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Por entre las cercas de palo y alambre Serviste, ¿Y ahora qué pides?, ¿qué
meten las cabezas, medio adormecidos, quieres?
les siguen de moscas zumbando un Así son los hombres no solo contigo
enjambre que tan noble y dulce, que tan bueno eres;
y ellos pobrecitos- transidos de hambre, en esta tragedia de todos los seres
se quedan mirando los prados floridos... es solo el sepulcro el único amigo.
Los prados floridos en donde nacieron Hermano caballo: como tú los parias
libres como el viento y como él veloces; de la vida pasan horas de quebranto;
esos mismos prados en donde corrieron para sus oídos no fueron las arias
lanzando felices relinchos y coces. de los vencedores... Almas solitarias,
¡flores que se abrieron regadas de llanto!
¡Ya sus ilusiones todas se murieron!
Uno rememora cuando altivo y fiero Empleados oscuros de las oficinas,
llevaba en sus lomos la alfombra escarlata músico ambulante, pobres artesanos,
de algún valeroso e hidalgo guerrero artistas... poetas... que parecen ruinas,
de casco dorado y espuelas de plata. del caballo viejo somos los hermanos...
El otro recuerda que sobre sus ancas ¡como a él no nos quedan sino las
llevó dulcemente, con gran donosura, espinas!...
mujeres divinas, esbeltas y blancas,
de formas talladas como una escultura. Cuando las arrugas surcan ya la frente,
Y el alma tenemos llena de consejos,
El otro medita: yo fui en las carreras La vida que todo lo ve brutalmente,
el rey de los vientos, de sedosas crines, ¡como mueren siempre los caballos viejos!
y vi desplegarse las rojas banderas
y oí los saludos de roncos clarines... RICAR
Los viejos caballos meditan ahora
Al pie de las cercas, cerrados los ojos.
Una flauta rústica a lo lejos llora:
¡La vida está llena de espinas y abrojos!