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Si pudieí semos resumir, de alguna manera, los conflictos por los cuales las
comunidades estudiantiles han levantado sus movimientos durante el uí ltimo siglo en
Chile, destacarííamos la problematizacioí n y –a su vez– la buí squeda de una “educacioí n
de calidad”, junto a la gratuidad universal de la misma. Por lo pronto, y a favor de
desarrollar un texto que fluya con las nociones de políítica y emancipacioí n de Rancieè re,
nos enfocaremos en la idea primera.
¿Existen normas intransigentes dentro del aula de clases? Por cierto que síí. No
podemos alejarnos mucho de la realidad de varias generaciones educadas en este
sistema cuando describimos la asimetríía entre profesores y alumnados. La abismal
diferencia entre el tiempo que toma la palabra uno versus la del otro, la propiedad
permisiva o prohibitiva que tienen los primeros sobre los segundos, las sanciones que
se aplican a aquellos estudiantes que infringen alguna de las normas de
comportamiento en clases o reglas durante una evaluacioí n o la rigidez de los planes
curriculares (en los que soí lo el profesorado puede intervenir y, a veces, a duras penas),
son todos ejemplos de esta educacioí n monolíítica.
Una iniciativa llamativa para disolver esta cuestioí n es la emancipacioí n intelectual, que
tambieí n rescata de Jacotot. Dicha concepcioí n es la “verificacioí n de la igualdad de las
1
Jacques Rancieè re, El espectador emancipado, Buenos Aires, Manantial, 2010, p. 19.
inteligencias”2 y ella implica devolver el poder democraí tico a quienes les ha sido
arrebatado. Es decir, la fuerza y la posibilidad de participar en los procesos de
produccioí n de conocimiento a todos quienes forman parte del sistema.
Ampliar las posibilidades de intervencioí n del estudiantado dentro de sus caí tedras,
volver a ejercer poder sobre las decisiones de su aprendizaje y recuperar la libertad de
comportamiento en torno a asistencia o procesos evaluativos son justamente acciones
que, en palabras de Rancieè re, trasladan estos ejercicios desde una esfera de la policíía
hacia una de lo políítico y la emancipacioí n democraí tica.
El caso de Finlandia, por ejemplo, es uno bastante excepcional. Sus esfuerzos por
renovar el sistema educativo no solo han dado frutos bajo los estaí ndares de medicioí n
internacional, sino que no han parado en fomentar nuevos entendimientos sobre lo
que es o debe ser la educacioí n. En el nuevo programa estatal, impulsado hacia 2020,
han propuesto eliminar todas las asignaturas claí sicas, entre las cuales se encuentran
Matemaí ticas o Ciencias Naturales.
El recoger estos raros casos de subjetivacioí n políítica, como mencionaríía Rancieè re,
ponen en una pugna continua las formas de dominacioí n. Volver a la igualdad,
reconociendo las capacidades de todas las partes y el enriquecimiento del todo, a
partir de esta reordenacioí n disforme es hacer valer el poder mismo de la
contemporaneidad, la metamorfosis. La accioí n políítica, seraí el “deshacer y
recomponer las relaciones entre los modos del hacer, los modos del ser y los modos
del decir que definen la organizacioí n sensible de la comunidad”5.
2
Ibid., p. 17.
3
Bernard Stiegler, De la misère symbolique, Barcelona, Ediciones Galileè e, 2012.
4
Kalee Brown, Colective Evolution, 4 de abril de 2017. Rescatado desde
http://www.collective-evolution.com/2017/04/04/finland-to-become-the-first-
country-in-the-world-to-get-rid-of-all-school-subjects/
5
Jacques Rancieè re, El desacuerdo. Política y filosofía, Buenos Aires, Ediciones Nueva
Visioí n, 1996, p, 58.