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“LA IDEA DE DERECHO EN EL PERÚ REPUBLICANO DEL SIGLO XIX”

Fernando de Trazegnies

CAPITULLO IV

“LA LEGISLACIÓN POSITIVA DE LA MODERNIZACIÓN”

¿ES LA IDEA DEL DERECHO DEL PERÚ REPUBLICANO LA MISMA IDEA DEL DERECHO EN EL
PERÚ CONTEMPORÁNEO?

El derecho se va adaptando a la realidad en la que se vive, tiene un factor eminentemente social,


ante esto es evidente que, al desarrollar la solución a la presente pregunta, ésta será
afirmativa, partiendo desde un primer punto que en la transición entre el Perú republicano y el
contemporáneo se dio un suceso de gran trascendencia como es la abolición de la
esclavitud. Este suceso trae consigo una revolución de pensamiento, marca un antes y un
después, se reconoce la dignidad de las clases inferiores, se las defiende y promueve; este
solo hecho genera ya un cambio en la concepción de derechos humanos entendiéndolos
ahora si como universales.

Desde nuestra primera Constitución se viene creando la transformación del derecho, así la
ciudadanía tenía requisitos propios y sólo accesibles a una clase económica dominante. "En
la primera Constitución ‑de inspiración liberal‑ para ser considerado ciudadano se requería la
condición de tener una propiedad o realizar algún tipo de actividad económica, excluyéndose
expresamente de la calidad de ciudadano a los obreros y a los domésticos" (Constitución de
1823, art. 17)

Las posteriores Constituciones recortaron estas limitaciones a la ciudadanía y la exclusión de


ciudadanía quedó limitada a los servidores domésticos y a los que no pagaban ningún tipo de
impuesto; a fines del siglo desaparecieron estos requisitos subsistiendo solo la condición de
saber leer y escribir.

Hemos de tomar en cuenta -nuevamente- que el sistema jurídico político en la República,


después de la Colonia no cambia mucho, es decir subsistían las leyes y costumbres
españolas, regían la recopilación de las Leyes de Indias, etc., como lo afirma Ricardo Palma.

Donde nuestras constituciones políticas estaban inspiradas en ideas europeas,


conservadoras o liberales, de esta forma se otorgaba poder a unos grupos sociales sobre
otros y el campesino indígena no tuvo participación verdadera en el gobierno. Recordamos
así que la constitución política de 1860 admitió de manera sutil un gobierno OLIGÁRQUICO.
Nos referimos a épocas de marcadas clases sociales, lo que en el fondo no tiene mucha
diferencia con la situación actual, donde poderosos grupos tradicionales utilizan al estado
para obtener beneficios fuera del mercado y para consolidar subsistemas legales. De esta
forma se crea una especie de sub-sistema legal que regía las relaciones entre el “hacendado”
y sus “trabajadores” y “trabajador-trabajador”, así el hacendado ejercía Poder Legislativo,
Poder Ejecutivo y Judicial.

En el Perú Republicano, se ha visto plasmado el interés de la clase dominante en el estado,


generando beneficios solo para este sector, el privado. Entre ellos tenemos el medio
empleado que se usó para transferir los ingresos del estado al sector privado lo cual fue la
consolidación y el pago de la deuda interna originada en las guerras anteriores, para ello el
contrato de empréstitos al exterior. Otro método que se tomó fue transferir el capital estatal a
manos privadas con el pago de indemnizaciones con motivo de abolición de la esclavitud,
generando grandes pagos hacia los propietarios esclavistas. Por consiguiente, se muestra
que hubo un “uso privado” del Estado y del Derecho por la clase dominante con el objeto de
aprovechar de acuerdo al interés de esta clase la nueva riqueza nacional producto de la
venta del guano. Así el orden jurídico estatal desempeñó el papel de puente aparentemente
neutro entre el tesoro público y la clase dominante.

La época del rompimiento se caracteriza por un contexto internacional donde se transita entre
el capitalismo mercantil (de carácter monopolista) y el capitalismo industrial (de libre
competencia), es una época donde ocurren importantes cambios, tales como un mayor
desarrollo tecnológico; el aumento significativamente la producción; el incremento
demográfico, principalmente en las ciudades. Del mismo modo, se hace más evidente el
conflicto entre la burguesía industrial comercial y la aristocracia terrateniente y comerciantes
monopolistas. Además, empieza a surgir el proletariado urbano.

Por el contrario de cómo se pensaría, en la época temprana pos independencia, se ya se


vislumbraba la necesidad de una nación industrializada. Pero como toda república, en sus
orígenes tiene que encargarse de las necesidades primarias de toda nación; de las cuales en
primer lugar se encuentra garantizar la independencia, para luego empezar a tomar un rol en
la comunidad internacional, como entidad que se auto determina jurídica y políticamente. En
aras de crear estabilidad para todos, era necesario crear riqueza homogéneamente y para
ello la pequeña industria local fue protegida mediante leyes que prohibían la importación la
importación de productos que le hacían la competencia. Sin embargo, los comerciantes
atacaban estas leyes, solicitaban libertad de comercio y las evadían a través del
contrabando. En 1940 se aprobó un reglamento de comercio de corte liberal y en 1950 de
igual manera se prosiguió con esa línea política. A consecuencia de esto, en 1958 se
destruyeron puertas y ventanas del tren Lima-Chorrillos. Este grupo industrial, conformado
por pequeños fabricantes textiles y papeleros, se identificaba mucho con el pueblo que
luchaba en sumidos en la escasez. En 1859 una comisión del congreso designada por
Ramón Castilla, liberalizó aún más la política comercial para ciertas importaciones. En 1963,
surge o inicia un proceso de industrialización en Lima, distinto al que se venía teniendo.

Así es como el proceso de industrialización fue forjado por un marco normativo un tanto
contemporáneo, pero que fue insostenible por las circunstancias sociales de la época. Y esto
es notoriamente parecido al actual marco normativo de la promoción de la industria, en tanto
que es ineficiente e infructuoso para la su contexto coexistencial.

Enfocándonos en la actividad económica que fue un tema de suma importancia para el Perú;
durante la primera mitad del siglo XIX, cuando aún se utilizaban las denominadas
“Ordenanzas de la ilustre Universidad y Casa de la Contratación de la Muy Noble y Muy Leal
Villa Bilbao”, como ordenamiento legal aplicable a las transacciones de los comerciantes.
Estas ordenanzas databan de 1725 y su aplicación estaba a cargo de Tribunal del
Consulado. El Gobierno Republicano promulgó algunas leyes adicionales destinadas a
impulsar el comercio suprimiendo ciertas restricciones legales. Sin embargo estas
modificaciones que fueron realizadas durante la época, la controversia sobre un Estado
liberal comenzó a surgir. Una explicación social permite una mejor interpretación de los
hechos. En un país en el que se ha iniciado un verdadero desarrollo capitalista y los grupos
tradicionales han sido prácticamente desintegrados, las sociedades anónimas son
instrumentos útiles para reagrupar unidades sociales en función de un cálculo de beneficios.
Muy diferente es la situación si las sociedades anónimas son utilizadas dentro de un marco
tradicionalizante para organizar una familia en sus actividades económicas. Es difícil
establecer derechos y deberes definidos cuando la Junta General de Accionistas está
compuesta por 5 o 6 parientes bajo la presidencia de la abuela. Este tipo de Sociedad familiar
ha sido el más frecuente durante el siglo pasado en el Perú e incluso durante el presente
siglo. La Sociedad anónima no fue utilizada en absoluto para reunir sumas importantes
colocando acciones al público, En muchos casos, la venta indirecta a una persona que no era
parte del grupo íntimo se consideraba una ofensa social. Este tipo de sociedad no requería
una gama muy amplia de instituciones jurídicas para regular sus operaciones. La seguridad y
la predictibilidad se obtenían por medios ajenos al derecho. Por ello la dependencia al
gobierno o la corte hubiese sido una intromisión a problemas familiares. También
encontramos un sistema de transacciones ajeno al orden jurídico. En tal sistema se
intercambian servicios y bienes. Generalmente el sistema Normativo se encuentra
garantizado por la reciprocidad.

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