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Psicofarmacologia Actividad 5
Psicofarmacologia Actividad 5
UAPA
ESCUELA DE PSICOLOGÍA
LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA CLINICA
PRESENTACION
Nombre:
Norman Paulino
Matricula:
14-7961
Carrera:
Psicología Clínica
Materia:
Psicofarmacología
Trabajo:
Actividad V
Profesor/a:
Los antipsicóticos se utilizan para tranquilizar a los pacientes que atraviesan una fase aguda
de algún trastorno en la que presentan gran agitación y nerviosismo.
Pueden utilizarse en pacientes con lesión cerebral, manía, delirium por intoxicación,
depresión con agitación o ansiedad grave –en este último caso, durante un periodo de tiempo
reducido-.
Sin embargo, el trastorno para el que más se han empleado los antipsicóticos es para
la esquizofrenia –especialmente para aliviar los síntomas positivos-. Se trata de una de las
enfermedades más devastadoras que existen, en términos de coste personal y social.
La mayoría de estas personas que han recibido un diagnóstico de esquizofrenia tienen que
usar antipsicóticos para lograr que sus vidas sean más estables y que tengan menos
periodos de hospitalización.
Neurolépticos clásicos
Los tipos de neurolépticos clásicos más comunes que podemos encontrar son:
Haloperidol (Butiferronas). A pesar de los efectos beneficiosos que este fármaco tiene sobre
los síntomas positivos de la esquizofrenia, deben sopesarse sus efectos secundarios
debilitantes –como trastornos del movimiento, aumento de peso, falta de motivación, etc.-.
También existen neurolépticos clásicos con acción “retard” o depot, que permiten
realizar dosis más espaciadas en el tiempo:
Flufenazida (Modecate).
Pipotiazida (Lonseren).
Zuclopentixol (Cisordinol).
En los dos primeros casos, se administra una dosis cada 3 semanas y, en el último
caso, cada 2 semanas.
Psicosis.
Dolor crónico.
Deprivación etílica.
Sedación.
Somnolencia.
Incoordinación.
Convulsiones.
Efecto epileptógeno.
Hipotensión ortostática.
Por tanto, los fármacos antipsicóticos que se utilizan para tratar los síntomas positivos actúan
bloqueando los receptores de dopamina, particularmente los receptores de dopamina D2.
Neurolépticos atípicos
Por otro lado, encontramos el grupo de los neurolépticos atípicos, que son aquellos
desarrollados más recientemente.
Constituyen un grupo heterogéneo de sustancias que actúan sobre los síntomas positivos y
negativos de la esquizofrenia –a diferencia de los neurolépticos clásicos, que sólo actúan
sobre los positivos-.
Los datos obtenidos hasta ahora ponen de manifiesto que puede ser tan efectiva como el
haloperidol para la esquizofrenia, aunque tiene el inconveniente de causar náuseas y
vómitos.
Aún es necesario llevar a cabo más estudios que comparen este fármaco con los demás
neurolépticos atípicos para poder sacar conclusiones sobre su eficacia real.
Taquicardia.
Mareos.
Hipotensión.
Hipertermia.
Sialorrea.
A pesar de sus efectos secundarios y sus limitaciones, se ha demostrado que son muy
efectivos en el tratamiento agudo y de mantenimiento, siendo bien tolerados por muchos
pacientes.
Sin embargo, en aquellos casos en los que los antipsicóticos clásicos no son bien tolerados
por sus efectos extrapiramidales, los antipsicóticos atípicos constituyen una alternativa
adecuada.
Las razones por las que no se les considera aún fármacos de primera línea en la
esquizofrenia son:
A pesar de que algunos autores justifican el uso de los nuevos antipsicóticos en el «primer»
episodio agudo de la esquizofrenia y durante la enfermedad, basándose en las hipótesis de
un descenso de las tasas de recaída y de la morbilidad asociada y de una mejoría en los
resultados a largo plazo, no hay ensayos clínicos adecuados que valoren estos hechos.
También hay hipótesis sobre las ventajas de los antipsicóticos atípicos en la reducción de
costes (estancias hospitalarias más cortas, menos rehospitalizaciones, etc.). Aunque varios
estudios con clozapina y risperidona han mostrado evidencias sobre el menor coste asociado
con su uso en comparación con los más antiguos, sus resultados han sido criticados por las
limitaciones en el diseño experimental.
Por otro lado, es una enfermedad que produce un enorme sufrimiento personal y familiar y
una gran incapacidad en los individuos afectados. Todos estos hechos apoyan la necesidad
de llevar a cabo estudios fármaco-económicos adecuados (evaluando la relación coste-
efectividad, coste-utilidad), así como de ensayos clínicos de larga duración para ayudar a
definir el lugar de los nuevos antipsicóticos en la esquizofrenia.
Alucinaciones
Se refiere a la percepción de algún estímulo que no existe –como ruidos, voces, imágenes,
olores, etc.-.
Estos estímulos se perciben a través de órganos sensoriales, como el oído o la vista. Las
más comunes son las alucinaciones auditivas –voces que le hablan a la persona
esquizofrénica o que hablan entre sí-.
Ideas delirantes
Existen muchos tipos de delirios que las personas esquizofrénicas pueden experimentar,
como por ejemplo:
Inserción del pensamiento: el paciente cree que hay pensamientos que no son
suyos, sino que han sido introducidos en su mente.
Comportamiento extravagante
Es común entre las personas que presentan esquizofrenia que presenten comportamientos
inusuales, como vestir de forma inapropiada, llevar a cabo conductas repetitivas, tener un
comportamiento agresivo o realizar comportamientos inapropiados de acuerdo con las
normas sociales –mostrar sus genitales en público, defecar u orinar en la calle, etc.-.
Se trata de un discurso fluido pero pobre de contenido. Algunos de los trastornos del
pensamiento en personas esquizofrénicas son:
Incoherencia o esquizoafasia.
Ilogicalidad.
Cincunstancialidad.
Distraibilidad.
Afecto embotado
Alogia
Este término hace referencia a la pobreza del pensamiento y de la cognición que ocurre
frecuentemente en esquizofrénicos.
Abulia-apatía
Esta característica se refiere a la falta de energía o motivación, y conlleva numerosos
problemas secundarios, como falta de aseo e higiene, falta de persistencia en el trabajo o en
el ámbito académico, etc.
Anhedonia-insociabilidad
Atención
La atención suele estar alterada en la esquizofrenia, puesto que presentan dificultades para
mantener la atención o concentrarse lo suficiente para finalizar una actividad.