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Independencia de Perú
28 de julio de 2015 7
El 28 de julio de 1821 la nación peruana alcanzaba su independencia de
la monarquía española y así se gestaba la historia soberana de nuestro
país
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Si bien las manifestaciones y revueltas se sucedieron durante más de una
década, recién en el año 1820 con la llegada de José de San Martín y su
Expedición Libertadora se comenzó a pensar en la independencia como una
posibilidad.
Días más tarde, el sábado 28 de julio de 1821, José de San Martín proclamó la
independencia del país ante las miles de personas reunidas en la Plaza
Mayor. Sin embargo, recién en 1824 los realistas cedieron al nuevo sistema
imperante.
“Desde este momento, el Perú es libre e
independiente por la voluntad general de los
pueblos y por la justicia de su causa que Dios
defiende" José de San Martín
¿Qué significó la Independencia?
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La independencia del Perú se proclamó el 28 de Julio de 1821. Perú había
permanecido junto a España con el virrey José Fernando de Abascal, quien
incluso envió tropas y dinero a otros puntos donde la insurrección había aparecido.
A partir de 1810, el virrey tuvo que enfrentarse a diversas insurrecciones, casi todas
surgidas en el Alto Perú (hoy Bolivia).
Abascal advirtió la debilidad de la Junta Central de 1810 e interpretó el
movimiento independentista como un complot perpetrado desde Buenos Aires.
Mantuvo de 1808 a 1813 una política hostil, pero diplomática, contra las nuevas
ideas procedentes de España. A pesar de ello, tuvo que admitir, el 24 de septiembre
de 1810, la convocatoria para la elección de diputados. Abascal contaba con la
colaboración de los liberales peruanos y españoles, a los que no interesaba que la
mayoría nativa accediera a sufragio y a la representación política.
Las promesas de los liberales encendieron las esperanzas de poder de los criollos,
pero como no se llevaron a cabo algunos sectores criollistas empezaron a atacarlos.
Sin embargo, no se atrevieron a sublevarse, pues tenían muy presente la reacción
del gobierno virreinal ante la insurrección de Tupac Amaru II (1780) y la
de Pumacahua, violentamente reprimidas. Las revueltas indigenas peruanas, lejos
de estimular el proceso revolucionario, lo estancaron. Hubo que aguardar a que
dos líderes militares lo dirigieran: San Martín y Bolívar, ambos extranjeros.
Perú se encontraba densamente poblado, con sólo un 5 por 100 de blancos y un
predominio de indigenas (58 por 100) sobre los mestizos (29 por 100) y los negros
(8 por 100: 4 por 100 esclavos y 4 por 100 libres). Las divisiones raciales
fomentaron la jerarquización social y establecieron una sociedad de castas.
La clase dominante, de raza blanca, la constituían españoles y criollos aristócratas,
quienes originaron una nobleza rural privilegiada e inmovilista que detentaba el
poder económico. Los españoles acaparaban casi todos los cargos públicos y
burocráticos.
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Los intelectuales peruanos como Jose Hipolito Unanue, José Baquíjano y otros
colaboradores del periódico El Mercurio peruano impregnados del pensamiento
de la Ilustración.
abogaban por una libertad y una igualdad, pero español y no se plasmaban en un
movimiento de independencia.
La clase más oprimida y mayoritaria, la de los indígenas, no consiguió
representación en los cabildos, al negársela los criollos aristócratas y liberales.
La economía peruana del siglo XVIII sufría una crisis que arrastraba desde el siglo
anterior. Perú había sido la máxima potencia americana gracias a su comercio
trasatlántico y a la explotación de los metales preciosos. Víctima de las reformas
imperiales de 1776-1778, que acabaron con el monopolio comercial, perdió la
exclusividad en su comercio con España. La situación empeoró en 1808
cuando Chile y Buenos Aires, rivales económicos de Perú, lograron la libertad de
comercio. El gobierno español decretó en 1812 la abolición del tributo indio y de
la mita. Con la restauración de Fernando VII en 1814, la presión española se
acentuó bajo el virreinato de Joaquín de la Pezuela, quien derogó las medidas
liberales.
La ofensiva revolucionaria de carácter militar la inició el general San Martín,
engrosando sus filas algunos patriotas alistados en la guarnición hispánica que
destacaron por sus ideas liberales y lucharon a favor de los independentistas.
Desde que San Martín liberara Chile, gozaba de un enorme prestigio militar.
Estratégicamente advirtió la necesidad de asestar el primer golpe contra la
metrópoli por mar y para bloquear la flota española contrató los servicios del
almirante inglés Thomas Cochrane, en cuyas manos cayeron las ciudades más ricas
de la costa del Pacífico. San Martín decidió negociar un arreglo con los realistas,
quizá para ganar tiempo y comprometer a todos los patriotas a su causa.
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criollos no le apoyaron porque temían que los indios libres cometieran desmanes
contra ellos y sus propiedades.
A lo largo de toda la campaña, San Martín se había afirmado como un líder
pacifista, y así lo demostró al ocupar Lima.
El 3 de agosto de 1821, asumió el título de Protector del Perú y aplicó reformas
sociales, confirmando la supresión de la mita y del tributo indio abolidos en 1812.
Decretó la expulsión de los españoles y la confiscación de sus bienes, con el afán
de atraerse a la aristocracia criolla y al mismo tiempo, con la creación de la Orden
del Sol, favoreció a los militares criollos.
Sin embargo, los liberales peruanos se oponían a San Martín por considerarlo
demasiado teórico. Carente de apoyo, el general acudió a Guayaquil para
conferenciar con Simón Bolívar, al que pidió la anexión de esta plaza a Perú, su
ayuda militar para la causa peruana y para el establecimiento de una monarquía
constitucional en el país (julio 1822). En ella Bolívar sólo se comprometió a prestar
ayuda militar. El fracaso de las negociaciones obligó a San Martín a dimitir (1822)
y marcharse de Perú.
Bolívar consiguió pacificar el país y dominar los reductos españoles del interior
con su ejército y la colaboración de los montoneros (grupos de guerrilleros a
caballo).
Finalmente la batalla de Ayacucho (1824) supuso el fin de la dominación
española en Perú y en el continente.
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Poesias infantiles para Fiestas Patrias
LA BANDERA DE MI PATRIA
¡Qué bonita es mi bandera,
mi bandera roja y blanca,
la bandera del Perú!
¡Qué bonita cuando en coro
los peruanos le cantamos
y orgullosos la miramos
elevarse hacia el azul!
.
¡Más bonita aún sería
si viviendo como hermanos
en el pecho la lleváramos
por el norte y por el sur!
¡Qué bonita es mi bandera,
la bandera de mi patria,
la bandera del Perú!
.
Heriberto Tejo
PATRIA
Mi patria es muy grande
y de belleza sin par:
la forman la selva y el ande,
la costa y el mar.
.
Larga faja es la costa
(con valles, rocas, arenales,
ciudades y haciendas)... angostas
tierras bañadas por el mar.
.
La sierra es una tierra
de valles y montañas
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con grandes pastizales;
con oro y plata, en sus entrañas,
y, en sus alturas, verdes trigales.
.
La selva, inmensa llanura
de árboles, sombras y luz solar.
Con sus ríos, lagos y espesuras,
es despensa de la humanidad.
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Con islas, peces y aves guaneras,
otro reino opulento es el mar.
Por él, con nuestra bandera en alto
a otras tierras nuestros barcos van.
.
Francisco Izquierdo Ríos
LA BANDERA
La bandera es palma heroica,
la bandera es arca santa
que en la mano de los pueblos
pone el Dios de las batallas.
.
Sol bendito que la noche
del destierro se levanta,
y nos trae en cada rayo
mil recuerdos de la patria.
.
Es la patria la bandera
en el campo de la batalla,
cuando avanza o retrocede
van tras ella las miradas,
¡Oh bandera! tú que has visto
nuestras glorias desgarradas
por el hosco formidable,
vendaval de la desgracia
vuelve a ser tú lo que has sido
el orgullo de la patria.
Enrique López Albújar