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Noche de verano.

Homer Winslow fue reconocido como uno de los artistas norteamericanos mas importantes
en la mitad del siglo XVIIII. Destacó tanto por la pintura en óleo como por su habilidad en la
técnica de la acuarela. Durante toda su vida tuvo un constante contacto con el mar, que
resultaría tan importante en su producción que este contacto se tradujo en obras maestras
que representan la costa. Homer desarrollo una pintura de reflexión sobre la naturaleza y
su relación con el hombre.
A continuación, realizaré un análisis de una de las pinturas más representativas del
autor: Noche de verano. Para llevar acabo mi análisis me basaré en el modelo de análisis
propuesto por Foucault en su obra La pintura de Manet y realizaré una reflexión de la
pintura en los siguientes tres niveles que Foucault propone: El espacio del lienzo, la
iluminación y el lugar del espectador.

El espacio del lienzo


En Summer Night predominan dos grandes líneas horizontales paralelas y una línea vertical
que el autor representa con la arena y el horizonte del mar, este recurso es empleado para
darle un efecto de profundidad a la obra. Cada línea le adquiere un nivel de profundidad al
cuadro.
 El primer nivel sería la arena donde se encuentran las mujeres bailando y es el que
resulta más cercano al espectador.
 Después llegamos a la línea vertical que es la que nos presenta el segundo nivel de
profundidad.
 Y al final tenemos el último gran trazo horizontal que es el que divide al cielo del
mar.
El espacio es abierto, la profundidad del cuadro es remarcada con los personajes que
permanecen detrás de las dos mujeres que están bailando y más allá, detrás de ellos, se
puede notar el horizonte del océano
La iluminación
La luz también juega una parte muy importante en esta obra, si miramos bien la segunda
línea horizontal (sería la sección que divide al horizonte del cielo) podemos ver que en esta
sección se trata de una iluminación tradicional, la luz proviene de arriba por la izquierda,
que ilumina el extenso mar del fondo.
Por supuesto podría entenderse que con este tipo de iluminación el autor trata de
emular el efecto que la luz de la luna podría tener sobre el agua del mar, la luna solo ilumina
el centro de la obra hasta llegar a la línea vertical que una vez más divide a la obra. Esta
iluminación está constituida por una luz interior.
Toda iluminación es interrumpida cuando llegamos a la segunda sección de la
pintura (la que divide al océano de la playa con una línea vertical) los personajes aquí
permanecen en la oscuridad con formas difusas sin poder distinguir bien donde comienza
uno y termina el otro. Es curioso como esta sección, estando justo en el medio de las dos
secciones iluminadas escape a cualquier rastro o reflejo de la luz.
Ahora observemos a las mujeres del primer plano, una luz distinta es la que
caracteriza esta escena, la iluminación es frontal y perpendicular y va de llenos obre la
espalda de la mujer que está bailando. Esta misma iluminación incide en el rostro de la
mujer que se encuentra encarada hacia nosotros y solo se ve interrumpida cuando llega a
los brazos entrecruzados de las dos bailarinas.
La iluminación viene de algún punto de enfrente de la obra y se concentra
mayormente en las mujeres.

El lugar del espectador.


Por el juego de sombras que el autor plantea nos hace sentir la sensación de encontrarnos
al mismo nivel de la playa en el que las dos mujeres se encuentran bailando. Es de este
mismo nivel, como mencione antes, de donde proviene el autor. Entonces es el espectador
y la posición en que se encuentra lo que hace bailar a las mujeres de otra forma este primer
plano también se rodearía en la oscuridad y las mujeres y su público se encontrarían en la
oscuridad.
Lo que más he apreciado de esta obra es el atinado esfuerzo del autor en replicar la
sensación que se tiene de un lugar o una escena. No haciendo una copia exacta, hablando
en un sentido realista, como ocurriría con una fotografía, si no replicando el aura o el
carácter de una escena, ya sea que eso significa evocar la fresca brisa del aire salado
mientras recorre el océano durante el atardecer. Con este trabajo Winslow evoca tan
fuertemente la sensación del lugar que los espectadores bien podrían sentir que se
encuentran el mismo lugar de la pintura viendo a las dos mujeres bailar.
El autor evoca, por supuesto, sensaciones y cosas que no pudo plasmar en la pintura,
como el sonido. Hay dos mujeres bailando en la arena lo que bien puede implicar que hay
música en el fondo. También hay un grupo de personas representadas por sus siluetas que
parecen estar maravilladas por el baile, el sonido de las olas y la luz que parpadea en la
superficie del agua.
La obra también evoca un maravilloso misterio e invita al espectador a mirar al
horizonte. No resulta muy difícil imaginarse a uno mismo como parte de esa escena y sentir,
ver y oír esta mágica noche de verano.
Summer Night 1890, óleo sobre lienzo 76.7x102 cm Paris Museo de Orsay
Bibliografía
Michel Foucault. (2005). La pintura de Manet. Barcelona: Ediciones Alpha Decay.

Sebastian Smee. (2016). Dancing women, waves, and the joys of Winslow Homer’s ‘Summer
Night’. Febrero 14 de 2018, de The Boston Globe Sitio web:
https://www.bostonglobe.com/?p1=BGHeader_Logo

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