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A pesar de la naturaleza de comedia la obra, es importante no dejar de lado la crítica social que se
realiza a lo largo de ambas historias. Plasmando en los diferentes altercados que los personajes
tienen, una situación que a pesar de presentarse de forma ligera, por su mismo carácter de
comedia, no pierde gravedad en el tono carácter social.
La película nos presenta la historia de dos personajes, un barbero judío que habiéndose
accidentado en la primera guerra mundial trata de volver a integrarse a su vida cotidiana,
ignorante de los cambios que la perdida de la guerra anterior ha producido en la política y en la
mentalidad de su nación. El segundo personaje, una clara sátira de Adolf Hitler, nos narra el
diario vivir del tirano que maneja las decisiones de su partido. Esta sátira se nos muestra con un
carácter paranoico y megalómano, dominado principalmente por la codicia y un desfigurado
sentido de superioridad que emula con poca imaginación la mentalidad de los dictadores fascista.
Es necesario remarcar que previo al Gran Dictador Chaplin se había caracterizado por la
producción de filmes mudos a pesar de que el cine sonoro había tomado auge desde hace más de
una década, razón por la cual esta cinta es un hito en la historia del director/actor, siendo esta la
primera de sus películas en presentar sonido.
Siguiendo también la tradición que Chaplin había cultivado en filmes anteriores como Modern
Times y City Lights, el filme presenta una crítica social a las realidades presentes y dominantes en
la década de 1930 y 1940. En este caso su crítica es hacia la mentalidad constituyente de los
regímenes fascistas que habían surgido en países europeos tras la primera guerra mundial,
principalmente Alemania e Italia, que en la cinta se ven reflejado como los países ficticios de
Tomania y Bacteria respectivamente.
En el personaje del barbero judío podemos ver reflejado mucho de los aspectos que caracterizaron
a otro de los personajes más influyentes del actor, Charlot el vagabundo, el cual estuvo presente
en la gran mayoría de sus trabajos y que se convirtió en uno de los personajes que con mayor
facilidad se reconocen en la historia del cine hasta en la actualidad.
Gran parte de la trama de la película se vive mediante las conversaciones que vemos entre los
diferentes personajes y las situaciones a las que cada uno se enfrenta. Podemos observar como
ambas historias, y las acciones propias de cada una, tienen un efecto directo o indirecto en la otra.
Podemos ver esto en el momento en que el barbero es casi ahorcado por las tropas antes de que
el comandante, a quien durante la primera guerra mundial el barbero había salvado, lo rescatara
produce que este segundo reconozca la atrocidad de la ideología a la cual sirve y traicione a
Hynkel más tarde en el filme, lo que este no toma bien y toma repercusiones que afectan a los
personajes presentes en el Gueto.
Al ver la película uno no puede evitar sentir un apego a los personajes presentados en el Gueto,
viendo como tratan de sobrellevar la situación que los aflige, mientras que los personajes del
palacio del dictador son presentados de la manera más cómica, viéndolos como descuidados,
tontos y ambiciosos.
Desde el punto de vista técnico se aprecia el uso de encuadres de plano medio para los momentos
en donde lo importante es la conversación de los personajes, mientras que los primeros planos
son limitados, guardándose para el momento de los discursos, en donde el énfasis se centra en la
fuerza con la que el personaje entrega su voluntad a lo largo de su discurso.
Los ambientes presentados son relativamente limitados, ya que la tramase lleva a cabo en dos
lugares principalmente, la casa del señor Jaeckel y el palacio del dictador. En el palacio es en
donde se puede apreciar el mayor trabajo de la cinematografía, asegurándose de dar la impresión
de un lugar ostentoso y en donde hay abundancia de los símbolos de la ideología dominante en el
lugar.
La música es un elemento constante a lo largo del desarrollo del filme, envolviendo de manera
sutil cada una de las situaciones de una manera que hace sentir que el sonido es natural y no esta
exagerado. Se apega bastante bien el tono de la música con el tono que las escenas tratan de
recrear. Momentos importantes en donde se puede ver esto es la afeitada al ritmo de Brahms o el
juego con el globo terráqueo en la habitación de Hynkel.
A lo largo de los diversos acontecimientos el sentir que como espectador dominaba era el de
esperarse en una comedia, un sentir de alegría al ver como se resolvían las situaciones con un
golpe o acción inesperado. A pesar de lo anterior, no puede pasarse por alto el hecho que al ver
las injusticias presentadas fueron raíz también de enojo ante la impotencia con la que las víctimas
eran tratadas, lo cual solo puede llevar a pensar las condiciones aún más graves que en realidad
estaban viviendo las personas ahí representadas.
A pesar de haber sido nominada a los premios escritos en la ficha técnica, El Gran Dictador no fue
la ganadora de ninguna de ellos. Sin embargo, en las décadas que siguieron la película ha tomado
su lugar como uno de los trabajos más importantes en el mundo de las sátiras y de significancia
histórica.
De manera personal solo puedo decir que la obra nos muestra un mensaje de gran seriedad e
importancia a través de una historia que puede ser disfrutada. En la conclusión del filme del
bastante claro la idea o postura que el director tiene acerca del tema tratado, uno que es
fácilmente entendible a través de las vivencias experimentadas del personaje y de los que
consecuentemente hemos sido testigos.