CONCLUSIÓN

Para realizar un diagnóstico psicológico es necesario tener en cuenta los actores y factores
que intervienen. En primer lugar, está el psicólogo, quien Necesita una formación teórica y
metodológica básica para realizar tareas de evaluación. Su idoneidad, experiencia y sentido
crítico le permitirán elegir los instrumentos apropiados para cada caso particular, ya sean, test,
entrevistas, observación, entre otros. En el caso de Mario Gil, los psicólogos en formación del
grupo colaborativo han dialogado y discutido con respecto a su caso y han dado luces a partir
de su bagaje intelectual y de su experiencia inmediata. Seguidamente y no menos importante
está el sujeto o paciente que es un todo y a su vez tiene unas variables como sexo, edad,
lengua, historia, nivel sociocultural, motivo de la consulta, la disposición, la conciencia de
enfermedad, evaluaciones anteriores o antecedentes, todo esto determinará los
procedimientos a seguir, los procedimientos no están dichos o dictados, estos se construyen
en el proceso, se determinan en el camino. En el caso de Mario Gil se determinó que este
caso podría ser intervenido desde una perspectiva sistémica y se han trazado unos
procedimientos adecuados. Luego aparecen unas herramientas como los instrumentos que
tienen un carácter teórico y otro práctico, el teórico se refiere a la teorías y modelos en las que
se fundamentan dichos instrumentos y lo practico se refiere a la edad del sujeto, al tiempo
disponible, a su validez y confiabilidad, etc. Para el adolescente Mario se aplicaron
instrumentos como la entrevista y la observación. Y, por último, participan las técnicas de
intervención ya sean estas objetivas o proyectivas. Todos estos factores y actores en
interacción configuran un proceso diagnóstico, cuyo objetivo general es el conocimiento y
comprensión de esa persona, que en este caso es Mario Gil que tiene un problema en sus
funciones ejecutivas y que necesita de un acompañamiento familiar y escolar, sistemas que
rodean al adolescente analizado.