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DIFERENCIAS ENTRE TEORÍA TRADICIONAL Y TEORÍA CRITICA

Para Max Horkheimer la teoría tradicional es incapaz de aprehender la totalidad, porque parte de una lógica de
separación cartesiana que consiste en separar el cuerpo de la mente, la cual permite configurar una idea de sujeto.
Esta idea de sujeto configura las relaciones en el mundo social, el cual se encuentra cruzado por ideologías que
configuran una lógica del mundo individualista basada en la competencia. Esta lógica de mundo, genera relaciones
cosificadas, en la cual solo existe el sujeto en un mundo rodeado de cosas, donde “el otro” también es una cosa.
Entonces, en un mundo de cosas, donde la forma de relacionarnos con otros, es también a través de cosas/objetos,
la Teoría tradicional no puede aprehender la totalidad, solo aprehende fragmentos, los cuales son sacados de sus
contextos. Al sacar el fragmento de su contexto, se le niega su historicidad, esta negación de la historia es parte de
la condición ahistórica de la ciencia tradicional, en la cual las cosas aparecen como “dadas”, se les llama “naturales”.
En la dimensión de lo social, la condición ahistórica de la teoría permite la justificación de las estructuras sociales,
o de las contradicciones en el mundo social, que se naturalizan y aceptan como dadas, de lo cual podemos sospechar
que son herederas de un primer fundamento de la ciencia económica clásica “y su verdad”.
El mantenimiento justificado de las estructuras sociales y sus contradicciones, en la forma de una Teoría Social con
arraigo a una tradición de la economía política clásica, y no en la filosofía, es la denuncia de cómo la Teoría
tradicional tiene un sustrato ideológico que articula el orden de su discurso. La ciencia en la modernidad fue
monopolizada por el poder, quien desde ahí articulo la voluntad de saber para que esta fuese funcional a sus
propósitos. El conocimiento científico, se transformo en una mercancía valiosa, siempre y cuando fuese funcional
al capital que la sustenta. En cambio todo conocimiento no funcional (no productivo) es considerado innecesario e
incluso peligroso. Esta cosificación del conocimiento, extrapolado hasta nuestros días, ha generado una educación
también cosificada, aunque es muy difícil que en estos días algo no sea cosificado para el sentido común occidental.
Podemos concluir entonces que, en la teoría tradicional en sus dimensiones epistemológica y política, el sujeto
científico se relaciona en base al dualismo sujeto-objeto guardando una distancia, basada en la separación del cuerpo
y la mente, lo que le genera una falsa conciencia de exterioridad respecto a lo que observa[1], esta falsa conciencia,
crea la ilusión de objetividad y neutralidad política, la cual es falsa. Y finalmente el científico cosifica su objeto.
Con la célebre frase: “pienso, luego existo”, se inaugura un idealismo cartesiano, este idealismo establece un sistema
jerárquico donde las ideas son quienes nos permiten articular el cosmos que nos rodea. No existe praxis sin un
razonamiento previo. Esta lógica de pensamiento permite la relación sujeto-objeto, donde el sujeto decide por sobre
el objeto, es decir, en palabras de Weber, ejerce una dominación.
En la sociedad burguesa y su concepción “tradicional” del mundo, representa para sus sujetos una suma de hechos,
a saber, de que el mundo existe y debe ser “aceptado”. Esta diferencia entre el hombre y sociedad nos retrotrae
nuevamente a la matriz cartesiana, en palabras de Horkheimer esta diferencia entre el hombre y la sociedad expresa
“la escisión propia, hasta ahora, de las formas históricas de la vida social, en el tipo de economía burguesa, la
actividad de la sociedad, es ciega y concreta, la del individuo abstracta y consciente”[2]. Nuevamente se nos aparece
la sociedad como algo dado, externo al sujeto, que permanece pasivo, distante y alienado.
Para la teoría crítica, solamente cuando se ven los hechos aislados de la vida social, como aspectos del proceso
histórico y se los integra en una totalidad, puede el conocimiento de los hechos aspirar a convertirse en conocimiento
de la realidad.
La misma concepción de mundo que el sujeto debe aceptar como algo dado y aceptado (resignado) es producto de
una práctica social general, lo que percibimos en ese mundo es un modo de sentir de los hombres como resultado
de la historia y esto es inseparable de la vida social que se ha desarrollado a través del tiempo. Esto se abre como
posibilidad para que el sujeto pueda visualizar en una conciencia histórica el carácter transformador del mundo
social desde su propia conciencia, en términos hegelianos el carácter pasajero y transitorio del mundo social.
La tarea principal de la teoría crítica es penetrar el mundo de las cosas para mostrar las relaciones subyacentes
entre las personas.

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