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LA BANCA TRADICIONAL

PRIMER PUNTO

 En medio de la Gran Depresión, en 1933, el gobierno intervino y fundó la


Corporación Federal de Seguros de Depósitos, para asegurar los
depósitos a fin de que la gente sintiera que su dinero estaba protegido
incluso si había rumores de que un banco estaba pasando por
dificultades.

 Una vez que el gobierno proporcionó ese seguro, tenía que asegurarse
que no se sometía a riesgos indebidos.

 El gobierno lo hacía regulando los bancos, asegurándose de que no


asumieran riesgos excesivos.

 Dado que los bancos mantenían en su poder los créditos que suscribían,
tenían que ser cuidadosos.

 Tenían un incentivo para asegurarse de que el prestatario podía devolver


el dinero.

 Para hacerlo, tenían que verificar los ingresos del prestatario e incorporar
un incentivo para la devolución

 Los banqueros entendían acertadamente que una hipoteca que estuviera


«sumergida» tenía un alto riesgo de impago, sobre todo dado el peculiar
sistema estadounidense de créditos sin garantía personal por el que, si
un prestatario no devuelve el crédito, lo peor que puede ocurrirle es que
pierda su casa.

 El prestamista no puede conseguir nada más. El sistema funcionaba


bastante bien.
SEGUNDO PUNTO

 El «innovador» sistema financiero estadounidense consiguió olvidar estas


elementales lecciones de la práctica bancaria, aprendidas desde hacía
tiempo.

 Había muchos motivos para la amnesia. De hecho, las lecciones se


olvidaban periódicamente; el mundo se ha visto marcado por frecuentes
burbujas y cracs inmobiliarios; por todo el mundo ha habido casos de
bancos que han tenido que ser rescatados.

 El único periodo prolongado en que no ocurrió así fue el cuarto de siglo


posterior a la II Guerra Mundial, cuando había una estricta normativa que
se aplicaba eficazmente.

 Hay otros motivos detrás de las decisiones de los bancos de empezar a


conceder préstamos extremadamente arriesgados, y de dedicarse a otras
actividades de asunción de un riesgo excesivo.
 Sobre todo, tras la derogación de la Ley Glass-Steagall en 1999, que
hasta entonces había separado la banca comercial y la de inversión, los
grandes bancos se habían hecho más y más grandes; demasiado
grandes para quebrar, y ellos lo sabían.

 Sabían que, si se metían en problemas, el gobierno los rescataría. Eso


era cierto incluso en el caso de los bancos que no tenían seguro de
depósitos, como los bancos de inversión.

 En segundo lugar, los banqueros tenían unos incentivos perversos que


fomentaban las conductas miopes y una excesiva asunción de riesgos.

 No sólo sabían que el banco sería rescatado si se metía en problemas,


sino que sabían que seguirían siendo ricos incluso si se permitía que el
banco quebrara.

 Y estaban en lo cierto. Estos problemas se veían agravados por el hecho


de que los modelos de gestión de riesgo que utilizaban los bancos eran
gravemente defectuosos.

 Estos modelos podían pronosticar cuánto podía recuperar el banco de la


hipoteca impagada, por cuánto dinero se vendería la vivienda, y, sobre
esa base, se podía estimar la probabilidad de que el banco tuviera
problemas, que perdiera tanto que no pudiera devolver el dinero a los
depositantes.

 Los bancos confiaban en estos modelos no sólo para evaluar los


productos financieros que compraban y vendían, sino también para
gestionar el riesgo en su conjunto.

 Gracias a la «ingeniería financiera» creyeron que podían asegurarse del


buen empleo de su capital, lo que les permitía asumir unos riesgos tan
elevados como se lo permitieran los reguladores.

 Aparte de ello, muchos de los responsables de los mercados, aunque


pudieran estar orgullosos de su perspicacia para los negocios y de su
capacidad para valorar los riesgos, simplemente no tenían la facultad de
evaluar si los modelos eran correctos o no. Muchos de ellos eran
abogados, inexpertos en las sutiles matemáticas de los modelos.
TERCER PUNTO

 Había otra importante diferencia entre los mejores tiempos pasados y la


banca moderna, y era la forma en que los bancos generaban sus
beneficios.

 En los viejos tiempos, los bancos ganaban la mayor parte de su dinero


por la diferencia entre el tipo de interés que recibían de los prestatarios y
el interés que tenían que pagar a los depositantes.

 La diferencia, o margen, a menudo no era muy elevada, y hacía que la


actividad bancaria comercial fuera desahogada, pero no salvajemente,
lucrativa.
 Pero a medida que se relajó la normativa y que fue cambiando la cultura
de la banca, los bancos empezaron a buscar nuevas formas de generar
beneficios. Encontraron la respuesta en una sencilla palabra: comisiones.

 Las recientes innovaciones que estaban diseñadas para ayudar a


gestionar el riesgo eran capaces, si se utilizaban mal, de amplificar el
riesgo, y, ya sea a causa de la incompetencia o de unos incentivos
defectuosos, eso fue lo que ocurrió.

 Y algunas de las recientes innovaciones ayudaron a los banqueros a


eludir la normativa que pretendía evitar que se portaran mal:
contribuyeron a ocultar lo que estaba ocurriendo, eliminando el riesgo de
los balances; eran complejas y opacas, de forma que incluso si los
reguladores hubieran querido hacer su trabajo les habría resultado cada
vez más difícil hacerlo.
LA TITULIZACION

 La titulización consiste en la transferencia de activos financieros que


proporcionan derechos de crédito hacia un inversor, transformando esos
derechos de crédito, a través de una sociedad ad hoc, en títulos
financieros emitidos en los mercados de capitales.

 Con la titulización, se agrupaba una serie de hipotecas y se vendía a


inversores de cualquier lugar.

 Puede que los inversores nunca visitaran siquiera las comunidades en las
que estaban ubicadas las viviendas.

 La titulización ofrecía una gran ventaja: diversificaba y repartía los


riesgos.

 Los bancos comunitarios prestaban sobre todo a miembros de la


comunidad, de forma que, si cerraba una fábrica en la ciudad, muchas
personas de la comunidad iban a ser incapaces de cumplir con sus pagos
de la hipoteca, y el banco podía correr el riesgo de ir a la quiebra.

 Con la titulización, los inversores podían comprar participaciones de


paquetes de hipotecas, y los bancos de inversión podían incluso
combinar múltiples paquetes de hipotecas, haciendo aún más fácil la
diversificación para el inversor.

 Hay muchas circunstancias en que la diversificación funcionaba de forma


imperfecta.

 Por añadidura, la titulización generó numerosos problemas nuevos.


Uno era que creaba asimetrías de información: habitualmente el
comprador del título sabía menos que el banco o la empresa que había
originado la hipoteca.

 Y dado que el originador no soportaba las consecuencias de sus errores,


sus incentivos para hacer un buen trabajo a la hora de la evaluación del
crédito se veían fuertemente atenuados.
 El proceso de titulización involucraba a una larga cadena.
o Los originadores de las hipotecas creaban las hipotecas,
o Que eran agrupadas por los bancos de inversión,
o Que a su vez las reempaquetaban y
o Las convertían en nuevos títulos.

 Todo el proceso de titulización dependía de la gran teoría del tonto


aún mayor, que afirmaba que siempre habría un tonto al que se le podrían
vender las hipotecas tóxicas y los peligrosos pedazos de papel que se
basaban en ellas.

 La globalización había destapado todo un mundo de tontos; muchos


inversores del extranjero no comprendían el peculiar mercado hipotecario
estadounidense, en especial la idea de las hipotecas sin garantía
personal. Sin embargo, ese desconocimiento no fue óbice para que se
lanzaran a comprar esos títulos.
CREIDTOS CON BAJO INTERES
 El gobierno (a través de la Reserva Federal) ha estado prestando dinero
a los bancos a unos tipos de interés muy bajos.

 El gobierno tiene una ventaja, tanto para conseguir los fondos como para
recaudar los intereses.

 Estos factores han proporcionado parte de la justificación para los


programas de créditos públicos para estudiantes y para hipotecas
gubernamentales; sin embargo, los conservadores han insistido en que el
gobierno no se dedique a estos tipos de actividades financieras, salvo
para dar dinero a los banqueros.

 Argumentan que al gobierno no se le da bien la valoración del crédito.


Actualmente esta línea de razonamiento debería tener muy poco peso:
los bancos han evaluado el crédito y han diseñado hipotecas tan
pésimamente que han puesto en peligro toda la economía.

 Los bancos también se han resistido a esta iniciativa, una vez más por
razones obvias: no quieren competencia por parte del gobierno.

 Pero eso suscita otra ventaja importante: si los bancos no pueden ganar
dinero «fácil» a base de explotar a los estadounidenses pobres, podrían
volver a dedicarse a los negocios difíciles, que es lo que supuestamente
deberían haber estado haciendo todo el tiempo, es decir, prestar dinero
para ayudar a crear nuevas empresas y a expandir las existentes.

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