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LA ZANAHORIA EN LOS POSTRES

La zanahoria se ha usado en pasteles dulces desde la Edad Media, época en la que los
endulzantes eran escasos y caros, mientras la zanahoria, que contiene más azúcar que
cualquier otra verdura a excepción de la remolacha azucarera, era mucho más fácil de
encontrar, por lo que se usaba para elaborar postres dulces.1 La popularidad del pastel de
zanahoria resurgió probablemente en el Reino Unido gracias al racionamiento durante
la Segunda Guerra Mundial.2
Los pasteles de zanahoria estuvieron ampliamente disponibles en restaurantes y cafeterías
estadounidenses a principios de los años 1960. Al principio eran un artículo novedoso, pero a
muchas personas les gustó tanto que pasó a ser un postre corriente.

Ingredientes y preparación
A pesar de su nombre, la tarta de zanahoria se parece más a un bizcocho en la preparación
(todos los ingredientes húmedos, como los huevos y el azúcar, se mezclan por un lado, todos
los secos por otro, y luego se les añaden los húmedos) y la consistencia definitiva (que es
normalmente más densa que un pastel tradicional y tiene unas migas más gruesas).
Muchas recetas de pastel de zanahoria incluyen ingredientes opcionales, tales como frutos
secos, pasas, piña o coco.3
Este pastel se prepara en un horno sin realmente un tiempo definido sobre el cual deber
mantenerse dentro de él. Se recomienda dejar enfriar al sacarlo del horno y antes de poder
ser comido.

Presentación
El pastel de zanahoria puede comerse tal cual, pero a menudo se glasea o recubre
con escarchado o queso crema y nuez, a menudo picada. Con frecuencia se decoran de
forma que se parezca a la zanahoria. Son populares en barra, tarta plana cuadrada o cup
cake, y (tanto en el Reino Unido como en Norteamérica) se vende pre envasado en tiendas de
ultramarinos, y fresco en panaderías. Algunos pasteles de zanahoria incluso tienen capas.
Adornar con nata

LOS CARBOHIDRATOS

Los carbohidratos son alimentos cuya constitución química está formada por una molécula
de carbono, hidrógeno y oxígeno. Su función es contribuir en el almacenamiento y la
obtención de energía, sobre todo al cerebro y al sistema nervioso.
Gracias a una enzima llamada amilasa, la molécula del carbohidrato (también llamado
hidrato de carbono) se descompone, lo que permite que el cuerpo la utilice como
combustible.

Son macronutrientes
Los carbohidratos son importantes macronutrientes que se deben obtener a través de la
alimentación porque nuestro cuerpo no puede producirlos por sí solos. Sin embargo, hay
que tener en cuenta su calidad.
Las fuentes más saludables de carbohidratos son aquellas que no tienen algún proceso
humano, es decir, están en su estado más puro. Por ejemplo, granos enteros, verduras y
frutas.
Las fuentes menos saludables son aquellas más industrializadas, harinas refinadas, dulces,
pasteles, refrescos azucarados, etc.

Tipos de carbohidratos
Existen varias clasificaciones. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS)
y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
(FAO), podemos dividir los carbohidratos por...

Su constitución química:
Carbohidratos simples: es la unión simple de los tres elementos químicos base (carbono,
hidrógeno y oxígeno). Son azúcares que se convierten en glucosa rápidamente. Por
ejemplo, galletas, pan blanco, jarabe de maíz, harinas refinadas, etc.

Carbohidratos complejos: también se transforman en glucosa, pero de manera más lenta


debido a la fibra que contienen. También aportan vitaminas, minerales y otros
nutrientes. Ejemplos son: verduras, granos enteros, harinas integrales (pan y pasta
integral).
Su función
Azúcares: Es la forma más simple de carbohidratos. Se produce de forma natural en frutas
(fructuosa), azúcar de mesa (sacarosa) y azúcar de la leche (lactosa).

*La fructuosa de la fruta también se absorbe de forma inmediata, es por ello que se
debe de consumir con moderación y preferir aquellas frutas que tengan más
contenido de fibra y menos calorías. Por ejemplo: aguacate, limón, melocotón y
papaya.

Fibra: La encuentras de forma natural en frutas, verduras y granos enteros. Son


carbohidratos que tardan más tiempo en procesarse y ayudan al sistema digestivo a realizar
sus funciones. Ejemplos: granos enteros o integrales, fruta fibrosa como la pera, verduras
como el brócoli.

Almidones: Están en cereales y derivados como las harinas, productos hechos con base en
masa como pan, galletas, así como en algunos tubérculos como la papa.
Por su constitución calórica:

Carbohidratos saludables:
Son bajos o moderados en calorías.
Con alto contenido en nutrientes.
Carente de azúcares refinados y granos refinados.
Aportan fibra natural.
Son bajos en sodio
Bajos en grasa saturada
Bajos o carentes de colesterol y grasas trans.
Ejemplos: Verduras sin almidón como la lechuga, brócoli, espárragos, berenjena y
las espinacas. Frutos secos, proteínas magras como pechuga de pavo.
Carbohidratos poco saludables
Muy calóricos.
Llenos de azúcares refinados (jarabe de maíz, azúcar blanca)
Con alto contenido en granos refinados.
Bajos en nutrientes:
Bajos en fibra.
En ocasiones altos en grasas, grasas trans y colesterol.
Ejemplos: Refrescos, pasteles, pan blanco, dulces, chicharrones, alimentos fritos, etc.

1. Las verduras, junto a las frutas, son los alimentos que más agua proporcionan al cuerpo.
2. Ayudan a los pequeños de casa en el crecimiento y desarrollo de su organismo.
3. Poseen un alto contenido en fibra.
4. Contienen antioxidantes, los que nos protegen frente a ciertas enfermedades
cardiovasculares y relacionadas con la degeneración del sistema nervioso.
5. Su alto contenido en potasio nos ayuda a eliminar el exceso de líquidos.
6. Las verduras, junto con las frutas, son fuente casi exclusiva de vitamina C.
7. Son alimentos que carecen de grasas, lo que se traduce en menos colesterol y triglicéridos
en nuestra sangre, es decir en más salud cardiovascular.
8. Las puedes incluir en cualquier comida. Con las verduras puedes cocinar un sencillo
hervido, con judías, patatas, cebollas, alcachofas; puedes poner rodajas de tomate en el pan,
con un poco de aceite y jamón, para una rica merienda; puedes hacer verduras al horno que
acompañen el pescado a la plancha, …
9. Las verduras están disponibles en cualquier época del año. Cambian con las temporada,
por lo que no es aburrido consumir verduras todos los días
Si somos aficionados a practicar deporte y a llevar una vida sana, es importante que sepamos que
un déficit de verduras en la alimentación diaria puede ser el responsable de sufrir tensión muscular,
calambre y cansancio.
Las verduras, sobre todo las de color verde, nos aportan magnesio y potasio. Estos minerales juegan
un papel muy importantes en la función muscular, en la relajación y la contracción. Además, el
magnesio es necesario para la transferencia y la liberación de energía.
Tenemos que tener en cuenta que el esfuerzo al que nos sometemos cuando practicamos ejercicio
físico supone una pérdida de magnesio. Por lo tanto, para conseguir que nuestro cuerpo se adapte al
esfuerzo y asimile resistencia, y para no sufrir calambres, es esencial el consumo de verduras.

LAS HARINAS EN LOS POSTRES

Podríamos decir sin temor a equivocarnos que las harinas blancas refinadas constituyen una pieza
esencial en nuestra alimentación diaria, y algo que en ocasiones se nos escapa es que este
alimento carece de valor nutricional.

Descubre también cuál

Veamos ahora qué efectos tienen en nuestro organismo.

1. Aumento de peso

Si bien es cierto que no pasaría nada si nos limitáramos a consumir una pizza a la semana o un
sándwich de pan blanco, el problema reside, tal y como te hemos indicado antes, en que gran
parte de nuestra dieta cotidiana contiene un alto porcentaje de harinas blancas refinadas.

Las harinas refinadas están formadas principalmente por hidratos de carbono que, cuando se
ingieren, se convierten en glucosa.

La glucosa, a su vez, eleva el glucógeno y obtenemos energía. Ahora bien, el problema de las
harinas refinadas es que se digieren muy rápido. Es una energía muy breve que, además, provoca
que la insulina aumente y se mantenga en niveles muy elevados en detrimento del glucagón.

Poco a poco, sufriremos un aumento de las reservas de grasa en el organismo y, a su vez, se crea
adicción, puesto que nuestro organismo nos demanda ese tipo de combustible: el presente en los
dulces o el pan blanco.

2. Los alimentos con harinas blancas refinadas carecen de nutrientes


Te lo señalábamos al inicio. Mientras que las harinas integrales conservan el pericarpio (la
cascarilla del grano), el germen y el endospermo, a las harinas blancas se les retiran estos dos
últimos componentes.

Se destruyen sus nutrientes esenciales.

Se elimina la vitamina B, esencial en nuestra dieta.

Eliminamos la fibra, esencial para la salud intestinal y para obtener mejor los nutrientes de los
alimentos.

3. Las harinas blancas refinadas tienen “componentes ocultos”

Las harinas procesadas pasan, además, por sistema de refinamiento donde se les pone un
colorante “blanco”.

4. Riesgo de padecer alergias


El consumo intenso de harinas blancas refinadas puede traer problemas digestivos e intolerancia
al gluten. Además, lo que se ha visto en muchos casos es que todas aquellas personas que son
grandes consumidoras de harinas blancas refinadas presentan una deficiencia de vitamina B.

Según diversos estudios, se estima que un 20 por ciento de los adultos padece de deficiencia en
B12. Esta carencia puede conllevar desde alergias hasta problemas cardíacos o digestivos.

Otro dato que debemos tener en cuenta es que para la elaboración de estas harinas se utiliza un
tipo de enzima llamada amilasa, la cual es conocida por causar asma.

Es importante recordar también que, a la hora de cultivar trigo, para conseguir grandes cosechas
se recurre a determinados fungicidas. Con ello, acabamos ingiriendo una harina con una
determinada carga tóxica que, de acumularse en exceso, puede traer consecuencias.

Los carbohidratos son “depresivos” naturales. Esto se debe a que su acción altera la química del
cerebro y provoca cansancio, una sensación deprimente e incluso somnolencia.

Piensa que si desayunas, por ejemplo, un bollo o un sándwich de pan blanco, vas a tener hambre
al poco tiempo. En poco más de media hora te sentirás cansado y falto de energías.

Es importante sustituir la harina blanca refinada por la integral: tendremos más nutrientes,
regularemos el colesterol y, además, dispondremos de más energía y estaremos más saciados.

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