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Implicaciones Ambientales

Así como son ampliamente conocidos los beneficios del cromado en la industria para obtener el
cromo duro, también lo son los efectos nocivos que provocan los desechos del proceso y que
provienen directamente de uno de los dos estados de valencias estables en las que se encuentra el
elemento en la naturaleza: el hexavalente (CrO3).

Este estado de valencia, a diferencia del trivalente que no es tóxico, resulta altamente perjudicial
para la vida humana y para el medio ambiente a tal punto que la legislación a nivel mundial, los
organismos de seguridad industrial y ambiental y áreas como la medicina han divulgado
masivamente sus desastrosos efectos. Es así que, a nivel de la salud y según la United States
Enviromental Protection Agency (EPA), este compuesto es una de las causas directas del cáncer de
pulmón, a la vez que según investigaciones de un grupo de pediatras y ginecólogos de Firmat,
realizadas en 1999, también tiene incidencia sobre abortos espontáneos y malformaciones en
bebés.

De igual manera se ha establecido que el cromo puede causar irritación cutánea al contacto con
altas dosis que pueden atravesar una o más capas de la piel o de las membranas mucosas, irritar el
tracto intestinal, causar perforación del tabique nasal y provocar carcinoma. Ya, en el campo
ambiental, diversos centros de investigación europeos y norteamericanos han confirmado que el
proceso de cromado hexavalente es uno de los principales contaminantes del agua y el aire.

Por estas razones, alrededor del mundo, se ha lanzado una alerta frente a la necesidad de
manipularlo correctamente, y se han adelantado ensayos para probar nuevas fórmulas de cromo
trivalente que reduzcan notablemente los peligros sobre la vida y las altas inversiones que deben
hacer las empresas para tratar los desechos sólidos del proceso de obtención del cromo duro y evitar
la contaminación de las fuentes de agua.

Al respecto, el Departamento de Ingeniería Mecánica y Mecatrónica de la Universidad Nacional de


Colombia adelanta un proyecto sobre cromo trivalente que permitiría reducir sensiblemente los
costos de manejo de residuos.

También se destacan otros desarrollos en el país en cuanto a productos antispray, los cuales forman
una espuma que captura los vapores producidos por el proceso de cromado, cuando éste inicia,
evitando su emanación tóxica en el ambiente y desengrasantes biodegradables que reducen
también los efectos nocivos del cromado hexavalente en la obtención del cromo duro.

Vale comentar que, el reglamento del DAMA exige que las empresas que adelantan este tipo de
procesos tener un convenio con una de tratamiento de residuos, requerimiento que evaden los
talleres de garaje que de igual manera adelantan procesos de cromado, aunque de forma artesanal
y sin ningún control o manejo de los desechos.

Estos negocios captan un mercado que busca más que buena calidad, buen precio. Al final lo barato
sale caro y en la mayoría de los casos sus piezas no cumplen la función requerida. Un buen proceso
para obtener cromo duro requiere una infraestructura óptima que pocas empresas poseen.

Malos procesos los llevan a realizar altas inversiones para corregir fallas en las piezas, con el
agravante que al final, terminan contratando las empresas que reunían los requerimientos técnicos
especiales para hacerlo desde el inicio, pero hoy en día la industria dedicada a fabricar cromo duro
está ofreciendo resultados cada vez mejores que favorecen el nivel de la industria y la calidad de
vida del hombre, un proceso de evolución que abarca desde las técnicas mismas hasta la forma de
concebirlo medioambientalmente

Bibliografía:

Rojas. M. Cromado “Un proceso de dos caras”, Obtenido el 13 de mayo del 2016 de:
http://www.metalactual.com/revista/7/tratamientos.pdf

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