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…Un día más en el que despierto sin ánimos de seguir adelante, mi pecho sigue

respirando y mi corazón latiendo; latidos fríos, sin otro sentido que bombear sangre a
mi cuerpo sano por fuera pero enfermo por dentro…
No puedo sacar de mi mente ni arrancar de mi pecho aquel momento en el que te fuiste
de mi lado, mejor dicho, en el que forcé al destino que me alejara de ti.
Para no confundirlos y seguir desvariando les narraré los hechos que desencadenaron,
que, actualmente esté muerto en vida.
Es difícil recordar la inocencia de aquellos tiempos, en el que cada día era una nueva
oportunidad para crecer y buscar la felicidad. Hambriento por comerme el mundo, de
escalar cada peldaño hacia el éxito; era feliz, pero aun sentía que faltaba alguien a quien
tome la mano y camine conmigo por el mundo.
Ese era Ignacio, el cual nombro en tercera persona porque, aunque se haya tratado de
mí, ya no es posible si quiera pensar en que en algún momento fuimos el mismo.

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