A l observar la curva de confiabilidad P-F, apreciamos dos
categorías principales de acción de confiabilidad en mantenimiento en las
que se pueden enfocar los recursos: el área P-F y el área I-P.
El área P-F (ver la figura 1) es la porción que por lo general recibe la
mayor parte de la atención. Dado que el defecto o falla del equipo ya ha comenzado, esta área trata de detectar y predecir los modos de falla del equipo, de manera que las reparaciones se puedan realizar de manera planificada. Figura 1: La curva de confiabilidad I-P y P-F
Básicamente, usted está gestionando las posibles fallas (P) a medida
que pasan a ser fallas funcionales (F). Ninguna de sus actividades más allá de las posibles fallas (P) evitarán que ocurran las fallas. Aunque usted puede intervenir para prolongar una condición, la falla es inevitable.
Desde luego, hay mucho valor en las actividades en el área P-F. La
única manera de prevenir la falla del equipo es hacer algo antes de las posibles fallas (P). Las actividades en el área P-F serían como revisar su colesterol en la sangre de manera regular y decidir el momento adecuado para tomar medidas. Revisar y dar seguimiento no es suficiente para evitarlo. Para su equipo, las actividades en el área P-F incluyen esfuerzos de gestión de la condición de activos, tales como análisis de vibraciones, análisis de fluidos (es decir, análisis de partículas de desgaste y contaminación), termografía infrarroja, prueba de ultrasonido, rondas de cuidado básico del operador y algunos otros elementos de confiabilidad. En general, la tecnología y la ejecución de estas actividades son entendidas y realizadas con éxito por personal capacitado.
El área I-P, tal como se muestra en la figura 1, es el intervalo de
tiempo desde el momento en que el equipo fue instalado hasta el punto en el que comienza la falla. Puede que en muchas culturas de confiabilidad en desarrollo se invierta más tiempo en el área P-F que en el área I-P. Pero a medida que las organizaciones maduran, el área I-P adquiere mayor importancia.