El edificio se sitúa en una parcela romboidal, con fachada en
una de sus puntas: un punto de partida nada fácil. El diseño es una lección magistral de composición clásica. El gran éxito del edificio es que expresaba rotundamente su función, como gustaba a los teóricos de la arquitectura desde finales del siglo XVIII : un edificio vivaz y suntuoso, una Opera superlativa, un monumento apropiado para la capital cultural de Europa. Julien Guadet lo puso repetidamente como ejemplo de "lo verdadero" en arquitectura.
la ópera está concebida como una secuencia de volúmenes,
claramente diferenciados en su forma, reflejando su función interior ACCESOS Y CIRCULACIONES INGRESO PRINCIPAL INGRESO DE LOS ABONADOS O ARTISTAS INGRESO DEL EMPERADOR