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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS

UAPA

ESCUELA DE PSICOLOGÍA
LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA CLINICA

PRESENTACION
Nombre:
Norman Paulino
Matricula:
14-7961
Carrera:
Psicología Clínica
Materia:
Psicofarmacología
Trabajo:
Actividad V
Profesor/a:

Laura Pou Ottenwalder


Sección:
GV
Clasifique los principales antipsicoticos por su tipo.
Describa su mecanismo de acción, usos terapéuticos y efectos adversos.

Los antipsicóticos o neurolépticos son un grupo de medicamentos conocidos por su


tratamiento en las psicosis, aunque también pueden aplicarse en otras enfermedades.

Trastornos en los que se usan los antipsicóticos

Los antipsicóticos se utilizan para tranquilizar a los pacientes que atraviesan una fase aguda
de algún trastorno en la que presentan gran agitación y nerviosismo.

Pueden utilizarse en pacientes con lesión cerebral, manía, delirium por intoxicación,
depresión con agitación o ansiedad grave –en este último caso, durante un periodo de tiempo
reducido-.

Sin embargo, el trastorno para el que más se han empleado los antipsicóticos es para
la esquizofrenia –especialmente para aliviar los síntomas positivos-. Se trata de una de las
enfermedades más devastadoras que existen, en términos de coste personal y social.

Se estima que unos 20 millones de personas en el mundo sufren esquizofrenia, no existiendo


diferencias en los porcentajes de incidencia de los diferentes países.

La mayoría de estas personas que han recibido un diagnóstico de esquizofrenia tienen que
usar antipsicóticos para lograr que sus vidas sean más estables y que tengan menos
periodos de hospitalización.

Dentro de la sintomatología de la esquizofrenia, es importante diferenciar los síntomas


positivos y negativos:
Clasificación de antipsicóticos o neurolépticos

Actualmente podemos encontrar dos grandes tipos de antipsicóticos: los neurolépticos


clásicos y los neurolépticos atípicos.

Neurolépticos clásicos

Son antagonistas de los receptores dopaminérgicos, y su propiedad farmacológica principal


es el bloqueo de los receptores D2, específicamente en la vía mesolímbica.

Los tipos de neurolépticos clásicos más comunes que podemos encontrar son:

Haloperidol (Butiferronas). A pesar de los efectos beneficiosos que este fármaco tiene sobre
los síntomas positivos de la esquizofrenia, deben sopesarse sus efectos secundarios
debilitantes –como trastornos del movimiento, aumento de peso, falta de motivación, etc.-.

En algunos casos, incrementa la probabilidad de padecer enfermedades físicas como


la diabetes o cardiopatía. Por todo ello, se recomienda buscar la dosis adecuada para que
ayude a controlar los síntomas de la esquizofrenia con los menores efectos secundarios
posibles.

Clorpromazina (Fenotiazinas). Se utiliza como tratamiento de las manifestaciones de las


alteraciones psicóticas, siendo claramente eficaz en la esquizofrenia y en la fase maníaca de
la enfermedad maníaco-depresiva. También ayuda a aliviar la inquietud y la aprehensión
anterior a la cirugía. La clorpromazina está indicada en el control de náuseas y vómitos
severos y en el tratamiento del hipo incoercible.

Levomepromazina (Fenotiazinas). Se trata de uno de los antipsicóticos más antiguos y tiene


una acción tranquilizante, ansiolítica, sedante y analgésica. También es un potente
potenciador de anestésicos. La levomepromazina posee una potente propiedad sedante,
potencia la anestesia con éter y hexobarbital así como la analgesia por morfina. Entre sus
efectos secundarios se encuentra la somnolencia producida durante las primeras semanas
del tratamiento.

También existen neurolépticos clásicos con acción “retard” o depot, que permiten
realizar dosis más espaciadas en el tiempo:

 Flufenazida (Modecate).

 Pipotiazida (Lonseren).

 Zuclopentixol (Cisordinol).

En los dos primeros casos, se administra una dosis cada 3 semanas y, en el último
caso, cada 2 semanas.

Estos neurolépticos clásicos están especialmente indicados para el tratamiento de:

 Psicosis.

 Agitación y comportamiento violento.

 Trastornos del movimiento –tics- o Síndrome de Gilles de la Tourette.

 Intoxicación por estimulantes.

 Dolor crónico.

 Deprivación etílica.

Entre sus efectos adversos, podemos encontrar los siguientes:

 Sedación.
 Somnolencia.

 Incoordinación.

 Convulsiones.

 Efecto epileptógeno.

 Efectos extrapiramidales: distonías, efectos parkinsonianos, acatisia, etc.

 Hipotensión ortostática.

Mecanismo de acción de los neurolépticos clásicos

Estos fármacos se basan en la hipótesis dopaminérgica, según la cual los síntomas


psicóticos positivos están relacionados con la hiperactividad de las neuronas
dopaminérgicas, especialmente la vía mesolímbica.

Por tanto, los fármacos antipsicóticos que se utilizan para tratar los síntomas positivos actúan
bloqueando los receptores de dopamina, particularmente los receptores de dopamina D2.

Los síntomas negativos de la esquizofrenia, descritos anteriormente, pueden implicar otras


regiones del cerebro, como la corteza prefrontal dorsolateral y otros neurotransmisores –
puede estar relacionada con la hiperactividad excitatoria del glutamato-.

Neurolépticos atípicos

Por otro lado, encontramos el grupo de los neurolépticos atípicos, que son aquellos
desarrollados más recientemente.
Constituyen un grupo heterogéneo de sustancias que actúan sobre los síntomas positivos y
negativos de la esquizofrenia –a diferencia de los neurolépticos clásicos, que sólo actúan
sobre los positivos-.

Algunos de los antipsicóticos atípicos más conocidos son los siguientes:

Clozapina (Leponex). Derivados de las dibenzodiacepinas. Es el único fármaco indicado


específicamente para el tratamiento de la esquizofrenia resistente al tratamiento. Ciertas
condiciones clínicas graves en la esquizofrenia son particularmente respondedoras a
clozapina, entre las que se incluyen las alucinaciones auditivas persistentes, la violencia, la
agresividad y el riesgo de suicidio. Asimismo, debe tenerse en cuenta la baja incidencia
de discinesia tardía como efecto adverso del fármaco. También se ha puesto de manifiesto
que la clozapina tiene un efecto beneficioso en la función cognitiva y en los síntomas
afectivos.

Olanzapina (Zyprexa). También se deriva de las dibenzodiacepinas, y tiene unas


propiedades estructurales y farmacológicas parecidas a la clozapina con una actividad mixta
sobre múltiples receptores. Aunque se ha comprobado que la olanzapina tiene una actividad
antipsicótica, todavía está por demostrar su eficacia en la esquizofrenia resistente y su
posición relativa respecto a otros antipsicóticos atípicos, en los que hay datos no
demasiado concluyentes. Asimismo, la relevancia clínica de los efectos sobre los síntomas
negativos que se deducen de la mejoría de las escalas de síntomas negativos es difícil de
interpretar y los análisis más rigurosos de los datos no logran evidenciar una clara
superioridad de la olanzapina. Tampoco se pueden hacer recomendaciones claras para la
agitación, agresividad y hostilidad, aunque parece menos sedante que la clorpromazina y
el haloperidol. Uno de los efectos secundarios que produce es el aumento significativo de
peso. Por todo ello, se necesitan más estudios a largo plazo que pongan de manifiesto datos
sobre tolerancia, calidad de vida, funcionamiento social, suicidio, etc.

Risperidona (Risperdal). Derivado de benzoxiooxazoles. Aún no se conoce si la risperidona


es más eficaz que los neurolépticos clásicos. Parece que tiene algunas ventajas sobre el
haloperidol en cuanto al alivio limitado de algunos síntomas y el perfil de efectos secundarios.
Puede ser más aceptable para los pacientes con esquizofrenia tal vez debido a la escasa
sedación que produce, a pesar de su tendencia a incrementar el peso. Hay pocos datos
sobre las implicaciones clínicas del uso de rísperidona pero, sorprendentemente, no los hay
en relación a la utilización de servicios, hospitalización o funcionamiento en la comunidad.
Los potenciales beneficios clínicos y de reducción de efectos secundarios de la
risperidona tienen que sopesarse con el mayor coste de este fármaco.

Quetiapina (Seroquel). Se deriva de la dibenzotiacipina, y se ha encontrado que los mejores


resultados que ha conseguido este fármaco los consiguió en los pacientes menos graves y
su eficacia sobre los síntomas negativos fue menos consistente y no superior a los clásicos.
Los ensayos clínicos que se han realizado son todos de corta duración –de 3 a 8 semanas-
y con una alta tasa de abandonos (48-61%). Estos datos, unidos a la corta experiencia clínica
de la que dispone el fármaco, impide que se puedan sacar conclusiones sobre su importancia
clínica.

Actualmente también existe un neuroléptico atípico que se está introduciendo,


la Ziprasidona.

Los datos obtenidos hasta ahora ponen de manifiesto que puede ser tan efectiva como el
haloperidol para la esquizofrenia, aunque tiene el inconveniente de causar náuseas y
vómitos.

La forma inyectable tiene el inconveniente añadido de causar más dolor en el lugar de la


inyección que el haloperidol.

Aún es necesario llevar a cabo más estudios que comparen este fármaco con los demás
neurolépticos atípicos para poder sacar conclusiones sobre su eficacia real.

Aunque estos neuropsicóticos causan menos efectos extrapiramidales que los


clásicos, y mejoran los síntomas negativos de la esquizofrenia, también presentan
algunos efectos secundarios:

 Taquicardia.
 Mareos.

 Hipotensión.

 Hipertermia.

 Sialorrea.

 Leucopenia –que en ocasiones termina en agranulocitosis, sobre todo a causa de


la Clozapina-.

Mecanismo de acción de los neurolépticos atípicos

Los antagonistas serotonin-dopaminérgicos actúan como antagonistas de la dopamina –en


receptores D2-, aunque también actúan sobre la serotonina –especialmente en los
receptores 5HT2a-.

Antipsicóticos clásicos frente a antipsicóticos atípicos

En la esquizofrenia, los antipsicóticos convencionales o clásicos siguen siendo a día de hoy


los fármacos de primera elección en la esquizofrenia.

A pesar de sus efectos secundarios y sus limitaciones, se ha demostrado que son muy
efectivos en el tratamiento agudo y de mantenimiento, siendo bien tolerados por muchos
pacientes.

Una ventaja adicional de estos antipsicóticos es la disponibilidad de alguno de ellos en


formas farmacéuticas parenterales, de corta duración o preparados “depot”.

Sin embargo, en aquellos casos en los que los antipsicóticos clásicos no son bien tolerados
por sus efectos extrapiramidales, los antipsicóticos atípicos constituyen una alternativa
adecuada.
Las razones por las que no se les considera aún fármacos de primera línea en la
esquizofrenia son:

 Escaso conocimiento sobre su seguridad y eficacia en la terapia de mantenimiento.

 El alto coste que suponen.

A pesar de que algunos autores justifican el uso de los nuevos antipsicóticos en el «primer»
episodio agudo de la esquizofrenia y durante la enfermedad, basándose en las hipótesis de
un descenso de las tasas de recaída y de la morbilidad asociada y de una mejoría en los
resultados a largo plazo, no hay ensayos clínicos adecuados que valoren estos hechos.

También hay hipótesis sobre las ventajas de los antipsicóticos atípicos en la reducción de
costes (estancias hospitalarias más cortas, menos rehospitalizaciones, etc.). Aunque varios
estudios con clozapina y risperidona han mostrado evidencias sobre el menor coste asociado
con su uso en comparación con los más antiguos, sus resultados han sido criticados por las
limitaciones en el diseño experimental.

Debido al aumento de los gastos sanitarios, para la selección de un fármaco, es necesario


considerar no sólo su eficacia y seguridad sino también el coste de las distintas alternativas
mediante estudios fármaco-económicos.

Este tipo de estudios es especialmente importante en el tratamiento de la esquizofrenia, ya


que es una enfermedad con un gran coste para los sistemas sanitarios debido a su temprano
inicio y largo curso.

Por otro lado, es una enfermedad que produce un enorme sufrimiento personal y familiar y
una gran incapacidad en los individuos afectados. Todos estos hechos apoyan la necesidad
de llevar a cabo estudios fármaco-económicos adecuados (evaluando la relación coste-
efectividad, coste-utilidad), así como de ensayos clínicos de larga duración para ayudar a
definir el lugar de los nuevos antipsicóticos en la esquizofrenia.

Principales síntomas positivos de la esquizofrenia

Alucinaciones

Se refiere a la percepción de algún estímulo que no existe –como ruidos, voces, imágenes,
olores, etc.-.

Estos estímulos se perciben a través de órganos sensoriales, como el oído o la vista. Las
más comunes son las alucinaciones auditivas –voces que le hablan a la persona
esquizofrénica o que hablan entre sí-.

Ideas delirantes

Existen muchos tipos de delirios que las personas esquizofrénicas pueden experimentar,
como por ejemplo:

 Delirio de grandeza: creencia de que posee poderes o habilidades especiales.

 Delirio de persecución: la persona está convencida de que constantemente se


conspira contra él o le persiguen.

 Inserción del pensamiento: el paciente cree que hay pensamientos que no son
suyos, sino que han sido introducidos en su mente.

Comportamiento extravagante

Es común entre las personas que presentan esquizofrenia que presenten comportamientos
inusuales, como vestir de forma inapropiada, llevar a cabo conductas repetitivas, tener un
comportamiento agresivo o realizar comportamientos inapropiados de acuerdo con las
normas sociales –mostrar sus genitales en público, defecar u orinar en la calle, etc.-.

Trastornos formales del pensamiento de tipo positivo

Se trata de un discurso fluido pero pobre de contenido. Algunos de los trastornos del
pensamiento en personas esquizofrénicas son:

 Incoherencia o esquizoafasia.

 Ilogicalidad.

 Cincunstancialidad.

 Distraibilidad.

Principales síntomas negativos asociados con la esquizofrenia

Afecto embotado

Se trata de un aplanamiento afectivo que se manifiesta a través de una expresión facial


inmutable, escaso contacto visual, incongruencias afectivas, etc.

Alogia

Este término hace referencia a la pobreza del pensamiento y de la cognición que ocurre
frecuentemente en esquizofrénicos.

Abulia-apatía
Esta característica se refiere a la falta de energía o motivación, y conlleva numerosos
problemas secundarios, como falta de aseo e higiene, falta de persistencia en el trabajo o en
el ámbito académico, etc.

Anhedonia-insociabilidad

Esta es otra característica que frecuentemente se encuentra en pacientes esquizofrénicos, y


se traduce como las dificultades que tiene la persona para experimentar interés o placer por
las cosas.

Atención

La atención suele estar alterada en la esquizofrenia, puesto que presentan dificultades para
mantener la atención o concentrarse lo suficiente para finalizar una actividad.

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