de la Direccién Nacional de Vialidad en continuar los trabajos, pese a las condiciones des- favorables de los suelos-, ya fue especificamente contemplada en los pe- ritajes realizados en autos, sobre cuya base se cuantificaron los diferentes rubros admitidos en ambas instancias. Es precisamente la incidencia de ese dato factico lo que tom en cuenta el perito ingeniero para explicar la con- figuracion de los items concernientes a: un desgaste prematuro de los equi- pos por ser utilizados en condiciones de mayor exigencia que las habitua- les; la necesidad de efectuar trabajos previos, complementarios y adicio- nales para posibilitar la ejecucién de las obras; el consiguiente incremen- to del empleo de mano de obra; la adecuacién del precio de los trabajos ya ejecutados y certificados en virtud de las condiciones en que fueron he- chos; y aun el reconocimiento de un incremento en los denominados "gas- tos indirectos", cuya influencia -segtin el propio experto- se halla en fun- cién de toda circunstancia que alargue el plazo previsto inicialmente (ver: fs. 646 vta., 647 y sgtes., apartado V de Ja ampliacién de fs. 1035/1040). Por Io mismo, no resulta pertinente la cita del art. 39 de la ley 13.064, que DE JUSTICIA DE LA NACION oi as la actora aduce como omitido por el tribunal, en tanto su virtual inciden- cia, en todo caso, estarfa ya contemplada en la reparacién ordenada por el aquo 10) Que, por otra parte, tampoco se relaciona con el caso la referencia genérica que la actora hace a precedentes de esta Corte en los que se ad- mitié la indemnizacién del lucro cesante, como una derivacién del prin- cipio de reparacién integral aplicado a esta materia. En efecto, no se acre- dita que dicho principio haya sido conculcado en la especie y no se pro- porcionan razones concretas que permitan desvirtuar lo resuelto por el a quo en punto al rubro mencionado, habida cuenta de que no concurren en el sub lite las mismas condiciones que tuvo en vista la mayoria del Tribu- nal para acoger dicho reclamo en otro caso (ver Fallos: 306:1409). En el citado precedente, la rescisién del contrato de obra ptiblica habfa sido dis- puesta por el organismo comitente por motivos de oportunidad, mérito o conveniencia, circunstancia bien distinta a la hipotesis aqui configurada, donde la rescisidn fue inicialmente atribuida a inejecucién de la contratista y, luego, excluida esa imputacién ya en sede administrativa, se la consi- deré determinada por razones de fuerza mayor, criterio que adopté final- mente la cémara a quo. Y si bien es cierto que la fuerza mayor no exclu- ye la responsabilidad del comitente de la obra ptiblica -art. 39, ley 13.064- la cdmara declaré inaplicable al caso la norma invocada, sefialando -con acierto- que la rescisién del contrato con fundamento en la fuerza mayor fue peticionada por Ia actora, lo que impide el resarcimiento de las pérdi- das por lucro cesante con arreglo a lo dispuesto por los arts. 53 y 54, inc. t), de la mencionada ley de obras ptiblicas, que excluyen, en estos casos, la indemnizacién del beneficio sobre la obra no ejecutada. 11) Que también pretende la actora sustentar la viabilidad de su recla- mo de lucro cesante en una “actitud ilegitima” que imputa a la Adminis- tracion por haber declarado la rescisin contractual por culpa de dicha empresa contratista, aludiendo a lo decidido en tal sentido por la primiti- va resoluci6n 970/75 de la Direccién Nacional de Vialidad. Empero, el agravio no aparece fundado, toda vez que dicha resolucién fue luego mo- diticada, a instancia de la propia recurrente y en la misma sede adminis trativa, mediante la resoluci6n ministerial 1308/78. Por consiguiente, mds alld de las objeciones dirigidas contra esta tiltima, Ia apelante no puede sustentar el derecho que pretende en el contenido de una resolucién admi- FALLOS DE LA CORTE SUPREMA us nistrativa anterior que no causé instancia y que fue descalificada dentro del procedimicnto administrativo que ella misma promovis. La satisfaccién del agravio asf invocado, ya fue lograda con la modificacién pretendida y no podria tener un alcance mayor. En este orden de ideas, es del caso ob- servar que la actora hab{a inicialmente solicitado la rescisién del contra- to por fuerza mayor, al punto que la citada resolucién ministerial 1308/78 acogié dicha peticién y dejé sin efecto el anterior temperamento adopta- do por la Direccion Nacional de Vialidad. Por tanto, asf como la doctrina que exige estar a los actos propios impedirfa al organismo demandado volver ahora sobre lo ya establecido en la instancia administrativa en cuan- to al origen de la suspensién de la obra y Ja rescisién del contrato -como bien declare el a quo-, asf también ha de considerarse impedida la contra- tista de carib ara discrecién la postura exteriorizada inicialmente sobre el mismo ternz 12) Qur otro agravio de la actora se refiere a lo que denomina "liqui- dacién de actives", rubro al que habia accedido el juez de primera instan- cia y que la camara desestimé. Con este reclamo pretende la reparacién del perjuicio que dice haber experimentado por la venta, a precios muy infe- riores a su valor real, de dos campos ubicados en la Provincia de Entre Rios, “Fortin Grande" y "Granja El Recuerdo". La actora atribuye tales operaciones a la necesidad de realizar activos para afrontar compromisos contrafdos con el Banco de Parand, situacién que, a su vez, pretende vin- cular con un proceso de deterioro que la empresa habfa atravesado a rafz de su conflicto con la Direccién Nacional de Vialidad por la obra publica que es materia de esta litis. Sostiene la apelante que la cémara, al decidir este punto, también habria excedido su jurisdiccién, ante Ja falta de agra- vios de la demandada al respecto. Y afiade que al resolver que "no se en- cuentra debidamente acreditado que la realizacion de estos bienes del ac- tivo hubiera sido originada por la urgencia de cumplimentar obligaciones contraidas con motivo de la obra" (fs. 1181 vta.), el tribunal se habrfa apar- tado de las conclusiones de los peritos, contador e ingeniero, actuantes en la causa. 13) Que, por razones andlogas a las ya expresadas en los considerandos 4° y 5°, la primera objecién no es atendible, pues al sostener la demanda- da en su apelaci6n ante la cémara que correspondia atribuir responsabili- dad exclusiva a la empresa actora, en tanto ello importaba la negacién de DE JUSTICIA DE LA NACION 38 todos los reclamos de ésta, nada impedia al tribunal resolver como lo hizo. En tal sentido. tiene dicho esta Corte que participa de un criterio amplio en la materia -acorde con la debida tutela de la garantia de la defensa en juicio (art. 18 de 1a Constitucién Nacional)- fundado en que, con excep- cidn de las cuestiones expresa o implicitamente excluidas, el tribunal de apelacién tiene con respecto a las pretensiones y oposiciones oportuna- mente interpuestas la misma competencia que corresponde al juez de pri- mera instancia (Fallos: 308:821), criterio que resulta aplicable al sub lite. Sobre todo si se advierte que ambas partes consintieron la ampliacién de los peritajes que dispuso la cAmara en la audiencia convocada al efecto a fs. 1024/1025, donde se insinuaron aspectos vinculados a esta cuestién, ¢ igualmente, los dos expertos consideraron en detalle el punto en sus res- puestas a dicho requerimiento (fs. 1041 y 1048) y esos informes merecic- ron especffica impugnacién de la demandada en Jo conceraiente a este té pico (fs. 1059/1060 y fs. 1087/1087 vta.), de modo que el planteo que aho- ra introduce la actora importaria volver sobre etapas precluidas ¢ ignorar antecedentes incorporados legitimamente al proceso. 14) Que, en lo atinente al agravio en sf mismo que sobre esta cuestion propone la apelante, preciso es sefialar que la camara se remitié a lo expre- sado por el perito contador en su primer informe, donde textualmente dijo: "Si bien puede presumirse que hubo que mal vender ciertos bienes -en es pecial las dos fincas- para atender el pasivo generado por las causas que sefiala el perito ingeniero, es imposible para el suscripto valorizar ese per- juicio” (fs. 844 vta.). Sobre esta base advirtié el a quo que el "perito con- tador no afirma, sino que presume", que la venta de los bienes habria obe- decido a la causa invocada por la actora (fs. 1182), lo que le permitio con- cluir -con cita de la impugnacién formulada por la demandada al dictamen- que no se encontraba aprobado el nexo causal entre el perjuicio aducido y la realizacién de los inmuebles. Por cierto, no se advierte en este juicio una valoracién inadecuada de Ja prueba pericial en cuestion 0 una inteli- gencia reftida con sus conclusiones, como sostiene la recurrente. 15) Que, por lo demas, cabe destacar que en el informe ampliatorio presentado por el perito contador a fs. 1047/1053, seguin lo acordado en la ya citada audieneia fijada por la cémara (Is. 1024/1025), se observa que los niveles. mas altos de endeudamiento de la firma actora -a valores cons tantes- corresponderian a los afios 1971 y 1972 (ver fs. 1048 vta.), es de- a4 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA Ms cir, a.un lapso anterior a la celebracién del contrato de obra publica (no- viembre de 1972) y, en especial, anterior a los sucesos que desembocaron en la rescisién contractual bajo juzgamiento. Aunque en los afios sucesi- vos se registran también deudas contrafdas por la empresa, el dato relevan- te de un fuerte endeudamiento precedente y el hecho -destacado en la sen- tencia- de que la obra objeto de autos no fuese la unica actividad econé- mica desplegada por aquélla en Ia época considerada (vgr.: otras obras de menor importancia y una explotacién agropecuaria aludidas en el mismo peritaje, puntos I.a y 1.b de fs, 1047/1048), tornan practicamente indiscernible el grado de incidencia causal que se intenta atribuir al con- flicto con la Direccién Nacional de Vialidad en la disposicion de activos fijos operada a mediados de 1974, De manera que, si se adopta una vision de conjunto, no parece factible vincular causalmente este acontecimien- to con aquel conflicto ni con la rescisién que fue su desenlace, como ha sido resuelto con acierto en el pronunciamiento apelado. 16) Que el restante agravio de la actora se vincula con la imposicién de las costas en el orden causado, pues pretende que cargue con ellas exclu- sivamente la parte demandada. Sosticne, en esencia, que el fundamento proporcionado por la cémara, en cuanto remite al "resultado alcanzado" en el pleito (fs. 1184 vta.), aparecerfa insuficiente y contrario al principio de la derrota consagrado-por el art. 68 del Codigo Procesal Civil y Comercial de la Nacién, Observa que la accién deducida progresé en la mayor parte de los rubros incluidos en la pretensi6n originaria y que la conducta de la demandada habrfa dado lugar al reclamo, todo lo cual restaria fundamen. toa la decisién adoptada por la camara 17) Que, al exponer asi este agravio, los planteos de la recurrente apa- recen encaminados a considerar la cuestién desde un punto de vista me- ramente numérico 0 cuantitativo en orden a la relacién entre los importes reclamados y los admitidos en la sentencia. Sin embargo, no se advierten motivos que conduzcan a interpretar de ese tinico modo las expresiones del tribunal referentes al régimen de costas. Por el contrario, es dable enten- der que la remisi6n al resultado del litigio importa una referencia global alas conclusiones alcanzadas sobre las principales cuestiones que integra- ban el thema decidendum. Y dentro de ellas se destaca especialmente la ca- lificacién del hecho que dio lugar a la rescisién contractual, ya que sobre esa base detinié el a quo los alcances de la correspectiva situacién juridi- DE JUSTICIA DE LA NACION sis ca de las partes, en funcién de las normas de la ley de obras piiblicas que determinen los efectos de la fuerza mayor y que consideré aplicable al caso. Tal enfoque sobre el fondo del litigio ha condicionado, sin duda, la decisién adoptada sobre las costas, mas alla del progreso parcial de las pretensiones y las defensas esgrimidas por las partes. La actora, empero, no se ha hecho cargo de ese aspecto relevante del pronunciamiento cuya revisi6n intenta, lo que impide atender sus agravios sobre el punto (Fallos 308:693, entre muchos otros). Corresponde afiadir que la sola referencia a que la Direccin demandada habria dado lugar a la acci6n, no basta para rebatir los fundamentos a los que remite el fallo en este tema, porque la resistencia de aquélla estuvo, al menos en parte, justificada. 18) Que, por su parte, la demandada procura demostrar en su recurso una serie de errores que se habrfan deslizado en la sentencia, a raiz de pre- suntas fallas técnicas en los peritajes e informes producidos en la causa, relacionados con los hechos naturales que dieron origen a la rescision del contrato de obra publica. Insiste en que se habria distorsionado 1a magni- tud del fendémeno climAtico que afecté los trabajos encomendados a la actora durante 1973 y 1974, el cual no serfa comparable con el que se pro- dujo en la misma zona una década después, en 1982 y 1983, como lo ha- brfa insinuado el perito ingeniero; afirma la apelante que el segundo ha- bria tenido caracteristicas de extrema gravedad que no serfan predicables del primero. Sobre esa base, propone una revisién integral del caso y, subsidiariamente, impugna los conceptos y célculos comprendidos en la suma que ha sido materia de condena, aludiendo a: "compactacién de base de asiento", terraplenes, deterioro del equipo de la’empresa contratista, reemplazo de suelos, caminos accesorios para acarrear materiales, des- monte, gastos indirectos y proyectos de puentes. Cuestiona, finalmente, el modo como fueron calculados los intereses sobre el capital actualizado, por entender que no se adecua a las directivas de la ley 21.392 19) Que la extensa enunciacién de detalles técnicos que contiene el memorial de la Direccién demandada, aunque de algtin modo vinculados con los hechos que fueron materia de juzgamiento en el sub lite, no cons- tituyen impugnaciones concretas a los términos del fallo ni aportan nue- vos elementos de juicio que justifiquen una solucién distinta de la adop- tada en la instancia precedente. Las manifestaciones de la apelante, ade- mas, dejan sin rebatir un argumento central de la sentencia, consistente en 876 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA us que su intento de atribuir cierto grado de imputabilidad a la actora en los sucesos que condujeron a la rescision, implicaba introducir en este litigio una cuesti6n definitivamente zanjada en sede administrativa a rafz de la resoluci6n ministerial 1308/78, que declaré la extincién del vinculo con- tractual sin culpa de aquélla (fs. 1180). Por otra parte, la argumentacién expuesta en el memorial s6lo constituye una mera reiteracién de concep- tos vertidos con anterioridad en la causa, por lo que resulta ineficaz para modificar el criterio que informa el fallo recurrido. Tales circunstancias, que esta Corte ha ponderado a los efectos de la idoneidad del recurso'y cl alcance de su jurisdiccién en la tercera instancia ordinaria (Fallos: 307:2216; 308:541 y 2095; y sentencia del 6 de febrero de 1986 in re 8.293.XX. "Saenz y Maracé Empresa Constructora $.R.L. c/ D.N.V. s/ revocacién de resolucién", sus citas y muchos otros), conducen a deses- timar los agravios expuestos por la demandada. Todo ello, claro esta, sin perjuicio de cualquier error que se haya des- lizado en las operaciones aritméticas realizadas por el perito ingeniero designado en autos, ya que tales errores podrén ser corregidos en la ins- tancia oportuna, al momento de practicarse la liquidacién que ordené la sentencia de primer grado, confirmada en ese punto por la cémara, sin que quepa solicitar a esta Corte un pronunciamiento al respecto que seria pre- maturo. Por ello, se confirma la sentencia apelada en cuanto ha sido materia de recurso. Costas de esta instancia cn el orden causado. Notifiquese y de- vuélvase. RICARDO LEVENE (H) - MARIANO AUGUSTO CAVAGNA MarTINEZ - RODOLFO C. Barra - Caros S. FayT - AUGUSTO CESAR BELLUSCIO - ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI - JULIO S. NAZARENO - EDUARDO MOLINE O'CONNOR - ANTONIO BOGGIAN

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