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EL FESTEJO DE LOS PATRIOTAS

En razón del magno festejo del bicentenario de nuestra independencia, ha venido a resonar
en mi mente de manera constante un pensamiento que me embriaga y me emociona al
pensar en la gran cantidad de hombres y mujeres que libremente y por opción personal,
decidieron dar la vida por nuestra patria, por la hermosa nación en que hoy vivimos y
gozamos.

Es claro entonces que la situación que hoy vivimos en la nación, no es del todo clara y
hermosa, como tampoco lo era en el momento histórico en que el padre Miguel Hidalgo y
Costilla, animado y acompañado de valientes personas lucharon infatigablemente y con
gran coraje por la tierra que amaban, el suelo y el país en que ellos eran, existían y vivían.

En cierta forma, es triste ver las heridas que siguen haciendo de nuestra patria un país con
mucho camino por recorrer, un lugar donde muchos mexicanos vivimos en una
contemplación inmóvil y de reclamos, simplemente sin hacer nada por curar esta nación
que nos ha dado patria y libertad.

Pero entonces ¿cómo podemos vivir hoy el heroísmo de antaño?¿qué significa ser patriota
en México?¿amor a la patria? Y es que todas estas preguntas resuenan constantemente en mi
mente, y me llevan a un lugar donde la única respuesta se encuentra solamente en el
corazón de cada mexicano. Entonces cuando el corazón de cada hijo de México pueda
amar en verdad este piso, este suelo que nos ha dado cobijo desde el día en que nacimos,
es cuando podremos vibrar entonces de emoción al contemplar un país único en el mundo.

Hace falta hoy tener corazones enamorados del país, corazones enamorados de la patria,
corazones enamorados de México; corazones que lanzándose contra el pesimismo de las
diferentes entidades de gobierno, tomen raíces del pasado para anclarse en el presente de
nuestro país. Mientras no lleguemos a vivir enamorados de nuestra patria, podremos seguir
en la amargura de la vida y de la crítica destructiva, podremos seguir viviendo
apesadumbrados por la negatividad de muchos hermanos nuestros, seguiremos sin duda
alguna dejándonos asolar en la oscuridad de la corrupción, en la oscuridad de la bajeza
humana.

Hoy quiero invitar a mis hermanos mexicanos, a levantar la vista y ver de nuevo hacia el
horizonte la libertad, hacia el horizonte que tuvieron en la mira aquellos curas y aquellos
hombres y mujeres que veían al final de la noche un amanecer nuevo; de luz, de verdad, de
honestidad, de honor, de México.

Pero solo teniendo una mirada de esperanza, podremos curar las heridas de nuestra patria;
solo actuando con determinación, honor y lealtad podremos ver a México de una manera
triunfante y victoriosa, y solo levantándonos como hijos de una sola nación podremos
sanar las heridas que tanto tiempo han dolido, y que tanto tiempo nos han llenado de
impotencia.

Todos nosotros somos mexicanos, y somos dignos hijos de una patria que nos ha dado
familia, apellido, nacionalidad. No es momento de quejarnos y quedarnos viendo el
transcurrir de la historia; más bien es momento de amar al país, es tiempo de amar a
México, es tiempo de cambiar la historia, empezando por el cambio de cada uno de
nuestros corazones. Porque es necesario curar al país, es indispensable curar primero mi
corazón, romper en mí los vicios que me hacen traicionar a la patria, aprender a ser
patriota y no patriotero, ser mexicano de corazón, mexicano que sabiendo reconocer la
historia se sabe guadalupano por identidad nacional.

Estoy convencido que el combate actual de nuestros país no es contra personas o


situaciones concretas, porque la primera guerra que debe ganarse, es la guerra del corazón
de cada mexicano, la guerra contra el individualismo, la guerra que nos aleja de cada uno
de nuestros paisanos, sino que por el contrario me aleja y me hace vivir la alta traición al
país.

Mi país, mi gente, mi patria, mi bandera, mi honor, mi identidad nacional; son algunas de


las situaciones que cada uno de nosotros debe trabajar en primer lugar, pues solo así
podremos vivir en el país que alguna vez soñaron aquellos hombres que nos dieron la
independencia, que nos dieron la libertad.

Hoy podemos engalardonar nuestra patria, pero solo en la medida en que cada uno de
nosotros logremos amarla, pero ¿de qué manera? De la forma más sencilla y más compleja,
de la manera más humilde y más comprometida: amando, ama tú país, ama a México, esto
es tarea de todos, porque todos somos hijos y soldados, porque todos somos un corazón,
un solo México, una sola nación, es aquí donde nos jugamos el verdadero orgullo, el
orgullo de ser mexicano.

TE AMO MÉXICO
ERES LO MÁS HERMOSO QUE HE TENIDO EN LA VIDA
DIOS TE BENDIGA Y NUESTRA MADRE DE GUADALUPE TE PROTEJA SIEMPRE

!!SÉ PATRIOTA, AMA A MÉXICO¡¡

Pbro. Alberto Chávez Durán. SDB


Mexicano de corazón, soldado por vocación

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