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El emperador y el cosmos del círculo “se ve la imagen del Sol, en

la forma que acostumbraron los In-


dios representarlo”. Muchos años
después Alfredo Chavero, experto en
escultura azteca y sus contextos histó-
ricos, basándose en trabajos decisi-
vos de investigadores previos, donde
identifica fechas, nombres de gober-

NUEVA MIRADA A LA PIEDRA DEL SOL antigüedades mexicanas, interpretó


la Piedra del Sol, en un contexto cul-
nantes y de deidades (Umberger
1981, 1988). Umberger señaló tam-
tural ya mejor conocido, como un bién la presencia del glifo nominal de
David Stuart ejemplar particularmente grande de Moteuczoma II cerca del centro de la
un cuauhxicalli (“vasija águila”), que Piedra del Sol (fig. 2), asentando así que
acostada y viendo al cielo, sirvió como databa de los años 1507 a 1519, y no del
La composición visual de la Piedra del Sol pone de relieve algo más allá de un simple sol. Es una imagen plataforma para los sacrificios gladiato- reinado de su predecesor Axayácatl,
personalizada de dinamismo temporal y solar, que muestra el eje vertical suelo-cenit, proporcionando rios (Chavero 1876). Así pues, la parte como habían supuesto durante mucho
esencial del mensaje de la piedra fue in- 2. El glifo central, nahui olin, con los cuatro tiempo Chavero y otros estudiosos.
la idea de centralidad cósmica. Bien pudo haber sido un monumento público, a la vista de todos, en terpretada pronto: era un gran altar en glifos de las eras o soles anteriores.
Incluso en la actualidad, las interpre-
DIBUJO: EMILY UMBERGER

cualquier momento, y por lo tanto concebido adecuadamente como un momoztli, un “sitio cotidiano”. cuya superficie superior se representa- taciones de la Piedra del Sol siguen sien-
ba un sol circular, un dios sol, con una do algo problemáticas, pues hay varias
selección de componentes también tral de la piedra y rechazaron que se tra- propuestas y ningún consenso definiti-
temporales (de allí su otro nombre: “Ca- tara, como se afirmaba tradicionalmen- vo. Muchos siguen afirmando que se tra-
lendario Azteca”). te, de Tonatiuh, proponiendo que la cara ta del sol y nada más; otros también ven
¿Queda algo por decir, entonces? Tal era más bien la de Tlalteuctli, la tierra la tierra, y algunos, entidades mitológicas
vez resulte sorprendente que los estu- animada, contenida en la “tierra” del sig- más específicas (Solís Olguín, 2000). Mu-
diosos de Mesoamérica hayan debatido no olin o “movimiento” (en toda Meso- chas de esas interpretaciones no son ex-
tanto sobre otros detalles de la Piedra américa, el 17º día del calendario de 20 cluyentes, por supuesto, y se basan en ele-
del Sol y que la discusión continúe. Hace días se refiere al “terremoto” o, más ge- mentos del mensaje original de la Piedra.
más de un siglo, Eduard Seler se irrita- néricamente, a la “tierra”). Si tomamos Me gustaría presentar aquí mi interpre-
ba ante algunas de las interpretaciones en cuenta que la Piedra del Sol era un tación de la Piedra del Sol, enfatizando su
fantasiosas de la época –v.g., que funcio- monumento que miraba hacia el cielo, papel histórico como retrato del empera-
naba como un verdadero calendario o dicha interpretación resulta sensata, ya dor Moteuczoma II en tanto deificación
como un reloj– y afirmaba que “este ‘Ca- que combina la imagen del sol y la su- del sol y exponiendo su importante papel
lendario Azteca’ es solamente una ima- perficie viva de la tierra. Cecelia Klein, como actor mítico y cósmico.
gen solar, ni más ni menos: una muestra quien trabajó también en la década de
de la concepción que los mexicanos tu- los setenta, consideró que la cara era un Cosmos y plaza
vieron del sol” (Seler 1904; véase tam- sol nocturno, yohualteuctli, que perma- ¿Dónde estuvo situada originalmente la
bién Beyer 1921). Seler tenía razón, has- necía dentro de la tierra antes de reapa- Piedra del Sol? Será siempre una pre-
ta cierto punto. Hoy en día sabemos que recer en el oriente (Klein 1976). Si bien gunta difícil de contestar, pero en cam-
las muchas “concepciones” que los no todos los estudiosos estuvieron de bio podemos estar casi seguros de que
1. A pesar de una larga historia académica, dos siglos de atención y estudios, el carácter icónico, la rica imaginería mexicanos tuvieron del sol son comple- acuerdo con esas novedosas interpreta- nunca estuvo pensada para verse verti-
y su sentido original, hacen que la Piedra del Sol aún se preste a nuevas interpretaciones. La Piedra del Sol. mna.
FOTO: BORIS DE SWAN / RAÍCES. DIBUJO: DAVID STUART
jas y sobrepuestas, que no solamente in- ciones, es importante entender que de- calmente, tal y como se le muestra hoy
cluían mensajes mitológicos, sino tam- ben su aparición a una nueva era de es- en el Museo Nacional de Antropología.
bién históricos; mensajes sobre la tudios mesoamericanos, con más Eduardo Noguera y Doris Heyden pro-

P arecería, después de dos centurias


de atención y estudios, que queda
muy poco por añadir a cuanto se ha di-
tunada historia, su rica imaginería y su
sentido original todavía se prestan a
nuevas interpretaciones.
supieron con perfección” (León y Gama
1793). Reconoció inmediatamente el
glifo de cada uno de los cinco “soles” de
autoridad, la ideología y la cosmología.
Lo anterior se hizo evidente después de
1970, cuando surgieron otras interpre-
información en el terreno cultural. No
es una coincidencia que Townsend, por
ejemplo, quien ubicó la Piedra del Sol en
ponen que la enorme piedra alguna vez
estuvo colocada encima de un altar o
momoztli, “lugar cotidiano”, en alguna
cho respecto a la Piedra del Sol, el mo- Muy poco después de su descubri- la mitología mexica, que conocía gracias taciones sobre el monumento hechas el contexto más amplio de los gobernan- parte de los linderos centrales de Te-
numento más famoso de los mexicas miento en 1790, el historiador Antonio a las obras de Torquemada y otros cro- por una nueva generación de investiga- tes y la cosmología mexica, haya sido nochtitlan. Los momoztli podían tener
(fig. 1). Los investigadores han estable- de León y Gama determinó correcta- nistas tempranos. El gran signo nahui dores que examinó con nuevos ojos la discípulo de Tatiana Proskouriakoff, muchas formas, desde pequeñas pie-
cido y debatido su significado desde su mente el significado de muchos de sus olin, “4 movimiento” –que era el vigen- vinculación entre el arte azteca, los gli- quien poco antes había revolucionado dras circulares hasta grandes platafor-
descubrimiento, hace más de dos siglos; símbolos, identificando la forma circu- te–, rodeaba a cuatro glifos menores que fos y la historia, poniendo en entredicho los estudios mayas al identificar nom- mas de mampostería (López Luján y Ol-
su imagen, frecuente en la cultura popu- lar como una representación del sol ra- correspondían a las cuatro eras previas: la simplicidad del “ni más ni menos,” de bres de gobernantes históricos en las medo, 2010). Una imagen bien conocida
lar, se ha convertido en el icono por diante y anotando que muchos de los 4 ocelote, 4 lluvia, 4 agua y 4 viento (fig. Seler. Carlos Navarrete y Doris Heyden inscripciones. En los ochenta del siglo de semejante plataforma aparece en la
excelencia de la herencia cultural meso- signos jeroglíficos mostraban “varias 2). León y Gama consideró simplemen- (1976), Richard Townsend más tarde xx, Emily Umberger publicó un buen nú- Historia de las Indias de Nueva España
americana. A pesar de esta larga y afor- partes de las ciencias matemáticas, que te que en la cara gesticulante del centro (1979), se concentraron en la cara cen- mero de importantes estudios sobre la e islas de Tierra Firme de fray Diego Du-

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a b imaginería solar: “En estos mentideros
de los tianguiz había fijadas unas pie-
dras redondas labradas, tan grandes
como un rodela, y en ellas esculpida una
figura redonda, como una figura de un
sol, con unas pinturas a manera de ro-
sas, a la redonda, con unos círculos re-
dondos; otros ponían otras figuras, se-
gún la contemplación de los sacerdotes
y de la autoridad del mercado y pueblo”
(Durán 1967, II, p. 177).
Si regresamos a la imagen del guerre-
ro sacrificial de Durán, vemos que hay
5. El disco solar con la combinación de los signos de tianquiztli, “mercado” o “plaza” y tonatiuh, “el que está calentándose”.
3. a) Víctima sacrificial del día nahui olin sobre una plataforma de cuatro lados. Nótese el signo olin sobre una piedra que parece un disco bajo los DIBUJOS: DAVID STUART

el sol que está arriba; así se significó al astro en su cenit. Fray Diego Durán, Historia de las Indias de Nueva pies de la víctima, adornado con el mis-
España e islas de Tierra Firme. b) El disco solar muestra un parecido al glifo de “plaza, mercado”. Matrícula mo signo olin que vemos en la Piedra del
de Huexotzingo. fue excavada la Piedra del Sol, estuvo al- causa de que se perdiese la memoria pregunto si los africanos desplazados
DIGITALIZACIÓN: RAÍCES
Sol, y que replica otra variante del glifo
tianquiztli. Tal vez esta gran forma jero- guna vez el gran tecpan o palacio de Mo- del antiguo sacrificio que allí se hacía se la apropiaron a su vez como podero-
glífica aparecía para marcar un patio teuczoma II (actualmente Palacio Na- (Durán, 1967, II, p. 100). so símbolo de resistencia frente a la au-
rán: muestra a un guerrero antes de ser te característicos del glifo náhuatl que abierto o la plaza como reflejo del sol, cional), lo cual sugiere que el gran toridad española.
sacrificado, trepando a un disco solar significa tianquiztli, “mercado” o “pla- por encima de ella (fig. 3). monumento fue pensado probablemen- Tal como Chavero interpretó en el siglo Al menos queda claro que un gran al-
que tiene una sorprendente semejanza za” (fig. 5). Lo que observamos en la Pie- Parece natural considerar la Piedra te para colocarse frente a la residencia xix, es probable que Durán se refiriese tar en forma de disco que representaba
con la Piedra del Sol (fig. 3a). Tal vez la dra del Sol y en muchos otros “discos so- del Sol como una de las que describe Du- real. Me pregunto si la Piedra del Sol fue a la Piedra del Sol –una “imagen del sol” al sol fue enterrado donde antes se le-
Piedra del Sol estuvo colocada encima lares” menos complejos es una forma rán, en una versión particularmente tra- encontrada muy cerca de donde alguna enterrada cerca del canal del costado sur vantaba el palacio de Moteuczoma II,
de una plataforma de cuatro caras como combinada de dos signos: tonatiuh y bajada y que representa “una figura re- vez sirvió como altar monumental, en la de la plaza (donde ahora corre la aveni- precisamente donde fue excavada en
ésa, con cuatro escaleras que reprodu- tianquiztli, usando el principio visual donda, como una figura de un sol”, plaza más grande de la antigua ciudad da Corregidora). No fue enterrada antes 1790 la Piedra del Sol. Si tomamos esto
cen los “cuatro movimientos” del sol, llamado refundición, tan común en el colocada en una plaza o mercado. Como o muy cerca de ella. Al respecto, vale la de 1551, cuando Alonso de Montúfar fue como indicador de su posición original,
justamente como se ve en una recons- arte y la escritura mesoamericanos, que ya hemos visto, la Piedra del Sol fue de- pena referirse a otro importante frag- proclamado arzobispo de Mexico, car- es posible especular (demasiado, tal vez)
trucción adjunta y muy hipotética (fig. fusiona dos o más elementos en un solo senterrada en la sección sureste de lo mento de fray Diego Durán, el cual des- go que tuvo hasta su muerte en 1572. que los glifos “sol” y “plaza” que predo-
4). Todos los investigadores coinciden espacio. que hoy es el Zócalo que fue, como aho- cribe dos monumentos circulares rele- Del fragmento anterior se deducen minan en el diseño se refieren a este muy
al menos en que la piedra fue retirada de ¿Por qué dos glifos para “sol” y “mer- ra, la plaza más grande de todo el cen- vantes que alguna vez estuvieron en un tres consideraciones importantes. La notable espacio urbano central.
su sitio original y depositada después en cado” (o “plaza”)? Como señalan López tro de Tenochtitlan. Según las fuentes patio, tal vez cerca de la plaza mayor: primera es que la Piedra del Sol pudo ha- Volviendo a la combinación de los
la plaza mayor, enfrente del Palacio Na- Luján y Olmedo (2010) en su importan- históricas, en esa plaza mayor hubo ber estado expuesta, a la vista de los signos tonatiuh y tianquiztli del enorme
cional, donde fue descubierta en 1790. te estudio, los escritos de fray Diego Du- también un gran mercado, que subsis- Las dos piedras de que he hecho men- viandantes, en la plaza mayor o cerca de disco, es quizás relevante que tianquiz-
Algunos detalles de su iconografía rán pueden aclararnos la relación, ade- tió hasta el periodo colonial (Matos ción, la una donde estaban los que sa- ella, al menos treinta años después de la tli sea también el nombre de las Pléya-
pueden ser relevantes para identificar lantando la cercana asociación entre las Moctezuma, 2012). En el costado orien- crificaban y la otra, donde los acaba- conquista de Tenochtitlan. La segunda des, constelación que en muchos aspec-
su lugar de procedencia. El disco solar plazas de mercado, los momoztli y la te de la antigua plaza, cerca de donde ban de sacrificar, muchos tenemos es que parece haber estado asociada a tos fue el elemento más importante del
que domina la composición de la Piedra noticia de ellas. La una de las cuales vi- otro altar de sacrificio, es decir, que ha- cielo nocturno. Las Pléyades no sola-
es parecido a muchos otros ejemplos de mos mucho tiempo en la Plaza Gran- bía dos, ambos al parecer colocados en- mente indicaban el “centro” de la noche;
escultura y pintura mexicas; no sólo es de, junto a la acequia, donde cotidia- cima de una plataforma (¿podría esto su aparición en el cenit, a media noche,
un símbolo sino también un glifo. En el namente se hace un mercado, frontero sugerir la posibilidad de que el segundo durante la ceremonia del fuego nuevo,
sistema náhuatl de escritura se lee tona- de las Casas Reales; donde perpetua- monumento, contraparte de la Piedra era la señal para iniciar el sacrificio de
tiuh, nombre que describe al sol anima- mente se recogían cantidad de negros, del Sol, esté aún debajo del Zócalo con- renovación del fuego cósmico y el calor
do (“el que va calentándose”). Pero hay a jugar y cometer otros delitos, matán- temporáneo?). En tercer lugar, Durán solar, asegurando el retorno del sol en el
más elementos glíficos contenidos en el dose unos a otros. De donde, el ilustrí- anota que el lugar donde estuvo esa pie- siguiente amanecer. El sol y las Pléyades
círculo. No considero esos rasgos va- simo y reverendísimo señor don fray dra circular servía como punto de reu- existían como un reflejo estructural
riantes del signo “sol”, sino elementos Alonso de Montúfar, de santa y loable nión a los esclavos africanos recién lle- uno de otras, marcando los puntos
de un glifo totalmente distinto; por tan- memoria, Arzobispo dignísimo de gados a la Nueva España, quienes opuestos en un eje cósmico día-noche.
to, creo que se trata de otra palabra. El México, la mandó enterrar, viendo lo cometían “atrocidades” a su alrededor. La combinación de los glifos debe haber
borde interno y segmentado y los gru- 4. Reconstrucción de que allí pasaba de males y homicidios, La Piedra, en las décadas de 1550 y 1560, proporcionado una poderosa imagen
la plataforma sobre la que y también, a lo que sospecho, fue per- era un muy vistoso y monumental sím- de la centralidad cósmica y el movi-
pos cercanos de tres, cuatro o cinco lí- estaba la Piedra del Sol.
neas en la orilla del disco son claramen- DIBUJO: DAVID STUART suadido la mandase quitar de allí, a bolo del pasado pagano de México; me miento cíclico.

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Los glifos nominales Tal vez resulte sorprenden- nominales rara vez funcionan por sí a b esos conceptos más generales, espacia-
No hay duda de que el debate acerca de te que los estudiosos de mismos, como entidades aisladas; se les les y temporales, debemos tomar en
la identidad del rostro central de la pie- encuentra, en cambio, asociados casi cuenta que la Piedra del Sol estuvo cui-
Mesoamérica hayan deba-
dra continuará. ¿Quién es? ¿Tonatiuh? siempre a retratos o imágenes para po- dadosamente diseñada para conectar
¿Tlalteuctli? ¿Yohaulteuctli? ¿Xiuh- tido tanto sobre otros deta- der identificarlos. En otras palabras, dichos espacios cósmicos y esferas ani-
teuctli? Me gustaría proponer aquí una lles de la Piedra del Sol y probablemente estamos ante etiquetas madas a las identidades específicas de
interpretación más, construida a partir que la discusión continúe. glíficas que dan especificidad a dos Moteuczoma II y la heroica deidad del
de las contribuciones esenciales de in- Hace más de un siglo, identidades complementarias de la pueblo mexica, Huitzilopochtli, repre-
vestigadores anteriores y tomando tam- cara. De ser cierto, es fácil concluir que sentados ambos como un solo ser en el
Eduard Seler se irritaba
bién en cuenta los nuevos datos acerca se trata de un rey deificado, Moteuczo- centro del cosmos.
de algunos detalles en el diseño del mo- ante algunas de las inter- ma II, encarnando o asumiendo la iden-
numento. pretaciones fantasiosas de tidad sobrenatural del patrón mexica Traducción: Elisa Ramírez
Dentro del borde del círculo central la época y afirmaba que Huitzilopochtli.
que rodea el glifo nahui olin, hay otros “este ‘Calendario Azteca’ es El hecho de sobreponer a reyes y dio- David Stuart. Profesor Schele de arte y escritura
dos muy visibles sobre la cara central ses era muy importante en la ideología mesoamericanos. Departamento de Arte e His-
solamente una imagen so- toria del Arte de la Universidad de Texas, en Aus-
(fig. 2); en la parte superior derecha te- mexica; fue un factor esencial en la con-
nemos el signo calendárico 1 pedernal lar, ni más ni menos: una cepción de la realeza y la autoridad en
tin. Miembro del Consejo de Asesores de esta
revista.
(ce técpatl). Frente a éste, a la izquierda, muestra de la concepción toda la antigua Mesoamérica. En el Có- 7. El elemento triangular del glifo olin puede ser una variante de la parte superior de la xiuhuitzolli, que era
hay un glifo que representa un penacho que los mexicanos tuvie- dice Xólotl vemos una representación la diadema de turquesa usada por los gobernantes o los nobles de mayor jerarquía. a) En la cara central
de la Piedra del Sol se ve el elemento triangular de la xiuhuitzolli . b) La diadema xiuhuitzolli, como se ve en Para leer más…
real o diadema, xiuhhuitzolli, colocado ron del sol”. del gobernante Chimalpopoca como Beyer, Herman, El llamado “Calendario Azteca”:
la página 10 del Códice Borbónico.
en una cabeza con pelo, orejeras y ador- guerrero, con las características de Huit- FOTO: BORIS DE SWAN / RAÍCES. REPROGRAFÍA: MARCO ANTONIO PACHECO / RAÍCES
Descripción e interpretación del cuauxicalli de
la “Casa de las Aguilas”, Verband Deutscher
nos nasales, pero sin rostro. Como ya he- zilopochtli, lo cual los hace iguales vi- Reichssangehöriger, México, 1921.
mos señalado, corresponde al glifo del sualmente (fig. 6). De igual manera, el Chavero, Alfredo, “Calendario Azteca”: Ensayo
lopochtli del lugar de origen mítico, Azt- arqueológico, 2a. ed., Jens and Zapiain, México,
nombre de Moteuczoma II. Emily Um- lan, y más tarde se convirtió en su emperador Tízoc aparece más tarde en tona de la banda que usa la cara central, mento público, a la vista de todos, en 1876.
Durán, fray Diego, Historia de las Indias de Nueva
berger ha hecho notar que 1 pedernal es nombre calendárico. la Piedra de Tízoc con el mismo atuen- lo cual sugiere que la cara lleva la banda cualquier momento, y por lo tanto con- España e islas de Tierra Firme, 2 vols., Editorial
también un nombre de Huitzilopochtli, Así pues, tenemos dos nombres espe- do de colibrí que caracteriza a Huitzilo- de cabeza llamada xiuhuitzolli (fig. 7), cebido adecuadamente como un mo- Porrúa, México, 1967.
Klein, Cecilia, “The Identity of the Central Deity
dios patrono y la deidad más importan- cíficos enfrentados visualmente sobre el pochtli. El vínculo ente dios patrono y que era la diadema de turquesa usada moztli, un “sitio cotidiano”. Si alguna vez on the Aztec Calendar Stone”, The Art Bulletin
te de los mexicas. Los escribas mexicas rostro de la figura central del diseño: uno gobernante me parece natural, y creo por los gobernantes o los nobles de ma- adornó la antigua plaza, debió haber 58(1), 1976, pp. 1-12.
Léon y Gama, Antonio, Descripción histórica y cro-
nunca “escribieron” los nombres de los del famoso rey y otro del dios patrono que los glifos de la Piedra del Sol apun- yor jerarquía. De hecho, esa diadema es marcado ese amplio espacio comunal nológica de las dos piedras que con ocasión del
dioses como lo hacían en el caso de in- mexica. Por lo que sabemos de la rela- tan a una identidad dual semejante, la misma que ya vimos en el nombre glí- como sitio de centralidad cósmica, tal nuevo empedrado que se está formando en la
plaza principal de México, se hallaron en ella el
dividuos históricos o de lugares; prefe- ción entre texto e imagen en el arte me- usando etiquetas glíficas en vez de fico de Moteuczoma, y sospecho que ese vez incluso como complemento espa- año de 1790, Imprenta de Don F. de Zúñiga y
nombre glífico y la cara se refieren uno cial del sitio sagrado vecino: el Templo Ontiveros, México, 1792.
rían mencionarlos de manera más sim- soamericano, creo que semejante ubica- atuendos o iconografía. López Lujan, Leonardo, y Bertina Olmedo, “Los
bólica, usando un día o año calendárico. ción tiene un vínculo estrecho con la Stephenie Strauss me ha hecho notar a otro de manera sutil. De igual manera, Mayor, justamente al norte. monolitos del mercado y el glifo tianquiztli”,
Arqueología Mexicana, vol. XVII, núm. 101,
1 pedernal fue en principio un año de re- identidad misma de la cara. En el arte que el elemento triangular superior del puede existir una conexión visual entre Me parece que la vigencia del debate 2010, pp. 18-21.
ferencia asociado a la partida de Huitzi- mexica, en última instancia, los glifos glifo olin puede ser una referencia jugue- la lengua-pedernal de la cara y el nom- respecto a la identidad de la cara central Matos Moctezuma, Eduardo, “La plaza mayor o
Zócalo en tiempos de Tenochtitlan”, Arqueología
bre 1 Pedernal encima de ella. Así, la cara –¿se trata del sol, la tierra o alguna otra Mexicana, vol. XIX, núm. 116, 2012, pp. 24-27.
y ambos nombres glíficos se asocian cosa?– pasa por alto un aspecto más im- Navarrete, Carlos, y Doris Heyden, “The Central
Face of the Stone of the Sun: A Hypothesis”,
mutuamente de manera más estrecha. portante en el diseño e intención del mo- Estudios de Cultura Náhuatl, 11, 1974,
numento. A mi parecer, la cara es varias pp. 355-376.
Nicholson, Henry B., “The Problem of the Identi-
Conclusiones cosas a la vez, juega con identidades fication of the Central Image of the Aztec Ca-
lendar Stone”, en Current Topics in Aztec Stu-
La composición visual de la Piedra del múltiples de los reyes y los dioses en lí- dies: Essays in Honor of Dr. H. B. Nicholson, 1993.
Sol pone de relieve algo más allá de un mites acotados y en un entorno ritual. Seler, Eduard, “Quauhxicalli, die Opferblutschale
der Mexikaner”, en Gesemmelte Abhandlungen
simple sol. Es una imagen personaliza- Puede verse que la imagen solar acosta- zur Amerikanischen Sprach- und Alterthum-
da de dinamismo temporal y solar, que da fue un reflejo y estuvo, materialmen- skunde, vol. II, A. Asher & Co., Berlín, 1904, pp.
704-711.
muestra el eje vertical suelo-cenit, pro- te, “en la tierra”, uniendo la esfera del Solís Olguín, Felipe, “La Piedra del Sol”, Arqueolo-
porcionando la idea de centralidad cós- suelo con el cenit solar. En tanto altar gía Mexicana, vol. VII, núm. 41, enero-febrero
de 2000, pp. 32-39.
mica. He especulado acerca de su ubica- monumental, la Piedra del Sol sirvió Townsend, Richard, “State and Cosmos in the Art
ción: la antigua plaza de Tenochtitlan, como un espacio o superficie interacti- of Tenochtitlan”, Studies in Pre-Columbian Art
and Archaeology, núm. 20, Dumbarton Oaks,
incluso en frente del palacio de Moteu- vo, un foro simbólico donde se presen- Washington, D. C., 1979.
6. Imágenes de gobernantes mexicas como Huitzi- czoma II, quien es nombrado en la pie- taban los sacrificios y los corazones hu- Umberger, Emily, Aztec Sculptures, Hieroglyphs
lopochtli. a) Tízoc. Piedra de Tízoc. mna. b) Chimal- and History, Ph. D. Dissertation, Graduate
dra y, según creo, también representado manos en un cosmos hecho de capas. School of Arts and Sciences, Columbia Univer-
popoca. Códice Xólotl. sity, 1981.
FOTO: BORIS DE SWAN / RAÍCES. DIGITALIZACIÓN: RAÍCES en ella. Bien pudo haber sido un monu- Además de considerar la importancia de

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